No permito que mis traducciones sean publicadas en ninguna otra página, así que por favor no las utilices ni las adaptes.
(Masterlist) Hola hola~
Bueno, tal como prometí la semana pasada, les traje un Baekyeol que me ha parecido muy dulce y cómico, espero que les guste también. Fue escrito por la autora de Summer 21,
starsthatlast, quien me dio su permiso para traducir también esta historia. Y bueno, nada más que decir lol Excepto lo que digo siempre: si les gusta por favor comenten o compartan un link. No hace falta que se registren para comentar (la gente creía eso); pueden hacerlo usando sus cuentas de Twitter o Facebook o lo que sea. c: Y aquí están los links de mi
Twitter,
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Ask. Los dejo con la historia, gracias por leer! :D Si encuentran algún error por favor avísenme; lo revisé un par de veces pero por encima, así que mañana le daré otra revisada más atentamente. xD
Título: So I heard you like Chopin (Escuché que te gusta Chopin)
Autora:
StarsthatlastGénero: Romance
Idioma original: inglés
Fanfic original:
click aquíTraductor: Drake15
Palabras: 5541
So I heard you like Chopin.
-Escuché que te gusta Chopin. -Park Chanyeol se apoya contra el mostrador de la biblioteca con demasiada despreocupación e intenta iniciar una conversación con el bibliotecario Byun Baekhyun.
El lugar está vacío excepto por el hoobae Oh Sehun, quien se halla obedientemente parado detrás de su vergonzoso hyung, poniendo expertamente los ojos en blanco ante su declaración inicial.
Tras la mampara, Baekhyun alza su bonito rostro de su cuaderno lleno de garabatos de claves de sol y mira detenidamente a Chanyeol.
-¿Disculpa? -le pregunta con tono directo y desafiante. Chanyeol chilla en silencio; claramente no se esperaba aquella desfavorable respuesta.
-Chopin -dice débilmente-, el compositor de música. El pianista.
-Oh -Los ojos de Baekhyun se iluminan con claridad-, quieres decir Chopin.
-Seh, Chopin.
-No -Una alarma se activa a los gritos cuando Baekhyun sacude con desdén la cabeza-, no «Chópin». Chopin. Sho-pén.
-Sho-pén -repite Chanyeol.
-Sí, algo así. -Baekhyun sonríe, notoriamente satisfecho. -Bueno, ¿qué hay con él?
Ups, el alto está demasiado nervioso como para recordar la trágica historia del compositor. Todos los recuerdos y los siglos de antigüedad de piezas musicales y grandes óperas memorizados tarde por la noche se escaparon de su cerebro en el momento en que Baekhyun separó sus labios para hablar.
-Ehm. -Oh mierda.
Baekhyun lo observa expectante para que continúe la intelectual discusión, pero Chanyeol no puede, por nada del mundo, recordar nada relacionado con la música. Maldita sea.
-Nada -gorjea con demasiada fuerza antes de correr fuera de la biblioteca, escoltado por Sehun. No sólo dejó atrás a un extremadamente confundido Byun Baekhyun, sino también un rastro de bochorno y vergüenza que sabe que lo acechará por siempre hasta que se muera.
Park Chanyeol es, definido por sus colegas, una persona alegre, una persona extremadamente alegre que hace que las flores broten incluso en las partes más tristes de uno. Y le gusta el punk rock, odia el jazz y aborrece la música clásica. A decir verdad, ni siquiera sabe cómo se hizo amigo de los estudiantes de canto Kim Jongdae (el bastardo) y Do Kyungsoo, pero ambos resultan ser unos amigos sumamente útiles cuando Chanyeol descubre su (no tan pequeño) enamoramiento de aquel chico llamado Byun Baekhyun, de la clase de métrica y ritmo.
Todo comenzó cuando el torpe bobo circulaba por los pasillos del piso del piano, en el ala de música, para ser honestos. Había estado caminando por los corredores, haciendo sus cosas y pensando en las muchas opciones disponibles para cenar cuando llegara la hora. Es como si hubiera descubierto una nueva cara de la religión que había estado siguiendo por años; la iluminación; la oculta, no escrita secuela de los eventos de la última cena; la solución correcta al código Da Vinci.
Es una sorpresa aún más grande que el Oh por Dios, que sólo puede ser resumida en un muy sorprendido e inesperado «Oh».
Arrastra sus pies (y su corazón) lejos del camino de la vida hacia una solitaria, oculta aula con un piano desde donde se origina la música. El larghetto le viola el cerebro, las teclas del piano le apuñalan el corazón y se lo apropian, y luego Park Chanyeol renace como un nuevo hombre.
El gigante intenta espiar por la puerta para descifrar qué ser humano está tocando tan agradable pieza que le ha capturado el interés, y se da cuenta de que se equivoca.
Es Byun Baekhyun, aquel chico que es el mejor amigo de Do Kyungsoo, de la clase de canto.
Chanyeol permanece allí como un idiota por unos minutos más, observando boquiabierto cuán mágicamente rápido vuelan los dedos del pianista por las teclas negras y blancas produciendo una melodía como esa, que Park Chanyeol no podrá nunca jamás encontrar en toda su vida golpeando baterías y rasgueando guitarras eléctricas como un punk wannabe.
Ni siquiera se da cuenta de que el músico ha dejado de tocar hasta que Byun Baekhyun se encuentra parado frente a él, observándolo extraña y cautelosamente, como si Chanyeol fuera a comérselo en cualquier momento.
-¿Sí? -pregunta, con un tono poco amistoso pero amistoso a la vez (Chanyeol no sabe, apesta captando las cosas a la hora de socializar. Es una enfermedad incurable).
-Ah, ehm, eh, yo…
-¿Reservaste este salón? -interroga Baekhyun, confuso.
-Eh, ¿no? Sólo pasaba por aquí.
-Ya veo.
-¡Tocas muy bien! -suelta Chanyeol antes de darse cuenta que es una cosa muy estúpida para decirle a alguien a quien probablemente le pareces un raro y que ni siquiera le caes bien para empezar. Además, ¿quién es Park Chanyeol, un novato de la música clásica, para darle cumplidos y comentarios al estudiante de piano Byun Baekhyun sobre su habilidad ante dicho instrumento?
Pero Baekhyun luce desconcertado; ensancha sus ojos por una fracción de segundo antes de parpadear ante el súbito cumplido y bajar la cabeza para apartar la mirada, avergonzado.
-¡Lo siento! -se disculpa sinceramente Chanyeol-. No era mi intención entrometerme. Es sólo que… -Es sólo que me faltan las palabras. Tu música se las robó y me dejó sin aliento.
Sí claro, ¿cómo expresa alguien eso cuando apenas se han conocido hace menos de cinco minutos?
-Gracias. -Aquella palabra; podrá ser sólo una palabra, una simple oración, pero para Chanyeol significa muchísimo más. Hay tanta sinceridad en ella.
-Seh, no hay problema. Me iré yendo, supongo. -Está a punto de alejarse de la puerta y continuar el camino de su vida cuando la voz del pianista lo detiene.
-Sabes, si tienes ganas puedes pasar y ver. Es decir, si quieres, claro -murmura Baekhyun, y comienza a irse por la tangente hacia el espacio-. No siempre invito a que pase la gente porque no me gusta que me vean tocar, pero o sea, si realmente quieres puedes hacerlo, pero si no quieres está bien porque te entiendo completamente…
-Bueno. -Chanyeol detiene al muchacho antes de que ambos cambien de opinión y se arrepientan de sus intrépidas decisiones.
-¿Bueno?
-Sí, me encantaría. Verte tocar y escucharte, quiero decir.
-Oh. -Baekhyun frunce los labios y falla miserablemente en ocultar una sonrisa de satisfacción. -De acuerdo. Pasa.
Chanyeol ingresa a la habitación, pero no se enamora ni es atrapado por la emoción. En vez de eso, su corazón se cae y rueda directo hacia la bandeja de plata en manos de Byun Baekhyun, donde lo había estado esperando todo ese tiempo. Su corazón probablemente fuera destrozado en mil pedazos, pero a Chanyeol inconscientemente no le importa un cuerno. Se siente tan bien sentarse en una esquina y observar al más bajo tocar con todo su corazón, presionando las teclas de marfil como si hubiese nacido para hacer música.
Si alguna vez se lo preguntan, Chanyeol dirá que no puede describir cuán afectado se encontraba entonces, porque no hay palabras lo suficientemente precisas para aquel momento que lo comenzó todo. El Big Bang, el Kabúm. La destrucción completa, descomposición y luego reconstrucción en algo desconocido, y aún así tan emocionante en el vasto desconocimiento.
Pero lo que Chanyeol puede y va a decir es que, en el momento en que entró al cuarto y se sentó junto a Byun Baekhyun, supo que su vida no volvería a ser la misma.
Están en su sesión semanal de estudio en grupo cuando Chanyeol reúne el coraje para deslizar nada sutilmente un ticket amarillo por la mesa y ponerlo encima de la pila de partituras de composición de Baekhyun.
Chanyeol no levanta la mirada para encontrarse con la ceja alzada dirigida hacia él. Está demasiado avergonzado como para hacerlo.
-¿Qué es esto? -Desde el rabillo del ojo de Chanyeol, Baekhyun toma el papel amarillo e inspecciona las pequeñas letras estampadas en él.
-Un ticket -proporciona Chanyeol inútilmente.
-¿Un ticket para el cine? -Ay mierda, no debió haber elegido aquello. Maldita sea.
-Ehm -Chanyeol finalmente levanta la mirada para ver a Baekhyun inmerso profundamente en las palabras impresas en el papel amarillo-, no. Es un ticket para un concierto… -Baekhyun levanta la cabeza rápidamente-… para ver a mi banda en vivo. Abriremos el show para SHINee en Bendo’s este fin de semana.
Hay un período de silencio antes de que Baekhyun finalmente registre la invitación de Chanyeol en su cabeza.
-Ah -es todo lo que dice. Rayos. Luce decepcionado, decaído. Tal vez Chanyeol debió haber vaciado su alcancía para un concierto de la filarmónica en Bucheon en vez de darle un pase gratuito tras bastidores para una performance local de mierda de su banda.
-¡Pero puedes no ir! Sé que no somos las estrellas principales de esa noche, pero casualmente tenía un ticket extra y pensé que no debía desperdiciarlo, ¡eso es todo! No te estoy obligando, ¿de acuerdo? Depende enteramente de ti. -Aunque sería agradable si pudieses ir, añade silenciosamente Chanyeol.
Pasa un milenio antes de que Baekhyun finalmente se decida y le confirme su asistencia.
-Claro que iré. -Sonríe.
Una sonrisa muy, muy amplia se extiende por los labios de Chanyeol y tiene que recurrir a esconderse tras su libro de mecánica para dejar de avergonzarse más a sí mismo.
-¡Genial! -dice silenciosamente, tratando de que su voz suene desprovista de regocijo y alegría-. Te veré allí.
Pero Chanyeol, escondido detrás de las hojas blancas esperando a ser llenadas con complicados cálculos, se pierde también de la sonrisa tímida en el rostro de Baekhyun que le dura el resto de la tarde. Para cuando resurge de los seguros límites de su libro de texto para inquirir sobre la cena, Baekhyun ya está perdido en sus partituras, y su tímida sonrisa hace tiempo que dejó de existir.
-Chanyeol, estás actuando raro últimamente -dice un día Kyungsoo durante la práctica de la banda en un garaje abandonado.
-Chanyeol siempre ha sido raro. Así queee, ¿de qué hablas? -Jongin juzga con miradas al baterista en el rincón del cuarto.
-Chanyeol es raro -repite Sehun, riendo y tapándose la boca con las manos.
-Chanyeol está enojado.
-Chanyeol apesta.
-Chanyeol es un asco.
-¡Hey!
-¡Chanyeol está realmente enojado ahora!
-Juro por Dios que si los dos no…
-¡Chanyeol está enamorado!
-¿¡¿¡Qué!?!?
-¿¡Qué!?
-¿Qué?
-Qué.
-¡Lo vi aquel día! -parlotea Jongdae, ansioso por delatar a su amigo mientras Chanyeol entierra el rostro en sus manos. La urgencia por meterle sus baquetas por el trasero al cantante es muy tentadora-. ¡Le estaba tirando los perros a Byun Baekhyun, ese chico de nuestra clase de canto! ¡Prácticamente tenía corazones en los ojos! Sus ojos, que se veían intensos y tan llenos de amooor. El fuego en sus ojos, esa mirada apasionada, el deseo y los sucios sueños en la profundidad de la noche… ¡Ay! ¡¿Chanyeol qué carajo?!
-Cierra la puta boca y vete a escribir porno a otra parte.
El fin de semana llega, generándole a Chanyeol un ataque de pánico cuando están de camino a Bendo’s aquella tarde. Es una presentación nocturna, y cuando llegan al lugar el personal técnico está haciendo los últimos chequeos de sonido en el escenario antes de que la audiencia comience a meterse para ver las performances. Lo único que Chanyeol espera es que se hayan dejado los huevos y tomates infectos en sus casas.
-Ah, EXO, justo a tiempo. -Shindong, el gerente, va directo hacia ellos y los lleva apresuradamente hasta la sala de espera. -El escenario es suyo si quieren calentar. SHINee no llegará hasta las seis, así que tienen un montón de tiempo para preparar sus cosas.
-Sí, señor.
Y cuando Shindong se retira, la atmósfera se transforma inmediatamente en una de concentración intensa. Jongdae y Kyungsoo comienzan a vocalizar; Luhan ajusta la correa de su guitarra eléctrica, la conecta al amplificador y le da un buen rasgueo mientras que Jongin realiza unas últimas afinaciones en su bajo. Sehun es un inútil, simplemente se sienta allí y se llena con cerveza y Kool Aid, observando toda la performance como el vago perezoso que es.
Psh, Chanyeol resopla mentalmente mientras se masajea los hombros para diez series completas de redobles. Golpea la membrana de los tambores una y otra vez hasta que Luhan les grita que paren y comiencen la primera ronda de su lista de canciones.
Y cuando SHINee llega y les palmea con entusiasmo las espaldas por un trabajo bien hecho, EXO se mete a la sala de espera y aguarda por su llamado.
Chanyeol está nervioso. Mientras las siete en punto se aproximan y la audiencia comienza a llegar, desea desesperadamente salir fuera de la sosa sala y echarle un vistazo al público. ¿Está Baekhyun allí? ¿Está sentado entre los espectadores, esperando a que comience el show? Oh rayos, ¿¡y si algún ahjussi pervertido esperando para abalanzarse hacia desprevenidos muchachos como él lo manosea!?
-Ey Chanyeol, hombre, relájate. -Jongin intenta apaciguarlo desde el otro lado del cuarto. Chanyeol lo fulmina con la mirada.
-Jongin, déjalo en paz. -Luhan gesticula con su mano. -Sólo está preocupado de que su Baekhyunnie se pierda y termine en un centro de prostitución.
-¡Mierda! -Chanyeol salta de su asiento y se precipita fuera del cuarto.
-¡Carajo, Luhan, la cagaste! ¡Chanyeol, regresa!
Se necesita de Sehun y Jongin para arrastrar a Chanyeol fuera de la puerta lateral que lleva hacia la entrada. ¡Diablos, Chanyeol sólo quiere asegurarse de que Baekhyun llegue al lugar sano y salvo y de una pieza, maldita sea!
-¡Suéltame! -Se retuerce mientras Jongin lo mete de vuelta a la sala y hace guardia en la puerta como un sabueso, con los brazos cruzados y una bitchface con la que lo observa desde arriba.
-Quédate aquí, pedazo de bebé. Baekhyun estará bien. -Jongdae suspira, sacudiendo la cabeza.
-¿¡Y si lo secuestran!? ¿¡Si lo trafican a Sudamérica y es condenado a una vida de esclavitud!? Carajo, ¿y si es explotado sexualment…?
-Eh, eh, basta, Yeol, ¿de qué hablas? Todos conocen Bendo’s, Baekhyun no es tonto.
-¡Sí! De hecho, ¡es mucho más inteligente que tú!
-¡Hey!
-Así que simplemente cálmate y ¡oh, mira! ¡Shindong hyung está afuera de la puerta! Oh por Dios chicos, ¡es nuestro pie para ir al escenario ahora!
El ataque de pánico de Chanyeol obtiene gasolina extra a largo plazo. Chanyeol apenas registra estar siendo arreado como una oveja perdida hacia detrás del escenario, y en la tenue luz detrás de las pesadas cortinas Luhan (¿o es Kyungsoo?) lo empuja hacia su asiento en la batería y prepara sus brazos en posición encima de los toms.
-Si arruinas esto nunca te lo perdonaremos. -Luhan lo mira con furia, pinchándole el pecho con su dedo, y lo abofetea ligeramente en las mejillas para hacerle recuperar el control.
Las cortinas se alzan.
-¡Concéntrate, Park Chanyeol! -sisea alguien.
Carajo.
-¡EXO hwaiting!
Suena sospechosamente como Byun Baekhyun. Pero a Chanyeol no se le permite el lujo de ponderar sobre las ambigüedades y las vagas representaciones de la vida. En el momento en que la guitarra eléctrica desgarra el aire, los brazos de Chanyeol comienzan a volar y se olvida de todo excepto los ánimos de la multitud y cuán rápido late su corazón al ritmo de la canción.
Para su gran sorpresa, Baekhyun lo está esperando en la entrada tras bastidores cuando EXO sale del escenario arrastrando los pies al bajarse las cortinas.
Chanyeol da un traspié y se tropieza con sus cordones ante la primera visión del pianista parado allí entre el caos, con una botella de agua en la mano y luciendo muy distinto a como usualmente luce. Hay algo acerca del Byun Baekhyun de ese día que lo separa de todos los otros Byun Baekhyuns de los otros días.
(Sin mencionar que Byun Baekhyun es una persona diferente cada día, pero de algún modo Chanyeol ha notado que el pianista tiene ciertos comportamientos particulares y singularidades en ciertos días. La revelación lo iluminó cuando comenzó a tomar notas de las obras de piano que tocaba cada día. Mozart es para la coqueta alegría, Lizst para los momentos frustrantes, Debussy para los días extravagantes, etc.)
-Viniste. -Chanyeol sonríe, frotándose avergonzado la nuca. -Tenía miedo de que no encontraras el lugar.
Desde un lado, Luhan resopla. Chanyeol pretende que nunca pasó.
-Chanyeol, todos conocen Bendo’s. -Baekhyun pone los ojos en blanco. -Además, no podía desperdiciar un ticket. Toma, agua para ti.
-Je, gracias.
El cabello de Baekhyun está estilizado hoy. Luce simplemente deslumbrante, Chanyeol se pregunta cuánto le habrá tomado al pianista dejarlo así de perfecto. Se siente tocado ante el pensamiento de Baekhyun esforzándose para verse bien en su noche de apertura.
-¡Luces distinto hoy! -suelta. Oh Chanyeol, pedazo de idiota.
Los ojos de Baekhyun se amplían por una fracción de segundo antes de sonreír tímidamente.
-Probablemente sea el delineador -explica.
-Oh, ehm, te queda bien.
-¿De veras?
-Seh.
Oh Dios, ¿cómo no ser raro alrededor de Byun Baekhyun? Los dos idiotas están ahí parados mirando hacia todas partes menos hacia donde está el otro, y es muy frustrante para Luhan y Jongdae, quienes están sentados en un costado observando el show. ¡Aquel amor se desenvuelve a un ritmo muy lento y Jongdae no está complacido con eso!
-Este es un romance pobremente escrito. -Jongdae sacude la cabeza con disgusto y exasperación mientras se cruza de brazos. Entorna los ojos ante la visión de Chanyeol saludando como el estúpido patéticamente enamorado que es cuando Baekhyun se marcha y los saluda a todos con la mano.
-Sí, nada es como la puta montaña rusa del romance del año que Sehun y yo tuvimos cuando nos enamoramos. -Luhan suspira.
-Oh, por favor.
-¿Te interesaría vestir de traje en un futuro cercano? -pregunta Baekhyun como si nada una tarde cuando Chanyeol, urgido por el experto en romance Kim Jongdae, lo lleva a cenar dos días después del concierto. La tarjeta de crédito de Park Yura descansa segura en su bolsillo; Chanyeol deberá asegurarse de que su noona no se de cuenta de nada inapropiado cuando la devuelva subrepticiamente a su cartera más tarde aquella noche.
El rostro de Chanyeol se eleva de su plato de espaguetis. Las comisuras de sus labios están pintadas con salsa de tomate, una personificación de Ronald McDonald y su cadena de restaurantes de comida rápida que es meramente una coincidencia.
-Ehm -responde-, ¿tal vez? ¿Por qué?
-Tengo un par extra de tickets para mi próximo recital la próxima semana, y me preguntaba si…
-Cuenta conmigo.
Lo que Park Chanyeol odia de los recitales es que le exigen que se vista de traje y pretenda que es alguien importante cuando en realidad no lo es.
Mientras se dirige hacia el hall donde todos los adultos se reúnen para el intercambio de lo que parecieran ser conversaciones intelectuales, Chanyeol da un tirón del collar de su camisa de vestir, no acostumbrado a la corbata estrangulándolo y lista para sofocarlo hasta la muerte en cuanto dé un traspié y se deje en ridículo.
Chanyeol está de pie en mitad del lugar, rodeado de gente, y aún así se siente terriblemente solo. Está muy incómodo, muy fuera de lugar; si le dieran la oportunidad le encantaría precipitarse fuera por la puerta de cristal y ponerse ropa más cómoda, iría al bar más cercano a tomar algo y relajarse.
-¡Chanyeol! -De pronto, una voz llama su nombre.
Se voltea y oh, es Baekhyun, la razón por la que está allí parado entre un mar de gente muerta aquella noche.
Dicho hombre le sonríe orgullosamente por haber podido asistir. Parado frente a él, Baekhyun está también vestido con traje, lleva gel en el cabello y los puños de su camisa inmaculados contra sus delgadas y frágiles muñecas.
-Te has planchado el cabello -comenta Baekhyun ante la pérdida de los usuales rizos de Chanyeol.
-Seh, no quería sobresalir.
-Se ve bien. Me gusta.
Chanyeol sonríe avergonzado. Así que sí había valido la pena dejar de jugar tres horas antes y emplear la ayuda del fashionista Luhan para que lo dejara hecho un muñeco aquella noche. Chanyeol se siente feliz consigo mismo; no puede dejar de sonreírle como un gran bobo atolondrado y enamorado a Baekhyun, quien le sonríe también. Una viva imagen de sí mismo. Ambos están tan enamorados y tan metidos en ese romance que duele.
-Debo irme ahora. Para la prueba de sonido y todas las demás porquerías de último minuto -dice con tristeza el pianista.
-No hay problema. Buena suerte, sé que los maravillarás a todos con tus jodidos dedos mágicos. -Chanyeol sonríe.
-Je.
Y más tarde, cuando hace mucho tiempo que Baekhyun se fue y se están dirigiendo hacia el auditorio para ocupar sus butacas, Chanyeol toma el programa de su asiento y busca el nombre de Baekhyun. Está cuarto en la lista, justo antes del concierto de violín de Henry sunbaenim, quien está último, y Chanyeol no puede esperar hasta que los primeros tres terminen así puede ver a Baekhyun brillar con fuerza como la luz que es.
Los músicos vienen y se van. Enseguida llega el turno de Baekhyun para desatar su inherente potencial en el piano. Chanyeol echa otra mirada al programa bajo las tenues luces del auditorio. Baekhyun tocará la sonata número 8 de Mozart en La menor, K. 310, una pieza de veinte minutos según Kyungsoo, quien de alguna forma se ha aparecido y encontrado un asiento junto a su colega amigo.
-Hyunsik toca también -le explica el muchacho de cabello azabache cuando él le hace la pregunta-, está de acompañamiento de cuerdas para el segmento de Henry.
-Ah, ¿Jongin estará bien ahora que te has ido de su lado esta tarde? -Chanyeol se ríe con disimulo.
Kyungsoo pone los ojos en blanco.
-Vivirá.
-Je.
Pero en fin, volviendo al presente, Chanyeol espera pacientemente entre la indecisa audiencia para que el siguiente segmento comience. Sus ojos están pegados al borde derecho de la cortina de terciopelo, para detectar cualquier movimiento o figura emergiendo desde atrás. Su corazón está calmado, listo para la pieza que Chanyeol sabe que Baekhyun tocará y que capturará la atención de la audiencia sin esfuerzo.
No es hasta tres minutos más tarde que Byun Baekhyun sale desde atrás de la cortina y camina hacia el centro del escenario. El público lo anima, Baekhyun se queda de pie por un segundo antes de inclinarse dos veces y caminar hacia el piano y sentarse.
Chanyeol sabe que está a punto de ocurrir. Sus regulares latidos están desapareciendo, aumentando la velocidad proporcionalmente al tiempo que le toma al hombre en escena ajustar la altura de su banco y prepararse para una larga e intensa pieza de piano.
Baekhyun levanta los brazos y posiciona sus dedos en las teclas de marfil. Chanyeol toma un profundo aliento…
… y deja todo salir en el momento en que la primera tríada y las subsecuentes notas musicales les devuelven la vida al silente auditorio.
Chanyeol honestamente no sabe qué le pasó. En un momento se encuentra acurrucado confortablemente en su asiento, ignorando la solitaria extensión del bien iluminado escenario, y al siguiente Baekhyun está allí, frente al gran piano, atrapándolo con sólidas notas y persuadiéndolo con el suave tono del allegro llenándole la vacía alma.
Es una droga, Chanyeol queda enganchado. Cuando el recital termina y todos se dirigen fuera del hall hacia la recepción, se encuentra con que quiere ver más de eso, más de los hombros de Baekhyun moviéndose hacia arriba y hacia abajo con cada movimiento de sus dedos, quiere experimentar el efímero momento de asombro y la falta de aliento para poder sentir la vida en su cuerpo nuevamente.
-¡Eh, Chanyeol-ah! -Kyungsoo chasquea los dedos y devuelve al ensoñado idiota de vuelta a la realidad.
-¿Eh? ¿Qué? -Maldita sea, Chanyeol estaba fantaseando en su cabeza; el maldito vocalista no debió haber arruinado la pintoresca escena ni pisoteado lo que quedaba de ella.
Alzando una ceja, Kyungsoo sacude un pulgar hacia atrás y se aleja para buscar a su primo. Cuando los ojos de Chanyeol se enfocan, Baekhyun se encuentra parado delante suyo, mordiéndose el labio y jugueteando incómodo con sus pulgares.
Oh. Ehm.
-Hey. -Qué soso, Chanyeol. Bobo.
-Hola.
Ambos caminan hacia el otro y dejan entre ellos el suficiente espacio para respirar. Baekhyun alza la vista, Chanyeol la baja. Es algo extraño pensar que son tan opuestos entre sí: alto contra bajo, metal contra clásico, chocolate contra vainilla. Lo único que tienen en común es probablemente su amor por la música, a pesar de que sean distintos géneros.
Tal vez los opuestos sí se atraen.
-Así que…
-Sabes…
De acuerdo, aquello es tan horriblemente incómodo.
-Tú primero. -Chanyeol acomoda sus músculos faciales para presentarle una muy incómoda y avergonzada sonrisa.
-No, tú.
-Está bien, lo mío no es tan importante.
-Tampoco lo mío.
-Las damas primero.
-¡Pero no soy una dama!
-Ay mierda.
Bueno, Chanyeol ciertamente se siente como una mierda. No sabe cómo eso pudo salir de su estúpida boca, así que, si se le disculpa, quisiera irse y morir en el hoyo más profundo ahora mismo. Adiós.
-Bueno, esto no tiene sentido. -Baekhyun suspira. -Así que, ¿qué tal si simplemente vamos a cenar tarde y continuamos allí? Estar aquí de pie incómodos uno frente a otro no ayuda mucho que digamos.
-¿Cenar? Fantástico, ¡conozco un lugar que vende comida genial!
Chanyeol lo lleva a un restaurant francés en algún lugar de Apgujeong. Todo allí es carísimo, pero está seguro de que Baekhyun se merece una buena comida tras aquel recital tan asombroso, así que hizo su tarea con anticipación y le preguntó a Joonmyun por los mejores restaurantes de la ciudad.
Quiere que Baekhyun tenga lo mejor. Baekhyun no encaja con una vida de ramyun, necesita calidad, ¡comida nutritiva de ricos que lo motive a trabajar más duro!
Así que, mientras Baekhyun inquiere sobre el especial del día en la puerta frontal, Chanyeol se escabulle sigilosamente hacia un rincón oscuro y saca su billetera para contar cuántos billetes tiene. La tarjeta de crédito de su noona le fue confiscada tras el descubrimiento y unas desafortunadas circunstancias, así que Chanyeol tuvo que morirse de hambre por tres días para poder ir a tener una cena gourmet aquella noche.
-¿Qué haces?
-¡Ah! -Chanyeol salta y se voltea, volviendo a meter la billetera en su bolsillo en un patético intento por ocultarla de un Baekhyun ceñudo.
-Nada -le asegura antes de arrastrar al más bajo hacia la entrada, donde su camarero los aguarda.
-Chany…
-Estoy famélico por Dios, podría comerme una puta vaca…
-Chanyeol detente.
Dicho hombre grita mentalmente cuando el pianista lo frena. Baekhyun le está lanzando una fulminante mirada; carajo. Las cosas no irán bien a partir de ahora.
Tal vez Baekhyun odie a la gente pobre, tal vez quiera decirle a Chanyeol que no quiere volverlo a ver. Chanyeol quiere llorar.
-Baekhyun, estoy…
-Sabes -interrumpe éste-, me gusta el ddeokbokki más que la cocina francesa.
Chanyeol parpadea. El mundo no ha dejado de girar; Baekhyun sigue de pie frente a él, dándole una sonrisa rara y ya no furiosa. No ha dicho nada acerca de odiar a Park Chanyeol y de no querer volverlo a ver. Todavía.
-¿En serio?
-Duh. ¿Quién te crees que soy, algún bastardo que no ama la comida local?
-¿¡Qué!? ¡Claro que no!
-Entonces vamos. Esta vez yo te llevaré. -Baekhyun no le otorga tiempo para responder antes de tomarle la mano y llevarlo por la calle hacia Myeongdong. Se siente tan cálida aquella sensación extendiéndose por sus venas y arterias y permaneciendo en su corazón por un largo, largo tiempo. Y más tarde, cuando están sentados confortablemente en la acera dejando que la picante tibieza les caliente el cuerpo, Baekhyun estira una mano y le quita a Chanyeol un poco de salsa de chili de la comisura de su boca con su pulgar, antes de insertarlo entre sus labios.
Carajo.
Millones de imágenes vuelan por su mente ahora, y ninguna es apta para niños. No dejan de atacar al pobre Park Chanyeol hasta que está de vuelta en su dormitorio, tras despedir a Baekhyun en su propia habitación. Ni siquiera nota la existencia de Sehun antes de cerrar la puerta del baño y dejar que el agua fría corra.
Si Sehun ha escuchado los sofocados gemidos entre el sonido del agua fluyendo, Chanyeol está eternamente agradecido de que no le preguntara nada al respecto a la mañana siguiente.
La pieza final del viaje de cortejo a Byun Baekhyun de Park Chanyeol comienza a sonar en una buena y perezosa tarde en el aula del piano, donde todo comenzó.
-Ven, siéntate aquí, Chanyeol. -Baekhyun lo llama y palmea el espacio vacío a su derecha en cuanto el muchacho entra a la habitación tras una mañana entera llena de cálculos y trigonometría.
Chanyeol obedece. Se acomoda junto al hombre más bajo y deja sólo el espacio suficiente para que sus brazos se muevan y sus dedos vuelen.
-Seré amable hoy -le anuncia Baekhyun, sonriéndole radiante-; ¿tienes algún pedido?
-La que tocaste cuando nos conocimos por primera vez. La de Sho-pén. Nocturno opus algo algo.
-Chopin, Nocturno en Si bemol menor, Opus 9 número 1.
-Seh. Me gusta…
Pero Byun Baekhyun no espera a que Chanyeol termine de hablar antes de que sus dedos presionen las teclas del piano. Tiene una presencia imponente que circula por el aire a su alrededor, como una colonia muy cara, la mejor. Cuando las primeras notas fa suenan por los pisos de madera y las paredes insonorizadas, el mundo queda en silencio y escucha al hombre devolverle la vida a la música.
Tan cautivador, piensa Chanyeol cuando Baekhyun cambia a medio camino de canción, sutilmente, con el único propósito de tocar algo alegre de Mozart para ambos.
Baekhyun simplemente es tan hermoso, tan perfecto, Chanyeol no conoce los adjetivos adecuados que le harían justicia al chico. Kyungsoo le dice que Baekhyun canta en un dúo con Jongdae, pero Chanyeol piensa que Baekhyun es mucho mejor que eso, Baekhyun es simplemente perfecto. Su existencia es una bendición para el mundo, para el mundo de Park Chanyeol. Chanyeol no sabe cómo pudo sobrevivir veinte años de su vida solo, golpeando rápidos ritmos y viviendo en el mundo en el que el ruidoso heavy metal lo sumerge. Se da cuenta de que le gusta la quiesencia que el piano (que Byun Baekhyun) lleva hacia él.
Quiere despertarse y ver el rostro de Baekhyun cada mañana, quiere reñir por quién se pide primero el control remoto, quiere ir a recitales de piano y sentarse junto a los estirados críticos que creen saberlo todo, sólo para ver a Baekhyun brillar por unos minutos haciendo algo que ama muchísimo.
Chanyeol no sólo quiere todo eso, simplemente quiere todo el tiempo del mundo, y quiere pasarlo enteramente con Byun Baekhyun.
De pronto, la música se detiene. La habitación queda en un mortal silencio. Baekhyun está contemplando a Chanyeol con una rara expresión.
-No te detengas -lo anima éste.
-¡Si no quiere que me detenga entonces deja de verme así! -Baekhyun frunce el ceño.
-¿Mirarte así cómo? -Chanyeol está honestamente perplejo.
-Mirarme como si… como si estuvieras…
-¿Enamorado?
-Sí. -Las mejillas de Baekhyun están teñidas de rosa ahora, y es simplemente adorable.
-Estoy enamorado.
-No, no lo estás.
-Estoy enamorado de ti.
-Chanyeol, no seas estúpido.
Las largas noches investigando sobre música clásica sólo para tener material de conversación, los días que se mató de hambre sólo para poder ir los dos a un elegante y excesivamente caro restaurant, los revoloteantes latidos cuando se paran uno junto al otro en el tren lleno de gente que los lleva a sus casas, los secretos vistazos que se echan el uno al otro… Si ese sentimiento no es amor, entonces Chanyeol no sabe qué es el amor.
-No soy estúpido. -Sonríe, tomando las manos de Baekhyun que descansan sobre las teclas con sus propias manos encallecidas. Son tan suaves, como la pata de un gatito recién nacido. -Estoy enamorado de ti.
El pianista tartamudea avergonzado, volteándose de la mirada de Chanyeol para observar algún rincón al azar del cuarto. Pero Chanyeol lo espera pacientemente; se sienta allí junto a su ¿enamorado?, ¿el amor de su vida?, y contempla cómo el rubor de Baekhyun se extiende desde sus mejillas hasta la base de su cuello.
Tras lo que parece una eternidad, Baekhyun finalmente levanta la mirada y lo ve con vergüenza.
-¿Me amas? -chilla.
-Por supuesto. -Tan. Jodidamente. Adorable.
-Oh.
-Mmjmm.
-Creo… -murmura tras una larga pausa-. Creo que también te… ¡hey! ¿Qu…?
Aquella no es la primera vez que Chanyeol besa a alguien, pero es la primera vez que su corazón late con irregularidad y comienza a bombear sangre hacia todas partes, incluso hacia partes inapropiadas de su cuerpo cuando presiona sus labios contra otros más suaves. Y cuando se aparta, Baekhyun tan sólo estira una mano para entrelazar sus dedos en los suaves rizos y lo jala hacia él para obtener más.
Y más tarde, cuando se separan para rellenar el oxígeno, Chanyeol mantiene cerca suyo al pianista y posa su frente contra la de él. Los ojos de Baekhyun se encuentran cerrados, sus hombros suben y bajan para que el aire suficiente le hinche los pulmones. Algo amargo se ovilla en la tráquea de Chanyeol, quien lo desaloja simplemente cerrando los ojos y dejando que unas silenciosas lágrimas rueden por sus mejillas.
It’s not a bird, not a plane- it’s my heart and it’s goin’ gone away…1
Es hermoso.
Es amor.
1 Canción:
Superhuman, de Chris Brown.