Autor: yvarlcris
Título: Giro inesperado
Fandom: Hawaii 5.0
Pareja: Steve/Danny
Categoría: Angst.
Advertencias/Spoilers: Slash/Ninguno… Bueno... salvo las muertes de algunos personajes secundarios
Resumen: Steve y Danny tienen que afrontar adversidades y parece que nunca podrán ser felices. ¿Lo conseguirán? SLASH
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, si fuesen mío, esta serie dejaría de ser para todos los públicos y Steve y Danny serían incapaces de tener sus manos quietas… Seguro que hacían exámenes más que exhaustivos de las escenas del crimen (y los de la científica estarían hartos de encontrarse con su ADN por todas partes)
Betas: Mi amadísima Jenny_anderson, que me ha ayudado con varios aspectos de la trama y con el título (Pero ¿qué haría yo sin ti?)
Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Capítulo 15
Steve se levantó temprano con la idea de ir a la base, sin embargo, sabía que Danny se iba a enfadar si hacía algo así. Caminó en silencio por el pasillo de aquella casa sin poder evitar asomarse a la habitación en donde su amigo dormía. Éste había sacado al pequeño Charles de su cama y lo había llevado con él, aferrándolo con fuerza mientras dormía. El miedo y la angustia de que algo malo le sucediese patentes en la postura.
Quiso acercarse y jurarle al rubio que no iba a permitir que nada ocurriese, pero tal vez aún era pronto. El detective estaba siendo muy comprensivo, a pesar de las circunstancias como para arriesgarse a estropearlo todo.
Bajó las escaleras y encontró a Grace.
-Buenos días- dijo.
-¿Sigue respirando Charles? Danno puede llegar a asfixiarte si su instinto de protección se descontrola.
-No, duermen plácidamente.- El marine prefirió no preguntar cómo era que la niña sabía que se había detenido a observar al rubio. Tal vez era demasiado evidente por la sonrisa que seguro que había lucido al entrar en el salón. Una sonrisa que no recordaba haber esbozado en mucho tiempo.- Has madrugado mucho.
-No podía dormir, la verdad es que la tarde de ayer fue demasiado emocionante para mi gusto, por un momento creí que perdería a Danno y a Charles. Supongo que ha sido una suerte que estuvieses ahí para ayudar.
-Tu padre se las puede arreglar solo perfectamente- dijo Steve, y no por quedar bien, sino porque sabía de sobra que era cierto.
-Lo sé, pero siempre es bueno poder contar con ayuda extra.
Del piso de arriba les llegó el sonido de una risa infantil.
-¿En serio? ¿Esas tenemos? Ahora verás- se oyó decir a Danny.
Grace dirigió una sonrisa a Steve, quien decidió que eso era lo que quería en su vida. A Danny, a su familia… quería levantarse por las mañanas oyendo los juegos del rubio con Charles.
-¿Por qué he tenido que echarlo todo a perder?- se dijo en voz baja. Grace le dio unos suaves golpecitos en el hombro.
-Tal vez no sea tarde para recuperarlo, simplemente no lo estropees esta vez.
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-Danny, me encanta tu despacho. Tiene un aire tan de cine negro de los cincuenta…
Chin puso los ojos en blanco y se inclinó sobre el teléfono que reposaba en la mesa y a través del que se comunicaban con sus antiguos compañeros del 5.0.
-Lleva así desde que llegó. ¿Vais a tardar mucho en venir?
-Dejaremos a Steve cerca de la base, ahora que nos habéis confirmado que todavía no sospechan nada, y luego iremos hasta allí.
-Muy bien, hablaremos cuando vengas.
La conexión se cortó y Steve dirigió una mirada preocupada a su amigo, no habían hablado en toda la mañana, incomodados con la actitud de Charlotte, quien se había mostrado especialmente amable y solícita aquella mañana.
Por supuesto, Grace había manifestado su desaprobación por esa actitud en forma de bufidos y malas caras, mientras Danny fruncía el ceño intentando comprender lo que ocurría y Steve intentaba controlar sus ganas de matar a aquella mujer.
Por suerte, Charlotte necesitaba ir de compras tras la terrible experiencia del día anterior.
-Danny… - comenzó el marine antes de bajarse del Ford.
-Ya hablaremos, ahora no, hay muchas cosas en las que pensar…
El moreno asintió.
-Ten cuidado. Llámame en cuanto sepas algo.
-Sí, sí, descuida, lo haré.
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-¿Qué haces tú aquí?- quiso saber Danny mientras abrazaba a Kono y a Chin.
-¡Vaya! Yo también me alegro de verte- dijo Barry ladeando la cabeza-. Eso me pasa por ser un amigo preocupado.
-No es eso, simplemente me sorprende verte.
-Barry ha venido a ayudarnos con lo que ha podido averiguar sobre el caso- informó Kono-. Danny, ¡qué bien te veo!- la Hawaiana sonrió al ver que su amigo había recuperado su antigua expresión, que su sonrisa volvía a ser casi la misma de antes.
-Como seguramente sabes ya- dijo el teniente con fingido reproche-, en el archivo de la policía no hay nada que pueda servir de ayuda, pero he conseguido hablar con Lonelay y Boyle. Collins ya me ha dicho que ha hablado contigo.
-¿Has averiguado algo nuevo?-Danny ni se molestó en decir nada, sabiendo que Barry ya era consciente de que el tal Ron no le importaba nada al detective en el momento en que le pidió acceso al archivo.
-¿Recuerdas que Collins mencionó que probablemente hubo un chivatazo?- preguntó Jennifer.- Pues era cierto. Tu amigo “el comadreja” ha hecho algunas preguntas.
-¿Comadreja?- quiso saber Chin
-Un ex drogadicto para quien Danny encontró utilidad- contestó Barry.
-No era mal tío, solo se juntó con quienes no debía y hace un gran trabajo como espía para mí. No merecía ir a la cárcel.
-No sé por qué no me sorprende- bromeó Kono.
-De todas formas, no debiste ir tu sola, buen tío o no, el comadreja te come con los ojos cada vez que te ve- le regañó el detective a su ayudante. Ésta puso los ojos en blanco
-Razón de más para ir a hablar con él. Te tiene mucha estima y está más que dispuesto a ayudarme.
-Probablemente crea que tendrá un premio, después- Danny conocía bien los ardides de su compañera. Quien sonreía triunfal.
-El pobre se va a llevar una decepción.
-No querrá trabajar más conmigo.
-Mejor. No me gusta cómo me mira.
-¿Pero será posible?- se desesperó el rubio- ¡Eres imposible! En fin, ¿qué ha dicho?
-Nos dio el nombre de varios posibles soplones, gente que estaba en contacto con Ricky, el jefe de la banda de narcotraficantes.
-Sí, pero la mayoría están en la cárcel, o han muerto- anunció Kono, que ya se sentía como en casa mientras navegaba por la red de datos.
-Habrá que ir hasta la cárcel, entonces, ya que los muertos no van a ser de mucha ayuda- dijo Chin.
-Muy bien, iremos hasta allí y…
-De eso nada, Danny. Iremos Chin y yo- dijo Kono-. No podemos arriesgarnos a que se descubran vuestros movimientos.
-De acuerdo. ¿Y mientras qué hago yo?- Jennifer carraspeó al oír a su jefe- Nosotros. ¿Qué hacemos nosotros?
-Tú nada, porque te están siguiendo de cerca- comentó Chin, quien resultaba casi desconocido sin sus eternas camisas hawaiianas-. Lo mejor es que busques a Steve y le digas que aún no lo han relacionado con tu huida.
Danny dirigió una mirada interrogante a sus compañeros.
-Ayer seguí a ese tal Briggs- informó Jennifer intentando no dejarse afectar por la mirada de reproche de su jefe.
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Charlotte se debatía entre dos vestidos mientras pensaba en lo que había ocurrido en pocas horas. Además de su secuestro, había aparecido aquel hombre y sus planes se habían empezado a estropear.
Porque simplemente con verlos, se había dado cuenta de que había más que una historia de amistad. Simplemente con fijarse en la forma en que se miraban, en la manera en que los ojos del tal Mcgarret buscaban a los del detective. Y por si eso no fuese suficiente, estaba la conversación que había escuchado esa misma noche.
No parecía que fuesen a estar separados mucho tiempo más, a juzgar por su lenguaje gestual. Danny estaba cómodo con su amigo allí y, aunque quería mantenerse firme en su postura de no sucumbir, era más que evidente que su corazón era más fuerte que él.
Hubo un momento, durante el desayuno, en que el comandante había colocado su mano tras el cuello del rubio, y se miraron con tal intensidad que, por un momento, la mujer creyó que iban a besarse.
Eso, era un problema.
Y tendría que encargarse de ello antes de que sus planes fracasasen.