RUNNING UP THAT HILL - KAISOO (Traducción en Español) Capítulo 1

Jan 16, 2016 23:54




Capítulo 1
“Hola. Esperan por mí en el apartamento 1802, gracias.”  Jongin recitó su línea de apertura y se inclinó en la esquina, balanceando su peso entre los dos antebrazos, tan encantador como siempre.

“Hola, señor.” El recepcionista le dio el visto bueno a Jongin antes de volver a hablar. “Su nombre, por favor.”

“Kai.” Le dio su sonrisa del millón de dólares. “Mi nombre es Kai.”

“¿Tiene un apellido, señor?”

Negando con la cabeza, Jongin disfrutaba ver al hombre confundido. “No, solo Kai.” Otra mueca.

Después de unos segundos de suspenso, el recepcionista finalmente decide tomar el teléfono y hacer la llamada.

“Disculpe, Sr. Do, hay una visita aquí en la entrada-- sí, su nombre es Sr. Kai--  so…solo Sr. Kai, ¿e… estoy autorizado de dejarlo-“ La pregunta crucial del hombre fue cortada y después de unos momentos se le veía desconcertado, cuando habló de nuevo. “Claro, Señor, lo… lo lamento muchísimo-“

Jongin ya podía saborear quién tenía el control.

“Ehmmm…Sr. Kai, el elevador está al final del pasillo. El apartamento del Sr. Do está en el piso 18, a la derecha, número 1802.”

“Lo sabía.” Jongin le guiñó al hombre mayor quien se quedó atónito, mientras se dirigía al elevador. En su camino hacia arriba, verificó su apariencia una vez más en el espejo, y estaba muy satisfecho con la apariencia de su cabello desaliñado, ahora seco. También se aseguró de agarrarse la entrepierna un par de veces para una buena primera impresión; después se describió así mismo como ardiente y listo. Como si no le importara un carajo.

Ahora era el momento en el que debería de tomar su píldora, Pero, por alguna razón decidió no hacerlo. De todas maneras no sabía si Mr. Big Shot lo merecía. No, esta tenía que ganársela. ¿No había dicho Luhan que el hombre era atractivo y bueno en la cama? Eso debería ser suficiente.

Jongin estaba checando sus botas de combate rayadas cuando la puerta y sus ojos viajaron hasta la figura que estaba frente a él, dejándolo atónito.

¿Qué demonios? ¿Quién era este sujeto? ¿Quién era este niño con probablemente los ojos más grandes que había visto en su vida? Parecía que no tuviera más de 18 años. ¿En serio?

Tal vez había presionado el número incorrecto.

“¿Es usted Myungsoo?”

“Kyungsoo.” El chico habló, y Jongin se fue para atrás una vez más. ¿De dónde demonios había salido esa voz tan profunda?

“Oh… lo siento.” Kai perdió su pose por un momento.”¿Kyungsoo? Soy Kai.”

“Lo sé.” El chico también tenía la peor cara de maldito que había visto. “Pasa.”

Hizo espacio para que su invitado entrara, cerrando la puerta tras de él. Kai caminó confiadamente, directo a la sala, analizando el lugar brevemente. Todo gritaba dinero. Desde los refinados muebles hasta la absurdamente grande y redondeada televisión, todo perfectamente acomodado en la amplia área. La riqueza podía ser notada hasta en el aroma. Detrás de esas cortinas cerradas, debía haber una hermosa vista también.

Demonios, ¿cómo un chico como ese tenía tanto dinero? Tal vez su familia le había dado todo. O tal vez esta era la casa de su familia, no suya. Kai solo esperaba que dijera que sus padres no estaban en ese momento. Eso haría las cosas menos vergonzosas.

“Puedes sentarte.”

La profunda voz que venía detrás de él lo sobresaltó de nuevo, e hizo lo que se le indicó, posándose en una de las sillas de diseñador, vio al chico caminar hasta el otro lado de la habitación. Después, volteando en su dirección, Kyungsoo preparó un par de tragos, permitiendo a Kai estudiar su pequeña estructura, con estrechos hombros y caderas. Pero no se veía para nada escuálido. De hecho, el chico tenía un par de cosas muy buenas, muy bien abrazadas por esos pantalones negros pegados, y lo que parecía ser un dulce pequeño trasero, parcialmente escondido debajo de su suéter gris extremadamente largo. Nada mal. Nada mal, nada mal.

“Toma.” Kyungsoo le estiró un vaso de cristal con lo que reconoció que era un coctel de vodka y arándanos. Solo cuando el chico se sentó en el gran sofá del otro lado de él, Kai tuvo la oportunidad de checar otras de sus características. Sus oscuros ojos, que eran, de verdad, enormes; tenía espesas cejas y gruesos labios, mejillas regordetas, y un cabello negro azabache cubriendo un lado de su frente. En general, era atractivo, en una tierna, inocente y sumisa manera. Su rasgo infantil era solo contradictorio con su permanente ceño fruncido (y el hecho de que había solicitado un prostituto a la mitad de la noche).

“¿Qué tal está?” El chico preguntó después de que Kai tomó el primer sorbo. Estaba, de hecho, excelente. No tendría que mentir esta vez.

“Delicioso.” Kai se aseguró de lamer sus labios seductoramente, manteniendo contacto visual con su cliente. Sin embargo no pudo descifrar el fulgor del contrario.

“Entonces… no nos habíamos conocido antes.” Un rompe hielo era más que necesario, pensó Kai. “Debo decir que estoy feliz de que Luhan no pudo venir.” Hizo una pequeña sonrisa coqueta al final para afirmar su punto.

“¿Y por qué es eso?” Kyungsoo replicó después de tomar de su propio vaso, su expresión se mantenía imperturbable.

O era muy estúpido o era muy astuto. Pero Kai no tenía el tiempo para averiguar cuál de los dos era.

“Porque no todos los días puedo cruzar caminos con un cliente como tú.”

“¿Qué quieres decir con eso?” Kyungsoo puso su vaso en la mesita de al lado y se inclinó hacia adelante, con sus codos en sus rodillas, y todavía con su cara de póker.

Kai se estaba irritando. Este chico era demasiado arrogante para su bien. Algo se tenía que hacer y rápido.

“Me refiero a que joderte no se sentirá como un trabajo, cariño.” Respondió valientemente, con sus dedos peinando su cabello hacia atrás, asegurándose de abrir más sus piernas y mostrar su bulto, que, a pesar de este inusual juego previo, estaba prominente.

Kyungsoo finalmente dejó salir una sonrisa asimétrica, reclinándose hacia atrás en el sofá.

“Bueno, tengo dificultad para creer eso, Kai.”

Lo último lo tomó como una oportunidad para avanzar. No tenía toda la noche, después de todo.

“Si no me crees”, dijo mientras se arrastraba hacia el chico, quien lo observaba en silencio, cada paso que daba, “¿qué te parece si me dejas mostrarte cuánto aprecio este afortunado giro de acontecimientos?”

Kyungsoo no cambió su posición, mientras esperaba al otro. Pero la manera en que sutilmente extendía sus muslos fue una silenciosa invitación. Kai se incorporó y se sentó a su lado, y comenzó a acariciar su muslo izquierdo de arriba abajo sin prisa, mientras intercambiaban miradas.

“Estás muy tenso, bebé…” Se inclinó y susurró en la oreja de su cliente, y la cabeza de éste se dobló instintivamente en su dirección. Desde esta distancia, podía oler la fresca colonia que el chico estaba usando. “Déjame hacerme cargo de ti, ¿bien?” Con su mano libre, comenzó a jugar con su sedoso cabello por detrás de su cabeza, mientras capturaba su lóbulo entre sus dientes y lo mordisqueaba gentilmente. El estremecimiento que sintió en respuesta fue suficiente para saber que su plan estaba funcionando.

“Shhhh, relájate, cariño…” Kai susurró una vez más, mientras su lengua trazaba un espiral en la oreja del chico; sus dedos descendieron de la parte trasera de su cabeza hasta su nuca, sosteniéndolo en una posición en la que pudiera pellizcar su lóbulo una vez más. Mientras tanto, su mano izquierda viajó hacia arriba hasta posarse en la entrepierna de Kyungsoo, agarrando ese sensible lugar, en la parte interna de su muslo.

Kai disfrutaba de la sensación que su cliente mostraba bajo sus caricias básicas; viendo a este presuntuoso chico ahora con los ojos cerrados, boca semi-abierta, rindiéndose a su toque, tan, tan rápido…  Era un estímulo a su ego, y francamente, lo prendía. Tal vez el chico realmente era inocente como se veía. Con suficiente suerte, podría lograr que este pequeño sumiso chupara su miembro, bien y lento. De seguro le gustaría.

La traviesa mano pronto estaba frotando la creciente erección que luchaba contra los pantalones negros ajustados. Kai continuo besando detrás y alrededor de la oreja de Kyungsoo, después bajó por un lado de su cuello, mordiendo y lamiendo por toda su extensión. Ese era un íntimo cuidado que Jongin raramente le daba a sus clientes, pero ahora, se sentía obligado a hacer, por algún razón. Tal vez quería ver a este chico volverse loco bajo de él; tal vez él solo estaba siguiendo las órdenes de Mino, yendo a mayor escala que su usual protocolo de trabajo.

O, en efecto, realmente él estaba metido en eso… el chico olía genial, se sentía muy bien bajo sus labios y manos… el sonido de sus pequeños gemidos reprimidos eran muy, muy, muy excitantes… Sí, Kai podría realmente podría disfrutar tremendamente esta noche. No pasaba muy seguido, por lo que tomaría ventaja por su buena suerte.

“¿Quieres ir a la cama, bebé?” Preguntó, ansioso de avanzar.

Kyungsoo se aclaró la garganta antes de mascullar su respuesta. “No… aquí…”

“Okey… ¿tienes algún lubricante por aquí? Tengo los condones en mi bolsillo…”

“No  tengo… Luhan siempre trae el suyo.” La inesperada respuesta del chico hizo que Kai detuviera sus caricias inmediatamente.

“¿Qué-quieres decir que… Luhan recibe de ti?” La sorpresa era evidente en su voz; no pudo evitar temerle a la respuesta que recibiría.

“Claro.” Kyungsoo declaró con calma, pero finalmente abriendo sus ojos para encontrarse con los otros. “¿Qué? ¿Pensaste que tú ibas a dirigir?”

Kai se quedó sin aliento. Los jodidos nervios de este chico. Estaba sonriendo satisfecho y todo.

La verdad era que Kai casi nunca recibía, principalmente porque sus clientes regulares pagaban buen dinero por tener su polla enterrada dentro de ellos. Claro que revertían posiciones aquí y allá, y de hecho lo disfrutaba, al menos un par de veces. Pero, nunca en un millón de años, imaginó que tendría que recibir de este mocoso.

Hizo una notal mental para agradecerle a Luhan como correspondía por su no-advertencia.

“Soy muy bueno dirigiendo, para ser honesto contigo.” Kai se las arregló para esconder su sorpresa y responder, jugando con sus cejas de manera seductora, solo por si las dudas su cliente podía ser persuadido por sus encantos.

“No lo dudo.” Kyungsoo se reclinó en el asiento una vez más. Un fantasma de diversión era persistente en sus labios. “Pero quiero averiguar qué tan bueno eres recibiendo.”

Bueno, demonios. No había escapatoria.

“Bastante aceptable.” Kai finalmente quitó su mano de la entrepierna del chico y se quitó su propia chaqueta de cuero, en un cuidadoso movimiento. “Soy todo tuyo, querido.”

Kyungsoo lo miró por un momento, y Kai se preguntó qué es lo que pasaba por la mente del chico. “Quítate el resto de tu ropa.” Por fin habló.

Kai fue el que sonrió esta vez, y comenzó a desvestirse, como le fue ordenado; después de todos estos años, ya no sentía nada de vergüenza al hacerlo -su cuerpo era un fuente de orgullo más que de pena, siempre se dijo a sí mismo.- Y entonces, cuando estuvo listo, se aseguró de dar un paso al frente del chico, poniendo una mano en su cintura, la otra alrededor de su miembro semi-erecto, y presentar toda su seductora figura para que fuera admirada.

“¿Te gusta lo que ves?”

Kai preguntó, jugando con su vanidad. Aunque todo era parte del número, no podía negar que estaba disfrutándolo. ¿Por qué? No tenía idea.

“Sí… muy bueno.” El otro murmuró su aprobación, asintiendo ligeramente, después de examinarlo de pies a cabeza.

“¿Quieres que te la chupe, bebé?” Kai realmente quería acabar con este juego e ir directo al punto.

Kyungsoo se tomó un momento antes de levantarse, la misma arrogancia, su asimétrica sonrisa plasmada en su cuasi-virginal rostro. Todo lo que Kai quería era abofetearlo. Especialmente ahora, que estaban tan cerca... su diferencia de estaturas solo lo hacía querer agarrar a este jodido sumiso de los brazos, aprisionarlo sobre el colchón y besarlo hasta quedarse sin aliento… mostrándole que no tiene nada para ser presumido.

“Hazlo.”

La petición del chico fue dura, inclusa fría. Y, de alguna manera, jodidamente sexy. Kai estaba teniendo problemas con el conflicto de emociones que había dentro de su cabeza.

Cayó de rodillas sin dudarlo y se puso a trabajar; después de desabotonar y desabrochar el pantalón de su cliente, comenzó a introducirse en la boca su gran bulto, todavía atrapado en su bóxer blanco, mientras se sostenía firmemente de sus muslos. Jongin estaba casi oxidado al proveer esta clase de servicio a sus clientes, o a cualquiera, en realidad. No podía concebir la idea de ir debajo de la mayoría de sus regulares (usualmente, ellos suplicaban por hacerle una mamada a él); y no había tenido sexo gratis en un tiempo.

Y sin embargo, ahí estaba, sumiso ante este mocoso engreído, y disfrutándolo. Disfrutando el quitarle los pantalones y el bóxer, dejándolo completamente desnudo de la cintura para abajo, y deslizando sus manos hacia arriba por sus hermosas y suaves piernas. Disfrutando el ver su considerable circunferencia emerger, colgando frente a su cara, acariciándolo firmemente, besándolo y lamiéndolo y chupándolo ansiosamente. Disfrutando el aroma que destilaba el otro cuerpo, y el sabor de su pre-semen, así como los gemidos bajos que venían desde arriba. Estaba saboreando ese momento, anhelando darle placer a este chico, incluso si suponía que no iba a hacerlo, para nada.

Y cuando una mano se enroscó en la parte trasera de su cabeza, y lo empujaba hacia enfrente, relajó su garganta y tomó más de su longitud en su boca, complacientemente.
Kyungsoo comenzó a empujarse hacia su boca, gentilmente al principio, después más fuerte… la fricción del palpitante miembro con su lengua, la sensación de la cabeza golpeando su garganta una y otra vez…

“Estimúlate con tus dedos.”

La profunda voz de su cliente lo sacó de su trance. ¿Cómo es que ser mandado por un maldito sumiso podía ser tan sexy? Esa pregunta cruzó brevemente la mente de Kai, mientras obedecía una vez más, instintivamente. Dejando que su miembro se le escapara de la boca, rígido, miró hacia arriba para encontrar a su dueño contemplándolo, con sus ojos a medio cerrar, y una mirada ilegible. Y la manera en que Kyungsoo se mordía su labio inferior…estaba rogando ser besado. Duro y largo. Kai se forzó a romper el encanto, desviando la mirada para hacer desaparecer esa urgencia que tenía.

Procedió a chuparse dos de sus propios dedos y cubrirlos con tanta saliva como pudo; después, asegurándose de ajustar su posición, comenzó a trazar círculos sobre el borde de su entrada, jugando. Mientras tanto, una vez más agarró el hinchado miembro que esperaba frente a él, y tiró de él, haciendo a su cliente  jadear y sacudirse en respuesta. Tomando con un apretón su base, Kai tomó su carnosa punta con la boca, tragando toda su longitud de nuevo. Continuó moviendo su cabeza, tironeando con sus labios, succionando toda la erección del chico, era lo que valía la pena. El sonido de los insistentes gemidos que su cliente dejaba escapar eran suficientes para tenerlo prendido, alentándolo a dar el siguiente paso.

Primero empujó el dedo índice por su entrada, insertándolo lo más cuidadosamente que podía, y comenzó a moverlo adentro y afuera y alrededor. No podía decir que se sentía cómodo. Había pasado un tiempo considerable desde la última vez que había recibido de alguien o que se había dado placer de esa manera, y la falta de lubricante lo hacía más difícil. Pero tenía que continuar a pesar de todo. Después de todo, era un profesional.

Su reacción por el segundo dígito presionando y entrando, sin embargo, fue más fuerte. Dolía. Dolía como el infierno. Cerró los ojos por el dolor, y tuvo que parar la mamada que estaba haciendo para tomar aire, esperando unos momentos a que su cuerpo se acostumbrara a la intromisión. Por alguna razón, no tenía el coraje de voltear a ver a Kyungsoo. Podía sentir que el chico no se había movido, aún seguía frente a él, probablemente esperando y mirando su esfuerzo; podía escuchar su respiración, pero ningún otro sonido.

Kai se sintió completamente expuesto. Odiaba ese sentimiento.

No había manera de evitarlo. Con un nuevo coraje descubierto, comenzó a mover sus dedos en su interior, lento y cautelosamente, imitándolo con su otra mano, aún envolviendo el miembro de Kyungsoo. Aún no había abierto sus ojos, porque su usual confianza prácticamente no existía ahora. Y cuando comenzó a mover sus dedos a manera de tijera para abrirse a sí mismo, sintió lágrimas cayendo por su rostro, por la incomodidad y vergüenza. Dolía y ardía más de lo que recordaba. No debería ser de esa manera. No así.

“Detente.”

Se sobresaltó de nuevo por la orden de Kyungsoo. Más aún cuando el chico gentilmente quitó su mano que rodeaba su propio miembro y comenzó a acariciar suavemente su cabello con sus dedos. Se sentía bien. Incluso aunque el chico tenía un gesto pensativo, Kai aún no podía verlo. Eventualmente, puso fin a su sufrimiento físico auto-infligido, removiendo sus dedos de su entrada, pero la aflicción que se había instalado en su cabeza no se iba.

Hasta que la mano que acariciaba de repente jaló el cabello de Kai hacia atrás, lo suficientemente brusco para hacer que se topara con los ojos de su cliente.

“Mírame.”

El prostituto estaba asustado por el abrupto cambio, sintiendo punzadas en su cuero cabelludo; pero no podía apartar los ojos de la implacable mirada de Kyungsoo, mientras sus heladas palabras sonaban en sus orejas, trayendo escalofríos por toda su espina dorsal. Ni siquiera cuando este usó su mano libre para masturbarse a sí mismo, en un frenético y temible ritmo. Ahora, Kyungsoo ya no se veía como un chico. Era más como un diablo disfrazado.

Olvidándose de su propia erección, miraba la expresión de su cliente perdiendo el control, y la emoción expandiéndose por todo su cuerpo tembloroso; sus gruñidos se volvieron más salvajes, y el sonido de su puño deslizándose sobre su miembro duro como la roca, cubierto en pres-semen, completaban la sinfonía de la hipnótica escena. El agarre del hombre en el cabello de Kai no parecía que fuera a alivianarse, de hecho, se hacía cada vez más fuerte mientras se acercaba su desenlace.

No tomó mucho hasta que Kyungsoo gimió de éxtasis y explotó en su propia palma y dedos, chorreando semen blanco y caliente por toda la frente, mejillas y labios de Kai. Este, involuntariamente lamió la salada semilla de sus labios, cautivado por la vista del otro, regocijándose antes que él, en su orgasmo hasta el final.

Era simplemente demasiado hermoso.

Cuando Kyungsoo finalmente liberó el agarre de sus cabellos, abrió sus ojos negros de nuevo, no había vida detrás de ellos.

“Vete. Contactaré a Mino mañana.”

Luego, sin ninguna otra palabra, el cliente estuvo fuera de la vista de Jongin.

Capítulo 2 →


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