Fic: Cuatro Días - Capi 4 ¡Regalo para @Krispsly

Jun 18, 2012 22:18

Título: Cuatro Días
Autor: Anónimo
Reto: # 6 La Boda de Mi Mejor Amigo
Reto Proporcionado por: krispysly
Palabras: 24,250 (6 Capítulos)
Rating: PG-13
Beta: Misteriosa ~ Gracias por el genial trabajo, por preocuparte tanto y por haberlo beteado contra el tiempo!!

Masterlist



Capítulo 4

Harry salió de la central de trasladores sintiéndose un poco vacío. La boda era al día siguiente y comenzaba a sentir la ansiedad de las horas pasando. Al menos con Draco a su lado había estado distraído y no podía negar que se sentía apoyado.

A paso lento se dirigió a su hotel; por la noche sería la despedida de soltero de Ron y se iban a reunir con los chicos en Las Tres Escobas, así que tenía un poco de tiempo para tumbarse en la cama y pensar en la que sería su última jugada y tenía que ser efectiva porque iba con el tiempo en contra.

Para su sorpresa, cuando llegó al lobby del hotel se encontró con Ron esperándolo ahí, tenía un semblante serio y a Harry se le detuvo el corazón por un momento.

- ¿Ya se fue Malfoy? -preguntó el pelirrojo acercándosele.

-Sí -contestó Harry-. Pensé que nos veríamos en Las Tres Escobas en la noche.

-Vamos… quiero pasar la última tarde antes de la boda contigo -sentenció Ron jalándolo por el codo.



Harry no preguntó a dónde se dirigían, sólo se dejó llevar por la plática simple de Ron y el ruido de las calles de Londres, dejándose envolver por la nostalgia de esas calles que realmente nunca había tenido oportunidad de conocer del todo. De pronto se vieron invadidos por el silencio, Harry sabía que Ron estaba muriéndose de ganas por preguntar, que no se había creído del todo la mentira, pero él no estaba seguro de querer mencionarlo.

Llegaron al embarcadero de Waterloo y Harry pensó por un momento que a Ron se le ocurriría subir al London Eye, pero Ron había tenido planeado ese momento con Harry con anticipación, tal como lo demostraron los boletos para uno de los pequeños cruceros por el Río Támesis. Habían llegado algo temprano, así que se quedaron cerca de la zona de embarque, viendo a la gente pasar y el silencio entre ellos comenzó a volverse doloroso.

- ¿Dónde está tu sortija? -preguntó de pronto Ron.

-Se la devolví a Draco -contestó Harry apesadumbrado-. Él, él no es mi novio, Ron.

- ¿Terminaron?

-No… -suspiró Harry-. La verdad es que… somos amigos, pero él… él vino a buscarme y a pedirme que lo intentáramos y luego te lo quise contar, pero todo se complicó y no pude dejarlo en ridículo delante de todos.

Harry no podía creer la forma en que su mente maquinaba salidas y mentiras durante los últimos días, quería creer que era debido a su profesión, que su capacidad de inventarse mentiras era porque pasaba sus días inventando historias para sus libros. Aún así no dejaba de resultarle irónico, el Harry de la adolescencia ya habría terminado enredado en sus propios cuentos, aunque la verdad era que ese Harry ni siquiera habría tenido la opción de inventarse todo eso, quizás era más inocente o tenía más fe en las personas, pero siempre se le dificultaba mentir y cuando lo hacía terminaba sintiéndose mal. No había duda que los años no habían pasado en vano.

-Quizás… quizás deberías, ya sabes… darle una oportunidad -dijo Ron un tanto nervioso-. Después de todo, él vino por ti y se nota que le interesas.

-No, no creo que funcionaría -contesto Harry-. No cuando él es tan diferente, cuando no puedo evitar compararlo con el chico que marcó mi vida.

Las mejillas de Ron se sonrojaron y luego clavo sus ojos azules en el rostro de Harry.

-Es curioso, porque cuando me dijiste que estabas comprometido con Malfoy, yo… -soltó una risita nerviosa- yo me sentí… es completamente absurdo, pero tenía celos.

El corazón de Harry comenzó a latir a mil por hora, ¿habría llegado por fin el momento que tanto estaba esperando? Intentó calmarse y poner toda su atención en lo que Ron estaba diciendo.

-Supongo que siempre será así, de alguna manera. Hoy te apareces con Malfoy, de entre todos los tipos del mundo y yo sólo podía pensar en que Malfoy me odia y en que iba a perderte. No me hagas caso, sé que es estúpido.

-No -dijo Harry-. No lo es y… eso no va a pasar, Ron.

El pelirrojo sonrió y Harry quería jurarle en ese momento que nunca iba a alejarse de su vida, que él estaba dispuesto a arriesgarse, a dejar todo atrás… todo. No sería fácil, él amaba su vida en New York, a sus nuevos amigos, vivir lejos del mundo mágico, pero seguramente se adaptarían, incluso Ron y Draco se volverían amigos con el tiempo… o eso esperaba Harry, porque no estaba seguro de querer sacar de su vida al rubio, Draco era su mejor amigo ahora, aunque Ron también lo era, pero de formas distintas, Draco formaba parte de su vida, conocía cosas de él que ni el mismo Ron sabía y había estado a su lado en todos esos años, apoyándolo de esa manera tan peculiar que Draco tenía para hacerlo. Pensar en todo eso comenzó a ponerlo aún más ansioso, así que Harry intentó concentrarse en Ron. Estaba ahí con Ron, no entendía por qué había terminado pensando en Draco, a pesar de que eso le sucedía bastante seguido.

Volvió su atención a Ron cuando lo vio haciéndole una seña. Era momento de subir a la embarcación.

El recorrido por el Támesis duraba unos cuarenta minutos. Ese era el tiempo que Harry tenía. Cuarenta minutos para darle un giro a todo, si no lograba hacerlo en ese momento sería mucho más difícil con la despedida en la noche y la boda al día siguiente. El guía de turismo comenzó a dar una amena explicación del recorrido, pero ni Ron, ni él estaban interesados en escucharla así que se dirigieron a un extremo del crucero para apreciar el paisaje y alejarse un poco de la multitud.

-Me sorprende que hayas planeado venir aquí -comento el moreno.

-El Callejón Diagón está lleno de periodistas, saben que la boda es mañana y no dejan de buscar fotos -dijo Ron- y yo quería que pasásemos un momento a solas, sin ser interrumpidos. Aunque tú ya debes estar acostumbrado a los periodistas, con tus publicaciones y las entrevistas.

-No es lo mismo, sólo soy un escritor de libros, no me siguen por las calles y la gente no suele reconocerme… veo a la prensa cuando es necesario y luego tengo una vida bastante normal -confesó Harry-. En ocasiones algunos niños me piden tomarse una foto conmigo pero no sucede muy seguido.

-Estoy orgulloso de ti, de lo que has hecho con tu vida -dijo Ron-. Últimamente no he podido dejar de pensar en eso, en nosotros.

-Hemos pasado por mucho, tú, Hermione y yo.

-Sí, pero… es más que los días de escuela y huir de mortífagos, ¿sabes? -Harry asintió- Sé que no debería decirte esto, menos ahora… tú fuiste el amor de mi vida, Harry. He estado nervioso estos días porque me di cuenta que quizás será la última vez que estemos los dos solos.

-No, Ron…

-Sí -continuó Ron interrumpiéndolo-, luego seremos Daphne y yo y quizás tú con Malfoy o cualquier otro chico que logre conquistarte…

-Claro que no -insistió Harry sonriendo-. No te olvides de la aventura que tendremos cuando te rapte un fin de semana a Las Vegas.

Ron sonrió y se acercó más a Harry, quién intentaba ocultar que las manos le temblaban, se sentía rebasado por el momento, sobre todo porque no sabía a dónde intentaba llegar Ron con todo eso.

-Es aterrador -dijo Ron-. Uno se pasa la vida buscando a esa persona y luego se compromete y es lo que más deseas pero después, cuando el momento se acerca quieres huir… y te olvidas que es lo que habías estado buscando.

Harry quería gritar, sentía que era el momento, Ron estaba sacando sus dudas ahí mismo, quebrándose en pedacitos y era su momento para recogerlo y cobijarlo. Sin embargo, se quedó quieto, incapaz de actuar o moverse.

-Tú y yo ya no somos los mismos de la escuela, ya no nos quedamos sin poder hablar frente a otra persona -mencionó el pelirrojo-, pero tampoco somos, con otras personas, no somos de los que dicen amor muy a menudo. -Harry asintió perdido en el azul de la mirada de Ron. -Daph dice que cuando amas a alguien se lo dices, en ese momento, en voz alta, de lo contrario el momento…

-Pasa de largo -terminó Harry.

-Pasa de largo, sí -asintió Ron.

Se quedaron en silencio unos segundos, mirándose a los ojos. Harry ni siquiera era capaz de escuchar la voz lejana del guía de turismo, ni los ruidos de los niños en la embarcación, sólo podía escuchar a su corazón bombeando fuerte y rebotándole en los oídos y no podía concentrarse en otra cosa que en el rostro de Ron. Sentía las palabras en la garganta, en ese momento, tenía que decirlas, tenía que arriesgarse, pero la voz de Draco llenó su cabeza, diciéndole que haga lo correcto, la cínica voz de Draco que era una constante en su vida, tanto como sus ojos grises y su cabello tan rubio. Harry cerró los ojos un momento al recordar a su amigo y cuando los abrió Ron ya había cambiado de postura, ya no lo miraba como si el tiempo se hubiese detenido. El momento había pasado de largo.

Harry respiró hondo, intentando calmarse, maldiciéndose mentalmente por no haber sido capaz de decir algo.

-No tenemos una canción -dijo de pronto Ron-. Daphne y yo, no tenemos una canción, espero que no sea una mala señal.

Everything I do, I do it for you

Ron respiró profundo y su mirada se perdió por un momento en el horizonte; Harry sintió la necesidad de decir algo, pero tal como le venía pasando desde que subieron al crucero, no tenía idea de qué decir.

-"Look into your heart, you will find there's nothin' there to hide" -Comenzó a susurrar Ron y el nudo en la garganta de Harry se apretó aún más, ¿acaso era el día de cantémosle a Harry Potter?-. "Take me as I am, take my life. I would give it all, I would sacrifice".

Ron sonrió y se acercó a Harry que lo miraba completamente sumergido en el momento.

-"Don't tell me it's not worth fightin' for I can't help it, there's nothin' I want more"…

Ron lo tomó de la mano, invitándolo a bailar lentamente, a pesar de que los dos eran muy torpes en eso, pero nada importaba, no cuando el pelirrojo continuaba cantándole aquella vieja canción al oído.

-"I would fight for you, I'd lie for you. Walk the wire for you; yeah I'd die for you"…

Harry recordaba esa canción, tenía grabada la melodía en su memoria con tanta fuerza que no había podido olvidarla a pesar de los años que habían pasado. Una canción que solían repetir varias veces en la estación muggle que captaba aquella desgastada radio que tenían en la carpa durante el campamento; la escucharon tantas veces que terminaron por aprendérsela de memoria. Pero sin duda era el recuerdo de aquella fría noche la que Harry más asociaba con ella. Quisiera poder recordar el mes o el día, pero en aquellos tiempos no tenían idea de las fechas en que vivían; lo que sí recordaba era a Hermione quitándole el horcrux porque había terminado su turno de llevarlo y verla colgándoselo en el pecho antes de entrar a la carpa y tratar de dormir. Él tenía que hacer guardia y el frío comenzaba a sentirse con más fuerza. Casi una hora después, Ron se había aparecido a su lado, molesto porque Hermione le había lanzado una camiseta a la cara para ver si así él dejaba de roncar y ella podía dormir por fin.

-Se pone más gruñona cuando tiene el relicario puesto -había dicho Ron sentándose al lado de Harry y robándole parte de la manta que lo cubría.

Por aquellos días su relación era confusa. Habían decidido no hacer un drama de eso, no tenían tiempo para concentrarse en nada que no fuese sobrevivir, pero eran un par de adolescentes, después de todo y más de una vez se habían dejado llevar por sus impulsos. Aquella noche no había sido la excepción. La vieja radio muggle de fondo y la canción sonando lejana, Ron, tal como lo estaba haciendo en ese momento, comenzó a susurrar la letra, mirándolo fijamente a los ojos y Harry se dejó llevar, cuando los labios torpes del pelirrojo se hundieron en su cuello no hubo marcha atrás. Nunca habían llegado tan lejos, no habían pasado de algunas caricias sobre la ropa, pero esa noche, en medio de la nada y con aquella cursi canción de fondo ambos habían tenido sexo por primera vez.

-"You know it's true. Everything I do, oh, I do it for you"".

Harry dejo caer un par de lágrimas que se apresuró a secar con su mano y luego hundió la cabeza en el hombro de Ron. Quería que ese momento durase para siempre.

-Sí Malfoy puede cantarte, yo también tengo derecho a hacerlo -le susurró Ron-. Siempre serás sólo tú, lo sabes ¿cierto? -continuó soltándose del abrazo y visiblemente emocionado-. Aunque me case mañana y aunque la ame… Merlín sabe cuánto la amo, pero siempre serás sólo tú el chico de mi vida.

El moreno sonrió triste y bajo la mirada, las palabras de Ron al referirse a su novia habían sido como una puñalada. Harry tenía tantas emociones en ese momento que no podía pensar con claridad.

-Y mira que lo intenté -continuó el joven pelirrojo-, después de que te fuiste, intenté salir con varios tíos, pero no resultó. Luego intenté salir con Hermione pero ella me miró con su cara de sabelotodo y me dio una palmadita en la espalda.

Harry soltó una risa ante esa idea. Algunas veces pensaba que Ron y Hermione terminarían juntos, pero ella había sido testigo directa de aquella fallida relación entre ellos, eso había cortado todo tipo de posibilidades.

-Entonces lo acepté… quizás no me van tanto los tíos ahora, tú has sido el único con el que he dormido y me di cuenta, que es porque eres tú, Harry.

-Ron, yo…

-Gracias por estar aquí -interrumpió Ron-. No podría casarme mañana si tú no estás a mi lado.

"Mierda" pensó Harry mientras se mordía la lengua. Al parecer aún le quedaba algo de cordura y no pudo decirle nada a Ron.

****

El camino a su hotel había sido una tortura. Harry no sabía si arrancarse el alma o dejarla escapar en pedacitos por sus poros, ambas opciones eran completamente dolorosas. Subió a su habitación, se duchó y cambió. En poco rato tendría que ir a la despedida de soltero en Las Tres Escobas y brindar por la felicidad de su mejor amigo. Harry supo que no había nada más que hacer. Se había dado por vencido.

Antes de salir de su habitación marcó el número de Draco. Apagado. El rubio debía haber llegado a New York hacía ya un par de horas y quizás estaba dormido, pero Harry necesitaba gritar, chillar y sentirse miserable y para eso estaba Draco, para escuchar sus lamentaciones. Después de intentarlo algunas veces tanto al celular como al número de su departamento sin obtener respuesta, Harry tomó su abrigo y salió en dirección al mundo mágico.

****

-¿Qué es eso que suena? -preguntó una voz suave.

Draco no alzó la mirada concentrado en ver la cantidad de alertas de llamadas que había recibido al prender su celular por un momento. El impulso de llamarlo y preguntarle si estaba bien era grande, enorme, pero aún no lograba reponerse del todo de lo sucedido esa tarde. Aún el anillo en su mano le quemaba la piel y le dolían los ojos al mirarlo.

-Es un celular, sirve para comunicarse con otras personas cuando no están cerca -explicó con voz neutra.

- ¿Como una chimenea portátil?

-Algo así -respondió Draco.

-Estefanía, deja de molestar a Draco, ¿por qué no vas a jugar al jardín?-dijo Nott que acababa de entrar a la lujosa sala donde se encontraban.

Theo se sentó frente a Draco que aún tenía la mirada clavada en el aparatito que llevaba en las manos, la pequeña niña le sonrió a su padre y luego y salió corriendo hacia los exteriores de la mansión.

-Aún no puedo creer que manejes esos aparatos muggles con tanta facilidad -dijo Nott.

-Es lo que sucede cuando vives entre muggles por casi diez años.

-Entonces… ¿Qué vas a hacer?



Draco levantó el rostro. Eso le gustaba de sus viejos amigos, iban directo al punto, sin dar vueltas ni tratar de ser sutiles.

-No lo sé -confesó el rubio-. Volver a casa, supongo… todavía no entiendo por qué no use mi traslador.

-No me hagas decírtelo -le dijo Nott con una mueca-. Pero si no vas a ir a visitar a tus padres, ni vas a hacer nada por quedarte con Potter, no entiendo qué haces en Londres más que perder el tiempo. Claro que eres libre de quedarte aquí cuanto quieras pero no le veo el sentido.

Draco bufó. En el fondo sabía que su amigo tenía razón, pero se sentía incapaz de hacer algo para pelear por Harry y al mismo tiempo no podía irse, tenía las palabras de Granger grabadas en la cabeza. "Maldita Granger siempre metiéndose donde no la llaman" pensó Draco y volvió a apagar su celular, intentaría pensar un poco más antes de enfrentarse de nuevo a la realidad.

****

Harry caminaba lentamente por el Callejón Diagón intentando que su celular mantuviese la señal y no se viese afectado por la cantidad de magia que inundaba el lugar. Draco seguía sin dar señales de vida y él cada vez más desesperado. El moreno no se había dado cuenta hasta ese momento de lo vital que era en su vida la constante presencia de su enemigo de la infancia.

-Vamos Draco, prende el celular -le habló al celular en voz alta-, no me hagas mandarte otro vociferador.

Pero el celular dejó de funcionar. Harry lo guardó frustrado y caminó hacia Sortilegios Weasley. Había llegado temprano y tenía tiempo para pedirle a George que le preste una lechuza para intentar contactar a Draco.

La vieja tienda lucía tan colorida como la recordaba, llena de objetos curiosos y muchos de ellos muy ruidosos. George lo recibió con una sonrisa y platicaron un poco, a pesar de llevar casi cuatro días en Londres, Harry no había podido pasar suficiente tiempo con los Weasley.

- ¿Qué es todo eso? -preguntó Harry al ver al joven pelirrojo reduciendo una cantidad considerable de cajas selladas.

-Son los productos para el partido de los Puddlemere de la próxima semana -dijo George-. Los estoy preparando porque Ron se los va a llevar a su luna de miel.

- ¿Va a trabajar durante su viaje de bodas?

-Sí, a Daphne no le molesta, en realidad es bastante aficionada al Quidditch y ellos estarán esa semana en Gales junto con los Puddlemere y luego se irán a París por un par de semanas.

-Sigo sin creer que el viejo Greengrass esté de acuerdo con eso.

-Sí, uno pensaría que son bastante pegados a las viejas tradiciones -comento George mientras continuaba moviendo su varita sobre las cajas-, pero la verdad es que son una familia con pocos prejuicios.

Harry hizo una mueca ante eso, era verdad, él había esperado que al tratarse de una familia sangre pura estuviesen llenos de los viejos prejuicios, pero se había sorprendido al descubrir que ni siquiera habían participado de la guerra. Los Greengrass se mantuvieron alejados de los mortífagos y no tomaron ningún bando durante aquella dura época.

Resignado el moreno se disponía a pedirle una lechuza a su amigo cuando una idea inundó su cabeza. No era buena y no estaría orgulloso de ella después, pero no podía rendirse, todavía tenía unas horas, aún no estaba todo perdido.

-Pero él debe querer que Ron trabaje en alguno de sus negocios, algo de más prestigio, para alguien de su estatus.

- ¿Por qué lo dices? -preguntó receloso, George-. Ron gana bastante bien, él sólo está costeando el viaje de bodas, no quiso aceptar el dinero de los Greengrass y ellos parecieron contentos con eso.

-No, por nada en especial -contestó Harry con inocencia-, es sólo algo que le escuché comentar a Draco… que los Greengrass esperan que Ron trabaje para ellos pronto e incluso mencionaron algo de hablar con Puddlemere para que rompan el contrato.

En ese momento la puerta de la tienda se abrió y Víctor Krum entró acompañado de Hermione y Ginny.

- ¿Me estás diciendo que le están mintiendo a Ron? -preguntó indignado el pelirrojo-. ¿Y Daphne está al tanto de esto?

Harry se vio de pronto rodeado de miradas curiosas que no entendían la conversación y de un George bastante irritado.

-No… no puedo asegurarlo, tal vez, yo entendí mal.

-Tengo que decirle esto a Ron.

-No entiendo de qué hablan -dijo Hermione mirando inquisitivamente al moreno.

-Harry dice que escuchó a Malfoy comentar que el viejo Greengrass quiere que Ron trabaje en una de sus empresas.

-Pero eso no tendría nada de malo -dijo ella confundida.

-No -contestó Ginny-, pero Daphne aceptó que vivirían por su cuenta, ella y Ron, sin necesidad de usar su fortuna familiar. Ella incluso dijo que pensaba poner un negocio o trabajar en algo porque estaba aburrida de no hacer nada.

-Exacto -confirmo George- y si lo que dices es verdad, entonces sólo le están mintiendo a mi hermano.

-Realmente dudo que sea así -sentenció Hermione-. Además estamos especulando, Draco pudo haber entendido mal o el mismo Harry. Así que lo mejor es que dejemos el tema aquí y que ninguno le mencione nada de esto a Ron.

-Hermione yo creo… -dijo George pero fue interrumpido.

-Déjalo así George -insistió ella-. Es lo mejor para Ronald, además tu hermano no es ningún idiota que va a dejarse manipular, por Merlín.

El pelirrojo frunció el ceño no muy convencido, pero su hermana le dio la razón a Hermione. Harry hizo lo mejor que pudo por parecer indiferente a la conversación y terriblemente concentrado en los frascos con pastillas para tener granos de colores. Sin embargo podía sentir los ojos marrones de Hermione clavados en él. Si había alguien a quién no podría engañar fácilmente era a ella y por un momento se arrepintió de haberse dejado llevar por aquel impulso digno de un Slytherin.

Poco después Hermione había logrado cambiar el rumbo de la conversación y disimuladamente se había acercado a él hasta alejarlo de los demás con el pretexto de enseñarle los nuevos Puffskeins de colores que tenían en la tienda.

-Sé lo que estás haciendo, Harry.

-No sé a qué te refieres -refutó él.

-No te hagas el inocente conmigo, Harry Potter -dijo ella con su mejor mirada amenazante, por un momento Harry se sintió de vuelta en el colegio-. Sé perfectamente bien que Malfoy no es tu novio y que lo que le has dicho a George no es cierto.

-Claro que Draco es… -insistió él y ella arqueó una ceja- ¿Ron te lo dijo?

-Ron no me dijo nada, pero tengo ojos y a mí no me engañas -dijo ella-. Estás actuando completamente extraño desde que llegaste y ahora te inventas historias como si se tratase de los libros que escribes.

-Hermione, tu no entiendes…

-Claro que entiendo, Harry, pero por favor no lo hagas -pidió ella endulzando el tono de su voz-. Sólo lograrás arruinar la felicidad de Ron y quizás hasta perder su amistad.

-Eso no va a pasar -dijo él-. Pero tampoco puedo quedarme sin hacer nada, Hermione… es Ron, no puedo verlo casarse con alguien más.

-Y entonces ¿por qué no viniste antes por él? -preguntó la joven-. No te das cuenta que si no fuese porque Ron está a punto de casarse no estarías aquí… reacciona Harry, no se habían visto en meses.

-Estuve ocupado, pero…

-Tu vida está en New York -dijo ella con un tono de tristeza-, estás tan obsesionado ahora que ni siquiera te das cuenta que lo que estás buscando acá lo tienes en casa.

- ¿De qué hablas? -preguntó él sin entender.

- ¿De verdad estás tan ciego? -cuestionó Hermione incrédula- Hablo de tu vida, de las personas en ella ahora…

-La única persona en mi vida en casa es Draco -dijo él y ella lo miró perspicaz- y es sólo mi amigo, Hermione. Es cierto que pasamos tiempo juntos, pero es que trabajamos juntos, nada más.

La castaña suspiró. Harry era obstinado y ciego como nadie cuando quería.

-Sólo deja cualquiera de esos planes locos que tienes en la cabeza, hazlo por Ron.

Harry la miró y se sintió horriblemente culpable, pero antes de que pudiese contestar, George y Víctor lo llamaron para irse. Era tiempo de la despedida de Ron.

# fluffyfest 2012: fic

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