Brasas

Mar 20, 2010 17:11

Fandom: Harry Potter
Título: Brasas
Autora: Anna Fugazzi
Clasificación: M
Resumen: Secuela de Voluntarios, escrita para la comunidad de hdsbeltane.

Esperamos que hoy estén con ánimos para soltar una que otra lágrima y de paso, hacer un buen coraje... pero ya no las entretengo, ¡corran, vayan a leer!



Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3

BRASAS

Capítulo 4: “Agosto”

N/A: Seguimos adelante, ahora estamos en Agosto de Brasas, la secuela de Voluntarios (fic escrito para hdsbeltane). Como siempre, cualquier comentario es bien recibido. Muchas gracias a Obsidian Phoenix, Ice’is Blue, lucifer2004x, Anon y sanzo por sus comentarios : )

Scrtkpr eres completamente asombrosa ;)

***

Fecha: 30 de Julio
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
Alec espera con ansia este fin de semana para ir a Brigid’s Cross.

Fecha: 31 de Julio
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
Ben tiene días que no deja de hablar de ello : )

Fecha: 2 de Agosto
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
Malas noticias: todavía podemos pasar el día juntos, pero tenemos una cena con Hermione y Ron al anochecer. Además hay otro evento el fin de semana con los Weasley que curiosamente fue mencionado frente a Alec. Pareciera ser que está pasando muy seguido.

Fecha: 3 de Agosto
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
No te preocupes. Los veremos en Brigid’s Cross.

***

5 de Agosto

Ben miró asombrado en la tienda de música a las arpas cantarinas y a los pianos que se tocaban solos. Brigid’s Cross, el área comercial de Dublín, era la cosa más genial que Papá le había enseñado jamás. Era como si todo de lo que papá había platicado estuviera aquí.

Los retratos que hablaban, los dulces que se te aventaban a la boca, y animales mágicos. La magia flotaba en el ambiente a su alrededor y él extendía la mano para sentirla. Le provocaba un poco de cosquillas. Alec le dijo que no sentía nada, pero es que él estaba acostumbrado a ella. Papá le dijo que sabía de lo que estaba hablando.

Primero habían ido a la tienda de dulces de colores brillantes, en donde las varitas de regaliz bailaban y tenían montones de las ranas de chocolate que Alec le había enseñado hacía tanto tiempo, y compraron diez de ellas. El mago que manejaba la tienda también era genial. Se rió cuando Ben se asustó porque Harry infló un chicle que se convirtió en pájaro, pero a pesar de eso era agradable. Le explicó cómo funcionaba el chicle y luego infló chicles que se convertían en lo que Ben quisiera, como osos y zorros. Y le ayudaron a escoger dulces cantarines. Fue raro que no entendiera cuando Ben le dijo que sólo había visto dulces que bailaban y cantaban en los anuncios de la tele, pero estaba bien.

Lo único malo con este día, era que había mucho que ver, pero él y Alec tenían que esperar a que papá y Harry los alcanzaran.

Alec le mostraba montones de cosas, como libros que hablaban de verdad. No decían unas cuantas palabras, como el libro de la granja que tenía en la casa de mamá en el que si presionabas las imágenes de los animales decía mu, cloqueaba o relinchaba y el granjero decía ‘leche a la venta’ y ‘alimenta a las gallinas’. No sólo tenían fotos que se movían como Beedle el Bardo y los otros cuentos infantiles de papá. Estos libros respondían preguntas de verdad. Decían bromas. Era genial.

Además, también papá y Harry se veían felices. Papá parecía estar un poco nervioso, pero él y Harry en general también reían. E incluso se podían tomar de la mano en público. Ben nunca había visto que dos hombres o dos mujeres lo hicieran en público - mamá decía que a mucha gente como el abuelo no le gustaba ese tipo de cosas. De cualquier forma ella lo hacía a veces, y a muchos muggles no parecía importarles, pero Ben había visto que unos cuantos le fruncían el ceño a mamá cuando besaba a alguna de sus novias. Aquí a nadie parecía importarle papá y Harry.

Pero era un poco raro que Ben, Alec y Harry no se vieran como ellos mismos. Estaban utilizando unos pequeños amuletos que les proporcionaban caras y cuerpos diferentes. Era divertido, pero por momentos era un poco confuso porque Alec no se veía igual. Era rubio y un poco gordo. Y Harry tenía el cabello castaño claro, ojos cafés, no tenía la cicatriz y estaba un poco flaco. Papá le dijo que en alguna otra ocasión le explicaría por qué habían tenido que utilizarlos.

A Ben le gustaba como se veía ahora. Se había probado un amuleto que le había vuelto el cabello de color paja y un poco más chico - de hecho, como Alec -, luego se probó otro que le hizo el cabello corto de color café y ojos azules. Finalmente se decidió por uno que lo hacía parecer como el Sr. Sanjav, el vecino de mamá, sólo que en pequeño.

Papá y Harry habían platicado mucho sobre los amuletos - de hecho habían discutido, y eso no había sido muy agradable. Papá quería que Ben utilizara uno, pero Harry le había dicho muchas cosas sobre que papá tenía que dejar eventualmente que los magos lo conocieran. Pero ya no estaban peleando y eso le alegraba. Los adultos no deberían pelear.

Papá le estaba enseñando las arpas cantarinas a Alec y Ben miraba por la ventana, tenía un poco de hambre cuando Harry le tocó el hombro.

“Ben, ¿quieres ver la tienda de las escobas?”

Ben se quedó boquiabierto. “¡Sí!” dijo. “¿Crees que pueda comprarme una?”

“Probablemente no hoy, pero cuando menos podemos verlas.” Se volvió hacia papá. “¿Quieres quedarte con Alec mientras llevo a Ben a ver las escobas?”

Papá negó con la cabeza. “No. Vayamos todos.”

Harry suspiró. “Draco, todo va a estar bien. El propietario de esta tienda te conoce. No hay nadie más aquí. vamos, Ben ya ha estado aquí bastante tiempo y no le interesa tanto, pero Alec tiene mucho tiempo queriendo ver las arpas mágicas.”

Papá movió la cabeza y Harry volvió a suspirar. “¿Confiarías en mí, maldición? Ya has venido cinco veces y no ha pasado nada, ¿qué posibilidades hay de que algo ocurra mientras tú estás aquí?”

“Quiero que puedas llevarte a Alec y a Ben en caso de que sea necesario,” dijo papá mirando rápidamente a Ben.

“Regresaremos rápido,” dijo Harry poniendo una mano en el brazo de papá. “Vamos. Por favor.”

Papá frunció el ceño, pero accedió. “De acuerdo,” dijo dándole a Harry un beso rápido y revolviendo el cabello de Ben cuando los dos se marcharon.

¿Por qué estaba preocupado papá? Ben no estaba tan chiquito como para no saber comportarse. Además, ¡escobas! ¡¡iba a ver una tienda llena de escobas!! Corrió por la calle jalando a Harry de la mano mientras éste reía y le decía que fuera más despacio.

Si era posible, la tienda de las escobas era mucho más genial que la de los dulces. Tantas escobas, tantos tamaños. ¡Y gente pequeñita de juguete andaba volando alrededor de la tienda!

“¿Cuál es ésa?” preguntó Ben señalando a un montón de niños que presionaban las caras contra el escaparate de marco dorado.

“Ésa es la Nimbus 3000,” dijo Harry. “Es la mejor que hay ahora, dejando de lado las escobas profesionales.”

“¿Cuáles son las profesionales?”

“Son para profesionales que juegan Quidditch ya como trabajo. Como los jugadores de fútbol.”

“¿Tú fuiste jugador profesional de Quidditch?”

“Oh, sí,” dijo Harry y sonrió. “Al igual de que la mamá de Alec. Ella era Cazadora.”

“¿Era tan buena como tú?”

“Eh, bueno, no hacía lo mismo que yo,” dijo Harry. “Es difícil decir quién es mejor cuando se juegan posiciones diferentes. Definitivamente era una mejor Cazadora que yo.”

“Guau. No sabía que jugara Quidditch. ¿Alguna vez ganó algo?”

“Nuestro equipo ganó muchos juegos, pero nunca ganamos la copa. Ella sólo jugó cuatro años.”

“¿Por qué dejó de jugar?” preguntó Ben y soltó una risita cuando un juguete volador pasó sobre su cabeza.

“Se embarazó. No es bueno andar volando y que te anden aventando bludgers cuando estás embarazada. Pensamos que regresaría después de que hubiera nacido Alec.”

“¿Y lo hizo?”

Harry sacudió la cabeza, y resultó curioso como de pronto parecía ser él mismo, aunque su cara era diferente debido al amuleto. Se veía triste. “Murió.”

“¿Alec era pequeño cuando ella murió?”

“Murió en el momento en que Alec nació.”

“Eso es triste,” dijo Ben sintiendo pena por Alec. Imagínate, nunca tener una mamá.

“Sí, lo fue.”

“¿Todavía te sientes triste?” preguntó Ben curioso.

Harry se aclaró la garganta y le dirigió una pequeña sonrisa. “Un poco. Hace mucho tiempo que se fue, pero a veces todavía la extraño.”

“Alec sabe mucho de ella,” dijo Ben volviendo a observar a los juguetes voladores.

“Sí, le hemos contado muchas historias.”

“¿Quién se las ha contado?”

“Los padres de ella y yo. Sus seis hermanos.”

“¡Sí! ¡Alec me platicó! ¿Puedo conocerlos?”

Harry parpadeó. “Eh. Bueno, ya conociste a uno de ellos. ¿Recuerdas a Ron y a Hermione? Ron era su hermano.”

“Es el tío que tiene al bebé en la burbuja, ¿verdad?”

“Sí.”

“Nunca he visto a un bebé en una burbuja. ¿Puedo verlo?”

Harry se volvió a aclarar la garganta. “Bueno, ya no necesita estar en la burbuja. Mira, ¿ves las escobitas en ese estuche? Ésas son escobas pequeñas para niños muy, muy pequeños. No se elevan mucho para que si el niño se cae, no se lastime. Esta es para bebés.”

“¡Es muy chiquita! ¿Alec tuvo una cuando era chiquito?”

“Oh, sí,” dijo Harry sonriendo. “Tuvo una más grande cuando cumplió dos años.”

“¿Tú tuviste una escoba chiquita?”

“Si, tuve una de bebé.”

“¿Te gustaba?”

“No la recuerdo. Estaba muy chico.”

“¿Tuviste otras más grandes?”

“No,” dijo Harry un poco incómodo.

“¿Por qué, te caíste?”

“No,” contestó Harry y comenzó a señalar diferentes escobas. Todas eran geniales. Una volaba derecho muy rápido. Otra te dejaba ponerte boca abajo sin que te cayeras. Otra daba las vueltas muy rápido. Y Harry le explicó cómo funcionaba cada una, contestó todas sus preguntas, le contó historias sobre juegos de Quidditch.

Venir a Brigid’s Cross había sido una idea excelente.

“Muy bien, Ben,” dijo finalmente Harry. “Es hora de que regresemos con tu papá y con Alec.”

“Muy bien,” contestó Ben y regresaron a la tienda de música, pasaron frente a la tienda de los dulces. El estómago le gruñó.

“Después de que los recojamos, nos detendremos en el bar para comer algo, ¿de acuerdo?” dijo Harry, Ben no podía esperar. Un bar mágico. Probablemente tendrían jugo de calabaza.

“¿Todo bien por aquí?” preguntó Harry cuando regresaron a la tienda de música, en donde papá cargaba a Alec para que viera un juego de campanillas de viento. Se volvieron y les sonrieron, luego Alec se revolvió para que lo bajaran y corrió hacia Ben tan pronto como papá lo bajó.

“¡Ben! ¡Hay una poción que te hace cantar!” exclamó muy excitado. “Tienes que probarla, ¡es genial! ¡Te hace cantar en un montón de tonos a la vez!” arrastró a Ben hacia la encargada. “Este es mi amigo Ben, estamos en el mismo coro, ¿puede darle la poción, por favor?”

La encargada sonrió. “Muy bien, compañerito, como le dije a tu amigo Alec, esto no durará mucho tiempo, pues sólo es una muestra. La botella cuesta tres galeones. Ahora todo lo que tienes que hacer es pensar en los tonos que quieres cantar, ¿sí? Toma.” Le dio una tacita llena de una poción dorada que olía a violetas. Ben le dio un trago cauteloso.

“¡Sabe a fresa!” dijo y la chica sonrió.

“Piensa en las prácticas que tenemos en el coro,” dijo Alec, Ben cerró los ojos y se concentró. No sólo en la escala que cantaban los sopranos, sino también en la de los segundos y los altos.

Abrió la boca y cantó una nota para probar, abrió los ojos. “¡Funciona!” dijo. “¡Es genial!”

“Toma, vamos a cantar Pachelbel, es en cuatro partes,” dijo Alec. “Tú cantas los primeros sopranos y los primeros altos.”

“Pero tú no cantas los segundos sopranos,” dijo Ben. “Ni los segundos altos.”

“Pero me los sé. Vamos, cantemos.”

Y fue realmente divertido, aunque Ben olvidaba las notas continuamente. Alec no. Alec era mucho mejor en esto que él. Eso no era muy justo, porque Harry no sabía cantar y papá era muy bueno. Pero unas cuantas personas habían entrado en la tienda y les sonreían a los dos - brujas y magos reales les sonreían y asentían, papá tenía el brazo alrededor de la cintura de Harry y la barbilla sobre su hombro mientras los escuchaban cantar, Ben estaba en el paraíso. Este era el día más genial de su vida.

“¿Podemos comprar la poción, papá?” preguntó Ben, papá sonrió y asintió.

“¡Oh, Draco!” exclamó Alec. “Quizá podamos usarla cuando regresemos a casa - ¡podemos tomarla todos y practicar Beati Quórum! ¡Y, oh, Draco, quizá podamos cantar Miserere y Lacrimosa! Y papi, tú puedes cantar una parte, ¿no?”

“No soy muy bueno cantando, Alec,” dijo Harry riéndose.

Draco le sonrió burlón. “Escucha, con el esfuerzo suficiente, hasta tú puedes cantar una parte. Yo te ayudaré.”

Alec quería volver a probar la poción en ese momento, pero el estómago de Ben escogió ese instante para gruñir bastante fuerte.

“No, vamos, pequeño,” dijo Harry. “Creo que Ben se va a desmayar de hambre. Paguemos por la poción y vámonos.”

“¿Por qué se oye chistosa mi voz?” le preguntó Alec a la encargada mientras ella les guardaba la poción en una bolsa. “No se oye como mi voz. No me di cuenta cuando estaba hablando, pero la escucho cuando estoy cantando.”

“Bueno, si cantas una parte que no acostumbras, tu voz será más alta o baja de lo normal.”

“No, sí estoy acostumbrado. Pero se oye diferente.”

Ella se veía asombrada. “No estoy segura. ¿Estás bajo los efectos de otra poción o encantamiento?”

“No, pero traigo puesto un amuleto.”

“Es hora de irse, niños,” dijo Harry rápidamente. “Denle las gracias a la encargada,” les recordó. Salieron de la tienda y caminaron por la calle hacia el bar.

“Papi, ¿crees que mi voz es diferente por el amuleto?” preguntó Alec.

“Quizá. El amuleto te da el cuerpo de otra persona, y también puede cambiar un poco tu voz. Yo no lo había notado,” dijo Harry. “Es mucho más fácil disfrazarse así. Cuando era más joven, la única forma de disfrazarse bien era tomándote la poción multijugos.” Hizo una mueca. “Algo bastante asqueroso.”

Mientras caminaban, Ben se quitó el amuleto y tarareó algo. “¡Es mi voz otra vez!”

“Vuélvetelo a poner, Ben, por favor,” dijo papá.

“Esta calle huele muy feo,” dijo Ben, el amuleto se le atoró en el botón del cuello. “¿Por qué tenemos que ir por aquí para ir al bar?”

“Muchos lugares mágicos son así,” dijo papá. “Feos por fuera, pero por dentro están bastante bien. He comido aquí unas cuantas veces.”

“¿Tienen jugo de calabaza?” preguntó Ben todavía forcejeando con el amuleto.

Papá y Harry se sonrieron. “Sí, estoy seguro de que sí,” dijo Harry y se hizo a un lado para que pasaran una bruja y un mago con sombreros puntiagudos que salían del edificio. El mago miró a papá cuando pasó a su lado, avanzó un par de pasos, luego se detuvo, regresó y lo miró fijamente.

“¿Malfoy?” dijo el hombre lentamente. “¿Draco Malfoy?”

Papá se volvió sobresaltado.

“Eres Draco Malfoy, ¿no?” dijo el hombre frunciendo el ceño.

Papá le echó un vistazo a Ben rápidamente. “Sí,” dijo, se oía un poco nervioso.

“¿Qué diablos estás haciendo aquí?”

Papá le dirigió a Harry una mirada rápida, y Harry sujetó a Alec y a Ben, abriendo la puerta por la que acababa de salir la pareja. Ben intentó voltear a ver a papá, pero Harry lo sujetaba con fuerza. ¿Qué le estaba diciendo ese hombre a papá? ¿Y por qué papá se limitaba a mirar al hombre sin decir nada?”

“¿No te mandaron a Azkaban?”

“Me dejaron salir hace siete años.” dijo papá en voz baja, y Ben comenzó a forcejear mientras Harry intentaba hacer que cruzara la puerta. Algo le estaba pasando a papá y Harry no parecía entender que Ben necesitaba estar con él. Ese hombre se veía muy malo, y no era tan grande como papá, pero era un mago, y papá no había hecho magia en un buen tiempo, y quién sabe si el hombre intentaría convertir a papá en una rana o algo -

“¡Ben!” dijo Harry severo. “¡Entra! ¡Ahora!”

“¡No!” dijo Ben forcejeando con más fuerza.

“¡BEN! ¡Tu padre quiere que entres!”

“¡Ese hombre va a lastimar a mi pa’!” gritó Ben cuando la puerta se cerró detrás de él.

“No, no lo va a hacer, sólo es un idiota que está diciendo cosas tontas. Tu papá estará aquí en un minuto.”

“¡QUIERO A MI PA’!” gritó Ben, pero Harry le bloqueó el paso. Afuera se escuchaban gritos.

“¡BEN!” dijo Harry. “Escúchame. ¡Escúchame!” hizo una pausa y Ben dejó de forcejear. “Necesito salir para asegurarme de que tu papá está bien. Pero no puedo hacerlo si estás intentando salir, ¿de acuerdo? Necesito que tú y Alec se queden aquí para poder ir a ver si tu papá está bien. Regreso enseguida. ¿Puedo confiar en que se van a quedar aquí?”

Ben miró lo furioso.

“Ben, necesito ayudar a tu papá,” dijo Harry y Ben se dio cuenta de que tenía miedo. Un dolor le revolvió el estómago. “Por favor, prométeme que te quedarás aquí.”

Ben se mordió el labio. Papá necesitaba que lo ayudaran y Harry era mucho más grande que él, además trabajaba con los troles y todo eso. Asintió, el dolor se hizo más fuerte.

Harry se puso de rodillas y les puso una mano sobre los hombros a Alec y a Ben, mirándolos con seriedad. “Quédense los dos aquí y cuídense. Sean niños grandes por mí y Draco, ¿de acuerdo?”

Volvió a salir por la puerta y Ben aguzó el oído para escuchar lo que pasaba afuera.

“¿Qué pasa?” preguntó Alec en voz muy baja.

“No lo sé. ¡No puedo escucharlos!” exclamó Ben y el dolor se hizo aún más fuerte. Se oían gritos, pero no podía entender qué era lo que estaba pasando. Luego se escuchó un POP bastante fuerte y Harry regresó con ellos.

“Me los voy a llevar con Ron y Hermione,” dijo. “No te preocupes por tu papá, Ben, pronto regresará. Allá afuera había un par de personas indeseables comportándose como idiotas, tu papá no corre ningún peligro, pero le gustaría que ustedes dos se fueran.”

“¡NO!” dijo Ben y el miedo se hizo más grande. Se dirigió nuevamente hacia la puerta. “¡Mi pa’ nunca ha estado en la casa de Ron y Hermione! ¡No sabrá cómo llegar ahí!”

“Sí lo sabrá,” dijo Harry bloqueando la puerta. “Vamos -”

“¡NO!” gritó Ben y de pronto estuvo otra vez en la calle. Parpadeó ante la repentina luz, sin estar seguro de cómo había llegado ahí. ¿En dónde estaba? ¿Y dónde estaba papá? ¿Y Harry y Alec?

De pronto reconoció el edificio que tenía enfrente y corrió hacia el callejón de al lado. Ahí estaba la pareja que había visto antes, decían algo sobre morder fagos y Azkasan, papá apuntaba la varita frente a sí, pero no señalaba a ninguno de los dos y no decía nada. Luego la mujer le escupió a papá. Le escupió, con una expresión de coraje. Papá palideció mucho, y se limpió la mejilla, pero no le dijo nada. Se limitó a mirarla mientras ella gritaba.

“¡Maldita escoria mortífaga!”

“¡PAPÁ!” gritó Ben. La mujer se volvió el en momento en que la puerta se abrió y Harry salió.

“¡Ben! ¡Regresa aquí!” gritó Harry.

“¡¡PAPÁ!!”

“¿Y quién es éste?” preguntó la mujer, mirando a Ben con odio - Ben nunca la había visto antes, pero ella realmente lo odiaba.

“Entonces, la familia Malfoy no ha muerto, ¿verdad?” dijo el hombre acercándose un paso a Ben. Ben retrocedió hasta los brazos de Harry.

“Malditos sangres limpias,” escupió la mujer. “¡Deberían haberlos castrado en el momento en que decidieron no darles el Beso como se merecían! Estás educando a otro mortífago, ¿verdad?”

“¡No!” no fue papá el que dijo eso - ese fue Harry, que había avanzado hasta donde estaba papá y le había bajado la mano de la varita.

“Pueden decirme lo que quieran a mí,” dijo papá con fiereza, “pero cierren la boca sobre -”

“¡Draco!” Harry lo agarró, y luego se volvió hacia la mujer. “¡Cállese!”

“Entonces es tu hijo,” dijo el hombre mirando furioso a Ben. “¡Y tienes el valor de traerlo aquí!” Ben lo miró con miedo. El señor era como el abuelo cuando decía cosas desagradables sobre mamá.

“Llama a los otros para que salgan,” dijo la mujer. “Esto es demasiado bueno para que se lo pierdan. Un maldito mortífago suelto que trae a su familia aquí -”

El hombre se dirigió hacia la puerta y Harry lo agarró.

“¡No! Por favor, no diga nada sobre el niño, él es -”

“Se suponía que este bastardo debería haber desaparecido para siempre,” dijo el hombe, “y no viviendo su vida como si nada hubiera pasado -”

“¡Cumplió con su condena!” dijo Harry.

“¡Todavía debería estar ahí! ¡Dos de mis primos están muertos por su culpa!¿Y ahora está criando a uno nuevo? ¡Puedes apostar lo que quieras a que se lo voy a decir a todo el mundo!” Ahora el hombre tenía la mano en el pomo de la puerta, con la mujer detrás.

“¡Obliviate!” papá había movido su varita tan rápido que Ben no lo vio hacerlo, y el hombre y la mujer se vieron primero aturdidos, luego confundidos.

“¡DRACO!”

Nadie se movía. La pareja que le había estado gritando a papá estaba parada quieta, se veía confundida, y Harry y papá respiraban fuerte, como si hubieran corrido.

“Oh, dios mío, Draco, ¿qué has hecho...?” susurró Harry cubriéndose la boca con la mano.

Papá se veía aún más pálido, volvió a mover su varita y murmuró algo. Harry lo volvió a agarrar.

“¿Qué diablos estás haciendo?”

“Llamando a los Aurores,” dijo papá, se oía muy sombrío y miró a Ben. “No, no me detengas. Es la única oportunidad que tengo, vigilan mi varita, probablemente ya vengan en camino y -”

Entonces se escucharon dos sonoros POPs y llegaron dos hombres más al callejón, corriendo hacia papá y tomando su varita, hablaban muy rápido, el gordo apuntaba con una varita a papá, el delgado lo sujetó y papá se veía como si algo le estuviera doliendo.

“¡¡PAPÁ!”

“¡Ben, no!” dijo papá con severidad. “¡Retrocede!”

“Usted nos llamó señor, gracias -” le dijo el gordo a Harry.

“¡No! no, yo no los llamé, ¡él lo hizo!” dijo Harry rápidamente sacando las manos. “Yo vi todo, él no - él no comenzó nada, sólo estaba protegiendo -”

“Señor, él es -”

“Sé quién es,” dijo Harry y se quitó el amuleto. Ben parpadeó cuando el cabello de Harry se oscureció y sus ojos se aclararon, y su cara volvió a ser la misma, con la cicatriz familiar.

“¡Harry! ¡No!” dijo papá.

“¡Cállate!” le dijo Harry a papá antes de volverse al gordo. “Yo estaba aquí. ese hombre estuvo acosando a Malfoy, luego amenazó con hacerle daño a su hijo. Malfoy sólo estaba protegiéndolo, él los llamó a ustedes, no es una amenaza -”

“Sr. Potter, usted no entiende, él no tiene permitido -”

“Por supuesto que no lo tiene permitido, pero sólo estaba actuando para proteger a su hijo. Trató de evitar la confrontación, ni siquiera hizo nada cuando esa mujer le escupió -”

“Sólo recibe lo que merece,” dijo el hombre delgado mirando furioso a papá, y Ben nunca había visto a papá tan pálido. Miraba al suelo, con los labios presionados, y Ben comenzó a sentir pánico. Papá estaba atemorizado. Papá estaba atemorizado y papá no debería estarlo, y Ben no entendía nada.

“¿Por qué? ¿Por lo que hizo cuando era un niño?” dijo Harry enojado, y papá movió la cabeza urgentemente. ¿Por qué no decía nada papá? ¿Por qué dejaba que la gente dijera cosas desagradables sobre él? ¿Por qué dejaba que dijeran que se merecía que una mujer mala le escupiera?

“Quizá pensaría diferente si hubiera visto lo que yo he visto, señor,” dijo el hombre delgado, “pero a mi hermano casi lo mataron los -”

“¿Está diciendo que no sentiría mucha simpatía por los mortífagos si hubiera perdido a alguien querido por culpa de ellos?” preguntó Harry, y repentinamente su voz fue un susurro.

El hombre delgado se vio un poco asustado. “No. No, claro que no, señor, pero -”

“Miren, déjenlo ir -”

“No tenemos la autoridad para hacer eso, señor,” dijo el gordo tranquilamente. “Cualquier violación a su libertad condicional lo manda derechito a Azkaban. Él lo sabe.”

“Pero no de forma permanente,” dijo Harry. “Yo responderé por él. No tenía otra opción.”

“De cualquier forma tendrá que venir con nosotros.”

Y entonces Ben perdió el hilo de la conversación, y los hombres hablaban entre ellos y papá no decía una palabra. Ben se acercó a papá y el hombre delgado alejó a papá.

“Por favor,” dijo papá rompiendo su silencio. “Tiene miedo.”

“Dejen ir a Malfoy,” dijo Harry. “No se fugará. Si fuera a huir, se podría haber desaparecido de aquí. Sólo estaba intentando proteger a su hijo.”

“No estaba buscando la seguridad de su hijo,” dijo el hombre delgado. “Lo único que no quería era que le dijeran a su hijo la clase de escoria que es.”

“Es cierto,” dijo papá. “En parte.”

Harry miró a papá incrédulo.

“Harry, me van a interrogar con Veritaserum sobre todo el asunto,” dijo papá pesadamente. “Incluyendo mis motivaciones.”

“Finalmente aprendiste el valor de la honestidad, ¿verdad?” dijo el hombre delgado.

“Señor, por favor,” dijo papá al gordo.

“Suéltalo,” dijo el gordo y el delgado soltó a papá. Ben corrió hacia él, papá se arrodilló abrazándolo. Ben podía sentir que el corazón de papá latía muy rápido.

“¿Qué va a pasar, papá?”

“No lo sé, Ben,” susurró papá.

Ben lo abrazó mientras los hombres discutían encima de él, y papá lo abrazaba un poquito fuerte, pero no había problema. Más gente se aparecía y desaparecía, alguien llegó para llevarse a la bruja y al mago confundidos, una bruja buena apareció y llevó a Alec con Ben y papá, y todo el mundo hablaba. Obliviate, disculpas, Azkadan, infracción menor, quién iba a atender a los niños, y Ben no entendía nada.

Finalmente todo el mundo terminó de hablar. El gordo se volvió hacia papá. “Señor, tendrá que -”

“No - por favor, no enfrente de mi hijo.”

“Lo siento, señor,” dijo el gordo. Volteó a mirar a Ben. “De cualquier forma sabe que no recordará nada,” le dijo amablemente a papá.

Papá tenía lágrimas en los ojos, y eso era mucho más atemorizante que cualquier cosa. Papá no lloraba. Los papás simplemente no lloraban. Excepto por la vez en que Ben hizo que una silla se moviera sola. Papá tenía lágrimas en los ojos, pero se veía feliz. Esta vez no. Se levantó, todavía abrazando a Ben y se volvió hacia Harry.

“Harry -”

“Yo cuidaré de él,” dijo Harry. “Y pronto estarás en casa. ¿Quieres que lo lleve con Kara o debo -?”

“Dios, no lo sé,” dijo papá abrazando a Ben más fuerte.

“Vamos,” dijo impaciente el hombre delgado.

“Déjalo en paz,” dijo el gordo. “Va a venir de cualquier forma. Déjalo que se despida.”

“Kara ni siquiera está en Dublín este fin de semana,” dijo papá. “No sé dónde está.”

“Ya veré qué hago,” dijo Harry. “Va a estar bien. Regresarás pronto.”

Papá asintió y ahora Harry también tenía lágrimas en los ojos. “No te preocupes. Yo cuidaré de él,” volvió a decir Harry, y se acercó extendiéndole los brazos a Ben. Papá le pasó a Ben a Harry, Ben quería abrazarlo más, pero el gordo le quitó las manos suavemente. Ben comenzó a llorar y sintió que los brazos de Harry lo abrazaban.

“Ben,” dijo papá suavemente. “Benny. Tienes que escucharme un minuto.” Ben intentó dejar de llorar y papá le dirigió una pequeña sonrisa. “Me voy a ir un tiempo.”

“¿Cuánto?”

“No mucho, espero,” dijo papá, su voz temblaba un poco. “Espero estar pronto de regreso en casa. Pero ahora me voy a tener que ir, y tú y Alec van a tener que escuchar a este hombre unos cuantos minutos. Confía en mí, tendrás menos miedo si lo escuchas. ¿De acuerdo? Sean niños grandes por nosotros.”

“De acuerdo, papá,” dijo Ben e intentó no comenzar a llorar de nuevo.

“Ben,” dijo el gordo amablemente. “Quiero que tú y Alec me escuchen con mucha atención, ¿está bien?”

Y el hombre tenía una voz bonita. Una voz bonita, agradable, aunque no como la de papá. Lo tranquilizó sobre papá. Le dijo que todo iba a estar bien.

Y Ben se dio cuenta de que así sería. Era un poquito triste que papá se hubiera enfermado y tuviera que ir al hospital, pero se mejoraría, y con suerte sería pronto. Harry iba a llevar a Ben con mamá, y se quedaría con ella hasta que papá estuviera mejor. Lo único malo era que Ben no pudiera visitar a papá en el hospital porque papá tenía algo contagioso.

Luego hubo un pequeño pop, y Ben parpadeó confundido. Levantó la mirada hacia Harry.

“¿Podemos ir con mamá ahora?” quiso saber y se preguntó por qué se veía tan triste Harry.

“Sí, Ben, te llevaré pronto con ella. Pero tendrás que quedarte conmigo y con Alec hasta que ella regrese a Dublín.”

”¿Esto es Brigid’s Cross?” preguntó Ben mirando a su alrededor.

“Sí,” contestó Harry.

“¿Un día podemos ir a ver las tiendas? Papá dijo que me llevaría,” dijo Ben. “Sólo...” frunció el ceño un poco confundido. “Sólo que se enfermó.”

Harry suspiró y lo abrazó.

“¿Quizá podamos regresar cuando papá se mejore?”

“Quizá,” dijo Harry y su voz se oía muy chistosa. “Ahora, vamos a viajar por la red Flu a la casa de Ron y Hermione. Nos están esperando para cenar. ¿Recuerdas al bebé de la burbuja?”

Ben asintió.

“Bueno, ya no está en una burbuja, pero todavía es muy pequeño. ¿Quieres conocerlo?”

“¡Sí!” exclamó Ben. Y le sostuvo la mano a Harry mientras éste los llevaba a él y a Alec a la red Flu.

Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11

No se olviden de pasar a dejar sus comentarios, ¿vale?

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