[EXO] PERSONA 2 - Teaser 6
La calle se alargaba hacia el infinito desde el hueco profundo de la pupila en su vista cansada. Las piernas volvían a pesar demasiado y al tocarlas se percibían frías y adoloridas. El reflejo de su cuerpo en un escaparate parcialmente iluminado le abofeteó con descaro mostrando las marcas azules y negras esparcidas como manchas de dálmata por su cuerpo. Se balanceó dejando que la cazadora, vieja y medio roída, bailase al compás del viento mientras colgaba de su mano. Bailando, como una vez lo había hecho él, como una vez pensó que quizás siempre lo haría.
El frío se colaba, seco y cortante, por entre las roturas de su ropa, sus labios cuarteados habían dejado de doler porque ya había alcanzado el límite de lo permitido. Su cara marcada por la calle recordaba a cada transeúnte las cosas que jamás deberían de hacer. Se encontraba en un pozo, hundido de la misma manera que la visión de aquella calle, distorsionado, infinito, y oscuro.
La droga, la desesperación, el miedo. Había dicho adiós a lo que una vez había parecido la salvación y se encontraba en el camino que él mismo había decidido tomar. No había vuelta atrás. ¿Y por qué lo había hecho? Porque era débil, lo sabía, siempre lo había sabido. Aquel inmenso frío que jamás se iba, aquella sensación de abandono que no se apartaba por mucho que lo deseaba.
Se recostaba en brazos sin sangre, besaba labios sin sonido, y lamía rostros sin cara. Dejaba que los extraños mintieran a su cuerpo y le domasen. Lo permitía porque era lo que necesitaba, lo que su cuerpo le pedía. Y aunque sabía que aquello no estaba bien, que eso no era lo correcto lo volvía a hacer una y otra vez. Como un idiota. Y cuando esas personas se iban, cuando la sensación de volar, de felicidad absoluta, de descontrol, cuando todo eso se iba. Todo volvía a ser una mierda, todo volvía a ser real.
Era sencillo considerarse un trozo de carne más, era sencillo pensarse un simple objeto, pues no era capaz de controlar aquello y aunque mientras esas manos, esos labios, esos cuerpos extraños le tocaban y le hacían gemir, mientras aquellas palabras que, en muchas ocasiones, ni comprendía, se dirigían a él, mientras todo eso sucedía Yixing no estaba ahí, Yixing simplemente volaba y era feliz. Feliz como una vez lo fue en brazos de aquel que tras el sexo le arropaba, le besaba y murmuraba un simple, te amo.
Unas palabras que jamás volvería a oír, algo que él mismo se había buscado.
Dos personas se acercaron, no les miró a la cara, apenas dirigieron unas palabras, lo importante en el trabajo, era conseguir lo que las dos partes querían. Un alivio físico, un carne por carne. Y eso era lo único que desde hacía tiempo importaba, nada más.
La transacción fue correcta pero no llegaron a consumir del todo lo planeado, pues el traficante, con sus caros ropajes y su cara de asco cruzó la puerta para joderle, de la única manera que Yixing odiaba, con palabras, con miradas que juzgaban y con malas noticias.
Baekhyun hablaba de aquella puñetera carta, la de volver a PERSONA, nada más abrirla y comenzar a leerla Yixing la había arrojado a un lado. No iba a volver, no iba a permitir que aquello se interpusiese en su camino de autodestrucción, no podía verle de nuevo. Baekhyun tenía un plan y la verdad, Yixing no tenía nada que perder, así que por qué no seguirle.
Había caminado mientras la voz del traficante se ahogaba a lo lejos en la distancia de aquel cuartucho de mala muerte, al igual que la vida se ahogaba en el vaso de whisky que descansaba sobre la mesilla de noche junto con algunas pastillas. El ex bailarín observó los papeles de la matrícula de aquella prestigiosa escuela de baile a la que nunca iría sobre el otro lado de la cama y sonrió con amargura.
Permitió que la camiseta llena de lamparones se deslizase por su escuálido y enfermizo cuerpo y se colocó los calzoncillos mientras le daba un sorbo al líquido amarronado del vaso. Se pasó la lengua por los labios y tomó el teléfono móvil que su “jefe” le había dado. Se paró para meditar lo que estaba a punto de hacer y cogiendo aire con fuerza tecleó con ambos dedos.
Sé que has recibido la carta, sé que no quieres verme, y créeme yo tampoco quiero volver a verte a ti pero…Es necesario que hablemos, Baekhyun sabe cómo arreglar esto.
Lo releyó un par de veces y seleccionó el nombre de Jongin en el de destinatario para finalmente pulsar enviar.
No estaba seguro de cómo se tomaría el mensaje aquel ratero, pero de cualquiera de las formas le vendría bien. Si le respondía quedarían en una zona para hablar y si tenía suerte, el moreno cumpliría su promesa y se lo cargaría a golpes. Yixing elevó la mano hacia su rostro y se imaginó tirado en la calle, sonrió para sí mismo, sí, Luhan tenía razón, le encantaba volverlo todo demasiado trágico, eso siempre había formado parte de él.
Se levantó y agarró la cazadora, se la colocó y terminó la bebida dejando el vaso con un sonido seco y duro sobre la mesilla. Salió por la puerta y caminó hasta Baekhyun.
-Venga -escupió con una sonrisa cansada que pretendía mostrarse todo lo contrario-. Vamos a terminar con esto de una vez por todas.
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