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Uno.
Melodía para leer
AQUÍ Manos inquietas se presionan una a la otra debajo de la mesa mientras Sehun trata de mantener la compostura. Ésta es la primera salida de negocios con Jongin. Conseguir un cliente muy importante y un elegante restaurante, calzan para esa situación, tiene una dosis cargada de nervios.
Cortinas de tela sueltas desde el techo al piso, reflejan el brillo de la parpadeante luz de las velas, largos muros que se deslizan por los negros azulejos moteados con toques de dorado. La mayoría de clientes probablemente tienen suficiente dinero en sus cuentas bancarias como para hundir un barco de batalla. Si su inmaculada indumentaria no los delata, entonces la manera en la que sus narices sobresalen en el aire seguramente lo hace. Sehun no encaja en absoluto, y esto está causando que su estómago se retuerza en incómodos nudos.
Un malhumorado hombre con pómulos agudos se sienta en frente de ellos. La luz de las velas proyecta espeluznantes sombras sobre las zonas de su arrugada piel mientras habla “Conocí al padre de Kris por muchos años. Fue un hombre muy inteligente y siempre se esforzó por conseguir lo mejor, así que no fue sorpresa cuando su empresa superó a la mía.”
“Sí, escuché mucho acerca de usted, Sr. Lee. Kris habló con muy buenas referencias.” La respuesta de Jongin es impecable. Si hay una cosa que Sehun ha aprendido en esta primera semana trabajando en la Compañía Wu, es que el Sr. Kim nunca se acelera. Para cada argumento tiene una manera de refutar, y para cada pregunta una respuesta. Sehun en secreto lo encuentra admirable y espera que algún día él sea capaz de tener esa habilidad.
Por el rabillo del ojo, Sehun evalúa al muchacho sentado a la derecha de su cliente, el Sr. Lee. Parece muy sereno y paciente. Cada mechón de oscuro cabello está peinado en su lugar y la tela de su traje azul marino está perfectamente limpia. Es el vivo ejemplo del profesionalismo, y de esta manera, todo lo que Sehun no es.
Sehun necesita un momento para silenciar su ruidosa mente y se disculpa cortésmente para retirarse de la mesa. Al fin llega al baño, pero aun así se siente derrotado. Luce más como el baño de una mansión o incluso un spa. Se para frente a los lavabos de mármol, se mira en el espejo, y se estremece.
Una delgada línea de sudor corre por su frente, su piel ha tomado un inquietante tono pálido. No es sorpresa que el señor perfecto secretario lo haya mirado tan mal. Sehun luce terrible.
“Estás haciendo una tormenta en un vaso de agua”, se dice a sí mismo mientras arroja agua fría a su rostro para luego secarlo con una toalla. “Sólo es una cena. Siéntate allí, sonríe, habla solo cuando se dirijan a ti, y todo estará bien.”
Pero cuando Sehun regresa a la mesa y toma asiento, su rodilla accidentalmente la golpea, causando que una copa con vino tinto caiga y se derrame sobre el costoso traje Armani. El Sr. Lee lanza una serie de crudas maldiciones mientras su secretario limpia frenéticamente las manchas, presionándolas contra la tela.
“¡Solo déjalas!” exclama el Sr. Lee mientras se levanta de la mesa con el ceño fruncido. La mesa emite un fuerte chirrido sobre el piso de azulejos justo cuando una mesera llegaba con la bandeja llena de comida. Su pantorrilla choca con la silla y cae hacia delante vertiendo sobre ella y otros comensales, una porción familiar de spaghetti. Sehun es rápido en reaccionar y balbucear una sarta de disculpas.
“Estoy tan apenado Sr. Lee. Fue un accidente. Pagaré por el lavado en seco y…”
“¿Y qué harás exactamente? El hombre dice con desprecio y la mandíbula apretada. “Este traje vale más que tu ridícula vida, y lo acabas de arruinar. Dudo mucho que cualquier tipo de lavado en seco lo arregle.” Acto seguido gira hacia Jongin. “Y tú necesitas hacer algo sobre este lamentable intento de secretario personal.”
“Lo tendré en mente.”, Susurra Jongin limpiando de su rostro las gotas de saliva que fueron disparadas hacia él.
El rostro del Sr. Lee se torna en un profundo color rojo, saca de un tirón su billetera y golpea un fajo de billetes contra el pecho de Jongin. “Esto es para la cena. Es algo más de lo que debería ya que hablaré con el Sr. Wu sobre este pequeño y patético incidente. Necesitarás un nuevo trabajo para el momento en que termine.”
Luego el Sr. Lee y su secretario se retiraron del restaurante, dejando caos y rostros boquiabiertos a su rastro.
Ni Jongin ni Sehun dicen algo al regresar al auto de la compañía. Jongin le indica al chofer que los conduzca de regreso a la oficina y Sehun sigue esperando por algo- que lo reprenda, un sermón, o quizá que lo despidan. Aproximadamente luego de dos minutos de viaje, Jongin recibe la temida llamada telefónica.
“¿Hola?”
“¿Hola? ¿Hola? ¿Estás bromeando? Te deshiciste de un cliente importante en menos de una hora y todo lo que puedes decir es ¿Hola?” La voz de Kris retumba en el auricular.
Jongin tiene que alejar el teléfono de su oído un momento antes de continuar. “¿Sí? ¿Cuál es el problema?”
“¿Cuál es el problema?” Ese hombre me regañó tan fuerte que me dio un nuevo idiota con quién desquitarme. No estoy seguro de que hizo Sehun para molestar tanto al Sr. Lee, pero ese pequeño imbécil merece un aumento.”
“Sabía que dirías eso.”
“No lo puedo creer. Te envié para que rechaces la propuesta de Mr. Lee pero al final Sehun fue el que lo cortó de raíz. He querido deshacerme de ese bastardo durante años.” Jongin escucha al secretario de Kris, Tao, murmurar algo en el fondo. “Mierda. Escucha…Me tengo que ir. Asegúrate que Sehun reciba ese aumento lo más pronto posible.” La llamada se corta antes que Jongin pueda contestar.
Sehun se retuerce en su asiento como estudiante que ha sido enviado a la oficina del director. Sus manos se sacuden nerviosamente en su regazo mientras mordisquea su labio inferior. Es un hábito que Jongin ha notado que el otro hace cuando está ansioso, y cada vez, los ojos de Jongin se enfocan en esto más de lo necesario.
“¿Qué dijo? ¿Estoy despedido?” El secretario agacha la cabeza con vergüenza.
“Te acaba de dar un aumento.”
“¡Lo sabía! Esper… ¡Qué!”
“Para hacerlo más fácil, el Sr. Wu odia al Sr. Lee. Y tú solo acabas de hacerle un enorme favor a nuestro director ejecutivo.”
“¿Estas bromeando, cierto?”
Jongin no sabe que hay sobre él, pero antes que tenga tiempo para pensarlo, una mano se estira a despeinar el sedoso cabello de Sehun. “Tienes mucho que aprender sobre este lugar, novato. Los juegos de los ricos y poderosos nunca tienen sentido. Estarás mejor si solo aceptas la propuesta del Sr. Wu. Confía en mí.”
Sehun está sorprendido por el audaz gesto del Sr. Kim y abre la boca para responder pero lo piensa bien. No todos los días tienes un aumento por algo como esto. Además realmente podría usar ese dinero, así que solo asiente como señal de aceptación.
El silencio reina durante el viaje de regreso a la oficina. Jongin mira fijamente por la ventana como si no fuera algo fuera de lo común pero su reflejo lo engaña. Ojos oscurecidos van a la par con edificios y calles congestionadas, escondiendo todos los pensamientos honestos debajo de una máscara de profesionalismo.
Sehun ha visto esa mirada algunas veces antes. Es desconcertante como alguien que aparenta tenerlo todo, puede lucir tan vacío. Eso ha estado inquietando a Sehun, haciendo que no solo esté curioso sobre el Sr. Kim, si no, haciéndolo deseoso de aprender más sobre él.
Sin que él otro lo sepa, Jongin puede sentir un par de ojos haciendo un orificio en su caparazón, pero él no puede encontrar la manera de preguntarle a su secretario por qué o incluso esconder el hecho de que algo pesa sobre sus hombros. Ansía llegar a casa pero también teme. Ir a casa significa enfrentar una vida que ya no existe. Ir a casa significa mostrarle cariño a alguien que nunca le corresponde. Ir a casa es desmoronarse pedazo por miserable pedazo. Realmente teme que llegue el día en el que sus pedazos estén tan dispersos, que no habrá quién pueda recogerlos y juntarlos de nuevo.
Esa noche, Jongin termina su propuesta y se la envía a Sehun para que se le entregue a Kris. El hombre ha estado hostigándolo sobre esa maldita cosa toda la semana, así que él se quedó una hora más para poder terminarlo.
Su nuevo secretario ha sido de gran ayuda. Sehun es joven pero aprende nuevas tareas con una sorprendente y rápida precisión. En resumen, Jongin está impresionado con el desenvolvimiento de Sehun y acepta que ha sido algo bueno haberle dado un aumento. Claro, Sehun recibe puntos extras por tener el Mocha de Jongin esperándolo en su escritorio cada mañana también.
Jongin fija su mirada en lo que se encuentra fuera de los paneles de vidrio de su oficina, observa la pintura clara y decolorada como un hermoso atardecer otra vez. Cuando el último hilo de luz se desliza bajo el horizonte, la puerta de su oficina se abre de repente. No necesita voltear para saber quién es, porque Sehun es la única persona que puede ser tan silencioso al entrar a su oficina.
“La ciudad luce hermosa a ésta hora del día” dice Sehun, ubicándose al lado de su jefe.
Hay un momento de silencio antes que Jongin responda. “Como trabajaste tan arduamente esta semana, te contaré un pequeño secreto. Pueda que suene algo cursi pero…alguna vez alguien me dijo algo que recordaré cada vez que vea el atardecer.”
“¿Qué es?”
“Una imagen vale más que mil palabras, pero a veces, mil no es suficiente.”
Las palabras calan en lo profundo de Sehun más de lo que esperaba. Lo único en lo que puede pensar es en qué tipo de persona le enseñó al Sr. Kim aquella frase tan significativa y porque lo dejó tan impresionado.
“¿Sehun?”
“¿Sí, señor?”
“Quiero decirte que has hecho un muy buen trabajo. Sólo has estado aquí una semana y ya siento como si las cosas estuviesen funcionando sencillamente. Oh, y felicitaciones por tu aumento.”
“Gracias señor.”
“Ahora ve a casa y descansa. Tengo el presentimiento que el Sr. Wu me presionará en presentar esa propuesta mañana. Él es el rey del corto plazo. Y entre tú y yo…si no fuera mi jefe…probablemente ya hubiera empujado su trasero por el hueco del ascensor.”
Sehun trata de contener la risa pero en vez de eso, terminan riendo juntos. Es la primera vez que Sehun ve al Sr. Kim reír, y a pesar que luce animado, sus ojos no demuestran ello - esos ojos que contienen una vida de ocultos secretos.
Cuando Jongin llega a casa, la cena está lista sobre la mesa. Kyungsoo gira a saludarlo con una pequeña sonrisa. “¿Cómo estuvo el trabajo?”
“Más agitado de lo usual.” Responde Jongin mientras planta un beso en los suaves labios de Kyungsoo.
“Oh, ¿Y por qué lo estuvo?” Kyungsoo parece más interesado de lo usual esta vez. Jongin decide aprovecharlo mientras dure.
“Tuve una cena con un cliente importante, y mi secretario accidentalmente tiró vino tinto en su regazo.”
“¿En serio? ¿Y cómo lo tomó tu cliente?”
“No muy bien. Llamó a Kris y se quejó. Pero Kris odia a ese tipo así que le dio un aumento a mi secretario.”
“Suena como algo que Kris haría. Me alegra que hayas tenido un buen día y que no haya sido aburrido.” Kyungsoo sirve una bebida para ambos. No es hasta que Jongin engulle su primer bocado de spaghetti, y comienza a reírse con la boca llena. “¿Fue tan gracioso?” pregunta su pareja.
“Mmm, ni tanto.” Pero en todo en lo que Jongin puede pensar, es en cómo lucía le rostro de Sehun en el momento en el que el spaghetti se salpicó por todo el restaurant. Efectivamente, su día no fue para nada aburrido.
Kyungsoo habla sobre su día al detalle, pero Jongin no le presta atención, porque todo lo que puede ver, es un horizonte pintado acompañado por una hermosa sonrisa llena de carcajadas.
Cinco horas después, es la mitad de la noche, y todo lo que Jongin ha hecho es recostarse allí y mirar la luna iluminar el piso de su habitación. Casi cada noche la pasa así, Agitándose, girando y deseando por algo que ya se ha ido.
Hace varios años, Kyungsoo y él eran inseparables. Aún no puede entender qué salió mal, y cuando fue que pasó, o de hecho cómo pasó. Jongin ha tratado salvar su relación numerosas veces pero hay tantas cosas que ha intentado que ya no tiene sentido. Algo punza en el centro de su pecho mientras medita las cosas que nunca debieron ser. Tiene que intentarlo, porque si no lo hace, siempre se arrepentirá y pensará que no fue suficiente.
Gira hacia el rostro de Kyungsoo. La luz de la luna danza en la piel de porcelana y reproduce sombras sobre sus delicados rasgos mientras densas pestañas descansan sobre mejillas hinchadas. Jongin ha perdido la cuenta de cuántas veces lo ha mirado durmiendo hasta que él también caiga dormido y sueñe con días olvidados llenos de gestos amables y discretas confesiones.
Extiende una mano temblorosa y toca la pálida mejilla, sintiendo el hormigueo de su calidez debajo de la punta de sus dedos. Un simple roce no es suficiente. Él quiere dar todo lo que tiene para ofrecer - su calidez, su cuerpo, su amor, su alma- pero Jongin no sabe cómo poner esos pensamientos en palabras, cómo decirle a Kyungsoo lo que siente y cuánto le importa.
Jongin arrastra su pulgar en dirección a un suave cuello y se detiene allí para dibujar tiernos círculos sobre la piel sensible - pensando, deseando, esperando por algo. Lo que sea.
“¿Qué haces, Jongin?” somnolientas palabras penetran el silencio de la habitación.
“Lo que solíamos hacer. Te amo, ¿no está bien?” Hay un abismo a las palabras de Jongin, como si estuvieran extendiéndose para acunar un corazón herido. No son suficientes para reparar ese corazón pero lo son para tocarlo suavemente.
Kyungsoo sonríe porque es Jongin quien siempre ha estado allí para él, quien nunca ha dejado de amarlo, quien sigue necesitándolo. Pero por dentro, solo siente tristeza, porque sabe que no podrá devolverle cosas tan maravillosas.
Como la luz de la luna destella sobre la piel bronceada de Jongin y su sonrisa esperanzada. Kyungsoo solo puede pensar en una cosa para decirle- algo que él solía decir hace mucho tiempo.
Eleva sus manos, forma una pequeña caja con sus dedos y toma una foto imaginaria. “Listo.”
“¿Qué estás haciendo?” Pregunta Jongin arrugando el rostro.
“Tomando una fotografía.”
“Genial pero ¿porqué?”
“Porque una imagen vale más que mil palabras, pero a veces, mil no es suficiente.”
La gravedad de la respuesta de Kyungsoo impacta con fuerza en Jongin. Lo recuerda. Después de todos estos años Kyungsoo sigue recordando la noche en la que le dijo por primera vez esa frase a Jongin. No es mucho pero le da esperanza.
Esa noche ellos se quedan dormidos frente a frente por primera vez en años, luego, Jongin está plagado de sueños traviesos. Sueños sobre hermosos horizontes y roces cálidos, risas y carcajadas. Sueños sobre un torpe secretario.
Ir a reuniones es molesto, pero necesario, piensa Jongin. No entiende porque los miembros de la junta directiva no pueden revisar su propuesta por sí mismos y evaluarla en vez de arrastrarlo a una habitación a derribarlo como casi siempre lo hacen.
Justo mientras se ubica en el podio delante de la pantalla del proyector, Jongin hecha un rápido vistazo fuera de la puerta y ve a Sehun enviarle un cursi “pulgar arriba”. Jongin le devuelve una sonrisa, ajusta su corbata y aclara su garganta antes de proceder. “Caballeros, es bueno verlos de nuevo.”
Una enorme mesa rectangular está rodeada de experimentados hombres de negocios, seguidos del Director Ejecutivo, Kris, quien está sentado a la cabeza de la mesa con una expresión de asombro en el rostro. Si Jongin no lo conociera mejor, diría que el imbécil disfruta viéndolo retorcerse bajo la prueba. Jongin estrecha su mirada en una promesa de venganza no dicha, y Kris sonríe en respuesta como si dijera, acepto el reto.
“Ok. ¿Deberíamos iniciar?” Jongin presiona el mando y voltea al proyector detrás de él. “Así como todos ustedes saben, necesitamos nuevos paquetes de vacaciones para nuestra promoción de verano próximo. Sin embargo, varios de nuestros competidores ya han revelado sus próximas ofertas, y francamente, están muy buenas.”
Si hay una cosa en la que Jongin piensa que es bueno, es hablando en público. De seguro está nervioso, pero eso no lo detendrá de hacer su trabajo, porque después de que este plan se apruebe, Kris le deberá una cuantiosa bonificación cuando montones de dinero comiencen a llegar. Los miembros del directorio se mueven en sus asientos, su atención ahora está puesta completamente en Jongin.
“Mi departamento ha estado trabajando tan arduamente y haciendo bastantes investigaciones, tratando de encontrar ese lugar especial que sobresale, y creo que lo encontramos.” Jongin pausa, midiendo la reacción de los miembros del directorio.
“Está bien, Sr. Kim…tiene nuestra atención.”, indica un corpulento hombre con cabello canoso. “Esperamos que esta propuesta supere a la mejor que nos mostró.”
Casi una hora después, Jongin no puede creer lo que escucha. Es la primera vez que ellos no aceptan una de sus propuestas para pedir rehacerla. Hay algo que usualmente no les gusta pero esta vez es diferente. No han dicho no, pero tampoco han dicho que sí.
“Debo admitir que esta es la mejor idea que nos has dado hasta ahora.” Exclamó el miembro de más edad.
“Estoy de acuerdo”, Kris finalmente rompe el espeso aire de los debates. “Ya que esa locación es bastante nueva, no ha tenido muchos estudios. Pienso que necesitamos hacer nuestra propia evaluación antes de llegar a un acuerdo e iniciar las promociones.” Muestra una sonrisa familiar y mira a Jongin con humor escondido. “Sugiero a Jongin y Sehun para esta evaluación. Ambos parecen ser perfectamente capaces.”
Jongin está desconcertado con la sugerencia del Director Ejecutivo. Usualmente ellos envían a un novato para este tipo de tareas. Es tentado a golpear a su idiota amigo, pero se muerde la lengua y fuerza una sonrisa. “¿Cuándo?”
“Mañana estaría bien, ¿cierto?” Y todo lo que Jongin quiere, es bofetear la enorme sonrisa de la cara de Kris.
“¿Cómo te fue?” cuestiona Sehun como si se ahogara en optimismo.
“Fantástico,” Jongin susurra mientras voltean la esquina y se detienen frente a los ascensores.
Incluso cuando acaba de superar un cuerdo nivel de enfado, Jongin sigue sonriendo tiernamente a su secretario.
Sehun se apasiona por su trabajo, y encontrar a alguien a quien realmente le importe lo que hace para vivir, es muy difícil de encontrar.
La puerta dorada se abre con un sonido parecido al de las campanas. Jongin es el primero en entrar. Sin embargo, Sehun duda antes de deslizarse en el último segundo. Mientras la máquina comienza su descenso, seguido de la familiar sensación de hundirse, el más joven sujeta los papeles contra su pecho como si fueran un escudo.
“¿Estás seguro que estas bien con hacer esto todos los días?” El Sr. Kim pregunta con preocupación.
Sehun asiente rápidamente y se muerde el labio lo suficientemente fuerte como para que brote sangre. “Para ser completamente honesto, dejé fuera un poco de información cuando solicité el empleo.”
Jongin eleva una ceja y sujeta sus manos detrás de la espalda. “¿Oh? ¿Y de qué se trata?”
“Soy um…claustrofóbico.”
“¿Qué?”
“Pero no es tan malo, ¡Lo juro! Mientras no esté en un espacio cerrado por mucho tiempo estaré bien, solo que, me pongo un poco nervioso, es todo.”
“Acabas de decir.” Jongin empieza estrechando la barbilla, “¿qué mentiste en tu hoja de vida?
“N-No. No mentí. Solo…convenientemente olvidé llenar mi historia médica.”
“Sehun, no puedes hacer eso. ¿Y qué si algo te hubiera pasado? Hubiera tenido la responsabilidad por no mencionar que me hubiera sentido fatal después.” Jongin pasa una mano por su cabello y suspira. “Si no quieres que se lo diga a nadie más, al menos hubieras sido honesto conmigo.”
Sehun se siente terrible por omitir información y agacha la cabeza. Debería de estar vomitando disculpas como normalmente lo hace, pero su corbata comienza a sentirse ajustada y su garganta, estrecha. No entiende porque está pasándola tan mal ahora en el ascensor, porque ha tomado esta ruta varias veces antes. Sehun culpa al aire cargado, pero en realidad es el hombre de pie a su lado el que hace que su corazón palpite en sus oídos.
Están por llegar a su destino cuando las luces parpadean hasta apagarse y el ascensor se detiene de un chirrido.
“¡Mierda!” El Sr. Kim maldice y busca los botones en la oscuridad.
Los sentidos de Sehun giran y ruedan como las olas sobre la arena. ¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué el ascensor dejó de funcionar? ¿Qué son esos sonidos de chirridos? Su espalda golpea la pared y los papeles caen de sus temblorosas manos mientras camina por el ascensor, buscando la puerta.
“¿Sehun? ¿Estás bien? ¿Qué estás haciendo?” La voz del Sr. Kim hace eco por algún lugar en la oscuridad.
“Debo…salir de aquí.” Sehun no puede respirar. Su pecho se siente apretado así que afloja su corbata y la deja suelta por instinto. No se da cuenta de cuan cerca está a la histeria hasta que unas cálidas manos lo guían a la pared y lo ubican al piso, con cuidado.
“Todo estará bien. Esto es solo un pequeño traspié. Apuesto a que en cualquier segundo las luces volverán y luego nos reiremos de nosotros mismos por habernos alterado, ¿está bien?” La voz de su jefe es relajante y lo logra calmar.
En algún lugar de la oscuridad, una mano firme alcanza para estrechar una húmeda. La primera vez que el Sr. Kim tomó su mano había sido el día que se conocieron. El apretón de manos había sido firme y profesional, pero esta vez se siente completamente diferente, Sehun puede escuchar a su corazón ir de un lento a un poderoso y continuo latir, como si tuviera algo porque hacerlo.
Ahora está aún más asustado, pero por una razón completamente diferente.
“Concéntrate en mi voz. No dejes que este lugar te moleste. Pretende que estamos sentados en mi oficina con la luz sobre nosotros, como el día en que vimos el atardecer. ¿Lo recuerdas?” Sehun no puede articular palabra alguna pero se concentra con desesperación en el Sr. Kim. “Estaba muy feliz en aquel momento, porque fue la primera vez en mucho tiempo en el que pude compartir el atardecer con alguien.”
Dos corazones saltan juntos en la oscuridad como dos cuerpos permanecen congelados uno al lado del otro, tan cerca pero tan lejos. Poco después de que Sehun se concentre en la firme respiración del Sr. Kim, se da cuenta que ha olvidado completamente a las paredes cerrándose a su alrededor. Antes que su cordura se vea afectada otra vez, las luces vuelven de golpe y el ascensor comienza a moverse.
“Bueno, eso fue sin duda, una cosa entretenida. ¿No crees?” El Sr.Kim muestra una premiosa sonrisa mientras ayuda a Sehun a pararse, y justo cuando el último de los papeles regados en el piso es recogido, la puerta se abre con un alegre sonido. Sehun sale de golpe del elevador y vuela a través de una puerta que lo dirige a un patio en miniatura.
“¡Oh gracias a Dios!” Inhala el aire fresco como si hubiera salido del agua, asfixiándose con el oxígeno que acaba de encontrar.
“¿Te estás sintiendo mejor ahora?” pregunta Jongin.
“Solo…no podemos, nunca más volver a hablar de claustrofobia en un ascensor. ¿Está bien? Estoy convencido que nosotros solos trajimos la mala suerte en esa situación.”
“Tú comenzaste,” bromea Jongin con una notoria sonrisa.
“¡No hice eso!”
“¿Oh, en serio? Lamento estar en desacuerdo.”
“¿Y por qué dices eso?”
“Karma.”
Sehun pronuncia la palabra, intentando descifrar el significado oculto. “¿Qué quieres decir con “Karma”?”
Jongin inclina su cabeza solo una fracción como si estuviera a punto de dar un golpe. “Eso es lo que obtienes por mentir en tu hoja de vida, Oh Sehun.”
“¡Qué! ¡No mentí! ¡Omití información, hay una diferencia!” Sehun se defiende descaradamente. Es más fácil negar la verdad que aceptarla y herir su orgullo.
“De todas maneras, es mi deber como tu jefe el llamarte la atención por tu desobediencia.”
“¿Desobediencia? Desde cuando yo…”
“Ve a casa y empaca tus maletas. Tenemos un vuelo que tomar para mañana.”
” ¿Vu-vuelo?”
“¿Asumo que puedes volar en tu condición?”
“Sí. Tengo medicinas para ese tipo de cosas. ¿Pero a dónde iremos? ¿Y por qué?”
“Felicitaciones a nosotros. Nos acabamos de convertir en las primeras personas en experimentar nuestro más reciente paquete de viajes.” Jongin gira y camina de regreso al edificio sin decir otra palabra. Mientras continúa por el pasillo hacia su oficina, solo puede escuchar a su secretario quejarse en el fondo.
“¡Y qué pasa si digo que no!” Grita Sehun desde el otro extremo del pasillo.
“¡Entonces estarás despedido!” Jongin responde sobre su hombro.
“¿Qué? Usted es un hombre cruel, Sr. Kim!”
Pero a Jongin no le importa. Está demasiado ocupado agitando su mano con desdén y burlándose para sí.
Jongin se siente alegre esa tarde cuando llega a casa del trabajo. Kyungsoo está sorprendido de verlo en casa tan temprano.
“¿Saliste temprano hoy?” Kyungsoo gira para echar un vistazo detrás del sofá. Otra vez estuvo viendo dramas que están volviendo a ser emitidos en televisión.
“¿Acaso no es un cambio genial?“ Jongin dice mientras revolotea el cabello de su pareja. Su sonrisa titubea ligeramente, porque recuerda revolotear el cabello de Sehun de la misma manera. De alguna manera, parece que fue más significativo cuando era Sehun quien soportaba sus ganas de molestar. Con Kyungsoo sus manos se sentían vacías. Con Kyungsoo su sonrisa se sentía forzada. Eso hace que su interior se agite con una intensa culpa.
“¿Por qué me estas mirando así?” Kyungsoo frunce el ceño. Últimamente, Jongin ha estado actuando diferente. Parece más feliz, pero hay una emoción oculta allí que Kyungsoo no puede descifrar.
“Me iré de viaje por algunos días.”
“¿Un viaje? ¿Es por trabajo?”
“Sí.”
“¿A dónde irás?”
“Expuse mi propuesta hoy, y ellos quieren que verifiquemos el destino primero antes de terminarlo.”
“¿Verifiquemos?”
“Sehun y yo.”
Kyungsoo siente algo arañar la coraza que rodea su corazón. No es exactamente emocionante que Jongin se vaya con su joven (y desafortunadamente atractivo) secretario, pero rápidamente decide que no tiene nada de qué preocuparse. Jongin lo ama y siempre ha sido fiel. “¿Tu secretario?”
Jongin asiente y se dirige hacia la habitación para empezar a empacar su ropa. La mirada fija que está recibiendo lo hace sentir cada vez más incómodo a pesar que no ha hecho nada malo. Jongin está intrigado por su secretario pero no va más allá. ¿O sí?
“¿Por cuánto tiempo te irás?” Kyungsoo cuestiona desde la entrada de la habitación mientras Jongin rebusca en su closet.
“Tres días, quizá cuatro. Sólo depende en si podemos acomodarnos a todas las actividades en tan poco tiempo.”
Jongin saca de un tirón su maleta de una de los estantes y la coloca en su cama.
“Déjame adivinar, Kris fue el que te metió en esto, ¿no?”
“Caramba, ¿Qué te hizo pensar eso?” Jongin se siente aliviado cuando Kyungsoo ríe ante su obvio sarcasmo.
“A veces me pregunto cómo ese hombre tiene tantos amigos.”
Jongin gira los ojos. “Dímelo a mí.”
Esa noche Jongin engaña a Kyungsoo para que cene con él en un restaurant local con el motivo de “No te veré por algunos días, así que pasa algo de tiempo conmigo.” A pesar de que la compañía es buena, Jongin sigue recordando sus almuerzos con Sehun. Todo lo que él siempre parece hacer es comparar a los dos.
Sehun es joven, vivaz, divertido sin querer e inteligente. Kyungsoo también lo es pero carece hasta de la más pequeña pizca de pasión por algo, Jongin aún lo ama tanto como el primer día en el que se conocieron. Quizá Kyungsoo se ha establecido en la vida más rápido que Jongin. Quizá es absurdo que Jongin se aferre el pasado. Quizá ya es tiempo de aceptar algunos cambios. Al menos eso es lo que su mente le dice que debe hacer, pero ¿es lo que su corazón quiere?
Esa noche los dos caen en su usual rutina nocturna. Antes que Kyungsoo se quede completamente dormido, Jongin le suspira dos palabras al oído, esperando que ellas lo alcancen en sus sueños y planten una semilla en su frío corazón.
Todo lo que Sehun hace es divertido. Desde su entusiasmo por ir en primera clase en avión, hasta por mirar por la ventana como un niño lo hace en el bus de la escuela. Jongin secretamente registra cada expresión y las archiva en el fondo de su mente para referencias futuras. Sehun no se calma lo suficiente como para iniciar una conversación coherente hasta que finalmente vuelan a una altura constante.
“¿Cuántas veces ha volado, Sr. Kim?”
“He perdido la cuenta.” Jongin mantiene sus ojos concentrados en la revista de negocios en sus manos. Su poca distancia es inquietante, especialmente desde que puede sentir el calor del cuerpo de Sehun irradiando alrededor.
“Debe ser genial ir en viajes pagados como este todo el tiempo.”
“La mayoría de veces, estoy muy ocupado como para disfrutar los lugares que visito.”
“Qué pesado.”
“Pero eso no me ha detenido de infiltrarme en un bar de lujo o dos.”
“¿Qué eres? ¿Un borracho o algo así?” Jongin se sorprende ante el repentino insulto y enfrenta a su secretario para exclamar palabras en revancha. “Relájese, Sr. Kim. Sólo bromeaba.”
” ¿Cuándo te volviste tan atrevido?” Jongin tiene el impulso de tomar su revista y golpear a Sehun en la nuca.
“Desde que tú empezaste a verme diferente.”, responde Sehun antes de cerrar sus labios de golpe como si hubiera divulgado el secreto más grande del mundo.
“¿Te veo diferente ahora? ¿Cómo así?” Jongin pestañea. Su corazón ahora está retumbando en su tórax. Presiona la revista más de lo necesario.
“No lo sé. Supongo… ¿Es más suave ahora?” Como si no sólo estuvieras mirándome.” Sehun se sonroja, y las manos de Jongin empiezan a sudar. Afortunadamente, la encargada del vuelo interrumpe su conversación para ofrecerles una bebida. Una vez que ella pasa a la siguiente fila de pasajeros, Jongin toma la oportunidad para cambiar el curso de su discusión.
“¿Así que, qué te hizo decidir a postular a un empleo en nuestra compañía?”
“Escuché muchas cosas buenas acerca de la Compañía Wu. Buen sueldo, buenos beneficios, y vacaciones pagadas. También que te dan la oportunidad de ascender en la compañía en el futuro.”
“¿Tienes hermanos?”
“Tengo una hermana mayor. Ella es abogada en Smith & Warren.”
“Ah…la firma más grande de la ciudad.”
Sehun asiente antes de continuar. “Mis padres están realmente orgullosos, y siempre han visto por ella. Así que supongo podrías decir que siempre he sentido la presión de hacerlo tan bien como ella.”
“No tengo hermanos.” La respuesta de Jongin es simple, pero Sehun se mueve en su asiento incómodamente antes de preguntar lo que se muere por saber.
“Pero…tienes esposa… ¿quizá?”
Por una parte Jongin quiere reírse porque nunca jugó para ese equipo. Sin embargo, no está seguro de cómo responder esa pregunta, y antes de que evoque una respuesta apropiada, lo inimaginable sale de sus labios con un poco de calidez. “No. No tengo a nadie así en casa.”
Su boca de pronto sabe a amargo ácido. Jongin se muerde el interior de sus mejillas con fuerza lo suficiente para hacer brotar sangre. ¿Por qué mintió? ¿O es la verdad? ¿Kyungsoo ya no es más, alguien especial?
Los labios de Sehun se curvan para revelar una hermosa y brillante sonrisa, y sus ojos se fruncen en las esquinas, formando dos media luna sobre mejillas teñidas de color durazno. Es la primera vez que Jongin ha visto a Sehun sonreír tan naturalmente, y eso le causa una sensación cálida que se esparce por su pecho.
Sólo toma una sonrisa para ocultar una amarga mentira.
Y solo toma segundos para que esa mentira sea completamente olvidada.
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“Una imagen vale más que mil palabras, pero a veces, mil no es suficiente.” NO OLVIDEN ESTA FRASECITA POR QUE SERÁ CRUCIAL A LO LARGO DEL FIC. Gracias a
Mayra por la traducción de este 1er capitulo, gracias mujer, lo hiciste muy muy bien♥ y gracias también a todos los lectores por vuestros comentarios motivantes a seguir n.n/, estamos en contacto yay!
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