La Luna de Miel (3/19)

Oct 11, 2009 20:07


Título original: The Honeymoon
Autora: dracosoftie
Pairing: Draco/Harry
Género: Romance
Clasificiación:NC-17
Disclaimer: La autora y la traductora aman a los personajes pero no son nuestros.
Resumen: Ginny abandona a Harry en el altar, dejándolo miserable y confundido. Entra un Draco Malfoy, abogado, quien se las arregla para enturbiar la situación aún más cuando Harry y él quedan atrapados en una isla.
Advertencias: Slash, lenguaje y sexo explícitos.



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***

4 de Agosto

Al otro lado del mundo, Hermione tenía una junta con Pansy y Susan. Las tres estaban sentadas alrededor de la mesa de la cocina de Hermione, tomaban té y revisaban la agenda de Draco para el siguiente mes. Susan jugaba con un pergamino, sus dedos dañaban la orilla y causaban que se desgastara.

-Nunca nos perdonará. No deberíamos haberlo hecho - dijo en voz baja.

Pansy le arrebató el pergamino -un archivo de liquidación para un negocio que Draco representaba- a Susan y le lanzó una mirada severa como reprimenda.

-Aceptará que era necesario, sobre todo si Potter se tarda mucho en desistir de tratar de matarlo, eso le dará tiempo a Draco de pensarlo bien -dijo firmemente -. Sin duda, hicimos lo correcto. Para ambos.

Hermione asintió y levantó la mirada cuando Ron entró en la habitación cargando a su hijo, Hugo.

-Lo era, los dos eran miserables. En lo que a mí concierne, Ginny le hizo un favor a Harry. ¿Quién sabe cuánto tiempo Malfoy y Harry hubieran revoloteado alrededor del otro, antes de que alguno de los dos finalmente diera el primer paso? -preguntó, sus ojos enviaron un reto directo a Ron.

Ron dejó al pequeño niño regordete en su silla alta y alzó ambas manos en señal de defensa.

-No he dicho una palabra Hermione. Ni una maldita palabra. No desde que las tres me derrotaron con sus votos después de la boda.

La inusual alianza entre las tres mujeres se había formado meses antes, después de que creciera la preocupación de Hermione y Pansy por sus respectivos amigos. Era obvio para todo aquél cercano a los dos hombres que algo había pasado entre ellos en el baile de gala del Ministerio pero, nadie sabía exactamente qué. La gota que derramó el vaso para Pansy fue la declaración de Draco de que iba a tomarse un descanso de las citas, justo después de que terminara con ese jugador de  Puddlemere United, quien tenía un cabello negro como el plumaje de un cuervo. Fue casi al mismo tiempo que encontró una factura del investigador privado que Draco había contratado para seguir a Ginny. Él había jurado que era para cubrir todas las medidas para cuidar a su cliente de más alta categoría, Harry Potter, quien seguramente querría romper su compromiso y podría estar en peligro de ser demandado por Ginny Weasley. Cuando Pansy le dijo que Ginny también era una cliente, Draco se había enfurruñado y se había negado a seguir la discusión.

-Weasley, tuviste dos días para pensar en nuestra oferta -dijo Pansy lanzándole una mirada especulativa mientras él cortaba un plátano para Hugo -. Me temo que no podemos esperar más tu respuesta.

Ron cerró los ojos y suspiró. Era una gran oportunidad. Trabajaría con clientes interesantes y para niveles más altos de lo que usualmente hacía para Andrews, Michelson y Grant. Pansy y Susan le prometieron que había posibilidades de volverlo socio, después de que Malfoy regresara, si todos estaban contentos con su trabajo. Merlín sabía que Hermione y él necesitaban el aumento de salario que tendría.

-Sí, está bien -dijo algo cortante, extendió su brazo hacia la pila de pergaminos que estaba frente a Susan -. Denme los malditos archivos, iré a la oficina esta tarde para comenzar, después de que presente mi renuncia. Llegaré antes si me echan tan rápido como la entregue, como lo hacen con casi todos los subordinados.

Susan sonrió por primera vez desde que Ron había entrado. A pesar de su reputación en Hogwarts de ser muy impetuoso, era imperturbable cuando defendía un caso, aunque no había tenido mucha oportunidad de hacerlo frente al Wizengamot. Eso cambiaría si tomaba algunos de los casos pendientes de Draco. Su sonrisa se ensanchó al imaginarse la reacción de Draco de saber que el hombre al que seguía llamando Comadreja, se había encargado de sus clientes, aún cuando fuera temporalmente.

Los ojos se Ron se entrecerraron al ver las sonrisas en las caras de Susan y Pansy.

-Va a matarme -advirtió.

Pansy asintió, sus ojos estaban serios.

-Sí, es muy probable.

Era turno de Ron para sonreír de manera feroz. Con esa expresión era fácil imaginarlo como un abogado sin compasión, no es como si tuviera la oportunidad de demostrarlo en la firma en la que trabajaba.

-Pero no antes de matarte a ti, Parkinson, por orquestar esto - dijo y su sonrisa creció -. Esto va a ser interesante.

***

- Asumo que Granger ya le dijo a todo el mundo donde estamos, no es como si pudieran contactarnos aún si lo saben, sólo espero que Pansy y Susan puedan atender a mis clientes por las próximas semanas.

Harry se detuvo con la espátula en mano, parecía golpeado por la idea. Se había pasado casi toda la noche ahogándose y lamentándose en el hecho de que lo habían plantado y que estaba atrapado con Malfoy en esa maldita isla, pero ninguno de esos pensamientos habían recaído en qué tanto iba a afectar esa situación a Malfoy. Harry se había sorprendido genuinamente al descubrir que tan aisladas y largas eran esas vacaciones, pero era su luna de miel, sabía que alguien había estado en contacto con su supervisor y el tiempo libre de Harry se había aprobado. Draco no había hecho preparativos, literalmente había dejado su vida entera atrás, sin ningún aviso. Su atención regresó a los panqueques que ahora se quemaban ante él en la estufa; movió una mano, desapareció el desastre y convocó un hechizo de limpieza en el sartén para empezar de nuevo.

-Merlín, Malfoy ¡Lo siento! -dijo Harry, su voz estaba cargada de culpa, mientras colocaba la masa en el sartén caliente -. Nunca consideré lo que esto ha de ser para ti. Tu trabajo, tu casa, tus… -dudo, tragó saliva con un nudo inexplicable en la garganta, que se había formado al pensar en la vida personal de Draco -compromisos sociales. ¿Qué demonios estaba pensando Hermione?

Draco bufó. ¿Compromisos sociales? Como si tuviera de esos. Encontraó grandes defectos en cada mujer -y hombre- con quien había salido en el último año. Primero desarrolló una preferencia por amantes de cabello negro, luego exclusivamente por hombres. Todo el que fuera demasiado fanfarrón era rechazado, luego cualquiera que no tuviera ojos verdes. Después de salir con dos casi-clones de Potter, Draco había dejado a un lado las citas reacio a admitir, aun para sí, lo que significaba su cambio de preferencias.

Aclaró su garganta, jugando ausentemente con su varita. Gracias a Merlín que la tenía consigo cuando Granger hizo su pequeño embauco. Tenía la paranoia de su padre para agradecer aquello; muchos magos ya no usaban la funda atada a la muñeca, desde que su mundo era más estable de lo que había sido durante la guerra. Pero un saludable miedo por su propia seguridad, nacido de muchos años de práctica y enseñanzas, le había apegado a las viejas costumbres. Sonrió sabiendo exactamente lo que su padre pensaría de su gratitud ahora.

-Es un inconveniente, no hay duda, pero tengo fe en que Pansy y Susan podrán con esto. Habíamos hablado de hacernos de otro socio e imagino que seguirán con el plan una vez que se den cuenta de que no estaré por un mes entero -dijo con un asentimiento, como si el destino de su firma, una firma que había construido concienzudamente ladrillo por ladrillo, caso por caso, no le importara en lo absoluto.

Su escrupulosa indiferencia era definitivamente un acto, pero Draco se sorprendió de descubrir que la posibilidad de perder su trabajo ganado a pulso, no le molestaba tanto como debería. Potter importaba. Potter, quien era una cáscara rota de hombre gracias a esa perra de Weasley. Potter, quien necesitaba reconstruir su autoestima y, Draco, quien genuinamente quería ayudar. Se había pasado la noche molesto y dando vueltas en el innovado sofá tratando de averiguar por qué en esta desafortunada y siendo honestos, horrible situación, sentía el corazón ligero.

Había estado buscando pasar ese tiempo a solas con Potter. La cabeza de Draco hormigueó al darse cuenta que sólo tomó un beso fugaz con Potter en el guardarropa, para sacar completamente su mundo de su eje. Un encuentro, achispado por un accidental toque de labios cuando Potter se acercó para darle un apretón de manos, mientras Draco se inclinaba para tomar su capa. Un beso caliente, que detuvo su corazón había sido inmediatamente interpretado como un accidente. Un año evitando meticulosamente, no sólo a Potter sino a todos los pensamientos que tuvieran a Potter en un contexto no profesional. Un beso bochornoso que había enviado impulsos eléctricos a la médula de Draco… ni siquiera sabía si Potter también lo había sentido. Si su compromiso con la zorra de Weasley fue una indicación, había intuido que la respuesta contundente era no.

Draco subió una mano para detener a Harry antes de que siguiera flagelándose.

-Nada de esto fue tu culpa, Potter. No se puede hacer nada, así que deberíamos tratar de disfrutarlo. Aquí es hermoso -dijo Draco haciendo un gesto hacia el lugar y volteándose hacia la terraza, que daba hacia el mar.

- ¿Disfrutarlo? -Harry dejó un par de panqueques en la mesa, tratando de encontrar la mirada de Draco -.Sufrí una terrible humillación al ser abandonado en el altar por mi prometida y por ello me derrumbé frente a todos. Podrías perder tu firma por tu ausencia de un mes. Éramos los más grandes rivales en la escuela y casi no hablamos desde entonces ¿Cómo exactamente podríamos disfrutarlo?

Draco agarró la muñeca de Harry. La apretó gentilmente y no la liberó, manteniendo a Harry frente a él ya que parecía que el hombre moreno iba a escapar.

-Hemos recorrido un largo camino desde Hogwarts. Tal vez no seamos amigos pero no somos enemigos -dijo con calma, cuidadoso de no negar el hecho de que su corazón también estaba latiendo frenético y con pánico. No tenía idea de cómo ayudar a Potter, tampoco de por qué quería ayudar a Potter. Ambos eran pensamientos inquietantes para alguien que se enorgullecía de ser distante y reservado.

-Es cierto que no hemos hablado en un año pero pensé que nuestra última conversación había ido bien. No terminó con las varitas al aire ¿O sí? -preguntó Draco, forzando en su voz un tono indiferente que no sentía. Sintió en su pecho algo cálido con el recuerdo del beso apasionado e inesperado que Harry y él habían tenido.

Harry se sonrojó ligeramente, lo que Draco interpretó como su incomodidad hacia el rumbo de la conversación. Idiota, él no quiere recordar esa noche, pensó enojado. Había tratado de aligerar la situación para ayudar a Harry a relajarse, en lugar de eso había hecho exactamente lo contrario.

Recobrándose rápido, Draco conjuró una bandeja y levitó el desayuno en ella, añadiendo dos vasos de zumo de calabaza y una jarra de fuerte café. Llevó la bandeja afuera, levantándose de su lugar en la mesa de la cocina.

-Tomaremos el desayuno en la terraza -dijo, mirando sobre sus hombros a un todavía desconcertado Harry -. Imagino que la gente que disfruta en un paraíso tropical usualmente come afuera.

Harry lo siguió sin comentario alguno. Su vergonzoso sonrojó se disipó, reemplazado con una expresión divertida. Estaba complacido de que el otro hombre recordara esa noche, aunque no sabía qué hacer con la forma en que había resumido el encuentro. No estaba del todo seguro de lo que había significado para él, pero sabía que estaba decepcionado de que no hubiera sido importante para Draco.

Comieron su desayuno en agradable silencio y Harry estaba sorprendido del consuelo que el simple hecho de sentarse afuera con Draco, bajo el sol, le había traído. El hombre rubio no le había preguntado ni una sola vez sobre Ginny o de su vida. Parecía contento de dejar que Harry pensara en paz, lo que Harry apreciaba.

Draco ausente, mezcló crema endulzada con su café, su mente estaba en Londres. Se preguntó si la inconveniente luna de miel de Harry habría llegado ya a los periódicos, seguramente era cuestión de tiempo. Probablemente la arpía de Ginny daría ella misma las noticias. Draco se preguntó si es que ella alguna vez tuvo la intención de casarse con Harry o todo el asunto había sido un plan elaborado y caro para humillarlo públicamente.

Harry sintió un retortijón de inquietud cuando vio la mirada tormentosa en la cara de Draco, mientras tomaba su café. El sentimiento aprensivo creció cuando el hombre rubio se puso de pie abruptamente, se excusó al levantarse y se dirigió a dar un paseo por la playa. Harry pensó que ofrecerse a acompañarlo no era buena idea, así que se limitó a asentir, recogió las cosas del desayuno y regreso a la casa.

Draco no caminó muy lejos de la orilla. No tenía mucho interés en explorar la isla o disfrutar la brisa salada que llegaba desde el agua. Sólo quería, no, necesitaba estar solo. Estaba agotado por la intensidad de darse cuenta de que tenía sentimientos por el otro hombre y necesitaba tiempo para pensar qué significaba. Tenía que admitir que había hecho un buen trabajo al esconder el hecho de que se sentía atraído hacia Potter, incluso de él mismo, aunque parecía terriblemente obvio si revisaba sus acciones del último año. Además de que Potter era completamente heterosexual, si su reacción al recordar el beso decía algo. Draco suspiró y pateo un montículo de arena. Se dio cuenta que debió haberse quitado los zapatos cuando sintió los granos rasposos entrar en ellos.

TBC

N/T: Me encanta que estén hablando y empiecen a recordar algo, se lleven tres párrafos en ello y regresen al diálogo XD Ron perdiendo las elecciones, sobre si los mandaban a la luna de miel o no, es lo mejor.

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