iii.
Archie dejó de contestar sus llamadas hace un par de semanas. O un par de semanas le tomó darse cuenta, porque tampoco es que le llame demasiado. Intercambiaban mensajes de texto, si eso. Un par más de su parte que usual en los últimos días, además de un par de emails. De su parte. Quizá más llamadas. A Archie, sin respuesta; a su agente, a unos pocos amigos en común. Se hizo una puta cuenta de Twitter.
Es algo que va escalando, eso lo tiene claro. Escalando hacia dónde: ni puta idea. Tampoco está muy seguro de querer saber.
No sabe porqué acaba contándoselo a Neal. Quizá son el par de cervezas en el encierro del estudio; quizá es que Neal le sienta sobre uno de los parlantes de la guitarra y le pregunta qué mierda pasa, con su expresión de "nada de estupideces o te parto la cara”. Así que David le cuenta. A grandes rasgos. Tan grandes como puede sin acabar diciendo nada, porque realmente: ni puta idea.
Neal no le deja hablar más de un minuto. Le pega una palmada en la cabeza y lo levanta del brazo, arrastrándolo hacia la salida.
- Vamos al bar - dice a Kyle y Andy, que inmediatamente asienten y los siguen hasta la camioneta, expresiones igualmente de decididas, haciendo pensar a David "qué mierda" y "cuánto tiempo".
El bar es el mismo de siempre, siendo "siempre” desde "el principio del resto de tu vida te guste o no”, también conocido como "American Idol de la puta madre”. Es demasiado luminoso y colorido, demasiado caro. Echa tanto de menos a los viejos bares de mala muerte que apenas Andy pone en la mesa un par de vasos llenos, David los va bajando uno a uno, ignorando los insultos en su dirección. Tequila, martini, whisky. Whisky, martini…
El resto es un poco borroso y demasiado rápido. Sabe que está acurrucado en Andy, junto a él en la banca, que Andy tiene un brazo sobre su pecho. Sabe que está tratando de gesticular, porque le faltan palabras y eso es una mierda, porque a él nunca le faltan palabras. Sabe que Neal entorna los ojos, aunque no se los vea realmente, porque está al otro lado de la mesa, demasiado lejos.
- Eres imbécil - dice Neal. David le hace un gesto obsceno, aprovechando que tiene la mano levantada.
Él y Archie viven y trabajan en LA y no se han visto ni hablado en meses, perdónenlo por asumir lo obvio. Lo dice, aunque no está seguro de que salga muy claro. Andy se ríe bajo su espalda y Kyle está escondiendo la cara tras el vaso. David conoce ese gesto, todo eso. Hijos de puta. También lo dice en voz alta, casi lo grita, y siente el brazo de Andy alrededor de su pecho como un cable a tierra. Siente que va a salir volando en cualquier momento, que podría explotar si Andy lo suelta.
- El niño me va a volver loco - le dice entre dientes, en su cuello, porque Andy es Andy, tibio y más firme, menos borroso que todo el resto del bar; como un hermano, excepto que no, excepto que David ha tenido la mano metida en su pantalón, la lengua metida en su boca más veces de las que puede contar en este momento, considerando que las matemáticas nunca han sido su fuerte, ni siquiera sobrio.
Nope, no su hermano. David tiene muchos hermanos (menos uno), sabe de estas cosas. Neal es más como un hermano. A Neal nunca le tocaría nada, porque Neal es un hijo de puta.
Lo repite en voz alta y Neal hace un ruido entre "estúpido" y "por supuesto", pero todos le están mirando en silencio desde hace demasiado. Vale, no todos. Al resto del bar le importa una mierda qué hace el ex-Ídolo de América, cuando tienen un montón de rubias Californianas en faldas cortas y al último actor de moda metiéndose mano con alguien. A David mismo casi no le importa lo que está diciendo. Tiene los labios dormidos y la lengua le pesa.
- ¿Qué tan terrible es cagarle la vida a alguien que quiere que se la cagues? - pregunta.
Le parece que de pronto hubiese más silencio, pero el corazón de Andy sigue latiendo a su espalda, arrítmicamente al estruendo que aquí llaman música y Kyle se está pidiendo otra cerveza. Y Neal siempre está callado.
- Depende de cuánta mierda esté envuelta - contesta Andy sobre su cabello.
- No queremos detalles, Cook. Nada de detalles - Kyle le hace una mueca. David le tira una tapa de botella. Le da a Neal. Neal lo comienza a insultar y David se comienza a reír.
- Está envuelto un culo - dice, se encoge de hombros y el silencio se estira hasta que un par de tetas en el escote más grande del mundo llegan a atender la mesa, con una bandeja de botellas pequeñas.
David agarra una y trata de bajarla de a un trago. Se acaba mojando parte de la camisa y Andy tiene que quitársela. David lo deja, distrayéndose rápido entre las luces y la música y el ruido humano.
Archie quiere que esté envuelto un culo, al menos. O eso creía David. Quizá le entendió mal. Quizá le entendió bien, pero Archie ha encontrado algo mejor y ya no le interesa David. Lo cual es una mierda, porque David es mucho más que un culo. Pero probablemente es mejor que Archie haya cambiado de opinión. Probablemente lo mejor es que Archie siga con su vida y conozca algún… algún otro niño mormón Disney o algo así. Alguien como él. Alguien adorable y bueno y estúpidamente valiente. Alguien talentoso y honesto. Ojos grandes y voz profunda y sonrisa…
David está borracho, pero no lo suficiente para no sentir de golpe hacia dónde va todo esto. Y justo lo suficiente para que las náuseas le obliguen a cerrar los ojos y apoyar la frente en la mesa con un gemido.
- ¿Cómo estás? - los dedos de Andy en su nuca son maravillosos, pero no lo suficiente para quitarle el deseo de darse cabezazos.
- No tengo idea.
- ¿Cuán borracho estás? - pregunta Neal, con un aire desinteresado.
- Mucho - admite, metiendo los brazos bajo su cabeza y medio escondiendo la cara en ellos.
Kyle pide un vaso de agua en voz demasiado alta
- Vale - continua Neal, en su voz más neutral, que es casi increíblemente vacía de inflexión alguna - pero tienes que recordar esto, porque no te lo voy a volver a decir.
David abre los ojos con dificultad y apoya el mentón en sus brazos. Andy sigue acariciándole la cabeza. Sabe que está siendo patético y mañana le dará vergüenza, quizá. Pero eso ya será mañana.
Neal se apoya en la mesa con los brazos y le mira a los ojos.
- Lo único que nos importa, pendejo de mierda, es que seas feliz. Y ahora no eres feliz. Así que ya ve arreglándolo.
Las náuseas suben de su estómago a su cuello, pero no pasan de un nudo que aparece de pronto. Al aire también le cuesta cruzar. Se endereza, tratando de ignorar lo caliente que empieza a sentirse su cara y al mareo que arremete con furia.
- Awww, ¿me quieres? - bromea, cruzando los brazos frente a su pecho. Neal bufa, abre la boca, pero Andy habla antes.
- Te amamos, Cook - dice, sin los tapujos que nunca ha tenido.
Kyle empuja el vaso de agua hacia él y Neal le está mirando fijamente, sin hacer morisquetas. Le están dando un momento, comprende. Hijos de la gran puta.
- Yo también - dice, admite, con una sobriedad que no siente -. Yo también.
- Si te pones a llorar te dejamos aquí y si te violan lo echamos a practica para tu futuro matrimonio - advierte Kyle. Los cuatro se ríen.
- Que te den por culo - contesta fácilmente, cogiendo el vaso de agua.
- ¿Quieres? - pregunta Andy, con una sonrisa pícara, antes de inclinarse en la banca y besarle con demasiada lengua y poca coordinación.
Lo han hecho antes, pero nunca frente a Neal y Kyle y medio mundo, en un bar hollywoodense de exagerada alta alcurnia donde cualquiera podría tomarles un foto, filmar un video, algo. Nunca tan casualmente, como cualquier otro gesto o palabra. David le agarra del cabello y se aprieta contra él. Kyle chifla y Neal hace arcadas, pero sin veneno. Siguen riéndose. Riéndose de él. A David no podría importarle menos.
- ¿Por los viejos tiempos? - murmura cuando Andy y él se separan, sólo lo necesario. David no quiere moverse. Andy es tibio, seguro y David ya realmente no sabe que va a pasar en cinco minutos, ni hablar de mañana, cuando el alcohol deje de fermentar en su sistema.
- Por los nuevos - contesta Andy, levantando su vaso tan brusco que la mitad del contenido acaba derramado en la mesa, un brazo firme alrededor de su espalda.
Brindan, ellos y Kyle y Neal, aunque David no está completamente seguro porqué. Por los viejos y nuevos tiempos; por el calor de Andy y la compañía, él. Por el futuro, cree. Teme.
*
Cuando se juntan, Johns y él, a veces terminan hablando de American Idol. No mucho y generalmente para sacarle al otro algo que no hayan mencionado antes, distintas perspectivas y todo eso. Obviamente David termina hablando de Archie. David habla de poco más estos días y siente que tiene la excusa. Si no puede hablar con él, hablar de él es una proyección bastante justificada.
Después de sus hermanos, Michael es una de las personas que mejor le conoce, así que no le sorprende cuando se queda callado de pronto. Sólo sigue hablando de la última vez que hicieron una broma a las chicas, en el tour, y Archie se rió tanto que le salió comida por la nariz y estaba tan avergonzado que casi se echa a llorar, aunque no podía parar de reír. David le sostuvo todo el rato, con ayuda de Cheekezie, para que no saliera corriendo. Brooke le hizo cosquillas.
David sigue hablando y hablando hasta que se le acaba el aire.
- Joder mierda puta, Cook - dice Michael, apenas David ha cerrado la boca, expresión contorsionada por algo horrible y lejano. David se ríe sin gracia.
- Tú lo has dicho.
Mike le sigue mirando, ojos muy abiertos, cigarro quemándose hasta que la ceniza se cae sola sobre la alfombra. David respira sobre sus manos, tratando de no esconder la cara entre ellas o golpear a Michael, porque de qué le serviría. El disgusto que Michael no se molesta en ocultar no es menos que el que David se merece.
- No sé qué pensar de ti - dice simplemente, después de todo el silencio, girándose hacia la pared con violencia. David siente a las náuseas agarrarle de los intestinos y darlos vuelta.
- No sé qué pensar yo de mí. Mierda - y su voz se corta a media frase, pero nada que no pueda ignorar, hacer como que no existe. Hay muy poco que no pueda reprimir, a estas alturas.
Michael se vuelve hacia él otra vez, igual de brusco, pero David no puede levantar la cabeza y mirarlo. No puede. Casi no puede respirar.
- Oh, mierda - murmura Mike y su voz ya no suena cubierta de desaprobación, sólo sorpresa. David le da una mirada de reojo, casi esperando un puñetazo merecido y le sorprende ver que Michael está sonriendo, con los ojos muy abiertos, pero sonriendo, casi riéndose -. No sólo te lo quieres tirar. Quieres llevarle a uno de esos karaokes hortera para escucharlo cantar la Vie en Rose o alguna mierda, regalarle flores y cogerle de la mano --
- Cállate, Johns - David se echa hacia atrás, estómago y cabeza como una montaña rusa, y Michael comienza a reírse dando palmadas en su rodilla.
- ¡Cook y Archuleta, sentados bajos un árbol --!
- Cierra la puta boca.
David se levanta, con la garganta tan apretada que no puede respirar sin jadear. Siente que tiene una piedra metida en la faringe y la piel le queda demasiado corta, le arden las manos. Le duele el pecho. Michael se levanta y le sigue hasta que David se detiene junto a la ventana, apoya las manos en la saliente y se esfuerza por hacer entrar aire. Gime, tratando de inhalar, como un estúpido animal herido.
Archie es un niño con un estúpido cuelgue. Él es un hombre supuestamente adulto que quiere... oh, Dios.
Quiere.
Oh, Dios.
Le toma más de un minuto sentir a Michael, con los brazos alrededor de él, murmurándole en el oído con el mentón en su hombro.
- Está bien, Davy. Está bien, hermano. Está bien.
- No está bien, Mike. No estoy bien - de la cabeza, en general. Toda su vida está patas arriba.
- Pero vas a estarlo.
Michael le guía de vuelta al sillón con una mano firme en su espalda. David no se mira más que las palmas, pero le oye pelear con el encendedor para encender otro cigarro.
- Archuleta tiene sus momentos - comenta Michael, al cabo de unos minutos, inhalando, exhalando.
- Mike.
- Todo lo que digo es que el chico no ha cambiado desde que salimos de la casa. Tú y yo estamos agarrándonos de los resquicios, pero el chico va por la vida como quién oye llover. Quizá es su iglesia, rara y todo. Quizá es sólo que tiene algo que tú le has visto y yo no. Aparte del culo.
- Vete a la mierda - le dice, pero riéndose.
El siguiente silencio es una bendición. Es cómodo, como siempre. Casi rutinario. David se concentra en el sonido de Michael haciendo nubes de humo, el ruido de los autos y gente y pájaros afuera, tras la reja que separa a la casa Johns del resto del mundo.
- Dave - empieza Michael, demasiado de pronto, en un tono delicado. Un tono que ya reconoce demasiado, del que está sobradamente harto -. Sabes que él no es...
- Él es - interrumpe, con los ojos fijos en la ventana -. Es.
O era. Para lo que David sabe, en la práctica, es que Archie era. Con lo que Archie dijo. Pero considerando lo que sabe, realmente sabe, de Archie en la casa, Archie en el escenario, en el bus, en el camino, en su vida… quizá es, en parte, lo que desea. Puede admitirlo. Eso. Putas cajas de Pandora y todo eso. Se lo traga con un respiro.
- Me cago en mi puta madre - contesta Michael, elocuentemente.
A David se le escapa una carcajada y entonces Michael está riendo con él, menos histérico, más honesto, divertido.
- No sé porqué me sorprende. Siempre estaban... -, Michael hace un gesto espasmódico en el aire con el brazo.
- ¿Qué?
- No sé. Archie no me dejaba ni darle palmadas en la espalda. Tú te podías hacer un koala encima de él y sólo se reía. Hablaba contigo. Esas cosas.
- En la casa - murmura.
- En la casa - Michael asiente.
David sabía. Desde la casa, obviamente, lo sabía. Que Archie le dejase abrazarlo, siquiera, era un lujo. Escucharlo de alguien más, alguien que no es un periodista o una fan delirante, es otra cosa. David coge el paquete de cigarros de Michael bruscamente, el encendedor. Michael le deja, con una expresión demasiado amable en la cara.
- Si él quiere y tú quieres… ¿qué estás esperando, tío?
- Es... mierda - a David se le caen los cigarros -. Es Archie. Mierda.
Se inclina a levantar la cajetilla, pero Michael le coge del brazo y lo obliga a enderezarse, a mirarlo. David siente que últimamente está dependiendo demasiado de esas guías físicas. Está como un niño que necesita que le lleven de la mano a todas partes.
Es triste, es lo que es. Patético.
- Te está comiendo por dentro, Davy - dice y David le empuja sin pensarlo, pero Michael sigue sonriendo, levantando ambas manos en un gesto "pacífico".
- No puedo hacerle eso - contesta, pasándose una mano por la cara, irritado -. Y no me llames Davy.
- Cookie - contesta, batiendo las pestañas. David se ríe y le da un puñetazo de broma en el hombro. Michael parece vagamente satisfecho cuando lo responde, sólo algo más serio -. No sólo por ti. Yo le veo bien, pero Carly lleva meses preocupada por el chico. Quizá me estoy equivocando. Quizá... - lo alarga y le vuelve a batir las pestañas en la cara - te echa de meeeeenos.
Michael se le empieza a trepar encima y fingir besitos frente a su cara. David lo empuja sólo a medias, riendo demasiado para hacer fuerza.
Stacey entra a la sala y levanta ambas cejas hasta casi el cabello. Michael no se le quita de encima. Ni siquiera deja de besarle la mejilla, baboseándole la cara.
- ¿Interrumpo algo?
- Cook es marica. - Tu marido es marica - dicen al mismo tiempo.
Stacey entorna los ojos, sonriendo, y saca el móvil para tomarles una foto. Michael le pone una pierna encima y David le coge el culo, irónicamente por hábito.
- ¿Alguna novedad? - pregunta ella, con un sarcasmo ligero y amable -. Digan whisky.
La foto es terrible. David sale doblado de risa, y la expresión de indignación de Michael es poética.
Stacey bromea, a medias, sobre mandarla a enmarcar.
*
DavidArchie Trata de dejar una luz encendida cuando me haya ido, que brille sobre la luz del día. Voz conocida en la radio jaja. Buena cancióoon.
about 3m ago via txt
thedavidcook Bien hecho. RT @DavidArchie: Trata de dejar una luz encendida cuando me haya ido, que brille sobre la luz del día. Voz conocida en la radio jaja. Buena cancióoon.
about 1m ago via UberTwitter
*
El móvil de David vibra mientras espera. Lleva toda la mañana así. Él tiene un día libre, Archie está en Los Ángeles. Si la montaña no va a Mahoma y todo eso. Carly y Michael parecen devotos a no dejárselo pasar, si fuese por necesitar una mejor razón.
Y por supuesto, el último mensaje de texto en su pantalla es de Carly.
[VAYAN POR UN CAFÉ O YA SABES COOK YA SABES]
David se ríe, resistiendo el impulso de tirar el móvil contra la pared.
[Existen las minúsculas Carly mierda.]
Una de las asistentas se acerca mientras está enviando el mensaje, con una sonrisa amable.
- Ya es hora de almorzar - dice, gesticulando para que David le siga hasta el estudio.
David le agradece y lo siguiente que oye, sobre la estática en sus oídos, es Archie exclamando en el micrófono apenas cruza la puerta. Aún están apagando el sistema y revisando detalles, aparentemente. Respira profundo, levanta la cabeza y descubre al chico mirándole fijo desde el otro lado del cristal, ojos muy abiertos en sorpresa y sonrisa muy, muy delgada, sin moverse, mientras el equipo comienza a salir dándole palmadas en la espalda. "Buen trabajo, David," - "Nos vemos después de almuerzo, una hora, ¿verdad?" - "¿Cierran al salir?"
Algunos saludan a David Cook (ex-American Idol[tm]) con más que un gesto. El guitarrista les mira a uno y otro alternativamente, a sus expresiones, antes de murmurarle a Dave: - no le quiebres, tío. Necesitamos terminar esto hoy, ¿vale?
A David se le escapa la risa como si se la hubieran sacado con un puñetazo.
- Hey - saluda Archie, finalmente, muy bajito, bajando de la silla y dando zancadas hasta justo antes de la puerta separando el espacio de edición y el de música. Se queda allí con una mano alzada, balanceándose en la planta de sus zapatos.
- Archie, hey - David se levanta del sofá, pero tampoco puede decidir entre moverse hacia él o retroceder hasta la puerta de salida del edificio.
Archie está aún más alto que la última vez que le vio. Tiene los ojos tan abiertos que parece una caricatura. Lleva puesta una bufanda roja de lana gruesa y una camisa celeste. Aún se balancea en su espacio, con una sonrisa que se aprieta y ensancha y amenaza desaparecer. Le brillan los ojos.
- Uhm - y cuando el silencio se ha alargado demasiado hace ese ruido, típico, Archie, y algo en Cook se suelta, con un chasquido que siente como un golpe dentro del pecho. Por supuesto que Archie va a intentar hacer el primer gesto después de todo, mierda. Pobre chico. David es un imbécil.
- Ven aquí - dice, abriendo los brazos mientras camina, decidido. A la mierda. Todo. Ya está aquí, Archie está aquí, qué demonios.
A Archie sólo le toma un momento acabar con el resto de la distancia, lo cual, David debe admitir, es un puto alivio. Se da de cabeza contra su pecho y David lo levanta al apretarle la columna, quizá con demasiada fuerza.
- Oh, gracias Dios. Gracias. Pensé que, uhm. Quizá. No quería. Pensé que era mejor si no, quizá. Si no nos veíamos por un tiempo y. Uhm.
Es como si Archie estuviese haciendo un esfuerzo de recordarle que es él, que realmente es David Archuleta, niño increíble, y que David lleva reprimiendo meses cualquier tipo de pensamiento errante o deseo estúpido, pero que para ello ha tenido tan poca fuerza de voluntad como para cualquier otra cosa. Archie está respirando en el espacio desabrochado en su camisa y la cabeza de Archie cabe perfecto en el espacio de su cuello. Su cabello huele a limpio y a sudor, a polvo de estudio. Y a Archie. Archie.
David le coge la cara, una mano en cada mejilla. Archie abre tanto los ojos que su frente se arruga. David mueve sólo apenas la cabeza y besa el espacio entre sus ojos. Archie toma aire con un ruido grave.
- Tienes dieciocho, ¿verdad? - pregunta contra su sien. No se reconoce la voz. Tiembla con el esfuerzo de contenerse, de hilar ideas en palabras.
- ¿Sí?
- Fantástico.
Y lo besa.
Archie hace uno de sus ruidos, sus estúpidos, ridículos, maravillosos ruidos y le toma tiempo contestar, pero lo hace, suspirando sobre sus labios, aferrando su chaqueta. No abre la boca y David no necesita que lo haga. Le muerde un poco el labio inferior, prueba el espacio entre los labios con su lengua. Lo levanta un poco por los hombros y respira profundo su olor tanto cómo puede: colonia, sudor, limpio. Archie. Dios…
- Oh - dice Archie, cuando se separan. Luego de un momento -. Oh, cielos.
- Eso - contesta David, antes de comenzar a reír, doblándose, apoyando la cabeza en su hombro.
Archie se queja, pero entre risitas, así que David se deja sacudir y golpear en broma y besar, besar y besar, las manos de Archie en sus mejillas, atreviéndose a compartir un poco de aire, torpe y nervioso y decidido. David lo deja. Deja que le de un beso y se separe, le mire, como esperando algo. David sólo sonríe, cada vez, y Archie le besa hasta que se quedan sin aire y no tienen opción más que separarse lo mínimo posible. Archie jadeando contra su mentón le da muchas, muchas ideas, que David tiene que patear a la parte trasera de su cerebro, con una sacudida. No ahora. No ahora, Cristo.
Da un paso atrás y se mete las manos a los bolsillos. Archie casi tropieza cuando su cuerpo trata de seguirle, como sin pensarlo. David empuña las manos.
- Uhm. Eeeehm - Archie parpadea en su dirección, con una expresión tan ida que es doloroso no empujarlo sobre la consola y… wow, no. David, mierda, no.
- ¿Quieres ir por un café? ¿Almuerzo?
- No. ¿No realmente?
Y es gracioso, como la mente de David se queda en blanco bruscamente, pero al mismo tiempo quiere romper muchas cosas muy, muy caras.
Bajo el ruido en sus oídos, se admite que lo entiende. Entiende si Archie ha decidido -- mierda, en todo este tiempo, por supuesto que puede haberlo pensado mejor. Todas esas cosas -- David las ha pensado. En Archie. Si Archie decide que no es, que no vale la pena, que prefiere -- David va a retroceder, por supuesto.
Va a retroceder hasta la puta muralla China y tirarse desde arriba, pero no es algo que valga comentar.
Entonces Archie da el par de pasos entro ellos y mete las manos bajo su chaqueta, le toca el mentón con la nariz y respira sobre su barba. Ahora es David el que toma aire de golpe.
- Uhm - dice Archie, contra su mentón -. ¿Podemos hacer eso de nuevo?
David empieza a reír sin poder evitarlo. Está histérico, mierda. Qué le está haciendo este chico. Archie alcanza a fruncir el ceño dos segundos enteros, porque David lo agarra de los hombros y lo jala hacia un sofá, sentándolo junto a él. Archie parpadea, abre y cierra la boca, aparentemente demasiado confundido para formular oraciones.
- Sí - contesta, sonriendo demasiado para modular -. Sí, Archie. Podemos.
No alcanza a terminar de hablar cuando Archie, pequeño, inocente, niño Disney, Archie, gime, gime y se le sienta encima, besándole entre pequeños respiros, con pequeños ruidos que David podría comerse. Lo intenta, abriéndole los labios con la lengua, mordiéndole un poco, tragando aire dentro de su boca; besándole los labios, las mejillas, la línea de su quijada.
- Oh - Archie suspira contra su cara, casi en su cabello -. ¿Podemos? Uhm - Archie, David Archuleta, le levanta la camisa y si no fuera por su sonrisa nerviosa, si no fuera por cómo David reconoce un poco de miedo en la dureza de sus músculos, habría acabado de rodillas frente a él en ese mismo instante.
Pero, considerando, dándose un momento de enterrar la cabeza en su cuello y respirar, no.
No.
- No. Mierda - Archie se sigue moviendo, Dios, David siente que va a explotar, se va a deshacer en mil pedazos -. No aún. Archie, no - tiene que agarrarle de las caderas, porque no puede pensar con el calor y la fricción.
- Oh - Archie no tiene derecho de sonar así de decepcionado. No tiene derecho a sonar así, decepcionado, grave y sin aliento.
- No aún, Archuleta. No aún. Pronto.
- Oh.
Archie dibuja una sonrisa increíble y mete las manos bajo su camisa antes de que David pueda detenerlo. La levanta despacio, tímidamente, mirándolo a los ojos. David se queda quieto porque moverse tendría como objetivo hacerle todo lo que no puede, no debería, todo lo que querría hacerle en ese momento. Entonces Archie le toca los pezones, curioso, y saca la lengua para tocarle el labio inferior. David gruñe, gutural y vencido, se ríe y lo besa un par de veces más antes de poder hablar.
- Al menos hasta la tercera cita, tercera - y no tartamudea, ni nada. Tres puntos -. Ese es el protocolo.
- Ok - dice Archie, contra su mejilla, totalmente flipante, dedos estudiando el espacio en su pecho, como esperando que David lo detenga. David debería detenerlo, pero es humano. Y claramente demasiado. Mete las palmas por el borde de la parte trasera de los pantalones de Archie, sólo la punta de los dedos. Archie da un respingo y empieza a respirar más pesado, a hacer un ruido agudo y pequeño con su garganta, pegando la mejilla a su barba y moviéndose, moviéndose.
- Segunda cita. Segunda. ¿Vale? Cristo - Archie se ríe, de él, y David tiene que besarlo.
No se había imaginado algo como esto. Tratándose de Archie, está acabando por entender que no puede imaginarse nada. Que Archie siempre va a hacer lo que David no espera, siempre mejor. Siempre mejor que todo el resto del mundo.
David va perdido, Cristo. Y ni siquiera le llega a importar.
Y entonces, entonces, Archie pasa las manos a su espalda, se inclina y le agarra el culo. Se empuja contra él con un ritmo más agitado. David lo agarra de las mejillas y lo besa como un animal desesperado. Archie trata de seguirlo, torpe, con una timidez que lo hace sentir asqueroso, por estarlo tocando sin delicadeza, por estarlo haciendo en un principio. Archie hace ruidos porque le falta aire, trata de usar su lengua y retrocede asustado, trata de pegar la cara contra la suya y no acaba de decidirse por un ángulo. David agarra con más fuerza su rostro y lo obliga a quedarse quieto y dejarse comer. Quisiera ponerle la boca en todas partes. Quisiera empujarlo contra la pared y hacerle todo, todo lo que ha hecho con otras personas y lo que nunca ha hecho. Quiere tratar. Quiere enseñarle todo.
Archie sacude la cabeza de pronto y David le suelta de inmediato, pero no dejan de moverse, de chocar, como una tortura. Archie le muerde la quijada juguetonamente y murmura contra su lóbulo:
- ¿Primera?
A David le toma un largo, largo momento ordenar sus ideas lo suficiente para entender de lo que está hablando. Cuando cae, tiembla de risa. Archie hace una mueca, que David le besa antes de hablar.
- ¿Qué es esto? ¿Un conteo regresivo?
- No, uhm - Archie aprieta el lóbulo entre sus labios y David suspira -. Es sólo.
Y se queda callado, realmente callado. No detiene el ritmo y David se siente algo superado por el calor, pero tiene que -- tiene que ser el adulto responsable aquí. Es el adulto, después de todo, cuando menos; y le sirve pensar eso, porque es como un cubo de agua fría.
Detiene a Archie agarrándolo de los muslos y busca sus ojos. Archie lo evita, hundiendo la cara en el costado de su cabeza, entre mejilla y cabello, pero al menos deja de intentar moverse.
- ¿Archie?
Archie respira contra su cabello y David comienza a sentir la capa de sudor sobre su piel, porque empieza a enfriarse. Le da escalofríos.
- Quiero, Cook, oh, cielos. Quiero. Te quiero. Quiero esto. No me importa, uhm. Si no. Si no es algo que. Si no quieres --
David le calla con otro beso, corto y firme, y Archie le sigue los labios cuando se separan. Parece ser un futuro hábito con el que David podrá vivir, wow, sin problema alguno. Le besa la cara, la mejilla.
- Quiero, Archie - repite, imitando sus frases entrecortadas, sonriendo -. No tienes idea.
- Oh.
- Oh - repite otra vez, acariciándole el costado del cuello, el cabello -. Sí.
Archie cierra los ojos y mueve la cabeza hacia su mano, respirando profundo.
- ¿Almuerzo? - pregunta David otra vez, en voz baja.
- Vale - y es hilarante lo desilusionado que Archie suena -. ¿Cuenta como cita?
- Si pagas tú - bromea y uh, es curioso. No puede parar de sonreír.
- Oh, cielos, por supuesto que sí. Sí - Archie asiente con demasiada energía y completamente serio.
David se echa a reír otra vez. Le comienza a doler la mandíbula y piensa que realmente no le importa. Que se le caiga. Le da igual. De pronto, peligrosamente, todo en el mundo le da igual.
- ¿Sí? - repite, enarcando las cejas.
- Cook - Archie le tira de la chaqueta, como una queja. David asiente contra su cabello.
- Sí, Archie. Por supuesto que sí.
Archie sonríe y baja la cabeza, mordiéndose el labio, expresión un poco incrédula, pero su sonrisa, Cristo.
David aprovecha el momento en que Archie corre a buscar su propia chaqueta al espacio de grabación para tomar aire, darse unos segundos de pánico y grabarse la sonrisa de Archie bajo los párpados, en ese orden.
Esto va a ser difícil. Esto va a ser imposible. Dios, ¿en qué está pensando? ¿Está pensando en algo?
Cuando Archie vuelve, cinco segundos más tarde, cara roja, ojos y sonrisa brillando, David recuerda que nadie pensaba que él podía ganar American Idol. Ni siquiera él mismo. Imposible, incluso, algunos decían. Y él pensaba: imposible. ¿Esta locura? No es mi vida. No va a ser mi vida. Imposible.
Besa a Archie una última vez antes de salir, con los ojos cerrados y una mano tratando de arreglarle el cabello, Archie cerrando su chaqueta para disimular el desastre de su camisa.
Imposible. Una locura.
Pero abriendo los ojos para ver a Archie sonriéndole de cerca, le da la impresión de que va a la mitad de la competencia y ya tiene el premio. Con la locura puede vivir. ¿Y con imposible?
Aparentemente, puede ganar.
[
i. ii. iii.]
*