Quien iba a pensarlo…
El viento corre tenuemente por la casa, colándose por los rincones más ocultos, llegando hacía donde me encuentro. Sentado sobre mi sillón de cuero, aquel que me ha acompañado a lo largo de estos 50 años que permanecimos en esta casa, nuestra casa.
Quien iba a pensarlo, ¿no?
Quien iba a pensar que esa rutina me acompañaría
(
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