Voluntarios

Jul 29, 2009 16:16


Fandom: Harry Potter
Título: Voluntarios
Autora: Anna Fugazzi
Clasificación: M
Resumen: Escrita para el intercambio de fics del livejournal de Beltane: Harry, Draco y un trabajo de voluntariado se suponía que debía ser rápido y sencillo.


Voluntarios

Prólogo

Capítulo 1:

14 de Febrero

Harry soltó el aire y revolvió su té al observar su reloj. Había llegado un poco temprano y se entretenía diciéndose que se debía solamente al hecho de que la reunión originalmente se había programado dos horas antes. Que llegara temprano no tenía nada que ver con no querer darle ninguna ventaja a Malfoy dejándolo llegar primero. Tampoco quería decir que quisiera tener la oportunidad de poder actuar con impaciencia si éste llegaba tarde. Cosa que pasaría, si es que la memoria no le fallaba. Frecuentemente Malfoy había recurrido a la tardanza para hacer una gran entrada o para demostrar que no le importaba mucho dejar a la gente esperando. Nunca llegó tarde a las clases de Snape o McGonagall, pero casi siempre llegaba diez minutos tarde y con una sonrisa insolente a las lecciones de Hagrid. Se preguntó si esta vez llegaría tarde para hacerle saber que todavía no lo consideraba demasiado o si llegaría temprano y se portaría amable para obtener algo de él. No estaba seguro de cuál de las dos opciones era la peor.

Quizá no haría ninguna de las dos cosas. No haría una gran entrada ni mostraría reacción alguna ante Harry. Esto también era posible, puesto que Harry no tenía la más mínima idea del por qué había aceptado este puesto, ya que no encajaba con lo que creía saber sobre Malfoy. Quizá había cambiado. Era posible.

Claro que también era posible que algún día Hedwig entablara una amistad entrañable con Pidwidgeon, pero tampoco iba a contener la respiración por eso.

Leyó detenidamente el marcador del Quidditch en el periódico, estaba decidido a no jugar ninguno de los jueguitos de poder de Malfoy en dado caso de que los siguiera practicando. Actuaría completamente normal. Educado, profesional. No tenía sentido esperar problemas cuando quizá no fuera a haber ninguno.

Echó un vistazo al pub mientras terminaba de leer las páginas de Quidditch y regresaba a la sección de música, se percató de que el lugar no se veía muy mal para ser día de San Valentín. Estaba casi vacío, bastante tranquilo y no tenía la decoración de los pubs de Hogsmeade, que siempre lo hacían pensar en bandas de cupidos borrachos vomitando por todo el pueblo. Ésto era mucho más discreto. Desafortunadamente dicha discreción no era compartida por todos los lugareños; a su izquierda, una pareja se veía con tanta adoración que cualquiera podría preguntarse por qué no los acompañaba un coro de pajarillos azules gorjeantes, y a su derecha, otra pareja intercambiaba miradas de ‘cómeme aquí’ con tal intensidad que habrían hecho parecer recatada a una profesional del Callejón Knockturn. Mientras los observaba, la mujer se acercó un poco más al hombre y frunció los labios en lo que probablemente era un gesto atractivo. Desvió la mirada esperando que llevaran su fiesta a un lugar más apropiado antes de que se vieran involucradas las lenguas.

Miró su reloj ocioso. Las cuatro en punto. Levantó la mirada al escuchar que alguien se aclaraba la garganta suavemente.

“Malfoy.” Harry se levantó percatándose de que Malfoy definitivamente se veía endiabladamente más... maduro, o lo que fuera, que la última vez que lo había visto. Quizá eran los lentes. Y además, a diferencia de esa última vez, llevaba el cabello corto en un estilo muggle, pantalones de mezclilla muggles y una sudadera. “Qué gusto verte.” Extendió la mano.

“Potter, igualmente,” contestó Malfoy educadamente estrechando la mano de Harry. Miró su reloj. “¿Tienes mucho tiempo esperando?”

“No, llegué un poco temprano.” Se sentaron. “¿Quieres ordenar algo antes de que comencemos?”

“No, está bien. Preferiría ir directo al grano.”

“Muy bien.” De acuerdo, hasta el momento iban bien. Todavía no pasaba nada desagradable. Ambos sacaron sus agendas, Harry puso su pluma y tintero sobre la mesa notando el bolígrafo caro que traía Draco. “Entonces, se supone que tenemos que reunirnos cinco veces entre hoy y Beltane y mandarnos lechuzas en caso de que surja algo. ¿Asumo que no hay problema con las lechuzas?”

“¿Tienes e-mail?”

“Oh.” Harry parpadeó. “Sí. Pero no lo uso mucho.”

“Puedo utilizar las lechuzas, pero vivo en un vecindario Muggle. El correo electrónico sería menos sospechoso.”

“Muy bien. Anotado.” Harry se aclaró la garganta e hizo una pequeña anotación, asintiendo cuando Malfoy le dio una tarjeta de negocios con su dirección de correo electrónico. “Yo, erm, tengo que averiguar cuál es mi dirección, probablemente te mandaré una lechuza con la -”

“Puedes mandarme un e-mail; de ahí la sacaré yo.”

Harry asintió sintiéndose un poco descontrolado, y se dio cuenta de que parte de su molestia se debía al tono completamente neutral de Malfoy. No había ni rastro de burla por su obvia falta de familiaridad con el e-mail.

“Ahora, asumo que sabes como va todo esto, ¿cierto?” preguntó Malfoy.

“Erm, básicamente. Me refiero a que me mandaron el archivo y lo revisé, pero me dijeron -”

“¿A qué te refieres con que te mandaron el archivo?”

“Acepté este puesto apenas esta semana. ¿Con quién hacías esto antes?”

“¿Antes de qué?”

Dejaron de hablar y se miraron el uno al otro.

“Te refieres... ¿ésta es tu primera vez como Enlace?” dijo Malfoy lentamente.

“Por supuesto. Oh. Maldición.” Harry se mordió el labio. “También es tu primera vez.”

“Obviamente.”

Hubo un pequeño silencio, roto solamente por un ruido suave de algo aplastándose que provenía de la mesa a su izquierda. Evidentemente, las lenguas habían arribado a la escena.

“Vaya, esto es un poco incómodo, ¿no?” dijo Harry finalmente.

“Algo.”

“Yo... en realidad no sé qué es lo que se supone debemos hacer a continuación.”

“Ni yo,” admitió Malfoy viéndose incómodo por primera vez. “Esperaba... supongo que tendremos que reprogramar...”

“Supongo.” Harry frunció el ceño, luego movió la cabeza y se levantó. “No, un momento, no voy a regresar a casa para tener que regresar aquí dentro de dos días. Le hablaré por la chimenea a mi asistente para ver si puede venir por la red Flu con el archivo. De cualquier forma él está en nuestra oficina de Dublín hoy.”

Maldición, pensó mientras le explicaba a su asistente lo que necesitaba. Así que Malfoy también era nuevo en esto. Hasta aquí llegaba lo del puesto voluntario de bajo nivel y fácil. Ambos tendrían que empezar de cero y si su experiencia servía de algo, era seguro que descubrirían que, como en casi todos los puestos que lleva una sola persona durante mucho tiempo, la mayor parte del conocimiento y habilidades que se requieren para hacer los trabajos, no están escritos en ningún lado.

Regresó a su mesa. “Muy bien, dice que vendrá por la red Flu con el archivo. No deberá tardarse más que unos cuantos minutos.”

“Oh. Qué bien.”

Y entonces Harry se percató de las implicaciones de sus acciones. No, no tendría que regresar otro día para realizar la reunión, pero aquí estaba atrapado con Draco durante el tiempo que le tomara a Tim encontrar el archivo. Entre parejitas de enamorados y sorbedores de lengua entusiastas, con nada de qué platicar.

No somos muy listos, ¿verdad, Potter?

Muy bien. Realmente había esperado poder hacer esto sin tener que intercambiar información personal si no puramente de trabajo y la clásica plática superficial sobre el clima, pero al parecer eso no iba a poder ser. No solamente no tenían con qué trabajar, si no que por alguna razón, por el momento Harry no podía descubrir cómo sacar con suavidad el tema del clima. Quizá se debiera a los gemidos que venían de su izquierda y los sonidos arrulladores de su derecha.

“Y bien.” Se aclaró la garganta. “¿Cómo fue que, eh, llegaste aquí?”

“Tomé un taxi.”

Harry lo miró sin comprender. No tenía idea si estaba hablando en serio o en broma. “No, no me refería a - digo, ¿cómo fue que terminaste aceptando el puesto de Enlace Muggle para esto?”

Malfoy enarcó ligeramente las cejas. “Oh. Escuché que el Enlace anterior ya no lo iba a hacer. En su momento me pareció una idea interesante.”

“¿Qué haces actualmente?”

“Tengo un trabajo en el Trinity College.”

“¿Una escuela muggle?”

“Bueno, sí. Vivo en el mundo muggle,” dijo con un ligero tono de sequedad. Y esto, extrañamente, hizo que Harry se sintiera más tranquilo.

“Muy bien.” Asintió. “¿Y cómo fue que pasó?” se volvió a sentir como un idiota, porque, por supuesto, cualquier tonto podría adivinar por qué había terminado viviendo en el mundo muggle, y no era un tema de conversación sensible.

El rostro de Malfoy permaneció impasible. “Si lo que preguntas es si vivir en el mundo muggle y conseguir un trabajo muggle era parte de mi condena, no, no lo era,” dijo llanamente, todavía con un tono perfectamente educado y Harry asintió agradecido porque actualmente ya no se sonrojaba tanto. “No tenía nada qué hacer después de que me liberaron más que abstenerme de usar cualquier tipo de magia durante tres años. Pero no quería desperdiciar el tiempo, así que me aventuré en el mundo muggle. Empecé como voluntario para llenar las horas y terminé dando clases. No es un mal trabajo, así que lo mantuve después de que pasaron los tres años.”

“¿Qué enseñas?”

“Música. ¿Qué haces tú ahora? Actualmente no sigo mucho los periódicos mágicos.”

“Oh, ya no salgo en ellos. No mucho. Estuve jugando Quidditch un par de años e iba a tomar el entrenamiento para Auror una vez que terminara con ello, pero no son muy amistosos, así que cambié de opinión. Ahora me dedico a romper maldiciones. Generalmente trabajo con Bill Weasley.” Apenas si se contuvo de hacer una mueca y hubo un pequeño silencio. Gracias a Malfoy, Bill Weasley todavía tenía cicatrices horribles y tendría que lidiar durante toda su vida con varias tendencias de hombre lobo. Ay.

Esto era endemoniadamente incómodo. Era obvio que ninguno de los dos quería estar aquí, no parecía que Malfoy quisiera platicar mucho sobre sí mismo, Harry definitivamente no quería hacerlo, Malfoy no estaba al tanto de las noticias del mundo mágico y ciertamente, Harry no estaba al tanto de las noticias muggles, la pareja a su lado parecía haber tomado las clases de Ron y Lavender Brown sobre 50 formas de Fajar Inapropiadamente en Público... ¿de qué diablos podrían platicar?

El rostro de Malfoy se volvió aún más inexpresivo. “¿Rompes maldiciones? ¿No es peligroso?”

“No, para nada. En su mayor parte es teoría. Descifrar acertijos, derribar protecciones, cosas como ésas. Además es un trabajo interesante.” Harry esperó que su voz no se hubiera escuchado tan incómoda como él se sentía. “¿Vives cerca de Uisneach?”

“Bastante; en las afueras de Dublín.”

Harry se dio cuenta de que ésa era otra diferencia: creyó detectar un rastro de acento irlandés en la plática de Malfoy. “¿Cómo es Dublín? Yo solamente vengo por negocios.”

“No es un mal lugar para vivir,” contestó y comenzó a describir la ciudad. Harry asintió con cortesía, percatándose de que Malfoy se veía muy tranquilo y relajado, muy profesional. Ciertamente no se veía tan incómodo como él se sentía.

Pero probablemente Harry tampoco se veía o se escuchaba tan incómodo como se sentía. Algo que había aprendido durante la guerra era la habilidad para, sin importar nada, actuar como si todo estuviera bajo control. Sentirse algo incómodo por tener que trabajar con alguien a quien no había visto en años y con quien había tenido una relación conflictiva en la escuela, no se comparaba con muchas de las cosas que había hecho durante la guerra.

Quizá tampoco se comparaba con nada de lo que Malfoy había hecho en la guerra. O desde la guerra. Había trabajado con mortífagos, desertado de sus filas, pasado nueve meses en Azkaban, vivido sin magia durante tres años y se había visto obligado a trabajar con muggles. Era posible que el hecho de tener que interactuar con Harry no representara un reto mayor.

Se volvió a aclarar la garganta, en busca de otro tema de conversación, pero no tuvo que hacerlo porque escuchó el ruido de la chimenea del pub y vio que su asistente salía de ella. “Oh, aquí lo tenemos. Eso fue rápido.” Suspiró aliviado y le hizo señas a Tim para que se acercara.

“Harry - oh, hola, usted debe ser el Sr. Malfoy,” dijo Tim educadamente. “Harry, creo que lo traje todo, pero avísame si falta algo. Estaré en el trabajo una hora más -”

“No, gracias, Tim, estoy seguro de que esto es todo.”

“Entonces, te veré mañana,” dijo Tim regresando a la chimenea.

“Nos vemos mañana,” gritó Harry mientras abría el archivo. “Muy bien, veamos... tenemos un mapa del sitio, una lista de los eventos que tendrán lugar durante la semana...”

“¿Todos? Creí que -”

“No, no todos,” contestó Harry. “Sólo aquellos donde hay la posibilidad de que los muggles y los magos entren en contacto. Casi todos los eventos están bien. Con respecto a las cosas muggles, la mayor parte de los magos que los conocen son hijos de muggles que son lo suficientemente prudentes como para causar problemas. Y casi todos los eventos mágicos tienen lugar en lugares y horarios diferentes de los de los muggles. Sólo somos responsables de los que se traslapan.”

“Eso era lo que había pensado.”

Extendieron los papeles sobre la mesa y comenzaron a revisarlos. “Veamos...” dijo Malfoy pensativo, tomando una carta con florituras y garabatos en los márgenes. “Parece que ‘Cuál’ es el nombre del evento, ‘Cuándo’ es la hora y fecha, ‘Dónde’ es el lugar, ‘Quién’ es la descripción de los participantes, y ‘Por qué’ es una explicación de por qué este evento en particular debe ser vigilado por los Enlaces.” Le dio vuelta a la página. “¿Qué es esto?”

Harry echó un vistazo. “Creo que es tuyo. Parece que debes elaborar posibles explicaciones para tener a la mano en caso de que los muggles vean cosas extrañas. Bannerjee pensaba que era una parte divertida del trabajo. Creo que tengo una lista suya por algún lado...” Harry reflexionó brevemente que no se podía imaginar a Malfoy divirtiéndose y siendo creativo en algo que no fuera a avergonzar a alguien más, pero desechó ese pensamiento rápidamente. Mantén la mente abierta, se recordó. “Sí, aquí está.”

Malfoy asintió observándola. “Dios, gracias. La leeré y te haré una copia si lo deseas.”

“Sí, me parece bien.” Harry levantó otra página, un pedazo de pergamino con la leyenda “Representante Mágico” en el frente y le echó un vistazo. “Informar a los magos participantes de las restricciones... aconsejar sobre el comportamiento muggle... advertir sobre protecciones y campos protectores... estar listo para contactar al equipo de Reforzamiento de la Ley Mágica, Obliviadores, Sanadores...” se lo pasó a Malfoy. “Yo ya tengo una copia, pero quizá tú quieras una. De esa manera sabrás qué se supone que es lo que tengo que hacer.”

Malfoy asintió y le entregó un pedazo de pergamino similar con la leyenda “Representante Muggle” en la parte superior y Harry la miró. Era casi lo mismo que ya había descifrado: información turística, contactar al Enlace Mágico en caso de que algún mago rompiera las medidas de seguridad, actuar como contacto para los muggles que sabían de la existencia del mundo mágico, preparar listas con los datos de las organizaciones o gente muggle involucrada en las actividades de Beltane que tuvieran una posibilidad fuerte de entrar en contacto con las actividades mágicas. Era bueno tener una copia escrita como referencia.

“Creo que debo colocar Trasladores,” comentó Harry.

“Sí, y creo que yo no tengo nada que ver con eso.”

Esto era bastante interesante, se dio cuenta Harry mientras seguían hojeando el archivo. Muy diferente a su trabajo regular. No tenía nada de mágico lidiar con gente y actividades en vez de encantamientos complejos o maldiciones. Se permitió un momento de curiosidad al preguntarse si Malfoy lo encontraría interesante porque había magia involucrada, aún cuando fuera algo mínimo.

“Un momento, necesito archivar algunas de estas cosas antes de que continuemos,” comentó Malfoy, abrió su portafolios y rebuscó entre algunos papeles, reorganizándolos con limpieza. Harry alcanzó a ver unas hojas de música junto con papeles de colores brillantes con garabatos.

“¿Le enseñas a niños?” preguntó curioso.

“A unos cuantos.” Malfoy hizo a un lado el trabajo de los niños. “Mis clases y la mayor parte de mis alumnos privados son adultos, pero también dirijo un coro de niños.” Movió otros papeles y Harry alcanzó a ver unas fotografías de lo que parecían ser recortes de periódicos muggles de un grupo de niños cantando en un campo y un niñito moreno cantando al frente.

“Es... interesante.”

“Es una forma de vivir,” dijo Malfoy con aire ausente, escribiendo unas notas en su agenda.

Harry asintió, le dio un trago a su té y se permitió observar a Malfoy durante un minuto mientras que éste estaba ocupado. Ahora que estaba más acostumbrado a los lentes y a la ropa muggles, pudo apreciar que sí le quedaban. De hecho, se veía bien. Definitivamente más maduro. Asentado. Ya no tenía los rasgos afilados y la sonrisa desdeñosa. Traía el cabello más corto de lo que lo había usado en la escuela; bastante desapercibido entre los muggles - tanto como le permitiera ese cabello platinado. Un pequeño arete en una oreja. Y... ¿la guerra no le había dejado una cicatriz en el rostro? La buscó, pero no pudo encontrarla. Quizá había hecho que se la quitaran. O quizá la cubría con un encantamiento.

Pensó un poco en lo que Malfoy vería en él. Ciertamente más viejo. Nunca se molestó en cubrirse la cicatriz, pero ahora llevaba el cabello más largo, atado en una cola de caballo y con canas prematuras por aquí y por allá. Y ciertamente ahora se veía y vestía más como mago que cuando habían estado en la escuela o en la guerra. Y, no estaba seguro, pero sí lo suficiente de que ahora se veía mucho mejor que cuando estaban en la escuela o en la guerra. Al igual que Malfoy. De hecho, cualquiera podría decir que Malfoy era bastante atractivo.

Le dio otro sorbo a su té un poco divertido consigo mismo. Si piensas que Malfoy es atractivo, es que has estado soltero durante mucho tiempo, compañero, se dijo. Un consejo además: nada de sentarse cerca de parejitas en la próxima reunión. Te hace pensar cosas chistosas.

**

“Creo que ésto es todo lo que necesitamos hacer,” dijo finalmente Malfoy cerca de una hora después cuando comenzaron a guardar los pergaminos variados y a escribir los implementos mientas la pareja de la izquierda continuaba con sus lentos juegos preliminares exhibicionistas con entusiasmo intrépido. “¿Me mandas un e-mail cuando lo hayas resuelto?”

“Sí, no hay problema. Tienes tu lista, yo tengo la mía, ¿tenemos lista la próxima reunión?”

“Yo diría que si.”

“Entonces te veré en unas cuantas semanas,” dijo Harry y terminando de recoger sus cosas.

“Nos vemos.” Malfoy verificó su reloj. “Dios, se me está haciendo tarde.” Se levantó, luego miró a Harry un momento como si acabara de darse cuenta de algo. “Bueno. Esto fue... interesante.”

“Sí, lo fue,” dijo Harry. ¿Quién iba a decir que Malfoy podía pasarse dos horas sin comentarios desdeñosos o groserías, e incluso resultar un compañero semi agradable, aunque sin sentido del humor? Era como descubrir que un Niffler podía tejer y bailar tap.

“Entonces, nos veremos en cuatro semanas,” dijo Malfoy en un tono casi amistoso y se fue. Harry pagó su té, le dedicó una última mirada a la pareja de la mesa siguiente, preguntándose si debería pedirle a un camarero que les dejara sobre la mesa un panfleto sobre el sexo seguro o no, y salió.

**

Fecha: 16 de Febrero

De: hjpotter@gringotts.wz

Para: malfoyd@globalcafe.ie

Esta es mi dirección de correo electrónico. No puedo acceder a ella desde cualquier lugar, pero me haré la costumbre de verificarla todas las mañanas.

Fecha: 16 de Febrero

De:  malfoyd@globalcafe.ie

Para: hjpotter@gringotts.wz

La tengo, gracias

Fecha: 25 de Febrero

De: hjpotter@gringotts.wz

Para: malfoyd@globalcafe.ie

Tengo una lista de los grupos de magos que le ocasionaron problemas a Bannerjee durante los eventos de Beltane del año pasado. La llevaré a nuestra siguiente reunión.

Fecha: 26 de Febrero

De: malfoyd@globalcafe.ie

Para: hjpotter@gringotts.wz

Yo también tengo una lista de Stedman. La he mandado como archivo adjunto.

Fecha: 26 de Febrero

De: malfoyd@globalcafe.ie

Para: hjpotter@gringotts.wz

Avísame si necesitas ayuda para abrir los archivos adjuntos.

Fecha: 1º de Marzo

De: hjpotter@gringotts.wz

Para: malfoyd@globalcafe.ie

Gracias. Ya tengo los archivos y pude leerlos. Te adjunto el archivo de Bannerjee.

Fecha: 1º de Marzo

De: malfoyd@globalcafe.ie

Para: hjpotter@gringotts.wz

Gracias, ya lo recibí.

**

15 de Marzo

“¿Tienes la lista de Stedman que te mandé, la que tiene los nombres de los muggles que ocasionaron problemas en la arboleda el año pasado?”

Potter revisó su archivo. “¿Los que al parecer no reaccionaron ante las protecciones anti muggles?”

Draco asintió. “Ésos. Stedman descubrió que pudieron haber sido personas con un poco de magia, pero no la suficiente como para salir sorteados en Hogwarts.”

“Tiene sentido.”

“Dos de ellos murieron, así que es una preocupación menos.” Draco hizo una mueca interior; eso había sido falto de tacto.”Creo que deberíamos mantenernos alertas por si hay más gente como ellos y deberemos proteger el área más fuertemente. Uno de ellos tuvo que ser Obliviado el año pasado.”

Potter asintió y sacó otro pedazo de pergamino. “La lista de Bannerjee de magos que ocasionaron problemas tiene registradas a personas que hacen acto de presencia cada año. Desafortunadamente, la mayor parte de ellos no hace cosas lo suficientemente malas como para que el Ministerio los discipline, o siempre tienen excusas que el Ministerio cree. A estas alturas no creo que podamos hacer mucho más; me pondré en contacto con ellos con una carta fuerte recordándoles que no deben dar problemas otra vez.”

“¿Por qué te molestas, si el Ministerio no hace nada?”

Potter se encogió de hombros. “Tan sólo les haremos saber que los estamos vigilando para evitar que se salgan de control. Además, si se comportan lo suficientemente mal, puede que el Ministerio decida que ya basta y los vede por una serie de infracciones menores aún cuando no hayan cometido alguna grande. De esa forma Bannerjee logró que vedaran a tres de sus problemáticos persistentes el año pasado.”

“A mí no me molestaría poder vedar a algunos de mis casos problemáticos, pero desafortunadamente no están haciendo nada realmente malo.”

“No, supongo que no.”

“Oh, por cierto, recibí una llamada del Enlace Muggle para el Beltane de Dublín.”

“¿Sí?”

“Ella escuchó que ambos somos nuevos en esto, así que quería recordarme que alguien deberá revisar las líneas espirituales de la Colina para ver si pueden descubrir en dónde es probable que aparezcan magos al azar. Supongo que eso es de tu departamento.”

“Sí, eso creo.”

“También sugirió que revise los periódicos locales muggles, así que me suscribí a algunos de ellos. También estoy vigilando los sitios de internet y los foros. Dijo que los muggles se entusiasman con este tipo de cosas ya cerca de la fecha. Probablemente postearán lo que van a hacer y en dónde se van a reunir la noche anterior.”

“Oh, no había pensado en eso. Sí, tiene sentido,” dijo Potter, obviamente complacido, y Draco no pudo evitar sentirse un poco orgulloso - e inmediatamente se sintió tímido por sentirse orgulloso. “Por mi parte,” continuó Potter, “No pude contactar a Bannerjee sobre esa nueva cofradía que va a ir este año - aparentemente está en Australia - pero su hija dijo que las cofradías nuevas registradas van a la oficina de licencias del Ministerio y que no necesito involucrarme para nada.”

“Oh, está bien.”

“También dijo que Bannerjee creía que la carta de Stedman sobre las delegaciones internacionales del año pasado necesitaba más detalles sobre algunas de nuestras restricciones locales. Aquí, déjame ver...” revisó un pergamino antes de dárselo a Draco y comenzó a leerlo junto con él, explicándole algunas de las notas garabateadas más oscuras.

Su trabajo iba bastante bien, pensó Draco mientras Potter explicaba las notas. Estaban trabajando bien juntos, sintiéndose poco a poco más cómodos el uno con el otro. Incluso Potter había sonreído en unas cuantas ocasiones.

Era... un poco raro.

“Si, está bien.” Asintió Draco mientras Potter lo doblaba. “Lo escribiré, tú verifícalo para asegurarnos de que las restricciones sean cosas que podamos pedir que sean restringidas.”

Comenzó a trabajar en la carta mientras Potter leía un reporte, mirando de cuando en cuando las notas de Bannerjee para tomarlas como guía. Era endemoniadamente difícil descifrarlas. La escritura del hombre hacía que los rasguños de pollo parecieran caligrafía, y Draco deseó un buen monitor para hacer todo legible.

Esto no era pero para nada tan incómodo como había esperado. No debería haber sido una sorpresa; Potter había demostrado en la escuela que podía mantener una disputa con los mejores, pero no era desdeñoso por diversión. Y durante la guerra ambos habían tenido que trabajar con tanta gente que no les caía bien que se habían vuelto buenos en ello. Pero esto... casi se podía disfrutar.

Hizo una pausa para volver a leer las notas de Bannerjee sobre las alfombras voladoras y las actitudes comunes de los magos extranjeros hacia las restricciones inglesas concernientes a su uso. Recordó vagamente que su Padre mencionó que esa actitud era un problema común con sus amigos del Este.

Reprimió un suspiro mientras seguía leyendo, mirando de soslayo a Potter que tenía el ceño ligeramente fruncido ante el pergamino que estaba leyendo. Draco estaba consciente, incluso en aquel momento, que mucha de la enemistad entre ellos en Hogwarts se debió a su propio comportamiento. Ahora no había fricciones puesto que vigilaba cuidadosamente lo que decía y hacía. No pudo evitar preguntarse cómo habría sido su relación en ese entonces si hubiera tenido un poco de más cuidado. No, no más cuidado - más bien hubiera sido más amable. En aquel entonces no había habido muchas esperanzas de que fingiera ser amable. ¿Por qué debería haberlo hecho? Era un Malfoy; estaba perfectamente justificado contrariar a los enemigos de su familia, y además, no necesitaba ser amable con nadie, porque a la mayoría de la gente la aterrorizaba su familia o estaba dispuesta a hacer lo que fuera para ganarse su favor.

Reprimió otro suspiro. No había nada como la inseguridad y la falta de poder para enseñarte algunos modales. Terminó su carta.

“Toma, ¿puedes echarle un vistazo?” preguntó. Potter asintió y revisó su carta, abriendo rápidamente el libro Guía de Bolsillo para las Restricciones Mágicas en el Reino Unido. Draco esperó pacientemente, echando un vistazo a su libro Protecciones Mágicas Muggles, Séptima Edición.

Esto era agradable. Potter no era una mala compañía. Miraba a los ojos. Un cabello que se veía tan suave al caer sobre sus hombros en una caída desordenada de negro con trazos plateados, ojos tan vívidamente verdes como siempre, movimientos elegantes y seguros, el aire de estar cómodo con su cuerpo...

Gimió para sus adentros. Oh, mala idea. Muy, muy mala idea permitirse sentir cualquier clase de atracción hacia el Chico Que Vivió. Había una apreciación hacia la belleza masculina, y un anhelo patético, y el apellido Malfoy podría haber sido arrastrado al lodo para dejarlo ahí, pero no  quería decir que Draco tuviera que añadirle a la desgracia el desarrollar un enamoramiento de cachorro hacia Harry Potter. Aún cuando fuera guapo, y aún cuando le recordara tantas cosas pequeñas que extrañaba del mundo mágico. Túnicas, cabello largo, plumas, pergamino - todos esos pequeños detalles que hablaban un lenguaje silencioso que Draco comprendía y lo atraía con una familiaridad placentera. Qué irónico era que Potter, a quien su familia culpaba por poner en peligro toda la forma de vida mágica, viniera a representarle ese estilo de vida.

Eso era todo, se dijo a sí mismo. Tan sólo extrañaba su mundo. Después de estar tanto tiempo en este territorio desconocido, sin estar nunca seguro si estaba haciendo bien las cosas en el mundo muggle, Potter tan sólo representaba seguridad y comodidad, y eso era lo que su subconsciente estaba pescando y malinterpretando como deseo. ¿Y no era irónico que estuviera aquí, explicando la atracción utilizando un concepto muggle como una mala interpretación del subconsciente?

“Bueno, es todo por mi parte,” dijo Potter regresándole la carta y comenzando a guardar sus cosas. “¿Hay algo más de tu parte?”

“No, también por mi lado es todo.”

“Entonces, me avisas si ves algo en internet.”

“Sí, te mandaré un e-mail si encuentro alguna dificultad. O - si lo prefieres puedo mandarte una lechuza -”

“Está bien el e-mail,” dijo Potter. Verificó su reloj. “Oh, maldición - estoy retrasado.”

“Bien.” Draco también verificó el suyo y lo volvió a ver. ¡Diablos! Iba a llegar tarde - ¿cómo podía ser? Nunca llegaba tarde. Debió haber perdido la noción del tiempo. Guardó sus cosas rápidamente frunciendo el ceño.

“¿Estás bien?” preguntó Potter.

“¿Qué?” Oh, sí, es que no me di cuenta de la hora que era -” miró a su alrededor y se mordió un labio. Dentro de La Bruja Atractiva había protecciones anti aparición, él no tenía conexión a la red Flu, había una calle muggle muy transitada afuera, tendría que caminar al menos... tres cuadras antes de poderse Aparecer-

“¿Se te hizo tarde para el trabajo?”

“¿Qué? No, es familiar,” dijo Draco distraídamente. Maldición. No había nada que pudiera hacer, iba a llegar tarde.

“¿Buscas en dónde Aparecerte?”

“Sí,” dijo y se volvió sobresaltado cuando Potter le tocó ligeramente el brazo.

“Ayuda Mini-Invisibilidad,” comentó Potter sacando un pequeño botón rojo. “Sólo funciona durante diez minutos, pero es suficiente cuando todo lo que necesitas es poder Aparecerte en público sin alertar a los muggles.”

“Oh. Gracias,” dijo Draco al tomar el botoncito.

“No hay problema. Y hablando de compromisos familiares, tengo que irme.” Potter sonrió y avanzó hacia la chimenea. “Nos vemos en Abril.”

“Nos vemos,” dijo Draco y aplastó con firmeza esa vocecita que decía que quería que fuera antes.

Capítulo Segundo
Capítulo Tercero
Capítulo Cuarto
Capítulo Quinto

Capítulo Sexto
Capítulo Séptimo

Bueno, las dejamos con el primer capítulo de esta historia, y nos vemos las semana que viene, ¡saludos!

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