Brasas

Mar 13, 2010 17:31

Fandom: Harry Potter
Título: Brasas
Autora: Anna Fugazzi
Clasificación: M
Resumen: Secuela de Voluntarios, escrita para la comunidad de hdsbeltane.


Capítulo 1
Capítulo 2
BRASAS

Capítulo 3: “Julio”

¡Hey, miren! Ya vamos en Julio de Brasas, la secuela de Voluntarios (fic escrito para hds_beltane). Como siempre, será recibida con agradecimiento cualquier sugerencia.

Muchas gracias a scrtkpr. Eres la ley. Y gracias a alexlee y KT por sus comentarios J

N/T: La psoriasis (del griego ψώρα, sarna) es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, no contagiosa, que produce lesiones escamosas, engrosadas e inflamadas, con una amplia variabilidad clínica y evolutiva.

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Fecha: 16 de Junio
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
¿Alec ya regresó de la pijamada? Ben me ha estado preguntando por él, quiere saber si tuvo un buen fin de semana.

Fecha: 16 de Junio
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
Alec tuvo un fin de semana, jugó mucho. ¿Cómo está Ben?

Fecha: 16 de Junio
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
También tuvo un buen fin de semana

Fecha: 20 de Junio
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
Ben no ha visto a su mamá en un buen tiempo, así que se quedará con ella este fin de semana.

Fecha: 21 de Junio
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
Qué mal. ¿Entonces el próximo fin de semana?

Fecha: 10 de Julio
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
Hay otro cumpleaños este fin de semana, por el hijo de Fred. Yo voy a ir a la fiesta y Alec se quedará a dormir.

Fecha: 11 de Julio
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
De cualquier forma este fin de semana Ben estará con Kara. Diviértete en la fiesta.

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14 de Julio

“No, este mes que pasó sí estuvo de locos,” se rió Harry y le agradeció con un gesto a Ron cuando éste distribuyó cinco cervezas de mantequilla bien frías.

“¿No perdiste un trol de seguridad?” preguntó Fred, recargándose contra la pared detrás de la Madriguera, y aceptándole una botella a Ron.

“¡Dos!” exclamó Harry. “A uno le echaron una congestión nasal -”

“No preguntes,” intervino Bill rápidamente haciendo una mueca. “El otro con psiorasis.”

“Y dos bóvedas se quemaron hasta las cenizas,” dijo Harry. “Las dos pertenecían a los descendientes de un vejete que murió en 1827.”

“¿Descendientes?” preguntó Ron al destapar su botella. Merlín, que día tan caliente. Echó un vistazo a la casa benditamente fría en donde estaban reunidos casi todos los adultos, y se preguntó una vez más porque ellos cinco se habrían ofrecido a quedarse afuera para vigilar a los niños.

“Por lo que pudimos averiguar, uno de los primos rivales lanzó un maleficio sobre la séptima generación de sus descendientes,” le contestó Harry. “Ya sabes, lo habitual, ‘Y por consiguiente, tus herederos cosecharán la Venganza de los Galeones Envueltos en Llamas,’ ¡por lo que en cuanto la pobre mujer dio a luz a la séptima generación, las dos bóvedas ardieron en llamas!”

“Tuvimos suerte de que uno de los propietarios y la nueva mamá tuvieran el mismo apellido,” añadió Bill, “o de lo contrario nunca lo habríamos descubierto. Ninguno se conocía.”

“Por cierto, gracias,” le dijo Harry a George.

“¿F-funcionó el contra maleficio?”

“Sí - y en caso de que Bill no te lo haya dicho ya, de verdad que no queremos saber cómo es que lo conoces tan bien.”

George sonrió desdeñoso y le dio un trago a su cerveza de mantequilla.

“¿El maleficio Dinero-Infernal?” preguntó Fred. George sonrió aún más y asintió.

“Oh, también Fred lo conoce. Qué impresión,” comentó Bill sombrío y Ron y los otros se rieron. “En fin, ni siquiera habíamos terminado con el papeleo de eso cuando descubrimos que un cliente moroso había colocado un maleficio bastante creativo en su reserva personal para que los duendes no pudieran cobrar.”

“Entonces, fue un día regular en la oficina,” dijo Ron.

“Bueno, eso fue lo que pensó nuestra nueva rompedora de maldiciones,” dijo Harry.

“Es su primer mes,” comentó Bill. “Recién salidita de Hogwarts, entra a la bóveda y casi se destripa ella misma y al trol de seguridad.”

“Fue un mes malo para los troles de seguridad,” observó Ron.

“Entonces, entramos nosotros,” dijo Harry, “y nos damos cuenta de que la forma más rápida de salir de ésta es utilizar un cáliz mágico hecho por duendes pero propiedad de magos -”

“-lo que siempre es un placer -” intervino Bill. “Casi no nos costó trabajo obtener el cáliz, por lo que el trabajó nos tomó tres semanas más así como un millón de reportes que explicar. Ugh.”

“Sabes, es curioso,” dijo Harry. “Recuerdo que una vez me dijiste que tenías amigos duendes, luego te reíste y dijiste algo así como, ‘Tan amigo de un duende como cualquier mago puede decir.’ En ese momento no te entendí.”

“¿Debo suponer que ahora lo entiendes?” sonrió burlón Fred.

“Demasiado bien,” dijo Harry con sentimiento.

“Harry, cariño,” la mamá de Ron asomó la cabeza por la ventana. “¿Podrías echarle una mano a Arthur en la cocina? Ha estado intentando limpiar la lavavajillas muggle y me temo que la ha puesto nerviosa.”

“Yo voy también,” dijo Bill siguiendo a Harry. “El trabajo de un rompedor de maldiciones nunca termina.”

“¿Hermione ya terminó de darle de comer al bebé?” le preguntó Ron a su mamá mientras Bill y Harry entraban.

“Sí, cariño, y me alegra que se haya ido a la recámara para hacerlo; la pobrecita se quedó dormida.”

“Paguece que Hegmione no ha dogmido un buen tiempo,” dijo Fleur uniéndose a su mamá en la ventana, con su hijo de un año en brazos. “No se ve bien.”

“Tiene un bebé muy pequeño,” dijo recriminatoria la mamá.

“Yo también, y otgos dos más ggandes,” señaló Fleur echando para atrás su larga cabellera plateada y sonriéndole a su hijo más pequeño que dormía pacíficamente en sus brazos. Ron, Fred y George escondieron sus sonrisas ante la expresión molesta de su mamá y mejor se volvieron hacia el jardín en donde los nueve restantes nietos Weasley jugaban felizmente, eran un motín casi universal de pecas y cabello rojo. Los niños más grandes estaban desgnomizando el jardín vigorosamente, mientras que los pequeños jugaban felices en la caja de arena observando absortos, como sólo unos niños de tres años podrían hacerlo, cómo caía la arena por el cernidor. Ron sonrió con cariño cuando su hijo de pronto salió con un gnomo en la mano haciendo muecas cuando lo mordió, Jasón dejó escapar unas cuantas palabras bien escogidas. Qué bueno que Hermione no estaba aquí para escucharlo. Alec estaba sentado cerca sobre los restos de un árbol observando tranquilamente a la nada cantando para sí mismo. Por lo poco que pudo escuchar Ron por encima de los gritos de los cazadores de gnomos, la letra decía algo de haber sido llevado a algún lugar.

George frunció el ceño. “¿En dónde está -?”

“¿Frank? Debajo del seto,” dijo Fred señalando un par de piernas que se asomaban seguidas de un niñito mugriento que iba saliendo. “Creo que está intentando atrapar pixies.”

“Ese es Graham.”

“Frank.”

“Su camisa tiene una G.”

“Los vi cambiárselas.”

“M-maldición.” George echó un vistazo a la casa preocupado.

Fred se rió. “¿Demelza sigue amenazándolos con escribirles una F y una G sobre la frente con tinta permanente si siguen haciéndolo?”

“L-le dije a mamá que no se lo dijera.”

“Te lo mereces y lo sabes,” dijo Ron alegre. “Los dos. Mamá y papá se están vengando por todas las preocupaciones que les dieron ustedes dos.”

“Esto ya se pasó de venganza, compañero,” dijo Fred con sentimiento observando a su hija aterrorizar a los gnomos y a sus primos con alegría desenfrenada.

“Michelle se ve mucho mejor,” comentó Ron.

“Fue dada de alta hace dos días,” dijo Fred y Ron asintió. Finalmente Michelle se había recuperado de un ataque de varicela de dragón , sin embargo, Fred y su esposa seguían sintiéndose nerviosos por ella. Pero la niña no se veía mal.

“Puedo lanzar a los gnomos más lejos que ustedes,” les decía en voz alta a sus primos.

“No es cierto,” dijo Pierre, el hijo más grande de Bill.

“Que sí.”

“Que no. Y no deberías lanzarlos para allá; la abuela se volverá loca si caen sobre sus begonias.”

“No si nos deshacemos de ellos antes de que los vea. Hagamos una competencia para ver quién los lanza más lejos.”

“Muy bien, apunta y -”

“Que cada uno lance cinco, para que luego nadie diga que fue de chiripa.”

“No tengo cinco.”

“Remy, tú y Jasón caven y pónganlos en este barril. Pero vamos a necesitar más ayuda.” Miró a su alrededor. “¡Alec, ven a ayudarnos a sacar gnomos de jardín!”

Los hombres se volvieron a mirar a Alec, y Fred suspiró cuando Alec se encogió un poco y sacudió la cabeza.

“¡Tienes que hacerlo! ¡Ven aquí!” exclamó imperiosa Michelle.

“No quiero. Estoy ocupado,” contestó, Fred movió la cabeza en un gesto negativo y se dirigió hacia ellos. George lo detuvo con una mano.

“Todavía no ha hecho nada malo,” señaló Ron. “Y sabes que Harry quiere que Alec aprenda a defenderse solo.”

“¡No estás haciendo nada!” gritó Michelle. “¡Ven a ayudar!”

“Estoy practicando una canción.”

“Eso es tonto.”

Fred se talló la frente. “¿Cuando hace eso, ustedes también sienten simpatía por Percy, o sólo soy yo?”

“N-no solo eres tú,” dijo George sarcástico. “Pero Percy nunca fue tan bonito como Alec.”

“Tampoco tuvo tíos que lo defendieran si las cosas se ponían feas,” señaló Ron.

“Tenía a mamá,” dijo George.

“Cierto.”

“Aprendí una canción nueva,” le dijo Alec a Michelle. “¿Quieres escucharla?”

“No,” le contestó impaciente la niña y Fred hizo una mueca ante la expresión de decepción de Alec.

“Ven, Alec,” le dijo Fred para darle ánimo. “A mí me gustaría escuchar tu canción nueva.”

Alec se puso contento y se acercó a sus tíos, se irguió y comenzó a cantar. Michelle se dirigió hacia ellos y lo interrumpió impaciente.

“Es una canción tonta,” dijo con desprecio.

“Michelle,” dijo Fred en tono de advertencia.

Alec permaneció sereno. “Es la armonía. Es la parte que va con la melodía. Generalmente no la cantas sola.”

“¿Ni siquiera cantas canciones de verdad? ¿Qué tiene de divertido?”

“¡No, es genial! Es mucho más difícil cantar la parte de contralto, Ben es primer soprano, y cada vez que lo veo podemos practicar juntos, tiene una voz genial -”

“¿Ben?” Fred frunció el ceño, Ron se tensó percatándose de que George de pronto contuvo el aliento.

“¡Sí! Le dije que me enseñara porque estamos en coros diferentes, pero luego me dijo que quizá podría cantar con su coro para el próximo concierto, y le preguntó a su papi y su papi dijo que sí, aunque es un coro muggle y ¡es genial! ¡Vamos a cantar juntos! ¡sobre un escenario!”

Los labios de Fred eran una línea fina, Alec dejó de hablar de pronto, como si lo hubieran apagado.

“El papá de tu amigo, ¿es Draco?” preguntó en voz baja y Alec parpadeó nervioso. “No importa, compañero,” dijo Fred sintiendo su incomodidad. Le dio una palmadita en el brazo y le dirigió una pequeña sonrisa. “Me alegra que te diviertas en el coro.”

“Draco ha - él es - es agradable, ha cambiado,” dijo Alec con voz un poco temblorosa.

La expresión de Fred era cuidadosamente neutral. “Alec, está bien. Me alegra que te guste tu coro. ¿Quieres seguir practicando tu canción?” Alec asintió, todavía tenía los ojos verdes muy abiertos y estaba nervioso. “Ve.” Se inclinó para darle un abrazo cálido a Alec y le murmuró, “¿Por qué no vas a practicar cerca del cobertizo de los pollos? Michelle los odia. Más tarde puedes cantarnos tu canción, ¿vale?”

Alec se marchó, Fred se enderezó y se volvió hacia Ron. “Entonces, Harry sigue en contacto con Malfoy.”

George desvió la mirada, Ron respiró profundo. “Sí.”

“¿Están saliendo?”

“No lo ha dicho.” Ron hizo una pausa. “Pero creemos que sí,” terminó renuente.

Fred se volvió y se dirigió a la casa sin decir otra palabra. Ron y George intercambiaron una mirada alarmada y salieron tras él.

“Fred -” comenzó a decir Ron siguiéndolo mientras avanzaba por entre la gente que había en la sala para entrar en la cocina en donde su papá, Bill, Harry y Anne , la esposa de Fred estaban parados alrededor del lavavajillas que sollozaba.

“Necesito hablar contigo un momento,” le dijo a Harry en voz baja, éste levantó las cejas, y lo siguió por el pasillo. George se unió rápidamente al grupo alrededor del lavavajillas llorón y fingió un gran interés para distraer a su papá y a Bill. Anne entrecerró los ojos observando a Harry y Fred.

Harry miró por la ventana hacia el jardín preocupado. “¿Alec y Michelle están -?”

“Escuché que sigues en contacto con Malfoy,” dijo Fred tranquilo.

Harry se tensó y miró rápidamente a Ron que se encogió de hombros en vano. “Sí. Nunca dije que no fuera a hacerlo.”

“¿Exactamente qué significa ‘contacto’?”

Harry entrecerró los ojos. “Fred, esto no es de tu incumbencia.” Se volvió para regresar a la cocina.

“No hemos terminado,” dijo Fred.

“Sí, ya terminamos,” dijo Harry por encima del hombro.

“¡No te atrevas a dejarme aquí parado, maldita sea!” exclamó Fred, su papá y Bill voltearon a verlos sorprendidos. George se cruzó de brazos y se recargó contra la pared resignado.

“¿Qué pasa?” preguntó su papá.

“¿Vas a decirles?” le preguntó retador a Harry. “¿O se los digo yo?”

“Fred, no -” comenzó a decir Ron mirando hacia la sala, en donde al parecer habían puesto en pausa algunas conversaciones cuando la gente escuchó las voces elevadas en la cocina. “¿Quieres que todo el mundo se entere?” preguntó Ron dando la espalda hacia la sala y bajando la voz.

“¿Se enteren de qué?” preguntó la esposa de George entrando a la cocina.

“Quizá sí deberíamos,” dijo Fred.

“¡Fred! ¡No!” exclamó Ron con el corazón en el piso.

“¿Por qué?” preguntó Fred. “¿Quieres mantener esto por siempre entre nuestro pequeño círculo? ¿No crees que al menos Bill tiene el derecho de saberlo?”

“¿El derecho de saber qué?” preguntó Bill y Ron gruñó. En la sala habían dejado de platicar.

“¿Qué pasa?” preguntó Fleur preocupada entrando en la cocina. “¿Nos estás ocultando algo?”

“No es asunto de nadie -” comenzó Ron.

“De hecho, yo creo que sí,” dijo Fred.

“¿Qué pasa?” volvió a preguntar Fleur.

“Estoy saliendo con Draco Malfoy,” dijo Harry en voz baja.

Hubo un silencio impresionado.

Fleur frunció el entrecejo. “¿Es una bgoma?” volteó a mirar a Fred y a George sospechosa.

“No,” contestó Harry.

“I-iré a ver a los n-niños,” dijo George abruptamente saliendo por la puerta trasera.

Fred hizo un sonido de impaciencia. “Tú eres uno de los más afectados por esto. Alec está pasando tiempo con Malfoy. ¿Quieres eso? ¿A sabiendas de lo que su familia le ha hecho a la nuestra? ¿A ti?”

George le dirigió una mirada inescrutable y salió por la puerta seguido inmediatamente por su esposa.

“Fred, déjalos,” dijo Anne en voz baja cuando Fred hizo el intento de seguirlos. Fred se detuvo.

“Buen movimiento, Fred,” dijio Ron disgustado. “Bien hecho.”

“¿Estás saliendo con... Malfoy?” preguntó Percy débilmente. “¿Draco Malfoy?”

“No, con Lucius,” dijo Fred impaciente. “Claro que con Draco Malfoy.”

“Esto no es asunto nuestro,” repitió Ron.

“¿Disculpa?” dijo Percy abriendo mucho los ojos. “¿Harry está saliendo con Malfoy y tú dices que no es asunto nuestro?”

“¿Qué pasa” preguntó Hermione entrando en la cocina con Joshua en los brazos. Miró a su alrededor a la gente ahí reunida en silencio: Bill y Fleur se veían heridos, papá se veía un poco enfermo, Percy y su esposa tenían cara de asustados y mamá, Fred, Anne, Harry y Ron con aire sombrío.

“Harry acaba de decirnos que está saliendo con Draco Malfoy,” dijo Fred pesadamente. Hermione suspiró y fue a pararse junto a Harry y Ron, le puso una mano de consuelo a Harry en el hombro y Ron le quitó al bebé.

“¿Quién ya estaba enterado?” preguntó Bill en voz baja.

Ron se aclaró la garganta manteniendo la mirada fija en Joshua como para evitar ver la expresión dolorida de Bill. “Hermione y yo. Los gemelos, Anne y Demelza.”

“Y yo,” dijo mamá.

“¿Y todos decidieron mantenerlo en secreto?” preguntó Bill.

“No creímos que alguien más debiera molestarse por ello,” dijo mamá.

“No me digas,” dijo Bill suavemente. Harry se frotó la frente, se veía miserable. “¿Desde hace cuánto tiempo?”

“Desde la noche de Beltane,” contestó Harry.

“¡¿Qué?! ¡Son dos meses!” exclamó Fleur. “¿Cómo fue que passó?”

Harry se talló los ojos por debajo de los lentes. “Tuve que trabajar con él por lo de Beltane, ¿recuerdan? Pudimos conocernos bien. No creí - nunca quise que -” se detuvo y respiró profundo. “No es la misma persona de antes. Yo... entiende a Alec. Alec está feliz y... yo soy feliz con él, lamento ponerlos en una posición difícil -”

“¿Ponernos en una posición difícil?” preguntó Fred sombrío. “¿Así es como le llamas a esto?”

“No lo sería si no hubieras obligado a Harry a decirle a todo el mundo, Fred,” señaló Ron en voz baja para no asustar al bebé.

“Oh, tienes razón,” dijo Fred. “Hubiera sido mucho mejor para él seguir viendo a Malfoy en secreto durante años hasta que un día todos recibiéramos invitaciones para la boda para hasta en ese momento lidiar con ello.”

“No podíamos ocultar esto para siempre, Ron,” dijo mamá. “Lo siento, yo no quería traicionar la confianza de Harry, pero nunca he estado a favor de esta relación, y pienso que ya era hora de que saliera a la luz.”

“Miren, es decisión de Harry con quién -” comenzó Hermione.

“¿Disculpa?” la interrumpió Anne. “Draco Malfoy es el responsable de lo que le pasó a Bill y -”

“Tenía dieciséis años,” replicó Hermione acaloradamente. “Y lo estaban amenazando, además no sabía que Fenrir cruzaría por el gabinete.”

“No,” dijo Anne, poniendo los ojos en blanco. “Tan sólo sabía que irían un montón de mortífagos. ¿Quién hubiera podido imaginar que también iría un hombre lobo?”

“Lo siento, pero lo de ‘él no sabía’ no es excusa,” añadió Percy.

“No estamos diciendo que sea una excusa,” comenzó Hermione. “Pero es -”

“Además, estuvo en prisión,” añadió mamá. “Prisión. Y no como Sirius, que fue encerrado erróneamente - en prisión por un buen motivo, junto con sus dos padres.”

“¿Hace cuántos años? ¿Y durante cuánto tiempo?” refutó Ron. Cruzó brevemente por su mente la idea de que estaba completamente loco al defender a Malfoy ante su familia... pero ni él ni Hermione podían dejar que Harry se enfrentara solo a todo el clan Weasley. En especial porque Harry se veía... vaya, ‘más que miserable’ sería la descripción que más se acercaba a la expresión que tenía en estos momentos.

“Cuando nos enteramos de que Harry estaba interesado en él, investigué su pasado,” dijo Hermione con voz firme. “Está vigilado constantemente y no ha ocasionado ningún problema. Trabaja con muggles, por el amor de dios.”

Ron reprimió una sonrisa completamente inapropiada al ver que su papá hacía esfuerzos visibles para contener el impulso de desviar la conversación pidiéndole a Hermione que le explicara más del asunto.

“Su padre le lanzó una maldición a George,” dijo mamá. “Necesitó seis meses para salir de San Mungo. Y todavía - nunca volverá a ser el mismo, todavía tartamudea, ni puede ver bien en los interiores sin lentes -”

“Ya sabes lo que George piensa al respecto, mamá,” protestó Ron. “Siempre ha dicho que piensa que le tocó fácil. A nadie le importa su tartamudeo, y sus lentes para ver en el interior le permiten ver a través de las paredes, cosa que no deja de divertirle.” Miró por la ventana hacia donde George y su esposa parecían haber organizado un concurso de lanzamiento de gnomos con los niños. George cargaba a uno de sus gemelos - Graham a juzgar por la bien definida G que tenía en la frente - y gritaba contento cuando el hijo de en medio de Bill lanzó uno en un gran arco sobre los arbustos.

“Además, Lucius Malfoy va a pasar el resto de su vida en prisión, y Draco no tiene contacto con él,” estaba diciendo Hermione cuando Ron regresó su atención a la conversación.

“¿Qué tanto contacto tienen tu y Alec con Malfoy?” le preguntó Bill a Harry.

“Nos vemos cada dos fines de semana,” dijo Harry. “La mayor parte de las veces viene de visita con su hijo. No quiere publicidad, así que no salimos.”

“Qué encantador,” dijo Anne cortante. “¿Esto es lo que le estás enseñando a tu hijo? ¿Que ser parte de una pareja significa verse en secreto?”

Harry se veía incómodo. “Miren... nunca lo he traído aquí, no los invito cuando él está allá, ninguno de ustedes tiene que verlo. ¿Por qué importa que -?”

“¡Está con Alec!” exclamó Fred.

“¡Lo entiende!” exclamó también Harry. “¡Entiende cómo trabaja su mente, y lo que la música significa para él! ¿Sabes lo raro que eso es para Alec?”

Fred se mordió el labio y Ron se preguntó si estaría recordando la escena que acababan de presenciar con Michelle.

“¿Qué quieren de mi?” preguntó Harry al aire. “¿Quieren que deje de verlo?”

“Para empezar,” asintió Percy. “O al menos que lo mantengas lejos de Alec.”

“¿Y si no lo hace?” preguntó Hermione. “¿Qué harán entonces?” hubo un silencio incómodo. “¿Quizá rechazarlo? ¿No permitir que ni él ni Alec vengan a la Madriguera?”

“¡Por supuesto que no!” dijo papá impresionado.

“No seas ridícula,” dijo mamá con vehemencia. “Esta es tu casa tanto como la de nadie, cariño,” le dijo a Harry.

“¿Y ustedes dos?” Hermione se volvió hacia Fred y Percy. “¿No querrán estar en el mismo cuarto que Harry? ¿Se negarán a venir si él está aquí?”

Fred y Percy intercambiaron una mirada y Harry se aclaró la garganta. “No me hagan escoger entre Draco y ustedes, por favor,” dijo en voz baja.

“¿Por qué? ¿A quién escogerías?” preguntó Fred retador.

“¿Tienes que preguntar?” contestó Harry. Bajó la mirada al suelo durante un largo momento. “Ustedes... ustedes son toda la familia que Alec y yo tenemos,” dijo lentamente. “No voy a poner eso en peligro por un hombre. Hemos estado saliendo unos meses, no importa lo que sienta por -” se detuvo y apartó la mirada. “Miren, decídanlo entre ustedes. Alec y yo iremos -”

“No, cariño,” dijo mamá rápidamente. “Por favor, quédate. Podemos solucionarlo hablando.”

“No lo creo. Si me quedo, muchos de nosotros vamos a decir cosas de las que nos arrepentiremos luego.” Miró a Fred. “Sé que yo lo haré.”

“Al menos deja a Alec aquí,” dijo mamá. “No hagas que se pierda la pijamada del cumpleaños.”

“De acuerdo,” dijo Harry cauteloso. “Vendré mañana por él.”

“Harry...” dijo papá y Harry se volvió. “Eres tan hijo nuestro como cualquiera de los chicos,” dijo incómodo, Harry le dirigió una pequeña sonrisa.

“Gracias.” Harry vaciló un momento antes de dirigirse al jardín trasero.

“Buena movida, Fred,” dijo Ron. Miró por la ventana. Alec parecía estarle diciendo algo importante a Harry y éste lo escuchaba pacientemente mientras asentía. Levantó la mirada cuando George se acercó, intercambiaron miradas mientras Harry abrazaba a Alec a modo de despedida y se incorporaba para marcharse. Luego George dijo algo que pareció sobresaltarlo, para luego tomar a Alec de la mano y llevarlo de regreso al concurso de lanzamiento de gnomos. Harry se quedó ahí parado mirándolos un momento, se veía desconcertado, luego se desapareció.

“- no iba a pasar nada porque habláramos con Harry al respecto,” decía mamá. “Quizá si supiera que creemos que es una mala decisión -”

“Mamá, lo sabe, ¿de acuerdo?” dijo Ron impaciente, cambiándose al bebé de hombro cuando éste comenzó a moverse. “Hermione y yo hemos hablado bastante con él.”

“Ustedes dos han estado haciéndola de cupido casi desde el principio,” dijo Fred enojado. “No estoy seguro de que sea bueno que hablen con él. El resto de nosotros -”

George abrió la puerta trasera y asomó la cabeza. “¿Ya terminaron? V-vi a Harry marcharse.”

“No, no hemos terminado,” dijo Percy, George suspiró, se puso sus lentes y volvió a entrar. “Y para que quede claro, yo creo que Fred tiene razón,” continuó Percy. “No estoy seguro de qué podemos hacer, pero no podemos quedarnos sentados -”

“Ahí tienes, Fred. Percy cree que tienes razón. Tienes el apoyo absoluto de Percy.” A Ron le divirtió sombrío las expresiones de ambos; no se podía saber quién estaba más perturbado que el otro por encontrarse en el mismo lado de un tema.

“Entonces, ¿qué van a hacer?” volvió a preguntar Hermione. “¿Va a exigirle que deje de ver a Malfoy?”

“¡Sí!” exclamó Percy.

“¿Y si no lo hace?” preguntó Hermione.

“No voy a estar en la misma habitación que Malfoy,” replicó Percy.

“Bueno, entonces ya terminamos,” dijo Ron cortante. “Digámosle a Harry que termine con Malfoy inmediatamente.”

Fred se aclaró la garganta. “Miren, Harry platicó largamente conmigo en Mayo y ahí me dijo que no quería que le dijera esto a nadie. Se negó a contestarme cuando le pregunté si estaba saliendo con Malfoy, y sólo me pidió que no le dijera a nadie que no estuviera enterado ya. No lo hice. Todo quedó entre nosotros - nunca le he dicho nada a Lee, Angelina o Verity. Pero quizá sea hora de cambiar las cosas.”

“¿A qué te refieres?” preguntó Hermione.

“Malfoy no quiere que nadie se entere de su relación con Harry. Sé que los que están en libertad condicional tienen que contarle todo a sus oficiales, incluyendo los acontecimientos de sus vidas privadas. Dudo mucho que Malfoy lo haya hecho.”

“¡¿Le dirías a su oficial de libertad condicional?! ¡¿Lo regresarías a Azkaban?!” Hermione no lo podía creer, Ron se quedó boquiabierto.

“Desearía poder,” contestó Fred sombrío. “Pero no creo que con eso sea suficiente. Sólo tiene que reportarse cada seis meses. La última vez que lo hizo fue en Marzo, así que la próxima es hasta Septiembre. Técnicamente no ha violado su libertad condicional.”

“Pareces estar muy enterado sobre el asunto,” comentó Bill.

“I-investigamos un poco,” dijo George en voz baja. “B-buscamos su expediente de Azkaban.”

“Entonces, ¿para qué decirle a su oficial si no va a servir de nada?” preguntó Hermione.

“A su oficial o quizá al Profeta,” dijo Fred. “Malfoy no quiere publicidad; si la tiene, se arrastrará de vuelta a la piedra debajo de la cual se haya estado escondiendo y dejará en paz a Harry y a Alec.”

Hermione movía la cabeza con incredulidad. “¿Y no crees que le dolerá a Harry verse en la primera plana del Profeta? ¿Y qué hay de Alec?”

“Malfoy no tiene que saber que realmente no queremos hacerlo,” señaló Fred.

“Entonces es chantaje,” dijo llanamente Ron.

“Si quieres llamarlo así,” dijo sin expresión alguna Fred.

“Eso es lo que es,” intervino Hermione con voz fría. “Y no puedo creer que quieras caer tan bajo.”

“¡Yo no puedo creer que Harry haya caído tan bajo como para salir con Malfoy!” exclamó Percy acaloradamente. “¡Se está comportando completamente irresponsable!”

“¡Ya no tienes dieciséis años!” le dijo Hermione a Fred ignorando a Percy. “¡Y esto no es igual que amenazar con contarle a la gente que Ludo Bagman robó tu dinero! ¡Estamos hablando de una persona real cuya vida estás amenazando - cuatro personas de verdad, dos de ellas niños pequeños que no han hecho nada malo!”

“¡No quiero cerca de Alec a un ex prisionero y mortífago!” exclamó Fred. “¿A nadie más le importa eso?”

“¡Sólo porque no queramos recurrir al chantaje no significa que no nos importe!” dijo Hermione.

“¿Cómo se puede decir que les importa si dejan que Harry meta a Malfoy en la vida de Alec?” preguntó Percy.

“Harry se siente solo, Percy,” dijo Ron. “Muy, muy solo. ¿No crees que eso también afecta a Alec?”

“Puede encontrar a alguien más,” dijo mamá, se veía afligida pero decidida. “Todos lo hemos animado a que salga otra vez durante años -”

“¿Y por qué crees que no ha seguido a nadie de toda la gente que le hemos conseguido?” preguntó Hermione.

“No lo sé,” dijo mamá, “pero seguramente hay alguien más que -”

“Quizá, mamá, pero Malfoy lo hace feliz,” dijo Ron sintiéndose un poco enfermo incluso mientras hablaba.

“Eso es cierto,” dijo Bill de pronto. “Yo lo he notado. En el trabajo está más alegre. De hecho, me había estado preguntando el por qué.”

“Sí, dijiste qge estaba más alegge,” dijo Fleur asintiendo. “Pego... ¿después de lo que ese chico Malfoy te hizo? ¿No cgees que Fged tiene gazón?”

Bill respiró profundo. “No creo que sea de nuestra incumbencia,” dijo. “Si no trae a Malfoy aquí y no está viviendo con él, no creo que podamos hacer mucho. Además no estoy seguro de querer hacer algo al respecto. De lo que si estoy seguro es de que no quiero tener nada que ver con un chantaje.”

Fred y Percy intercambiaron miradas. “Entonces... ¿eso es todo?” preguntó Fred incrédulo. “¿Es libre de tomar sus decisiones, libre de criar al hijo de Ginny cerca de un convicto y todo el mundo es feliz?”

“Nadie es feliz,” dijo Bill impaciente. “Ciertamente a mí no me hace feliz el hecho de que Harry y yo hayamos trabajado juntos durante años y que me haya ocultado algo como esto. Pero no significa que vaya a hacer algo al respecto.” Fleur movió la cabeza en desacuerdo pero no dijo nada.

“¿George? ¿De qué lado estás?” preguntó tranquilamente Hermione.

George se encogió de hombros. “S-sinceramente no me importa,” dijo. “Lo siento, Fred, pero no me importa. Buscamos los registros de Malfoy, a-ahora respeta la ley, n-no me importa -”

“¿Cómo puedes aceptar-?” lo interrumpió Fred.

“Porque han pasado muchos años,” dijo George con firmeza. “Y no f-fue Draco Malfoy el que me echó el maleficio.”

“Yo sé que Demelza no está de acuerdo contigo al respecto,” dijo Anne.

“M-me da gusto por Demelza,” dijo George cortante.

Fred negó con la cabeza. “Esto no ha terminado,” dijo con amargura. “No ha terminado. Ustedes podrán estar de acuerdo, pero yo me niego.”

“Yo también,” dijo Anne.

“¿Estás dispuesto a poner en peligro una amistad debido a con quién está saliendo Harry?” preguntó Hermione.

“N-no es justo,” intervino George tranquilo. “Sabes que Fred y Anne no quisieron decir eso.”

Hubo un lago silencio.

“Bueno. Esto ha sido muy agradable,” dijo papá pesadamente. “Pero creo que ya fue suficiente. Es la fiesta de cumpleaños de tu hijo, Fred. Vayamos por los niños para cortar el pastel y abrir los regalos.”

Fred movió la cabeza y fue por su hijo con los labios en una fina línea, irradiaba coraje, mientras los demás sacaban el pastel y los regalos y lanzaban encantamientos enfriadores.

Ron sintió una ola de resentimiento hacia Harry, quien lo más probable era que en este mismo momento estuviera con Malfoy. Meció a Joshua suavemente y observó a Alec que veía ensoñadoramente las hojas que tenía encima, mientras tarareaba una melodía antes de que Demelza lo cargara para llevarlo a la parte del jardín en donde estaba reunida toda la familia. Alec hizo una mueca cuando cantaron ‘Feliz Cumpleaños’ fuera de tono.

Ron suspiró al observar a toda su enorme familia, en la que cada niño tenía dos padres. Harry siempre estaba solo cuando estaba presente. Y si seguía viendo a Malfoy, nunca podría estar más que solo entre los Weasley. Alec nunca sabría lo que era tener a toda su familia reunida en un solo lugar. Siempre sería único entre sus primos. Desde luego que no era tan malo como la infancia sin padres que tuvo Harry, no podía evitar recordarlo como un niño.

Maldición, Harry, pensó cansado. ¿Cómo puedes vivir haciéndole eso a tu hijo? ¿Por qué diablos no pudiste escoger una mejor persona para enamorarte?

Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11


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