THE DEMON NEXT DOOR - KAISOO (Trad. En Español) Capitulo 16

Jan 18, 2016 17:29

Melodía recomendada: My chemical romance - Planetary Go!

16 - Cambios repentinos

Cuando Kyungsoo era un pequeño de segundo año de secundaria, su maestro de Salud les hizo un test sobre las drogas y sus efectos negativos, la mayoría en la clase no se molestó en estudiar y sus promedios no fueron muy satisfactorios.

Pero Kyungsoo obtuvo un diez de diez.

En la sección donde tenía que escribir un ensayo, se suponía que debían escribir sobre una droga de su elección, casualmente, escogió la heroína y obtuvo quince puntos de quince en esa parte del examen.


Y su puntuación perfecta fue lo primero que recordó cuando despertó.

Estaba viendo hacia el techo, era brillante, las lámparas fluorescentes estallaban encima de él, eran deslumbrantes. Por un momento, estuvo seguro de que había muerto y estaba “viendo la luz.”

Le tomó un segundo escuchar esa familiar voz a través del zumbido en sus oídos, era muy profunda y muy sensual. Kyungsoo hizo un esfuerzo para voltear a ver al dueño de esa voz, su cuello se sentía rígido.

Cuando vio a la persona que poseía esa voz, en su rostro apareció una sonrisa.

“Hey, Chanyeol.”

Los labios del gigante hicieron una media sonrisa, los rizos en su cabello se agitaron cuando se acercó para tomar la mano derecha de Kyungsoo con ambas manos. Apretó su mano y Kyungsoo se estremeció cada que Chanyeol besaba cualquier parte de sus dedos que estuviera visible entre el cálido agarre.

“¿Por qué estás aquí?” preguntó. “¿Dónde estoy?”

“En el hospital.” El rostro de Chanyeol se puso serio. “¿Por qué te inyectaste heroína, Soo?”

Kyungsoo arrugó su rostro. “No lo sé.”

“¿Jongin te la dio?”

“No, yo la conseguí.”

“¿Pero por qué?” presionó. “Jamás habías pensado en tomar drogas hasta que lo conociste.”

Espetó la última palabra como si tuviera tierra en la boca. Y Kyungsoo solo dejó salir un gran suspiro, bajando la mirada llena de vergüenza.

“De verdad no lo sé, Yeol.”

Sus cabezas giraron hacia la puerta cuando de pronto se abrió con un ruidoso chirrido y el rostro de Kyungsoo se iluminó al ver al visitante, mientras que Chanyeol frunció el ceño, molesto de que no fuera el doctor.

“Me alegra verte despierto.” Jongin dejó a un lado de la cama, la charola con comida que había traído de la cafetería. “Suelta su mano, retrasado.”

Pero Chanyeol no obedeció y su agarre solo se hizo más fuerte, como si retara a Jongin a que lo apartara de él. Y el menor frunció el ceño por la proximidad entre ambos.

Tomó asiento en la silla del lado opuesto de la cama al que estaba sentado Chanyeol y tomó la mano izquierda de Kyungsoo entrelazando sus dedos. El tacto era más íntimo, duradero y algo como un gruñido se produjo en la garganta de Chanyeol.

Kyungsoo se estremeció por el sonido y volteó a ver a Jongin. “¿Qué sucedió?”

“Tuviste una sobredosis con esa mierda,” explicó Jongin. “No quería que tus padres te vieran desvanecido por la droga, así que pensé sacarte por la ventana y llamé a Chanyeol para que ayudara.”

Kyungsoo giró de inmediato hacia Chanyeol. “Gracias.”

“No hay problema.” Chanyeol besó su mano. “Lo que sea por ti.”

Jongin frunció el ceño hacia Chanyeol, cualquier idiota entendería lo que su expresión decía “Te voy a matar”, pero el más alto era la excepción.

Kyungsoo volvió a ver a Jongin. “Tendré que decirle a mis padres. Y a mi madre… debería disculparme, ¿no?”

“¿No?” dijo Jongin. “Yo lo haría si fuera tú.”

“Jongin,” susurró Kyungsoo. “Me siento hecho un desastre.”

El menor de los tres le respondió con una sonrisa triste. Soltó la mano de Kyungsoo y la pasó a su cabeza para acariciar el cabello que estaba en su rostro.

“Todos nos sentimos así alguna vez.” Jongin miró a Chanyeol. “Nos sentimos abandonados, solo tenemos que encontrar lo que nos abandonó y encontrar algo más. Algo con delineador en los ojos, por ejemplo.”

Chanyeol liberó las manos de Kyungsoo y junto ambas manos, se reclinó en la silla y enterró sus dientes en su labio inferior con suficiente fuerza para penetrar y sacar sangre. La tensión era tan densa como la niebla, era obvio que había un elefante en el cuarto y nadie sabía cómo deshacerse de él. Kyungsoo odiaba estar en medio de todo.

Todo era su culpa, ¿no? Chanyeol quería ser su amigo y él lo alejó, Jongin le había dicho que no fuera tan lejos, pero lo hizo de todas maneras. Ahora ninguno de los dos podía siquiera tener una conversación normal, todo era por su culpa.

Se había vuelto en un némesis para su amigo y una carga para su novio, Kyungsoo tuvo que tragarse su llanto cuando se dio cuenta que él era la raíz de casi todos los problemas de los demás.

Todo era su culpa.

Con lentitud giró su cuello en dirección a Chanyeol. El gigante lo había estado observando con grandes trazos de preocupación pintados en su rostro y Kyungsoo se esforzó para alcanzar y tomar su mano de nuevo.

“Chanyeol,” dijo. “Lo siento, realmente lo siento.”

“Soo, no tienes nada por que disculparte, es mi cul-“

“No,” lo interrumpió. “Lo entiendo. Te gustaba Baekhyun y querías ir tras él, incluso si eso significara dejarme atrás, pero no puedes dejarlo también, después de que por fin lo atrapaste.”

Chanyeol bajó la mirada y trazó una vena en la mano de Kyungsoo con su pulgar. “Jamás me sentí lo bastante cerca de él, Soo. Baekhyun siempre va al frente de mí y yo rezagándome, contigo.”

“Agarra la onda,” interrumpió Jongin. “Y lárgate. Te lo estoy diciendo como amigo, Chanyeol. Si quieres conservar tus bolas, mejor vete.”

Chanyeol se levantó, elevándose sobre Kyungsoo y Jongin, pero el menor también se levantó, era obvio que la diferencia de estatura no le importaba mientras enderezaba su espalda. Caminó alrededor de la cama hasta que estuvo delante de Jongin, ambos giraron para quedar cara a cara, uno viendo al otro desde abajo. Y Kyungsoo deseó derretirse y hacerse uno con la cama.

“No es la culpa de Kyungsoo,” espetó Chanyeol. “Tampoco mía, es tu culpa. Soo jamás hubiera pensado en esta mierda antes de que llegaras, te metiste en su cabeza.”

“Kyungsoo no es débil como tú,” respondió Jongin. “Pudo haber dicho que no. De hecho pensó sobre las consecuencias. Tú, por otro lado, eres un cobarde que lo hubiera hecho sin meditarlo, solo porque el pequeño Baekhyunnie lo dijo.”

Chanyeol dio un paso atrás, su mirada iba de Jongin a Kyungsoo y este ya no sabía de qué lado estaba. Si es que había un lado diría “estoy fuera de esto” y hubiera corrido más rápido que un conejo.

Jongin apuntó a la puerta y luego a la entrepierna de Chanyeol. Decisiones, decisiones, no pareciera que estuviera bromeando y conociendo a Jongin, Kyungsoo estaba muy seguro que no lo hacía. El gigante caminó hacia la puerta como se le indicó y se giró para echarle un último vistazo a Kyungsoo, este se sentó en la cama y le dio una sonrisa que demostrara una disculpa.

“Gracias de nuevo, Yeol.”

Chanyeol giró el picaporte. “Lo que sea por ti, cuando sea.”

Y la puerta se cerró con suavidad detrás de él.

Kyungsoo observó a Jongin. “Muy lindo, Jongin. ¿Por qué eres tan rudo con él?”

“Eso es como preguntarme por qué los humanos necesitan oxígeno.”

Jongin regresó a su asiento al lado de la cama de Kyungsoo y este le frunció el ceño, mordiéndose el interior de su cachete, pero el menor le hizo un puchero.

“No me mires así. ¿Quieres ser su amigo después de todo lo que te hizo?”

“Puedo haber dicho “no” cuando le pediste ayuda, Jongin,” susurró Kyungsoo. “Pero no lo hizo, se preocupa por mí, él-“

“Me odia y quiere apartarte de mi lado solo para lastimarme,” interrumpió Jongin. “Eso es todo lo que quiere, Kyungsoo. No caigas en esa mentira. La vida es como un partido de basquetbol, ya sea que corras a la cesta por ti mismo o te robes la gloría de alguien más, quitando y reclamando el balón.”

“Lo haces sonar como si fuera un maldito balón.” Kyungsoo se dio la vuelta, quedando de espaldas a Jongin.

El menor se mordió su labio inferior, le preocupaba  el repentino malhumor de Kyungsoo contra él. ¿Por qué se estaba debatiendo tanto entre él y Chanyeol?

Él era mejor, él, Kim Jongin. Chanyeol jamás sería capaz de tratar a Kyungsoo como él lo hacía, jamás sería capaz de vivir con Kyungsoo de la manera en que ellos lo hacían, jamás sería capaz de amarlo de la manera en la que lo hacía Jongin.

Porque joder, Kim Jongin adoraba a Do Kyungsoo. Nunca en su vida esperó que su corazón cayera por alguien. Ahora, Kyungsoo lo sostenía en la palma de su mano.

Jongin y Kyungsoo, tenía sentido. ¿Chanyeol y Kyungsoo? Un par hecho en el infierno, al menos esa era la opinión de Jongin y para él, su opinión era la mejor.

Y a pesar de saber que Kyungsoo discutiría con él, Jongin se levantó de su silla y subió a la cama junto a él. La cabeza de Kyungsoo de inmediato volteó a verlo.

“J-Jongin…”

“Shh… duerme. Sé cómo se siente la heroína por primera vez, estás cansado, así que no discutas y duerme.”

“Yo no estoy…” Kyungsoo tuvo que hacer una pausa para dejar salir un bostezo. “…cansado.”

Jongin se rio y acarició el cabello del mayor con una mano. “Si tú lo dices.”

Los parpados de Kyungsoo pronto se empezaron a sentir pesados, justo como Jongin lo dijo. Bostezó de nuevo y se movió hasta que su espalda quedó completamente presionada contra el pecho de Jongin, amaba el calor que irradiaba el cuerpo del menor.

Amaba sentir el latido de su corazón golpeando contra su espalda, se sentía tan bien y se sentía orgulloso al saber que el corazón de Jongin le pertenecía. Cada latido era solo por él.

Sus ojos se cerraron y su boca se abrió para dejar salir otro bostezo, relajándose en la cama. Está bien, estaba en el hospital después de una sobredosis de heroína, pero aun así, eso no era tan malo, ¿verdad?

“¿Kyungsoo?”

El mayor dejó salir un pequeño suspiro en respuesta.

“Te amo.”

Kyungsoo sonrió con los ojos cerrados.

“También te amo, Jongin. Ahora déjame dormir.”

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Las personas llamaban pretensioso a Chanyeol.

Siempre dispuesto a impresionar, siempre haría más de lo necesario con tal de ganarse la aprobación ante los ojos de alguien. Si eso era o no una buena cualidad, a él no le importaba.

Era bueno hasta cierto grado, lo hacía trabajar más duro por lo que quisiera, sin embargo, esa característica también tenía sus defectos, como los que Jongin muy feliz había señalado.

Mientras la mayoría de la gente lo llamaba pretensioso, Jongin lo había llamado cobarde. Y estaba muy seguro que Kyungsoo también lo había llamado así y solo era cuestión de tiempo antes de que Baekhyun fuera por el mismo camino.

Y no podía discutir contra ese hecho.

Chanyeol nunca había sido alguien que peleara por algo, siempre se retiraba cuando veía que no quedaba esperanza. Le gustaba evitar las confrontaciones lo más que pudiera y no disfrutaba estar envuelto en discusiones.

Jamás participaba en los Seminarios Socráticos del salón, donde cada estudiante tenía permitido decir su opinión sin tener que levantar la mano. Chanyeol tenía miedo de meterse en una pelea verbal con alguien y por eso mantenía su boca cerrada.

Nunca insultaba a nadie con ese hábito silencioso, a menos que fuera necesario, jamás estaba en desacuerdo o decía que sus ideas fueran mejores. De verdad era un cobarde, una gallina.

Siempre podía defenderse, pero nunca lo hacía, incluso con Jongin, quien era más joven y pequeño que él, no pudo decir nada. Chanyeol hizo una mueca al recordarlo.

A los ojos de Kyungsoo era “nada.” ¿Era por eso que el menor prefería a Jongin? ¿Porque era más fuerte que Chanyeol, física y mentalmente?

Chanyeol estaba perdido.

Pero no sus pies y pronto se encontró afuera en el porche de Baekhyun. El perro de los Byun le ladró a través de la cerca desde el patio, subiéndose hasta el borde para poder ser acariciado. Tenía manos grandes y por eso sus caricias siempre eran de lo más relajantes.

Titubeando, tocó a la puerta con sus nudillos, por primera vez al estar en la casa de Baekhyun, Chanyeol sintió que quería dar medio vuelta y salir corriendo. Sus mejillas se sonrojaron ante tal idea.

La puerta se abrió con lentitud y Chanyeol parpadeó al ver a la Sra. Byun, se veía cansada y deprimida. ¿Pero quién no lo estaría si su esposo de la nada firmara los papeles del divorcio?

Al ver a Chanyeol, le dedicó una pequeña sonrisa. “Hola.”

Chanyeol hizo una pequeña reverencia. “Hola, Sra. Byun. ¿Se encuentra Baekhyun?”

“Está arriba en su cuarto.” Se hizo a un lado de la entrada. “Por favor, entra.”

Chanyeol aceptó la oferta y entró, la Sra. Byun cerró la puerta detrás de él y entró a la cocina hasta el final de la sala.

Chanyeol se mordió el labio, la casa de la Sra. Byun era extremadamente pequeña comparada con la enorme mansión del Sr. Byun. No habría ninguna manera de que Baekhyun tuviera fiestas en un lugar tan apretado.

El gigante frunció el ceño, confiar en el Sr. Byun para hacer la vida de su hijo miserable, todo lo que hizo para mantener un techo sobre sus cabezas fue comprar una casita para que Baekhyun y su madre vivieran. Pero a pesar de lo pequeña, eso al menos los mantenía fuera de la calle.

La Sra. Byun levantó a uno de sus gatos de la mesa de la cocina. “Está un poco ocupado, por cierto, quizás quieras hacer una visita rápida.”

Chanyeol lucía perplejo, pero aun así, asintió y siguió escaleras arriba.

A veces, Baekhyun era un enigma para Chanyeol, hacia cosas que no tenían sentido o forzaba a las personas a pensar demasiado antes de que tuvieran sentido. Y cuando Baekhyun estaba “ocupado”, nunca era buena señal.

Se detuvo en la entrada del cuarto de Baekhyun, el mayor estaba en su laptop de espaldas al gigante. Estaba tecleando como loco, como si fuera a explotar si no ponía cada palabra en la pantalla. Llevó un puño a su boca y dejó salir un pequeño tosido. Baekhyun jadeó, espantado. Se giró sobre la silla frente al escritorio y sus ojos se agrandaron.

“¡Chanyeol! ¡¿Qué estás haciendo aquí?!”

“Vine a verte.”

Baekhyun de inmediato regresó a su laptop y Chanyeol vio como cerraba sesión, la apagaba y la cerraba, entonces metió el aparato en el cajón del escritorio antes de deslizar la silla justo enfrente, como si se asegurara de que Chanyeol no pudiera sacarla de su lugar.

“Bien,” dijo Baekhyun. “Ya me viste, ya puedes irte.”

Chanyeol frunció el ceño de nuevo. “Es la primera vez que te quieres deshacer de mí.”

“Y no será la última.” Baekhyun pasó una mano por su cabello. “Estoy ocupado, luego te mando un mensaje, solo vete.”

Chanyeol no obedeció, él… tenía que probar algunas cosas.

Primero, él no era un cobarde, fue con Baekhyun para hablar con él y no se iría hasta que lo hiciera. Chanyeol arregló su postura y se enderezó para verse más intimidante.

Segundo, necesitaba saber, solo tenía que saber si Baekhyun realmente sentía algo por él. ¿Quién estaba jugando con quien en esta relación? Parecía más una sinfonía de melodías que una armonía.

Baekhyun se levantó de la silla con las manos apretando los brazos de la misma. “Yeollie, por favor, vete.”

“¿Con qué estás tan ocupado?” preguntó, dando un paso al frente. “Solo dime eso.”

“Con nada.” Baekhyun pasó su lengua por sus labios secos.

“Nada siempre significa algo.”

“Nada que…” Baekhyun hizo una pausa para asumir una expresión aterradora. “…sea de tu incumbencia.”

La respuesta de inmediato fue clara como el agua. “¿Qué le estás haciendo esta vez, Baekhyun? ¿Qué planeas hacer?”

“¡Nada!” gritó Baekhyun. “¡Lárgate, Chanyeol! ¡Te odio! ¡Estás más preocupado por otra persona que por mí! ¡Eres mi maldito novio! ¡¿Por qué te preocupas por él y no por mí?! ¡¿Eh?! ¡No debería importarte lo que le haga a él! ¡Deberías estar de mi lado sin importar qué, si de verdad me amas!”

Chanyeol dio un paso hacia él hasta que estuvieron directamente uno frente al otro. Baekhyun tragó por la diferencia de estaturas, Chanyeol daba miedo desde esa posición.

“Baekhyun, ¿qué estás haciendo esta vez?”

El mayor apretó los dientes antes de hablar. “¡Asegurándome que una puta obtenga lo que una puta merece!”

Entonces la mano de Chanyeol voló después del comentario. Se mantuvo en el aire y le tomó unos segundos comprender lo que acababa de hacer, entonces bajó la mirada. Baekhyun estaba encogido en la silla, lágrimas salían por debajo de sus parpados cerrados y se abrazaba a sí mismo como si se estuviera congelando por el frio que emanaba del corazón de Chanyeol. Su mejilla estaba roja.

Chanyeol apretó una mano contra su boca y se hincó, Baekhyun rápido se volteó, cubriendo su rostro para que el menor no pudiera ver las lágrimas que había causado.

“Oh Dios, Baekhyun.” Chanyeol estiró una mano para acariciar el cabello del mayor. “Lo lamen-“

“No te atrevas a tocarme.” Espetó como una serpiente apuntó de morderlo. “Nunca te atrevas a tocarme de nuevo, Park Chanyeol.”

Baekhyun levantó su rostro de sus manos y Chanyeol vio la ira que salía de los ojos del mayor.

“¡Lárgate!” Baekhyun lo empujó y empezó a tirarle todo lo que estuviera a su alcance. “¡Lárgate! ¡Te odio! ¡Espero que tú y Kyungsoo se diviertan bailando sobre mi tumba! ¡Largo, fuera de aquí, LARGATE!”

Chanyeol corrió escaleras abajo, ni siquiera se despidió de la Sra. Byun cuando alcanzó la puerta para atravesarla y salir al aire frio de la tarde.

Chanyeol corrió, no sabía hacia donde, pero se sentía como Forrest Gump, no se sorprendería si atravesaba toda Corea en un periodo de dos días. Adrenalina surgió de él como electricidad, la ira por Jongin, Kyungsoo, Baekhyun y más que nada por sí mismo, hizo que sus piernas lo llevaran muy lejos de ahí.

Cobarde, eres un cobarde, Chanyeol.

Y lo era, ahora él mismo lo creía.

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Kyungsoo enterró su rostro en el cuello de Jongin mientras este lo cargaba de regreso a casa.

Como una maldita princesa.

Kyungsoo se hizo una nota mental de que tenía que ir de compras, necesitaba comprar un brillante y pomposo vestido con zapatillas de cristal, sin mencionar una corona con joyería falsa.

El hospital lo había dado de alta mientras dormía, al parecer, Jongin ni siquiera había dudado en levantar la figura durmiente de Kyungsoo y salir del hospital de esa manera.

Así que Kyungsoo se había despertado flotando en el aire, de nuevo.

¿Cuántas veces iban? ¿Trecientas setenta y siete?

Y suspiró sobre la piel de Jongin, el menor se rio por la sensación y el agarre en el cuerpo de Kyungsoo se hizo más fuerte, como si nunca lo fuera a dejar caer. Nunca.

“¿Jongin?”

Jongin siguió caminando. “¿Oui?”

“Habla en nuestro idioma.”

“Perdón.”

“Como sea,” continuó. “¿Crees que lo que estoy haciendo está mal?”

“Más específico.”

“Bueno, ya sabes, la menara en la que cambié. ¿Está mal?”

“¿Tu qué piensas?”

Kyungsoo se mordió el labio. “Que sí.”

“Entonces está mal.” Jongin giró en la esquina. “Todo lo que creas que no sea bueno no lo debes de hacer, no puedo tomar tus decisiones.”

“Cierto.” Kyungsoo acarició con la nariz el cuello de Jongin. “Pero puedes ayudarme.”

“Si alguien necesita ayuda, cerebrito,” rió Jongin, “soy yo. Soy un maldito desastre, debería estar en rehabilitación no en las calles.”

“No creo que seas un maldito desastre.”

“Eres mi novio, se supone que debes pensar así.”

El más bajo consideró lo último, era verdad. Sin importar lo que Jongin hiciera, Kyungsoo siempre estaría allí para apoyarlo, incluyendo apoyo emocional, pues él no llamaría a Jongin un “maldito desastre.”

El mayor suspiró. “Quiero que vayas a casa cuando me bajes, tengo algunas cosas que atender.”

“¿Puedo ir cuando termines con esas cosas?” preguntó.

Kyungsoo besó su cuello. “Seguro.”

El más bajo se sostuvo más cerca de Jongin mientras continuaban, solo se escuchaba el sonido ocasional de un ulular a la distancia, pero el resto del caminó fue en silencio.

Eso le dio a Kyungsoo un poco de tiempo para reflexionar sobre lo que le había ocurrido, sabía que había conseguido muy malos hábitos de los que necesitaba deshacerse, por un motivo. Pero viejos hábitos son difíciles de olvidar, no sabía si estaba listo para dejar de fumar y beber, quizás si solo lo hiciera con moderación, ¿eso sería mejor?

Y sobre las drogas, bueno, esa sensación sería muy difícil de sustituir. Cuando se sienta deprimido, tendrá miedo de no ser capaz de resistirse a inyectarse o inhalar para animarse.

Tenía que intentar, solo tenía que hacerlo. Estaba a centímetros de perder su lugar como presidente, no sin mencionar el respeto de casi cada persona que conocía.

Volver al Kyungsoo ñoño y sencillo sería un proceso largo y doloroso. Y se preguntaba si valdría la pena.

El viejo Kyungsoo era tan aburrido, tan solitario. El nuevo siempre probaba y descubría cosas nuevas, sin mencionar, que tenía a un príncipe que lo cargaba a todas partes cada vez que no podía caminar.

Decisiones, decisiones.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando de pronto Jongin lo bajó, ni siquiera había notado que ya habían llegado a la casa, Kyungsoo tragó frente a la puerta.

“¿Crees que puedas subir tu solo las escaleras?”

Kyungsoo asintió, observando la puerta. “Sí.”

Jongin sonrió ante el Kyungsoo nervioso. Lindo. Se inclinó y besó al mayor en la mejilla, alborotando su cabello. Kyungsoo miró a sus mechones desordenados sin mover la cabeza.

“Buenas noches, cerebrito.” Susurró en su oído. “Te amo.”

Ahora salía tan fácil de la boca del menor que Kyungsoo esperaba que no estuviera siendo un simple hablador.

Tan pronto el más alto desapareció dentro de la casa, Kyungsoo subió las escaleras a la suya, subió tambaleándose y sujetándose del barandal debido al mareo. Y la puerta se abrió antes de que llegara a ella, el Sr. Do lo estaba observando, sus ojos ardían con una furia que Kyungsoo no había visto desde el día que había atrapado a una ardilla rabiosa y la había llevado a casa.

El Sr. Do no dijo nada, se hizo a un lado para que Kyungsoo entrara y cuando lo hizo, dio un portazo al cerrarla.

Kyungsoo vio a su padre sobre su hombro y tomó un suspiro profundo cuando comenzó a subir las escaleras antes de que le vomitara un sermón.

Pero nada paso, el Sr. Do solo se le quedó viendo.

Kyungsoo se apresuró a subir, entró primero a su cuarto y buscó el álbum de recuerdos que había hecho y había enterrado bajo todas las cosas en su cajón. Tan pronto vio la cubierta amarilla, lo sacó y antes de caminar al cuarto de sus padres, Kyungsoo dio otro gran suspiro. Si la Sra. Do no estaba en la cocina (en la cual no pareció estar cuando entró a la casa) debía de estar ahí.

En efecto, la encontró en la cama cubierta con una cobija. Estaba sentada recargada contra la cabecera, tejiendo. Kyungsoo notó que estaba haciendo un circulo, casi terminaba con todo el estambre naranja.

Sacó el álbum de detrás y dio un paso. “Mamá.”

La Sra. Do se sorprendió con la voz de su hijo. Cuando vio que era él, una débil sonrisa apareció en su rostro, Kyungsoo dio otro paso y entro al cuarto.

“Feliz cumpleaños, mamá.”

“Cariño.” La Sra. Do dio una palmada al espacio que había a un lado de ella en la cama. “Siéntate, Soo.”

Kyungsoo se sentó a un lado, ella dejó su tejido en la mesita de noche y levantó la cobija para cubrirlos a ambos, Kyungsoo se acercó más a ella.

“Te hice esto,” Kyungsoo susurró, dejando el álbum en su regazo. “Debí habértelo dado antes pero yo… no lo sé.”

Los ojos de la Sra. Do brillaron cuando abrió la cubierta. “Está bien, cariño. Estás pasando por esa fase hormonal, lo entiendo.”

Kyungsoo notó que estaba siendo más indulgente que cuando encontró los cigarrillos. ¿Era por su cumpleaños? ¿O solo porque ya estaba muy cansada para pelear?

“¡Oh!” la Sra. Do cubrió su boca con su mano. “Recuerdo esto, estabas muy asustado.”

Kyungsoo se inclinó para ver la fotografía que había pegado en el libro, era una de él cuando era pequeño, seguro de cuando tenía cuatro años. El Sr. Do lo había montado sobre un gran caballo café en el carrusel durante una feria. La altura lo había asustado un poco que Kyungsoo había llorado y se había aferrado al poste del caballo como si su vida dependiera de ello.

Kyungsoo se rio un poco. “Sí, también lo recuerdo. La puse porque dijiste que era una de tus favoritas.”

La Sra. Do dio vuelta a la página. “Tenías mucho miedo la primera vez que te subiste, pero no a la segunda. Es por eso que me gusta, porque sé que mi pequeño superó su miedo.”

Sonrió a la fotografía de su Kyungsoo columpiándose en el parque y Kyungsoo estalló en carcajadas cuando recordó lo que había pasado esa vez.

“Me solté a propósito y salí volando. ¡Como un pájaro!”

“¡Casi me da un ataque al corazón, Kyungsoo!” dijo en voz alta. “¡No fue divertido!”

Kyungsoo ocultó su sonrisa. “Lo siento, mamá.”

Y así hicieron durante todo el libro, su madre tuvo una sonrisa genuina durante todo el rato, Kyungsoo sintió que su corazón se calentaba al darse cuenta que estaba recuperando a su madre. Cuando terminaron, ella cerró el álbum y lo miró. “¿Qué sigue después de la última foto?”

Kyungsoo levantó una ceja. “Bueno, la última es una foto de la graduación de secundaria contigo y papá. Así que sigue la graduación de ¿preparatoria?”

La Sra. Do puso el álbum en la mesa a un lado de la cama junto a su tejido. “Error, espero una foto de ti en el baile de graduación.”

“¿En el baile? Ese es un evento sin sentido, mamá,” dijo. “No quiero ir.”

“Estoy segura de que irás.” La Sra. Do acarició sus mejillas. “Eres un chico hermoso, Kyungsoo. Y estoy segura que hay alguien que piensa igual que yo. Como Jongin, por ejemplo.”

Kyungsoo casi se ahoga con su saliva. “¿Jongin?”

“Sí, estoy segura que está más que dispuesto a llevarte al baile.”

La boca de Kyungsoo se abrió un poco. “Jongin. ¿Kim Jongin?”

“¿Hay algún otro?” la Sra. Do se levantó de la cama y caminó hacia el baño. “Estoy segura que los dos harían una hermosa pareja.”

Kyungsoo volvió a estallar entre risas cuando su madre cerró la puerta del baño. “No tienes ni idea.”

Capítulo 17 →

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