Pareja: Yama pair
Clasificacion: PG13
Sinopsis: Ohno no habla mucho. A Sho no le importa. Conforme pasa el tiempo el amor cambia sus vidas
Fanfic propiedad de
auburn_witch, personajes propiedad de Johnny's Jimusho y de ellos mismos :) Pueden encontrar otras traducciones y fics en español
aquí ¿Alguien más cree que es raro que esté subiendo fics de Sho cuando es el cumpleaños de Nino?
---------------------------------------------------------------------------------
(Parte 1) (
Parte 2)
Te amo
Dos palabras, cinco letras, una frase eterna. Ha sido pronunciada una y otra vez a lo largo de la historia, y probablemente significaba algo distinto para cada persona. A algunos les cambiaba su mundo, a otros los cambiaba a ellos mismos. Y para mí, yo realmente no comprendía la complejidad de esta frase hasta que encontré al amor de mi vida.
Cuando lo conocí era un viernes ordinario.
Había terminado mi última clase del día y llegado a casa. No estaba demasiado cansado y tampoco me sentía como para quedarme en casa, tampoco era que tuviera planes. A decir verdad ese escenario era usual los viernes para mí. Los viernes por la noche tienen la mala costumbre de acercarse sigilosamente hacia mí por detrás, haciendo que me dé cuenta de que quiero salir el resto de la noche media hora después de la hora en la que hipotéticamente debería haberme ido.
Así que me conformaba con checar lo que mis amigos estaban haciendo, y si nada bueno salía entonces miraba una película o algo. Este viernes en particular llamé a Jun primero.
“¿Planes de último momento, Sho-kun?” adivinó cuando atendió la llamada “¿De nuevo?”
“Solo tengo ganas de salir” le dije, tratando de mantener mi voz digna “Entonces, ¿a dónde vas?”
Por supuesto, no pregunte si tenía algún lugar al que ir. Jun-kun siempre tenía planes.
“Una fiesta privada” contestó Jun “En la casa de Nino”
Tuve que pensar un momento antes de recordar de quien estaba hablando
“¿Ninomiya?” corroboré “¿El de la semana pasada?”
“Si, ese” confirmó Jun “Aunque estoy seguro de que podrías acompañarme, mientras no me molestes”
Realmente no conocía a Ninomiya muy bien. Él era uno de los amigos de Jun, aunque en algunos casos similares el que yo también fuera amigo de Jun había conseguido que estuviera bien para mí acompañarlo. Aun así, era difícil saberlo de antemano.
“Aiba va a ir también” continuó Jun.
Bueno, si conocía a Aiba, y creo que conocía a Ninomiya. Al menos un poco.
“Claro, iré” decidí rápidamente.
“Es divertido como realmente no planeaste nada de esto” observó Jun “¿Estás tan desesperado?”
En el caso de Jun, ir a una fiesta significaba dejar la fiesta con alguien, y tener planes de ir a una fiesta quería decir que él ya sabía por quién iba. En mi caso, ir a una fiesta solo significaba ir a la fiesta. No todos tenemos cuerpos perfectos para darnos a la tarea de llevar con nosotros parejas sexuales.
“No” contesté honestamente, molesto “Solo tengo ganas de salir, enserio”
“Bueno, buena suerte” me dijo Jun, haciéndome poner los ojos en blanco a pesar del hecho de que él no podía verme “Veámonos en la estación de autobuses, ¿de acuerdo?”
Y así fue que Jun y yo, en un viernes bastante normal, fuimos a la fiesta de Ninomiya.
Resultó que de hecho estaba bien que yo lo acompañara. Ninomiya me reconoció e incluso me saludó, aunque no tan entusiastamente como a Jun. A juzgar por la deslumbrante sonrisa que Jun le devolvió, no tuve que preguntarme con quien se iba a acostar esa noche.
Ya que Jun y Nino desaparecieron pronto a Dios sabe dónde (créanme, no tenía intención de averiguarlo en mi vida), fui a buscar a Aiba. Él estaba cerca de la mesa de bocadillos y solo un poco borracho, pero no demasiado como para molestarme.
“¡Tienes que probar este dulce!” me dijo entusiasmado, señalando al tazón de algo que parecían diferentes piezas coloridas de gomita “¡Es genial!”
Miré más de cerca, descubriendo que realmente eran pedazos de gomita. Con forma de pez.
“Son gomitas de pez, aunque no como los peces de verdad ya que es dulce hecho de gomita” me explicó innecesariamente Aiba, empujando impacientemente el tazón hacia mi “Vamos, toma una”
Fue cuando estiré mi mano para tomar una cuando ocurrió.
Alguien más se había movido exactamente al mismo tiempo, accidentalmente rozando nuestras manos mientras ambos buscábamos las gomitas del tazón. Retiré mi mano, sorprendido, y levanté la mirada para encarar a la persona a mi lado.
Era un chico. Él había retirado su mano inmediatamente también y ahora estaba sonriéndome incomodo. Recuerdo haber pensado que me gustaba esa sonrisa y, mientras miraba su rostro apropiadamente, pronto me volví parcial a sus rasgos. Él tenía cabello obscuro, algo corto que se veía casi imposiblemente suave, me hacía querer estirar la mano y tocarlo, pero claro no me atreví a hacerlo. Su piel estaba bronceada y era más bajo que yo, aunque no mucho. No estaba usando nada ostentoso, solo jeans y una camiseta con un estampado artístico
Todas esas cosas eran buenas de él, pero lo que realmente capturó mi atención fueron sus ojos. Eran de un precioso tono café y mientras me miraban estaban llenos de emociones. En un rincón de ellos pude ver un resplandor de regocijo por lo que había pasado. También despedían timidez y me decían bastante claro que no sabía que hacer a continuación. Por último, pude ver un indicio de interés en ellos mientras me miraba, una creciente curiosidad mientras echaba un vistazo a mi (igualmente) simple atuendo y a mi (igualmente) sorprendida expresión. Un interés que sin duda estaba reflejado en mis ojos.
En ese momento sentí que mi corazón daba un salto.
Mientras ambos estábamos (demasiado obviamente) revisándonos mutuamente, el silencio se estaba imponiendo. Aiba miraba al chico con curiosidad, finalmente comenzando a darse cuenta de lo que había pasado que había ocasionado que nos congeláramos. Yo, por otra parte, miré al tazón de gomitas de nuevo y después volví a mirarlo a él, dándome cuenta de que ninguno de los dos había conseguido tomar un dulce.
“Lo lamento” le dije educadamente, gesticulando hacia el tazón “Por favor, toma uno”
Su sonrisa se hizo ligeramente más amplia mientras lo hacía, seleccionando un pez rojo y llevándoselo a la boca. Intenté no mirar sus labios separados mientras lo hacía pero estoy bastante seguro de que no lo conseguí.
“¿Están buenas?” le pregunté y ya que asintió con entusiasmo escogí un pez para mí y lo probé “Tienes razón, sabe bien”
“Te lo dije” murmuró Aiba a mis espaldas, pero ni yo ni el chico le pusimos atención.
“Entonces ¿eres amigo de Ninomiya?” verifiqué y el chico asintió de nuevo.
Para este entonces Aiba se había dado por vencido en recuperar mi atención y nos dejó solos. Siendo sincero, estaba fascinado.
“¿Conoces a Ninomiya desde hace mucho?” seguí preguntando, consiguiendo otro asentimiento de parte del chico, su sonrisa nostálgica por un momento.
“Yo conocí a Ninomiya la semana pasada” confesé tímidamente, haciendo reír al chico “Aunque parece una buena persona”
Para mi sorpresa, el chico sacudió la cabeza, sonriendo. Había algo malicioso en sus ojos, algo que con toda claridad me dijo que este chico Ninomiya podía ser bastante molesto si quería.
“Ya veo” dije, devolviéndole la sonrisa “Bien, entonces tendré cuidado de no molestarlo. ¿Algún consejo?”
El chico solo señaló al tazón de peces de gomita, con una sonrisa más amplia.
“¿Le gustan tanto?” pregunté, enarcando una ceja e inmediatamente consiguiendo un gesto confiado en respuesta “Debería decirle a Jun-kun acerca de esto”
El chico pareció confundido ante la mención del nombre de Jun.
“Es un amigo mío” le expliqué con torpeza “Y si no me equivoco, en este momento está con Ninomiya en algún lado. Solos”
El chico parecía entender bastante bien lo que estaba diciendo, pero entonces miró a alguna parte a mis espaldas, frunciendo el ceño. Aun así no le presté mucha atención a eso porque me había cansado de hablar de Jun y Ninomiya.
“¿Cómo te llamas?” le pregunté.
Sin embargo, antes de que tuviera tiempo de contestar, alguien lo llamó al otro lado de la habitación.
“¡Oh-chan!”
El chico miró a mis espaldas de nuevo, suspirando y lanzándome una mirada de disculpa antes de caminar en dirección de la voz. Me di la vuelta para ver a donde iba, distinguiendo a Ninomiya en el otro extremo de la habitación. La ropa de Ninomiya estaba ligeramente desordenada, su cabello despeinado (Jun no se veía por ningún lado) y él era definitivamente quien había llamado al chico. Justo ahora, sin embargo, su mirada era extrañamente sospechosa. Una vez que el chico llegó a él, Ninomiya se giró hacia él abruptamente, su expresión se volvió protectora a su vez.
El chico dejó la fiesta poco después de eso, no sin antes mirarme una vez más, sus ojos claramente decían “sígueme”. Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso siquiera, Ninomiya estaba caminando hacia mí.
“Conociste a Ohno” dijo sin rodeos una vez que me alcanzó, de nuevo con esa expresión sospechosa.
“¿Se llama Ohno?” pregunté tentativamente, sin tener idea de porque Ninomiya se comportaba así y sintiéndome desesperado por saber más acerca de ese chico.
“Ohno Satoshi” me dijo Ninomiya de mala gana “¿De qué hablaron?”
“Peces de gelatina” le dije mientras los señalaba “Y amigos mutuos. Cosas normales”
Ninomiya no parecía pensar que hubiera sido una conversación normal
“¿Oh-chan realmente habló?” preguntó, sonando incrédulo.
Tuve que pensarlo un poco antes de contestar la pregunta. Había hablado con Ohno durante algunos minutos, pero al final tuve que concluir que él no había pronunciado ni una palabra.
“No” respondí después, sin estar seguro de si era importante.
“La cosa es que no puede” me dijo finalmente Ninomiya.
Me tomó un momento entender eso.
“¿Es mudo?” verifiqué, Ninomiya asintió seriamente.
“No seas rudo con él” me indicó Ninomiya, su voz era casi amenazante “No es estúpido”
“Bien, no lo haré” respondí, o probablemente prometí.
Ninomiya solo asintió cortantemente antes de dejarme de nuevo, desapareciendo en otra habitación.
“No hagas que Nino se enoje” dijo una voz familiar tras de mí.
Suspiré mientras me daba la vuelta.
“No estoy intentando hacerlo Jun” le dije molesto, sin sorprenderme de verlo ahí. “Además, Ninomiya probablemente no va a dejar de acostarse contigo solo porque está molesto conmigo”
“Nunca se sabe” murmuró Jun sombríamente.
“Si lo hace, cómprale peces de gomita” le dije a Jun, mi voz era seria mientras señalaba al tazón de dulces.
Jun pareció confundido un momento y pronto pareció darse por vencido en entenderlo.
“Como sea, ¿conociste a Ohno-kun?” me preguntó, cambiando el tema.
“¿Lo conoces?” le pregunté enérgicamente.
“Nino me contó de él” explicó Jun, mirando mi expresión interesada divertido “Es un chico complicado, ¿sabes?”
“Es muy interesante” fue mi respuesta honesta, porque no había comenzado a ver a Ohno de manera diferente a pesar de sus habilidades para hablar.
“No siempre fue mudo” me dijo Jun, parecía que intentara recordar los detalles “Cuando era pequeño solo hablaba muy poco y después dejó de hacerlo. El diagnóstico fue mutismo selectivo, así que de hecho no es incapaz de hablar, pero no lo hace bajo ninguna circunstancia”
“Entonces ¿habla a veces?” pregunté, intentando entenderlo.
“Aparentemente ya no” explicó Jun “No estoy seguro de cómo o cuando se volvió así, creo que Nino lo sabe”
Yo solo asentí, pensativo.
“Si quieres llegar a conocerlo necesitarás aprender lenguaje de señas” señaló Jun, pareciendo totalmente divertido por mi expresión aun intrigada “Como está ahora, ustedes dos nunca serán capaces de comunicarse”
“Eso no es cierto” me descubrí discrepando, frunciendo el ceño “Él ya me ha dicho mucho”
Jun parpadeó, confundido. Yo, por otro lado, miré en la dirección en la que Ohno había desaparecido.
“Necesito irme” le dije a Jun rápidamente “Diviértete con Nino… Oh, espera, ya lo hiciste”
“Ese fue el calentamiento” me dijo Jun con confianza, sonriendo “¿Viste a donde fue Nino?”
Yo solo dejé a Jun en silencio, dejando que fuera a buscar a Ninomiya por su cuenta.
Encontré a Ohno esperando en la puerta del frente y definitivamente mi rostro mostró cuan feliz estaba de verlo. Él, por otra parte, parecía mucho más nervioso ahora que estaba solo conmigo. A pesar de eso me saludó con entusiasmo, claramente pidiéndome que lo siguiera, y entonces comenzamos a caminar por la calle. Era un vecindario tranquilo y Ohno parecía estar vagando sin rumbo. Parecía que me había invitado a dar un paseo.
Ohno continuó mirándome de reojo, el regocijo mostrándose en su rostro a pesar de la ansiedad. Era como si se preguntara si iba a hablarle o no.
“Ninomiya me contó acerca de ti” le dije después de un momento, pensando que él debería saber que yo sabía acerca de su condición.
Él asintió entonces, su expresión se volvió tranquila. Casi demasiado tranquila. Era como si estuviera controlando su expresión con cuidado para no mostrar ninguna clase de temor a cuál había sido mi reacción ante la información de Ninomiya.
“Realmente no me importa que no hables” le expliqué rápidamente “Nunca he sido bueno conversando de cualquier forma, y ahora al menos no tengo que escucharte decirme cuando lo estropee”
Ohno resopló al escuchar eso, intentando desesperadamente de ocultármelo.
“¿Qué, ya lo arruiné?” le pregunté, desconcertado “No es posible…”
Ohno sacudió la cabeza, su expresión era tranquilizadora. Había algo gentil en sus ojos en ese momento.
“Incluso aunque no te importe, a mi si” señalé con una sonrisa, intentando ignorar la forma en que su expresión hizo que mi corazón se acelerara
Justo entonces pasábamos por la parada del autobús. Ohno de inmediato caminó hacia el horario del autobús, señalando la línea 26
“¿Tomarás esa?” verifiqué, él asintió “Yo tomaré la 25. Vivo a once paradas de aquí”
Entonces Ohno señaló al horario de nuevo, indicando una parada especifica.
“Para ti son solo tres paradas entonces” observé “Muy cerca”
Ohno asintió de nuevo, sonriendo.
Nos sentamos en la banca cerca de la parada.
“¿Ya te vas?” le pregunté, dándome cuenta de que probablemente debía haber caminado hasta aquí para irse a casa.
Él dudó un momento, mirándome extrañamente. Entonces sacudió la cabeza lentamente. Sonreí.
“Yo tampoco” decidí, y creí ver su sonrisa ensancharse mientras lo decía
Hubo otro momento de silencio antes de que yo continuara hablando.
“¿Visitas a Nino seguido?” pregunté y Ohno asintió de nuevo “Debe de ser bueno vivir tan cerca entonces. Rara vez vengo a esta parte de la ciudad”
Ohno me miró con curiosidad
“Voy a la universidad” le expliqué “Economía”
Ohno pareció un poco sorprendido.
“Si, solo fallo un poco” admití tímidamente.
Él rió suavemente, casi con ternura. Parecía más cómodo ahora.
“¿Tú trabajas?” pregunté, él asintió.
Me di cuenta de que no ganaría mucho al preguntarle qué clase de trabajo era. Él parecía divertido por mi silencio, sin duda comprendiendo la clase de dilema que tenía.
“¿Es divertido?” decidí preguntar finalmente, él asintió de nuevo “Está bien entonces”
Ohno metió una mano en su bolsillo, sacando su teléfono. Apretó los botones algunas veces y entonces me lo entregó. Al principio estuve seguro de que había escrito alguna clase de mensaje, pero resultó que había comenzado a hacer una nota en su lista de contactos. El teléfono estaba en la parte en que debías poner tu número telefónico.
Miré a Ohno, y mientras lo hacía él intentó ocultar su expresión nerviosa de nuevo. Mirando de nuevo el teléfono escribí mi número en silencio, sin molestarme en verificarlo ya que estaba bastante seguro de que él quería que lo hiciera. Él me había nombrado ‘Chico hablador’.
“De hecho mi nombre es Sakurai Sho” dije mientras le entregaba mi teléfono, pero estaba más halagado que molesto por el asunto “¿Puedo tener tu número también?
Mientras ingresaba su número en mi teléfono, yo estaba comenzando a sentirme más atrevido. Él obviamente estaba interesado en seguir en contacto conmigo, así que si sugería que nos viéramos de nuevo no estaría fuera de lugar. Con suerte.
Al final me decidí por una propuesta franca y directa.
“¿Estas libre mañana?” le pregunté mientras tomaba mi teléfono.
Creo que debí haber intentado demasiado sonar despreocupado y en cambio terminé hablando con un tono desesperado. Ohno se detuvo un momento, mordiendo su labio mientras consideraba su respuesta, pero entonces lentamente negó con la cabeza. Aun así él mismo se veía disgustado
“Entonces, ¿el domingo?” intenté de nuevo, esperando haber entendido correctamente su respuesta y sintiéndome aliviado cuando asintió con entusiasmo, sorprendiéndome con una sonrisa brillante “¡Genial! ¿Podemos vernos de nuevo?”
Otro asentimiento entusiasmado, su sonrisa se volvió tímida de nuevo. De pronto se puso de pie, y al principio me sorprendió, pero entonces él se acercó de nuevo al horario de los autobuses y señalo su parada de nuevo.
“¿Quieres que nos veamos en tu casa?” pregunté, sorprendido, y él asintió.
Quise preguntar ‘¿por qué?’, pero no era como si Ohno pudiera explicarlo.
“Suena bien” dije en su lugar, pero mi voz sonaba insegura y Ohno se rió entre dientes de mí de nuevo. “Entonces, eh, ¿te veré cerca de esa parada? ¿A la una tal vez?”
Ohno asintió de nuevo, su sonrisa era feliz. Yo estaba complacido también, pero había una cosa más que quería aclarar.
En ese momento el autobús número 26 apareció en la esquina. Ohno me lanzó una mirada de disculpa que claramente decía que se tenía que ir
“Está bien” le dije honestamente “Entonces, nos vemos el domingo”
Él me sonrió agradecido y se dio vuelta hacia el autobús, pero necesitaba preguntarle una cosa más antes de que se fuera.
“Entonces ¿es una cita?”
Me gustaría mucho haber hecho la sugerencia de que la llamamos una cita, pero estaba demasiado asustado como para hacer eso. Incluso con esta pregunta mi voz tembló irremediablemente. Aun así necesitaba preguntar.
Ohno se giró hacia mí, su expresión era serena. Había algo parecido al regocijo brillando en el borde de sus ojos mientras se encogía de hombros ligeramente. Entonces subió al autobús sin mirar atrás.
La puerta se cerró tras de él y el autobús partió
“¿Eso que se supone que significa?” pregunté a nadie en particular, sintiéndome ligeramente perdido por su repentina confianza.
Intenté estar molesto por eso y aun así solo pude concentrarme en lo lindas que habían sido las expresiones de Ohno. El obviamente estaba jugando conmigo en ese momento porque había sido perfectamente capaz de responder a todo lo demás que le había preguntado.
“He decidido que esto es una cita” fue la primer cosa que le dije el domingo.
Él solo rió tímidamente, tirando de mi brazo y guiándome en la dirección correcta.
El apartamento de Ohno resultó ser más un taller que un apartamento. Parecía tener al menos tres pinturas en progreso y, a juzgar por el número de pinturas apiladas por todos lados, había estado pintando por bastante tiempo. Estaba sorprendido de lo bueno que era. Realmente había algo único en su estilo, en cómo no intentaba capturar la realidad tal como era sino pintarla a su manera. La manera en que usaba los colores era brillante también. Le dije todo esto, haciéndolo sentir un poco avergonzado pero muy halagado.
Durante las siguientes dos semanas visité a Ohno cada vez más seguido. Mientras más tiempo pasábamos juntos parecía un poco más relajado alrededor mío, aunque no completamente. Cada vez que nos veíamos me aseguraba de llevar un paquete de peces de gomita, y su sonrisa mientras los tomaba era probablemente lo que me hacía seguir comprándolos. También él realmente se los terminaba, así que parecía que Ninomiya no era el único que realmente disfrutaba ese tipo de dulce.
La mayoría del tiempo él pintaba y yo estudiaba. Tomábamos descansos juntos y durante ese tiempo yo hablaba y él escuchaba. Él respondía a su manera, por supuesto, pero nunca me escribía ninguna respuesta aunque tenía bastantes objetos de escritura cerca. Nunca le pregunté acerca de eso, porque no sentía que nuestras conversaciones fallaran mucho. Por la misma razón no pensé en aprender lenguaje de señas. Comunicarse con Ohno no era mucho problema.
Lo que no sabía de él Ninomiya eventualmente fue llenándolo. El trabajo de Ohno era en el almacén de una tienda que vendía suministros de arte. Él se aseguraba de que tuvieran suficientes productos, ordenar nuevos cuando se necesitaba y mantener el lugar en orden. Era un trabajo que no requería mucha comunicación, aparte de formularios de pedido en línea, y también era un ambiente en el que le gustaba estar.
“Si él no tuviera ese trabajo, no sé qué es lo que haría” suspiró Ninomiya con cansancio.
Él y yo estábamos sentados en una cafetería. Como yo continuaba pasando tiempo con Ohno dos semanas después de la fiesta Ninomiya aparentemente creyó necesario hablar conmigo de nuevo. No era que las cosas hubieran ido mal hasta ahora, pero estaba comenzando a descubrir lo protector que era Ninomiya. Aunque ya había pasado por el problema de comprarle peces de gomita antes de que nos viéramos, aun podía sentir que él sospechaba de mí. A parte de eso no había mucho que quisiera preguntarle.
“Jun-kun me dijo que Ohno-kun solía hablar” le informé a Ninomiya, mi voz revelaba mi curiosidad.
“Solía hacerlo, si” confirmó Ninomiya “Nunca demasiado, más que palabras de respuesta y una que otra frase de vez en cuando. Todos pensábamos que era tímido y lo dejamos así”
“Y entonces ¿cuándo cambió?” pregunté.
“No estamos seguros” admitió Ninomiya y esto parecía molestarle “Fue gradual, sucedió poco a poco, y un día me di cuenta de que él no me había hablado para nada en una semana. Cuando intenté hablar con él no pude obtener ninguna respuesta verbal”
Asentí, intentando entender cómo podría haber sido. Al final no pude imaginarlo del todo.
“Tiene mutismo selectivo” continuó Ninomiya “Es una forma muy común de mutismo y esto no quiere decir que no habla por un problema con sus cuerdas bucales o algo por el estilo. Él simplemente no se atreve a hablar. Es psicológico”
“¿Hay alguna razón entonces?” pregunté.
“Tal vez demasiadas” confirmó Ninomiya “Y probablemente ni siquiera él mismo las entienda. Por lo general supone que es por temor a la gente y timidez, y aunque esas razones se aplican a él yo nunca he creído que su timidez lo haya vuelto así. Hemos intentado terapia de diferentes tipos, pero solo han sido una pérdida de tiempo”
“Aunque él parece estarlo sobrellevando” señalé tentativamente “Quiero decir, parece a gusto consigo mismo”
“Si, en general” coincidió Ninomiya “Desde que cambió nunca se ha relajado completamente de la manera en que solía hacerlo, pero no parece que se lo esté pasando mal. Al menos no tiene nada que ver con la depresión”
Asentí, pensándolo de nuevo. Ninomiya me observaba con cuidado, su expresión era pensativa.
“Tú de verdad hablas con él” me dijo, levantando la cabeza con curiosidad “¿Por qué?”
Eso me sorprendió.
“No es como si le estuviera hablando a una piedra” le señalé “Solo porque no responde no significa que deba ignorarlo”
Entonces Ninomiya realmente me sonrió.
“Eso es genial” me dijo, el entusiasmo comenzaba a llenar su voz “La cosa más importante es realmente hablar con él. Yo mismo estoy cómodo con estar en silencio y la verdad es que nosotros no hablamos mucho, así que sería extraño si yo de pronto comenzara a sostener largas charlas con él. Así que es bueno si alguien más lo hace”
De alguna forma, me sentí como si hubiera pasado alguna clase de prueba al responder esa pregunta. Ninomiya se veía un millón de veces más amigable ahora
“¿Y cómo van?” preguntó con expresión burlona “¿Oh-chan me dice que ustedes dos en realidad no están saliendo?”
“No realmente” repliqué incomodo, extrañando repentinamente al viejo y gruñón Ninomiya.
“Pero te gusta” Ninomiya concluyó rápidamente, alzando la cabeza y sonriéndome.
“Eso creo” murmuré entrecerrando los ojos.
“¿Tal vez incluso lo amas?” inquirió Ninomiya audazmente, pareciendo un poco avergonzado mientras yo estaba evidentemente sorprendido “Lo lamento, tal vez estoy preguntando demasiado pronto, ya que solo lo conoces desde hace dos semanas”
Yo solo permanecí en silencio. Definitivamente no había entendido la frase “Te amo” en ese entonces, lo que quería decir que realmente era incapaz de responder, y en retrospectiva creo que Ninomiya sintió mi inseguridad y no me obligó a responder por lo mismo (no por otra razón considerada, conociendo a ese mocoso) Aun así, en ese entonces yo mismo no tenía ni idea de que tan inconsciente era acerca de esos sentimientos.
“¿Intercambiaron números?” me preguntó Ninomiya, cambiando ligeramente el tema pero aun determinado en confirmar todos los detalles.
“Lo hicimos” respondí.
“¿Y qué es lo que te escribe?” preguntó Ninomiya, sonriéndome.
“A decir verdad, siempre son emoticones” le dije, sonriendo mientras pensaba en ello “En momentos al azar también”
Ninomiya parpadeó, sorprendido.
“Él nunca me escribe, ni en mensajes de texto ni en ninguna otra forma” intenté explicar “No sé por qué, solo no nos comunicamos así”
“Raro” dijo Ninomiya, parecía totalmente confundido “Hasta donde sé le escribe a todos los demás”
Ahora fue mi turno de sorprenderme.
“Me pregunto por qué” murmuré, sintiéndome un poco excluido.
“Tal vez es tímido cuando está contigo” sugirió Ninomiya.
“Tal vez” coincidí aunque me sentía inseguro.
“Bueno, aun así se comunican” me recordó Ninomiya, de pronto apoyándome completamente “Solo dale su tiempo”