Deja una luz encendida. | American Idol | Cookleta | II/III

Sep 25, 2009 17:55



ii.



Hay eso de veinte personas a las que David les contesta el teléfono venga tormenta o marea. La mayoría suena con un tono en particular que instaló su asistente, pero Carly, por ejemplo, se instaló el tono ella misma. Por supuesto. Algo gótico medieval new age raro de los huevos, que David nunca ha tenido el corazón para cambiar. También le dejó uno para Johns, de Bob Esponja, que cambió luego Johns por algo de los Beatles; y uno de Archie, de La Sirenita, que cambió su asistente sin preguntarle. Lo cual irrita a David vagamente, de pronto.

Es por eso que cuando suena algo lleno de fanfarria gregoriana y violines, David abre el teléfono sin despegar la vista de su libreta de notas.

- Hola, guapo - saluda Carly.
- Hey, preciosa.

Hablan un rato, acerca del trabajo, sus respectivas productoras y respectivos dolores de cabeza en traje formal y zapatos caros. Hablan acerca de Michael y Stacey y su extraña, confusa para el resto, domesticidad. Carly le cuenta que ha hablado con Stacey casi una hora acerca de un lavaplatos eléctrico.

- Y yo aún no tengo una cocina decente. No sé cómo es mi cocina.

David echa una mirada en dirección adonde probablemente está la suya.

Probablemente.

Se tiran casi veinte minutos en eso y, si no la conociera, David pensaría que Carly está haciendo rodeos alrededor de un tema. Es muy extraño. Carly generalmente tiene la delicadeza de un camión monstruo. Si se tratase de Adam -- David cierra los ojos, no puede ni siquiera pensar en él, en los doctores, los resultados --, Carly habría dicho algo en vez de "hola". No, es algo más, así que David la deja hablar, sólo en caso de. Por suerte, sólo alarga más el tema de los Johns por pocos minutos antes de soltar:

- Archie me preocupa - David hace un ruido curioso e interesado y finge bastante bien que no se ha levantado y empezado a caminar. Que las manos no se le hacen puños. Que está mirando el precioso puto día que hace afuera -. No es nada serio. Puede que sea idea mía, joder, pero me da la impresión de que está, no sé, solo. ¿No podrías llamarle uno de estos días?
- ¿No estaba en tour con los niños Disney?
- Es Archie, Dave.
- Carly...

David apoya la cabeza en el cristal y cierra los ojos. Carly suena honestamente preocupada y él no ha hablado con Archie en meses. Mensajes de texto, e-mails; pero nada relevante. Nada importante. No tiene idea cómo está, es la verdad.

- ¿Qué quieres que haga?
- No lo sé. Mierda, no tengo idea. Lo siento, creo que te estoy cargando con… tengo las manos atadas aquí y no puedo...
- Lo sé. Lo entiendo. Yo... uhm.

David se pone el móvil entre hombro y quijada para coger un libro de una estantería al costado y pasar las hojas, aunque no logra enfocarse en las letras. Es uno de esos, "cien cosas que no puedes perderte en la vida" que realmente debería titularse: "cien mierdas que nunca tendrás tiempo para ver en tu vida", de música o cine, probablemente música. Cheekezie le envía regalos así, cada tanto. Es su manera de llamar a Dave un nerd sin hacerlo. Cheekezie es cool e hijoputa de esa manera.

Se rasca la barba y estudia su reflejo en la ventana sobre las páginas. Necesita un recorte.

- Puede que lo estemos subestimando - dice, cuando ya no puede estirar más el silencio. Carly hace un ruido que en persona significaría sangre. A esta distancia, a David no le preocupa demasiado -. Archie ya casi es un adulto, en edad al menos. Además... tiene a su familia.
- Su familia - murmura Carly en este tono, vecino de despectivo y absolutamente frustrado. David deja el libro en una mesilla y endereza la cabeza, cogiendo el móvil con una mano. El sol está pegando demasiado fuerte.
- ¿Me he perdido de algo?
- Nada, nada. No me hagas caso - y a David se le escapa un pequeño gruñido. Trata de ser más suave al menos, pero la risa de Carly le indica que es sin mucho éxito, menos cuando continúa: - ¿Cómo esta Allison? ¿O era Lana? Ya estoy perdiendo la cuenta, amor.

David entorna los ojos y vuelve a coger el libro. 100 Discos Que Debes Oír En Tu vida. Probablemente no tiene una sección de American Idol. David lo deja sobre la mesa de centro.

- Debe ser la edad -, dice y Carly chilla insultos, y David se ríe y se ríe y no piensa en David Archuleta, no piensa en Adam Cook, no piensa en la cantidad de libros en su estantería que no ha leído y nunca tendrá el tiempo de leer. Nada, piensa en nada en absoluto.

*

[cook. lo siento. lo siento mucho.]

[Gracias.]

[no estás contestando tus llamadas? o ]

[No.]

[lo siento]

[No te disculpes. No te disculpes nunca en tu vida. No te arrepientas de nada. Nunca.]

*

Es decisión de su "gente", pero David acepta cuando su asistente (o el asistente de su asistente o algo así; una de las chicas en su equipo, Cintia o Cindy o algo así) aún no ha terminado la oración. Colarse para una entrevista tras bambalinas en un show de Archie es posiblemente una de las mejores obligaciones que le han cargado encima, si sólo por la cara de Archie al verlo.

- Hey, chico.

Por un momento se quedan los dos detenidos, Archie con la mano en dirección a una toalla que alguien le ofrece; Cook, vagamente avergonzado, mayormente indeciso entre abrazar al niño hasta dejarle sin aire o tender por algún tipo de acción que tenga menos posibilidades de traumatizarle.
Por supuesto que tres segundos después está levantando a Archie entre sus brazos. Cristo, le había echado de menos. El chico está más pesado, más alto y empapado de sudor. Tarda en relajarse, reírse y darle palmadas en la espalda hasta asumir que David no va a soltarlo por lo pronto y dejar la mano en el espacio entre sus hombros.

- Te eché de menos - dice con la voz ronca, casi sorprendiéndose a sí mismo, completamente sincero.
- Y yo. Yo a ti - Archie casi no tiene aliento -. Quiero decir, uhm. No, eso. Oh, cielos.

David los separa, aún sosteniéndolo de los hombros. Archie está sonriendo con todos los dientes, espalda erguida y aún rebosando con la energía del concierto, moviéndose en pequeños casi saltos, meciéndose. Parece mareado. Y se va sonrojando de a poco. David quisiera metérselo en el bolsillo y llevárselo a todas partes, porque Cristo. Acaba riendo, abrazándolo una última vez antes de dejarlo, con una mano en su brazo, aún.

- Sé hombre y admítelo, Archuleta - lo sacude un poco -. Me echaste de menos.
- Por supuesto - contesta Archie, inmediatamente, como si fuera obvio. Y entonces por fin, con un parpadeo y una sacudida de cabeza, como despertando: - Oh, cielos. Cielos. ¿Qué estás haciendo aquí?

A David le toma un rato dejar de reírse y lograr explicarle que 19 quiere que hagan una entrevista juntos o algo así, que no había otro momento. Que quería verlo. El equipo les empuja hasta el camarín de Archie todo el camino es Archie murmurando "oh, cielos, estoy, necesito una ducha, ugh, y tú también y, y, Cook, no es gracioso". David doblado, apretándose el estomago, llorando de risa, porque la indignación de Archie, especialmente cuando Archie está tratando de no sonreír y arrugando toda la cara con el esfuerzo, es algo que a David le había faltado por meses y no tenía idea, como las bromas de Michael, el coqueteo insultante con Carly, el aura de relajación de Jason. Todas esas cosas. Archie es parte de todas esas cosas.

El camarín es como todos los camarines del mundo, en su experiencia: baldosas cubiertas por alfombrilla, un par de mesas, un par de sofás. Sobre la mesa hay una pequeña estatua de Jesús, junto a un libro, probablemente la Biblia. El resto de las superficies están cubiertas con papeles, botellas de agua y comestibles en un desastre muy bien organizado.
Archie mira hacia el baño y David levanta las manos. Tienen como veinte minutos hasta la entrevista, seguro que algo le habrán dicho, aunque David insistió que su aparición fuese sorpresa. Finalmente Archie agita la cabeza, coge una toalla y corre al baño. Sale inmediatamente, con la cara mojada y pasándose la toalla por el cuello.

David se sienta en uno de los sofás y le pregunta cómo está, qué ha sido de su vida. Suena a sus oídos un poco demasiado casual, pero tan honesto como surgen sus preguntas. Archie contesta entrecortado, con aire nervioso y nada que David no sepa ya de sobra: gira con los niños Disney, su gira como solista, varios shows, blablabla, Cook, oh cielos, no tengo nada interesante, no quieres escuchar --

David le coge el brazo y lo sienta junto a él en el sofá.

- Quiero saber, Archie. Estoy preguntando por algo.

Archie duda visiblemente, mirando a la mano en su brazo hasta que David le suelta, resignándose a Archie y sus exagerados límites físicos.

- Cook - dice entonces, y es ese tono nervioso, firme, con algo de decisión, mordiéndose el labio.

Es el "necesito hablar" más claro que ha oído en algún tiempo, así que cuando el siguiente asistente asoma la cabeza, para interrumpirlos como por quinta vez en el rato, David dice: - ¿Danos un minuto? - y cuando el tipo se ha esfumado con un asentimiento vago, David se levanta, coge uno de los sofás y lo empuja hasta dejarlo frente a la puerta. Luego de examinar su obra, lo inclina para que tope con la manija.

Archie les mira un momento, a él y al sofá, con expresión de total sorpresa, antes de soltar una carcajada. No es una carcajada completamente honesta, más tirando a nerviosa. David regresa al sofá y se sienta junto a él tratando de relajarse. Esta es su dinámica con el niño, ¿no? El hermano mayor, el hombre de confianza, la fuente de sabiduría.
Le asusta lo equivocado de todo eso, pero Archie es una de las personas más tercas que conoce. Tratar de explicárselo probablemente haría más mal que bien.

- Estás creciendo muy rápido - dice, en su lugar, revolviéndole el cabello. Archie lo trata de esquivar, como siempre, pero con menos reticencia que usualmente.
- Mm - Archie se balancea, enreda las manos en el regazo, evitando su mirada de pronto, firmemente -. Hay algo. Algo que quiero decirte.
- Te escucho.

Pasan un momento en silencio absoluto, hasta que Archie entierra la cabeza entre las manos y gruñe. David le pone una mano en su espalda y Archie salta y se aleja de él con brusquedad, pegándose a la esquina del sofá. Está a punto de preguntar "qué mierda", pero por fin Archie empieza a hablar.

- Oh, cielos. No puedo. Uhm. Esto es. Es más difícil de lo que había pensando. Y lo había pensado. Lo he estado pensando. Mucho. Que es el, oh, es el gran problema. Gran, gran problema.
- Archie, tranquilo - David le trata de coger las manos, pero Archie dibuja una expresión de pánico, se echa lo poco hacia atrás que aún puede, abre la boca y --
- Estoy enamorado de ti.

De todas las cosas que se le podrían pasar por la cabeza, la primera es el recuerdo de Archie diciéndole que no tenía problema con besar a otros hombres. Esa pequeña sílaba de nada: No.

Se le ocurre que era mucho más grande de lo que había imaginado. Se le ocurre que debería haberlo sabido, que debería haberse dado cuenta.
De todas las cosas, con Archie enredando las manos, ojos pegados al suelo, mejillas brillantes; es lo único en que puede pensar. Abre y cierra la boca, ¿pero qué podría contestar a eso? ¿Qué puede contestar?

Archie empuña las manos en las rodillas y cierra los ojos con fuerza. David aún no puede moverse, no puede pensar.

- Eep. No era lo que quería decir. Quiero decir. No es cómo quería. Oh, cielos, cielos, cielos. Cook, lo siento. Lo siento mucho - suena como si estuviese por ponerse a llorar y eso… no.
- No. No es necesario. Cristo - coge a Archie del brazo y lo sacude un poco, aunque sin conseguir que le mire, aún sin conseguir que el cerebro le funcione como debería. Mierda -. No te disculpes. No es… no es algo malo.

Archie hace un ruido pequeño, gutural, pero deja de tratar de evitar el agarre en su brazo. David pone una mano en su espalda. Siente un ruido en sus oídos, como estática, y la garganta apretada.

- Espero que entiendas porqué no puedo... corresponderte - dice, finalmente, sacando las palabras con dificultad. Hubiese jurado tener diccionario en la cabeza, pero ahora tratar de recorrer su vocabulario es como tratar de revolver cajones vacíos.
- Sí, por supuesto, sí, obvio, lo siento - dice Archie otra vez, encogiéndose hacia sus rodillas -. Lo siento.
- Archie.

David lo abraza y entierra la cabeza en su cabello. Archie está empapado de sudor frío, pero sospecha que eso no es lo que le está haciendo temblar. Le desespera reparar este entuerto. Le desespera hacer algo para que Archie sonría otra vez. No tiene idea. Su mundo no puede perder más el sentido; y Archie con esa expresión desesperada es como --

-- es como ver a Adam muerto otra vez.

Casi no puede respirar. La impotencia -- pero Archie está vivo, se recuerda, por supuesto. Oh, Dios, las imágenes que lo atacan, puta imaginación. Esto no tiene nada que ver con ello, se insiste, tragando saliva y: ya han pasado meses, Dave, mierda. Espabílate.

- No sé exactamente qué decirte - admite, cerrando los ojos.
- ¿Di que no dejarás de hablarme? - Archie suena pequeño y joven y perdido. David lo estrecha con más fuerza, apretando sus hombros tensos hasta que comienzan a ablandarse.
- Nunca, no. Archie, por supuesto que no - repite y repite, con la boca en su sien, meciéndolos suavemente.
- No es algo malo - repite Archie, como tratando de convencerse, entre una pregunta y un susurro aterrado.

David le besa la frente. Es un impulso estúpido y arriesgado, quizá hasta cruel. Puede sentir cómo Archie se sonroja bajo sus labios. Casi le hace reír.

- Nunca -, dice, y no entiende de dónde sale esta vehemencia, la intensidad con la que necesita que Archie comprenda lo que está diciendo -. No.

Archie asiente y David se separa de él para mirarle la cara. Archie por fin está mirándolo, con cautela, incluso con un poco de miedo, pero David puede vivir con eso, porque Archie al menos parece más tranquilo. Más firme.

- Es un elogio, Archie. Es... - trata otra vez, pero entonces Archie lo besa.

Vale, no es tanto besar como ponerle los labios encima, pero el acto en sí tiene muchas más agallas que las que David había imaginado que Archie tenía.
Se lo piensa un momento demasiado largo. Archie tiene suficiente carga y se merece de sobra… algo, ¿no? Por el otro lado, Archie es un niño. Es un niño que puede con cosas que David no cree que él hubiese podido, pero, mierda, es Archie, David Archuleta.

Con algo de dificultad logra enrielar las ideas y empujar a Archie suavemente. Archie baja la cabeza de inmediato.

- Lo siento, Archie. Dios - dice David, antes de que Archie pueda hablar y apenas lo ve abrir la boca le pone la palma encima -. No te disculpes, ¿vale? - trata de encontrar sus ojos, sin éxito, hasta que Archie asiente y finalmente lo suelta.
- Ok.
- Ok - repite y le vuelve a besar la frente. Se desenreda de él, procurando dejar en sus rodillas un poco de contacto. El corazón le golpea dentro del pecho como si se quisiera salir -. Te quiero, ¿ok? - suspira. Ya no sabe qué está diciendo, pero todo le parece importante, todo lo que debería decir, necesita decirlo. Ahora mismo -. No de la manera que... no de esa manera, pero te adoro, Archie. Para lo que vale.

Y por un momento quisiera tragarse sus palabras, sólo porque Archie se quiebra. Se encoge sobre sus rodillas con las manos en la cara, pero cuando David lo trata de levantar, algo más asustado de lo que quisiera admitir, Archie se gira y se entierra en su cuello, y está hablando, alto y torpe y claro, y feliz.

- Uhm. Oh, cielos. Oh, cielos, gracias. Uhm. Gracias.

David se empieza a reír, un poco histérico. Maldito chico. Archie no tiene derecho a preocuparlo de esa manera, de esta manera; a revolverle todo y luego a estarse sonriendo contra su clavícula como si hubiese ganado una lotería. Maldito chico del demonio. David se ríe sobre su cabello hasta que casi no puede respirar.

Se quedan así hasta que los golpes en la puerta se hacen demasiado fuertes para ignorarlos. David dice a Archie que vaya por una ducha, que él se encarga de ello, de todo. Archie obedece sin hablar, sin dudar en su palabra ni por asomo.

A David le toma más tiempo tragarse el nudo en la garganta para poder hablar con el equipo tras la puerta que quitar el sofá e inventarse una excusa por su cara roja y sus mejillas húmedas.

*

Lana es una distracción. Es una distracción que está como quiere, que sabe hacer cosas con su lengua de las que David ni había oído, pero una distracción igualmente. Una que al menos sabe cómo son las cosas. Una que cuando David la llamó a los pocos días de haber follado, se rió de él por casi veinte minutos seguidos. Tiene su gracia, una relación con alguien como ella. Lana no espera flores o regalos, o fidelidad, o llamarles una "relación"; sólo hace que se ría de él, con verdadera sorna, como si fuera estúpido.
Es reconfortante, debe admitir, ser tratado como cualquier otro imbécil. Es parte de lo que le hace sostener esto, aunque le convierta en un chiste caminante.

El asunto es que David le envió un mensaje en la mañana: "voy a estar en la ciudad esta tarde," y estaban revolviendo las sábanas a mediodía. Lana no tiene expectativas, ignora las formalidades, pero es constante. Y David necesita una constante, eso es todo. Nunca hubiera imaginado que echaría de menos la rutina, pero ahí está. No se le ocurre nada mejor que despertar junto a alguien y prender la televisión, ir por café, cerveza y tostadas, comerlo todo en la cama, a lo cerdo, viendo los dibujos animados de la mañana y meterse mano sin objetivo y sin horarios.

- ¿Oye, ese no es amigo tuyo? - Lana deja de pasar canales en un capitulo de Hannah Montana. Hannah Montana habla por teléfono con David Archuleta mientras su padre (Billy Cyrus, joder), por alguna razón, le da miradas de desaprobación.

Es surrealista.

Es demasiado temprano para ver la cara de Archie en su televisor, pero a Lana le parece enfermo de gracioso y mantiene el control remoto fuera de su alcance. Se echa a reír desesperadamente cada dos o tres líneas. Archie aparece sólo en otra escena después de la llamada y hace un chiste terrible acerca de su aliento posiblemente espantando a, oh, cielos, Hannah Montana(!). David se ríe de eso, es inevitable. Es exactamente lo que Archie haría.

El resto se trata de Hannah Montana no-decepcionando a un chico con aires del estereotípico perdedor, permitiéndole que la lleve a su baile de graduación.

Al final, David concluye que Hannah Montana es una cabrona egocéntrica desagradable.

Lana concluye que la adora y se va a comprar todas las temporadas en DVD.

- ¿Tu chico este, tuvo baile de graduación?

No es una pregunta personal. La mayoría de la gente en la escena musical con suerte acabó la escuela, no por falta de cerebros - David ha conocido mucha gente más letrada que él sentados tras baterías o consolas de sonido; guitarras, bajos. Es como son las cosas en L.A.

- Algo así - contesta, fácilmente, pero por alguna razón, necesita explicarlo -. Era noche de tour - y aún más, aunque se muerde el labio, tratando de callarse a sí mismo -. Hicimos algo entre nosotros, pero no creo que haya sido suficiente.
- Wow - dice Lana al cabo de un momento -. Estás encontrando al emo en tu alma, Cook. Creo que me puedo enamorar de ti después de todo.

David se ríe y saca la almohada de su cabeza para darle al costado. Lana grita, divertida, y declara guerra. Se dan con las almohadas y las mantas por un rato, hasta que de pronto Lana está sentada entre sus piernas y David la está besando y acaban teniendo sexo entre el nudo de sábanas.

- Yo no fui a mi baile de graduación - dice Lana, después, jadeante, apoyándose en su pecho -. Son un asco.
- ¿Te graduaste?

Lana entorna los ojos y le da con una almohada en la cara sin mirarlo, girándose hacia a mesilla para sacar un cigarro. David se la quita y la pone tras él, ordenando un poco las sábanas.

- Le pedí que bailara conmigo y todo - continúa, sonriendo al recordar la expresión horrorizada de Archie -. Fue divertido para nosotros, al menos.

Especialmente considerando la información caída a posteriori. Su sonrisa se esfuma, junto con su ánimo. Lana está demasiado ocupada encendiendo su cigarro para mirarle la cara.

- Awww, ¿bailaron un lento? ¿Una balada romántica? - le trata de fastidiar, entre aspirar y exhalar. Fuma una marca costosa y el humo es negro. Dave se pregunta vagamente si es tabaco.
- Nah. Bailó con Brooke - y de pronto tiene el estomago hecho un nudo. No entiende qué mierda le pasa -. Brooke fue su pareja de baile.
- ¿La rubia?
- La rubia - asiente.

Uno de los roadies tenía Grandes Éxitos de los 90: Aqua, Hanson, los Backstreet Boys. Entre Johns y él lograron colar algo de los Rolling, un par de temas de Kansas. Jason tenía un casette de Dolly Parton, por alguna razón. Carly y Ramiele se colaron de vez en cuando entre Brooke y Archie, exigiendo un turno. Archie se reía, cada cinco minutos decía, "cielos, chicos, gracias, oh, cielos." Johns había conseguido cerveza para ellos, soda sin cafeína para "los niños." Incluso Jeff aprobó de todo, les agradeció uno por uno y se fue a la cama temprano.
David trata de recordar con detalle el momento en que, tres cervezas dentro y con Jeff en el bus, le pareció una buena idea decir a Archie que bailara con él. Era una broma; Jason y Cheekezie habían bailado juntos un poco más temprano, o algo que intentaba ser un baile, o trataba de tirar a un baile de los pelos y vestirlo de payaso o algo.
Archie le había quedado mirando como si David hubiese propuesto robar un auto o ir a desvirginizar mujeres; una mezcla de sorprendido, avergonzado y horrorizado. En el momento, David y Michael lo habían atribuido a su religión, incluso le habían tomado el pelo por ello, pero David no puede recordar exactamente qué le dijeron.

Tanta agua bajo el puente.

Intenta recordarlo hasta que se provoca dolor de cabeza.

- Es mono - comenta Lana, poniendo la caja de cigarros y un encendedor sobre su pecho.
- ¿Archie? - coge ambos con un sobresalto -. Es menor de edad.
- En mirar no hay pecado - Lana enarca las cejas.

David quiere vomitar, imaginando a Archie con una rubia de Hollywood, con una Lana Jade. Imaginando un Archie al que L.A. se ha tragado y escupido los huesos.

- No, Lana. No. En mirar aquí hay delito - la voz le sale ronca por contener las náuseas -. Delito federal.
- ¿Celoso? - ella le pone una mano en la cara -. No te preocupes. No es mi tipo.
- No me preocupo por ti - se ríe sin gracia -. Me preocupa lo que el resto de Hollywood vaya a hacer con él.

Lana hace un ruido interesado, largo y suave y, a su manera, divertido. Como un gato ronroneando porque ha visto su presa o algo así. David enciende un cigarro y deja las cosas sobre su mesilla para evitar mirarla.

- ¿Qué?
- Nada - Lana estira ambas "a".
- ¿Qué?
- Te importa mucho ese niño.
- ¿Y?
- Nada. Es raro.
- Cristo, Lana. El chico es mi amigo.
- Tienes un amigo que sale en Hannah Montana.
- Tengo un amigo que sale en Hannah Montana, Lana. Y es la mejor persona que conozco.

Lana enreda una pierna con una suya y entierra la cabeza en su cuello, murmurando "emo, emo, emo" contra su clavícula. David se intenta reír y el sonido que sale es algo forzado y grave. De pronto se le ocurre que no es esto lo que realmente quiere. Despertar junto a Lana y ver televisión. Lo que realmente quiere es estar en el escenario, con su guitarra y su gente y su música. Con Archie riéndose de él y Michael. Neal y Andy a cada lado, Kyle a su espalda. Música en todas direcciones.

Eso es todo lo que quiere, al final.

Lana se va en la tarde. Se despide con un beso con lengua y una carcajada en su boca.
David borra su número del móvil después de cerrar la puerta tras ella.



[ i. ii. iii.]

♥ cookleta, ♠ american idol, ♦ 2009

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