Me gustan los corazones rotos, es una fijación que he descubierto recientemente en mi vida, durante una de esas profundas reflexiones de cafetería, con el café humeando en la mesa junto a las migas de galleta, y los contornos de una epifanía que acariciaba con la mirada.
Así, sin más, me gustan los corazones rotos y las historias de esas grietas.
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