Ayer mi padre nos trajo una falena.
Estaba todavía viva - tenía las alas anchas, abiertas, marrones. Cuatros anillos más oscuros, como ojos, en cada parte.
Era bellísima.
Tenía una hermosura conmovedora, demasiado frágil para este mundo. Demasiado triste. Nocturnal.
No sabíamos bien qué hacer con ella - la guardamos en una caja, esperando la noche.
Yo
(
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