Summer, 21 (1/6)

Oct 02, 2013 00:31


No permito que mis traducciones sean publicadas en ninguna otra página, así que por favor no las utilices ni las adaptes.

i.

La mayoría de la gente muere a los 25 años y no es enterrada hasta los 75.
-Benjamin Franklin

El retrato de 2x2 le devuelve la mirada inocentemente; tan inocentemente como unos ojos anormalmente grandes pueden ser, piensa Jongin. Es el resultado de sus esfuerzos desganados y chapuceros por pegar la fotografía en la hoja de papel con demasiado pegamento. Jongin recuerda haber buscado torpemente su vieja, vieja botellita de pegamento y tratar de poner cantidades suficientes de aquella sustancia pegajosa para poder pegar una tonta foto en el espacio provisto.

Por segunda vez aquella tarde, Jongin resopla y mira perezosamente alrededor en la pequeña cafetería. Dos camareras están charlando con la cajera, posiblemente contándose los últimos chismes, y lanzando ocasionalmente fugaces vistazos hacia él antes de apartar la mirada. Para aumentar su miseria, el arcaico aire acondicionado sigue produciendo aquellos ruidos molestos en el fondo, funcionando como esclavo para que Jongin pueda disfrutar la espera de su paciente, hasta que éste llegue y puedan comenzar con su estudio.

Mira su reloj. Dos y cuarto; su paciente está llegando quince minutos tarde. Bueno, eso o Jongin simplemente está quince minutos temprano.

Dos minutos después, DO KYUNGSOO todavía lo está mirando desde la pequeña pila de hojas con información desparramadas sobre la mesa, como si lo estuviera juzgando por hacer un trabajo terrible al pegar la foto en el espacio designado. KYUNGSOO luce un poco molesto, y Jongin no puede negar que él también se está sintiendo así. Está en sus vacaciones de verano; se supone que regrese a su ciudad natal y se la pase estudiando neuroanatomía y enfermedades idiopáticas hasta que su cuerpo se descomponga en vez de estar esforzándose para soportar sus tareas veraniegas, como esos tontos estudios de pacientes.

Ese debía ser el karma anunciando su regreso para joderlo por aquella vez que se llevó la tarea de Baekhyun con propósitos de edición sin su consentimiento. Ese maldito ciclo, siempre vengándose de gente inocente cuando éstas no sospechan nada.

Do Kyungsoo; Jongin articula el nombre y luego enuncia cada sílaba con lentitud y claridad en su mente. Le gusta cómo suena el nombre de su paciente repiqueteando en su cabeza, como las tranquilas campanitas sobre las puertas que uno oye cuando el viento sopla. Por ahora, Do Kyungsoo no es más que una hoja de papel en blanco frente a él con espacios sin completar y un conjunto de preguntas impresas debajo, para ayudar a Jongin a realizar la entrevista con su paciente. Se pregunta qué clase de persona será ese tal Kyungsoo. ¿Inquieto? ¿Lento? ¿Como un puto cohete como la paciente de Chanyeol, que reaccionó así porque el gigantón torpe desencadenó una serie de recuerdos desagradables en ella?

Es un enigma por ahora, y desafortunadamente para todos, Jongin no está jugando a ser detective hoy. No le importaría un comino ni siquiera si KYUNGSOO no se presenta y se echa para atrás a último minuto. No, un momento; pensándolo bien, Jongin estaría molesto, porque o sea no caminó todo el trayecto desde el campus hasta ese café apartado, bajo un calor abrasador, sólo para que lo deje plantado alguien que ni conoce. ¡Sería una ráfaga de Katrina a su orgullo!

Pero en términos generales, a menos que su orgullo o su dignidad resulten dañados, a Kim Jongin no le importa una caca.

Al menos, no todavía.

Pero ese era Jongin dos segundos antes de que Pequeño Elfo Con Ojos Grandes fuera hasta su mesa, arrastrara la silla contra el piso embaldosado y se sentara frente a él, sin romper el contacto visual ni por un instante. Dos segundos pueden cambiar muchas cosas; muchas cosas pueden pasar en dos segundos. En un momento Jongin está resoplando y contando el número de cabellos sueltos que puede atrapar sobre su flequillo demasiado crecido, y al siguiente está con la vista clavada en este chico que debe ser el sujeto de sus estudios.

Aquel debía ser Do Kyungsoo.

-Tú debes ser el estudiante de medicina con el que me tengo que encontrar.

En su estado mental tan aturdido, Jongin apenas registra las palabras que escapan de los labios de Kyungsoo. Está simplemente demasiado ocupado asimilando las líneas hundidas en su rostro por la quimioterapia excesiva y la poca rechonchez que le queda en sus mejillas, así que su boba respuesta sale un segundo después de lo normal, mancillando el nombre y la reputación de sus autoproclamados «reflejos de estudiante de medicina», para ser dolorosamente honestos.

-Sí. Eh. Hola.

Kyungsoo reprime sus risitas sin mucho éxito. Jongin es devuelto a la realidad y se aclara la garganta, recuperando el poco profesionalismo que le queda, el cual está rodando miserablemente por las baldosas aceitosas del suelo, cerca de sus sandalias.

Tos.

-M-mi nombre es Kim Jongin y me alegro de que colabores participando en el estudio de pacientes de nuestra universidad. Muchas gracias por tu tiempo, Kyungsoo-ssi.

Éste se toma un segundo para leer la hoja con información ahí adelante, apoyada inocentemente a simple vista sobre la mesa. Jongin es un estudiante de medicina; nota las más pequeñas cosas frente a él, está entrenado para ello, y por eso no se escapa de su vista atenta cuando los párpados de Kyungsoo caen por un segundo antes de volver agitándose arriba para que Jongin pueda continuar observando (devorando con la mirada) sus enormes e insondables ojos. Kyungsoo tiene pestañas largas, lo suficientemente gruesas como para enviar volando a una abeja tres metros por la habitación y proveer la suficiente energía cinética para mantener funcionando el departamento de radiología con una sola sacudida.

Y entonces, Kyungsoo sonríe. Es esa clase de sonrisa tímida que Jongin sólo ha recibido una vez en su vida, cuando Taemin le sonrió en cuarto grado el día antes de mudarse a Estados Unidos. Ha visto esa sonrisa introvertida en sus colegas por un tiempo ya; la ha visto en el rostro de Baekhyun (por primera y única vez) el día en que Chanyeol se paró en la mesa de la cafetería con la boca aún llena de ramen y demás porquerías asquerosas y recitó Yeats para el más pequeño durante el almuerzo, y definitivamente la ha visto dibujada en el rostro de Sehun cada vez que Luhan le lanza miradas tímidas al pasar por su lado en los pasillos del campus.

Es ese tipo de sonrisa que hace que Jongin arda, a pesar de estar lleno de lo que parecieran ser ascuas apagándose lentamente en una noche fría de invierno. Jongin está ardiendo ahora, quiere tocar a Kyungsoo y comparar temperaturas corporales para poder presumir de qué tan caliente se encuentra.

-¿Jongin-ssi?

Ay mierda.

-Ah, sí; como estaba diciendo, la universidad espera que puedas ayudarme a desarrollar mis habilidades de consulta y aumentar mi experiencia tratando diversos tipos de enfermedades, lo cual definitivamente será útil en el futuro. Todo es confidencial, no te preocupes.

-Ah -Kyungsoo asiente-, pero el cáncer no es una enfermedad. Tú lo eres.

Eh, ¿qué?

-Ehm, estoy casi seguro de que las células de cáncer no tienen Kim Jongin estampado en sus membranas de plasma.

-¡Oh! No, no me refiero a eso, me refiero… ay, Dios, estoy quedando como un estúpido. -Los ojos de Jongin siguen la mano de Kyungsoo que se agita hacia arriba y abajo en el aire. Se ve como un pollo, un pollo desnutrido que alguna vez fue un pollo gordo pero perdió mucho peso debido a un caso mortal de pollotermia. -Sólo me refería a que el cáncer está hecho de ti, o sea, de todas tus células, mutadas o no. Se origina en tu cuerpo.

Profundo. Muy profundo.

-¿Entonces dices que todo salió mal con la programación? -Lo cual es cierto, es una de las bases esenciales sobre las que se fundaron los hechos sobre el cáncer. Se supone que lo interrogue con preguntas abiertas para medir las reacciones de su paciente y comprender sus puntos de vista sobre el mundo médico, pero Kyungsoo parece ser un rebelde negándose a dejarle inquirir sus propias preguntas.

-Supongo. Es simplemente la mutación carnívora, canibalesca, devorándonos. Quién sabe, tal vez un día nos convirtamos todos en tortugas ninja.

-Probablemente. -Jongin pretende garabatear algo en una hoja en blanco que sorpresivamente no incluye las palabras «delirante» ni «adorable» (más bien introspectivo y súper tierno). A Chanyeol le gustaría este chico, pero Jongin no cambiaría a Kyungsoo por nada, ni siquiera por una semana de licor y cerveza gratis. Que Chanyeol se quede con la Señorita Metralleta para siempre, así Jongin podrá reírse de su infortunio cada noche durante la cena.

-Bueno Kyungsoo-ssi, si no te importa me gustaría preguntarte cómo fue que descubriste un montón de células mutadas multiplicándose dentro de ti un día.

Dicho hombre hace una pausa, y Jongin aprovecha ese momento para observar cómo sus cejas se estrujan formando un gordo y rollizo Heimlich, la oruga, bajo sus profundas arrugas en la frente (sólo que en este caso Heimlich no es verde).

Observando lenguaje corporal. El paciente está angustiado por el tema actualmente en discusión, pero no se encuentra tan incómodo como para llegar al punto de cerrarse y negarse a hablar. Situación código verde, permiso para proseguir.

-Sentí un dolor punzante en mi muslo. Ni Counterpain ni Deepheat funcionaron en una semana, así que mi abuela me llevó al hospital. Nos dieron la noticia unos pocos días después, cuando los resultados de mi IRM estuvieron listos.

-¿Te sentiste angustiado cuando el doctor te dio la noticia? Es decir, me gustaría saber tu reacción y cómo lidiaste con el impacto de tal información, y tus pensamientos acerca de cómo el doctor debió haberte dicho las cosas, si los hay.

-Por poco me orino encima cuando el doctor nos lo contó. Desearía haberlo hecho porque entonces me habrían trasladado a otra zona más fría, y el frío bloquea el dolor. Mi abuela… -Kyungsoo hace una pausa por un segundo y traga. -Lloró. Mucho.

La compasión entra en acción y hace que Jongin asienta con la cabeza lentamente. Lo ha visto todo, a pesar de haber atravesado sólo un año de estudios médicos y un par de visitas al hospital; ha visto la cantidad de gente que llora debido al cáncer y el horrible estado que les hace desarrollar, como parasitismo. Entras al hospital, te hacen rayos x, te diagnostican, lloras, mueres.

-¿Qué tipo de tratamiento te recomendó el doctor que tomaras? ¿Crees que tuvo en cuenta tus opiniones (si las hubo)?

-¿Supongo? Nos dijo que al final todas las opciones llevan a la cirugía, así que nos recomendó remover el nódulo quirúrgicamente antes de que se propagara. Fue doloroso, tuve que soportar todo el dolor de la cirugía y darme diez inyecciones de quimioterapia para que las drogas mantuvieran al cáncer a raya. He estado en remisión por tres meses ya, así que debería estar bastante bien.

Una curiosa e inesperada oleada de alivio baña a Jongin. La remisión es buena. Es buena siempre que St. Christopher siga haciendo magia con su medicación jodidamente cara, para que Kyungsoo pueda vivir otro día y ver al sol salir por el este. Por alguna razón, Jongin quiere que Kyungsoo se quede un poco más en ese triste planeta; ha desarrollado un interés y espera conocer más sobre él para que puedan posiblemente ser amigos.

Kyungsoo tiene algo que le genera curiosidad y aumenta su interés. La naturaleza inquisitiva dentro de Jongin quiere saber por qué.

-Eso es genial, la remisión es buena. ¿Y qué planes alimentarios has estado siguiendo últimamente?

Van y vuelven de esa forma, Jongin preguntando cosas como el futuro doctor que es y Kyungsoo siendo un paciente cooperador, siempre respondiéndolas adecuadamente y proporcionándole las respuestas que necesita para su reporte al final del verano. Las contestaciones del hombre son siempre interesantes; hacen que Jongin escuche en vez de quedarse dormido y desear apresurarse para terminar la sesión. Cuando Kyungsoo habla, Jongin lo observa. Observa la forma en que sus pupilas se dilatan o brillan con emoción cuando habla de algún tema emocional, la subida y bajada de su pecho con cada respiro que da, e inconscientemente se pregunta cómo se sentirá trazar un camino con sus dedos desde su clavícula hasta su esternón, atravesando el área de piel que cubre su caja torácica, sus pulmones y su corazón.

-¿Jongin-ssi?

-Oh, estoy escuchando, continúa. -Oh mierda lo atrapó, demonios Jongin qué pasó con esos días donde te dormías en clase con los ojos abiertos y el profesor ni siquiera se daba cuenta, maldición. Eres un puto perdedor.

-Pero no has escrito ni una sola cosa de lo que dije sobre mi medicación y sus efectos secundarios.

Ups.

-Está bien, soy un estudiante de medicina; tengo memoria fotográfica.

Kyungsoo parpadea antes de cruzarse de brazos e inclinarse en el respaldo de su silla. El paciente ha tomado una postura defensiva, su expresión es una mezcla de confusión y una ligera insatisfacción; detente Kim Jongin, no es seguro proceder.

-Esto te está aburriendo, ¿no es así? Está bien, sé que sí. Me estoy aburriendo a mí mismo también.

AUCH. ¿¡Es Jongin una persona tan tediosa que aburre a la gente a morir!?

Un minuto de silencio por la conversación que ha sido embestida hacia un callejón sin salida, por favor. Es el enfrentamiento final del año, donde las caras de póquer se ubican en la primera hilera del campo de batalla y ni una molécula de aire es expulsada para convertirse en nada más que electrones. Al otro lado de la mesa, los ojos de Kyungsoo lo observan ofendidos. No hay donde esconderse de esa mirada tan dura; Jongin sabe que ninguna cantidad de concreto puede detener los rayos gama que aquellas pupilas sin fondo le están disparando, así que le concede la victoria y permite que la tensa atmósfera los lleve adonde sea que vayan.

Además, Kyungsoo luce bastante adorable, con su puchero y su ceño fruncido. Probablemente lo esté desnudando mentalmente con la mirada de todas formas.

Un momento…

-Mira -lo interrumpe Kyungsoo de pronto-, ya que esto obviamente no nos está llevando a ninguna parte y yo tengo que tomar el próximo autobús al hospital, ¿podríamos coordinar otra sesión en otra oportunidad, tal vez?

-Espera lo siento, no pretendía ofenderte…

Kyungsoo, cuyo trasero se encuentra flotando a unos centímetros por encima de su asiento, sacude su cabeza.

-No, está bien. Comprendo. Estamos en vacaciones de verano, se supone que estés allá afuera jugando fútbol o algo y disfrutando de tu vida, y no atrapado aquí con un enfermo para tu estúpida tarea de verano.

La culpa lo supera como un vaquero encima de puto toro mexicano enloquecido. Mientras Kyungsoo toma su mochila y empuja su silla bajo la mesa para irse (buen muchacho), Jongin ignora las páginas arrugadas y amontona sus papeles en la mochila (idiota desordenado), y se mueve con presteza para alcanzar a su paciente con la esperanza de remediar la situación tanto como le sea posible. Kyungsoo luce levemente molesto, pero Jongin no puede hacer nada al respecto porque ¿quién podría resistirse a mirar tal adorable rostro crispándose y contorsionándose con cada fugaz emoción?

-Hey, lo siento.

Afuera, el sol de la tarde brilla sin piedad sobre ellos. Bajo el sol, Kyungsoo entrecierra sus ojos para ver a Jongin, e incluso cuando éste sabe que no es intencional, no puede evitar sentirse un poco herido (y su orgullo igual), porque ¡por amor de Dios se acaba de disculpar! ¡Kim Jongin no se disculpa con nadie! Ni siquiera con el todopoderoso Wu Yifan, quien aterroriza y gobierna el campus como Hades en un día menopáusico.

-Nos pondremos en contacto pronto, supongo. Gracias por recibirme.

-Gracias por tu tiempo.

Y con eso, Kyungsoo da media vuelta y desaparece entre la multitud, dejando a Jongin solo para deprimirse y llorar por su propia estupidez e incapacidad para mantener conversaciones básicas con sus pares. No es hasta después de diez minutos de autoregañarse y contemplar el lugar que Kyungsoo había honrado con su presencia que se da cuenta de un par de cosas:

Una, hizo que su paciente se enfadara.

Dos, hizo que Do Kyungsoo se enfadara, arruinando así sus futuras oportunidades para conocerse mutuamente y volverse amigos (o algo más).

Y tres, olvidó pedirle a Kyungsoo su número para poder concertar su próxima cita.

En resumen, felicidades; Kim Jongin está completamente jodido.

ii.

Según comofuncionanlascosas punto com, el proceso de la memoria comienza con la codificación, tras lo cual se sigue con el almacenamiento y, al final, la recuperación. Jongin cree que su hipocampo debe haber decidido que Kyungsoo merece ser recordado porque, durante las 24 horas siguientes luego de su primer encuentro para el estudio, todo en lo que puede pensar, junto con cada página del libro de neuroanatomía que está estudiando, es Kyungsoo, Kyungsoo, Kyungsoo y Kyungsoo. El nombre de Kyungsoo aparece junto a los subtítulos y los números de página impresos en el índice; su rodilla está ahí cuando flexiona la suya propia para estimular la sinapsis y almacenar su sistema nervioso en su memoria; y Jongin está algo agradecido de que la neuroanatomía no estudie el sistema reproductor porque demonios, definitivamente no quiere ver el glorioso pene de Kyungsoo ampliado veinte veces y desparramado por toda la página, coloreado y con cada célula etiquetada hasta el núcleo.

(En realidad sí quiere pero shhhhhhh nadie se debe enterar)

Pero aún siendo así, parece que todo está en la mente de Jongin, porque cuando Chanyeol pasa por su lado y ve su bella cara enfrascada en una explicación detallada sobre el reflejo rotuliano, estalla en risas y lo palmea en la espalda con fuerza suficiente como para dejar en vergüenza al todopoderoso Superman.

-Veo que has estado trabajando esos brazos -masculla Jongin con la voz apagada, tras las gruesas páginas de su libro de texto.

-Tú también deberías. Las chicas caen a tus pies.

Incluso aunque Jongin no tiene ojos en la parte de atrás de la cabeza como una puta tarántula, sabe que Chanyeol está sonriendo con suficiencia y mostrándole sus bíceps torneados a su espalda, donde no puede verlos.

-Eres gay.

-Lo soy.

El efecto Kyungsoo aún no desaparece, descubre Jongin a la mañana siguiente tras despertarse después de un extraño sueño que involucraba limones y los cuádriceps de Kyungsoo (no, no preguntes). El punto es que Kyungsoo no parece alguien a quien Jongin fuera a notar o a mirar en ningún momento del día, así que lo desconcierta totalmente que su sombra permaneciera al fondo de su mente y lo acechara incluso durante el REM, a pesar de que se vieron por menos de una hora ayer. El recuerdo de los grandes e inocentes ojos de Kyungsoo parece haberse implantado en su memoria permanentemente y Jongin no está seguro de quererlo, porque dicha imagen parece ser la causa de su pobre desempeño hoy llevando a cabo sus deberes durante su visita al hospital.

Hasta ahora, se ganó un sermón de una hora de parte de las enfermeras por haber traspapelado un documento importante que se suponía que cuidara por un rato; y luego, interrogando a pacientes desprevenidos, le provocó accidentalmente a uno con pulmones débiles un ataque de taquicardia y tos. Ups. ¡No fue a propósito, lo jura! Normalmente, sobre todo en sus días buenos, los pacientes lo aman y lo adoran hasta el infinito. Las abuelas solitarias que están encerradas en el piso de enfermedades crónicas murmuran con admiración sobre él y le dan palmaditas afectuosas en la cabeza cuando las visita.

(Es como ver clones de su difunta abuela, a quien extraña muchísimo. Cuando lo ataca la nostalgia, le vienen a la mente recuerdos que desearía poder revivir. Pero esto es la vida, la realidad; no se puede viajar en el tiempo, así que Jongin simplemente lo soporta y se asegura de siempre tener alguna manzana extra para las ancianas, así puede llamarlas la manzana de sus ojos. ¹)

-Vas a tener más días como este en el tercer año, acostúmbrate. No puedes caerle bien a todos siempre. -Chanyeol ríe con disimulo cuando Jongin se tropieza incómodamente en la cafetería durante el almuerzo de ese día.

-Oh dios ni me lo recuerdes.

Jongin se quiere morir. Dios santo, ¿hay algún acantilado cerca de Seúl desde donde pueda lanzarse y borrar su existencia de este planeta?

Renta un auto, acelera en la autopista, choca contra un puto gorila y ya, muerte instantánea tras el impacto. Sep, suena como un buen plan. Jongin continúa ponderando la infalibilidad de su brillante plan mientras espera por su turno para ordenar una bebida. La fila es extremadamente larga a pesar de que en la cafetería están sirviendo sólo dakjuk (frío) y un japchae aceitoso, lo cual es irónico porque eso es un hospital, ¿no se supone que la cocina sirva comida saludable para estimular en la gente la conciencia sobre su propia salud?

Antes que él, un ahjussi calvo se queja con ingratitud y se lleva su bol con arroz y japchae. Jongin está a punto de moverse hacia el mostrador cuando una mole sólida choca contra él y lo empuja hacia el pobre y descuidado muchacho ubicado detrás.

-¡Uf!

-Disculpe quisiera un bol con dakjuk…

Wow ahjumma deténgase ahí mismo.

-Ehm, señorita, sería bueno que se formara en la fila y fuera hasta atrás y…

-Nada es bueno en esta vida, y discúlpeme jovencito pero necesito ordenar algo de comida para mi nieto que se está m…

-¡Dios, abuela! ¡¡¡Detente!!!

Destino: s. 1) La supuesta fuerza, principio o poder que predetermina los eventos. 2) Los eventos inevitables predestinados por dicha fuerza.

Disculpa, Oxford, pero Kim Jongin quisiera añadir también que el destino está asociado con emociones tales como la incomodidad y la ansiedad; ESTÁ CIENTÍFICAMENTE DEMOSTRADO PORQUE ¿¡¿¡QUÉ OTRA EXPLICACIÓN HAY CUANDO EL PUTO DO KYUNGSOO SE APARECE DE LA NADA CORRIENDO HACIA ÉL!?!?

Con el muchacho en persona a su lado, el efecto Kyungsoo se vuelve más fuerte. Por los siguientes minutos, Jongin sólo puede pensar en las mejillas encendidas del chico mientras éste trota hacia donde se encuentra, con su mochila volando detrás, y se detiene frente a él.

-Abuela. -Kyungsoo jadea, y entonces Jongin lo comprende: ¡esa ahjumma anciana parada a su lado es la abuela de Kyungsoo!

-¡Kyungsoo! -grita ella-, ¿¡qué haces aquí!? ¡Te dije que cuidaras nuestra mesa! ¡Mira, ya nos la quitó alguien más!

Pero Kyungsoo no escucha nada de eso aparentemente porque, sin responder a los gritos de su abuela, se voltea para ver a Jongin con ese par de ojos enormes y serios que éste ya ha visto antes, ayer durante su encuentro para el estudio de pacientes. Aquellos ojos sin fondo, profundos, que todavía lo dejan sin aliento, ha de admitir. Y cuando Kyungsoo habla, el mundo parece desaparecer hasta que sólo quedan ellos dos y nadie más. La voz de Kyungsoo se filtra por sus huesos; genera una serie de reacciones en cadena en su sistema nervioso. Las células-T y los macrófagos en su sangre dejan de trabajar y Jongin se deja impactar por las vibraciones de la voz de Kyungsoo viajando por el aire.

El tiempo se detiene.

Y luego Kyungsoo dice su nombre.

-Jongin.

No Kim Jongin, no Jongin-ssi, no kkamjong; sólo Jongin.

-Hey.

Olvídense de saltar de un acantilado; Jongin quiere arrastrarse hasta el infierno y perecer en sus oscuras y abrasadoras llamas. Sus cenizas deberán ser esparcidas por el océano para que al menos los tiburones y los peces tengan algo con lo que alimentarse por unos días.

Pero Kyungsoo no parece estar dispuesto a aceptar su plan. Destruye la imagen de Jongin avanzando hacia las ardientes llamas y lo devuelve a la realidad, para que pueda sufrir más. Estúpido Kyungsoo. Cómo se atreve.

-Lamento eso, mi abuela es un poco impaciente.

-Silencio niño, cómo te atreves…

Así que mientras Kyungsoo se esfuerza por calmar a una irritada señora, Jongin decide no promover la ira en la fila ya extremadamente larga detrás suyo y ordena dos tazones de dakjuk. Sin decir nada, saca el poco dinero que le queda a gama-chan (su billetera) y lleva la bandeja a la única mesa vacía que queda en la cafetería, la cual está al final del lugar, alejada del caos y las charlas ruidosas. Pasa junto a su propia mesa y le hace una mueca a Chanyeol, quien presenció toda la conmoción y está ocupado intentando reprimir sus risitas sin éxito.

Estúpido idiota.

Cuando deja la bandeja, Kyungsoo luce adorablemente avergonzado y nervioso. Pero esa imagen se destroza cuando la ahjumma Do comienza a hacer escándalo por su camiseta arrugada y a lamentarse por la extinción de los hombres jóvenes y sus buenos modales.

-Gracias, y siento lo de recién. -Kyungsoo le hace una venía leve cuando su abuela ya se halla repantigada en su asiento, comiendo con obediencia su avena fría (¡éxito!).

-No es nada. -Jongin se encoge de hombros. -Es decir, debería ayudar ya que estoy realizando prácticas en este hospital.

-Bueno. Ehm, gracias.

Un silencio incómodo se produce entre ellos. Kyungsoo aparta la mirada con vergüenza, frotándose el brazo izquierdo con su mano derecha. Sus hombros están caídos, como alguien que acaba de regresar a casa luego de un día de trabajo muy largo y muy cansador, pero que aún tiene mil cosas dándole vueltas en la cabeza y una inimaginable cantidad de estrés. Es una muestra de debilidad que Jongin jamás habría esperado que Kyungsoo demostrara frente a él, porque parecía tan fuerte y positivo cuando se reunieron ayer.

Lo hace ver más humano. Y a Jongin le gusta. Le gusta que las cosas nunca sean perfectas, que los bordes no sean jamás perfectamente redondos y lisos, y que los humanos siempre tengan fallas que alguien más tendrá que encargarse de reparar.

A Jongin le gusta Kyungsoo, no se puede negar.

-Ehm, volveré a mi mesa ahora. Disfruta tu almuerzo. -Jongin le hace un saludo raro, tan incómodo como los pingüinos incómodos ² puedan ser, y la cara de Kyungsoo se ilumina y le enseña una pequeña sonrisa.

-Sí, ¡nos vemos!

Es extremadamente extraño alejarse sabiendo que los ojos de Kyungsoo están fijos en su nuca; podrían estar memorizando la silueta de su espalda y observando la forma en que su sombra aparece por entre la brillante luz que el sol proyecta en él. Jongin quiere voltearse y confirmar sus sospechas, pero se detiene antes de quedar como un tonto. Ya ha tenido demasiados bochornos por un día, piensa. Necesita tiempo para digerir las revelaciones que la vida le ha lanzado y decidir qué medida es mejor tomar antes de proceder.

-Entonces… -Chanyeol sonríe, enseñándole dos filas de dientes perfectos y blancos cuando Jongin finalmente toma asiento en su mesa. -Ese es tu paciente, ¿eh?

Sentado junto a Chanyeol e inmerso en el mundo virtual de las granjas está la novia el novio insolente del chico, Byun Baekhyun. No es como si él y Jongin no fueran amigos; se llevan bien y tienen sus momentos de diversión de vez en cuando, pero a veces la forma en que Baekhyun le da miradas afiladas y suelta palabras hirientes le hacen sentir como si le estuviera clavando una katana nueva y reluciente en el alma. Los ojos de Baekhyun son como una puta antorcha, los más brillantes en la profunda oscuridad del océano, que brillan en la negrura como el foco sobre tu cabeza durante una interrogación de la CIA.

Así que, cuando Baekhyun levanta la mirada de su pantalla y le lanza una sonrisita sabelotoda, Jongin traga y pretende estar interesado en el tazón de avena asquerosa que Chanyeol convenientemente deslizó hacia su lado.

Asco. Esa es la cuchara de Chanyeol. Contaminada con rastros de los gérmenes de Chanyeol y amilasas de su saliva. Por qué diablos querría él intercambiar saliva con un zoquete idiota como Park Chanyeol; Jongin odia su audacia. Chanyeol no está ni cerca de Kyungsoo en cuanto a modales y apariencia.

Intercambiar saliva con Kyungsoo suena como una mejor opción. Jongin mira a la inocente cuchara e imagina que es la boca de Kyungsoo, con sus gruesos y perfectos labios, a la que puede comenzar a besar sin que nadie lo sepa mmmmm ESPERA, QUÉ.

Detente. Kim Jongin. Por favor.

La mortificación lo fastidia más cuando levanta la vista de su fantasía con la cuchara para encontrarse con que Chanyeol está estirando el cuello para echarle otra mirada a Kyungsoo, quien está en ese momento alimentando a su abuela con una cucharada tras otra de dakjuk.

Oh dios cómo desearía Jongin s…

-¿No desearías ser su abuela ahora mismo? -Chanyeol suspira ensoñadoramente.

Sí, Jongin amaría serlo para poder UN MOMENTO, POR SEGUNDA VEZ ESE DÍA PARK CHANYEOL QUÉ CARAJ…

-Es tierno -rumia Baekhyun divertido.

Ay mierda.

-Sí que lo es. Tan adorable. Con un trasero tan hermoso.

-Oh por dios Park Chanyeol, espero que no acabes de echarle el ojo a mi paciente, por todo lo que es sagrado…

-Tiene muslos gordos, su gordura me está llamando.

-Muérete. Vuelve con Baekhyun hyung.

Chanyeol abre sus grandes ojos y sonríe con aquella infame sonrisa suya de pedófilo que espanta a todos en el campus excepto a Baekhyun. Jongin retrocede mentalmente y se prepara para una situación de lucha o huída. Creepyeol anda suelto y debe ser detenido o sufrir la destrucción inminente de la humanidad, el apocalipsis.

Estúpidos estudiantes gay de medicina con sus sucios juegos de palabras y chistes bobos.

Y más tarde, cuando Baekhyun ya terminó de alimentar a su granja de cerdos y aves de corral en su teléfono, él y Chanyeol se levantan y se dirigen hacia la enfermería para su siguiente ronda de vigilancia de pacientes.

Jongin intenta echarle un vistazo a Kyungsoo antes de irse de la cafetería, pero este último está muy ocupado recibiendo quejas de su quisquillosa abuela como para mirar hacia ninguna otra parte, así que Jongin se rinde luego de 0.2 segundos de quedarse viéndolo. Tal vez debería detener lo que sea que estuviera sintiendo en ese momento y seguir con su vida. El camino para ser médico es duro y tedioso, lleno con multitud de turnos nocturnos y decisiones apremiantes que harían que un bebé envejeciera en cuestión de días. No puede permitirse perder el enfoque.

Decidiendo echarle a Kyungsoo una última mirada antes de dejar que su pequeña llama de esperanza se extinga, Jongin desvía la mirada hasta el final de la habitación, sólo para observar aquellos orbes que lo han estado acechando durante el día entero. Jongin no está seguro de qué es lo que busca, pero Kyungsoo le produce una sensación de contento y paz que nadie más le da. Es un gran consuelo para su alma que haya alguien en ese planeta que posiblemente pueda entenderlo y darle la fuerza para atravesar aquel difícil camino.

Dicen que los ojos son las ventanas del alma. Jongin quiere explorar cada rincón de la profundidad del alma de Kyungsoo y retirar las capas hasta que todo lo que quede sea la esencia misma de Kyungsoo, sin ningún engaño ni fachada en su camino.

Pero por ahora, la distancia entre ellos deberá conformarlo. Kyungsoo no quita la mirada de Jongin ni parpadea siquiera una vez, mientras su abuela le acaricia el cabello con cariño, y Jongin articula las palabras que quiere decir; que quiere decirle a Kyungsoo en el futuro cuando puedan por fin estar juntos y solos.

Adiós es una expresión demasiado triste para pronunciar, así que encuentra un sustituto para llenar la brecha drececiente entre sus corazones que algún día latirán como uno solo.

Se han encontrado. Ahora sólo necesitan una forma de alcanzarse.

Nos vemos.

Viaja a través de las cientos de personas situadas en la sala, y a través de aquella vasta extensión llega hasta Kyungsoo y rocía promesas de próximas veces y prontos sobre su cabeza.

Es suficiente, por ahora.

iii.

Destino: s.
1) La supuesta fuerza, principio o poder que predetermina los eventos.
2) Los eventos inevitables predestinados por dicha fuerza.

Y es por esta supuesta fuerza que jala de las cuerdas de marioneta unidas a sus vidas que se encuentran nuevamente al día siguiente.

Es una tarde cálida y húmeda, y Jongin fue arrastrado hasta el centro comercial por su grupo de amigos inútiles para abastecerse con ramyun (y disfrutar del aire acondicionado gratis). Se han estado quedando sin municiones últimamente, y sin ramyun en vasos no hay forma de que Jongin pueda recuperarse de las agotadoras noches que se pasa introduciendo datos sobre anatomía humana y descripciones detalladas de varias enfermedades en su cuerpo.

El ramyun es vida, QUE VIVA SHIN RAMYUN.

Ejém.

En fin, Jongin mira mientras Minseok va de mostrador en mostrador barriendo con los brazos una enorme cantidad de envases plásticos rojos de ramyun en su carrito de compras. Forma un arco con los brazos tan perfecto que todos los baozis del planeta lo envidiarían.

-Minseok hyung, no creo que necesitemos tanta cantidad (ni tenemos tampoco tanto dinero). Siempre podemos volver y comprar más cuando se nos acaben las Pringles.

Con los brazos llenos de ramyun saborizado con moluscos y cerdo a la barbacoa, Minseok lo mira desde la pila de envases y frunce el ceño. Luce como un conejito blanco que ha estado comiendo zanahorias con alegría y le acaban de anunciar que esas zanahorias habían sido bañadas con cianuro y tiene menos de diez segundos para dejar su testamento.

-¡Están de oferta! Y trajimos a Joonmyun con nosotros por una razón, ¿sabes? -El pequeño apunta con su cabeza hacia la izquierda, donde un perplejo Kim Joonmyun está viendo e inspeccionando las etiquetas de precios en cada estante.

A su lado, Sehun bosteza. Minseok hincha sus mejillas con exasperación.

-Eh, Oh Sehun, trae tu trasero hasta aquí y ayúdanos a poner esto en el carro, ¿sí?

El mocoso pone los ojos en blanco y, en un gran y osado acto de desafío, se aleja caminando, mientras canturrea para su amado Luhan hyung. Jongin suspira. Mira el carrito lleno de paquetes y envases plásticos de ramyun barato y piensa secretamente que deben verse como fugitivos saqueando sus últimas comidas para sobrevivir a una inminente guerra civil.

Bueno, Jongin decide que ya ha tenido suficiente de recolectar fideos como si el apocalipsis estuviera cerca, así que inmediatamente le da la caja deluxe de shin ramyun (¡¡¡¡¡¡compra uno y lleva otro gratis!!!!!!) a Joonmyun y se va en dirección desconocida.

A decir verdad, Jongin no lo había esperado. Había estado abriéndose paso a través de los caminos abarrotados en el centro comercial, haciendo su mejor esfuerzo por no chocar a la gente en lugares inapropiados y evitando el contacto corporal (demasiados gérmenes) cuando divisó una silueta familiar sentada en uno de los bancos bajo un árbol falso en medio del centro comercial.

En un dramático sentido, es como toparse con un oasis en medio del desierto; la salvación en medio de la desesperación; la calma entre el caos; y de alguna manera, por algún curioso motivo, los hombros y el corazón de Jongin se relajan con alivio cuando la tranquilidad de la escena ante él lo toca y expande por sus nervios una muy necesitada tibieza y distensión.

Supone que todas esas escenas de las películas realmente ocurren. En un momento está luchando con su conciencia para irse de allí y prevenir la invasión a la privacidad, y al siguiente está murmurando a la mierda con esto y dando saltitos caminando con indiferencia incómodamente hacia un desprevenido Kyungsoo, sentado confortablemente y viendo al mundo pasar.

Sep, el destino.

-Hey.

Su sombra se posa encima de Kyungsoo, quien levanta la vista con ojos asombrados. Esa debe ser la primera vez que se ha parado tan cerca de él, y se da cuenta de que Kyungsoo es tan pequeño y tan adorable que es ilegal. Jongin quiere comenzar una investigación mundial e interrogar a cada oficial en el planeta en ese instante y exigir saber quién demonios fue el que dejó salir de la cárcel a este pequeño muchacho.

-Jongin.

Kyungsoo da unos golpecitos en el espacio vacío a su lado y el más joven obedece felizmente. A Kyungsoo no le importa que Jongin se siente un poco más cerca suyo de lo necesario, con sus brazos casi tocándose y enviando 100 kilowats de electricidad para devolverles la vida con descargas, y no pregunta ni se asusta cuando Jongin mira por encima de su hombro para examinar la hoja de papel tamaño folio en su regazo.

-¿Qué es eso?

-Papel.

-Ah claro, qué estúpido soy por no saberlo. Veo papeles todos los días.



-Es una lista.

-¿Una lista de compras?

-No, estúpido. -Kyungsoo suspira y, en un acto que parece ser de frustración (de fuente desconocida, Jongin espera que no sea por él), arruga aquellas hojas perfectas y vacías en un bollo antes de tirarlo a un cesto de basura ubicado al otro lado del pasillo.

Jongin lo observa fascinado. Aclaración: Jongin observa las miles de emociones que cruzan el rostro de Kyungsoo, como millones de tráilers de películas y créditos pasando por pantallas de cine como secuencias de fotografías, fascinado.

Querido Dios, si Kyungsoo fue lanzador para su equipo escolar de básquet, Jongin quisiera pedir volver en el tiempo y alentarlo desde las gradas, sosteniendo cartelitos decorados con corazones con brillitos, todos para DO KYUNGSOO.

Pero. A pesar de sus heroicos momentos de «imagina si» pasando por su mente, Jongin es todavía un inválido verbal de la alta sociedad. Estar frente a la gloriosa presencia de Kyungsoo no cambia el hecho de que las palabras que escapan de sus labios siempre hacen que los cabrones gángsters callejeros quieran tirarlo al suelo y darle una paliza, como si hubiera insultado a sus abuelas muertas cuando, de hecho, probablemente lo hizo.

-Acabas de hacer que los árboles mueran en vano. -Eso es todo lo que su área de Broca le ordena decir.

Kyungsoo lo mira. Parpadea. Y Jongin espera en parte que se ponga de pie y se vaya caminando y no lo vuelva a ver, pero para su sorpresa, Kyungsoo se queda. Se queda y Jongin se siente muy feliz de que alguien aún quiera hablar con él, incluso aunque se encuentre al final de la lista de personas con las que Park Geun Hye quisiera entablar una conversación.

-¿Gracias? Aunque no me haces sentir mucho mejor -añade Kyungsoo en voz baja.

-Y supongo que el hecho de que tendrás que estar conmigo por el resto del verano sólo empeora las cosas, ¿eh?

El chico le lanza una sonrisa irónica. Él le hace una mueca en respuesta. Es realmente depresivo ver que alguien como Kyungsoo tenga que estar atado a Jongin durante las vacaciones, soportándolo a él y a sus preguntas más estúpidas que la mierda que se supone que le haga para su aún más estúpida tarea. Kyungsoo probablemente ni se haya anotado para ello, e incluso si lo hizo, Jongin sabe que esa pequeña bola adorable y kawaii probablemente se salteó la lectura de los términos y condiciones y firmó con su nombre para el demonio de la Escuela Médica SM, Lee Soo Man.

-Ya es muy tarde para salvarte de este infierno aburrido. Lo lamento. -Jongin se disculpa con sinceridad, lo cual jamás pensó que haría.

-No lo lamentes -Kyungsoo le hace un gesto con la mano-; de todos modos querrás hacer cosas por la gente porque te gusta.

Y entonces todo se queda en silencio. Se sientan callados hasta que, tras lo que parecen ser horas, Kyungsoo se pone de pie y se sacude las partículas microscópicas de polvo de su camiseta y se prepara para irse.

-Haremos un trato -dice con tono rotundo, y cuando Jongin levanta la vista y ve la pequeña, diminuta sonrisa dibujada en aquellos labios rosados, se interna un paso más dentro de Sentimientos-topia. Otra vez, el efecto Kyungsoo.

-¿Qué trato?

-Me acompañarás en mi misión de llevar a cabo una hazaña significativa por día, y al final de cada día te responderé una pregunta de tu lista. Sólo una pregunta, sin embargo.

-Ehhhhhhh…

-Divertido, ¿no? ¡Te veré en el café mañana por la tarde!

-De acuerdo -responde él un minuto tarde. Kyungsoo ya ha desaparecido entre la multitud, yendo fugazmente una y otra vez hacia el universo alternativo donde Jongin aún se encuentra, y donde ambos están enamorados y viven felices por siempre. Pero Jongin tiene esperanzas; espera que un día el tiempo sea amable y le permita articular aquellas palabras calladas y entrelazarlas formando hermosas frases que puedan medir el infinito valor de lo que significa estar verdaderamente enamorado.

Por el resto del día, Jongin mantiene sus esperanzas altas, y por primera vez en años, mientras se mete bajo la comodidad de sus cobertores, se siente más alegre que nunca. Florece y pasa de ser un delicado y solitario rosal a un cosmos radiante en exactamente 0.9 segundos.

Es una sensación maravillosa, y Jongin, estando así de esperanzado, sólo puede desear que dure.

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¹ Juego de palabras con la frase en inglés Be the apple of someone's eyes, que significa "ser la niña/el niño de los ojos de alguien". [Volver a la historia]

² Refiriéndose al conocido meme del "Socially Awkward Penguin". [Volver a la historia]

kai, exo, do, kaisoo, summer 21, angst, kyungsoo

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