[EXO] Rubik- Cap 3 (1/2)

Dec 01, 2014 17:54



Capítulo 3

Jongdae resultó ser un chico divertido, a pesar de tener un aspecto un tanto deteriorado. Siempre imaginó que el día en que conociese a una celebridad, sería algo así como impresionante, con un aura brillante que lo hiciese resplandecer. Pero en el caso de Jongdae era todo lo contrario, bajo los ojos descansaban unas enormes ojeras, los labios los tenía resecos y agrietados, y la ropa a pesar de ser buena, no le proporcionaba un aspecto de celebridad. Pero Baekhyun no le dio mucha importancia, al parecer el rockero necesitaba ayuda, estaba en un estado de nerviosismo tan grande que apenas dormía, sollozaba y en ocasiones tenía alucinaciones. La mayoría del tiempo abrazaba un collar contra el pecho  y no dejaba que se acercara a más de un metro de él.

El humorista miró de nuevo al cantante, cansado ya de tener que estar callado escuchando las lamentaciones de esa pobre víctima. Se levantó de su lado de la habitación y esperó a que Jongdae reaccionara. Se miraron a los ojos y Baekhyun respiró hondo antes de dirigirse a él.

-¿Jongdae? -el chico le miró asustado y abrazó más fuerte el collar-. Tranquilo no voy a hacerte daño. Pero no podemos seguir así.

-¿Y qué quieres hacer? -la voz del cantante era mucho más armoniosa en directo que a través de unos altavoces.

-No lo sé muy bien, pero está claro que tenemos que hacer algo -rió quitándole hierro al asunto.

Jongdae se levantó de la esquina en la que estaba y caminó despacio hacia Baekhyun, le observó durante un tiempo, un rato un tanto largo y molesto para el implicado, y le sonrió. Baekhyun se la devolvió; esa sonrisa era una de las mejores y más bonitas que había visto en su vida. Extendió el brazo y le agarró el hombro, él se tensó pero no se apartó.

-Tenemos que encontrar la manera de salir de aquí -Jongdae asintió.

-Hay una puerta… una de las primeras noches alguien vino a visitarme -se detuvo durante unos segundos, dudoso.

-Continúa.

-No sé si fue una alucinación o si fue real, pero alguien entró por aquella pared y me ayudó. Tenía la voz grave y unos ojos enormes -señaló la pared que estaba en frente de ellos y Baekhyun sonrió satisfecho.

-¡Genial! Si alguien entró por ella, nosotros podremos salir, seguro-. Se separó de Jongdae, palpó la pared en busca de algo extraño que activase la compuerta para salir y le hizo una señal para que le ayudase.

Ambos comenzaron a investigar toda la superficie sin encontrar nada que les llamara la atención. El artista respiró hondo y golpeó suavemente, como si llamara a la puerta, y entonces la pared frente a Baekhyun comenzó a desaparecer; la puerta se abrió. La sonrisa del humorista se dibujó amplia en su rostro hasta que su mirada y la de otro joven se cruzaron. Alguien estaba al otro lado de la puerta. El corazón le latió rápidamente y le costó respirar. Jongdae le llamaba pero tan solo lo escuchaba de lejos. El otro chico le miraba igual de sorprendido. Era más alto que él, tenía una cara dulce pero preciosa, parecía el perfecto diseño para un muñeco de resina. Su piel no era ni muy tostada ni muy clara y sus labios rosados dibujaban una sonrisa.

Levantó la mano hacia su hombro y Baekhyun se apartó, más por acto reflejo que por otra cosa, y entonces lo supo. Algo en su interior le decía que conocía a aquel muchacho a pesar de no haberlo visto nunca. Él miró entre sorprendido e incrédulo y Baekhyun habló.

-¿Lu... Luhan? -murmuró dudoso.

-¿Baek-shi? -era la voz, esa voz suave y dulce que le había acunado en los primeros días de aquel horrible encierro.

Baekhyun se contuvo para no abrazarle, apenas le conocía y no quería asustarle con su temperamento. Pero le devolvió la sonrisa y esperó a que Luhan hablase antes de meter la pata.

-Estaba preocupado por ti, no sabía dónde estabas -habló sincero-. Me desperté un día y ya no estabas tras la pared. Te llamé varias veces pero  no eras tú, pasé por  algunos momentos en los que casi me doy por vencido, pero recordé que tenía una promesa que cumplir -soltó una carcajada y para Baekhyun aquello sonó como la mejor de las melodías.

-Yo también he pasado por muchas cosas… -se giró y señaló a Jongdae-. Este es Jongdae, nos hemos quedado atrapados en su habitación y estábamos buscando una salida cuando apareciste.

Luhan lo miró analizándole, Jongdae le saludó sonriente. Baekhyun pensó que al ver que él le hablaba con tanta tranquilidad y confianza, el cantante se sentiría igual de protegido. Se acercó a ellos y le tendió la mano al chino.

-Es un placer y un alivio saber que Baekhyun ya te conoce.

-Sí, bueno -rió mientras miraba hacia el mencionado de reojo-. Hemos hablado por algún tiempo.

-¿Hyung?

Una voz grave pero baja, casi inaudible, sonó detrás de Luhan. Éste se giró y sonrió a la persona que estaba detrás de él. Cuando se apartó a un lado para dejarle visión a sus nuevos compañeros, se encontraron con un chico alto, de cara aniñada y cuerpo atlético. Era muy delgado pero a pesar de ello los músculos se marcaban por todo el cuerpo de una manera perfecta, sin ser ruda. Baekhyun lo miró sorprendido y Jongdae ahogó un “guau” en los labios. El muchacho les miró, sin cambiar la expresión del rostro, se inclinó e hizo una reverencia.

-Este es Sehun, no hace mucho me salvó la vida -se explicó Luhan pasándole un brazo por encima al mencionado.

-Encantado.

Jongdae y Baekhyun le tendieron la mano a la vez y Sehun dudó un momento por cuál de los dos comenzar pero terminó alzando ambas manos y estrechándoselas a la vez. Jongdae rió y miró hacia los tres chicos.

-Ahora que estoy acompañado me siento algo mejor --murmuró y le regaló una mirada rápida a Baekhyun que le sonrió tierno.

La noche anterior, Jongdae tuvo tiempo de contarle a su compañero por qué estaba en aquellas condiciones. Le hizo prometer que si salían de aquel lugar no podría decir nada, confiando de que no fuese a los medios de comunicación a desvelar su historia.  Antes de ser secuestrado, había comenzado un programa de desintoxicación, hacía unos cuatro meses. Le había dicho que gracias a su pareja tuvo la fuerza y el valor suficientes para dejar todo el veneno en el que se había sumergido, pero que ahora que estaba solo y que ya no estaba con él, se sentía débil y su cuerpo le pedía la seguridad del descontrol que tiene el sentido bajo los narcóticos. Baekhyun le escuchó sin juzgarle, sabía lo que era pasar por un momento duro y mucha gente no podía soportarlo. Se preguntó qué había tan horrible en la vida de Jongdae para tener que sacrificarlo todo por unas substancias alucinógenas, pero no se lo dijo. Optó por dejar la duda en el aire y centrarse en ayudarle.

Le había hablado de Joonmyun, su pareja. Le había dicho que era su inspiración, su bastón para caminar y seguir hacia delante. Había repetido la frase; “él no me dejaría así como así”, hasta quedarse dormido. Fue entonces cuando Baekhyun se dio cuenta de que el amor de verdad se vivía sin miedos, con una confianza plena y con la mayor de las sinceridades. Envidió a Jongdae, porque él nunca podría tener a esa persona que le cuidase y lo motivase a seguir disfrutando de las cosas buenas de la vida.

Luhan, Baekhyun, Jongdae y Sehun estuvieron hablando sobre la posibilidad de formar un equipo, unirse y salir de allí. Baekhyun se quedó todavía más impresionado con Luhan. Era increíble la manera que tenía de motivar a los demás. Nunca dejaba de sonreír y con ello creaba un auténtico ambiente tranquilo y relajado. Sehun les explicó que él había conocido a otras personas, al igual que los demás. Baekhyun asintió y decidió mantenerse callado, no quería decirles que el loco de su ex pareja estaba encerrado en el mismo edificio que ellos, y que en cualquier momento podría hacerles daño por estar junto a él. No quería volver a quedarse solo.

Luhan le miró, quizá porque sintió su malestar o puede que porque no sonreía como los demás. Le tranquilizó con una mano en el hombro y le guiñó un ojo. El estómago de Baekhyun dio un vuelco y sintió como si las piernas se le volviesen de plastilina, le costó mantenerse en pie.

Sehun le miró extrañado.

-¿Te encuentras bien? Estas un poco pálido.

-¿Baek? -Jongdae le observó también, pero antes de que ninguno de los tres pudiese hacer nada se desmayó.

Luhan se apresuró a sujetarle, Jongdae le gritó llamando su atención para que lo acercase a la cama y lo recostaron en ella. Sehun se apresuró a traer un poco de agua del lavabo en un vaso de plástico. Primero lo intentaron con unas gotitas en la cara, pero continuó sin reaccionar, por lo que Jongdae asustado, cogió el vaso de las manos de Sehun y se lo arrojó a la cara.

Baekhyun se levantó asustado y tosió fuerte, el agua le había entrado por la nariz y le costaba respirar. Luhan le agarró de los hombros para sostenerle.

-Tranquilo, no ha pasado nada -le intentó calmar sin soltarle.

-¿Qué? ¿Qué ha pasado? -miró hacia los lados algo desorientado.

-Te desmayaste, nos has dado un buen susto -le explicó Luhan sin perder la calma.

-No vuelvas a hacer eso -protestó Jongdae alejándose de la cama nervioso- ¡Me has dado un susto de muerte!

Baekhyun bajó la cabeza arrepentido, no sabía porque había perdido el conocimiento, cuando levantó la vista se encontró con la mirada de Sehun. Tragó saliva y éste le tendió algo que tenía envuelto en un trozo de papel.

-Cómetelo -susurró-. Seguro que llevas días sin pegar bocado.

Baekhyun aceptó el paquetito con delicadeza, a pesar de saber que Sehun era joven le imponía demasiado respeto.

-Baek-shi -la voz de Luhan llamó su atención-. No puedes dejar de comer. A partir de ahora quiero verte comer todos los días. ¿Entendido? -pero antes de que pudiese responderle, una de las paredes se transformó en una especie de televisor, asustando a Jongdae que había ido al lavabo a dejar el vaso.

Todos se giraron hacia la pantalla improvisada. Las interferencias desaparecieron al poco dando lugar a una especie de video montaje. En él se veían imágenes de los demás muchachos encerrados en el edificio y de ellos mismos. Baekhyun deseó que no se mostrara su encuentro con Jongin, no quería que los demás supiesen que ambos se conocían y tenían esa horrible relación. Las imágenes por fortuna estaban sin sonido, iban acompañadas por un hilo musical y de vez en cuando algunas frases aparecían adornando a algunas de ellas.

«Fuisteis los elegidos para saber más de este proyecto.»

Luhan frunció el ceño y observó atento.

-¿Proyecto?

Sehun le mandó callar, el vídeo continuaba y necesitaban prestar atención para no perder detalle. La pantalla se volvió negra y una voz femenina retumbó por toda la habitación:

-Felicidades elegidos, vosotros habéis sido escogidos para poseer la llave de salida. Uno de vosotros tendrá que protegerla y guardarla ante los demás sujetos de investigación. Si la llave pasa a manos de alguno de los demás individuos, el culpable recibirá un castigo.

-¿Un castigo? -Jongdae parecía acobardado.

La mujer siguió hablando:

-Tenéis que cruzar Rubik para llegar a la salida -un mapa del edificio se desplegó en la pantalla-. Si todos vosotros llegáis cumpliendo las normas impuestas, recibiréis el premio de salir de aquí. Gracias por participar en el Proyecto Hermano.

El televisor desapareció, Sehun corrió a la pared y la golpeó suavemente. Volvía a ser una pared normal y corriente. Los cuatro se miraron con incredulidad en los ojos. ¿Qué era Rubik? ¿Quién los había elegido? ¿Por qué estaban ahí? ¿Qué era el Proyecto Hermano?

+++

La habitación contigua era exactamente igual a la anterior pero algo más grande. Parecía como si hubiesen juntado dos habitaciones. Dos camas en la esquina derecha y también un par de baños. En la mesita de noche descansaba una bandeja con tres sobres. Minseok caminó hasta allí y los cogió, suspiró y les tendió la bandeja.

-¿Qué sucede? -la preocupación en el tono de voz de Joonmyun era más que clara.

-Nos han dejado un regalito -murmuró Minseok antes de separarse de ellos y abrir el sobre con cuidado.

La caligrafía a máquina de la carta estaba ordenada, la información del interior no le tomó por sorpresa, la leyó con cuidado y repetidas veces para intentar quedarse con todo y no saltarse ningún paso:

Felicidades por haber llegado hasta aquí. Esta es la fase tres del Proyecto Hermano. Kim Minseok, estamos al tanto de todos sus conocimientos sobre Rubik y agradeceríamos su ayuda. Su compañero, Kim Joonmyun es poseedor de un arma. Su misión será convencerle para que se la entregue. No puede arrebatársela a la fuerza o robársela mientras este dormido o despistado.

Buscamos la sociabilización, necesitamos que todas vuestras relaciones se lleven a un nivel más allá. Y por ese motivo le recordamos que todo guerrero tiene su punto débil. Kim Joonmyun es una buena persona, amante y empresario, y como tal el dinero es una de sus debilidades.

Tiene un plazo de tres días para conseguir el arma. Por supuesto, no tenemos que recordarle que esta es una misión en solitario, cualquier intento de comunicación referido al cometido que tiene que realizar le obligaría a abandonar Rubik, con su respectivo castigo.

En cuanto cierre el papel se activará la cuenta atrás.

Minseok cerró el papel y analizó a sus compañeros, ambos leían con atención; Joonmyun parecía perplejo y Jongin observaba la carta con sorpresa pero a la vez incredulidad. Joonmyun se apoyó en la pared y leyó con atención el contenido de la carta, sin perder ni un detalle. No quería correr riesgos.

Felicidades, ha llegado a la fase tres de nuestra investigación. Como individuo deberá realizar la misión que le encomendaremos en secreto, nadie de su alrededor deberá tener conocimiento sobre ella o su objetivo se dará por perdido.

Kim Joonmyun, su compañero Kim Jongin tiene un pasado oscuro, turbio y con malentendidos que quiere arreglar. Su misión constará de protegerle de cualquier peligro que pueda aparecer. Además, la persona que Jongin más ama en este mundo está también dentro del edificio, y como comprenderá, no sería correcto que no se le protegiera.

Byun Baekhyun estará bajo su protección junto a Jongin, ninguno de los dos puede resultar dañado o herido, si eso pasa, Kim Jongdae sufrirá por sus errores. Comprenderá que si Jongin sufre es justo que usted pague las consecuencias.

En cuanto cierre el papel, dará comienzo la misión. Terminara cuando ambos individuos acaben el experimento con éxito.

Jongin se había quedado al lado de la mesa, junto a la cama. Leyó también con atención mientras lograba comprender todo lo que la carta le decía. Había información en ella, información muy importante, que no entendía por qué debería de saber él.  Tragó saliva y analizó palabra por palabra.

La fase tres de este programa de investigación comienza con una misión propia para usted. Como comprenderá, la misión deberá ser realizada en completa discreción y no deberá comentar a nadie su objetivo.

En su equipo se encuentra uno de los arquitectos que creó el edificio. Rubik es una compleja construcción que requirió de los mejores expertos en construcción, ingeniería y electrónica para ser alzada, y Kim Minseok es uno de ellos. Su misión será conseguir toda la información posible sobre los planos de este edificio, para así lograr llegar hasta la habitación central, donde terminará el experimento en su última fase.

Tiene un plazo de cinco días para realizar la misión, si no consigue su objetivo será penalizado.

Ambos muchachos se observaron durante unos segundos, Jongin se encogió de hombros, contempló el techo y sonrió.

-Lo mejor sería continuar con la búsqueda -Minseok rompió el hielo.

Joonmyun asintió y analizó al más joven, no sabía de qué tendría que protegerle. Todos parecían personas civilizadas, o al menos todos con los que se había encontrado hasta ahora. Tendría que cuidarle, sobre todo porque si le cuidaba a él y a ese muchacho, estaría protegiendo a Jongdae. Pero había un inconveniente, no sabía dónde estaba el otro; Byun Baekhyun, y tendría que encontrarlo.

La angustia aumentó en el interior de Joonmyun. Buscaba a Jongdae porque les habían separado. Estaba asustado porque no sabía la situación de su amante y además debía sumarle la obligación de proteger a dos jóvenes que no conocía. Minseok se acercó a él y le pasó un brazo por los hombros.

-¿Sucede algo, Joonmyun?

-No, tan solo que cuando se recibe una carta de este tipo, uno no sabe bien cómo reaccionar.

-No reacciones -Jongin los interrumpió sentándose en la cama-. Simplemente actúa. Si nos parásemos a pensar en todo lo que conlleva hacer o decir algo nunca haríamos nada.

Minseok rió ante el comentario y luego miró dulce a Joonmyun.

-Parece imposible, pero saldremos de aquí. Y encontraremos a Jongdae.

Joonmyun sonrió y asintió, agradeció que en ese momento ambos supiesen dedicarle unas palabras. Pero se sintió mal, siempre era él el que hablaba, el que animaba y reconfortaba. No quería parecer débil porque no lo era. Tragó saliva y apretó el papel en la mano.

-Chicos, tenemos que ponernos manos a la obra.

Jongin asintió y se acercó a él. Ambos esperaron a que Minseok decidiera qué hacer. Él era el que tenía conocimientos sobre el edificio, les había dicho que era porque era arquitecto, pero ahora que sabía la verdad, conseguiría que lo llevase hasta Baekhyun, costase lo que costase.

+++

Soltó un gemido de protesta al sentir como los dedos de su mano se le estrellaban en la pared. Maldijo en su idioma y Kyungsoo no pudo evitar soltar una ligera risilla. Tao lo miró como si pudiese retorcerle el cuello con la vista pero no dio resultado. Kyungsoo se acercó a él, le agarró la mano y comprobó la lesión. Se sorprendió pero no apartó la mano, en todos esos días, el mayor había sido algo distante con él. Aquel contacto le resultó extraño, aun así no quiso alarmarse, para entablar una mejor relación de amistad necesitaban unirse, tener confianza uno en el otro.

Kyungsoo exploró la magulladura y sonrió al rato.

-Te dolerá un poco, pero solo es un golpe.

Tao asintió y susurró un “gracias” algo tímido. Siempre le había costado relacionarse. A pesar de vivir en el mundo en que vivía, de participar en fiestas y de sonreír en fotos y videos, se definía como un chico solitario. No hacía mucho, en una de esas fiestas, había conocido a alguien que le había llamado la atención, Oh Sehun. Coreano, guapo y divertido. Ambos habían conectado.

Aquella noche Sehun había asistido porque uno de sus amigos cumplía años. Tao, gracias a contactos  y conocidos había sido invitado. Allí hablaron e intercambiaron miradas. Aquella noche compartieron más que charlas típicas de una fiesta. Intercambiaron besos, caricias, acompasaron suspiros y jadeos. La fiesta les había dado la oportunidad de encontrar en el otro un compañero demasiado interesante. Lo peor para Tao fue cuando despertó entre el desorden de las sábanas y estaba solo. Se había sentido un imbécil pero a pesar de ello intentó recordar todo sobre Sehun, el jugador de tenis de sonrisa tímida y boca traviesa.

Kyungsoo volvió a la tarea y Tao intentó concentrarse en su cometido. Encontró un saliente en la esquina izquierda de la cama, le llamó y éste asintió confirmándole que estaba preparado para que pulsara aquella minúscula palanca. Cuando empujó hacia abajó, la pared frente a ellos se desvaneció y unió la habitación en la que estaban con otra exactamente igual; impoluta y ordenada. Daba la sensación de nunca haber estado habitada. Kyungsoo se adelantó e inspeccionó el lugar con extremo cuidado.

-Esta es mi habitación -murmuró.

-¿En serio? -preguntó algo sorprendido- ¿Cómo lo sabes? Todas las habitaciones son iguales, ¿no?

El mayor quedó callado unos segundos, asintió y luego dirigió la mirada hacia Tao que lo observaba interrogante.

-Antes de irme dejé la habitación tal y como la había encontrado, doblé las sábanas, ordene la mesa del escritorio y guardé esto -caminó hacia el mueble y cogió de la silla una pequeña agenda-. Con ella me ayudaba a saber cuántos días llevábamos aquí dentro.

-¿Y por qué la dejaste atrás?

-Me estaba volviendo loco -murmuró-. Saber todo el tiempo que malgastas encerrado entre cuatro paredes, solo, sin poder comunicarte o relacionarte con alguien. Era demasiado duro, por eso cuando decidí irme, la dejé atrás. No soportaba estar coaccionado por los días que ni siquiera vivía.

Kyungsoo tragó saliva y se giró para que Tao no viese como sonreía y acariciaba la portada de la agenda. Mentir era algo que siempre le había costado pero en aquella situación, con un chico tan inocente como Tao, no era para nada un problema. Había dejado la agenda atrás por comodidad; al principio le resultó un inconveniente, pero antes de salir de la habitación se obligó a recordarse en qué día estaban, y a contarlos según las veces que dormían él y sus futuros compañeros. Para no perder la cuenta, cada noche que pasaba la marcaba en su piel, un corte por cada día. Así tendría la ventaja de saber cuándo llegarían al final.

-¿Qué es esto? -la voz de Tao llamó su atención- ¿También lo dejaste aquí?

Kyungsoo comprobó que sobre la cama justo al lado de Tao, había una cajita blanca que se fundía con el ambiente pasando desapercibida. El menor alzó los brazos para cogerla y leyó en voz alta.

-Sehun… -los ojos del chino se abrieron de par en par-. Esto es de él…

-O para él -murmuró Kyungsoo mientras se acercaba.

Tao sonrió y acarició la caja con añoranza, Kyungsoo se dio cuenta de que tenía intenciones de abrirla y se apresuró a sujetarle las manos. Recibió una mirada en sus enormes ojos algo molesta.

-No puedes abrirla, no es para ti.

-No digas bobadas -rió-. No voy a morir por abrir una caja, además conozco a Sehun.

-¿Lo conoces? -Kyungsoo parecía sorprendido.

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