Capítulo 28
~Ajustes de dormitorio~
Sentarse en la mesa de recreo era muy tonto para Suho, pero su actitud sobre el exterior no mostró su incomodidad. Habló abiertamente con la madre de Lay sobre cualquier a propósito de evitar un silencio incómodo.
Lay se sentó en frente suyo y durante diez minutos, muy discretamente y calculadoramente, dio patadas en la espinilla de Suho bajo la mesa. A veces, golpearía justo el punto adecuado para que sofoque un gruñido mordiendo la vajilla de plata en su boca, dando a la mujer al lado de ellos, una risa que le aseguraba que se encontraba bien.
Suho no estaba bastante distraído para olvidar su objetivo allí. El reflejo del piercing de Lay lo hizo difícil de olvidar. Limpió su garganta y despacio se levantó de su silla. “¿Puedo usar su baño por un momento?” Le preguntó a la madre, quien lo miró y sonrió.
“Claro. Abajo en el pasillo izquierdo. Está el, oh-”
“-La tercera puerta a la derecha.” Lay terminó por su mamá.
“¡Gracias!”
Hizo su camino de la mesa y se disculpó, dirigiéndose a donde los pasillos estaban. Lay había dicho que el baño estaba en el lado derecho pero, a la mierda la derecha. Suho volteó a la izquierda.
Abrió la primera puerta que se encontró y la cerró una vez que vio que solo era un armario. El siguiente también era un armario. Suspiró, y siguió yendo de todas maneras. Había tantas puertas, se sintió como en un programa de concursos. Tantos cuartos, no usados e intactos. Cuando pasó por todos aquellos, había sólo un espacio dejado y era el más apartado. Hizo una mueca cuando comenzó a pensar que Chanyeol le dio la información incorrecta de cuál parte de la casa era el dormitorio de Lay. Giró la perilla de la puerta final y suspiró en el alivio. El gigante no lo había estropeado.
Le echó un vistazo al ambiente. Curiosamente, a pesar de la mirada lisa de Lay con su pelo, ropa, y coche, su cuarto era un desastre. Suho frunció el ceño. ¿Cómo voy a encontrar la estúpida hoja de papel? Caminó y cerró la puerta detrás de él.
Suho arrugó su frente al ver la mierda desordenada por todas partes. ¿Cómo puede vivir así? Pensó mientras daba patadas a artículos aparte con su pie. Mordió sus labios mientras trató de recuperarse. Tenía que recuperar su cabeza en el juego. No estaba allí para juzgar el triste nivel de vida de Lay. La Carta. Él estaba allí para encontrar una carta que Baekhyun supuestamente había escrito y que supuestamente, Lay tomó. Había demasiadas dudas para estar cien por ciento seguro de que su razón de estar allí y gastar quince minutos tomando desayuno con esa bestia grosera y su - sorprendentemente amable-madre, era legítima.
Atravesó hasta al escritorio de Lay y movió papeles a su alrededor. Oh, una marcación de cincuenta y cinco sobre un test de cien puntos…lástima. Sus dedos levantaron papel por papel. Sesenta de setenta y cinco. Nada mal… Mmm, papel de detención. Oh, aquí hay otro. Hizo mueca con sus labios. ¿Qué imagen quería poner Lay si era tan malditamente odioso? No es que Suho no supiera esto. Un ensayo con un párrafo que contiene dos oraciones... Vago.
Cuando notó que la carta no estaba en el montón de fracasos de Lay, comenzó a mover objetos alrededor de su escritorio para ver si lo ocultaba bajo algo. Levantó encima del portalápiz y no vio nada debajo de ello. Realmente, sin embargo, notó las lapiceras. ¿Alguna vez habrá oído que debe tirarlas vacías? Frunció el ceño a la pereza absoluta de Lay para incluso tirarlas con contenido todavía. Se tomó la libertad de tomar las que parecían inútiles tirándolas a la basura. Pero, la basura estaba montada con el papel y rebotaron, cayendo al suelo, molestándolo. ¡Incluso la basura!
Se quejó con palabras atacando al estilo de vida de Lay mientras se movía desde el escritorio. Fue a los cajones junto a su cama, tirando de ellos para abrirlos. No había nada en el interior del primer cajón a excepción de un papel, un reloj, y unos calcetines no utilizados. Con la primera es inútil, Verificó el debajo de ella.
Casi rompió su propia regla y maldijo en voz alta. Al chico le faltaba buenas notas y estilo pero, ¿y ésta caja de condones? No. El chico tenía una carga de mierda en oferta. Saber a ciencia cierta que no iba a encontrar la carta en el cajoncito de Lay, lo cerró y se puso de pie.
Fue al siguiente armario arrastrando los pies a través de su ropa, que estuvieron sorprendentemente bien doblados. Suho sabía que era todo gracias a la ayuda en casa. Rico y perezoso, pensó, poniendo los ojos mientras sus manos sentían el fondo de los cajones de la cómoda. Comprobó todos los rincones, pero no halló nada.
Empezó a pensar que el instinto de Chanyeol fue erróneo. Frunció el ceño pateando una pelota de goma en el suelo- ¡¿por qué tiene esto?!-la observó hasta que se metió por debajo de la cama de Lay. Se quedó allí un minuto, sintiendo un pensamiento que venía hacia él, tratando de pescar a cabo antes de que se perdiera. Entonces lo consiguió. ¡La cama! Suho sintió que su alma se elevaba, pero luego chocó de nuevo al darse cuenta de lo que tenía que hacer. Tenía que tirarse al piso.
Hizo una mueca tan reacia, pensó que el profundo ceño fruncido en su rostro se haría permanente. El piso... ¿por qué nadie viene aquí y limpiar estas cosas del piso? Respiró hondo antes de ganar el nervio a caer de rodillas y manos, arrastrándose más cerca de la cama. Movió piezas de papel a distancia con la mano. Tomó la cubierta de Lay y la levantó suficientemente alto como para meter la cabeza abajo.
Sus ojos se tomaron un tiempo para readaptarse a la falta de iluminación. Esperaba que el lugar sea el más sucio, pero yacía estéril sin nada allí, con excepción de un pedazo arrancado de una carta crudamente escrita y rota
Suho parpadeó y sonrió. Encontrado. Empujó más de su cuerpo debajo de la cama para recuperar el papel. Nunca voy a dudar de tus instintos, Park. Empezó a arrastrarse de debajo de la cama, cayendo de espaldas para asegurarse de no rasparse.
Terminó consiguiendo un ligero dolor de estómago mientras su cuerpo era arrastrado por la fuerza empleada de otra persona. Siseó de dolor. Agarrando la carta en la mano y retorciendo su cuerpo para mirar a la persona responsable.
“¿Estás jodidamente perdido o qué?” Lay gruñó. Se agachó y lo agarró por el cuello, tirando de él hacia arriba. “¿Quién carajo te dio permiso para venir aquí?”
Suho le dio una sonrisa y se encogió de hombros. “Debo de haber tomado el camino equivocado.”
Lay gruñó y le lanzó una mirada. “Sigues entrometiéndote en mi vida. ¿Qué diablos es lo que quieres?”
Suho se encogió de hombros, sin importarle el hecho de que su cuello dolía mientras era tirado hacia adelante por las manos de Lay. “¿No podría pedirte la misma cosa sobre tus actividades?”
Enojado, Lay lo empujó en la cama y enn el proceso, Suho soltó la carta, la dejó caer en el suelo. La mirada que tenía en su rostro hizo sentir a Lay como si tuviera el control. “Me estoy hartando de tu mierda.”
“Pues-”
“-cállate y jódete” Lay intervino. Merodeó adelante y agarró a Suho por el cinturón.
“¿¡Qué estás haciendo!?” Suho gruñó entre dientes cuando sus manos llegaron a las de Lay, pero ya era demasiado tarde. Éste consiguió deshacer las hebillas y tirar de él por su cuenta.
“Asustándote y traumatizándote.”
“¿Es ésta la manera en la que asustas a las personas? Suho retó.
Lay se encogió de hombros. “Último recurso. No me gusta usarlo, pero en tu caso, realmente no tengo muchas opciones.” Respondió y se desabrochó los pantalones, acercándose más a Suho.
“¡¿Y crees que voy a dejarte hacer lo que demonios quieras?!”
“No es como que tengas opción.” Retumbó tirando el dobladillo del pantalón de Suho. Echó un vistazo a su rostro para ver si reaccionaba de la forma en que se suponía decía ser: miedo. Pero para su sorpresa, Lay fue lanzado de su eje centrado, Suho estaba mirándolo y al mismo tiempo, dándole una sonrisa de satisfacción con el ceño fruncido.
La siguiente cosa que supo Lay, era que Suho dio patadas en su estómago haciéndolo tropezar hacia atrás. Saltó de la cama y lo agarró desprevenido jalando de su camisa para empujarlo sobre la cama, invirtiendo posiciones.
Lay quedó en shock a la vuelta repentina de los actos y sus ojos se abrieron cuando un Suho amenazador le cubrió y se inclinó hacia delante acercándose a él. Entonces, lo oyó decir con mirada autoritaria: "No voy abajo para hembras como tú."
Kyungsoo despertó con su cabeza adolorida, como si alguien siguiera repetidamente golpeándolo despiadadamente. Gimió. Quiso perder terreno en un sueño adormecido. No le gustaba el dolor. No le gustaba. Se movió e intentó levantarse de la cama en la que estaba, pero fue disparado con un dolor aún peor en su espalda baja.
Oh por Dios… ¿¡Qué rayos!? Su mente se disparó. Dolió y dolió. Con una mirada atontada, comenzó a enfocar sus ojos al lugar en donde estaba. Agh, qué hora es,… Aclaraba sus ojos y miró a su izquierda donde su despertador tendría que estar pero no vio nada. Sólo un espacio en blanco. Incluso su escritorio no estaba allí. ¿Qué?
Lentamente se percató que sus cosas no estaban donde tendrían que estar. Esto lo hizo despertar completamente. Miró alrededor, ahora con los ojos abiertos y totalmente enfocados se dio cuenta. Ésta no era su habitación. Era demasiado moderno. Demasiado liso, fino. También... ¡Tan… no suyo!
Espera… ¡¿En qué cama estaba él, entonces?! Kyungsoo comenzó a entrar en pánico. Se movió alrededor de la cama incluso doliéndole como el infierno por todas partes. Dio patadas a las cubiertas, pero debió haber exagerado en el proceso porque oyó que un gemido que retumbó a su lado.
Entrando en pánico, Kyungsoo corrió rápidamente al lado de la cama y cayó. No entendió por qué sus piernas no respondían como debían o por qué su cuerpo se desplomó tan de repente. Rodillas primero, pero Kyungsoo ya lo comprendía y la idea lo asustó. Era entonces cuando sintió el piso frío en su estado desnudo. Se quedó sin palabras.
Oyó algo crujir desde arriba, encima de la cama, y Kyungsoo quiso apresurarse, levantarse, y correr pero, ¡sus piernas no funcionaban! A lo mejor si avanzaba lentamente, pero de nada le sirvió el intento cuando quiso escaparse de-
“¿Kyung?” Una voz adormilada llamó.
Kyungsoo reconoció la voz. “¿K-Kai?”
La cabeza de Kai apareció del lado, mirándolo desde su lugar. Su pelo estaba hecho un maldito lío sexy, además de una sonrisa feliz, la temprana mañana en su rostro. “¿Qué estás haciendo allí abajo, Kyung?”
El mencionado no contestó de inmediato. Miró alrededor por algo con qué cubrirse. ¡Estaba desnudo frente al tipo con el que la pasaron ruidosamente en la fiesta! No cualquier tipo, tampoco. Era Kai. El más joven, experimentado y más caliente - no, no caliente… Kyungsoo sacudió su cabeza. Sus manos encontraron agarre en la cubierta, derribándolo. Kai rodó a su lado y permitió a Kyungsoo que tome lo que quiera.
“¡Lo siento!” Kyungsoo gimió. Rápidamente se abrigó con la cubierta alrededor de él. “No sé lo que hago aquí. Probablemente te preguntas por qué demonios estoy desnudo. ¡No lo sé! Te juro que-”
Kai sonrió con superioridad absoluta. “Yah, ven aquí.” Palmeó la cama mientras se sentaba.
“No puedo.”
“¿Por qué no?”
“Mis piernas no responden…” Kyungsoo dijo en una manera apenaba que el más alto casi no oyó. Casi. Las palabras escuchadas, iluminaron su cara aún más. “No recuerdo nada, Kai.” Sonaba decepcionado. “¿Por qué mi zona inferior duele? ¿Por qué no puedo estar de pie correctamente sin caerme? ¿Por qué?”
Kai tuvo que inclinar su cabeza. “Kyung, ¿En serio no recuerdas?”
Lentamente, el mencionado sacudió su cabeza. Echó una mirada abajo para luego volver a poner sus ojos en la cama, y luego en Kai. “No…”
El alto curveó su labio de lado y suspiró. Bajó de la cama hasta quedar al nivel de Kyungsoo, sin siquiera importarle que lo viera en toda su gloria desnuda. Inmediatamente, al notar la presencia, Kyungsoo miró lejos. “¡L-lo siento!”
“Hm. No te preocupes.” Kai lo miró. “De todas formas, la noche anterior perdiste tu virginidad.” Miró los ojos de quien le devolvió la mirada al instante.
“¿Con quién? ¿La chica de la fiest-?" Casi entra en pánico hasta que Kai sacudió su cabeza. "¿Qué…? Entonces, ¿con quién?"
Kai le sonrió satisfecho y con una mano, lo sostuvo por la barbilla. Entonces acercó su cabeza y la juntó con la del chico de ojos sorprendidos. “Al que estás mirando justo ahora.”
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