Autor:
yvarlcris Título: Giro inesperado
Fandom: Hawaii 5.0
Pareja: Steve/Danny
Categoría: Angst, y supongo que un AU clarísimo.
Advertencias/Spoilers: Slash/Ninguno… Bueno... salvo las muertes de algunos personajes secundarios
Resumen: Steve y Danny tienen que afrontar adversidades y parece que nunca podrán ser felices. ¿Lo conseguirán? SLASH
Mis musas
cellyls y
jenny_anderson, que sepais que por vosotras es por lo que mi Jennifer es tan especial
Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 -Buenas tardes, ¿desea algo?- Jennifer no pudo evitar dejar que su mirada se recrease en lo que tenía frente a ella.
-Estoy buscando a Daniel Williams.
La muchacha asintió sin sentirse muy capaz de apartar la vista de aquel atractivo rostro. Su cerebro le informó de que debería decir algo, sobre todo después de que el “adonis” en particular carraspease, incómodo bajo aquel escrutinio.
-Ahora mismo no está- y en ese momento Jennifer se dijo a sí misma que ese retraso sería extraño de no haber visto a su jefe en aquel estado depresivo horas antes. Por supuesto, y como no podía ser de otra manera aunque solo fuese para dar la razón a Murphy, ese día era cuando más posibles clientes aparecían.
-Es muy urgente que lo localice. ¿Sabe cuándo vendrá?
-No, de hecho, lo raro es que no esté aquí ya. Si no le importase esperar a mañana…
-No puede ser. Tengo que hablar con él, ahora.
-¿Qué pasa hoy con los impacientes? No sé dónde puede estar, lo siento. Está trabajando y tanto puede aparecer ahora como no aparecer en toda la tarde.
-¿Impacientes? ¿Es que acaso ha venido más gente preguntando por él?
-Claro- Jennifer pensó que, aunque guapo, el hombre no parecía muy espabilado. Ese era el despacho de Daniel Williams, un detective privado, así que lo más obvio era que la gente fuese allí preguntando por él.
-Escuche, es muy urgente que hable con él. ¿Podría hacerme un favor? ¿Puede darle un recado de mi parte en caso de que llame por casualidad?
Listo o no, el hombre era un bombón y Jennifer estaba dispuesta a hacerle todos los favores que pidiese.
-¡Claro!- contestó con lo que esperaba que fuese una sonrisa seductora.
-Dígale que me llame lo antes posible, que es muy importante que lo haga y, sobretodo, que no confíe en nadie. Mi nombre es Steve Mcgarrett y…
¿Qué pasaba últimamente con su infalible instinto SEAL? Jennifer agarraba el puño con el que acababa de golpear al moreno mientras contenía una mueca de dolor.
-¿Urgente? ¿Confiar? ¿Cómo puede siquiera pronunciar esa palabra después de lo que ha hecho?
Steve parpadeó, sorprendido. No es que no le agradase saber que Danny contaba con amigos tan fieles, pero como esto siguiese así tendría que ir pronto al dentista.
-Váyase de aquí- le dijo la chica con rabia-, no quiero verle jamás cerca de Danny. No después de todo lo que ha ocurrido.
-No sé quién eres, pero te aseguro que tienes razón. No tengo derecho a estar cerca de él, ni a dirigirle la palabra. Pero déjame que te explique algo y luego decides si me ayudas o no.
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Danny exhaló un suspiro antes de entrar en casa. Normalmente, ese era uno de sus momentos favoritos del día: Grace estaría viendo la televisión o haciendo los deberes, él iría a darle las buenas noches a Charles, quien le enseñaría su último dibujo- o más bien sus últimos diez dibujos- antes de pedirle que le leyese un cuento. Más tarde, padre e hija compartirían la cena mientras hablaban de cómo habían pasado sus respectivos días.
Con Charlotte allí, todo cambiaba. Y más ahora que sus acercamientos eran cada vez más evidentes, provocando la ira de Grace. Danny se culpaba por ello, tal vez últimamente estaba siendo más receptivo ante las proposiciones de la mujer. Estaba claro que nunca podría estar con alguien a quien amase, pues éstos siempre acababan cansándose de él y abandonándolo, así que, al menos no tendría que estar preocupado por la custodia de los niños…
Tan absorto estaba en sus preocupaciones que no se dio cuenta de que la puerta estaba abierta hasta que sus dedos la rozaron. Aterrado, se lanzó al interior en donde fue recibido por el más absoluto de los silencios y un ligero desorden.
El aire le faltaba, su corazón latía con tanta prisa y tan fuertemente que creía que se le iba a salir del pecho en cualquier momento. Sabía que si no conseguía tranquilizarse resultaría de poca ayuda. Comenzó a examinar su casa intentando calmar el temblor de sus manos cuando su teléfono sonó.
-¿Detective?
-¿Quién es?
-Eso da igual. Ha resultado ser un incordio y he decidido advertirle y explicarle cómo irán las cosas a partir de ahora. Pero antes, hay alguien que quiere hablar con usted.
El silencio que se produjo después no pudo durar más que unos segundos, pero al rubio le parecieron interminables y angustiosas horas.
-¡Daniel! ¡Esta es la gota que colma el vaso! Sácame de aquí o te enterarás de todo lo que mi abogado puede hacer. Y, por supuesto, olvídate de los niños.
Danny cerró los ojos, aquello no podía estar ocurriendo. Cogió aire y lo soltó muy despacio.
-¿Charles está contigo?
-No. Han desaparecido mientras unos brutos me secuestraban.
El detective suspiró aliviado y agradecido por el día en que se le ocurrió elaborar un plan huida para emergencias que decidió compartir con la canguro. Definitivamente, Sarah merecía una buena propina.
-Bueno, tranquilízate. Te sacaré de ahí- dijo mientras una parte de su mente le decía que probablemente los secuestradores acabasen arrepintiéndose de haberse llevado a la mujer y que la devolverían pronto… y bueno, si decidían quedársela tampoco es que importase demasiado. Se reprendió a sí mismo, Charlotte era familia de Charles, y el niño era su familia, no se abandona a la familia. La voz del hombre volvió a sonar al otro lado de la línea.
-¿Sigue ahí?
-¿Qué es lo que quiere?
-Nada raro, detective. Sólo esperábamos que tuviese la amabilidad de venir para que tengamos una agradable charla, un intercambio de opiniones sobre eso que investiga.
-Ya, claro. “Intercambio”- comentó el rubio con sarcasmo.
-En breve le enviaré una dirección y una hora. Tenga mucho cuidado ahora de con quién habla, le estamos vigilando.
Danny pensó deprisa. Los teléfonos estarían pinchados, sin duda. Y tenía que asegurarse de que Charles y Grace estaban bien. Se dirigió al coche y condujo sin rumbo hasta llegar a un parque aleatorio. Allí, se dirigió a una cabina y marcó un número con la esperanza de que nadie hubiese pensado en aquella opción.
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-El pequeño haole está en problemas.
Chin y Kono levantaron la vista de sus platos de comida y se encontraron con el preocupado rostro de Kamekona.
-¿Cómo dices?
-Ha llamado diciendo que en San Francisco apenas hay sitos donde incluyan la pizza con piña y que jamás creyó que la echase tanto de menos.
Los primos se miraron. Danny manifestando aprecio por la piña en la pizza era la señal que habían convenido para el supuesto caso de que hubiese problemas y él o su familia corriesen peligro. Habían instaurado esa clave tras el secuestro de Grace, puesto que de ningún modo iban a permitir que se volviese a repetir eso de no saber nada de Danny ni de lo que ocurría en realidad.
-También ha insistido en que tiene ganas de un par de brochetas de gambas de las mías- añadió el hombre, confuso-, pero que yo sepa eso no significaba nada, ¿no?
-¿Brochetas de gambas? ¿Habías pactado tú algo con eso?- dijo Kono extrañada.
-Brochetas… brochetas…- repetía el teniente tras negar con la cabeza- ¡Lo tengo! Las brochetas son comida ensartada en unos pinchos, ¿no?
-Sí, pero… ¡Claro! ¡Pinchos! ¡Le han pinchado el teléfono!- Kono sonrió orgullosa- Ese es nuestro Danny- dijo mientras cogía su teléfono y marcaba el número de Grace. Cuando la niña contestó, le llegó el sonido de un aparato de música de fondo.
-¡Hola Kono! ¡Qué sorpresa!
-Grace. ¿Estás bien? ¿Dónde estás?
-En casa de una amiga, ¿por qué?
-Sólo quería saludarte, preguntarte cuándo vendrías de visita. Danny ha llamado diciendo que tiene ganas de un trozo de pizza con piña.
La adolescente apenas pudo reprimir una exclamación.
-Espero que pronto, tía Kono- a pesar de su miedo, la niña tenía muy claras las indicaciones de su padre para esos casos.
-Muy bien. ¿Y cómo os va todo? ¿Cómo está Charles?
-Pues bien, ahora está en casa, con la canguro. De hecho iba a llamar ahora mismo para saber si todo está bien.
-Seguro que Danny ya está en casa.
-No creo, tenía trabajo.
-Muy bien, pues te dejo. Chin te envía saludos. Dale un beso muy grande a Charles y otro a tu padre de nuestra parte.
-Se los daré.
Grace colgó a toda prisa y miró a Lucy con urgencia tras apagar su propio teléfono.
-Necesito tu móvil.
Su amiga la miró sorprendida, pero aún así le tendió su blackberry rosa.
Tras hablar con Sarah y comprobar que el plan de huida había resultado un éxito, volvió a llamar a Kono para ponerla al corriente. Al parecer, la única que había desaparecido era Charlotte, y probablemente Danny había ido a buscarla, a pesar de que era una bruja asquerosa. También aprovechó para contarle que Steve había aparecido.
En Hawaii, los primos decidieron hablar con su antiguo líder antes de pedirle a su superior unos días de vacaciones adelantados.