Voluntarios

Aug 26, 2009 15:27


Fandom: Harry Potter
Título: Voluntarios
Autora: Anna Fugazzi
Clasificación: M
Resumen: Escrita para el intercambio de fics del livejournal de Beltane: Harry, Draco y un trabajo de voluntariado se suponía que debía ser rápido y sencillo.


Voluntarios

Prólogo

Capítulo Primero

Capítulo Segundo

Capítulo Tercero
Capítulo Cuarto

Capítulo Quinto

Fecha: 22 de Abril

De: malfoyd@globalcafe.ie

Para: hjpotter@gringotts.wz

Creo que Ben estará este Miércoles en la casa de su mamá, tendremos que reprogramar la cita para que jueguen.

Fecha: 23 de Abril

De: hjpotter@gringotts.wz

Para: malfoyd@globalcafe.ie

Qué mal. Se lo diré a Alec.

Fecha: 23 de Abril

De: malfoyd@globalcafe.ie

Para: hjpotter@gringotts.wz

No, olvídalo. Sí estará aquí.

Fecha: 23 de Abril

De: hjpotter@gringotts.wz

Para: malfoyd@globalcafe.ie

Qué bien, nos vemos entonces.

**

Harry dejó que Joshua se girara sobre su mano y observó como se elevaba su pechito dentro de la burbuja protectora y como fruncía la frente. Hermione se movió dormida, murmuró algo y Alec volteó a mirarlo. Harry asintió animándolo, divertido ante lo serio que se estaba tomando el deber de vigilar a Joshua y Hermione durante la breve ausencia de Ron. También lo divertía lo serio que se tomaba el deber auto impuesto de vigilar de cerca a Joshua; al parecer, el otro día a Ben le había fascinado la idea de un bebé dentro de una burbuja y le había preguntado miles de cosas al respecto, y Alec no las había podido responder. Estaría listo para la próxima vez que lo viera.

Y eso sería dentro de dos días. Harry se regañó en silencio por centésima ocasión.

Eso había sido una soberana estupidez. Había asistido al concierto decidido a cumplir con una obligación social y a encontrar alguna manera de salir de este desastre que él solo había creado; porque Ron y Hermione tenían razón. No tenía sentido dejar que se encariñaran Alec y Ben, era una tontería pensar que tenía un futuro, y no tenía sentido dejarse llevar por esta... ridiculez que sentía hacia Draco.

Y luego, cuando estuvieron juntos, Alec estuvo tan feliz, Ben era una personita tan encantadora, y Draco fue tan paciente con Alec, tan deseoso de escucharlo y hablar con él. Tan...atractivo e interesante. Incluso había sido interesante escucharlo hablar sobre su familia, porque Harry había crecido creyendo que la familia Malfoy era un grupo de fanáticos fríos e inhumanos. Y sí lo eran, pero al parecer también habían sido una familia como cualquier otra, con secretos compartidos y momentos de risa y bochorno.

Había tantas cosas que lo atraían, sin importar lo mucho que se repitiera que no le importaba y que no debería interesarle. Como la forma en que Draco se sentía inseguro a la hora de entablar una relación, al igual que él. Como la forma en que parecía que ambos estaban apartados de la gente a su alrededor, Harry por su maldición, Draco por su pasado.

Sin mencionar el hecho de que Draco parecía - en su mayor parte - a gusto con los muggles. Vivía como uno de ellos a pesar de lo difícil que le debió haber resultado tomar ese paso, puesto que lo habían criado para odiarlos. Un Malfoy como muggle. Hablando de Lo que Menos se Piensa de Un Estudiante.

Y... vaya, había ido vestido con una camisa blanca semi casual y unos pantalones negros al igual que los otros miembros del coro, pero en Draco parecían una invitación a que lo miraran abiertamente. Elegante sin ser ostentoso, complementando su piel blanca, haciendo que se viera tan casual, relajado y...

Oh, no vayas para allá, pensó Harry con desmayo. No, piensa en otra cosa.

“¿En dónde está Jasón?” preguntó Alec interrumpiendo sus ideas.

“Está con el tío Fred, porque su mami y su papi están ocupados con el bebé.”

“¿Por qué es tan chiquito? Philippe no lo era.”

“Philippe nació después de haber estado en la pancita de Fleur durante nueve meses. Pero tía Hermione recibió muchos hechizos malos durante la guerra, por lo que le resulta difícil mantener en su pancita a un bebé durante el tiempo necesario para que esté bien.” Alec enarcó las cejas. “No significa que Joshua no esté bien,” se apresuró a decir Harry, “pero va a pasar un rato antes de que pueda ir a casa.”

“Oh.”

Harry miró a Alec pensativo mientras éste observaba a su primito y sintió un nudo en la garganta. Normalmente Alec no se sentía inclinado hacia los bebés, pero... era difícil no sentir algo de pérdida al pensar que nunca pasaría por algo así. Nunca conocería la emoción de ver crecer desde bebé a su propia carne y sangre, nunca vería crecer a su hijo dentro de la mujer que amara.

Tampoco conocería el dolor de perderla en el parto, se recordó a sí mismo. Y con un poco de suerte, si Harry descubría cómo hacerlo bien, crecería sabiendo que le estaba prohibido procrear, pero que no había motivos por los que no pudiera ser padre, si es que quería serlo.

Ron regresó a la habitación, se veía un poco mas descansado que hace una hora, cuando había dejado a Alec y a Harry.

“¿Te sientes mejor?” preguntó Harry.

“Sí, mucho, gracias,” contestó Ron. “Es agradable poder alejarte un rato del olor del hospital. No sé cómo puede dormir aquí Hermione. ¿Estás bien, compañero?” le preguntó a Alec que sonrió y asintió. Ron le revolvió el cabello. “Gracias por ayudarme con el bebé,” dijo quitándole a Harry a Joshua.

Alec asintió y se inclinó metiendo con cuidado un dedo dentro de la burbuja para acariciar la mano de Joshua.

“Ya llegó tu papi, así que ya me voy,” le susurró al bebé y se fue a la esquina del cuarto en donde había dejado sus libros de música.

“¿Cómo está Hermione?” preguntó Harry en voz baja.

“Está mejor. Esto la está desgastando mucho. Sabe que el bebé está bien, pero no esperaba sentirse tan mal porque hubiera sido tan prematuro.”

“No, me imagino.”

Ron abrió la boca para hablar, luego volvió a cerrarla. Observó a Joshua un momento más. “¿Sabes? No creo que podamos hacer esto otra vez,” confesó en voz baja. “Yo... no puedo verla sufrir así. No otra vez.”

Harry se aclaró la garganta asintiendo. “Sí, lo sé.”

“Es que - es muy fuerte, pero no puedo soportar todo el dolor por el que pasó. Ella casi -” Ron cerró la boca, se sonrojó y desvió la mirada. Hubo un silencio tenso antes de que se aclarara la garganta, se veía mortificado.

“¿Qué?” preguntó Harry.

Ron negó con la cabeza. “Yo... soy un to -” volvió a cerrar la boca desviando la mirada hacia Alec que tarareaba en el suelo. “Soy un idiota,” dijo. “Maldición, dije algo completamente estúpido.”

Harry suspiró al comprender. Durante los últimos años había habido momentos así; los Weasley seguían hablando sobre Ginny, pero solo sobre su vida, no sobre su muerte. Ni siquiera de forma indirecta. “No es una estupidez. Es difícil ver algo así,” dijo incómodo, y deseó que cuando menos ese tema no fuera tabú entre Ron y él. Deseó poder encontrar la manera de decirle que estaba bien que hubiera olvidado momentáneamente, en medio del dolor de Hermione, que Harry había pasado por una experiencia similar, con resultados bastante más catastróficos.

Desafortunadamente no tenía idea de cómo comenzar siquiera algo como eso y nunca la había tenido. El viudo y el hermano de la misma mujer no sabían cómo hablar sobre su muerte y lo que sentían al respecto. Tampoco era que quisieran hablar de ello, pero de cuando en cuando su silencio sobre el tema llevaba a momentos como éste y sería bueno ver que ya no pasaban.

Alec tarareaba suavemente para sí un pedazo de canción de las que había escuchado la noche anterior. Era difícil creer que en algún momento había sido tan pequeño como para poder hablar o comunicarse de cualquier forma. Totalmente indefenso y dependiente de Harry y Dobby para todo.

Ayer en el concierto había estado tan animado. Tan alegre, y se quedaron mucho más tiempo del que Harry había planeado, aunque al final se habían tenido que marchar para no mentir sobre la excusa débil de los ‘otros compromisos’ que le había dado a Draco. No había podido escaparse del asunto de la cita para jugar, pero al menos había podido arreglarla para que no hubiera mucho contacto entre él y Draco. Harry llevaría a Alec a su casa y lo recogería unas horas después. Había inventado una excusa para no quedarse.

Una excusa que necesitaba mucho, porque estaba perdiendo el control en lo referente a Draco. Había ido al concierto decidido a permanecer alejado y en cambio, no sólo se había quedado más tiempo del que había querido y concertado una cita para jugar, si no que había revelado su orientación sexual y la maldición detrás de la muerte de Ginny.

Y no se podía dar a sí mismo una buena explicación del por qué. Con el tema de la sexualidad se decía que habría sido deshonesto aceptar la creencia de Draco de que era heterosexual, porque no lo era, nunca lo había sido y no era un secreto, pero era más difícil de explicar por qué le había contado lo de Ginny y la maldición.

No era un secreto de estado, y nadie había jurado mantenerlo así por siempre; sólo hasta que Alec tuviera la edad suficiente para que se le contara, y hasta ese momento, no había mucho riesgo de que llegara a la prensa. Y Harry se decía que Alec pronto tendría la edad suficiente, que la prensa ya no estaba tan interesada en él, y que no era probable que Draco lo utilizara en contra suya o que le contara a alguien al respecto, pero dudaba que pudiera explicarle a alguien porqué lo sentía así. Ni siquiera estaba seguro de ello. En el pasado Draco había demostrado no tener principios y ser una persona manipuladora; ¿por qué sentía Harry que no le diría a nadie de lo que se había enterado?

Y aunque aceptara que no había problema en decírselo a Draco, ¿por qué lo había hecho? Sólo porque no hubiera motivos para no hacer algo, no significaba que lo tuvieras que hacer.

En parte era que le había sorprendido que Draco le preguntara si todo estaba bien. Se había sentido halagado de que se percatara que no estaba bien. Y luego se había sentido algo molesto porque asumiera que era el único con secretos oscuros, mientras que al mismo tiempo quería decirle que no estaba solo. Que no tenía que estar solo.

El momento no podría haber sido más propicio, pero después de que le hubo dicho lo de la maldición no había habido mucho de qué hablar. Después de eso Draco se había mostrado un poco más reservado, pero quizá sólo había estado cansado por haber cantado en el concierto.

Además, se había visto sorprendente ahí arriba. Concentrado, inconsciente de sí mismo, parte de un grupo - nada más ni nada menos que de muggles - y de ninguna forma el centro de atención, y se había visto bastante relajado. Poniendo el alma y el corazón en la música. Harry se había descubierto un poco aturdido al final del concierto, cuando Draco se les había unido nuevamente y de pronto había estado consciente de que lo había estado observando atentamente durante todo el concierto y que ahora que estaba cerca debería detenerse si no quería que lo descubriera.

Suspiró, haciendo un gran esfuerzo por apartar las imágenes eróticas que lo asaltaron cuando estuvo de regreso en su casa e intentaba dormir. Intentó no pensar en cómo finalmente se había dado por vencido y se había permitido fantasear sobre Draco, y se corrió pensando en él de formas que era mejor que se quedaran en su subconsciente. Pensamientos sobre abrir esa camisa blanca, tocar ese pequeña arracada de oro que usaba, tomarle de la mano, unir sus labios, deslizar la mano por su espalda hasta su...

Oh dios, éste no era ni el momento ni el lugar. Se aclaró la garganta, hizo las imágenes a un lado y se controló intentando ignorar el calor que lo estaba invadiendo y que le sonrojaba la cara, en vez de eso, se concentró en el bebé y volteó a mirar a Alec, recordando los primeros días de su hijo.

Había sido tan pequeño. Claro que no tanto como Joshua, pero aún así tan pequeño, tan suave. Tan inocente. Había parecido imposible que una criaturita tan perfecta hubiera sido tocada por la Magia Oscura incluso antes de ser concebida. Que Voldemort hubiera sacado esas manos frías de la tumba para maldecirlo, para romper la perfección de su vida y de la de Harry, y probablemente hacer que lo odiara. Y había decidido en medio de toda la fatiga, culpa y pena que al menos en eso podría derrotar a Voldemort y no dejar que la maldición lo pusiera en contra de su propio hijo, que no había hecho nada para merecer esa maldición.

“¿Crees que deba llevar mis canciones cuando vaya a jugar el Miércoles?” preguntó suavemente Alec subiéndose al regazo de Harry y éste sonrió aún cuando se tensó anticipando la reacción que Ron tendría si se percataba de lo que estaba hablando.

“Sería bueno.”

“¿Crees que le gustaría si fuéramos en tu escoba?”

“Probablemente sí, pero no podemos hacerlo. Viajaremos por la red Flu.”

“¿Por qué no podemos volar?”

“Viven en la parte muggle de la ciudad,” dijo Harry. “Se vería muy raro si llegáramos a visitarlos sobre una escoba.”

“¿Ellos no utilizan las escobas para nada?”

“No, para nada. Sólo las ocupan para barrer los pisos.”

De pronto, Ron aspiró bruscamente y Harry se tensó. “Por favor dime que no está hablando de lo que creo que está hablando,” dijo suavemente después de un momento.

Alec lo miró con curiosidad y Harry tragó con dificultad, pero se mantuvo firme. “Muy bien, no te lo diré,” dijo llanamente.

“Harry -“

“Después,” dijo Harry con firmeza. “Ahora no.” Se obligó a mantener la postura casual y relajada.

“Vamos a hablar sobre esto,” dijo Ron con voz tensa, manteniendo a raya su coraje.

“Shh, Jasón, no sabemos si tu mami está dormida o no,” les llegó la voz inusitadamente suave de Fred, los sorprendió a ambos y se miraron a los ojos unos instantes, acordando en silencio poner en pausa la discusión mientras Jasón y Fred entraban en la habitación.

“Hola, Jasón,” dijo Ron, liberando la burbuja de Joshua y poniéndose a Jasón en el regazo. “¿Cómo se ha portado?” le preguntó a Fred.

“Muy bien, ¿Cómo está -?” Fred bajó la voz al ver que Hermione dormía. “¿Está bien?”

“Sí, sólo cansada,” dijo Ron. “No te preocupes, su cama tiene un hechizo de silencio, no puedes despertarla. No le diste problemas a tu tío, ¿verdad, Jasón?” le preguntó revolviéndole el cabello.

Jasón le dirigió una mirada indignada y Fred rió por lo bajo. “Ronnie, no hay nada que tu hijo pueda hacer que Michelle no haga diez veces peor. Pero le diste su merecido, ¿verdad?”

“Tengo pesadillas, te lo juro,” le dijo Ron a Harry. “Para el momento en que regresemos a Jasón a casa, Michelle ya va a haberlo entrenado para aterrorizarnos a todos.”

Fred rió por lo bajo y le revolvió el cabello a Alec. “¿Y cómo estás tú, pequeño?” preguntó y a Harry le divirtió una vez más ver que Fred, tan rápido para clavar una estaca en los otros miembros de la familia con su lengua mordaz, siempre mostraba debilidad por Alec. Ginny había sido la hermana favorita de Fred y George, y ambos trataban a su hijo con un afecto tan gentil que contrastaba totalmente con la forma en que trataban al resto de la familia.

Que contrastaba totalmente con la forma en que Fred trataba al resto de la familia. George se había endulzado mucho desde la guerra.

Alec le sonrió a su tío y extendió los brazos, y Fred lo levantó del regazo de Harry. “Te estás poniendo enorme,” comentó Fred. “¿Dobby te a estado dando de comer piedras otra vez?”

Alec soltó una risita y negó con la cabeza.

“¿Qué has hecho? ¿Has inventado canciones nuevas?”

“Tengo un amigo,” contestó Alec y Harry y Ron se miraron el uno al otro sobresaltados.

“Erm, Alec -“ Harry comenzó a levantarse dándose cuenta con una sensación de pesar que no tenía la más mínima idea de cómo desviar la conversación.

“¿Un amigo? ¿Quién es tu amigo?” preguntó Fred.

“Su nombre es Ben. Su mami es una muggle, pero su papi es un mago. Trabaja con Papi.”

Fred sonriente, le dirigió una mirada a Harry. “¿Compañero del trabajo?” le preguntó.

“No, sólo está trabajando con papi un ratito, vive en Irlanda ¡y hace música! ¡Y Ben también!”

Fred enarcó las cejas y miró incrédulo a Harry con la boca abierta. A Harry el corazón le dio un vuelco.

“Por favor dime que no está diciendo lo que creo que está diciendo,” dijo Fred después de un momento, y Harry hizo una mueca mientras Alec miraba a Fred con el ceño fruncido, sorprendido.

Ron se aclaró la garganta y se acomodó a Jasón en el regazo mirando a Fred. “Fred, no-“

“Está hablando de Malfoy, ¿verdad?” preguntó peligrosamente y Harry tragó con dificultad.

Maldición.

“Su nombre es Draco,” dijo Alec suavemente e hizo una mueca ligera cuando Fred apretó las manos involuntariamente. “¡Tío Fred!” exclamó, Fred bajó la mirada y aflojó las manos.

“No estás hablando en serio. ¿¿El hijo de Malfoy?? ¡¿Es el nuevo amigo de Alec?!” dijo incrédulo, elevando la voz.

Harry respiró profundo e intentó hablar tranquilo. “Mira, estaba - no fue planeado, pero teníamos que ir a la Colina a colocar unas protecciones y -“

“¿Y dejaste que esa basura se acercara a Alec?” gritó Fred y los otros brincaron alarmados.

“¡Fred!” exclamó Ron parándose con Jasón todavía en brazos. Harry se percató de que Alec y Jasón miraban boquiabiertos a Fred, Alec tenía los ojos verdes muy abiertos y el labio inferior le temblaba un poco.

“¡Detente!” Harry le quitó a Alec, casi arrebatándoselo. “¡Contrólate!”

“¿Qué diablos pasa contigo?” bramó Fred irradiando furia.

Alec enterró la cabeza en el hombro de Harry y éste le acarició el cabello mientras intentaba controlar su propia ira que iba en aumento. “Esto no es asunto tuyo -”

“¿No es -? Es mi sobrino al que estás poniendo en peligro -”

“No estoy poniendo en peligro a mi propio hijo - ¡ha encontrado a un amigo, alguien con quien puede hablar de música y que no lo espanta!” gritó Harry y por su mente cruzó el pensamiento de que ésta no era pero para nada la mejor forma de lidiar con esto y que como un adulto maduro y padre responsable, su prioridad debería ser sacar a Alec de esta situación atemorizante en vez de defender sus decisiones como padre, pero era como si tuviera nuevamente quince años y no pudiera controlar su temperamento.

“¿¿De qué diablos estás hablando?? ¿¿Desde cuándo lo espantamos nosotros??”

Alec se metió mas en el cuello de Harry.

“¡Fred!” dijo Ron con firmeza. “¡Alto!”

“Estás - en verdad apruebas -”

“¡No, pero por todos los infiernos, estás asustando a los niños!” exclamó Ron y Fred tuvo la decencia de verse apenado.

“¿Qué pasa contigo?” repitió bajando la voz ligeramente. “¿Pensaste que como era bonito jugar con el Mortífago vencido, el siguiente paso sería que tu hijo se hiciera amigo del suyo? No fue suficiente poner en peligro a todo el mundo a tu alrededor cuando íbamos en la escuela, ¿ahora quieres hacerle lo mismo a tu propio hijo?”

Harry aspiró con fuerza, se sentía furioso y a la defensiva, iba a matar a Fred. “¡No estoy poniéndolo en peligro! Malfoy no es la misma persona que era en la escuela, y si te molestaras en pensar en -”

“¿Qué? ¿Tienes deseos de morir? ¿Eres adicto a la adrenalina?” gritó Fred. “¿O esto es un tipo de adrenalina diferente? ¿Es porque Malfoy es un maldito marica?”

Aún dentro de su coraje, Harry sintió cómo se ruborizaba, obviamente Fred había lanzado la provocación al aire, pero ahora lo veía incrédulo. “No se trata de eso, ¿o sí?”

“¡No!” gritó Harry. “Y aunque lo fuera -”

“Después de todas las que te hemos buscado, estás tan excitado que-“

“¡¡Maldición!!” gritó Ron furioso. “¡Los dos están actuando como unos completos idiotas!” bajó a Jasón y le quitó a Alec a Harry de los brazos. “Muy bien, vamos niños, dejemos que papi y tío Fred resuelvan esto, ¿sí?” dijo mientras los guiaba afuera de la habitación dirigiéndoles a ambos una mirada de disgusto.

“¿Realmente es lo que está pasando aquí?” preguntó Fred en cuanto la puerta se cerró. “Quieres un acostón, por eso dejas que tu hijo conozca al suyo y tú vas a... ¿qué? ¿Formar lazos basado en la paternidad? ¿Una reminiscencia de la guerra? Pasar un buen -”

“¡No!” dijo Harry a la fuerza. “No es así. A Malfoy y a su hijo les gusta la música, eso es todo, el niño no conoce otros magos, y pensamos que -”

“Oh, ya veo, sí, todo es maravilloso y perfecto, estoy seguro,” dijo Fred, su voz irradiaba coraje. “Qué bueno que se lleven bien, a Alec le encanta la música y oh, mira, a Malfoy también le gusta. Es maravilloso. ¿En qué momento vas a ver la realidad? ¿Después de que te hayas acostado con ese bastardo o después de que Alec haya decidido que Malfoy sea su otro papá?”

“¡No es así! No quiero - no estoy intentando hacer nada-”

“¿Crees que a Ginny le habría agradado ver a su hijo cerca de ese hombre?” exigió Fred.

“¡No lo sé! Quizá no.” Harry respiró profundo. “Pero no está aquí, ¿o sí?”

“¿Entonces vas a reemplazarla con Draco Malfoy?”

“No. No lo voy a hacer.” Harry se sentó, se sentía cansado. Se miró las manos con un millón de emociones girando en su interior. “Mira... no puedo regresarla, ¿o sí? No estoy intentando reemplazarla, sólo-“

Fred negó con la cabeza e hizo un sonido de disgusto bastante elocuente. “Quieres divertirte, adelante, adelante, compañero. Nosotros cuidaremos a Alec, puedes acostarte con cuantos sujetos quieras, chicas también, a quién le importa. Si eso es lo que -“

“¡Eso no es lo que quiero!” gritó bruscamente Harry.

“Entonces, ¡¿qué diablos quieres?!”

“¡Ya no quiero estar tan solo!” gritó poniéndose de pie, con desmayo se dio cuenta de que tenía los ojos llenos de lágrimas y que estaba temblando. Retrocedió un paso, se cubrió la cara con una mano temblorosa y respiró lentamente. “No voy a hablar de esto. Nadie puede hablar contigo cuando te pones así.” Se volvió sobre sus talones chocando casi con Ron que estaba en el pasillo de rodillas con los dos pequeños, hablando con el retrato de una medibruja que cargaba a una bebé sirena.

Tragó con dificultad y se inclinó para volver a cargar a Alec, se percató de que aunque ya se veía más despejado, todavía estaba un poco intranquilo. Ron le dirigió una mirada inquisitiva antes de volver a entrar en la habitación del hospital.

“¿Qué pasó, papi?” susurró Alec, Harry presionó su mejilla contra la de su hijo intentando descubrir cómo explicar la situación.

“Eh. Tío Fred conoció a Draco hace mucho, mucho tiempo,” dijo con cuidado. “Y no se llevaban muy bien. Tío Fred cree que Draco sigue siendo el mismo de antes.” Ya. Era patéticamente inadecuado, pero tendría que bastar.

“¿Draco era muy malo?”

Harry hizo otra pausa, agradecido por que la medibruja y la bebé sirena del retrato mantuvieran entretenido a Jasón. “No siempre fue una buena persona, pero muchos no lo son cuando están jóvenes y cuando crecen, cambian. Mi papi tampoco fue muy buena persona cuando estuvo en la escuela. La gente puede cambiar.”

“¿Tío Fred no piensa así?”

“No en el caso de Draco. Esa parte no te la puedo explicar, pequeño. Tío Fred tiene sus propios motivos para pensar como piensa.”

Alec asintió, sintiéndose algo reconfortado. Harry lo bajó. “Voy a decirle adiós a Tío Ron y a Tío Fred, ¿si? Luego nos iremos a casa.”

Alec se fue trotando hacia el retrato y se le quedó mirando atento mientras la medibruja le hablaba a la bebé en lo que parecía ser sirenio. Harry abrió un poco la puerta, se detuvo cuando escuchó la voz exasperada de Ron.

“ - no le dijimos que estaba bien, idiota! ¡Los dos le dijimos que era una mala idea!”

“Y luego lo dejaron hacer lo que estaba haciendo.”

“¡No somos sus padres, Fred! Dijo que solamente estaban trabajando - ¡yo no sabía que Malfoy iba a invitar a Alec y que Harry diría que sí! Pensamos que diría que lo sentía, que no iba a funcionar -“

“¡Pero no lo hizo! Y tú no puedes simplemente-“

“¡Iba a hablar con él después porque no quería entrar a un concurso de gritos y asustar a Alec! ¿Recuerdas a Alec? A él es al que estamos tratando de proteger aquí. Al pequeño que acaba de mirarte como si estuvieras a punto de lanzarle la maldición Cruciatus a su papá.”

“¡¿Y no crees que vale la pena espantar a Alec, si eso lo mantiene alejado de Malfoy?!”

Silencio. “No, no lo creo.”

Fred hizo un sonido de incredulidad. “Entonces eres un soberano idiota.”

“Quizá tú eres el soberano idiota,” replicó Ron. “Estamos hablando de Draco Malfoy. No de Quien Tu - no de Voldemort. Hermione anduvo haciendo preguntas, y no ha ocasionado problemas desde que salió de Azkaban. Ninguno. Y lo vigilan día y noche Aurores que sólo esperan cualquier excusa para volverlo a meter. Si estornudara chueco, ya lo habrían atrapado.”

“Oh, por favor.”

“Además, Harry confía en él. Quizá deberías analizar eso.”

“¡No estarás hablando en serio!”

“¡Trabaja con muggles y con niños, Fred! El Malfoy que conocimos nunca hubiera hecho ninguna de las dos cosas. Quizá sí ha cambiado, ¿sabes?”

Fred hizo otro sonido de disgusto.

“Mira, él hace felices a Alec y a Harry,” dijo Ron, se escuchaba cansado. “Dios sabe que los demás no hemos tenido mucha suerte con ninguno de los dos. Quizá por una vez deberías de confiar en el juicio de Harry. Quizá Malfoy se merece una segunda oportunidad. Quizá ya ha pagado con creces lo que hizo.”

“¡Mira a Bill a la cara y dime que ya pagó por lo que hizo!”

“Detente,” dijo Ron con brusquedad. “¡Mira al hijo de Ginny y dime si él merece seguir pagando por lo que Voldemort hizo!”

“¡Voldemort no dejó entrar a los mortífagos que le arrancaron media cara a Bill!”

“¡Tenía dieciséis años! ¡Y ese bastardo estaba amenazando a sus padres!”

“¿Ahora lo defiendes?”

“No lo haría si no fuera por Alec. Y Harry.”

“Nosotros podemos cuidar a Alec.”

“¿Ah, sí? ¿Vas a dejar a tus propios hijos en casa para poder llevarlo a la cama todas las noches? ¿Vas a levantarlo cuando se raspe la rodilla? ¿Vas a darle su primera lección de vuelo? Todos decimos que vamos a estar ahí para él, pero no es lo mismo que tener dos padres.”

“¿Quieres que eso sea el otro padre de Alec?”

“¡No, claro que no! Yo estuve en su misma generación, si alguien de esta familia lo conoce, soy yo. Ese bastardo casi me mató, ¿lo recuerdas? Pero puedo ver cuánto trabajo le está costando a Harry estar por su cuenta. Además, quién sabe, si sale con Malfoy, finalmente logrará superar lo de Ginny y comenzará a salir con otra gente. Quizá hasta encontrar otra mamá o papá para Alec.”

“No lo quiero cerca de mi sobrino.”

“No es tu decisión.” Se oyó que arrastraban una silla. “No eres el único que ha sufrido, Fred.”

“Eres un idiota,” dijo Fred, su voz se escuchaba más cerca. Abrió la puerta, empujando a Harry al pasar alejándose sin decir otra palabra.

Ron lo siguió afuera, dirigiéndole a Hermione y al bebé una mirada rápida para después reunirse con Harry y los niños en el pasillo.

“¿Lo dijiste en serio?” preguntó Harry después de un momento.

“¿Qué? ¿Lo de confiar en tu juicio?”

“Sí.”

“No.” Ron se aclaró la garganta. “No puedo creer que esté diciendo esto porque es algo que Hermione diría, pero estás siendo muy irresponsable. Para empezar, Fred no es el único que pensará así.”

Harry suspiró. “Lo sé.”

“Pero te apoyamos,” dijo Ron a regañadientes. “Creo que estás equivocado y que la vas a regar completamente, pero te apoyo. Y Fred lo entenderá. Eso espero.”

Harry asintió mirando a Alec. Esto era una estupidez. En realidad no iba a hacer nada. Todo este alboroto por tan poco. Esto, lo que fuera, entre Draco y él no apuntaba a nada más que una relación entre sus hijos. Y algunos sueños y pensamientos que cada vez se volvían mas difíciles de negar...

“Todo esto es por nada,” murmuró. “Quizá Draco ni siquiera quiera tener algo que ver conmigo.”

Ron puso los ojos en blanco. “De acuerdo, no necesito que Hermione me ayude con esto. Vamos, no eres tan ingenuo. Malfoy ha estado opacado por años; ¿no crees que saltaría ante la oportunidad de salir contigo, le gustes o no? Tan sólo con la publicidad -”

“De hecho, creo que eso lo alejaría más que otra cosa. Está intentando no llamar la atención. Por el bien de su hijo.”

Ron movió la cabeza. “No voy a discutir esto contigo, pero eres un idiota rematado si crees eso.” Se frotó la frente y suspiró. “Mira, lo dije en serio, compañero. Te apoyamos aunque creamos que eres un tonto. Eres un Weasley honorario de por vida, te guste o no. No puedes deshacerte de nosotros tan fácilmente.”

“Simplemente eso podría desanimar a Malfoy aún en el supuesto caso de que quisiera algo conmigo.”

Ron sonrió. “Buen punto.” Se puso serio. “Sólo... ten cuidado.”

Harry asintió. “Sí. Lo intentaré.”

Continuación

voluntarios

Previous post Next post
Up