Estos días estoy trabajando en Ayacucho, y anoche me tocó venir de Huanta a Huamanga en plena lluvia. Y entre el miedo al desbarrancamiento y la música serbia en la camioneta, la noche era intensamente oscura, de un negro limpio, con nubes oscurísimas bordeadas de matices azules y grises por la luz de una luna inmensa y brillante y la más bonita
(
Read more... )