Tras las líneas enemigas (II)
Fandom: Band of Brothers/Harry Potter
Título: Tras las líneas enemigas
Personajes: Winters/Narcissa (mención de Bellatrix, Lucius, Regulus... y dos personajes más :P).
Advertencias: AU para ambos fandoms. Incoherencias varias. Todos muggles. Ubicado de alguna forma bizarra en la segunda guerra mundial.
Notas: continuación de otra pieza de locura. Sigue siendo culpa de la premiere XD Otra viñeta en continuación de la anterior, tenía que poner el trocito del inicio, porque TENÍA QUE. Cuando se me ocurrió lo otro, decidí lanzarme. Total... ya la locura estaba planteada :P
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-¿Estás seguro de esto?
El joven se encogió de hombros, haciendo que los mechones de cabello negro cayeran hacia atrás.
-Tú eres el estratega…
El soldado americano sonrió de medio lado, le gustaba el descaro del chico y creía que no intentaba engañarlo, aunque su historia era curiosa. Según el chico, el grupo que había capturado a su amigo estaba compuesto por su hermano, dos primas y el novio -o futuro novio- de la menor de ellas. Aquello más que inteligencia militar parecía un macabro artículo de revista de sociedad. Le había brindado datos sobre posibles escondites y a qué podrían enfrentarse.
Resopló mientras se rascaba la nuca, pensativo. No tenían mucho tiempo, no podía invertir todos los recursos de una unidad en recuperar a un hombre.
Pero este no era uno cualquiera.
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Aquello empezaba a pasar de castaño oscuro. De no ser porque Regulus la había llevado con él a hacer una ronda de vigilancia, habría creído que estaba ahí porque no tenían donde dejarla. Ella era una soldado del ejército, ¿por qué les era tan difícil aceptarlo? Pero no, Lucius quería tenerla guardada como una muñequita de marfil donde no le pasara nada y su primo, más de lo mismo. En cuanto a su hermana, más que protegerla creía que temía tener que compartir crédito con ella por alguna cosa. Le gustaba ser la mujer fuerte de la unidad.
Al menos le gustaba que la hubieran integrado al interrogatorio del prisionero. De acuerdo a Regulus, si el hombre no cedía a la violencia, tal vez lo haría ante una pieza delicada como podía ser ella. En palabras de su primo, era difícil percibir el peligro que se podía esconder en ella. Eso le había gustado. Lucius y Bellatrix no habían estado muy conformes, pero no perdían nada con probar.
Lo que a Narcisa no terminaba de agradarle era la parte donde, después de que ellos golpeaban y torturaban, era ella a quien le tocara limpiar y además, curar al prisionero. No se había unido al ejército para hacer de enfermera. Aunque tenía que admitir que se le daba bien.
Tan sólo había pasado un día, pero el cuerpo del prisionero estaba bastante resentido. Por un momento le pareció reconocer un brillo de alivio en sus ojos al verla acercarse con el recipiente de agua y vendas. Apoyó el recipiente contra la verja mientras abría, sin quitar la vista de encima del prisionero, aunque no estaba en condiciones de atacarla al entrar. Regulus hacia guardia detrás de ella con el arma en la mano.
-Compórtate - le advirtió su primo con voz de hielo.
El prisionero ni siquiera se dignó a mirarlo, toda su atención estaba sobre ella. Tal vez se preguntaba por qué iba a curarlo.
Probablemente, lo contrario. Lo sabía muy bien por qué lo hacía. Aquel hombre no era ningún novato, ni ningún ingenuo.
Regulus se retiró un poco después de que ella le hiciera una seña de que todo estaba bien. Llevaba su pistola y además el cuchillo de mango de marfil que Lucius le había regalado. Se camuflaba de maravilla y era muy rápida con el cuchillo, dudaba que el prisionero siquiera lo sospechara.
-Voltéese - le ordenó con voz firme.
Después de que Lucius y Bellatrix lo habían dejado, el prisionero se había acostado de medio lado en el suelo. No se había vuelto a poner la camisa seguro por miedo a que la tela se pegara a las largas heridas sangrantes que tenía en la espalda.
No objetó a su orden. Se giró hasta acostarse boca abajo, y Narcisa se estremeció. Lo atribuyó a la sensación que imaginaba del frío suelo contra la piel desnuda, pero tenía que admitir que el aspecto de su espalda no era nada agradable. Bueno, eso no era cierto, pensó mientras se arrodillaba a su lado, poniendo el recipiente al lado. La espalda estaba muy bien formada, no sería un tipo musculoso, pero era de contextura firme y muy bien marcada. Las heridas eran las que resultaban sencillamente espantosas.
Empezó a limpiarlas, pensando que el hombre se retorcería de dolor. Para su sorpresa, solamente cerró los ojos y frunció el ceño, conteniendo cualquier otra reacción. En las heridas particularmente profundas su ceño se acentuaba.
-Espero no hacer demasiado daño, pero no querrá que se infecten - comentó ella de manera casual mientras aplicaba una venda en el primer corte largo.
-¿Quién quiere cuidar a un prisionero enfermo, no? - replicó él. Aquel inicio de sonrisa inquietante volvió a sus labios, aunque desapareció cuando ella continuó con la limpieza de otra herida.
La verdadera pregunta era quien quería cuidar un prisionero. Sin embargo, conforme pasaba más tiempo con él, más segura estaba que su hermana tenía razón y ese hombre debía saber cosas importantes, no era cualquier soldado.
-Ya sabe como es - contestó ella tratando de suavizar el tono, en teoría debía propiciar un ambiente más relajado con ella que con los otros.
-Sí - comentó él volteando un poco la cabeza para mirarla. - Le toca ser la buena con el prisionero.
Sus ojos claros no transmitían ningún deseo de descubrirle que sabía su juego como si quisiera hacerle saber que había fallado. En realidad, había una nota de complicidad que no había esperado.
Como si le estuviera diciendo que no era necesario fingir o mentir, que ambos sabían por qué estaba ella ahí.
-¿Decepcionado? - Preguntó ella mientras se preparaba para curar el tercer corte, intentando mantener una expresión imperturbable. Fue un poco más brusca, pero el soldado no se quejó.
-No - contestó él volteándose una vez más para acomodar la cabeza sobre sus brazos y dejarla continuar la curación.
Narcisa podría haber jurado que en realidad estaba satisfecho.
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¿Continuará? No lo sé, crucen los dedos porque mis musas quieran XD
Título: Tras las líneas enemigas
Personajes: Winters/Narcissa (mención de Bellatrix, Lucius, Regulus... y dos personajes más :P).
Advertencias: AU para ambos fandoms. Incoherencias varias. Todos muggles. Ubicado de alguna forma bizarra en la segunda guerra mundial.
Notas: continuación de otra pieza de locura. Sigue siendo culpa de la premiere XD Otra viñeta en continuación de la anterior, tenía que poner el trocito del inicio, porque TENÍA QUE. Cuando se me ocurrió lo otro, decidí lanzarme. Total... ya la locura estaba planteada :P
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-¿Estás seguro de esto?
El joven se encogió de hombros, haciendo que los mechones de cabello negro cayeran hacia atrás.
-Tú eres el estratega…
El soldado americano sonrió de medio lado, le gustaba el descaro del chico y creía que no intentaba engañarlo, aunque su historia era curiosa. Según el chico, el grupo que había capturado a su amigo estaba compuesto por su hermano, dos primas y el novio -o futuro novio- de la menor de ellas. Aquello más que inteligencia militar parecía un macabro artículo de revista de sociedad. Le había brindado datos sobre posibles escondites y a qué podrían enfrentarse.
Resopló mientras se rascaba la nuca, pensativo. No tenían mucho tiempo, no podía invertir todos los recursos de una unidad en recuperar a un hombre.
Pero este no era uno cualquiera.
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Aquello empezaba a pasar de castaño oscuro. De no ser porque Regulus la había llevado con él a hacer una ronda de vigilancia, habría creído que estaba ahí porque no tenían donde dejarla. Ella era una soldado del ejército, ¿por qué les era tan difícil aceptarlo? Pero no, Lucius quería tenerla guardada como una muñequita de marfil donde no le pasara nada y su primo, más de lo mismo. En cuanto a su hermana, más que protegerla creía que temía tener que compartir crédito con ella por alguna cosa. Le gustaba ser la mujer fuerte de la unidad.
Al menos le gustaba que la hubieran integrado al interrogatorio del prisionero. De acuerdo a Regulus, si el hombre no cedía a la violencia, tal vez lo haría ante una pieza delicada como podía ser ella. En palabras de su primo, era difícil percibir el peligro que se podía esconder en ella. Eso le había gustado. Lucius y Bellatrix no habían estado muy conformes, pero no perdían nada con probar.
Lo que a Narcisa no terminaba de agradarle era la parte donde, después de que ellos golpeaban y torturaban, era ella a quien le tocara limpiar y además, curar al prisionero. No se había unido al ejército para hacer de enfermera. Aunque tenía que admitir que se le daba bien.
Tan sólo había pasado un día, pero el cuerpo del prisionero estaba bastante resentido. Por un momento le pareció reconocer un brillo de alivio en sus ojos al verla acercarse con el recipiente de agua y vendas. Apoyó el recipiente contra la verja mientras abría, sin quitar la vista de encima del prisionero, aunque no estaba en condiciones de atacarla al entrar. Regulus hacia guardia detrás de ella con el arma en la mano.
-Compórtate - le advirtió su primo con voz de hielo.
El prisionero ni siquiera se dignó a mirarlo, toda su atención estaba sobre ella. Tal vez se preguntaba por qué iba a curarlo.
Probablemente, lo contrario. Lo sabía muy bien por qué lo hacía. Aquel hombre no era ningún novato, ni ningún ingenuo.
Regulus se retiró un poco después de que ella le hiciera una seña de que todo estaba bien. Llevaba su pistola y además el cuchillo de mango de marfil que Lucius le había regalado. Se camuflaba de maravilla y era muy rápida con el cuchillo, dudaba que el prisionero siquiera lo sospechara.
-Voltéese - le ordenó con voz firme.
Después de que Lucius y Bellatrix lo habían dejado, el prisionero se había acostado de medio lado en el suelo. No se había vuelto a poner la camisa seguro por miedo a que la tela se pegara a las largas heridas sangrantes que tenía en la espalda.
No objetó a su orden. Se giró hasta acostarse boca abajo, y Narcisa se estremeció. Lo atribuyó a la sensación que imaginaba del frío suelo contra la piel desnuda, pero tenía que admitir que el aspecto de su espalda no era nada agradable. Bueno, eso no era cierto, pensó mientras se arrodillaba a su lado, poniendo el recipiente al lado. La espalda estaba muy bien formada, no sería un tipo musculoso, pero era de contextura firme y muy bien marcada. Las heridas eran las que resultaban sencillamente espantosas.
Empezó a limpiarlas, pensando que el hombre se retorcería de dolor. Para su sorpresa, solamente cerró los ojos y frunció el ceño, conteniendo cualquier otra reacción. En las heridas particularmente profundas su ceño se acentuaba.
-Espero no hacer demasiado daño, pero no querrá que se infecten - comentó ella de manera casual mientras aplicaba una venda en el primer corte largo.
-¿Quién quiere cuidar a un prisionero enfermo, no? - replicó él. Aquel inicio de sonrisa inquietante volvió a sus labios, aunque desapareció cuando ella continuó con la limpieza de otra herida.
La verdadera pregunta era quien quería cuidar un prisionero. Sin embargo, conforme pasaba más tiempo con él, más segura estaba que su hermana tenía razón y ese hombre debía saber cosas importantes, no era cualquier soldado.
-Ya sabe como es - contestó ella tratando de suavizar el tono, en teoría debía propiciar un ambiente más relajado con ella que con los otros.
-Sí - comentó él volteando un poco la cabeza para mirarla. - Le toca ser la buena con el prisionero.
Sus ojos claros no transmitían ningún deseo de descubrirle que sabía su juego como si quisiera hacerle saber que había fallado. En realidad, había una nota de complicidad que no había esperado.
Como si le estuviera diciendo que no era necesario fingir o mentir, que ambos sabían por qué estaba ella ahí.
-¿Decepcionado? - Preguntó ella mientras se preparaba para curar el tercer corte, intentando mantener una expresión imperturbable. Fue un poco más brusca, pero el soldado no se quejó.
-No - contestó él volteándose una vez más para acomodar la cabeza sobre sus brazos y dejarla continuar la curación.
Narcisa podría haber jurado que en realidad estaba satisfecho.
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¿Continuará? No lo sé, crucen los dedos porque mis musas quieran XD