Titulo Fanfic: Just Dance
Autor/a:
linnafishingFandom: EXO
Personajes: Kai/D.O. (Kaisoo)
Capítulo: 9 / 11
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8Género: Romance, drama.
Palabras: ~7200
Advertencia: Lime(?)
n/a: Lo sé, aunque no tenga perdón, lo pediré ¡Perdón! y no me odien, pero si lo harán no me lo digan XD. Además de tener las peores semanas de mi vida universitaria, fue un capítulo difícil y yo sé leer y me leo XD, y aunque sé que la autora no debería decir esto, personalmente no quedé muy conforme con el capítulo asdjasukfhak.sd, pero en serio no PUEDO, perdón de nuevo. No me seguiré justificando, aunque quiera decir muchas cosas mmm...eso.
Azuka, gracias de new <3. ¡AH! y como siempre, disculpen los posibles errores D:.
-Quítate la ropa.
¡¿Qué?!
Las pálidas mejillas de Kyungsoo pronto cambiaron de tonalidad a un rojo intenso. Su pulso se aceleró y sus manos comenzaron a sudar. ¿Qué rayos estaba diciendo Jongin?. Kyungsoo se convenció de que probablemente había escuchado mal y su mente le estaba jugando una mala pasada, no obstante, su cuerpo involuntariamente se puso en estado de alerta ante cualquier posible movimiento ajeno. Nunca sabía que esperar de Jongin, y tener los ojos cubiertos, sin tener jodida idea de donde estaban no hacía más que ponerlo aún más nervioso.
El otro sonrió satisfecho.
-¿No te quitarás la ropa? -preguntó con su particular tono burlón el menor al no ver reacción por parte del otro- Si no lo haces tú, lo haré yo.
Muy bien. Kyungsoo infirió que sí había sido lo que él había escuchado hace un momento, ahora, ¿qué mierda quería decir eso? porque definitivamente esa petición no podía tener relación con lo que su mente insistía en pensar. Era demasiado directo, pero, para su pesar, Jongin a veces solía ser así. ¿Es que ahora sería el momento? Kyungsoo mentiría si dijera que no quería, pero la sola imagen de ellos dos... ¡No!. Jongin sería incapaz de cobrar la apuesta con algo como aquello, por lo que se debía referir a otra cosa, ¿cierto?.
Sin embargo, sus dudas se acrecentaron cuando pudo advertir como Jongin se acercaba peligrosamente a él, dejándole en claro que iba en serio. Kyungsoo prácticamente podía sentir la estúpida sonrisa de determinación en el rostro de Jongin y entró en pánico. Inconscientemente comenzó a retroceder la misma distancia que el otro recorría. El menor avanzaba un paso y él retrocedía otro. En serio no entendía a donde quería llegar Jongin con todo esto. El sólo pensar estar desnudo frente al menor le aterraba, y si a eso se le suma el no tener puta idea de las intenciones de Jongin para tenerlo así -o puede que sí tenga alguna, pero se negaba a aceptarla-, simplemente era demasiado. Ese mocoso podía ser realmente siniestro cuando se lo proponía.
De pronto chocó contra algo, acabándose el espacio para seguir huyendo del moreno, y se sintió totalmente acorralado cuando los fuertes brazos de éste rodearon su cintura y sus manos tomaron provocativamente el borde de su remera, permitiendo que una fría brisa se colara por su espalda haciéndolo estremecer. La traviesa boca del menor comenzó a rozar suavemente sus mejillas, repartiendo pequeños besos por toda su cara, como si intentara relajarlo y así poder tenerlo a su merced, no pudiendo evitar que el mayor soltara uno que otro suspiro. La boca de Jongin siguió su recorrido hasta detenerse junto al oído de su ya sometido prisionero.
-Hablo en serio -la gruesa voz del menor retumbó en su cabeza ensordeciéndolo.
Kyungsoo se había rendido; lo iba a hacer. Sin embargo, las condiciones en las que se encontraba eran bastante injustas. Primero necesitaba saber claramente todo lo que iba a pasar y de qué iba realmente la maldita apuesta. No quería apresurarse en sus conclusiones; aún podía pensar con claridad. Y segundo, esa jodida venda en sus ojos debía irse.
-¡Espera! -gritó con desespero y el otro de inmediato detuvo toda acción- ¿Por qué? explícame un poco, ¿quieres? -preguntó intentando con todas sus fuerzas controlar sus nervios -¡Y quítame esta venda de los ojos!
-Tranquilo... todo a su tiempo.
Jongin acercó sus labios con falsa paciencia sin juntarlos completamente con los contrarios, haciendo que la ansiedad del más bajo creciera y creciera sin poder aguantarse. Al moreno le encantaba provocar al mayor, y éste lo sabía, pero sinceramente no podía hacer nada contra eso. Se fundieron en un apasionado beso, y Jongin aprovechó para quitarle la incómoda chaqueta que traía el otro, sin que se diera cuenta. Kyungsoo pensó que ya todo estaba tomando su curso, sobretodo cuando sintió una de las frías manos del menor introducirse bajo su remera y acariciar la zona. Ya no haría nada para impedirlo. Era el momento.
-Jongin... -logró decir el mayor en un débil jadeo- ...si esta es la apuesta, por favor quítame... quítame la venda.
El menor se separó un poco y obedeció. Ahora sus ojos eran libres y Kyungsoo sólo pudo ver oscuridad. De nuevo. Sus grandes ojos se demoraron un poco en acostumbrarse al lugar, y cuando al fin lo hizo se dio cuenta de dónde estaban. Se sentía como un tonto al no haber notado tantas cosas, como la fría brisa, el ruidoso sonido del mar y la arena bajo sus pies. Estaba tan concentrado en los movimientos del moreno que jamás había reparado en las señales que el lugar le daba. Se encontraban en la playa que Kyungsoo había conocido el primer día que llegó a esa ciudad. Esa hermosa playa, que no sabe porqué nunca más volvió a visitar. Sonrió sin quererlo. Esa noche estaba casi tan oscura como aquella primera vez, excepto por que ahora tenían una pequeña linterna que había sido estratégicamente puesta entre algunas rocas por Jongin para darles mejor visibilidad.
-¿Si ésta es la apuesta? ¿a qué te refieres? -escuchó de pronto a Jongin reír divertido.
Oh no...
Kyungsoo en ese momento creyó comprender y sintió que no podía caer más hondo en su pozo de vergüenza. ¿Había sido engañado? Honestamente no estaba muy seguro de ello, puede que él solo se haya creado esa estúpida ilusión, porque muy en el fondo... él deseaba que se tratara de eso.
-Entonces, ¿q-qué es lo que quieres que haga? ¡dime! -exigió algo ofuscado y el menor sólo lo miró sugerente como respuesta. Esa estúpida y lujuriosa mirada, que no hacía más que confundirlo- ¡Mierda! ¡no entiendo! ¡aléjate! -Kyungsoo empujó al moreno por el pecho para aumentar la distancia entre ellos, pero fue tan miserablemente débil, que dio la impresión de que realmente no lo quisiera lejos- ¡Acaso eres consciente de dónde estamos! -chilló el mayor incrédulo- ¡Estamos en un lugar público y quieres que me quite la ropa sin siquiera saber la razón!.
-Por supuesto que sé donde estamos, yo te traje aquí -sonrió con malicia-. Hyung, ¿en serio pensabas que te iba a obligar a hacer eso? -el menor ahora rió con más fuerza.
¡Mierda!
Jongin posó uno de sus brazos alrededor de los hombros del más bajo, haciendo que éste se tensara al instante. Aún las sensaciones de hace un rato seguían revolviéndose en su estómago.
-Mira -le dijo y con la otra mano apuntó hacia algún lugar en el mar que el otro no lograba identificar-, ¿ves esa gran roca?
Kyungsoo entrecerró los ojos tratando de concentrarse y enfocar lo que le indicaba, pero estaba muy oscuro para verlo, por lo que negó con la cabeza. Rápidamente Jongin se movió hasta coger la linterna y alumbró el lugar.
-¿La ves ahora? -y allí estaba.
-Sí.
El más bajo ahora estaba mucho más confundido que antes. ¿Qué rayos quería Jongin?.
-Quiero que vayas hasta allá y me traigas lo que hay sobre ella -dijo al fin. Kyungsoo lo miró con curiosidad.
-¿Qué es lo que hay? -el menor simplemente se encogió de hombros.
-No tengo idea.
Kyungsoo sintió como una gran peso se le iba de encima; la apuesta era realmente sencilla, incluso se sintió algo decepcionado. Jongin había desperdiciado su oportunidad, y junto con ella, la del propio Kyungsoo.
-¿Qué? En serio eres raro -Jongin hizo un puchero con los labios debido al insulto-. Está bien -suspiró-, pero me congelaré y todo será tu culpa -amenazó antes de moverse con dirección al mar, sin embargo, una mano en su muñeca lo detuvo.
-Ya te lo dije, es sin ropa. ¡Vamos! -dijo el moreno, mientras hacía gestos con la manos para apresurar al otro a que hiciera lo que le decía.
-¡No! no es necesario -se negó tercamente el más bajo.
-Una apuesta es una apuesta. Créeme que se me ocurrieron muchas otras cosas, mucho más interesantes...
Simplemente debiste cobrarlas. Pensó un poco molesto.
-... que con el dolor de mi alma, rechacé por ti -decía dramatizando.
¿Por mí? Yo habría cumplido mi palabra.
-De verdad -reafirmó con énfasis-, si lo haces sin ropa es más divertido, de otro modo sería muy fácil. Y créeme, a mí no me va a costar nada desvestirte si no lo haces. Tú decides -sentenció muy seguro.
Kyungsoo se mordió el labio algo indeciso. No tenía más opción, y a pesar de la vergüenza y de que no se desvestía sin razón, tendría que hacerlo.
-Está bien, ¡pero! -habló antes de que el otro lo interrumpiera- Al menos deja que me quede con mi ropa interior -pidió al menor, quien lo quedó viendo pensativo por un instante.
-Sólo si bailas un poco -Kyungsoo apretó sus ojos frustrado.
-Hoy es el día de humillarme, ¿no es cierto? -Jongin sonrió de medio lado y se acercó.
-No -contestó con el rostro muy cerca del otro-, hoy es el día de disfrutarte -dijo coqueto, para luego besar a un enfurruñado Kyungsoo. El menor se alejó en busca de su celular-. Te pondré un poco de música para que te sientas mejor. Sólo baila lo que presentaremos mañana, ¿bien? -decía emocionado.
Resignado, no le quedaba más que obedecer si quería conservar su intimidad cubierta y protegida, tendría que bailar frente a Jongin. No era como si nunca lo hubiera hecho, pero ahora tendría toda la atención puesta exclusivamente en él, y era intimidante que alguien como el menor, que era una eminencia en esa área, observara su patética performance.
Jongin puso su móvil en estéreo y la música comenzó a sonar, mientras se acomodaba en la arena para ver mejor. A pesar de que la luz de la linterna lo estuviese encegueciendo, Kyungsoo podía ver perfectamente la enorme sonrisa en el rostro de Jongin.
Y sin más, comenzó a bailar de mala gana, en tanto iba recordando lo que habían ensayado; hasta que la música cesó repentinamente.
-Hazlo en serio -interrumpió el menor.
A regañadientes Kyungsoo tuvo que empezar de nuevo, lamentándose el día que se dejó llevar por sus hormonas y perdió esa maldita apuesta.
Bailar en la arena era algo molesto, ya que sus pies parecían estar adheridos al suelo y sus zapatillas se llenaban de aquel material, pero estaba haciendo su mejor esfuerzo. Repentinamente un pensamiento cruzó por su mente cayendo en la cuenta de la situación. Sonrió. Nunca pensó que él estaría en una situación como aquella antes, es decir, a esas horas el solía estar durmiendo unas pocas horas para recuperar fuerzas para un nuevo entrenamiento al día siguiente, y ahora estaba bailando en la playa, sin preocupaciones y en algunos instantes se introduciría al frío mar, lo cual probablemente esté prohibido, a buscar nosabequécosa en una roca en medio de él. No tenía ningún sentido, pero tampoco debía tenerlo. Era una simple jugarreta sin consecuencias y sólo debía relajarse y divertirse, como solía decirle Jongin. Y lo hizo, por lo menos hasta que fue interrumpido por segunda vez.
-Suficiente -habló el moreno- ...esto se puede volver en mi contra. Suficiente -repitió y Kyungsoo lo miró sin entender-. Ahora ¡anda! Métete al agua.
-Pero, ¿puedo quedarme con mi ropa interior, no? -Jongin asintió.
El más bajo se movió un poco hacia un lado, para quedar fuera del alcance del haz de luz de la linterna y comenzar a desvestirse, sin embargo, la molesta luz lo capturó en plena huida.
-¿Qué haces? -preguntó Kyungsoo.
-Quiero ver -le contestó muy serio. El mayor odiaba cuando Jongin se ponía así, porque era muy extraño y no sabía exactamente como tratarlo.
-E-eres un pervertido, ¿lo sabías?
-Si se trata de ti, sí.
Kyungsoo optó por hacer el trámite lo más rápido que posible, y cuando por fin estuvo sólo en bóxer, corrió hasta el mar para adentrarse en él. No obstante, se arrepintió al instante; el agua estaba heladísima.
-¡Joder! ¡E-está fría! -decía tiritando desde la cabeza a los pies. Jongin no hizo más que reír tras escucharlo- S-si... m-muero de hipotermia, q-quedará en tu c-conciencia -y el menor soltó otra sonora carcajada.
-Sólo hazlo rápido -le dijo sin dejar de reír.
El mayor se acercó hasta la roca que el otro le había indicado, y como se lo esperó, no encontró absolutamente nada. Frustrado siguió buscando cualquier cosa para entregarle a Jongin; él no saldría de allí con las manos vacías.
-¡Hyung! -escuchó desde la orilla, después de pasado unos minutos- Sal ya. ¡Está bien!
-¡No! ¡No encuentro nada! Espera.
-No importa. ¡Vamos sal! Hace mucho frío, te enfermarás.
Ignorando al menor, Kyungsoo siguió buscando hasta que encontró algo: una estrella. Supuso que aquello serviría, mas una traviesa idea cruzó por su mente. Jongin no saldría limpio de todo esto.
-¡Hey! Hyung, ya está bien. Ven, por favor -suplicó el menor comenzando a preocuparse.
-No -sonrió astuto.
-¿Qué? ¡Te enfermarás! ¡Sal ahora! -ordenó.
-Si quieres que salga ven a buscarme -dijo triunfante, escapándose una pequeña risa, y la sorpresa en el rostro de Jongin no se dejó esperar.
Sin embargo, pronto esa sorpresa fue reemplazada por una amplia sonrisa.
-¡OH! Pero miren quien quiere jugar -Jongin comenzó a sacarse las zapatillas-. Si tú juegas, yo juego -y sin más, Jongin corrió hacia donde estaba el más bajo, ignorando el frío que calaba en sus huesos y salpicando agua hacia todos lados.
-¡Espera!¡N-no, tu ropa! ¡Jon-
Aquello no era exactamente como lo había planeado. Después de salir del agua, el menor tendría toda la ropa empapada y el viaje de vuelta a casa era largo, por lo que si el menor enfermaba, sería su culpa, pero ya no podía seguir pensando en eso porque los inquietos labios del menor sobre los suyos le impedían poder concentrarse correctamente.
-Es hora de irnos, labios fríos -dijo el menor una vez separados.
-Uhm... sí, pero antes, toma -Kyungsoo le entregó la estrella de mar que había encontrado, y Jongin sencillamente la vio curioso.
-Vaya, en serio encontraste algo -sonrió-. Te hice tocar las estrellas, ¿no? -se carcajeó creído y volvió a besarlo.
Estás cerca...
Kyungsoo estaba sorprendido de lo precavido que podía ser Jongin. Antes de ir a la playa, el moreno había insistido en pasar a su departamento, y como fue allí donde le vendó los ojos, no supo que el otro había ido por un mochila, la que contenía ropa limpia, una toalla y la bendita linterna. Inicialmente la ropa era para el más bajo, pero como la suya al menos seguía seca, obligó a Jongin a que fuera él quien se la pusiera.
No obstante, una ducha caliente era necesaria y urgente. Ahora. Pero sólo había una sola ducha. Kyungsoo pensó que sería muy desconsiderado de su parte ser el primero, mas mientras pensaba en ello, un pensamiento cruzó su mente, ¿cual sería el problema que lo hicieran juntos? ¡No!. El más bajo se recriminó mentalmente. Hoy tenía más ganas de Jongin que de costumbre.
El moreno notó su indecisión.
-Apresúrate y ve a bañarte primero -le dijo sin verlo, sacándolo de sus cavilaciones.
Pues entonces así sería: una solitaria ducha.
Una vez ambos bañados y a salvo, era hora de dormir y descansar. El mayor estaba agotado, para variar, tanto física como mentalmente, incluso ya no le importaba tirarse a la cama tal y cual estaba, un bóxer y un poleron que encontró de Jongin. Ese día había estado lleno de buenas noticias y situaciones divertidas; se dio por satisfecho. Al menos eso creía.
-Hyung, ven aquí -le dijo el moreno que se encontraba sentado sobre el sofá y palmeaba sus piernas indicándole el lugar donde sentarse. Kyungsoo frunció el ceño.
-¿Hablas en serio? ¿quieres que me siente en tu regazo? -le preguntó altivo enarcando una ceja, y Jongin simplemente asintió inocente- ¿Estás loco? ¿quién crees que soy? para tu información no soy una mujerzuela.
-¿Qué? ¿qué tiene que ver eso? sólo quiero que te sientes aquí para poder besarte mejor -concluyó algo molesto, y el mayor se sonrojó furiosamente.
-¿Q-quieres dejar de ser t-tan directo? -contestó en un susurro apenas audible.
-Si no soy directo, tú no entiendes -dijo el menor levantándose de su asiento para ir a acostarse-. Bueno, entonces es hora de dormir.
No sabía si Jongin hacía aquello a propósito o no, pero si es que era así, el menor era demasiado manipulador para ser hombre. Siempre que el moreno se enojaba cuando él estúpidamente se negaba a hacer algo, que no tenia nada de malo, se sentía sumamente culpable. Es que ciertamente lo era. Pero ya era suficiente de eso; ahora sería él quien haría algo.
Se acercó sigilosamente hasta la cama, controlando las mariposas en su estómago, y en lugar de recostarse sobre la cama, lo hizo sorpresivamente sobre el menor, quien sin poder evitarlo soltó un pequeño gritito de impresión.
-¿Q-qué haces? -lo cuestionó Jongin, todavía sorprendido.
Con sus manos apoyadas a ambos lados de la cabeza del otro, Kyungsoo aproximó lentamente sus rostros, sellando sus labios en un casto e inseguro beso como respuesta. Ya era hora de dejar todos sus miedos atrás y demostrarle a Jongin que a él también le gustaba. Y le gustaba mucho, más de lo que habría pensado alguna vez. Pausadamente y con infinita calma saboreo los labios del moreno una vez más, para después profundizar con todo el permiso concedido. Al instante, una ola de calor viajó por todo su cuerpo cuando sintió la humedad de la boca del moreno en contacto con la propia. Su lengua exploró esa ya tan conocida cavidad, pero pronto fue expulsado por otra traviesa lengua, que comenzó a jugar con la suya y al final ganó por completo esa primera batalla. No se demoró mucho en que aquel inicial inocente beso se volviera más apasionado, y las caricias por parte de ambos chicos se hicieran más intensas. El aire comenzaba a faltar y Kyungsoo sólo pudo respirar cuando los gruesos labios de Jongin dejaron los suyos para dedicarse exhaustivamente a la piel expuesta de su cuello. Repentinamente sintió una aguda punzada justo allí cuando los blancos dientes del moreno se enterraron sin piedad sobre su sensible piel, y luego succionaron y besaron la zona afectada. Un quejido, que se asemejo más a un gemido, escapó de sus labios involuntariamente debido a esa acción, más que dolor, aquello se había sentido demasiado agradable. Definitivamente mañana tendría una linda marca que se lo recordara.
-Lo... siento -jadeó el menor en su oído- n-no... no lo pude evitar -y besó con vehemencia el lóbulo de su oreja, sacando pequeños suspiros por parte del otro -Tu aroma me vuelve loco.
Kyungsoo tenía la razón completamente nublada y lo único que podía pensar era en probar el extenso pecho del menor, junto con su delicioso abdomen. Desde el primer día que lo vio, tuvo unas ganas incontrolables -que por supuesto, aquella vez no se había admitido- de morderlos y saber como eran. Aprovechando que aún estaba sobre el menor, se despegó de él, a pesar de las silenciosas protestas por parte de éste y fue haciendo un camino de besos por el pecho del menor, quien empezó a respirar con dificultad, hasta que su cabeza quedó a la altura del vientre de Jongin. Sin esperar un segundo más se abalanzó contra su objetivo y mordió tan fuerte que el sonido emitido por el moreno, sin duda había sido de puro y placentero dolor. Música para sus oídos. Kyungsoo sonrió complacido. Ese esculpido abdomen era firme y suave, tal como pensaba.
En un veloz movimiento, un arrebatado Jongin logró poner al mayor bajo él, y por una extraña razón a Kyungsoo le gustaba más así. Ahora ambos estaban totalmente inmersos en el deseo. Los toques eran descarados, dejando el pudor en el olvido, y el calor comenzaba a ahogar.
-H-hace... hace calor. Jongin... -el mensaje fue captado por el moreno al instante, y se apresuró en quitarle la prenda superior al más bajo sin perder tiempo.
-Hace rato me estaba molestando -le gruñó sensual, y Kyungsoo sintió que cierta parte se tensaba más de lo que estaba.
Jongin se dejó caer nuevamente sobre él y ambos cuerpos se estremecieron al entrar en contacto directo. Era la primera vez que sus pieles se conocían y era escalofriante la forma en que congeniaron al instante.
-Siempre... siempre quise ver el contraste de nuestras pieles -confesó de pronto Jongin, mientras pasaba concienzudamente una de sus manos por el torso desnudo del mayor, que se sentía arder con cada toque- y es una visión maravillosa, ¿no crees, blanquito?
Kyungsoo asintió instintivamente cegado por el placer. Por dentro, juraba estar totalmente atento a lo que el otro le decía, incluso le causó gracia el blanquito, pero no sabía porqué por fuera no podía mostrar tal lucidez, sobretodo cuando Jongin movía sus manos como un maldito experto. Éste se había alejado ligeramente, quedando semi-sentado sobre las caderas del mayor, para poder observarlo mejor, y el ritmo de las caricias de pronto se hizo más sosegado. Sus fuertes manos las paseaba con tanta lentitud y meticulosidad desde los hombros, brazos, pecho y abdomen del más bajo, que pareciera como si Jongin intentara grabar a fuego en su cabeza cada parte que tocaba sin perder detalle, y aquello era una verdadera tortura para Kyungsoo. Cuando pudo reaccionar acerca de su pasividad, Kyungsoo estiró sus brazos en busca del cuerpo de Jongin, pero éste seguía perdido en su tarea.
-Más cerca -exigió sacando al menor de su ensimismamiento, obedeciendo de inmediato.
En el momento que Jongin se inclinó para volver a besar los carnosos y ahora hinchados labios del mayor, se produjo un leve, pero electrizante roce sobre la tela de sus ropas, haciendo que ambos ahogaran un pequeño gemido en la boca del otro. Kyungsoo se estaba perdiendo más y más en el placer. Ahora no eran sólo las manos de Jongin, si no también su boca; esa condenada boca que comenzó a viajar vertiginosamente por todo su torso, haciéndolo vibrar y enloquecer al más mínimo roce. Jongin se movía sobre él, sintiendo de forma desvergonzada como la latente erección de éste friccionaba contra su muslo una y otra vez, en tanto la propia se encontraba dolorosamente atrapada bajo el vientre del moreno, aunque dolorosa, no era precisamente la palabra correcta.
A pesar de haber sido él, quien inició de algún modo ese juego, en algún punto el control había sido cedido, o más bien, robado por el menor y en ese momento sólo atinaba a contestar con la misma fiereza las caricias proporcionadas por el otro. Era condenadamente exquisito. Sin embargo, ahora necesitaba con urgencia besar a Jongin. Otra vez. Sus labios habían estado ya suficiente tiempo alejado de los propios. Impaciente, Kyungsoo agarró el rostro de Jongin entre ambas manos y lo besó rudo, siendo correspondido de inmediato. Un beso hambriento y necesitado sin ningún motivo razonable, mas que el deseo de volver a sentir los labios de Jongin sobre los suyos. Totalmente perdido en el desenfrenado beso, volvió abruptamente a la realidad cuando unos fríos dedos comenzaron a jugar con el elástico de su única prenda más abajo de su cintura. El gélido aire que envolvió esa sensible zona lo hizo caer en la cuenta de lo que estaba a punto de suceder, y se asustó. Él era un hombre, y ciertamente Jongin también lo era, por lo que algo podría resultar... difícil. Quería estar con él, lo deseaba, pero nunca antes había hecho eso con un hombre. La tensión en su cuerpo fue tan enérgica, que al aparecer el menor lo notó, y fue bajando las revoluciones del beso lentamente.
-H-hyung... -lo llamó con dificultad- no... no tiene que suceder esta noche, pero -Jongin se calló por un momento inseguro- ...ya tienes un problema entre las piernas, y por favor, deja ser yo quien te ayude, sólo eso, no...n-no haré nada más.
¡Joder! Sí que tenía un problema, ¿y cómo no?, esa frenética fricción entre sus sudorosos cuerpos lo había despertado completamente haciéndolo doler. Y a pesar de estar preocupado de su vergonzoso problemita allí abajo, Kyungsoo no podía parar de pensar en lo jodidamente perfecto que podía ser Jongin; era casi irreal e injusto. El más bajo era difícil, y él mismo lo sabía, pero no podía evitar sentirse agobiado con todas esas aprensiones y preocupaciones que inundaban su cabeza todo el tiempo. Jongin no lo merecía. Nadie, ni siquiera él mismo, creería que el moreno podría llegar a ser alguien con tal paciencia y consideración, ya que no parecía más que un niñato creído y apático. Para el mayor, era ridículamente imposible creer que sus sentimientos hacia Jongin pudieran seguir creciendo, pero cada vez sentía que caía más y más, en un pozo que al parecer no tenía final. Era aterrador.
Con determinación y sus sentimientos a flor de piel, cruzó uno de sus brazos sobre el cuello del otro para afianzar el contacto, y con la otra, él mismo fue quien guío la mano de Jongin hacia su propio bulto sobre la tela, estremeciéndose al primer toque. Jadeó excitado y notó al más alto sonreír satisfecho sobre su boca. Con sumo cuidado, Jongin introdujo una mano por debajo del bóxer del más bajo y tomó con firmeza ese miembro que ansiaba por atención. Kyungsoo soltó un sonoro gemido, que intentó acallar inútilmente mordiéndose fuertemente sus labios. Era vergonzoso.
-No los lastimes -creyó escuchar decir al moreno sin entender a lo que se refería-, son míos.
Jongin devoró los labios de Kyungsoo por millonésima vez esa noche, aclarándole la pertenencia de ellos. En ese momento, el más alto comenzó a mover su mano acariciando la zona, provocando enormes corrientes de placer recorrer la espinal dorsal del más bajo, pero lamentablemente para él, Jongin de inmediato se aburrió de aquel pedazo de tela que limitaba ejercer su trabajo correctamente y rápidamente se levantó un poco, ignorando las mudas quejas, para bajar la inoportuna ropa interior del mayor hasta sus rodillas, quedando éste así, completamente expuesto ante la penetrante e intensa mirada del moreno. Era incómodo y bochornoso para Kyungsoo estar en esas condiciones, así que atrajo bruscamente al otro hasta volver a fundirse en un apasionado beso y así distraer la atención de su vulnerable cuerpo.
-Mierda... en serio me fascinas -murmuró Jongin mientras mordía suavemente el labio inferior su compañero.
De nueva cuenta, Jongin retomó su trabajo, empezando a mover su mano hábilmente de arriba a abajo por toda la extensión del mayor, causando en éste, que el placer que ahora inundaba sus sentidos fuera tan sofocante, siendo imposible seguir reprimiendo más sus miserables gemidos. Ahora había perdido la poca cordura que quedaba en él, y se retorcía ligeramente bajo el estimulante cuerpo del moreno, ocasionando sin querer, que una de sus rodillas vaya a dar justo en la entrepierna de su dongsaeng. Escuchó un ronco gemido escapar de los labios ajenos -que ya no eran tan ajenos- y se sintió en el paraíso; aún más cuando los ligeros jadeos de Jongin en su oído se hicieron más frecuentes. Ya nada podía ser más excitante.
En el momento que creyó que estaba por terminar, los movimientos se volvieron más rápidos y la respiración comenzó a fallarle, haciendo sus gemidos más insistentes y sonoros, apareciendo de ese modo, el leve, pero persistente cosquilleo en su vientre bajo.
-Mmm... J-Jong... in... ah... me...
-¡Joder! creo que me voy a venir con sólo escucharte -soltó repentinamente Jongin con la voz entrecortada, tirando su cálido aliento sobre su cuello.
Sólo eso bastó. El mayor arqueó su espalda, tildando su cabeza hacia atrás, no pudiendo soportar más, y después de un último y ronco gemido, derramó su esencia ensuciando la mano del más alto. Aquello había estado sencillamente... sensacional. Jongin se dejó caer junto a Kyungsoo, quien trataba por todos los medios de recuperar la respiración y recomponerse de lo que había sucedido recién lo más rápido posible, ya que no quería perder mucho tiempo. No quería que las cosas se enfriaran. Volteó la cabeza y vio al menor. Su oscura piel perlada y sus rojos labios lo hacían arrebatadoramente cautivante, y sintió unas enormes ganas de volver a tirarse sobre él. Tenía ojos cerrados y sonreía satisfecho, sin embargo cuando su miraba se dirigió hacia la hombría de éste pudo comprobar que no lo estaba. Aún. Ahora sería su turno.
Se levantó un poco, como pudo, ya que todavía temblaba ligeramente, y llevó su mano hasta la entrepierna del otro, pero al instante sintió como una mano firmemente agarraba su muñeca impidiéndolo.
-No es necesario -le aclaró el menor y Kyungsoo lo miró impaciente.
-N-no es justo -rebatió aún agotado- Yo... yo igual quiero tocarte. Déjame hacerlo -pidió con las mejillas encendidas, tratando de tirar a la basura la poca vergüenza que aún quedaba en él. Jongin merecía su momento, y él estaba incluso más ansioso por dárselo.
-Bien.
La molesta luz del sol que llegaba desde la ventana, hizo que por fin despertara de su profundo sueño. Al parecer, anoche cuando llegaron al departamento se olvidaron de cerrar las cortinas, producto de la ilusión que les brindaba la oscuridad de la noche. Kyungsoo algo desganado, quiso volver a cubrirse con las mantas hasta los ojos, para seguir durmiendo plácidamente como lo estaba haciendo hasta unos momentos, sintiendo su cuerpo entumecido, pero lamentablemente no pudo, ya que se descubrió atrapado por unos morenos brazos, mientras que su rostro estaba casi de lleno en el pecho de alguien. Fue ahí cuando recordó lo sucedido la noche anterior. Sintió la desnudez de Jongin contra la suya, y toda la vergüenza que había huido hace algunas horas, había regresado vertiginosamente para reclamar lo que era suyo: Kyungsoo. Las imágenes de la noche anterior comenzaron a rodar por su cabeza de forma un poco borrosa, sin embargo su cuerpo fue el encargado de aclararle todas sus dudas, porque vaya que sí lo recordaba bien. Oh sí. Aún podía sentir las fervientes caricias sobre su menudo cuerpo. Ni siquiera él mismo se había tocado tanto en toda su vida, como lo había hecho el menor anoche, y eso que ni siquiera habían... terminado.
Abochornado e inquieto, intentó liberarse sin despertar a Jongin, pero fue inútil. Alarmado observó como el menor comenzaba abrir los ojos con pesadez, para encontrarse al fin con los propios. Rápidamente, se apartó y se soltó del agarre al cual estaba sometido, para quedar sentado sobre la cama, sin razón aparente. Comenzó a mirar hacia todos lados en busca de su ropa, ya que no tenía ninguna intención de andarse paseando desnudo por el departamento, a pesar de que ya no tenía nada que esconder. Jongin entendió de inmediato y se levantó un poco, para revolver justo a un lado de la cama y encontrar la ropa interior del más bajo tendiéndosela.
-Uhm... gracias -dijo sonrojado, mientras intentaba ponerse los bóxers por debajo de las sábanas.
Esto era incómodo. ¿Cómo debía comportarse ahora frente a Jongin? Se sentía totalmente expuesto e indefenso. Cada vez el menor tenía más poder sobre él, y continuaba rogando por que Jongin no fuera consciente de ello.
Decidió levantarse e irse a bañar. Últimamente lo hacía muy seguido, pero en esta ocasión era imprescindible; estaba pegajoso. Rodó por encima del moreno velozmente, de modo de no generar alguna situación comprometedora, y se dirigió hacia el baño.
-Jongin -lo llamó ahora más relajado.
Éste recién venía saliendo del baño y extrañamente se encontraba totalmente vestido. No obstante, al chico de ojos grandes le llamó la atención el hecho que el menor se había demorado mucho más de lo necesario para tomar un baño y vestirse; él solía ser muy rápido.
-... te demoraste mucho -le comentó en tanto guardaba su ropa en una mochila.
Jongin abrió sus ojos sorprendido y se ruborizó notablemente. Kyungsoo lo miró extrañado, mientras el otro esquivaba su mirada audazmente.
-N-no. Igual que s-siempre... no -comenzó a balbucear tontamente el menor y Kyungsoo no pudo identificar la razón.
-Bueno, no importa. Jongin, tengo que ir a casa y lavar mi ropa que está llena de arena, y bueno cambiarme de ropa también, la tuya me queda... algo grande -dijo el mayor avergonzado, abriendo sus brazos mientras se observaba. Jongin rió.
-Eres ridículamente pequeño, hyung -se mofó y el otro fingió molestia.
-¡Tú que sabe- -iba a reclamar, pero se calló al caer en la cuenta de lo que estaba por decir. Jongin sí sabía. Sus mejillas se tornaron rosadas al instante, al igual que las de Jongin al darse cuenta de la situación- ...b-bueno, como sea, me voy -el menor asintió y lo siguió hasta dejarlo en la puerta del departamento.
-Pasaré por ti más tarde para ir a EXO, ¿bien? -el moreno se agachó levemente y depositó un beso a labios cerrados en los de Kyungsoo.
-Sí.
Realmente esto ya parecía una relación.
En el departamento de Baekhyun, luego de haber hecho lo que fue a hacer, se dispuso a hacer la comida para todos, pero mientras estaba en ello recordó que no dejó nada preparado para Jongin. Ni siquiera su desayuno. Era un tonto; por querer salir rápido de allí debido a la vergüenza y a la estúpida ropa, se le olvidó por completo que el menor tenía que comer. Entretanto pensaba en ello no se percató cuando alguien entró a la cocina.
-Kyungsoo, hola -saludó amistoso Junmyeon, haciendo dar un saltito al otro. El mayor se carcajeó-. Lo siento, no quise asustarte.
-N-no es nada, es sólo que pensé que no había nadie en casa y estaba algo distraído -le sonrió para seguir con su labor.
-Pues no deberías estar distraído mientras cocinas. Puede ser peligroso -le aconsejó paternalmente y le desordenó los cabellos- ¿En qué estarías pensan...? ¿eh? -Junmyeon de pronto frenó su discurso y veía a Kyungsoo de forma curiosa. Esa inusual mirada por parte del mayor no hacia más que ponerlo inquieto.
-¿Q-qué? ¿qué pasa? -en ese momento Junmyeon le dedicó una seria mirada mezclada con un poco de sorpresa.
-Si quieres que Baekhyun no se entere, deberías cubrir mejor esa marca en tu cuello -e dijo apuntando justo en el lugar. Azarado, Kyungsoo abrió los ojos muy grande e inmediatamente llevó una mano a su cuello para tapar la evidencia.
¡Diablos!
Kyungsoo quería que lo tragara la tierra. Aquello era más que bochornoso, ya que Junmyeon seguía siendo el hermano mayor de Jongin.
-N-no. Te lo puedo explicar. N-no es lo que p-piensas. Nosotros no hici- -el más bajo avergonzado y rojo hasta las orejas comenzó a tartamudear tratando de justificarse.
-No tienes que explicarme nada, Kyungsoo. De hecho, prefiero no saberlo -le sonrió el colorín algo incómodo-. Iré a ver un poco de televisión, ¿sí?
Y sin más, Junmyeon desapareció hacia la sala contigua, dejando a un Kyungsoo completamente avergonzado.
«Estúpido Jongin». No paraba de murmuraba mientras sobaba fuertemente la marca en su cuello como si de esa forma fuera a desaparecer.
En EXO, todo estaba bastante tranquilo. Aquella noche, Two Moons no tuvo que presentar y aquello se notaba en el ambiente. Después de que se presentaron, el grupo estaba disfrutando del antro en una de las secciones del lugar, esperando por el resultado de la noche, que por lo demás, resultaba bastante obvio. Kyungsoo por fin podría quedarse hasta el final del evento y ahora se encontraba sentado junto a Jongin, Xiumin y Sehun, decidiendo que era lo que tomarían para pasar el rato.
-Entonces yo iré por las bebidas. Vengo en un momento -avisó Kyungsoo para levantarse e ir hasta la barra que quedaba a un par de metros más allá.
-¡Muchas gracias! -le gritó un sonriente Xiumin, cuando el más bajo ya estaba algo alejado- D.O es muy servicial, ¿no Kai? -comentó divertido, intentando hacer picar al otro, el cual simplemente le devolvió la sonrisa presumido.
-Por supuesto que sí. Kai ahora no hace absolutamente nada. Es incluso más holgazán que antes -habló el menor de todos con su particular ceceo-. Es muy conveniente tener a alguien como D.O-hyung. A mi también me gustaría tener a alguien como él -Jongin al escuchar aquello arqueó una de sus cejas evocador.
-¿Qué? Antes no lo podías ni ver, no me digas que ahora te gusta -le preguntó el moreno algo fastidiado y Xiumin a su lado no pudo evitar soltar una gran carcajada.
-¡Tranquilo! -el mayor le palmeó la espalda como si intentara tranquilizarlo- Pero deberías acostumbrarte. D.O es muy lindo y llama mucho la atención. Aquí mismo en EXO, tiene un montón de fanboys -le informó el mayor y Jongin sólo atinó a abrir sus ojos tan enormes como los de Kyungsoo producto de la sorpresa.
-¿Q-qué? ¿qué quieres decir con eso?
Sehun resopló.
-¿Acaso no lo sabías? -preguntó el castaño con obviedad y Jongin negó con la cabeza- Si que serás tonto -insultó el menor y por ello recibió un fuerte puñetazo en su brazo por parte del moreno para callarlo- ¡Ah! ¡Duele!
-No entiendo, ¿cómo es que ustedes lo saben? ¿y por qué tendría tantos fanboys como dicen? -demandó el líder. Jongin se encontraba entre enojado y confundido, pero lo único que sabía era que no le gustaba lo que estaba escuchando.
-Yo lo sé... -comenzó Xiumin arrastrando sus palabras- ...porque siempre me preguntan por él. Me piden su número y todas esas cosas. Claramente no te lo preguntarán a ti, si pones cara de perro cada vez que sorprendes a alguien viéndolo -rió-, y yo como soy bueno, se los doy -sonrió inocente el mayor, desencajando totalmente el rostro del moreno.
-¡¿Qué?! -Jongin golpeó la mesa con los puños ante la evidente cara de burla de sus dos amigos, hasta que pareció recordar algo- Espera un momento... hyung no tiene móvil -dijo pensativo con aire algo inocente-. ¡No me jodan!- les gritó cabreado y los otros explotaron en estruendosa risotada. Jongin se tiró hacia atrás en su silla mientras cruzaba los brazos mosqueado.
-Por supuesto que no se los doy, y como tú dices, ni siquiera tiene móvil, sólo les digo que está prohibido -Jongin lo vio algo asustado-. No te preocupes -lo calmó-, no les digo que está contigo, sencillamente les digo que es hétero -se encogió de hombros el cachetón y Jongin rió.
-Eres ingenioso -lo halagó-. Pero aún no entiendo, como es que él podría tener muchos más seguidores que cualquiera de ustedes -Sehun rodó los ojos.
-¡Es obvio! Es lo mismo que piensas tú, pervertido -respondió y nuevamente fue merecedor de un golpe por parte de Jongin- ¡AH! ¿Quieres dejar de golpearme? O si no, no te diré nada -el menor sobaba el brazo y le dedicaba una mirada llena de resentimiento al moreno-. D.O-hyung, es lindo, pequeño y se ve sumiso, ¿qué crees que quieren hacer con él? Lo mismo que tú haces, ¿o no? -y un tercer puñetazo fue caer en su ya dolorido brazo, soltando un sonoro quejido como consecuencia.
-¡No digas estupideces! -le dijo enfadado- ¡Y no lo veas de esa forma, maldito enfermo!
Sehun iba a contraatacar tanto verbal como físicamente, pero fue detenido por el mayor de todos.
-Ya, ya, basta. No peleen -intentó separarlos entretenido-. Pero, Kai, deberías andar con cuidado. No me extrañaría nada que el chico de la barra ya esté coqueteando con D.O, ¿sabes? -lo aconsejó, y con su cabeza apuntó el lugar donde estaba Kyungsoo.
Jongin volteó la mirada hacia la izquierda donde señalaba Xiumin, viendo exactamente lo que el mayor le estaba diciendo. Kyungsoo le sonreía inocentemente al sujeto de la barra; un tipo alto, ojos redondos y con todo el dolor del mundo, atractivo. Éste le tendía los vasos exageradamente alegre, mientras aprovechaba y dejaba leves toqueteos sobre las manos de su hyung.
Mosqueado, se puso de pie ante las jocosas miradas de sus acompañantes.
-Voy a ayudarlo -no se dejaron esperar las burlonas risas por parte de los otros dos-. ¡¿Quieren callarse?! ¿qué mierda? sólo tiene dos manos y son cuatro bebidas, ¿bien? -se dispuso a ir a la barra, pero no sin antes dejar una última amenaza- No quiero volver a hablar algo así con ustedes. Son unos estúpidos... ¡mierda! -y se fue a marcar territorio.
-Es muy divertido meterse con Kai. Cualquier cosa relacionada con D.O lo altera de inmediato -rió Xiumin.
-Está totalmente perdido -sentenció el menor al observar la escena frente a sus ojos.
No pasó mucho rato cuando ya todos tenían sus tragos en las manos, gracias a la intromisión de cierto chico moreno que apuró las cosas en el momento que fue a recoger las bebidas a las barra. Kyungsoo no alcanzó a decir un simple y cortés «Gracias», cuando Jongin ya estaba tironeando de él. Debía estar acostumbrado a esos arrebatos del menor, pero aquello no significaba que estuviese bien.
-No me gusta cuando somos los primeros en presentar -reclamó de pronto Sehun-, es un fastidio tener que esperar hasta el final por los resultados. ¡Recién son las diez!
-¿Quieres dejar de quejarte? Mira el resto de la competencia -lo regañó el moreno.
-Pero los de hoy son casi todos muy aburridos -lloriqueó en un lindo puchero, que provocó la risa en sus compañeros.
En ese momento, a pesar de la bulla del local, se escuchó el teléfono de Jongin. Éste se encontraba sobre la mesa, y antes de que Jongin alcanzara a tomarlo, un travieso Sehun lo agarró, siendo él quien contestara.
-¿Aló? -Jongin no hizo más que mover su cabeza resignado. La verdad no le importaba mucho- ¿Uhm?... buenas noches -Sehun ahora hacía una mueca de extrañeza, que no pasó desapercibida por los otros que se encontraban atentos al llamado-. no es molestia... sí, ¿quién le llama? -la cara de Sehun se deformó en un total y absoluto desconcierto. Abrió sus ojos y boca evidenciando su estado. Los otros lo miraron preocupados, y cuando al fin logró salir de su estado de estupor, Kyungsoo pudo observar como éste ahora tenía toda la atención puesta en él, y sus ojos estaban inyectados de ¿ira?. El chico de ojos grandes tembló con aquella mirada, y más aún cuando Sehun apretó el teléfono con rabia y se dirigió a él- ¡¿Qué mierda significa esto?! -le gritó enajenado, sorprendiendo a los demás -Así que eres un puto aprendiz de la SM, ¿no? ¡Contesta!
¿Q-qué...?
Kyungsoo sintió un espeluznante vacío en su estómago al instante y abrió sus ojos gigantescos aterrado.
No está pasando.
Palideció y su corazón comenzó a bombear con tanta fuerza que sentía que en cualquier momento se le iba a salir por la boca.
No.
El silencio imaginario lo invadió vertiginosamente y se sintió desfallecer cuando escuchó la áspera voz de Jongin a su lado.
No. Ya no. Yo...
-¿Qué? no le grites. No es gracioso. ¿De qué carajos estás hablando Sehun? -le dijo un tanto alterado al menor para luego dirigirse a Kyungsoo- Hyung, dile que se deje hablar imbecilidades y que no es cierto -le pidió algo inseguro- ¡Hyung! -vociferó intentando hacerlo reaccionar.
Perdón, yo no quise...
Kyungsoo se volteó hacia Jongin con el terror impregnado en la cara y con los ojos ligeramente aguados. Jongin entendió.
No puede estar pasando.
Pero pasó. Ahora sí, todo se había ido al carajo.
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