.............. *mira a su hermano y luego la ropa. Pasea varias veces la mirada entre ambos hasta que empuña las manos y voltea con expresión furiosa* ¡¡ESTO ES COSA TUYA!! *blande la toalla en una mano y con la otra sujeta el inestable nudo inestable de la toalla que se enrosca en su cintura* ¡¿DONDE ESTA MI ROPA?!
¡Hikaruuu~! *abrió y cerró la boca varias veces para decir algo que nunca escapó de su garganta mientras apuntaba con un dedo tembloroso la tenida* ¡N-No...! ¡No andaré por el castillo con eso!
*Medio frustrado, dejó la toalla sobre su cabeza y tomó la minifalda a la altura de su cara* ¡Solo mira esto! ¡Es... una falda escocesa plebeya! *la miró de nuevo, aterrado por lo corta que se veía y en un acto reflejo la colocó sobre su cuerpo* ¡Es cortísima! ¡No tapa nada! ¡¿Cömo el sistema educacional Japonés puede permitir estas... faldas?!... parecen un letrero de neón que grita 'Tócame!'
*tembló ante el contacto tan morboso que su hermano había hecho. Mordiéndose el labio se incorporó un poco, llevando su mano hacia el cinturón del otro, el que desabrochó con ansias. Tragó duro cuando vio el elástico de boxer negro asomarse al bajar el pantalón. Entonces se incorporó, mientras Hikaru se acomodaba, y llevó la cabeza entre las piernas del otro, primero acariciando con las manos, como dudando de tomar realmente ese pedazo de carne palpitante, pero finalmente las ganas fueron más fuertes, y pasó la lengua por la punta y la deslizó hasta la base, para luego volver a subir y comenzar a tragar*
*Siseo un poco, pero se contuvo presionando el labio inferior con los dientes, dejando escapar leves sonidos productos del placer que comenzaba a invadir su cuerpo. Primero colocó las manos sobre la cama, haciendo fuerza sobre ella, levantando un poco las caderas, pero finalmente se quedó en el lugar arqueando un poco su cuerpo, llevando las manos a la cabeza de Kaoru, enredando el cabello con sus dedos*
*cerró los ojos concentrándose en los olores. La suave fragancia de Hikaru siempre le había gustado. Tenía un toque de limón exquisito, cítrico y potente. Quiso buscar con los dedos inquietos la entrada de su hermano, a tan pocos centímetros, pero su personaje no tenía experiencia alguna, por lo que debía mantenerse ahí, concentrado en convertir su boca en el hocico de una serpiente, capaz de tragar por completo, buscando dar el mayor placer. Al sentir los dedos de Hikaru sobre su pelo se elevó un poco, comenzando a dar suaves besos a todo lo largo del pene del otro. Entonces le miró y sacó la punta de la lengua, jugando y toqueteando en distintos lados*
*Volvió a morderse el labio, tirando la cabeza un poco hacia atrás, con la garganta a punto de estallar si no soltaba un gemido al menos. Temblando de éxtasis, volvió a mirarlo, dejando escapar algunos suspiros*
"¿Q-que si está bien?" Kaoru-chan... lo haces muy bien.
*Movió las caderas un poco de manera involuntaria. Había llegado a tal punto que de nada le servía resistirse, porque era obvio que ya no podía hacerlo. Se concentró más que nada en las descargas placenteras que resibía su cuerpo producto de los toques de la lengua de su hermano.*
*Parecía ser que los gemelos ni siquiera habían reparado en que él se encontraba también en la habitación. Cierto, tenía las cortinas de la cama corridas por completo, pero no era excusa... tener tan poco sentido de la verguenza
( ... )
*la intrusión de los dedos de su hermano sinceramente le estaba doliendo, pero sabía que era culpa suya al ponerse tan ansioso y caer con tanta facilidad en los juegos de Hikaru, quién solo tenía que mirar para el lado y ya le hacía creer que no terminaría de cogérselo. Suspiró mientras se aferraba a la camisa -ya arrugada- de su gemelo. Le encantaba que lamiera su cuello, era algo tan erótico ver solo su cabello mecerse sobre sus mejillas o bajo su nariz. Ya ubicado a horcajadas de su sensei se acomodó bien y pudo disfrutar con mayor libertad de las acciones de Hikaru. Ya estaba mas tranquilo aunque el punzante dolor no desaparecía del todo, pero un poquito de molestia siempre era agradable, convertía el placer prohibido en algo realmente excitante por lo que nunca rechaza una soportable dosis de incomodidad. Besó nuevaemnte al otro y comenzó a masturbarse al tiempo que movía las caderas al ritmo que su gemelo imponía en su trasero con sus dedos.*
*Terminó por quitar la braga, dejándola a medio camino, sintiendo su pulsante miembro erguido, comprendiendo que ya no podía retrasarse más. Todo lo que había soportado era puro mérito de la actuación montada, pero sabía que ambos no aguantaban mas. Quitó los dedos, afirmándo sus manos alrededor de la cintura de su hermano, y con parsimonía majestuosa lo acomodó de manera en que solo asomó la punta de su pene en la entrada. Luego sus manos comenzaron a deslizarse por espalda, recorriendo los flancos de su cuerpo, regresando a la cintura, para penetrarlo a penas.*
*Todavía mirando, siente el rostro arder, consciente de que debe estar fucsia. La camisa le molesta, y ni hablar del pantalón. Reaccionando casi como si pudiera sentir las caricias de los gemelos sobre su propio cuerpo, su respiración se coordina con la de ellos y cuando ve a Hikaru iniciando las preliminares de la penetración, se tiene que morder una mano para contener un gemido.
Agradece entonces que las cortinas sean tan espesas. Sin cuestionarse ya si es correcto o no lo que hace, sujeta en una mano ambas cortinas de modo que no se abran pero la rendija permanezca, y desliza una mano por dentro de su camisa, acariciándose el vientre. No se atreve a hacer más que eso, con algo de temor a ser descubierto. Pero sus dedos (fríos) sobre la piel caliente se sienten como una bendición.*
*Desplazó besos y leves mordiscos sobre el torso de su Señor deteníendose en sus pesones, los cuales chupó raspando a penas con el filo de los dientes. La mano en el interior de sus pantalones ahora asomaba por su ropa interior, sintiendo el miembro endurecido. Formando un anillo con su dedo índice y pulgar comenzó a bajar y subir por su miembro. Mientras, su otra mano comenzó a delsizarse por la columna de Kaoru, delineando las vértebras con sus uñas hasta llegar al coccix, donde volvía a subir.
Separó a penas los labios de su piel para murmurar*
*Negó con la cabeza al escuchar a Hikaru hablando así. Pretensiones de ser el rey del Host Club aparte, en realidad no le agradaba organizar nada. Prefería la espontaneidad. Se giró hasta quedar casi de lado con las piernas abiertas para Hikaru y; todavía con el dedo de Kaoru entre los dientes, succionó un par de veces antes de tomarle la mano en la suya, como el perfecto caballero que era, y acercarlo lo suficiente para descansar su rostro en las rodillas del pelirrojo.
Pierde la concentración unos momentos, dominado por la mano de Hikaru trabajando al interior de su pantalón. Deja escapar un gemido fuerte, y manotea hasta deslizar una mano entre ambos, acariciandolo por sobre la clavícula y los pezones. Con la otra mano, roza con suave insistencia en la línea de la cadera y el abdómen de Kaoru, mojándose los labios de tanto en tanto, pero sin llegar a tocar allí donde el gemelo parece querer.*
*cierto era que había imaginado mas de una vez una escena como esta, pero la realidad superaba dolorosamente su sueño, dejándolo casi inmóvil en su lugar. La excesiva entrega de su señor lo sorprendía. El desmedido esmero de Hikaru casi se le hacía desconocido. Deslizó los dedos por el cabello rubio de Tamaki intentando poner en orden su mente, o terminar de alborotarla para tomar parte en todo lo que ocurría como correspondía. Pero el devenir de la situación seguía sin dejarlo actuar con normalidad. La imagen de Tamaki al medio ocupando el que debería ser su lugar le causaba un extraño nudo en el estómago. Se mordió el labio y se acercó un poco más al rubio. Su mano libre fue a parar a la espalda de su hermano -no muy lejana- trazando círculos en la nuca y los hombros. Por un instante le agradó que no solamente lo dieran vuelta y listo, sino que se dieran un preámbulo que no lo tuviera a él como objetivo fuera suave y sensual.*
*A pesar de su actual estado de gracia, vale decir, la mano de Hikaru en sus pantalones; no puede evitar notar la manera en que Kaoru se tensa de una manera absolutamente no-sexual ante la forma en que su gemelo lo está tocando a él; y es fácil imaginarse el por qué. Suelta a Hikaru un segundo para concentrar su atención en Kaoru* Shhh...
*Delinea sus costados con las uñas, presiona los pezones, masajea en círculos antes de bajar y posar ambas manos en sus muslos.* Yo sé que te pertenece. *Le sonríe.* Tranquilo. *Le separa las piernas con delicadeza, posa un beso en la cara interior del muslo, y se queda mirándolo a los ojos; a la espera de una señal de aprobación, quizá un ruego.*
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Kaouruu~ descubrí un lugar ge-...
*Enarca una ceja al ver el uniforme de colegiala sobre la cama, y a un Kaoru observandolo*
Te lo pondrás... ¿verdad que si? *evil*
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¿Tu ves algun rastro de la túnica por aquí?
*Eso era lo genial de Hogwarts, habían sinfines de habitaciones en cada torre y podías ocultar lo que fuese, que jamás sería encontrado*
TE JURO que no se como apareció esa ropa *fingidísima expresión de desconcierto, puntos extras para la casa de disfraces de Hogsmade*
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*Medio frustrado, dejó la toalla sobre su cabeza y tomó la minifalda a la altura de su cara* ¡Solo mira esto! ¡Es... una falda escocesa plebeya! *la miró de nuevo, aterrado por lo corta que se veía y en un acto reflejo la colocó sobre su cuerpo* ¡Es cortísima! ¡No tapa nada! ¡¿Cömo el sistema educacional Japonés puede permitir estas... faldas?!... parecen un letrero de neón que grita 'Tócame!'
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Tragó duro cuando vio el elástico de boxer negro asomarse al bajar el pantalón.
Entonces se incorporó, mientras Hikaru se acomodaba, y llevó la cabeza entre las piernas del otro, primero acariciando con las manos, como dudando de tomar realmente ese pedazo de carne palpitante, pero finalmente las ganas fueron más fuertes, y pasó la lengua por la punta y la deslizó hasta la base, para luego volver a subir y comenzar a tragar*
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*Siseo un poco, pero se contuvo presionando el labio inferior con los dientes, dejando escapar leves sonidos productos del placer que comenzaba a invadir su cuerpo.
Primero colocó las manos sobre la cama, haciendo fuerza sobre ella, levantando un poco las caderas, pero finalmente se quedó en el lugar arqueando un poco su cuerpo, llevando las manos a la cabeza de Kaoru, enredando el cabello con sus dedos*
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Quiso buscar con los dedos inquietos la entrada de su hermano, a tan pocos centímetros, pero su personaje no tenía experiencia alguna, por lo que debía mantenerse ahí, concentrado en convertir su boca en el hocico de una serpiente, capaz de tragar por completo, buscando dar el mayor placer.
Al sentir los dedos de Hikaru sobre su pelo se elevó un poco, comenzando a dar suaves besos a todo lo largo del pene del otro. Entonces le miró y sacó la punta de la lengua, jugando y toqueteando en distintos lados*
¿Está bien así... sensei?
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Temblando de éxtasis, volvió a mirarlo, dejando escapar algunos suspiros*
"¿Q-que si está bien?"
Kaoru-chan... lo haces muy bien.
*Movió las caderas un poco de manera involuntaria. Había llegado a tal punto que de nada le servía resistirse, porque era obvio que ya no podía hacerlo. Se concentró más que nada en las descargas placenteras que resibía su cuerpo producto de los toques de la lengua de su hermano.*
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Suspiró mientras se aferraba a la camisa -ya arrugada- de su gemelo. Le encantaba que lamiera su cuello, era algo tan erótico ver solo su cabello mecerse sobre sus mejillas o bajo su nariz.
Ya ubicado a horcajadas de su sensei se acomodó bien y pudo disfrutar con mayor libertad de las acciones de Hikaru. Ya estaba mas tranquilo aunque el punzante dolor no desaparecía del todo, pero un poquito de molestia siempre era agradable, convertía el placer prohibido en algo realmente excitante por lo que nunca rechaza una soportable dosis de incomodidad.
Besó nuevaemnte al otro y comenzó a masturbarse al tiempo que movía las caderas al ritmo que su gemelo imponía en su trasero con sus dedos.*
Sensei...
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Quitó los dedos, afirmándo sus manos alrededor de la cintura de su hermano, y con parsimonía majestuosa lo acomodó de manera en que solo asomó la punta de su pene en la entrada.
Luego sus manos comenzaron a deslizarse por espalda, recorriendo los flancos de su cuerpo, regresando a la cintura, para penetrarlo a penas.*
((porno!avatar yay! =D))
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Agradece entonces que las cortinas sean tan espesas. Sin cuestionarse ya si es correcto o no lo que hace, sujeta en una mano ambas cortinas de modo que no se abran pero la rendija permanezca, y desliza una mano por dentro de su camisa, acariciándose el vientre. No se atreve a hacer más que eso, con algo de temor a ser descubierto. Pero sus dedos (fríos) sobre la piel caliente se sienten como una bendición.*
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La mano en el interior de sus pantalones ahora asomaba por su ropa interior, sintiendo el miembro endurecido. Formando un anillo con su dedo índice y pulgar comenzó a bajar y subir por su miembro. Mientras, su otra mano comenzó a delsizarse por la columna de Kaoru, delineando las vértebras con sus uñas hasta llegar al coccix, donde volvía a subir.
Separó a penas los labios de su piel para murmurar*
Lo que quiere King...solo pídalo.
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Pierde la concentración unos momentos, dominado por la mano de Hikaru trabajando al interior de su pantalón. Deja escapar un gemido fuerte, y manotea hasta deslizar una mano entre ambos, acariciandolo por sobre la clavícula y los pezones. Con la otra mano, roza con suave insistencia en la línea de la cadera y el abdómen de Kaoru, mojándose los labios de tanto en tanto, pero sin llegar a tocar allí donde el gemelo parece querer.*
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La excesiva entrega de su señor lo sorprendía.
El desmedido esmero de Hikaru casi se le hacía desconocido.
Deslizó los dedos por el cabello rubio de Tamaki intentando poner en orden su mente, o terminar de alborotarla para tomar parte en todo lo que ocurría como correspondía.
Pero el devenir de la situación seguía sin dejarlo actuar con normalidad. La imagen de Tamaki al medio ocupando el que debería ser su lugar le causaba un extraño nudo en el estómago.
Se mordió el labio y se acercó un poco más al rubio. Su mano libre fue a parar a la espalda de su hermano -no muy lejana- trazando círculos en la nuca y los hombros.
Por un instante le agradó que no solamente lo dieran vuelta y listo, sino que se dieran un preámbulo que no lo tuviera a él como objetivo fuera suave y sensual.*
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*Delinea sus costados con las uñas, presiona los pezones, masajea en círculos antes de bajar y posar ambas manos en sus muslos.* Yo sé que te pertenece. *Le sonríe.* Tranquilo. *Le separa las piernas con delicadeza, posa un beso en la cara interior del muslo, y se queda mirándolo a los ojos; a la espera de una señal de aprobación, quizá un ruego.*
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