«Se acercó con temor al borde de la cuna, casi sin atreverse a mirar hacia el interior.
Todos pronunciaban el nombre de la pequeña con un respeto que prácticamente rozaba el miedo. Llevaban meses hablando de ella, y pese a que nunca se dirigían a él expresamente, Drai había podido adivinar que el bebé era importante.
O, mejor dicho, peligroso.»
(
Prólogo )