iv.
¿Preguntas cómo te amo? Déjame que te diga.
3 Mañana llega.
Se acerca con sigilo a Jongin, quien jamás tiene noción del tiempo, antes de golpearlo en la cabeza con el mismo impacto que habría tenido su libro de texto de quinientas páginas. En un momento está despatarrado en la cama, insultando sin parar a la cegadora luz del sol que se filtra por sus cortinas, y al siguiente está maldiciendo a diestra y siniestra y las demás direcciones por todo su dormitorio, tropezándose con sus medias mientras busca torpemente sus pantalones, con el cepillo de dientes apretado con fuerza en su boca.
Vaya si está retrasado. Cielos.
No es realmente necesario ducharse y usar el costoso jabón, piensa Jongin, porque desde el momento en que pone un pie afuera, el calor lo azota con fuerza, y para cuando está precipitándose escaleras abajo, saltando de a tres escalones a la vez, ya se encuentra empapado en sudor. A cierta distancia puede escuchar a Joonmyun gritándole algo, pero para cuando comprende qué diablos le está diciendo su hyung, el mundo se pone a dar vueltas de repente y el piso se encuentra a unos pocos centímetros de distanc… No espera, se está acercando, mierda…
PUM.
Las baldosas del suelo están sorpresivamente frescas. Jongin procede entonces a hacerse un ovillo, avergonzado, hasta que Joonmyun llega a su rescate y lo pone de vuelta en pie.
Idiota idiota idiota idiota idiota idiota I D I O T A.
Al final, Jongin no sólo salió ileso salvo por un par de moretones (y un orgullo lastimado), sino que también creó una lista de «Gente que debe morir», la cual incluye al Presidente Bromista Kim Jongdae, por atar cuerdas invisibles entre las dos Columnas de la Muerte en la puerta escolar.
Sigue adelante, pues Do Kyungsoo no espera por nadie. Jongin deberá reunirse con el objeto de su afecto o enfrentar el abandono eterno y una muerte viviendo como ermitaño.
-¡Sabes, existe un proverbio chino que dice que el pájaro que madruga atrapa al gusano! -le grita Kyungsoo cuando están a una distancia donde se pueden oír, y Jongin desacelera sólo para admirar cuán hermoso y pintoresco se ve Kyungsoo con su paraguas amarillo cubriéndolo del sol y lanzando un brillo ambarino por toda su celestial estatura.
-¡No eres un gusano! -le responde él, con algo de dificultad para tomar aliento por haber corrido demasiado (y por el brillo mortal de Kyungsoo y su pintoresca escena)-. ¡Pero puedo atraparte si eso es lo que quieres!
-¡Cállate tú! -Kyungsoo lo intenta golpear con su paraguas a pesar de no tener nada de puntería. Claramente está avergonzado, y Jongin no está seguro de qué es más adorable: el hecho de que Kyungsoo está con un paraguas amarillo con patitos de goma estampados en él incluso a pesar de estar bajo la sombra de un roble (desde cuándo hay robles en Seúl) o el hecho de que ambos están sonriendo como estúpidos mientras esperan a que recupere el aliento por haber corrido desde el campus, a cinco kilómetros de allí.
Decide que nada de eso cuando Kyungsoo milagrosamente conjura de la nada un globo con helio y se lo regala.
También es amarillo, y por eso seguramente Jongin no lo vio cuando estaba ocupado gritándole desde la distancia.
-¿Para mí?
Kyungsoo le sonríe. Una Canon EOS 7-D invisible aparece para capturar ese momento histórico con motivos nostálgicos y Jongin toma cuidadosamente el trozo de goma flotante entre sus dedos.
No hay sentimientos disponibles para describir con palabras o con transcripciones en cualquier idioma existente cuando sus dedos se rozan ligeramente entre sí. ¿Así se siente estar enamorado? ¿Abrir la puerta y no ingresar, sino caer en un abismo sin fondo de gravedad cero, y aun así sentirse cien veces más dichoso y mil veces peor?
-Gracias. -Aunque Jongin no está seguro de por qué Kyungsoo le regala un globo con helio, sabe que probablemente signifique algo para el chico, y esa es una explicación totalmente aceptable para el motivo tras el tierno gesto.
Jongin casi se ahoga con su propia saliva cuando Kyungsoo lo toma de la muñeca y lo quita de la sombra, si no fuera por los pequeños pinches en el borde del paraguas amenazando con clavarse en sus ojos y dejarlo ciego permanentemente.
Pero en verdad se ahoga con su saliva cuando se encuentra cara a cara con una horda entera de globos atada en el banco.
-Santo ciel…
-¿Adivina qué? -gorjea Kyungsoo con el mismo entusiasmo que utilizaría una maestra de preescolar en una clase de niños apáticos-. ¡Hoy vamos a regalar globos!
……
-… Qué.
-Oh, no te preocupes por los detalles y tal. -Kyungsoo hace un gesto con la mano para espantar la indiferencia y el desinterés de Jongin, los cuales confundió por preocupación, mientras desata el montón de globos. -He investigado todo y hecho mi tarea. Este es un lugar seguro para regalar globos; no pedí una autorización porque es demasiado lío, pero mientras evitemos a aquel tipo raro que deambula regalando globos también, estaremos bien.
-Qué tipo raro oh por dios Kyungsoo…
-Relájate, niño. -Kyungsoo se pone en puntas de pie y le da unas palmaditas en la mejilla con sus manos frías antes de irse caminando hacia un rincón desconocido del mundo.
Y de algún modo, Jongin se relaja. Mientras juegan a seguir al líder y trota detrás de un Kyungsoo saltarín, sus nervios se desenredan al verlo irradiar aquellas vibras alegres como un puto calentador a máxima potencia en un día helado de invierno. Kyungsoo luce tan emocionado, tan feliz, que Jongin cree que el chico podría salir volando hacia el cielo en cualquier momento, y el hecho de que esté sosteniendo lo que parecen ser más de treinta globos inflados con helio no hace más que reforzar su teoría.
Regla número tres de la guía para la escuela de medicina de Kim Jongin: evitar siempre los riesgos.
Kyungsoo podrá tener muslos gordos para jalarlo de vuelta a la tierra, pero Jongin no quiere arriesgarse. Entonces, como un buen samaritano tratando de devolver la fe en la humanidad y hacer del mundo un mejor lugar (para que Kyungsoo pueda vivir una vida agradable sin tener que temer a los pedófilos que depredan a rollizos como él), Jongin estira el brazo y le quita el grupito de cuerdas enredadas entre sus fríos dedos.
Puede sentir los grandes y redondos ojos de Kyungsoo taladrando un hoyo en su frente, y Jongin hace uso de todo tipo de resistencias y contenciones para no levantar la vista y perderse en aquellas brillantes pupilas insondables. Si fuera descuidado, ya habría sido succionado dentro de las retinas de Kyungsoo hace mucho tiempo, permaneciendo allí por siempre y siendo todo lo que Kyungsoo puede ver, día y noche.
-Sólo… me aseguro de que no te vayas volando con estos globos, bastardo delgado -murmura Jongin.
Debe ser el calor metiéndose en su cuerpo. No hay otra explicación para aquella afluencia de temperatura trepando hacia sus mejillas.
No definitivamente no es porque Kyungsoo se esté riendo como una puta colegiala qué clase de fantasía retorcida es esa por dios no, eso es caballerosidad por dios santo KIM JONGIN ES UN HOMBRE, KYUNGSOO PODRÁ NO SER UNA MUJER PERO DIABLOS JONGIN SOLAMENTE QUIERE AYUDAR, NO ES PORQUE LE GUSTE KYUNGSOO NO, QUIÉN DEMONIOS SUGIRIÓ ESO EN PRIMER LUGAR JONGIN ESTÁ PREPARADO PARA MOLER A GOLPES A ESA PERSONA DE MENTE TAN ENERMA Jongin está siendo cortés, eso es todo.
Un recordatorio amistoso para los que cuestionen la cordura sexualidad de Jongin: NO LO HAGAN.
-Eres tan adorable -es todo lo que Kyungsoo dice, y Jongin se enciende y estalla en sangrientos pedazos de músculos desgarrados y sesos.
(La única parte intacta es su corazón, porque dentro de poco, sin que Jongin lo sepa, ya no será suyo de todas formas. La bandeja de plata está allí, no hay escapatoria, porque ese es el efecto Kyungsoo.)
Tres horas más tarde bajo aquel sol ardiente y cancerígeno (de acuerdo, bueno, los rayos UV son los que causan el cáncer, no el sol, pero aún así se entiende el punto; la gente no necesita saber toda la terminología médica), el vecindario entero los ha etiquetado como las Almas Pedófilas Regalando Globos A Niños Desprevenidos, pero Jongin se mantiene firme y sostiene que son las Aventuras Con Globos de Kyungsoo. Jongin es el personaje extra anónimo que aparece en cameos por aquí y por allí; ni siquiera es un secuaz que combate el crimen en lugares elegantes y peligrosos junto a caballeros oscuros y mutantes con supervelocidad. No, Kim Jongin es un cameo, está ahí en calidad de guardaespaldas honorario del embajador de globos para caridad, Do Kyungsoo, por un día, eso es todo.
Mmjmm, Jongin está conforme con su estupenda e infalible lógica; desea una ronda de aplausos y una nominación en la próxima ceremonia de los Premios Nobel por favor.
Bajo la sombra del paraguas amarillo, Kyungsoo luce incómodo y cansado. Jongin alterna miradas entre los pocos globos restantes y la fatiga en aumento de Kyungsoo y decide que sí, que es tiempo de un descanso.
-¿Quieres parar?
-Eso creo. ¿Nos podemos sentar en algún lado?
A veces, Jongin olvida que Kyungsoo es un sobreviviente de la epidemia de cáncer y que necesita una gran cantidad de líquido para evitar la mutación celular y las divisiones descontroladas en su cuerpo. Así que, para acelerar el ritmo y conseguir un sitio fresco antes de quedar como papas asadas, Jongin sujeta a Kyungsoo por el brazo y busca refugio en una glorieta, bajo un árbol.
Benditos sean los parques y la existencia de las glorietas.
-Quédate aquí -le ordena Jongin mientras ata los pocos globos alrededor de una columna.
-¿Adónde vas?
Hay cierta tensión y algo más que Jongin no puede detectar, pero juzgando por la expresión de Kyungsoo, no está generándole un efecto positivo.
-Ya regreso, voy a buscarnos algo de beber. Debemos haber sudado como cerdos merodeando por el vecindario -añade bromeando.
Kyungsoo sonríe.
-Té de melón, por favor. ¡Y sin azúcar!
-Cómo no, jefe.
Hay un vendedor, un ahjussi, que trabaja por el lugar y es el único que vende bebidas por la zona, pero está oculto tan astutamente que le toma a Jongin más de diez minutos caminando en círculos para localizarlo. Tras insultar usando tantas blasfemias que habría reducido a escombros un convento entero, dicho puesto mágicamente aparece de la nada a unos pocos metros de él.
POR FIN.
-¿Eres estudiante, muchacho? -El ahjussi lo mira bajo su sombrero para el sol.
-Seh -Jongin hincha el pecho queriendo presumir, porque tal vez aquel amable ahjussi esté dispuesto a ofrecerle un descuento al pobre estudiante-, soy estudiante de medicina.
Los ojos del ahjussi se abren con terror, con la mandíbula colgando. Jongin contiene la necesidad de mover su mano y cerrársela.
-¿¡Eres un estudiante loco
4!? Dios de acuerdo, llévatelas gratis pero lárgate de aquí.
Jongin frunce el ceño, pero aún así le agradece al ahjussi por su generosidad y vuelve corriendo con Kyungsoo su princesa quien aguarda su regreso.
Cuando la glorieta aparece ante su vista, Kyungsoo está enviando a una niñita adorable de vuelta con su madre, con un globo atado a su muñeca. Jongin no sabe qué sentir; sólo se queda allí parado y observa al chico saludar con la mano a la pequeña niña con una triste sonrisita en sus labios. Simplemente no hay palabras para esa escena que acaba de presenciar, sólo un sutil y punzante dolor que lentamente se apodera de sus emociones, pero aunque aumenta en su corazón, desaparece con total rapidez cuando Kyungsoo lo ve parado en medio del camino amarillo.
El calor del verano debe estar afectándole. Sin decir palabra, Jongin le da su té de melón y toma un sorbo de su café helado.
Si el silencio es oro, entonces aquel es otro de los momentos dorados que comparten desde que se vieron por primera vez. Pasa de ser unos pocos segundos a un largo período de tiempo, y Jongin cuenta el número de veces que la brisa veraniega los honra con su presencia antes de ser reemplazada otra vez por el calor sofocante.
-¿Cuántos hijos quieres tener?
Jongin casi escupe su café.
-¿Me acabas de preguntar cuántos hijos quiero?
Kyungsoo se encoge de hombros.
Vaya, Jongin nunca ha sido de esos que planean su futuro. Preguntarle cuántos Jongin Jr. quiere tener es como preguntarle a Chanyeol qué hará cuando supere su estúpida estapa de happy virus, lo cual nunca ocurrirá, para ser honestos.
Además, la orientación sexual de Jongin no deja lugar para niños, es decir, a menos que escoja a una persona con un cromosoma X de más en sus genes en aquellos arriesgados callejones traseros.
Y a menos que la hoja con información de Kyungsoo haya estado mintiéndole todo este tiempo, Jongin está ciento noventa y nieve por ciento seguro de que Kyungsoo nunca podrá parir niños (si es que algún día terminan juntos).
Pero para responderle a Kyungsoo… para divertir a su hyung…
-¿Dos o tres, tal vez? ¿Supongo?
-Oh.
Jongin le echa un vistazo al hombre sentado a su lado, quien sonríe con una sonrisa que pareciera melancólica.
-¿Y tú? -le pregunta Jongin-. ¿Cuántos mocosos quieres que vacíen los ahorros en el banco que guardabas para pagar su educación?
Kyungsoo se ríe, pero además de eso no dice nada y sólo contempla los globos restantes, atados y sin libertad. Luce un poco triste. Sus dedos están tan cerca entre sí que Jongin desearía poder tomarlos y barrer todas aquellas migajas de tristeza e inyectar felicidad en las venas de Kyungsoo.
-Creo -Kyungsoo se pone lentamente de pie y se sacude la suciedad del trasero- que deberíamos irnos ya. Te debo algunas respuestas que te daré mañana, en el café.
-De acuerdo.
-Pero primero… -Kyungsoo sonríe y toma una rama muy larga. -Creo que tenemos que encargarnos de estos globos que quedan.
Jongin tan sólo sonríe.
Al final, dejan unas palabras talladas en el suelo duro y seco.
GLOBOS SOLITARIOS X FAVOR LLEVATE UNO A CASA!! :>
o puedes chupar el helio eso está bn tmb
no hay demostraciones disponibles
Sin embargo, hace mucho que los globos ya no están. No bien Jongin terminó de escribir letras en la tierra, Kyungsoo camina hacia la columna y, con un movimiento veloz, los libera en el aire.
Es el punto de inflexión en la vida de Jongin. Un punto pivotal que cambia totalmente su perspectiva trescientos sesenta grados. La expresión de Kyungsoo de calma y paz se quedará en su mente desde ese momento en adelante, filtrada en cada poro de su piel y grabada en sus neuronas para su almacenamiento eterno. Y cuando Kyungsoo se voltea y le sonríe sin poderlo evitar, el mundo que alguna vez conoció Jongin se destroza y es enviado a una nueva dimensión.
Ya no se puede negar ni seguir escapando, su vida jamás volverá a ser la misma.
Jongin se ha enamorado. Se ha enamorado de Do Kyungsoo. Y ya no hay retorno.
v.
Hoy hablan sobre el costo de las medicinas, la cantidad de facturas y los miembros que la familia de Kyungsoo tuvo que serrucharse y vender en el mercado negro para poder ser elegidos para un tratamiento de mutaciones de células dañinas.
Sentados cómodamente en el viejo café, Jongin está ajeno a todo a su alrededor excluyendo a Kyungsoo, y Kyungsoo está ajeno a todo a su alrededor incluyendo a Jongin, muy lamentablemente, en la opinión más humilde y respetada del primero.
(Jongin es un futuro doctor y sus opiniones, sin importar qué tan tontas o ridículas, como también el hombre que es, deben ser tomadas con seriedad. Por lo tanto tu argumento es inválido, por favor cállate. Jongin no quiere nada más a menos que sea una porción de cheesecake de Kyungsoo cubierto con soo-berries
5 y do-liciosas mini donas.)
Un vistazo a la búsqueda de Jongin; tipeando las palabras ‘kyungsoo’ ‘café’ ‘pensamientos’ ‘porno gay’.
Aproximadamente 10.000.000.000.000 resultados (0.02 segundos)
Kyungsoo es fascinante. Convierte cada tema de conversación aburrido en algo interesante; Jongin desearía que sus profesores de la uni pudieran tomar como ejemplo al hombre que tiene frente a él. Kyungsoo le cuenta todo lo que Jongin nunca quiso saber pero que ahora sí: que espera que los impuestos puedan ayudar a la entrega de medicaciones caras, que las organizaciones de caridad inviertan más dinero en los pacientes pobres, etcétera.
Es romántico y, tristemente, Jongin piensa que eso será lo más cercano que tendrán a una cita. Una cita. La pasaron discutiendo sobre facturas médicas y deseando que el mundo se convierta en un mejor lugar. Genial.
-Con todas mis boletas de medicamentos, mis abuelos podrían comprar una casa en Gangnam. -Kyungsoo suspira con nostalgia mientras levanta su taza de té inglés (sin azúcar) hacia sus perfectos labios rosados, y Jongin observa totalmente hipnotizado cómo su nuez de Adán se mueve hacia arriba y hacia abajo con cada trago.
-Yo podría comprarte una casa en Gangnam.
La reacción es instantánea. Kyungsoo se atraganta y escupe té caliente directo en la cara de Jongin, como una fuente en mal funcionamiento. Una fuente muy especial y caliente llena del ADN de Kyungsoo; y Kim Jongin jura que, en ese instante, fue bendecido con el agua sagrada de Buda que fue hecha pura y exclusivamente para él.
Alabado sea Dios, bendito sea Jesús.
-¡Carajo! -maldice Kyungsoo, y Jongin deja de lamer el té que tiene en los labios y se toma un momento para admirar la adorable cara del chico, estrujada con preocupación, mientras rodea la mesa torpemente para limpiar el té de su cara con una servilleta-. Mierda, dios, lo siento tanto…
-Kyungsoo.
-¡¡Lo lamento mucho Jongin!! -lloriquea histéricamente, dando toquecitos con el trapo de algodón por la cara del más joven-. No era mi intención insultar, ay dios…
-Kyungsoo. -Jongin le sujeta las torpes manos y mira directo a sus grandes y frenéticos ojos que emiten rayos gama de preocupación y sincero arrepentimiento. -Está bien.
Empuja a Kyungsoo de vuelta a su asiento antes de continuar (lamentablemente) limpiando la amilasa salival de su rostro y haciendo su mejor esfuerzo para enviarle vibras tranquilizadoras al nervioso Kyungsoo.
-Dios, te ofreciste a comprarme una casa y así te lo agradezco. Por Dios. -El mayor entierra la cara entre sus manos con mortificación.
-Bueno, fue una reacción inesperada.
-Apuesto a que arruiné tu ropa de Armani o la marca que sea esa camiseta tuya.
-No hay problema, Kyungsoo. No arruinaste nada.
-¡Te escupí té! -grita.
Ay por favor. El escupitajo de Kyungsoo vale más que esa camiseta de mierda que no tiene ningún valor para él. No todos los días uno recibe una escupida de Kyungsoo, con su ADN y sus hermosos gérmenes adornando tu rostro y reptando por los poros para que su existencia penetre en tu piel. Jongin escogería la saliva de Kyungsoo antes que las noches solitarias en su cama en cualquier momento, si sabes a lo que se refiere. Se desnudaría por todo un día si eso significara que Kyungsoo intercambiaría saliva con él y pasaría el resto de su vida con Jongin viendo incontables atardeceres y alimentando a los patos solitarios en el lago contaminado y apestoso ubicado tras el campus.
Sí, así de enamorado está Kim Jongin; ha caído a tal profundidad desde la cima del rascacielos más alto de Seúl, y sigue cayendo. Las estrellas zumban al pasar ante sus ojos e irse hacia el infinito, y no hay forma de frenar aquella fuerza de velocidad permanente que aumenta su impulso. Jongin caerá más y más profundo a cada segundo, y al final con lo que impactará será o Kyungsoo, o el pensamiento de que Kyungsoo está allí para ayudarlo a detener aquella fuerza gravitacional con sus rayos mortales de encanto y ternura.
Kyungsoo echa un vistazo al impasivo Jongin, oculto desde sus dedos, y le toma a este último un enorme autocontrol para no apartárselos de la cara y dejar que el rostro de Kyungsoo brille bajo la luz del sol. Brillos, brillos, brillos. Wiiii.
-Estás furioso -deduce Kyungsoo.
-Eso tiene dos significados. No puedo estar furioso, no cuando ya lo estoy.
-De acuerdo, estás realmente furioso.
-¿Cuál de los dos furiosos? ¿El del tipo «furiosa e ilusamente enamorado de ti» o…?
-Jongin.
Dicho hombre se inclina hacia adelante, posa su rostro en sus palmas y sonríe. Es adorable y extremadamente entretenido ver a Kyungsoo ponerse nervioso y avergonzarse por ser el centro de atención. Jongin tan sólo mira sus mejillas inflándose y desinflándose rítmicamente, y sus ojos yendo de izquierda a derecha mientras juguetea con sus pulgares, incómodo, exprimiéndose los sesos para buscar un tema de conversación aceptable.
(Pero como que le duele un poco darse cuenta de que Kyungsoo no se siente cómodo a su lado, porque a Jongin le gusta estar con el chico; lleva la relajación y la tranquilidad a un nivel totalmente distinto, donde Jongin se quedaría acampando por el resto de su vida.)
-Esto es tan incómodo -murmura Kyungsoo-. Deja de mirarme.
-Bebe tu té.
-Si bebo mi té, temo que me ahogue y vomite bacterias en tu linda cara de nuevo.
-Sería un honor.
Los rayos del sol del atardecer se introducen por las ventanas relucientes y generan un halo mágico de fotones en Kyungsoo. Sus ojos acuosos reflejan la luz y brillan; no como diamantes que destellan, sino más bien como débiles estrellas en el cielo nocturno que intentan resplandecer lo más que pueden para opacar a las otras supernovas y hacer que la gente las note. Tal vez eso es lo que quiere realmente Kyungsoo: tener a alguien que lo note por quién es en vez de ser conocido como «el chico que sobrevivió al cáncer».
Jongin también ha estado buscando a alguien así por un largo tiempo. Una persona que sepa y comprenda la esencia de tener a alguien a tu lado cuando estás solo, los valores fundamentales que definen la soledad cuando el inconsciente busca el consuelo y la compañía de alguien con tendencias similares.
Así que, mientras el mundo exterior comienza a desenmarañarse luego de un día agitado de estar trabajando con números o salvando vidas en una sala de cirugías, Jongin estira sus brazos y posa sus palmas en unos puños semicerrados, para dejarle al lenguaje corporal tomar el control y llevarlos adonde sea que vayan. La consonancia de sus almas fusionándose será suficiente para mantenerlos vivos en aquel tedioso viaje de autodescubrimiento y felicidad plena.
Bajo las palmas tibias de Jongin, los dedos de Kyungsoo se sueltan y se relajan, y sus hombros también. No hacen falta palabras. Los pequeños y fríos dedos se deslizan temblorosos para amoldarse en los espacios entre los de Jongin, los cuales instintivamente se tensan ante la menor muestra de contacto.
Pasa un momento breve, fugaz. Y luego Kyungsoo baja la cabeza y sonríe con esa sonrisa tímida otra vez, haciendo que el corazón de Jongin se agite, se detenga, caiga y ruede por la mesa hacia donde están esperándolo, donde habían estado esperándolo, las manos de Kyungsoo.
Es hermoso y, para Jongin, extremadamente reconfortante el modo en que sus manos parecen haber sido hechas las unas para las otras, como piezas de rompecabezas que resuelven los misterios más grandes de la vida.
Y es de un cosuelo mayor aún para su corazón que se queden así hasta que el sol ya se ha puesto por el horizonte, y luego, en la refrescante oscuridad de las calles, caminen a casa. Juntos.
-Te veré mañana. -Kyungsoo sonríe justo antes de que Jongin entre en la puerta de los dormitorios. -Misma hora, mismo lugar.
Jongin simplemente se encoge de hombros y observa a Kyungsoo alejarse hasta que se desvanece en la oscuridad. Sólo cuando los mosquitos comienzan a alimentarse de él, se retira a su baticueva. Las picaduras de mosquitos podrán ser molestas, pero el inexplicable pinchazo en su corazón duele aún más.
vi.
Dios decide mearse a la tarde siguiente luego de su sesión para el estudio de pacientes. Bueno, es eso o está muy, muy, extremadamente inestable y emocional y triste, concluye Jongin mientras él y Kyungsoo esperan bajo el aguacero a que llegue el siguiente autobús (punto extra: bajo un paraguas compartido). El subterráneo está lleno de cuerpos emitiendo calor y sudor, y Jongin se duchó justo antes de salir de su dormitorio y tiene deseos bajo cero de atrapar un estúpido virus de resfrío veraniego que esté dando vueltas por los espacios cerrados.
-Te dije que debimos haber tomado el tren -lo reprende Kyungsoo, poniéndose en puntas de pie por enésima vez en esa hora para mágicamente divisar los autobuses que fueran a aparecer a veinte kilómetros de allí. Pfff, como si fuera a poder verlos ese pequeño bobo.
-El subte está lleno de gente. Estaremos mejor esperando bajo un aire fresco y puro en vez de respirar dióxido de carbono usado en lugares sofocantes.
-¡Pero no quiero esperar por nada bajo el aire fresco, tan sólo quiero llegar a alguna parte!
-¡Ya estás en alguna parte! ¡El hecho de que estés en una parada de autobús que terminará llevándote a Myeongdong es alguna parte!
-¡Esto no es alguna parte! ¡Esto es ningún lugar! Estamos atrapados en medio de la nada y los autobuses deben estar en huelga y oh por dios jamás volveré a mi casa…
-Kyungsoo…
-Jongin…
-DE ACUERDO CAMINEMOS.
Paso. Paso. Paso. Paso.
-Jongin espera…
Paso. Paso. Paso. Grrrrrrrr.
-Ah, Kim Jongin…
Paso. Paso. Putos autobuses de mierda condenados que lo sacan de quicio y arruinan todo…
-Jongin atraparás un resfriado, no puedo… ¡¡detente!!
PASO. PASO. PASO. PASO. PUTA L L U V I A…
-¡AH!
¡PUM!
-Oh por Dios Kyungsoo…
Estar varados bajo la lluvia es aterrador. Pero ¿sabes qué es más aterrador todavía? Voltearse y darse cuenta de que una persona muy importante para ti se ha caído al suelo, en un charco de lluvia, y está empapado hasta los huesos y luchando para levantarse.
Hasta asusta a los putos macrófagos de tu sistema inmune. Diablos, incluso eliminó todo rastro de ira en Jongin y volvió sus reflejos de lucha o huída inútiles por unos minutos. Lo único que lo devolvió a la realidad fueron los débiles quejidos escapando hacia la lluvia.
-Mierda. -No hay tiempo para hablar. Instantáneamente saca a su compañero caído del charco de agua helada y sucia y busca daños ocasionados.
La culpa no es suficiente para callarlo. Su área de Broca no registra las palabras (carajo carajo carajo Kyungsoo no estás bien mierda mierda) y éstas comienzan a salir en todas direcciones porque, después de todo, es enteramente su culpa que Kyungsoo esté herido y no haya una sola alma en la calle que pueda ayudarlos en ese momento de desesperación, oh carajo debieron haber tomado el subte, el dióxido de carbono usado no es ni de cerca tan letal como su pequeño Kyungsoo recibiendo un golpe; un momento por qué las manos de Kyungsoo están en sus mejillas, qué…
Oh.
Esto se siente bien. La sensación cálida y feliz revoloteándole en su estómago y persuadiéndolo para que separe sus labios e intercambie saliva se siente tan bien, a Jongin le encanta.
Pero todo lo bueno tiene un final. De pronto, Kyungsoo se aleja y se encuentran otra vez de pie bajo la lluvia, con Kyungsoo mirándolo con ojos ensanchados y mejillas rosadas, siendo tan Kyungsoo, y Jongin tan sólo… quiere devorarlo y extasiarlo como una puta colegiala con esteroides y pastillas hormonales.
-Creo que necesito una ducha -es todo lo que Kyungsoo dice.
-Bueno. -Bueno a ducharse en su cuarto, bueno a meter en el campus a Kyungsoo a escondidas, bueno a todo.
Dios deja de mear en sus creaciones cuando finalmente llegan al campus, tras batallar y chapotear bajo la lluvia por unos buenos cuarenta y cinco minutos.
Deja de mear en ellos, pero aparentemente los colegas de Jongin (los dementes estudiantes médicos) tienen otros planes para el dúo que acaba de dar un par de pisadas en territorio escolar. En cuanto Jongin extrae su tarjeta de estudiante para pasarla por el cerrojo de la puerta, un «QUE TE DEN» fortísimo es bramado desde arriba, seguido por un estruendo contra el pavimento unos segundos después.
-¿¡Qué carajo!?
Jongin gira su cabeza hacia el lugar del impacto. Hay vidrio destrozado en millones de piezas por la alta velocidad y la fuerza impulsiva descomunal. ¡¿Quién carajo decidió que hacer llover botellas de vino y alcohol y putos fragmentos de vidrio sería una buena idea, eh?!
-¡¡PERDÓN!!
Jongin levanta la vista y ve a un Chanyeol justificativo haciéndoles un gesto, desde allá arriba en el séptimo piso (más bien el séptimo círculo del infierno).
-¡¿CHANYEOL QUÉ CARAJO?!
-NO FUI YO, FUE SEHUN QUE ESTÁ EBRIO…
-¿¡¿¡¿¡¿¡¿¡SEHUN ESTÁ EBRIO!?!?!?!?!?!?
-SHHH PARK CHANYEOL, TODA LA ESCUELA VA A ENTERARSE, CÁLLAT…
-¡YA LO SABE TODA LA ESCUELA, PAYASO IDIOTA! MIERDA, SÓLO MÉTETE DENTRO Y TE EXPLICAREMOS LO QUE TU ESTÚPIDO BFF HIZO OH DIOS.
Oh dios mío, exclama Jongin en silencio mientras pasa la tarjeta por la cerradura de seguridad. Las puertas se deslizan abriéndose, y no se olvida de sujetar a un muy despeinado, confuso y adorable Do Kyungsoo y meterlo al edificio cálido antes de que las puertas lo encierren afuera. Rayos, trae a la persona de la que está enloquecidamente enamorado y esas son las idioteces que sus amigos hacen y lo avergüenzan, golpeándolo con un martillo de una tonelada de vergüenza en la cara.
Carajo.
La espera hasta que el ascensor llega a la planta baja es horriblemente larga, y Jongin no sabe qué sería peor, si Kyungsoo juzgándolo y terminando su relación de pronto o ser enviado a la cárcel por asesinar al grupo de idiotas inútiles a los que llama amigos.
-¿Ves aquella maceta en la puerta del bar, Kyungsoo? -grita Jongin lo más masculinamente que puede.
Kyungsoo mira alrededor. Espanta a todos los microorganismos en el aire al escanear el vestíbulo con sus enormes ojos buscando la misteriosa maceta que Jongin le ha señalado miserablemente.
-¿N-no?
-Es como mi orgullo y mi dignidad. Ya no está.
Y cuando el ascensor los lleva hasta el séptimo piso, Chanyeol está ahí, recibiéndolos con una mueca y acompañándolos hacia su dormitorio, donde el caos arde como las llamas del infierno en un día muy malo.
-Este es Chanyeol, por cierto -lo presenta Jongin mientras el gigante trata de abrir la puerta.
-Hola. Bienvenido al infierno.
Oh Sehun raramente se embriaga, aunque a decir verdad de parte de su amigo de la infancia Kim Jongin, el larguirucho soporta el alcohol mucho mejor de lo que él jamás podría. Lo sabe porque han estado contrabandeando soju en sus dormitorios y jugado beer pong con un par de exestudiantes, en el sótano abandonado a unas cuadras de su casa, desde que tienen quince. Por lo tanto, sufre un shock cuando entra a su pequeña sala de estar y contempla a su amigo de la infancia tirado por el suelo, gimiendo y murmurando sobre cosas que Jongin no puede oír, y que de todas formas no quiere saber.
La habitación entera apesta a cerveza y a licor barato, y desde el rabillo de su ojo puede ver a Kyungsoo retrocediendo por la peste, evidentemente no acostumbrado a inhalar alcohol fuerte. Jongin suspira y desde el armario compartido extrae una toalla y un conjunto de ropa limpia y empuja a Kyungsoo al baño antes de que Sehun tenga la oportunidad de levantarse y vomitar ácido hidroclorhídrico y levadura fermentada por todo el puto inodoro.
-Qué. Pasó.
-¡¡¡FUE HORRIBLE!!! -lloriquea Sehun.
-Qué…
-ÉL (hic)… ÉL…
-Sehun ordena tus putos pensamientos, por amor a Luh…
-¡¡LUHAN HYUNG YA NO ME QUIERE!!
-¡¿QUÉ?! -Jongin voltea su cabeza y mira a Sehun, quien rápidamente estalla en llanto y calla sus sollozos con otros diez tragos de vodka.
-Chanyeol, qué…
Dicho hombre suspira y sacude su cabeza.
-Sehun vio a Luhan hyung descansando su cabeza en el hombro de Minseok hyung. Piensa que Luhan hyung rechazó su propuesta de matrimonio y se está preparando para fugarse con Minseok hyung.
-ESPERA QUÉ, ¡¿SEHUN LE PROPUSO MATRIMONIO A LUHAN?!
-DIJO QUE NECESITABA TIEMPO PARA PENSARLO -grita Sehun desde el suelo-. NECESITABA. TIEMPO. YO LE DI TIEMPO. SÓLO… QUÉ CLASE DE… ¿¡ACASO NUESTROS AÑOS DE RELACIÓN NO SIGNIFICAN NADA PARA ÉL!?
-¡Íbamos a organizarle una despedida de soltero! -interrumpe Chanyeol-. Que alguna chica bien buena le hiciera un baile privado y…
-¡NO QUIERO NINGÚN BAILE PRIVADO, QUIERO EL BAILE PRIVADO DE LUHAN HYUNG!
-Pedazo de mierda exigente…
-Oh por dios chicos, ¿no pueden decirle a Yifan hyung sobre esto? O MEJOR AÚN, SÓLO DÍGANLE A LUHAN HYUNG Y YA DEJA DE LLORAR…
Desde una esquina de la habitación, Baekhyun, quien se hallaba sentado en la mesita sin llamar la atención, mirando la conmoción con el mismo interés que una vaca, se aclara la garganta.
-A Kris no le importará un pito.
-Sí, sólo le importa el pito de Zitao últimamente. -Chanyeol suspira.
-Oh dios cómo quisiera que Kris me dé.
-Discúlpate, Baek.
-Lo siento Yeol, pero debes admitir que sería genial si Kris nos diera, ¿no crees? Imagina que ideáramos un sistema, nuestra moneda sería el sexo o algo así. Cuando alguien hace una buena acción en el día, la calificaríamos en una escala que iría desde el sexo hasta una mamada y así lo recompensaríamos por un trabajo bien hecho.
Chanyeol se queda en silencio por un momento, considerando algo, frotándose el mentón con su dedo, y oh por Dios Jongin sabe que está por decir algo estúpido; lo tiene en la punta de la lengua.
-Si termino de memorizar el libro de neuroanatomía entero para las tres, ¿me recompensarás?
-Park Chanyeol, te acabas de ganar algo esta noche.
Dios. Benditos sean. Kim Jongin tiene pulpos idiotas y de dos patas como amigos. Es algo difícil creer que ellos (dos) serán sus compañeros de clases y futuros colegas por los próximos cinco años y más.
-Chicos -gruñe Sehun desde el suelo-, sigo aquí. Y el novio de kkamjong ha estado ahí parado, mirándonos comportarnos como idiotas desde el alba.
Ay mierda. El cuarto entero se voltea a mirar a un muy perplejo y avergonzado Kyungsoo, quien devuelve las miradas con ojos enormes y llenos de temor, con su cabello aún húmedo, y Jongin puede oler rastros del shampoo de fresa que Baekhyun utiliza sólo los lunes por la mañana.
-N-no soy el novio de Jongin -chilla Kyungsoo.
Au…
-AUCH.
-ESO DEBE DOLEEEERRRR.
Ehhhhhh………
Una pausa desconcertante se cierne sobre ellos. Jongin no se atreve a mirar a ninguna parte, ni siquiera al rostro de Kyungsoo; sólo se queda ahí, moviendo incómodo sus pies y asistiendo a su corazón roto hasta que esté curado y pueda volver a hablar.
No, espera, al diablo con eso; Jongin nunca se podrá recuperar de aquel golpe. Se acaban de dar un puto beso, ¿¡eso no cuenta o qué!?
-Creo -susurra Kyungsoo, rompiendo el silencio con su voz baja- que debería irme a casa.
Y con eso, hace una ligera venía y se va de la habitación tan silenciosamente como vino, sin siquiera mirar a Jongin, quien tiene los ojos fijos en él desde que empezó a hablar.
Eso es más que depresivo; se siente como si sus músculos cardíacos hubieran sido desgarrados y su corazón estuviera tratando de latir por su cuenta, a pesar de saber que no podrá resistir mucho más, Dios y encima sus signos vitales están disminuyendo, duele tanto que lo está matando.
¿Es así como se siente el rechazo?
-Dios kkamjong, te dejaron antes de que te declararas siquiera.
-¡H-hey!
-¡Deja de decir «h-hey» y ve a buscarlo, perdedor!
¡Rayos, sí! ¡Bendito seas Oh Sehun, al menos todos saben que sigues sobrio!
Es imposible que Kyungsoo se vaya sin la ayuda de Jongin. Aunque la seguridad en los dormitorios está diseñada de forma que uno necesite una tarjeta de estudiante para poder acceder o salir del edificio, Jongin no pierde tiempo y toma el ascensor para ir directo a la planta baja.
¡Observad!, cuando las puertas se abren Kyungsoo está allí, contemplando el cerrojo y tocándolo como si la identificación de huellas digitales fuera a funcionar y aquello fuera una película de James Bond 007. No lo es, lamentablemente; la vida tampoco es una película salida de romances clásicos como «500 dias con ella» o «Lo que el viento se llevó».
Pero Jongin lo llama de todas formas. Endurece sus nervios y respira hondo y deja que las vibraciones en su pecho hagan el trabajo restante.
-Kyungsoo.
Dicho hombre se voltea. Se asemeja a un ciervo atrapado bajo reflectores cegadores, y Jongin se siente culpable porque lo puso bajo aquella tortura y dolor.
-Jongin, no puedo abrir la puerta.
-Sí. -Él exhala y avanza, extrayendo su tarjeta-. La abriré para ti.
La puerta se desliza y se abre. Se siente como si estuviera liberando a Kyungsoo, y a pesar de su odio por las metáforas, esa puerta es como la puerta para que Kyungsoo se marche de su vida y jamás regrese. Jongin baja la mirada hacia él, quien se asusta por la atención.
No quiere que ese sea el final. Sería horrible perder algo, a alguien, tan precioso, justo cuando estaba empezando a conocer a Kyungsoo y a descubrir una parte de sí mismo que jamás había conocido.
-Me iré yendo, supongo.
-Realmente me gustas -espeta Jongin-. Me gustas desde el día en que nos vimos por primera vez.
Kyungsoo se detiene en seco. Levanta la vista hacia él con unos ojos tan sorprendidos y tan enormes que Jongin cree que tendrá que buscar cinta adhesiva para que sus globos oculares no se le caigan de las cuencas.
Un latido más tarde, la salida se cierra, pero Kyungsoo parece no preocuparse por la maldita puerta. Débiles señales de esperanza hormiguean dentro del cuerpo de Jongin.
-He pensado mucho sobre eso durante la ducha. -El más bajo traga. Sus ojos parpadean rápidamente por un instante antes de volverse a fijar en el rostro de Jongin. El hoyo en el estómago de éste continúa expandiéndose, y puede sentir cómo se va hundiendo más y más profundo en aquel nuevo agujero negro.
Tal vez la esperanza jamás estuvo ahí.
-¿Sí?
-También me gustas mucho…
Dios…
-… pero -Kyungsoo interrumpe sus pensamientos- creo que es mejor que sólo… seamos amigos.
-¿Por qué? -Ni siquiera puede encontrar su corazón, aquella pizca de fuerza para enojarse con Kyungsoo, para gritarle «bueno, tú te lo pierdes» y cancelar sus futuras sesiones de estudio de pacientes y aceptar que reprobará ese trabajo de sus carrera médica; Jongin no puede soportar estar enojado, no cuando Kyungsoo luce tan arrepentido y triste y diablos, ¡¡ambos lo están!!
La acidez en su pecho crece y se expande como un globo (oh dios Kyungsoo globos, ¿recuerdas aquellos momentos divertidos que pasamos?) hasta que apenas puede registrar la caricia de Kyungsoo en su mejilla. Éste no dice nada; su mano se desliza hacia la de Jongin con la tarjeta, y de pronto se siente tan bien y tan correcto que la pequeña palma de Kyungsoo esté sujetando su mano, y a la vez tan mal porque sus manos se mueven contra su voluntad, tocando el sensor y destrabando la puerta y dejando a Kyungsoo ir.
-Nos vemos -susurra.
Kyungsoo no mira atrás y se apresura a salir antes de que las puertas lo vuelvan a atrapar dentro. Jongin sólo atina a quedarse ahí y verlo marcharse.
No llora. Se queda allí hasta que Luhan de pronto aparece frente a él, preguntándole algo como «¿dónde está Sehun?», y tras una respuesta inexistente, lo arrastra de vuelta a su dormitorio. No registra cuando la puerta se abre y un Sehun sin vida revive. Jongin sólo toma una botella de cerveza que estaba en entrada y se encierra en su habitación por el resto del día.
Se siente como si Jongin se hubiera hallado a sí mismo, pero luego de unas (severas) circunstancias desafortunadas, se hubiera perdido de nuevo. Solía doler el sentirse vacío, hasta que se acostumbró a ello; pero perder algo que has encontrado duele incluso más. Duele tanto que ni siquiera el alcohol puede borrar el dolor, porque el dolor reciente permanece, se queda allí y continúa salando las heridas que no se pueden lamer.
Afuera, Sehun grita como una puta colegiala recibiendo su primera tarjeta de crédito. Jongin gruñe y cierra sus ojos, y en diez segundos cae muerto para el mundo.
vii.
(Extrañarte) Es como tener un millón de cosas para decir, pero no decir nada.
-Amanda Katherine Ricketson
Alguien golpea la puerta.
-¿Jongin?
Unos segundos después, golpean nuevamente.
-Jongin, ¿estás ahí?
No, Kim Jongin no está ahí, está aquí, bueno en realidad no. Kim Jongin no está en ningún lugar, está flotando entre alguna parte y ninguna parte, buscando algún hoyo donde pueda enterrar su conciencia y morir avergonzado.
La persona fuera de la puerta deja de tocar y la abre.
-Oh Dios Jongin, ¡¿qué hace este trillón de latas aquí?! ¡Es el séptimo día del verano y ya te has convertido en un adicto!
Oh, es Joonmyun hyung. Joonmyun hyung nunca limpia nada; para lo único que sirve es para patear latas de cerveza vacías y así poder abrirse camino para sacar a un reacio Kim Jongin de su cama, de una forma u otra o a las patadas (termina siendo esta última opción).
-Jongin… -Joonmyun suspira. Jongin no puede ver nada desde debajo de su manta, pero está bastante seguro de que su hyung está ahí, parado con sus brazos cruzados y debatiéndose si llamar al todopoderoso Wu Yifan para que lo ayude o no.
-¿Qué? -gruñe él. Los ojos de Joonmyun le sonríen y eso es jodidamente molesto porque le recuerda a cierta persona que claramente no quiere recordar en ese momento.
-Saldremos para la «cena de celebración de bodas» de Sehun y Luhan. No puedes perdértela o Sehun nunca te lo perdonaría, y Luhan tampoco.
Jongin desvía la mirada hacia la mesita de luz, donde su reloj de Pororo se halla parado. Son las 8pm, ¿¡quién carajo organiza una cena de celebración a las 8, habiendo estado besándose y reconciliándose hace tres horas!?
No esperen, ¿¡quién carajo organiza una puta boda estándose dedicando a la medicina, de todos modos!?
-Luhan y Sehun, aparentemente. -Joonmyun suspira. -Y no fue hace tres horas, Jongin. Han pasado… catorce horas desde que tuvieron sexo de reconciliación, y creo que ya es más que hora de que levantes el culo de tu cama, de todas formas.
-No puedo -murmura Jongin. Su corazón le pertenece a Kyungsoo. Su culo también.
-Agh Jonginnnnnnnn, deja de hacerme las cosas difíciles, he tenido un mal día y lo único que quiero ahora es comida buena, cara y gratis en un restaurante de cuatro estrellas, por favor levántate y quítate la peste a alcohol con una ducha; eso es, buen muchacho.
-Duele.
-¿Mmm?
-Nada.
Pero el sueño que tenía Joonmyun lamentablemente no se vuelve realidad. En vez de restaurantes de cuatro estrellas y una cena gourmet, están junto a la piscina del campus haciendo una barbacoa. Y mientras Jongin intenta encender el fuego entre los estúpidos bloques inútiles de carbón de mala calidad (Joonmyun dice que no podía comprar algo mejor porque es pobre, pfff), piensa que bañarse y ponerse ropa limpia es inútil de todas maneras porque dios santo, el humo que lo ahoga y sofoca con miseria no es cosa de risa.
-Jongin, trae los platos.
-Kkamjong el helado se derrite ¿¡¿¡¿¿¡¡ADÓNDE ESTÁ LA CAJA DE HIELO!!??!?!?
-Jongin, ¿puedes vigilar la barbacoa? Tengo que ir a mear.
Pfff sí claro, piensa Jongin mientras Jongdae va dando saltitos hacia Joonmyun, quien se halla sentado junto a la pareja «casada». En la mesa, Sehun alimenta a Luhan con una alita de pollo tras otra, y qué asco eww, aquella visión de Luhan riendo con comida medio digerida adornando su lengua es tan antiestética y desagradable que Jongin siente la necesidad vomitar todo el alcohol que consumió ayer sobre el rosal más cercano.
Hoy es el primer día desde que empezaron las vacaciones de verano que no ha visto a Kyungsoo para nada. Jongin extraña los momentos que pasaron juntos haciendo estupideces que hacían feliz al chico, y cuando Kyungsoo está feliz Jongin está feliz; le gusta ver aquellas sonrisas brillantes iluminando el rostro de Kyungsoo hasta que está tan jodidamente brillante que lo ciega de la miseria de la sociedad.
¿Kyungsoo estará bien? ¿Habrá dormido ayer lo suficiente? ¿Está llevando a cabo y tildando las buenas acciones de su lista sin Jongin?
Es gracioso cómo éste pudo sobrevivir veinte años sin Kyungsoo, porque ahora no puede hacerlo y es una mierda.
Olvídense de tener embarazosos sueños húmedos sobre Kyungsoo y aquellas cualidades moe que posee; Jongin está demasiado herido y triste para calentarse a menos que Kyungsoo se aparezca vestido sólo con un delantal blanco sonriéndole «Jongin oppa~~~» y sujetando un plato de su kimchi de fideos favorito, oh dios eso sería genial sí totalment…
-Deja de babear sobre mi comida, Jongin. -Yifan chasquea y saca al más joven de su trance, quien mete su lengua adentro con delicadeza y toma las salchichas cocidas.
Agh, estúpido Yifan; Jongin debió haber reemplazado la miel de aquel tarro con veneno o cianuro, añadir un poco más de condimento a la comida de ese tarado y saludarlo cuando partiera hacia el hospital.
-Bastardo desagradecido.
-TE OIGO.
Ups.
Pero en serio, Jongin aparta todos sus pensamientos sobre Kyungsoo y su ternura y se concentra en quemar cada ala de pollo y salchicha hasta convertirlas en carbón. Hasta ahora va bien.
Le está dando a Yixing hyung la última salchicha quemada cuando los gritos emocionados de Sehun le llegan flotando por el aire lleno de humo.
-¡Oh miren! -El bastardo señala. -¡Es el no-novio de Jongin!
¡¿Carajo, qué?! El pan de la salchicha cae al suelo cuando Jongin estira su cuello para echar un vistazo al hombre en la puerta del patio, quien está haciendo venías en todas direcciones hasta que finalmente se para derecho y se encuentra con sus ojos perplejos.
Kyungsoo se asusta. Jongin puede ver aquella muestra de derrota en forma de hombros caídos y auch, el dolor lo abofetea de nuevo como las frías olas del océano impactando en la costa tras el ataque de un tsunami gigante.
Si es tan horrible para Kyungsoo el estar cerca de Jongin, entonces de acuerdo, Jongin jura sobre la tumba de su difunta abuela que no le volverá a dirigir jamás la palabra para no inflingirle dolor innecesario y reticencia. Que Kyungsoo vuele libre y sea el feliz hombre solitario que tanto quiere ser.
Los fragmentos de amargura y rechazo atraviesan su corazón y amenazan con cortar su aorta en dos y dejar que el dolor brote a chorros. A pesar de haber jurado que aquel tema tan delicado ya no le iba a importar más, su mente constantemente vaga hacia la tierra del frío rechazo, y a la puta mierda con todo; apesta tanto ser Kim Jongin desde el día en que fue expulasdo del útero de su madre hacia ese estúpido mundo donde todos tienen sexo con sus madres.
De acuerdo eso fue duro, pero no se retractará. Todos tienen sexo con madres o padres. Con el tiempo, todos.
Así que, mientras el resto de los locos intercambian nombres y saludos, Jongin continúa sentado atrás y libera dióxido de carbono y unta una cantidad poco saludable de manteca en las alas de pollo frías y marinadas. Está tan inmerso insultando y maldiciendo a cada uno de sus estúpidos colegas que no nota dos pares de pies parados frente a la parrila de la barbacoa hasta que Baekhyun se aclara la hermosa garganta con demasiada fuerza.
Jongin alcanza a ver a Baekhyun sujetando a Kyungsoo por la muñeca cuando levanta la mirada. Los celos se le disparan y lo llenan de agujeros como una puta ametralladora enloquecida y, sin darse cuenta, pincha con el inocente y pobre tenedor a una salchicha con demasiado vigor antes de darla vuelta.
-Kyungsoo tiene hambre. Dale de comer -es todo lo que Baekhyun dice antes de volver a los brazos de Chanyeol.
Jongin baja su cabeza y sigue asando las estúpidas aves (las papas ya deben estar listas). Ignora la existencia de Kyungsoo y pretende que sigue a cargo de quemar la carne hasta la imperfección.
-Ya… he cenado antes de venir a devolverle la camiseta a Baekhyun-ssi -confiesa Kyungsoo en voz baja.
-Claro que sí -murmura Jongin. Está siendo un idiota ahora, pero no puede evitarlo; se siente tan horrible en ese momento que no puede soportar mirar a Kyungsoo, porque sabe que dolería demasiado saber que Kyungsoo no se siente de la misma forma cuando Jongin renunciaría estúpidamente al mundo por él.
Vaya si soy un idiota, un jodido idiota.
No se le escapa cuando Kyungsoo se mueve incómodo en su lugar, y cuando levanta la vista hay unas putas y brillantes lágrimas amenazando con caer por su rostro y algo dentro de Jongin se parte. Se parte tan duro y tan fuerte que lo empuja fuera de su silla y, como energía cinética en descontrol, Jongin sujeta a un asombrado Kyungsoo por el brazo y lo arrastra fuera del patio. Fuera de las miradas sorprendidas de los demás. No hacia su habitación, sin embargo, sino al vestíbulo directamente, donde está vacío y fresco debido a los poderosos y exigidos aires acondicionados.
Y en esa ocasión, Jongin no aparta la mirada y mira a los ojos de Kyungsoo porque podría ser la última vez que se vean. No tiene ojos supersónicos para ver motas de café claro contra las iris color café oscuro, pero Jongin recuerda la forma en que los grandes ojos de Kyungsoo siempre observan todo con tanto interés, y la forma en que sus labios tiemblan cuando está a punto de llorar (como ahora), y los contornos de su rostro que Jongin sabe que jamás podrá tocar y sentir.
Sin vacilación pero con bastante voluntad y determinación, extrae su tarjeta, y en vez de pasarla por el sensor, la estampa contra él y la mantiene allí para que la puerta se mantenga abierta hasta que quite la mano.
Si Kyungsoo se quiere ir, si odia tan desesperadamente el estar allí, Jongin no lo obligará a quedarse. Nadie debería. Kyungsoo tiene una vida más allá de Jongin; tiene mejores cosas que hacer, como ir a las praderas solo en vez de ir con él como se prometieron unos días atrás. Kyungsoo no tiene por qué aguantar la incapacidad de Jongin para aceptar que el amor nunca es algo mutuo; tal vez una vez, raramente para siempre.
El amor duele. Jongin ha tenido un curso intensivo sobre el tema durante los primeros siete días del verano.
-Vete -dice.
Las lágrimas de Kyungsoo fluyen. Es tan triste saber que fue Jongin quien lo hizo llorar. Quería ser la última persona que hiciera llorar a Kyungsoo; no, un momento, Jongin nunca quiere hacer que Kyungsoo derrame aquellas lágrimas prohibidas. Lo ama tanto que está dispuesto a desaparecer y borrar su existencia de los registros históricos de la humanidad y convertirse en espuma en el mar o algo si Kyungsoo realmente lo quisiera.
-La puerta está abierta para ti -añade, esta vez con algo más de suavidad.
La gente se va. Siempre lo hacen. Kyungsoo lo hace. Sale del edificio, y en ese momento en el que está a un centímetro de abandonar el vestíbulo, Jongin quiere detenerlo y abrazarlo e invitarlo a tomar un té o algo sólo con tal de poder verlo sonreír de nuevo. Pero luego recuerda que Kyungsoo probablemente sonreiría más si se va, así que baja su brazo y deja que la puerta se cierre.
Kyungsoo se marcha del lugar, y también del corazón de Jongin. Pero luego de unos pocos metros, el chico se da vuelta de pronto y comienza a correr hacia él.
Corre tan rápido, trotando como un cachorrito miserable pero adorable que sigue a su madre que se va, y carajo, si Jongin no abre inmediatamente la puerta Kyungsoo se va a chocar contra ella, carajo en vez chocarse contra las puertas de vidrio corredizas Kyungsoo se choca con los brazos de Jongin y lo empieza a besar con pasión.
De acuerdo, un momento, obviamente hay algo mal aquí; lo único que está mal ahora es que no hay nada mal con todo lo que está ocurriendo en ese instante, ¿se entiende lo que Kim Jongin está intentando decir?
¿No? Como sea. Jongin está demasiado ocupado empujando a Kyungsoo hacia los duros muros cerca del ascensor como para prestarte atención a ti y a tu incomprensión. Posa una rodilla contra unos muslos ardientes que tienen algo endureciéndose entre ellos, y por dios el gemido de Kyungsoo sacude el cielo y el infierno y penetra en los huesos de Jongin y viaja por sus neuronas sensoriales para liberar una ola de endorfinas a su sistema, que avivan su deseo reprimido por tanto tiempo, llenándolo de una alegría que crece más y más fuerte con cada segundo que transcurre.
Demonios, Jongin no lo va a dejar ir. Lo hizo una vez antes, y ya que Kyungsoo volvió a sus brazos, no lo hará nuevamente.
Y mientras montan el ascensor con torpeza, y luego van hacia el cuarto de Jongin y se tropiezan con las latas de cerveza desparramadas por el suelo y caen en la cama, ninguno suelta al otro por el resto de la noche.
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tres |
cuatro |
cinco |
epílogo |
índice 3 Fragmento de un soneto muy conocido, perteneciente a una colección de poemas titulada "Sonetos de la portuguesa".
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[Volver a la historia] 5 Juego de palabras entre Kyungsoo y strawberry (fresa/frutilla).
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