Dos más
myriandelle ! Me pregunto si haz leído los libros porque esto está basado en el canon de ellos, si no pues deberias porque son grandiosos y tienes alguna pregunta o no entiendes porque rayos está pasando esto o lo otro me preguntas y ya está, guapa :D
(la primera parte en la entrada anterior
http://nowhere1girl.livejournal.com/11294.html )
I´ll come back when you call me (2/?)
3
-Entonces, eso quiere decir que Narnia finalmente está en paz, ¿no?
Edmund lo miró como si no lo creyera, a pesar de que ya le había explicado el estado del reino varias veces, con detalle. Caspian jamás habría salido de su tierra sin estar seguro de que todo estaba en orden y sinceramente, le ofendía un poco que el antiguo rey no lo supiera.
-Como te dije, así es, cuando se fueron, se tuvo que restaurar el orden entre los narnianos y los pocos telmarinos que se quedaron, mucha gente aun no creía en mí, pero después de liberar a muchas de las bestias parlantes del las Tierras del Norte, todos ellos depositaron su confianza en mí.
-Me alegro- interrumpió Edmund, muy seriamente- Un gobernante no es nada si su pueblo no está con él.
-Lo sé- continuó, mirándolo fijamente- Como dije antes, luego de eso Narnia solo fue en progreso, cuando los narnianos se unieron y me permitieron guiarlos, no hemos perdido una sola batalla.
Edmund sonrió, primero tristemente y luego bastante entusiasmado.
-Sabríamos que lo harías, Caspian. Ninguno de nosotros hubiera elegido nadie mejor para dejar a Narnia en sus manos. Te lo agradezco, los 4.
Le ofreció su mano y a Caspian le pareció que crecía muchos, muchos años, o tal vez retrocedía, a la época en la que fue él quien junto con sus hermanos guió las tropas y venció batallas, no estaba muy seguro. En cambio Caspian, sintió la emoción de un niño al que han felicitado por hacer algo tremendamente bien, le apretó la mano firmemente y no pudo evitar sonreír de más. Edmund se rió en voz baja y se tiró sobre su hamaca.
-Bueno Caspian, muéstrame a donde nos dirigimos.
-Pues de aquí…
Estaba a punto de darse la vuelta para sacar de uno de los armarios su bitácora de viaje y su mapa, pero se olvidó de que ya no estaba en su camarote de popa, sino en el camarote común con los demás marineros, no le molestaba en absoluto, ellos eran su gente y ni borracho hubiera mandado a Lucy ahí. Las princesas como ella merecían un camarote como ese mucho más que él.
-¿De aquí…? - preguntó Edmund, incorporándose con dificultad en la hamaca, que no paraba de mecerse con el vaivén del barco.
-Ah sí, eso- se había distraído un poco- Necesito la bitácora de viaje y un mapa para mostrarte con exactitud, pero lo olvide en mi camarote.
-¿Dónde está Lucy?
-Exacto- se quedaron un segundo callados, Edmund parecía tener demasiada energía para dormir- ¿Y por qué no vas por ellos?
-¿Qué?- lo miró como si estuviera loco- No voy a molestar a tu hermana, a parte está anocheciendo.
-Apenas van a dar las ocho, a Lucy no le molestará.
-Mejor mañana.
-Bha- definitivamente, llegar a Narnia había lo había entusiasmado demasiado- Yo iré por ellos, si quieres.
Se dispuso a bajarse de la hamaca pero Caspian lo detuvo, pensándolo bien, mejor iba él.
4
El camarote de Caspian era hermoso, en opinión de Lucy, era impecable y espacioso, por el día la luz del sol bañaba la habitación, entrando por las cuatro ventanas cuadradas y a esas horas, la luna se filtraba sin problemas, iluminando mágicamente los dibujos de las paredes: la imagen de Aslán sobre la puerta, los paisajes de tierras y creaturas narnianas (sirenas de siluetas perfectas, dragones de colores brillantes, centauros imponentes, ninfas de facciones delicadas) , en uno de los murales estaba Cair Paravel en todo su esplendor y en la pared junto a la cama, estaban nada más y nada menos que ella y sus hermanos, una sublime pintura de los Pevensie en el bosque, el pueblo caminaba tras de ellos, mujeres, hombres, niños, creaturas y bestias parlantes, simbolizando la edad de oro de Narnia. Al verla Lucy pensó en Peter y en lo mucho que le gustaría.
Alguien tocó a la puerta suavemente.
-A delante- dijo Lucy, mientras se sentaba en la cama.
La puerta se abrió tan solo un poco, para dejar ver apenas la mitad del rostro de Caspian.
-¿Te puedo molestar, princesa?
Lucy se encogió un poco, cohibida, aun así le hizo un seña para que pasara. Él lo hizo como hacía todo lo demás, con gentileza, entró lentamente y cerró la puerta con cuidado, sin hacer ruido, parecía avergonzado y se disculpaba diciendo que solo venia por algo que había olvidado y que se marcharía en seguida.
-No te preocupes- murmuró ella- Fui yo la que te quitó tu camarote, ¿no?
-¿Qué?- pareció hasta un poco ofendido- No, no, ni lo menciones.
Le quitó importancia con un gesto y se arrodilló junto a ella, ya que a lado de la cama había una especie de mesita con un cajon que abrió con una llave, sacó dos pergaminos y cuando estaba a punto de despedirse se percató de que Lucy admiraba atentamente la pintura de Aslán.
-¿Te gusta?- preguntó.
-Es preciosa- respondió, devolviéndole la mirada- Muy real, casi como si Él estuviera aquí.
-Lo sé- su voz sonaba llena de una emoción extraña, la luz de la luna alineaba sus rasgos y Lucy se preguntó cómo podía ser tan guapo.
-A puesto a que la mirabas cuando las cosas no iban bien a bordo- la verdad no sabia bien que decir, no se le ocurrió nada mejor y tenía la urgente necesidad de hablar, como si el silencio entre ellos se pudiera extender.
Se lo pensó un segundo, ¿es qué a caso lo hace todo con tranquilidad? Se sentó en la cama junto a ella y dijo “No”, desviando la mirada de la puerta hacia el otro lado, señaló el mural junto a la cama y explicó “No, yo miraba esa”.
-¿A nosotros?
-A ti.
Lucy sintió un hueco en el pecho y algo de su confusión interna se reflejó en su cara porque Caspian trató desesperadamente de explicarse.
-No. Ósea, me refiero, sí, a ustedes, siempre los he visto como el modelo de lo que quiero ser para mi pueblo, digo, solo ve la pintura, los narnianos los amaban y es en ellos donde reside la fuerza de los gobernantes, pero bueno, a ti más porque ya sabes, tú siempre fuiste la que sacó de las peores crisis a Narnia por tu bondad y tu fe, no sé si sabes a lo que me refiero…
Se quedó callado inesperadamente, con cara de estar lo más incomodo que alguien pueda estar. Ella no sabía qué hacer, qué decir o qué sentir, por lo que hizo lo más fácil y lo mejor que se puede hacer en esas situaciones: se echó a reír, la sonrisa le fue creciendo en la comisura de los labios, hasta que se extendió y terminó con una risa ligera y sincera, de nervios y de felicidad y de otro sentimiento raro.
-¿Qué?- cuestionó Caspian, Lucy siguió riendo, hasta que él también tuvo que hacerlo.
-Entonces- dijo Lucy, sonriendo a media luz- ¿Qué viniste a buscar?
Caspian pareció recordar algo, se alarmó y salió de ahí, disculpándose de nuevo por la molestia y deseándole dulces sueños.
Lucy se recostó sobre la cama y pensó “Eso ha sido extraño”.
Continuara…
Espero que te siga gustando!