Fandom: Harry Potter
Título: Brasas
Autora: Anna Fugazzi
Clasificación: M
Resumen: Secuela de Voluntarios, escrita para la comunidad de hdsbeltane.
Capítulo 1 BRASAS
Capítulo 2: “Junio”
N/A: Millones de gracias a scrtkpr por ser una beta maravillosa. Gracias, gracias, gracias.
**
Fecha: 8 de Mayo
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
A Alec le agradaría invitar a Ben este fin de semana.
Por cierto, mandé nuestro reporte al Ministerio. Quedaron impresionados y quieren saber si nos gustaría volver a ser voluntarios el año que viene.
Fecha: 8 de Mayo
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
Me parece perfecto este fin de semana. ¿El sábado por la tarde?
¿Quieren ya una respuesta definitiva con respecto al voluntariado? No es sino hasta el año que viene.
Fecha: 9 de Mayo
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
Me parece bien el sábado por la tarde. No, no necesitan una respuesta definitiva. Creo que sólo es curiosidad.
Fecha: 14 de Mayo
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
Ben dejó sus tarjetas de Pokemon el sábado. ¿Te las mando por lechuza?
¿Te llegó el estudio de la Oficina de Enlace?
Fecha: 14 de Mayo
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
Preferiría no utilizar el correo por lechuza, confunde a los muggles. A Ben le gustaría que Alec le trajera sus tarjetas. Tenemos un concierto el sábado; ¿te parece bien el domingo?
Recibí el estudio. ¿Le pusieron Encantamientos Animadores al pergamino?
Fecha: 15 de Mayo
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
El domingo está bien. El estudio estaba lleno de vitalidad, ¿no?
Fecha: 16 de Mayo
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
No estoy seguro, pero creo que me canturreó.
Fecha: 21 de Mayo
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
Alec me dijo que invitó a Ben para el próximo fin de semana, pero desafortunadamente se quedará en la Madriguera el sábado en la noche a una fiesta de cumpleaños. Probablemente por eso es que no contratan a niños de cuatro años como coordinadores de eventos sociales.
Fecha: 23 de Mayo
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
La chica del cumpleaños tiene varicela de dragón. La fiesta se pospuso.
Fecha: 23 de Mayo
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
¿Varicela de dragón? Es muy peligrosa si no la cuidas bien. Ben está en Limerick con Kara. ¿El próximo fin de semana, el viernes?
Fecha: 3 de Junio
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
El próximo fin de semana es un desastre, estoy enterrado en trabajo.
Fecha: 4 de Junio
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
De cualquier forma tengo tres ensayos extra. Y Kara no está.
¿Enterrado en trabajo?
Fecha: 5 de Junio
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
A un trol de seguridad le lanzaron un maleficio de congestión nasal. No preguntes. ¿El próximo fin de semana, el 15?
Fecha: 10 de Junio
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
Lo siento, la cita para jugar se cancela. Ben va a estar con Kara este fin de semana.
Fecha: 10 de Junio
De: hjpotter@gringotts.wz
Para: malfoyd@globalcafe.ie
No importa, finalmente Alec va a ir a la pijamada.
Fecha: 10 de Junio
De: malfoyd@globalcafe.ie
Para: hjpotter@gringotts.wz
Qué mal. Quizá el próximo fin de semana. Espero que Alec se divierta.
***
15 de Junio
Harry maldijo en voz alta en duendigonza cuando su pluma manchó de tinta otro pergamino. Se mordió el labio, luego recordó que no había motivo para no maldecir si quería. No había orejitas curiosas que lo escucharan; ninguna vocecita le preguntara, “¿Qué significa eso, papi?”
Se talló la frente distraídamente, preguntándose por cincuentava vez por qué diablos seguía trabajando con duendes. La mayor parte del tiempo el trabajo era interesante, lleno de retos, y disfrutaba mucho de trabajar en algo en donde podía utilizar el cerebro después de una infancia en la que casi siempre tuvo que confiar en sus agallas e instinto. Pero algunas semanas, como ésta...
Había sido un Mes de Desastres Menores en la sucursal de Londres de Gringotts. El trol con el maleficio nasal había sido la menor de sus preocupaciones, y Merlín, las reuniones por las que había pasado. La mayoría habían sido dirigidas por un par de duendes que eran una especie de cruza sacrílega entre Binns en su actitud más pedante y Snape en su actitud más sarcástica. Harry se reconfortaba al recordarse de cuando en cuando que ni él ni Alec necesitaban, hablando literalmente, lo que ganaba en Gringotts.
Felizmente al parecer los fuegos se habían apagado, y ya casi acababa de ponerse al corriente con su trabajo regular. Todo lo que tenía que hacer era descubrir un maleficio sencillo colocado en ese estúpido cáliz - siempre cálices, porque, claro, ¿cómo no querría uno convertir implementos para beber en objetos letales? - pero estaba teniendo un poco de problemas para concentrarse.
¿Y por qué sería? Miró el reloj. Casi era hora de que Draco llegara. Regresó la mirada al cáliz, dijo el encantamiento para practicarlo en voz baja y lo soltó rápidamente cuando comenzó a chillar. Maldición, se suponía que debería brillar, no gritar. Maldijo un poco más en duendigonza, luego lanzó un Silencio.
Volvió a mirar el reloj. Muy bien. Sería mejor que guardara el cáliz antes de que lo derritiera accidentalmente. No podía pensar en forma racional.
El problema era que se estaba volviendo loco lentamente por el ritmo glacial que llevaban Draco y él en esta extraña relación en la que se habían embarcado. Habían sido unas cuantas semanas maravillosas, pero increíblemente frustrantes, porque no podían salir a ningún lado, y sus hijos siempre estaban tras sus pasos, interrumpiéndolos constantemente con sus preguntas curiosas, crisis infantiles y rabietas ocasionales. Esto incluía peleas de verdad con las que ni Harry ni Draco tenían experiencia, pues ambos habían sido hijos únicos. Bueno... Harry había crecido con un seudo hermano, pero toda la rivalidad de hermanos con Dudley había consistido en que Dudley le propinara unas buenas palizas con el completo apoyo de sus padres. Harry no se sentía inclinado en repetir ese tipo de dinámica en la vida de su propio hijo.
Así que había sido un fuego lento de decoro frustrado y abrazos que nunca llegaban demasiado lejos para satisfacerlo. Lo más lejos que habían llegado era a una serie de caricias subidas de tono y un par de manuelas rápidas. Y esa memorable ocasión en que Ben había estado con Kara y Alec dormido, Draco había descendido al sur y lo había convertido en un manojo de nervios tembloroso con su habilidad, entusiasmo y la aparente ausencia de reflejos de arcadas.
“Eso fue...” había jadeado Harry al terminar estremeciéndose, sujetándose de la cubierta de la cocina como si de ello dependiera su vida, Draco seguía arrodillado y lo veía con una expresión muy satisfecha. “Oh, Dios, eso fue... eso fue -”
“¡Papi!”
Harry casi había brincado al escuchar el grito al final del pasillo y por primera vez contempló la posibilidad de lanzarle un desmaious a su propio hijo. En vez de eso, se abotonó rápidamente los pantalones y se dirigió a la recámara de Alec para lidiar con una pesadilla. Para la hora en que había regresado a la cocina, Draco estaba sentado a la mesa con una taza recién hecha de té y una sonrisa pesarosa en la cara.
“Agradece que no es sonámbulo,” había dicho y se había reído ante el estremecimiento de Harry.
Y no sólo era la falta de oportunidades para lo físico, también era muy desgastante la necesidad constante de discreción ante el mundo exterior. Se estaba volviendo muy cansada la naturaleza casi codificada de sus e-mails y el mantener una fachada de conocidos por el bienestar de la amistad de sus hijos.
Guardó el cáliz y se limpió las manos en los pantalones. Esta noche, Alec estaba en la Madriguera, Ben con Kara y él y Draco estarían aquí completamente solos, y entonces... ¿quién sabe qué podría pasar?
Miró la foto de Ginny en la pared, se preguntó qué habría opinado de que anduviera haciendo esto. Sabía que ella hubiera querido que encontrara amor y compañerismo para él y para su hijo y no que permaneciera entumecido y solo por el resto de su vida. Si él hubiera muerto, eso es lo que habría querido que ella hiciera. Pero, ¿le habría importado mucho si ella encontrara lo que necesitaba con alguien a quien él odiaba? ¿Alguien como Draco?
De acuerdo, Draco no, puesto que no tenía casi ningún interés en el género femenino. Alguien más.
Alguien que no llenara el género parental que le faltaría a Alec.
¿Pansy Parkinson?
Se estremeció. Argh. Parkinson, la que arrugaba la nariz cerca de su hijo. Durmiendo con su esposa. A muchos hombres les parecía intrigante la idea de su esposa con otra mujer, pero la imagen de Ginny fajándose a Parkinson era bastante... argh. Se disculpó de todo corazón con el recuerdo de Ginny por haber pensado semejante cosa.
El reloj nunca había avanzado tan lento, y la inclinación de Draco por la tardanza nunca le había resultado tan irritante. Y lo peor era que ni siquiera estaba retrasado sólo eran cinco minutos después de - y ahí estaba el timbre.
Se apresuró a ir a la puerta y ahí estaba Draco, sacudiéndose el hollín del cabello y soplando la ceniza de sus lentes con una ligera expresión de disgusto. Harry soltó una risita, se los quitó, murmuró “Verriclari” y se los regresó brillando de limpios sin un rastro de ceniza.
“No había escuchado ése.” Comentó Draco al ponérselos otra vez y parpadeando ante la repentina claridad del vestíbulo.
“¿En serio? Es muy útil. Hermione me lo enseñó.”
“Tendré que recordarlo,” dijo Draco sacudiéndose lo último que le quedaba de ceniza sobre el abrigo.
“¿No te dieron una lista de hechizos para los lentes cuando los compraste?”
“Los compré hace seis años,” contestó Draco colgando su abrigo. “De un optometrista muggle. Nunca aprendí ningún hechizo.”
Harry asintió, se alegraba de ir acostumbrándose poco a poco a no sonrojarse o sentirse incómodo cada vez que salía a colación su exilio. “¿No puedes curártelos?” preguntó guiándolo a la sala.
“No hay nadie en el mundo mágico en quien confíe lo suficiente como para dejar que apunte una varita a mis ojos. Además, no me importa usar lentes.”
“Me gusta como se te ven,” dijo Harry sonriendo.
“A mí también,” replicó Draco sarcásticamente mientras se sentaban y Harry asintió. Entendía perfectamente por qué - cambiaban considerablemente su apariencia, lo hacían verse menos llamativo entre los magos y su oficial de libertad condicional no podía objetar nada en contra.
“¿Entonces Alec está con los Weasley?” preguntó.
“Sí, por el cumpleaños de su prima. Junto con otros nueve primos. El único que no fue, es el hijo mejor de Ron y Hermione.”
“¿Sigue en el hospital?”
Harry sonrió. “¿Joshua? De hecho, no. Nació tres meses antes, pero ya finalmente el hospital lo dio de alta, ya tiene tres días en casa. Pero todavía necesita muchos cuidados.”
“Todos los bebés.”
“Sí. Sí, Joshua es como Alec era a esa edad...” Harry sacudió la cabeza. “No les envidio las noches sin dormir.”
Draco hizo una mueca. “Ni yo. Fue algo molesto las primeras veces que Ben se quedó conmigo toda la noche.”
“Sí, no es fácil. Y a mí me ayudaron con Alec elfos domésticos y todos los Weasley; no sé cómo se las arreglan los muggles.”
“Yo sí. Durante los primeros meses no podía hacer magia para nada. Tuve que pasearme por el pasillo cargándolo a todas horas de la noche, no podía taparme las orejas, no podía echarle un encantamiento silenciador...”
Harry sonrió al imaginárselo. “¿Ni siquiera para eso te dejaban hacer magia?”
“No,” contestó Draco cortante.
“¿Preguntaste?”
“No iba a hacerlo, pero lo hice después de tres semanas de cólicos. Dijeron que no.”
“¿Por qué?”
Draco se encogió de hombros. “Cometí un crimen, tenía que cumplir mi sentencia.”
Harry desvió la mirada. “Lo siento,” dijo en voz baja y cambió el tema. “Y, eh, ¿Ben está con Kara esta noche?”
“Sí, toda la semana. Con Kara y su nuevo amor eterno. Es una ventrílocua profesional. Se auto nombra una Neo Comunista y le interesan la física de partículas, la scientología y el macramé.”
“¿Qué?”
“No me preguntes, a excepción del macramé, no tengo idea de lo que significa. Y algo me dice que los muggles no usan el pelo de unicornio anudado como mi mamá lo hacía.”
Harry soltó una risita, pero los nervios de su anticipación se estaban convirtiendo rápidamente en frustración. Tenía que confesar que no había pensado realmente en lo que harían cuando Draco llegara - había estado demasiado ocupado imaginándoselo desnudo como para planear cómo llegarían a ese estado bendito de desnudez - pero estaba comenzando a molestarle esta plática casual, el estar sentados en el sofá cerca, pero no demasiado. No tenía idea de cómo avanzar hacia lo que había estado pensando acerca de que no habría interrupciones. Después de todo no eran mujeres que necesitaban tiempo para ponerse románticas...
Sinceramente había esperado que Draco fuera un poco más predatorio.
De acuerdo. Entonces tendría que tomar la iniciativa. Se acercó un poco más, Draco abrió ligeramente más los ojos y podría jurar que se le habían dilatado las pupilas. Oh sí. Al diablo con la charla.
“He estado...” Harry pasó saliva y continuó. “Iba a preguntarte si querías té. O whisky de fuego, pastel de melaza o lo que fuera. Pero por el momento no quiero darte nada de eso.” Se maravilló al oír que su voz no se escuchaba desesperada ni temblorosa por la necesidad, sino ronca y casi seductora. A Draco se le dilataron las pupilas hasta que sus ojos quedaron casi negros y se lamió los labios nervioso y pasó saliva con dificultad cuando Harry le tocó el brazo y se acercó más.
“¿No? ¿Y qué preferirías hacer?”
Harry sonrió en respuesta y se llenó de la boca de Draco como réplica.
Maldición, ¿esto era todo lo que hacía falta? Por un momento Harry se sintió molesto consigo mismo pero no por mucho tiempo porque pasaron a la velocidad del rayo de la vacilación y nerviosismo al faje acalorado. Pensó fugazmente que hubiera sido bueno si esta noche hubieran hecho una seducción lenta, romántica, pero sospechó que hubiera sido un fracaso total si lo hubieran intentado. Lo deseaba mucho, había estado pensando en ello y deseándolo durante demasiado tiempo.
Finalmente estaban juntos, sin tener que pensar en sus hijos, familias, sus pasados ni nada más que el deseo y la necesidad que lo corroían tan profundamente que a veces quería gritar.
Se presionaron contra el sofá, no había tiempo para nada suave o nerviosismos. Ya había pasado el momento para eso. Esto era acalorado y frenético, Harry jadeó cuando los labios de Draco se movieron a su cuello. Draco lo empujó sobre su espalda por lo que terminó medio recostado contra la esquina del sofá con las piernas entreabiertas de tal forma que podían embestirse, de la forma en que tenía tanto tiempo anhelando que resultaba penoso. Gracias a Dios por los señores Weasley.
Draco le estaba abriendo los pantalones y él le estaba haciendo lo mismo, pasó del deseo agudo y los nervios al regocijo en segundos. De la excitación a casi el clímax en segundos. Draco le mordía el lóbulo de la oreja y se sentía endemoniadamente asombroso. Lo sujetó con más fuerza, lo sintió estremecerse y gritar, empujándose más contra su mano, descansando la cabeza sobre su hombro, mordiéndose el labio inferior, con los ojos cerrados, el entrecejo fruncido por la concentración. Se volvió a empujar contra su mano, perdiendo el ritmo, convirtiéndose en nada más que una necesidad urgente y Dios, era tan sexy así. Harry gruñó cuando Draco se presionó contra su cuerpo, sujetándolo con fuerza, derritiéndolo por dentro.
Sí, sí, sí, cantaba su mente, era una sobrecarga de sensaciones, los embistes, los jadeos, el calor, la colonia sencilla de Draco, el olor a limpio de su cabello, el sudor y -
Ambos gritaron al llegar al clímax casi al mismo tiempo. Jadeó contra el hombro de Draco, su corazón latía acelerado, estaba tembloroso. Tenía un recuerdo vívido de la primera vez que habían hecho algo juntos, en la noche de Beltane hacía casi dos meses, cuando lo único que había querido era restregarse contra él. Y ahora que finalmente lo había hecho, había resultado ser mucho mejor que lo que habría podido imaginar. Definitivamente tenía sus ventajas la privacidad sin miedo a las interrupciones.
Draco lo había rodeado con los brazos, sosteniéndolo cerca, respirando la esencia de su cabello, depositando besos suaves sobre su cuello, para luego retroceder un poco con una repentina expresión de timidez.
Harry bajó la mirada. Había sentido esos últimos besos tan... íntimos. Sacudió la cabeza. ¿Cómo era posible que sintiera más íntimo el toque ligero como una pluma de los labios de Draco que lo que acababan de hacer?
Draco se alejó lentamente y Harry murmuró un hechizo limpiador sobre ambos. Draco sonrió mientras se volvían a abrochar. “Vaya. Eso fue... directo,” dijo, Harry le regresó la sonrisa.
“¿Teniendo un departamento para nosotros solos después de cuántas semanas? Lo siento, no soy tan paciente.”
“No, gracias a Merlín,” se rió Draco, se estiró lánguidamente sonriéndole abiertamente.
Harry también se estiró, sus nervios cantaban cautivados, se aclaró la garganta. “Yo, eh, te traeré ese té, whisky de fuego o pastel de melaza, si lo quieres,” dijo. Draco rió nuevamente, se pasó una mano por el cabello para luego acercarlo para darle otro beso mucho más lento, luego se paró y jaló a Harry consigo.
“Me parece bien el whisky de fuego,” dijo y se dirigieron a la cocina.
“¿Alec se va a quedar toda la noche con tus suegros?” preguntó.
“Sí. Alec y nueve primos, incluyendo a la niña del cumpleaños. Hacen esto una vez al mes, para casi todos los cumpleaños de los nietos.”
“Es generoso de su parte.”
“Así es.”
“Les encanta,” comentó Harry sirviendo un vaso para cada quien y llevándolos de vuelta a la sala. “Son unos abuelos muy prácticos. Alec pasa mucho tiempo con ellos.”
“Debe ser agradable.”
“Sí.”
Se sentaron cerca pero sin tocarse y Harry se sintió incómodo con la distancia que había entre ellos, no estaba seguro de cómo interpretarla. ¿No hacía sólo unos minutos habían estado en este sofá restregándose? Se aclaró la garganta. “¿Ben pasa mucho tiempo con sus abuelos?”
“Supongo que te refieres a los padres de Kara,” dijo Draco a secas. “No. Las Navidades y los cumpleaños. Kara también tiene una hermana, pero no son muy unidas. Su familia - bueno, en realidad su padre - no aprueba a Ben. Ni a mí.”
“¿Por qué no?”
“Tiene algunos problemas con la sexualidad de Kara - y la mía -, con su religión, y con los blancos en general. No es el sujeto más amigable del planeta. Se porta bien con Ben, pero no es muy cariñoso. Kara no se molesta en visitarlo demasiado.”
“¿Ya lo conociste tú?”
“Sí, cuando nació Ben. Yo estaba visitándolos en el hospital y él llegó. Hizo un coraje tamaño mundo. Es un tipo encantador.”
“Qué mal.” Hubo una pausa en la que ambos le dieron un trago a su whisky de fuego. Finalmente, Harry preguntó vacilante, “¿Qué piensan tus padres de Ben?”
Draco levantó las cejas. “¿Mis padres? No saben nada de él.”
Harry parpadeó. “¿A qué te refieres con que no saben nada de él? Tienes permitido escribirles, ¿no?”
“Sí.”
“¿Por qué no les has contado?”
Draco presionó los labios. “Mira, el tema de mis padres no es bueno,” dijo lacónico alejándose un poco de él.
“Lo siento,” dijo inmediatamente Harry, dándose una patada por haberse entrometido.
Draco suspiró, se levantó los lentes y se talló el puente de la nariz antes de respirar profundo. “No... tengo contacto con mis padres,” dijo en voz baja. “Tengo permiso para escribirles y aunque la mayor parte del tiempo no tienen permitido tener cosas en sus celdas sí les permiten contestar las cartas. Les escribí tres cartas después de que me liberaran, pero no me contestaron ninguna, no sé por qué, así que dejé de escribirles. Ben nació unos cuantos años después de la última carta que les escribí.”
Harry asintió. “Lo siento.”
“No es tu culpa,” contestó Draco. “Además, dudo mucho que lo aprobaran. En los viejos días, mi padre lo pudo haber visto como una ventaja - ya sabes, así demostraríamos que los Malfoy no teníamos prejuicios en contra de los mestizos, mostraría fotos de él, y tan pronto hubiera rehabilitado a la familia lo suficiente como para que pudiera casarme y tener el heredero sangre limpia apropiado, lo habría despachado a algún lado.” Hizo una pausa. “Como la familia Malfoy ahora está efectivamente muerta ahora, dudo que viera a Ben como alguna otra cosa que no sea una prueba más de lo bajo que hemos caído. Así que mi hijo realmente no tiene abuelos. Y es bueno porque lo más probable es que todos ellos estarían de acuerdo en que los avergüenza.” Se encogió de hombros. “C’est la vie.”
Harry asintió. “Pero los tiene a Kara y a ti. Ambos lo aman y eso es todo lo que un niño necesita. Lo demás es lindo, pero no necesario.”
“¿Eso crees?”
“Es lo que yo hubiera querido a esa edad,” dijo Harry con amargura, Draco ladeó la cabeza con curiosidad. “No importa, es una historia nefasta. Pero sí sé que los niños necesitan cuando menos a una persona que se preocupe por ellos, ya sean sus padres, abuelos o inclusive padrinos. Eso lo prometí después de la muerte de Ginny. No podía darle una mamá a Alec, pero me tiene a mí y a su familia, que es muy grande. Mucha gente para amarlo para que no creciera sintiendo que se perdió de algo importante.”
“Ben solo me tiene a mí y a Kara. Y a los amigos de Kara que son muchos. Y su lista interminable de novias ‘serias’. Y tiene el coraje de decirme que encuentre a alguien para sentar cabeza.”
Hubo un pequeño silencio en que las palabras ‘que siente cabeza’ flotaron incómodamente entre ellos, Harry casi pudo sentir el malestar de Draco por haberlas dicho.
“¿Ben nunca te ha preguntado por tus padres?” preguntó Harry cambiando de tema con tacto.
“De hecho creía que estaban muertos. Me enteré justo antes de Beltane. Dijo que había asumido que estaban muertos porque nunca platico de ellos.” Se encogió de hombros. “Eso dice mucho por sí mismo.”
“¿Qué le dijiste?”
“Le dije hablaría con él al respecto cuando fuera un poquito mayor,” contestó en voz baja apartando la mirada.
Harry se acercó un poco más, le puso una mano vacilante sobre el hombro. Lo hizo como un gesto de consuelo, pero se sorprendió por el estremecimiento que lo recorrió al contacto y por el brillo en respuesta que vio en los ojos de Draco. Era un poco asombroso habiéndose corrido hacía tan poco tiempo, pero no iba a quejarse. Draco bajó su bebida y se acercó más. Se besaron y Harry bajó medio a ciegas su propia bebida. Rápidamente se concentraron el uno en el otro, Harry se puso de pie para llevar a Draco a su dormitorio, sonriendo al ver la expresión de sorpresa y satisfacción en la cara del otro. Se encendió por la forma en la que Draco lo besó apasionadamente mientras entraban tropezándose en la recámara casi cayendo juntos a la cama.
Draco retrocedió un poco, bajó el ritmo de sus caricias, era obvio que quería ir lento y ser gentil, probablemente en consideración a su falta de experiencia o al hecho de que no había estado con nadie desde que su esposa había muerto.
Pero Harry no quería gentileza. No quería ternura, lentitud o dulzura, no esta vez; esta vez
quería rudeza, poderío y coger, quería olvidar que era un trágico viudo demasiado joven que necesitaba compasión y ternura, quería ver hasta dónde los llevaba esto y rápido, antes de incendiarse.
“No lo quiero despacio,” dijo con urgencia desabrochándole la camisa. “Te deseo ahora.”
“Pero -”
“No me importa si me lastimas.”
“Yo - yo no he -
“Ya has hecho esto antes, ¿no?” preguntó impaciente. “Entonces, adelante.”
Draco lo veía algo desconcertado y Harry decidió que no le importaba mucho esa expresión. Lo jaló para abrazarlo, necesitaba que Draco sintiera su deseo, su urgencia. Lo empujó contra la cama, tomando presa su boca, cubriéndolo y notó con satisfacción el siseo de sorpresa y la dureza a través de sus pantalones.
“Pero -”
“¿Lo quieres o no?” preguntó Harry.
Draco rió. “¿De verdad tienes que preguntar?”
“He estado pensando en esto todo el día,” dijo Harry sin aliento desabrochándose su propia camisa. “N-no pude concentrarme en el trabajo, los malditos duendes me estaban volviendo locos...”
“También fue un día largo para mí,” admitió Draco poniendo manos a la obra, dirigiéndose finalmente al cinturón de Harry una fracción de segundo después de que éste hubiera llegado al suyo, abriéndolo, desabrochándose los pantalones y Harry jadeó cuando se sujetaron con firmeza. Draco se sacó la camisa por los hombros y Harry lo acercó deleitándose con la emoción de acariciar tanta piel desnuda, y descubrió que mantener los ojos alejados de la Marca Tenebrosa no era tan difícil como lo había pensado.
“Ya sé que tenemos toda la noche,” dijo. “Pero no quiero esperar toda la noche. Ha pasado demasiado maldito tiempo...”
Draco asintió rápidamente mientras terminaban de desvestirse para presionarse uno contra el otro. Harry gimió cuando finalmente se tocaron completamente desnudos, entrelazando sus miembros, besándose hambrientos.
Esto era algo que los sueños no podían lograr, simular este calor intenso entre dos personas y Harry gruñó mientras se embestían. Llevó una mano entre sus cuerpos, tocando a Draco y sintiéndolo jadear.
“Espera, espera,” dijo sin aliento alejándose un poco. “No, se siente increíble, pero terminaré en un segundo si sigues haciendo eso y quiero -” se detuvo en busca de aire. No, no había tiempo para la dignidad. Draco sabía que hacía un buen rato que había estado privado de esto. “Te quiero dentro de mí. Ahora.”
“¿Estás seguro?” preguntó Draco, su pecho subía y bajaba pesadamente. “No quiero lastimarte -”
“No lo harás, y aunque lo hicieras, no me importa,” replicó impaciente al entregarle el lubricante.
Draco contuvo la respiración, asintió y lo empujó sobre la cama. Harry jadeó cuando empezó a untar el lubricante dentro de él.
“¿Estás bien -?”
“No te detengas,” dijo Harry rápidamente. “No te preocupes, yo me lo he hecho muchas veces, es tan sólo que -” Nunca nadie me lo había hecho, pensó, pero no lo dijo porque justo en ese momento, Draco encontró ese lugar en su interior y fue un milagro que no se corriera en ese instante. Gruñó inútilmente cuando Draco siguió acariciándolo y las luces se apagaron detrás de sus ojos cerrados. Bajó la mano rápido. “Detente, estoy muy cerca.”
Draco se puso encima de él, tomándolo entre sus brazos. “¿Cómo quieres hacerlo?”
Harry abrió los ojos, le costó un poco de trabajo encontrar la mirada ardiente de Draco. “No sé...” admitió sintiéndose inexplicablemente tímido, tomando en cuenta lo que Draco acababa de hacerle.
“Probablemente de lado sea la mejor opción - digo, ya que no has -”
“Bien.” Se puso de lado y respiró profundo cuando Draco se colocó detrás de él. Éste hizo un sonido inquisitivo y Harry asintió, dándole permiso en silencio para seguir adelante, suprimió un grito cuando Draco comenzó a penetrarlo lentamente.
Joder, eso dolía. Se mordió el labio asintiendo apenas cuando Draco hizo otro sonido inquisitivo, respiró profundo y se obligó a relajarse, presionándose contra él hasta que estuvieron unidos.
Joder, eso dolía. Respiró superficialmente tratando de dejar atrás el dolor. Draco se movía tan lento como él se lo permitía, pero Harry quería todo y lo quería ahora, no podía esperar a que su cuerpo se adaptara.
“¿Estás bien?” preguntó Draco, su voz temblaba ligeramente.
“Sí,” jadeó Harry.
“¿Te duele?”
“Me arde un poco,” gruñó. “No importa.”
“Harry -”
“No importa,” repitió con firmeza, seguía teniendo los ojos cerrados y no quería hablar más de lo estrictamente necesario. “Por favor, muévete.”
Se movió. Harry contuvo el aliento cuando el dolor se hizo más intenso, tenía el cuerpo entero en llamas, pero no le importó, porque no quería sentir otra cosa aparte de esto. No había problema si le dolía. En cualquier momento escogería el dolor por encima del aletargamiento.
Draco respiraba trabajosamente y temblaba, Harry le apretó la mano. “Déjate ir. No te preocupes por mí.”
“N-no quiero que termine tan pronto -”
“Shh,” dijo Harry divertido porque él estaba tranquilizando a Draco a pesar del hecho de que era Draco el que le hacía sentir que lo estaban partiendo en dos. “Déjate ir. Quiero sentirte. Quiero que te corras.”
Y entonces Draco comenzó a moverse mas rápidamente, y el ardor estuvo acompañado de chispas de placer cuando tocó ese punto mágico en su interior. Harry se tomó a sí mismo para volverse a endurecer completamente. Se movió al ritmo de Draco cuando éste subió de intensidad jadeando detrás suyo. Se sentía genial, pero pronto se sintió irritado por lo incómodo de la posición.
“No, no puedo controlar esto si -” comenzó a decir Draco cuando Harry los movió para quedar acostado boca abajo con Draco encima de él.
“No quiero que lo controles,” dijo llanamente, sonriendo cuando Draco se estremeció y volvió a embestirlo.
“Oh, Merlín, voy a -”
“Lo sé, yo también,” jadeó Harry, y sorprendentemente, era cierto, a pesar del dolor remanente. Esto se sentía endemoniadamente bien e iba a -
Sus músculos se tensaron cuando se corrió, su clímax desencadenó el de Draco.
Se quedaron ahí recostados jadeando, Harry no se había dado cuenta de lo fuerte que estaba sujetando la mano de Draco hasta que la suya comenzó a dolerle.
“¿Estás bien?” preguntó Draco zafándose con cuidado besando suavemente la parte posterior de su cuello.
“Sí. Dios, sí,” contestó en voz baja.
“Te lastimé,” dijo Draco vacilante.
“No me importa.” Se volvió entre sus brazos y lo besó con fiereza. “No quería que fueras gentil. Quería lo que me diste.” Sintió un inesperado nudo en la garganta y se apartó.
“¿Estás bien?”
“Sí, bien. ¿Tú?”
“Me tomaste un poco por sorpresa,” admitió Draco, se oía nervioso.
“Sí. Lo siento.” Lo besó profundamente intentado controlar las emociones que lo abrumaban. El zumbido post sexo, la sensación de alivio y gratitud, las ganas que tenía de gritar de alegría cuando Draco le regresó el beso con el mismo fervor y el sentimiento de...
¿Qué era? No había palabras. Quizá pesar. Pesar por haber dado ese último paso para alejarse de Ginny. La única persona con la que se había acostado, la única persona con la que había creído se acostaría jamás... ya no era la única.
No tenía idea si Ginny habría aprobado lo que acababan de hacer - pero sospechaba que no sería así - pero no importaba. Lo acercó hacia sí y parpadeó para enjugarse las lágrimas en espera de que Draco no las hubiera visto.
“Fue perfecto. De verdad.” Lo volvió a besar, echó un vistazo al reloj y sonrió. “Um mira, apenas son las nueve. ¿Qué haremos el resto de la noche?”
**
BTW: Duendigonza, en caso de que alguien se lo pregunte, es el lenguaje de los duendes. Yo me sé groserías en media docena de idiomas que no hablo; me imagino que Harry podría hacer lo mismo J
Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11 ¡No olviden que esperamos sus comentarios!