Titulo Fanfic: Just Dance
Autor/a:
LinnafishingFandom: EXO
Personajes: Kai/D.O. (Kaisoo)
Capítulo: 6 / 11
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5Género: Romance, drama.
Palabras: ~6200
n/a: Perdonen los errores como siempre D:, se hace lo que se puede.
Ok. este capítulo se lo dedico a mi "Veta" (Sí, con V)
Azuka, que me ayudó muchisímo. sobre todo en este capítulo :3, sé que no lo leerás jamás aquí, pero igual :D.
Junmyeon se paseaba de un lado para otro por toda la sala y de vez en cuando se agarraba la cabeza o negaba con ella mientras murmuraba para él mismo. El mayor intentaba buscar las palabras correctas para hablar y no dejar que la ira tiñera sus palabras. Kyungsoo, sentado sobre el sofá con las manos nerviosamente apoyadas sobre sus rodillas, veía como el otro no paraba de moverse y esperaba por lo que fuera a decir, mientras que Jongin junto a él, simplemente parecía fastidiado.
-¿Es que nunca dejarás de moverte? Me tienes mareado -dijo de mala gana el menor. Junmyeon se giró hacia él claramente ofendido.
-¿En qué estabas pensando? ¡dime! -le exigió el mayor después de parar su paseo. Kyungsoo se asustó por un momento. Nunca había visto a Junmyeon tan enojado. Su frente estaba pronunciadamente arrugada y sus labios se apretaban con rabia.
-No veo que esto te incumba, ¿o sí? -Jongin miró con saña a su hermano.
-¡Por supuesto que sí! ¿quieres mirar a Kyungsoo un momento? ¡¿cómo fuiste capaz de dejar que lo golpearan?!
Kyungsoo de pronto se sintió el centro de la discusión. Probablemente así era. Sus enormes ojos asustados no sabían que decir, ya que a pesar de que estaban hablando de él, no sabía si era prudente que interviniera abriendo la boca. Optó por callar, por el momento.
Al moreno le hirvió la sangre escuchar esas palabras.
-¡¿ACASO ES TUYO?! ¡Lo que le pase a él no tiene nada que ver contigo! -gritó fuera de sus casillas. Ambos chicos lo vieron asustados- ...además, eso no volverá a suceder de nuevo... yo me encargaré de ello -dijo desviando la mirada.
Junmyeon suspiró.
-No. No es mío. Jongin, yo... -el mayor había relajado el semblante y trataba de serenar su tono- Esto me preocupa. No sólo por él, si no también por ti. Nunca te había visto en estas condiciones, dime, ¿fuiste a ver un médico? -Junmyeon se acercó hasta él para acariciar su cabeza con ternura, pero su mano fue alejada de un manotazo al instante por el menor.
-No, no es nada. Estoy bien, ¿sí? -Kyungsoo miró con preocupación al mayor. Jongin estaba siendo un poco injusto.
El colorín lo vio por última vez dolido y se alejó de nuevo.
-Creo que lo mejor es que Kyungsoo vuelva con nosotros al departamento -resolvió.
El aludido no hizo más que abrir la boca sorprendido, mientras que Jongin se había puesto de pie exaltado con los ojos abiertos de coraje. Se había movido tan rápido que ni siquiera sintió los reclamos de su cuerpo cuando lo hizo.
-¿Pero qué estás diciendo? ¡¿quién eres tú para decidir eso?! -le gritó enajenado.
-Es lo mejor, después de verlo-
-¡Dije que no iba a volver a suceder! ¡mierda! -Jongin parecía fuera de sí y sus ojos brillaban de impotencia.
El mediano en ese momento posó gentilmente su mano sobre la del moreno y la apretó ligeramente, haciendo que el otro lo volteara a ver agitado. Apretó con más fuerza y Jongin entendiendo, sencillamente se rindió dejándose caer pesadamente sobre el sofá.
-Lo siento, pero creo que estoy lo suficiente grande para decidir por mí mismo, ¿no creen? -interrumpió- Verlos discutir... por mí, en frente mío, no es agradable -con decisión, Kyungsoo levantó la vista hacia el mayor-. Hyung, agradezco tu preocupación, en serio, pero fui yo él que decidió ir y quedarme a pelear. Jongin me insistió para que me fuera, pero fui yo el que no quiso, ¿sí? Y no es obligación de nadie cuidarme, soy capaz de hacerlo solo, por favor entiéndalo. Los dos -miró a ambos chicos de forma alternada para comprobar si habían escuchado-. Hyung yo me voy quedar aquí -finalizó.
-Kyungsoo, por favor no seas irracional. Sé que eres inteligente y que sabes muy bien que ese sitio no es para alguien como tú -declaró sabedor el mayor. Jongin bufó exasperado.
-¿Eres sordo? Ya escuchaste. Se quedará conmigo -arremetió el moreno.
-Jongin, ya basta -intentó frenarlo nuevamente el mediano-. Hyung, muchas gracias por tu preocupación. Intentaremos cuidarnos mejor para la próxima vez, ¿sí? -con una persuasiva sonrisa y con clara intensión de terminar la discusión, Kyungsoo en ese momento se levantó de donde estaba para aproximarse al mayor y tomarlo de las manos pidiéndole una vez más- No te enfades.
Todo aquello, bajo la atenta mirada de Jongin.
-¿Próxima vez? -Junmyeon suspiró- Supongo que no puedo hacer nada al respecto, ¿no? -Kyungsoo negó con la cabeza- Está bien, pero Baekhyun se enterará de esto.
-¿Sigues enfadado? -preguntó Kyungsoo una vez que la venda del pie de Jongin estuvo listo.
-¡Sí! Es que no sé que carajo se cree -hablaba molesto el menor. Había pasado cerca de una hora desde que Junmyeon se había ido y Jongin seguía igual.
-Sólo estaba preocupado por nosotros. No seas tan duro -le dijo conciliador.
-¿Preocupado? ¿Por nosotros? ¡Sí claro! Apenas llegó se lanzó sobre a ti a manosearte entero -Kyungsoo atónito se sonrojó fuertemente, ¿Qué diablos estaba diciendo?
«-Hola chicos, los vin- -Junmyeon frenó su discurso de golpe horrorizado- P-pero,... ¡¿Qué les sucedió?! ¡¿Jongin?!
Mierda.
Atrapados.
-Creo que viene se nos viene el sermón del año -rió por lo bajo el moreno.
Junmyeon corrió desesperado hasta ellos y tomó a Kyungsoo por los hombros comenzando a palpar sin pudor su cuerpo de modo de verificar que estuviera bien. Aturdido y avergonzado, el mediano no reaccionó y se dejo hacer. Por supuesto, hasta que Jongin interfirió bruscamente.
-¿Qué es lo que haces? -exaltado el menor alejó las manos del colorín de Kyungsoo.
-¡¿Están bien?! -ahora el mayor intentó acercarse a Jongin para hacer lo mismo, pero éste lo detuvo al instante. Junmyeon sin reparar en ese hecho, con la mirada perdida pareció pensativo un momento, hasta que volvió a reaccionar- Jongin, no me digas que... ¿fueron a EXO? ¿Lo llevaste?
-Sí.»
-N-no lo digas así ¡No fue así! -el mayor se levantó ofuscado, pero una mano lo detuvo.
-¡Así fue! Y tú no lo haces nada de mal -acusó.
-¿A qué te refieres con eso? -preguntó ofendido. Jongin se estaba desquitando injustamente con él, pero no lo dejaría. El moreno evito su mirada molesto.
-No te hagas el tonto, es bastante evidente... tu manera de convencerlo... -dijo soltándolo finalmente, pero al instante que lo hizo, llevó su mano a su costilla y se quejó de dolor. Kyungsoo lo miró preocupado.
-Jongin, ¿te duele? ¿quieres que te unte la crema?
-No -respondió sin mirarlo, pero su intento de parecer digno se vino a bajo cuando no pudo evitar que un quejido escapara de sus labios nuevamente. La pequeña conmoción de hace un rato lo había dejado un poco resentido. Sin pensarlo dos veces, el mayor abrió la cajonera junto a la cama y sacó el tubo de crema.
-Quítate la polera -ordenó.
-Dije que no. Estoy bien -sin aceptar la negativa, Kyungsoo se acercó a él, e intentó sacarle la polera él mismo, pero Jongin lo rechazó esquivando su toque.
Eso había dolido. ¿En serio estaba tan enojado con él? Ni siquiera era capaz de entender totalmente la razón de ello, no había hecho absolutamente nada, es más, ¿no debería ser él el enojado?. Sin embargo, no lo estaba, por lo menos no ahora. Jongin nunca lo había rechazado de esa forma, era extraño e incómodo. Y asustaba, justamente porque eran estas cosas las que resultaban aterradoras del hecho que le gustara Jongin.
Ahora entendía como se sentía Junmyeon algunas veces cuando era rechazado por el menor, aunque las situaciones claramente no eran las mismas...
Salió de sus cavilaciones cuando vio a Jongin quitarse la polera de mala gana. Sorprendido observó como éste se recostaba sobre la cama esperando que el mayor fuera a hacer lo que tenía que hacer.
Kyungsoo se aproximó a él tragándose todas sus inquietudes y abrió el tubo de crema para untársela. Jongin se contrajo apenas las frías manos del mayor entraron en contacto con su piel caliente. Nervioso, el mayor comenzó a frotar la zona dolorida con sumo cuidado, haciendo que Jongin cerrara sus ojos con fuerza. Aquella sugestiva imagen, casi lo desconcentró de su tarea y recurriendo a las indicaciones que le había dado Xiumin la otra noche alejó esos inapropiados pensamientos de su mente. Sin embargo, el moreno se lo hizo aún más difícil cuando vio como éste llevaba uno de sus brazos sobre la cabeza y mordía su labio inferior para evitar quejarse.
Debes estar bromeando ¡Diablos!
Sus pequeñas manos disminuyeron el ritmo del masaje, procurando suavizar el roce, pero en cuanto lo hizo escuchó como un ronco gemido abandonó los labios del moreno, y de inmediato unas manos tomaron las suyas con fuerza deteniendo su tarea.
-L-lo siento. ¿Te d-duele? Lo haré más despacio -atontado, Kyungsoo iba a volver a su labor, pero nuevamente fue frenado por el menor.
-No. No es eso. Yo... -Jongin abrió sus ojos y lo vio fijamente- ... yo.. no puedo ¡mierda!
El menor en ese instante se sentó y tal cual como lo hizo la noche anterior, tiró de Kyungsoo hasta dejarlo a su alcance. Kyungsoo tragó duro y por primera vez, tenía la mente realmente en blanco. Su boca temblaba sin saber qué decir, mientras que Jongin en frente, se veía totalmente extasiado con la mirada enfocada en un único y preciso punto: sus labios.
-Escucha, hyung, sé que anoche tuvimos un accidente, y te advierto que ahora va a suceder uno más grande -decía sobre sus labios, con la respiración pesada embriagándolo por completo- y sólo tú puedes evitarlo... si quieres.
Kyungsoo era lento. Incluso él, no orgulloso de ello se lo admitía, pero esta vez el mensaje había sido recibido y entendido sin problemas. Los escasos segundos que Jongin le dio para correr y evitar lo que fuese a suceder, se le hicieron tortuosamente innecesarios.
-Te lo advertí.
Y sin más, Jongin hambriento atacó los gruesos labios de su compañero, los cuales no demoraron demasiado en corresponderlos con la misma intensidad. Definitivamente, ahora era mucho más que un simple roce de labios. Era un empuje desenfrenado entre ambos; una batalla en busca del control. Un accidente más grande. Era sorprendente la manera en que sus labios se entendían tan bien. Conocían a la perfección dónde, cómo y qué era lo querían. Kyungsoo agradeció al cielo, que estuvieran sentados y que Jongin lo tuviera fuertemente aprisionado, porque en estos momentos sus piernas eran una inútil y débil gelatina. Un suspiro involuntario brotó de su garganta cuando sintió como Jongin lamía minuciosamente su labio inferior, para después morderlo y hacerse paso al interior de su boca. Había mordido justo en la herida, pero el dolor que le pudo haber provocado fue de inmediato reemplazado por el placer que le producía la tibia humedad ajena en su boca. El permiso fue concedido sin pedirlo. El mayor adivinó un pequeña y traviesa sonrisa por parte de Jongin en ese momento, pero fácilmente podía estar equivocado, ya que su razón estaba complemente nublada y cada vez era más oscuro. Con su corazón aparentemente detenido y sin tener tiempo de respirar correctamente, ya que Jongin no le daba oportunidad, estaba jodidamente agotado y sus tímidos jadeos lo delataban.
Sin darse cuenta, de pronto estaba recostado sobre la cama con Jongin sobre él. Notó unas manos acariciar su costado, y en un intento de disminuir la distancia en ellos, Kyungsoo movió las suyas también. Sus torpes e incompetentes manos. Apenas lo hizo le dio al moreno en un lugar menos indicado, provocando que al instante, Jongin detuviera todo lo que estaba haciendo, retorciéndose ligeramente por el dolor.
-L-lo siento. Lo siento mucho -comenzó el mayor, mientras agitaba sus manos nervioso sin saber qué hacer con ellas para ayudar al pobre Jongin.
¡Soy un idiota!
Jongin sencillamente negó con la cabeza, a la vez que impedía que un sobresaltado Kyungsoo se saliera de su agarre para ponerse de pie y huir.
-No te preocupes -le sonrió, pero Kyungsoo no se tranquilizaría tan fácil.
El mayor, alterado seguía moviéndose con intención de ir a buscar algún medicamento, crema, venda, agua, lo que sea que pudiera ayudar a Jongin, es por ello que nunca vio venir el beso que le plantó el moreno para detener su histeria.
Y como arte de magia, automáticamente se paralizó. Había sido bastante fácil.
-Dije que no te preocuparas. Ya estoy bien -rió-. Y supongo que es lo más lejos que llegaremos con el accidente esta noche.
Kyungsoo sintió sus mejillas arder tras esas palabras, ya que no requería de ningún traductor para interpretarlas. Llevó ambas manos a la cara para ocultar su patética vergüenza de Jongin, pero éste lo evito divertido y lo volvió a besar.
-Es hora de dormir.
Esto... ya se salió de mi control...
Kyungsoo habría mentido si dijera que no había dormido esa noche, ya que dos horas, sí lo había hecho. Dos míseras horas. Y ni siquiera de corrido. ¿Cómo iba a poder dormir después de lo que había pasado? Él que le dijera que sí se podía, era un demente. Era imposible. Esa mañana estaba cansadísimo, pero aún así se levantó apenas el sol comenzó a filtrarse por las persianas. No iba a conseguir nada estando allí tirado, intentando conciliar el sueño que nunca llegaría, además del hecho que Jongin seguía ahí.
Anoche, cuando apagaron las luces y se fueron a dormir, en sus usuales posiciones, Jongin lo había girado sorpresivamente quedando ambos frente a frente. Kyungsoo nunca se había dejado de preguntar de dónde sacaba esa fuerza el menor, si estaba hecho polvo. Probablemente él también ayudaría con su estado de ineptitud todo el tiempo que estaba cerca del moreno. Así, y con los nervios haciendo su trabajo, Jongin lo había vuelto a dejar sin respiración con sus incesantes besos que en ese momento eran más lentos y sosegados, pero no por ello causaban menos estragos en su ser. Se había deleitado con el exquisito sabor de los labios de Jongin, y sintió la vida muy injusta por haberse demorado tanto en probar aquel paraíso. Las inocentes caricias acompañaron el baile de sus labios todo el tiempo, pero sin llegar a quitarle el protagonismo.
¿Quién iba a poder dormir así?
Esa mañana, había dejado el departamento limpio y ordenado, para luego dejar el desayuno preparado para el menor junto con una nota. No se sentía capaz de mirarlo a la cara por ahora, incluso pensar en él hacía que el calor se acumulara en sus mejillas. Es por eso que había decidido ir a dar un paseo madrugador ese día.
La fría brisa de la mañana había golpeado su rostro sin piedad haciendo que definitivamente su mente se despejara. Hace mucho tiempo que no vivía a esas horas de la mañana y francamente no lo extrañaba. Era aburrido y estresante ver cómo la gente corría de un lado para otro, para llegar a tiempo a su trabajo o quién sabe a dónde. Algún lugar aburrido seguramente. Él debía ser el único tonto que salía a esa hora de la mañana por gusto propio.
Caminando sin rumbo fijo, de pronto reparó en alguien que le llamó la atención. No estaba apurado por llegar a ninguna parte como el resto de la gente, si no que estaba tranquilamente viendo una de las vitrinas de una tienda de ropa que aún no abría. Era alto, y lo era cada vez más a medida que se acercaba. Es entonces, a tan sólo un par de pasos de él, que pudo reconocer a esa rubia cabeza. Porque lo conocía. Abrió sus ojos exageradamente, y sus tiritonas piernas comenzaron a retorcer involuntariamente. Era Kris, nadie más podía causarle ese grado de pánico. Tenía un terror infundado hacia ese sujeto. Escuchar tan sólo su nombre lo hacía temblar de pies a cabeza.
De pronto su corazón dio un brinco cuando el alto volteó a verlo y frunció las cejas. Su expresión no era para nada amigable cuando lo vio, y creyó que probablemente lo había reconocido. Kyungsoo no sabía absolutamente nada acerca de las interacciones con los otros grupos fuera de la competencia, es por eso que su miedo aumentó aún más, ¿y si lo golpeaba?
«-Pero escúchame. Por ningún motivo te acerques a Kris y menos a Tao -Kyungsoo abrió sus ojos y asintió débilmente-. Lo digo en serio. No te acerques.»
Aquellas palabras retumbaron en su cabeza hasta ensordecerlo. Sus piernas comenzaron a moverse más rápido, y sin quitar la vista del rubio, siguió su marcha atrás hasta que se vio interrumpida cuando chocó violentamente contra algo. O alguien. Agitado y con el corazón en la mano se volteó bruscamente para encontrarse con su salvación: Chanyeol.
-Kyungsoo... ¡Kyungsoo! ¿quieres calmarte? ¿qué sucede? -preguntó Chanyeol deteniendo el andar del más bajo. Kyungsoo se volteó con particulares ojos haciendo presencia y observó hacia todos lados verificando que el peligro ya no estuviera.
-N-no es nada -dijo una vez que respiró haciendo que sus pulmones recibieran el aire que reclamaban. Chanyeol lo miró haciendo una mueca de desaprobación, inflando uno de sus cachetes-. No es nada. En serio -reafirmó.
Sin parecer del todo convencido el más alto aceptó la esquiva respuesta del otro y siguieron su camino.
-Por cierto, Chanyeol, ¿qué haces paseando tan temprano? -dijo cambiando sutilmente el tema. El alto simplemente se encogió de hombros.
-No lo sé -rió-, me desperté y salí- Kyungsoo no pudo evitar reír fuerte. Chanyeol era muy extraño- ¿Y tú?
No quería enfrentar a Jongin tan pronto.
-Supongo que lo mismo que tú -le sonrió-. Me alegra saber que no soy el único tonto
-¡Sí!... ¡Hey! ¿cómo que tonto? -preguntó fingiendo molestia, pero pronto se le escapó una carcajada, y Kyungsoo negó con la cabeza disculpándose igualmente divertido- Kyungsoo, si estás libre, ¿por qué no vamos a mi casa? ¡Sí! ¡enséñame composición! Allá tengo todos mis instrumentos. ¡Aprovechemos la mañana! -Chanyeol lucía cada vez más emocionado mientras hablaba, haciendo que Kyungsoo se contagiara con ella.
El más bajo se admitía que realmente se sentía muy agusto estando con Chanyeol. Tenían varias cosas en común, y presentía que podían llegar a tener buenos proyectos futuros. Cada vez que hablaba con él sobre música sentía ese agradable movimiento de estómago que le hacía pensar que algo emocionante iba a suceder. Había descubierto el baile con Jongin, y podría disfrutar de escribir con Chanyeol. Todas las piezas estaban encajando en el lugar correcto en su vida. Nunca se imaginó que aquel pueblo le pudiera ofrecer lo que le estaba dando.
Sin poderse negar acepto gustoso la invitación.
La mañana había pasado muy rápido. Desde que pusieron un pie en la casa de Chanyeol no pararon. El más alto era hilarante. Kyungsoo hacía mucho tiempo no se reía tanto, y sin quererlo se veía contagiado también con la rareza del otro. Garabatearon un par de letras e intentaron darle música. Aún estaba todo en proceso, pero sonaba prometedor. Kyungsoo le estuvo enseñando al más alto algunas de las cosas que aprendió en la academia, mientras que Chanyeol había prometido enseñarle a tocar guitarra y que en poco tiempo más quedaría como un experto al igual que él.
Sin darse cuenta ya era la hora de almuerzo, así que a toda velocidad, salió disparado hacia el departamento de Jongin. Se había divertido y Jongin había desaparecido de su cabeza. Tal vez, no desaparecido, pero hubo momentos donde no era el pensamiento más importante. La salida había cumplido su objetivo... al menos por el momento.
Tan pronto como puso las llaves en la cerradura, la puerta se abrió bruscamente dejando ver a un alarmado Jongin. Kyungsooo se sonrojó al instante de verlo y quito la vista de él sin poder resistirla. Jongin había arruinado toda la compostura que construyó sin hacer absolutamente nada. Verlo directamente era claramente diferente al Jongin que había creado en su cabeza, él cual era muy fácil de enfrentar. Sin imagen, ni voz, ni presencia.
-¿Dónde estabas? -preguntó el menor aún en la puerta.
-Uhm... s-salí a dar un paseo... te d-dejé una nota, ¿no la viste? -Kyungsoo nervioso se adentró al departamento haciendo un trabajo de joyería al ni siquiera rozar a Jongin. Éste cerró la puerta tras él un poco mosqueado.
-Sí la vi, pero te demoraste mucho. Pensé que no ibas a volver, ya sabes, por lo que pasó... y -Kyungsoo se tensó y se volteó rápidamente hacia la cocina, dándole la espalda. ¿Iban a hablar de eso? No lo creía necesario.
-N-no, es que me encontré con Chanyeol y me distraje más de la cuenta. Lo siento -iba a comenzar a cocinar cuando sintió como Jongin se acercaba más a él por la espalda. Hasta casi rozarlo.
-Hyung... -el más bajo se estremeció involuntariamente, sin ser capaz de responder. Tenía las palabras atoradas en la garganta y por más que tragara no se despejaba.
Estaba muy nervioso. No tenía idea que giro iba a tener ahora la relación con Jongin. Obviamente la mejor opción para él era seguir actuando como lo hacía siempre. No quería darle más importancia de la que debía a ese accidente, porque de otro modo su estupidez se comería a su conciencia. Debía dejarse llevar por lo que sentía en el momento, sin preocupaciones, pero aquello era muy difícil cuando se trataba de la persona que de verdad te gusta. Él de verdad. Cada caricia y cada beso siempre tendría un significado mucho más profundo del que debería tener si no quería salir herido.
Sintió como de pronto Jongin soltó un largo suspiro. Kyungsoo era una persona difícil.
-Me voy a duchar... -avisó y se retiró con dirección al baño.
Decepcionado y un poco culpable Kyungsoo observó la espalda de Jongin alejarse, pero inmediatamente advirtió como éste se detuvo un momento dudoso.
-... me falta algo -murmuró el menor entre dientes, siendo aquello lo único que logró comprender.
Arrepentido de su ida, el menor se giró sobre sus talones y se volvió a acercar muy deprisa hasta el mayor para depositar un fugaz beso en los labios.
-Buenos días -soltó ocultando sus ojos tras su flequillo-. Vuelvo en un momento -y sin alcanzar a reaccionar, Kyungsoo volvió a quedar completamente solo en la habitación.
¡Rayos!
En serio ansiaba su vuelta.
Cantando y con una amplia sonrisa en su rostro, Kyungsoo cocinaba el almuerzo del día cuando escuchó que llamaban a la puerta. Apagó el gas de la estufa y se limpió las manos para ir a abrir. Cuando lo hizo, casi se hace en los pantalones al ver quién era: Baekhyun.
Esto no puede ser nada bueno...
-¡Kyungsoo! -exclamó el castaño entre una mezcla de asombro y enfado- Entonces es cierto -dijo reparando en las ya no tan notorias heridas en el rostro de Kyungsoo-. No lo puedo creer -Baekhyun entró airado al departamento y lanzó su abrigo contra una de las sillas.
Kyungsoo presuroso iba a comenzar a justificarse, en el momento que el moreno se asomó en la sala e hizo su aparición. Iba despreocupado, sólo con unos pantalones y una toalla alrededor del cuello, sin percatarse de la presencia de Baekhyun.
-Hyung, ¿está listo..? -alcanzó a decir cuando de pronto vio al mayor de todos aproximarse a él y no parecía muy contento.
-Contigo quería hablar -le dijo quitándole espacio personal, a lo que el moreno no hizo más que alejar su cabeza y arquear un ceja de forma pedante.
-¿Qué pasa? -Jongin haciéndose el desentendido, pasó por el lado del castaño y fue sentarse a la mesa.
Kyungsoo estaba nervioso, no le gustaba enfrentar a su primo por muchas razones y Jongin no estaba poniendo de su parte. A pesar de ello, tenia que hacerlo si quería quedarse allí. No era el momento de irse. No.
-¿Cómo que qué pasa? -preguntó irritado, mientras que Jongin seguía sin prestarle la atención que reclamaba y jugaba con un pedazo de pan que había encontrado. Baekhyun sacudió su cabeza molesto y finalizó- Me llevó a Kyungsoo -sin embargo, antes que el menor pudiera contradecirlo, Kyungsoo intervino.
-No -Baekhyun volteó a verlo-. Ya le dije a Junmyeon-hyung que estoy lo suficientemente grande para decidir por mí mismo.
-No, no lo estás. Hablé con mi tío.
Golpe bajo.
-Te espero abajo.
El trascurso hacia el departamento había sido silencioso. Kyungsoo no tenía ganas de hablar en estos momentos, es más no podía decir nada, sin pensar que podría arrepentirse más tarde. Se sentía traicionado por Baekhyun. Nunca esperó que fuese a recurrir a eso. Perdido en el paisaje que le brindaba la ventana del taxi, podía percibir las furtivas miradas de lástima que le dedicaba Baekhyun de vez en vez. Sabía que Baekhyun se estaba mortificando por dentro por lo que había hecho, pero también sabía que no se arrepentía de ello. Lo hacía por su bien. Se justificaba, y lo entendía, mas no lo compartía. Sentía como de nuevo tenía que hacer lo que le decían, y no lo que él quería. No tenía derecho a voz ni voto. Tenía mucha rabia, porque había sido el peor momento para marcharse del departamento de Jongin. Ahora que las cosas habían cambiado.
Justo ahora. No es justo.
Sin embargo ya casi no importaba. Todo se había arruinado
Al llegar al apartamento de Baekhyun, Kyungsoo entró cabreado y tiró sus pertenencias sobre el sofá, sin decir palabra. Junmyeon que se encontraba allí en ese momento, sorprendido veía como el menor comenzaba a acomodar -o lanzar- sus cosas dentro del armario junto a la cocina que antiguamente le perteneció. Ni siquiera se había molestado en saludarlo. El mayor miró interrogante a su compañero de piso, pero éste simplemente negó con la cabeza y suspiró cansado.
-Kyungsoo tenemos que hablar -habló el castaño suavemente.
-Ahora no hyung -Kyungsoo controló su tono voz, de modo que no sonará tan molesto como lo que realmente estaba.
-Tú sabes porqué lo hice -Baekhyun se acercó más a él hasta sentarse en el sofá junto a los bolsos del menor.
-Sí -respondió, a la vez que se giraba para ver a su primo de frente-, pero hyung, a pesar de lo que crees yo estaba bien. Mi vida por primera vez estaba yendo bien. Ir a EXO con Jongin es algo que realmente me gusta. Lo disfrutaba mucho -hizo una pequeña pausa y prosiguió-. Además quiero que la gente deje de decirme qué hacer. Hyung, por favor no seas tú una de esas personas. Tú no... -agachó la cabeza y siguió con la tarea de acomodar sus pertenencias en el pequeño armario.
Baekhyun se mantuvo en silencio un momento, sin saber muy bien que decir.
-Por supuesto que no quiero ser una de esas personas. Kyungsoo sólo quisiera que confiaras en mí, pero más aún, quisiera que seas capaz de darte cuenta tú solo de lo que haces -el menor una vez más detuvo su labor y apretó una de las prendes que ordenaba.
-Entonces deja que lo descubra por mí mismo.
Baekhyun meditó unos segundos y luego chilló frustrado.
-Está bien, pero trata de controlar las estupideces que haces. Sabes que me preocupo. Siempre terminas haciendo lo que quieres conmigo ¡mocoso! -el castaño agarró un par de calcetines que tenía al alcance y se lo lanzó divertido al más bajo, quién lo esquivo con mucha facilidad- No le diré nada a mi tío, ¿sí? -Kyungsoo sonrió ampliamente tras escuchar aquello- Puedes hacer lo que quieras, pero aún así debes vivir conmigo. Dame ese beneficio -el menor asintió. Baekhyun nunca le fallaría.
-Aún así, no creo que debas preocuparte mucho por EXO... no estoy seguro si vuelva a ir... -añadió con amargura. Antes tenía algo que resolver.
-¿Eso es cierto? ¡Ojalá!, pero bueno, ahora deja esas cosas, lo haces más tarde. Vamos a comer algo.
Ese día no volvió a ver a Jongin. Algo andaba mal y necesitaba solucionarlo urgentemente, ya que de lo contrario su día no podría funcionar correctamente. Es por eso que esa mañana, después de desayunar iría a ver a Jongin a su departamento. Probablemente lo encontraría allí, ya que a esas horas aún solía estar durmiendo. Las cosas no estaban bien entre ellos y eso lo estaba volviendo loco.
No obstante sus planes se vieron estropeados para variar, cuando sintió como alguien abría la puerta. Tanto Kyungsoo como Baekhyun y Junmyeon quedaron viendo extrañados la entrada, al notar como nadie entraba por ella. De pronto sólo una cabeza se asomó y el corazón de Kyungsoo dio un brinco.
-¿Puedo entrar? -preguntó entretenido el moreno con su habitual sonrisa socarrona.
«-Te espero abajo.
Sin más que decir, Baekhyun tomó su abrigo y salió del departamento. Kyungsoo apretó sus puños con fuerza hasta dejar sus nudillos blancos. No había nada que pudiera hacer. Si su papá se llegará a enterar de todo lo que estaba haciendo, si quería podría llevárselo lejos de esa ciudad, sin derecho a protestas, pero al juzgar por el tono que utilizó su primo, no era el caso. Aún. Su padre sólo debía saber lo justo y necesario para obligarlo a volver a vivir con Baekhyun.
-Supongo que no estarás considerando la posibilidad de irte, ¿cierto? -Jongin de pie junto a la mesa llamó su atención haciéndolo reaccionar.
-No tengo otra opción. Lo siento -Kyungsoo se movió con intención de recoger sus pertenencias, pero fue frenado por una mano que lo tomó fuertemente del brazo.
-¿Cómo que no tienes otra opción? ¿me vas a dejar solo? -el mayor bajó la cabeza sumiso y murmuró un sencillo “Lo siento”, haciendo que Jongin arrugara el ceño indignado- Entonces, ¿cada vez que tu papá ordene algo, tú lo harás a ojos cerrados? ¡Demonios! Quédate conmigo hyung -compungido el más bajo volvió a negar con la cabeza.
-No puedo. Podría ser peor... -Kyungsoo seguía sin levantar la cabeza.
Esto se estaba poniendo ridículamente dramático.
-¿Peor? ¡¿por qué no creces de una buena vez?! ¿qué es lo qué eres? Decide por ti mismo. Dime, ¿quieres irte o quedarte aquí conmigo? -Jongin esperaba esa respuesta que nunca llegó. Y entendió; Kyungsoo se iría.
El moreno lo soltó con brusquedad y fue a su armario en busca de algo de ropa.
-Ya veo... al parecer yo soy tu mala influencia, ¿no? Seguramente pronto te prohibirán juntarte conmigo, así que por qué no hacemos esto más fácil y no nos volvemos a ver, ¿sí? Ésta será la maldita última vez que nos veamos -el menor terminó de ponerse las zapatillas y se dirigió hacia la puerta-. Suerte. Adiós hyung -Jongin salió del departamento seguido de un fuerte portazo.
Todo se había ido a la mierda.»
Una mezcla inexplicables sentimientos atacó a Kyungsoo al momento de ver el rostro de Jongin. Sorpresa, culpa, molestia, nostalgia, vergüenza, alegría y por sobre todo alivio, ya que ahí estaba de nuevo frente a él. Una imperceptible sonrisa se dibujó en sus labios.
-¿Puedo? -volvió a preguntar.
-Claro que puedes, ¿por qué preguntas? -había respondido Junmyeon, quien se encontraba junto a Baekhyun sentado en la mesa, mientras desayunaban. Jongin en ese momento recién ingresó al departamento y se sentó pesadamente sobre el sofá. A pesar de aparentar su usual postura fresca, Kyungsoo notó algo diferente.
-Bueno, porque en esta casa todos me odian, ¿no? -rió despacio, y su mirada se dirigió tímidamente hacia Kyungsoo, pero de inmediato la apartó sin ser capaz de sostenerla. Kyungsoo suspiró volviendo su atención a su café.
-Por supuesto que no, no seas idiota -dijo Baekhyun, mientras se ponía de pie yendo hacía la cocina -. Siéntate a desayunar. Sé que eso quieres. Voy por una taza y cubiertos.
Jongin se levantó y fue a sentarse justo a un lado de Kyungsoo. Sin decir nada, sin tocarse, sin mirarse. El ambiente estaba tan tenso que incluso Baekhyun y Junmyeon fueron capaces de darse cuenta.
-Y... Jongin, ¿qué haces levantado tan temprano por tu propia cuenta? -preguntó el mayor de todos tratando de amenizar la comida. El moreno con los codos sobre la mesa, llevó una de sus manos a su cara y restregó sus ojos cansadamente.
-Anoche... anoche no dormí bien.
Kyungsoo conmovido sencillamente lo miró por el rabillo del ojo.
Yo tampoco.
Terminaron de desayunar y Kyungsoo se dispuso a retirar las cosas de la mesa, en tanto Baekhyun y Junmyeon se levantaban para ir a buscar y reunir sus cosas para ir a la universidad. Kyungsoo tomó un par de tazas, pero de pronto sintió un corriente eléctrica recorrer su cuerpo cuando su mano entró en contacto con la de Jongin.
-Te ayudo -el más bajo asintió. Era la primera cosa que le decía directamente en toda la mañana.
Una vez en la cocina, con los trastos sucios en el lavaplatos, Jongin volvió a abrir la boca.
-Lo siento -Kyungsoo se volteó a verlo de frente con sus enormes ojos-. Lo siento -volvió a decir-. No quise decir todo lo que dije ayer. En serio lo siento -el mayor le sonrió gentil, moviendo su cabeza en negación.
-Muchas cosas que dijiste son ciertas. Está bien. Tenías razón.
-¡No! No esta bien -el moreno se acercó a él, luciendo desesperado-. Estaba molesto, ya sabes... no era en serio lo de acerca de no volverte a ver. En serio no lo era -Jongin se acercó aún más a él, inseguro, y sostuvo dulcemente uno de los dedos de Kyungsoo con el suyo. El mayor rió feliz.
-Ahora estás aquí, ¿no? -Kyungsoo terminó lo que Jongin había empezado y entrelazó sus manos por completo- Ahora sé que no era en serio.
Jongin sonriendo ampliamente, lentamente acortó la distancia entre ellos y volvió a juntar sus labios con los del mayor en un casto beso. Al parecer ya no necesitaban ni preámbulos, ni palabras entre ellos para empezar ese tipo de acciones. Era natural e inevitable para los dos. El menor no encontró ningún signo de resistencia, es más, cuando lo hizo la cabeza del más bajo estaba tildada levemente hacia arriba haciendo su tarea más fácil. En un principio, el roce fue casi tan sutil que fue apenas perceptible, pero con fingida paciencia se fue volviendo más profundo.
En ese momento escucharon un ruido del otro lado de la sala, avisando que alguien se aproximaba a la cocina. Rápidamente Kyungsoo alejó a Jongin de él, dejando a éste en un evidente estado de confusión.
Baekhyun silbando despreocupadamente entró a la cocina, pero de pronto reparó en el incómodo ambiente.
-¿Uhm? ¿Qué pasa? -el castaño observó a ambos chicos curioso. El moreno algo molesto simplemente agachó la cabeza viendo hacia otro lado- ¿Están discutiendo?
-No, no es nada -Kyungsoo le sonrió-. ¿Qué buscas? -Baekhyun lo miró entrecerrando los ojos.
-Mmm, bueno. Sólo vine por un vaso de agua.
Baekhyun hizo lo que dijo y abandonó la estancia, dejándolos nuevamente solos.
-¿Qué fue eso? -preguntó serio Jongin viéndolo fijamente con su cuerpo ligeramente afirmado sobre la encimera- ¿No quieres que nos vean? -el mayor algo sorprendido en un inicio por el inesperado enojo del menor, ahora le sonreía travieso.
-Algo así, pero no por lo que tú crees -esta vez fue Kyungsoo el que se acercó a Jongin. A un paso torpe, por los nervios, pero decidido.
-¿Entonces? -dijo el menor enarcando una ceja.
-Quiero hacerlo más divertido -intentando perder la timidez de siempre y con su manos temblando levemente, el más bajo tomó a Jongin de la remera a la altura del abdomen y lo atrajo suavemente más hacia él. Kyungsoo pensaba en lo difícil que era ser el de la iniciativa. En serio se estaba esforzando-. Quiero que sea un secreto entre nosotros -susurró bajito con ojos brillantes y las mejillas ligeramente encendidas-. Las cosas son más entretenidas cuando se hacen a escondidas, ¿no crees? -Jongin lo vio desconcertado por un momento; aquello no era propio de Kyungsoo, pero al instante, sin poder evitarlo una media sonrisa apareció en su rostro.
-¿Seguro que es por eso?
-Ellos no tienen porqué saber todo -dijo encogiéndose de hombros.
Jongin rodeó la cintura del más bajo y le sonrió pícaro. La sensación de vértigo apareció en el estómago de Kyungsoo nuevamente. Esa agradable sensación que era única y exclusivamente provocada por Kim Jongin.
-Oh, está bien -respondió el moreno con expresión sabionda-, pero... ¿qué se supone que no deben saber, eh? -Kyungsoo se sonrojó fuertemente. El estúpido de Jongin estaba jugando con él, obligándolo a decir cosas vergonzosas.
-No lo sé -Kyungsoo intentó inútilmente aflojar un poco el agarre, pero Jongin lo sostuvo más fuerte-. Lo estoy intentando, no me lo hagas más difícil, ¿sí? No estoy acostumbrado a esto -sentenció enfurruñado y rojo hasta las orejas. El menor le sonrió coqueto.
-Entonces déjame ayudar a que te acostumbres.
El moreno comenzó a acercarse para sellar sus labios nuevamente con los del mayor, pero otra vez advirtieron como alguien se acercaba a la cocina. Era Junmyeon. Ahora ambos se soltaron al mismo tiempo e intentaron disimular divertidos.
-¿Vieron a Baekhyun? -preguntó despistado el mayor, sin entrar completamente a la cocina. Los otros se miraron con complicidad y negaron con la cabeza- Gracias -alcanzaron a escuchar y Junmyeon ya había desaparecido.
Jongin rió fuerte.
-Tienes razón, es divertido -el moreno, entonces, tomó a Kyungsoo de una de sus manos y tiró de él-. Ahora salgamos de aquí. Estuvo bien de las interrupciones. ¡Vamos!
Un estúpido secreto entre tú y yo...
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