Título original:
The HoneymoonAutora:
dracosoftiePairing: Draco/Harry
Género: Romance
Clasificiación:NC-17
Disclaimer: Todo está basado en el libro ese que se inventó Rowling y el fic no se hizo con fines de lucro y menos la traducción.
Resumen: Ginny abandona a Harry en el altar, dejándolo miserable y confundido. Entra un Draco Malfoy, abogado, quien se las arregla para enturbiar la situación aún más cuando Harry y él quedan atrapados en una isla.
Advertencias: Slash, lenguaje y sexo explícitos.
Anterior -
Siguiente ***
3 de Agosto
Los dos hombres aterrizaron suavemente en una playa de arena. Draco se veía completamente furioso, pero Harry estaba demasiado sorprendido como para registrar lo que había ocurrido.
- ¡Eres un idiota Potter! - dijo Draco al levantarse, casi se tropieza consigo mismo en su esfuerzo por pararse.
Harry se quedó sentado en la arena, parpadeando lentamente mientras observaba sus alrededores.
- ¡Eres un completo imbécil! ¡Esto es completamente tu culpa! Tú y de esa maldita sangresucia Granger -bramó Draco.
El insulto hacia Hermione llamó la atención de Harry. Se levantó, moviéndose hacia Draco y deteniéndose justo a unos centímetros de él. Sus caras casi tocándose. Harry clavó sus dedos en la túnica de Draco, previniendo que el hombre se alejara.
-No. La. Llames. Así -dijo Harry en una voz baja y peligrosa, enfatizando cada palabra.
- ¡Maldita sea Potter, no puedes estar defendiéndola! ¡Esa perra calculadora nos transportó a Costa Rica contra nuestra voluntad! -gruñó Draco encontrando la mirada de Harry -. No creo que justo ahora nuestro mayor problema sea mi elección de insulto despectivo hacia tu supuesta leal amiga de la escuela.
-Jódete Malfoy, sólo regrésanos -espetó Harry.
Draco dejó salir una ligera risa desquiciada. Harry liberó el agarre de su túnica y dio un paso atrás.
- ¿Leíste algo de los papeles que firmaste sobre estas vacaciones? -preguntó Draco, su voz tomó un tono histérico -. No puedo regresarnos Potter. Las protecciones no nos dejarán irnos hasta que expiren, al término de las vacaciones programadas.
La ira de Harry se disipó y dirigió a Draco una mirada atónita.
- ¿Privacidad absoluta? ¿Protecciones blindadas? ¿Aislamiento garantizado? Potter, detenme cuando esto te empiece a sonar familiar -siseó Draco.
La gravedad de la situación -esencialmente estar atrapado con Malfoy en una isla tropical a miles de kilómetros de casa- empezó a caer sobre él y los ojos de Harry brillaron con enojo.
- ¿Las protecciones están atadas a mí o no? -Dijo tensamente, quitó la arena que tenía el pequeño trasladador -Sólo nos llevaré de regreso.
Cerró sus ojos y apretó el trasladador con su puño, levantando su mano para tomar el brazo de Draco mientras decía el hechizo para activar la baratija. Los ojos de Harry se abrieron instantáneamente cuando el jalón familiar del viaje falló en completarse. Soltó el brazo de Draco y lo miró acusadoramente.
-No funcionó -dijo terminantemente.
Draco rodó los ojos y suspiró.
- Claro que no funcionó, idiota. No funcionará hasta que terminen las vacaciones convenidas. Las protecciones están atadas a ti para dejarte traer al alguien, pero no dejarán salir a nadie. Estamos atrapados hasta que expiren.
Expectante observó a Harry, pero Harry negó con la cabeza y alzó los hombres en señal de negligencia. Por supuesto, pensó Draco amargamente. El idiota no tenía ni remota idea de lo que esas malditas vacaciones conllevaban.
Draco se dio vuelta y caminó furiosamente por la arena hacia la gran casa de campo atrás de la playa. Abrió la puerta y entró, quitándose su demasiado-abrigadora túnica mientras lo hacía.
- ¿Qué diablos haces Malfoy? -Preguntó Harry enojado, siguiendo por la casa las zancadas del hombre rubio.
- ¿Qué parece que hago, Potter? -Preguntó ácidamente, deshaciendo el nudo de su corbata y desabotonándose el cuello -Me estoy poniendo cómodo. Voy a enfermarme si uso estas malditas ropas sofocantes mientras estamos atrapados aquí.
Harry lo siguió a una recámara grande… la única recámara que Harry recordaba haber visto mientras lo seguía. Draco abrió el clóset y buscó entre un conjunto de ropa… ropa que parecía extremadamente familiar.
- ¡Oye, esa es mi ropa! -gritó Harry.
- Y que impactante gusto tienes, Potter -dijo Draco desdeñosamente, escogiendo un par de pantalones holgados de lino y una camisa de algodón de polo -. Seguramente, no esperas que use la ropa de tu ex prometida ¿No? Pensé que no. Así que éstas son mi única opción.
La mirada abrasadora de Harry se dirigió a la hilera de ropa elegante de Ginny, que colgaba en el lado opuesto de las suyas. Levantó su mano y las prendas ofensivas estallaron en llamas, incendiándose con fulgor y luego desapareciendo, dejando el clóset oliendo a seda quemada.
- ¡Maldita sea, Potter! Avísale a alguien antes de que hagas algo como eso -dijo Draco jadeando ante la demostración del poder de la magia sin varita y el hormigueo incómodo que envió a su entrepierna.
- Si ya has acabado de salvar al mundo de ropa errante, oh Maravilla de la Magia sin varita, deberíamos escudriñar en la despensa y hacer arreglos sobre cómo dormiremos -dijo Draco detrás de la puerta del baño, que había cerrado para poder cambiarse de ropa sin que Potter viera la evidencia de su reacción humillante a la explosión de magia. Era, por supuesto, una reacción natural hacia un mago que convoca un hechizo tan inesperadamente, razonó Draco. No significaba que en realidad se sentía atraído hacia Potter.
Harry cerró los ojos y respiró profundo, tratando de calmarse. Se volteó hacia su ropa y escogió un conjunto similar al de Draco, se quitó su túnica pesada y pantalones para entrar en una ropa más fresca. Malfoy estaba en lo cierto. No había razón para estar incómodo y el clima ahí era definitivamente caliente y húmedo.
***
La paz provisional duró más o menos una hora mientras los dos hombres comían una cena preparada rápidamente de emparedados fríos y muchas cervezas bebidas con gusto, Evitaron toda conversación, desde que el viejo recurso del quidditch ya no era una opción porque Ginny jugaba para las Arpías.
Draco colocó los platos en el fregadero, que estaba encantado no sólo para lavarlos sino también para regresarlos a la alacena, con aire casual se recargó en la barra.
- Potter, seguramente ya te diste cuenta que sólo hay una recámara -dijo con una sonrisa.
Harry se sorprendió por lo repentino de la conversación. Se volteó con todo y silla para quedar frente a Malfoy.
- La cual por derecho debería ser mía, pues soy el pendejo que está pagando la cuenta por estas hermosas vacaciones -dijo agriamente.
- Cierto, pero también es culpa de tu mejor amiga de la infancia el que estemos varados aquí en primer lugar, ergo la recámara debería corresponderme a mí, la víctima -dijo Draco con una ligera sonrisa.
Harry se puso rígido ante la mención de Hermione, aún molesto por su traición y el ataque de Draco cuando llegaron. Draco notó sus hombros tensos y suspiró.
- Escucha Potter, solo voy a decir esto una vez. Llamé a Granger sangresucia porque sabía que tendría tu apoyo. No he usado esa palabra en años y definitivamente no pienso que los nacidos de muggles sean menos talentosos que nosotros, los que somos sangrepura y mestiza -dijo Draco con calma.
Las cejas de Harry se juntaron mientras pensaba en lo que Draco decía.
- ¿Estás familiarizado con mi trabajo en relación con la política de la sangre? -inquirió Draco, sabiendo muy bien que todo el mundo mágico lo estaba.
-Lo estoy -admitió Harry.
El área de estudio que Draco eligió en la universidad, trataba de resolver el problema de la genética de los sangrepura, mestizos, nacidos de muggles y muchas supuestas criaturas oscuras como las veelas y los hombres lobo. Los descubrimientos de Draco fueron concluyentes al probar que todas las brujas y magos compartían la misma sangre mágica sin importar el parentesco. Pasó los siguientes años como consejero del Ministerio, usando esos descubrimientos para conseguir papeles políticos y llamar a una legislación que garantizara, a todas las brujas y magos, igualdad de derechos. Sus padres se horrorizaron por el uso que le había dado a su educación y lo habían desheredado rápidamente después de que su primer tratado fuera publicado. En lugar de ceder a sus demandas como sus padres habían esperado, Draco se ganó una beca del Ministerio para ir a la escuela de leyes. Usó sus experiencias como consejero para abrir una firma de abogados con Susan Bones y Pansy Parkinson como sus consejeras y la firma había ido bien.
De hecho, Draco había sido clave para que el Ministerio reconociera a Remus como héroe de guerra y le pagaran una indemnización a Teddy y a Andrómeda, por su papel en la pelea con Voldemort y su muerte subsecuente. Esas noticias habían llegado justo antes del baile de gala del Ministerio donde Harry y Draco se habían reencontrado por primera vez desde Hogwarts, un poco más de un año antes. Harry se sonrojó con el pensamiento del baile y su encuentro con Draco.
En un movimiento ausente, avergonzado, Harry llevó su mano hacia arriba para masajear la parte posterior de su cuello.
-Malfoy, me disculpo -dijo Harry sinceramente -. No tengo derecho a estar enojado contigo por esto… Tenías razón cuando dijiste que nada de esto era tu culpa. Si me hubiera detenido a pensarlo hubiera sabido que no era tu intención decir eso de Hermione.
Harry tartamudeó las siguientes palabras.
-Y-yo bueno, Yo… eso es lo que hay que decir -las mejillas de Harry se tornaron rosa. Aclaró su garganta -Te agradecí para que Remus tuviera el reconocimiento que se merece, pero no del resto. Así que gracias por lo que has hecho.
Draco se sonrojó ligeramente y asintió, claramente recordando la muestra de gratitud un poco menos incómoda que Harry había hecho un año antes.
-Gracias, Potter. Y en cuanto a la habitación es tu derecho de que quedes con ella -dijo. Vagó por la acogedora sala de la casa e hizo gestos ausentes hacia el sillón -. Puedo dormir aquí. Se ve lo suficientemente cómodo. Oye y es sólo por un mes ¿no?
Harry que lo había seguido de cerca se detuvo abruptamente.
- ¿Un mes? -preguntó con pánico.
Draco rodó los ojos y se rió.
-De hecho ¿Recuerdas? ¿El contrato? Obviamente no lo tengo aquí enfrente pero lo principal era así: Isla aislada. Protecciones de privacidad que prevengan la entrada o salida. Incluyendo mensajes por lechuza. Las protecciones caen el primero de septiembre -dijo Draco sin emoción, disfrutando la mirada impactada en la cara de Potter.
Harry no contestó pero Draco lo vio murmurando las palabras “un mes” para sí mismo sin creérselo. Draco prácticamente podía ver las tuercas rodando en la mente de Harry buscando la fecha.
-Tenemos mucha comida para que nos dure y creo que vi una pequeña biblioteca en la parte de atrás de la casa -continuó Draco -Claro que hay provisión para emergencias; las protecciones están alertas a nuestra salud y deberían finalizar si uno de los dos se enferma o se hiere para así poder salir.
Harry se veía como si de verdad estuviera considerando hacerse daño para que pudieran escapar.
-Creo que podemos ser civilizados el uno con el otro durante unas semanas ¿no crees Potter? -preguntó Draco levantando una ceja en dirección a Harry -. La casa es muy cómoda y tenemos la isla entera para explorar. Acordemos tratar de hacer buena esta situación sin duda desafortunada. ¿De acuerdo?
Harry estaba sorprendido. Draco Malfoy -uno de sus más odiados enemigos de la escuela, alguien que había tratado de matarlo en más de una ocasión- estaba sugiriendo hacer a un lado sus diferencias y pasar un mes sin preocupaciones divirtiéndose en una isla tropical. Inconscientemente, llevó su mano a los cabellos cortos de su nuca, confundido.
Draco le dedicó su sonrisa más deslumbrante y dio un paso para acercarse al hombre de cabello oscuro que estaba claramente aturdido. Harry, pasmado, observó como Draco extendía hacia él una mano con manicura perfecta, en un gesto de amistad y tregua.
Draco mantuvo su actitud de confianza aunque estaba aterrado por dentro. Potter seguramente ni se daría cuenta del significado del apretón de manos, pensó, ni el estrés emocional que era para Draco estar ahí parado como idiota con su mano extendida, esperando por un apretón de manos que tal vez nunca llegaría. Draco mantuvo sus hombros hacia atrás y su cabeza en alto, observando los ojos claros de Harry, así como lo había hecho años atrás en la tienda de Madam Malkin, cuando el Gryffindor había rechazado por primera vez su amistad. ¿Lo haría de nuevo?, se preguntó Draco.
Segundos tormentosos pasaron antes de que Harry recuperara el control de sus facultades. Rápidamente movió su brazo y tomó la mano de Draco, curvando sus dedos alrededor de la palma cálida y le dio un ligero apretón.
-Te advierto que no seré una buena compañía -dijo Harry y le dio a Draco una mirada especulativa.
Draco se rió, regresando el apretón antes de dejar ir la mano de Harry.
-No me lo imagino. Difícilmente creo que esperabas pasar tu luna de miel atrapado en el paraíso con tu abogado-cruel-y-enemigo-mortal-más-odiado de tu infancia -dijo Draco sonriente -. Bueno, aparte del buen Voldy. Al menos me gusta pensar que yo estaba en el segundo lugar.
En los labios de Harry se formó apenas un atisbo de sonrisa.
-Un segundo lugar muy lejano, debo decir, pero sí.
Draco asintió, el humor bailando en sus ojos. Miró hacia otro lado y tragó saliva, ausente rozó su nuca con la mano. Se tensó al darse cuenta de lo que había hecho, ese era el tic de Potter, no el suyo. ¿Cuándo había adoptado ese gesto particular?, se preguntó.
-Potter, en serio, me doy cuenta de que este es un increíble tiempo para que pienses -dijo Draco solemne -. Tienes mucho que reflexionar, muchas cosas que trabajar. No puedo decir que yo sería de mucha ayuda, pero puedo no estorbar. Y no lo haré. Deberías tomarte este tiempo para resolver tus asuntos y planear qué harás cuando regresemos.
Harry asintió pasando saliva por el nudo que se formó en su garganta cuando las palabras de Draco lo forzaron a pensar en el desastre en el que se había convertido su vida. Un poco de atención a ello le haría bien, reconoció. También un poco de Whisky de Fuego.
- Gracias Malfoy, supongo que estás en lo correcto -Harry miró hacia afuera y notó que el cielo ya estaba oscuro -. Estoy exhausto y estoy seguro que tú también. Me quedaré en la recámara esta noche pero en la mañana haremos un plan para compartirla. No puedes dormir en el sofá por cuatro malditas semanas.
Era el turno de Draco para tragar saliva mientras se imaginaba lo que significaría compartir la recámara con Harry Potter. Las imágenes que golpearon su cerebro eran completamente absurdas, pensó. Firmemente aplastó sus pensamientos mirando como Potter convocaba sin varita sábanas y almohadas de un lugar del pasillo, dejándolas en el sillón. Harry se volteó sin decir palabra alguna y desapareció por el pasillo que daba a la habitación.
La crisis emocional de Draco pasó desapercibida para Harry, pues el hombre de cabellos negros estaba perdido en sus pensamientos. No podía creer que el slytherin hubiera cambiado su estado de ánimo tan abruptamente. Horas antes estaba dispuesto a matar a Harry por agarrar el trasladador y ahora tranquilamente se presentaba como voluntario para dormir en el sofá por un mes -un maldito mes- mientras estaba prisionero en una isla sólo con Harry de compañía. Sus mejillas ardieron al recordar la última vez que Malfoy y él estuvieron solos. Lo había besado y no había sido un accidente. Malfoy se veía tan jodidamente sexy en su túnica de gala y había defendido a Remus fervientemente ante el Ministerio, como un ángel vengador. Harry fue atrapado por el momento y sin poder detenerse junto sus labios con los de Malfoy para ver si eran tan suaves como parecían. Había esperado un hechizo o un frío rechazo, no la pasión fiera e instantánea cuando Malfoy -Draco- le regresó su abrazo torpe con más habilidad que la que poseía Harry.
Había estado tan confundido por todo el asunto. Y luego, esa noche había estado pensando en el beso robado mientras le hacía el amor a Ginny, sin poder dejar de pensar en la cara de Draco cuando se corría. Debió haber algo en su expresión que lo delató porque ella no dejó de acosarlo con preguntas hasta que él admitió lo que estuvo pensando. Ginny se enfureció pero no lo dejó… él se dio cuenta muy tarde que debió haber mentido, aunque se preguntaba si su confesión nació del hecho de que estaba insatisfecho con su relación y subconscientemente trató de sabotearla. Habría pasado en cualquier momento. Su vida juntos -su compromiso- había sido una penitencia por su desliz, por lo que ella llamó su perversa atracción hacia otro hombre. Se negó a dormir con él después de eso y quién podría culparla, pensó Harry. Así empezó su año de celibato y ella durmiendo abiertamente con otros, gastando su dinero y planeando una boda ridículamente cara que aparentemente nunca tuvo deseos de llevar a cabo. Todo había sido una venganza por ese error de momento.
Harry se quitó su camisa y pantalones, sin molestarse en buscar en el clóset por algo con qué dormir. Hacía calor a pesar de las ventanas abiertas, se acomodó en la cama, observó por horas la rotación lenta del ventilador en el techo, mientras pensaba en el desastre que se había vuelto su vida, evitando, meticulosamente, en el proceso cualquier pensamiento sobre Malfoy.
TBC
***
N/T: Me encanta traducir este fic. Draco es adorable, pasa de loco a ángel vengador XDDDD Harry es tan bruto todo él. Ginny pfff si creen que ya la odian.