Cuando volvieron a casa JaeJoong y YunHo no se separaron el uno del otro. Pasaron el tiempo charlando, como en los viejos tiempos, como si no tuvieran miedo. El líder amaba ver la sonrisa del otro, sería capaz de hacer cualquier cosa con tal de que el otro brillase; sacrificaría su propia felicidad a cambio. JaeJoong radiaba felicidad al estar
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