Mutual Understanding [Yama pair] (2/2)

Jun 16, 2012 15:12

Pareja: Yama pair

Clasificacion: PG13

Sinopsis: Ohno no habla mucho. A Sho no le importa. Conforme pasa el tiempo el amor cambia sus vidas

Fanfic propiedad de
auburn_witch, personajes propiedad de Johnny's Jimusho y de ellos mismos :) Pueden encontrar otras traducciones y fics en español aquí


---------------------------------------------------------------------------------

( Parte 1) (Parte 2)

Ninomiya tenía razón- Ohno y yo si nos comunicábamos. Los días pasaban y, aunque aún no comenzaba a escribirme, comenzaba a darme cuenta cuantas formas de comunicación hay.

Cada vez que me saludaba recordaba el hecho de que Ohno habla Manos. Firmes pero gentiles apretones de manos, sus dedos se sentían cómodos entre los míos. Durante esos momentos tampoco sus ojos estaban en silencio. Estaban, la mayoría de las veces (y con una honestidad sorprendente) diciéndome que a Ohno le gustaba lo que estaba viendo cuando me miraba. Eso me hacía sonrojar violentamente, especialmente cuando Ohno dejaba su mirada caer en mi pecho (y algunas veces incluso más abajo), pero aun así no pude evitar apreciar el cumplido.

Eventualmente descubrí que Ohno no solo hablaba Manos sino también Dedos, su contacto en mi mano o en mi hombro duraba demasiado tiempo, con el tiempo incluso un roce a mi mejilla. En el mismo día en que los dedos de Ohno comenzaron a comunicarse con mi mejilla descubrí que Ohno también sabía hablar Labios. Al principio fueron sus labios rozando con ternura los míos, con toda la ansiedad e incomodidad propios del primer beso.  Poco a poco, sus labios y los míos adquirieron confianza, y pronto nuestros labios hablaban menos educadamente y más apasionados.

Poco después de eso estaba más que feliz de descubrir que Ohno hablaba Lengua igual de bien, e igual de fluido, debo agregar. Su lengua sabía cómo dirigirse a mis labios, mi boca, mi propia lengua, mi cuello e incluso mi clavícula. Ohno era mucho más hábil en este idioma en particular de lo que yo había sido, pero estaba más que encantado de que me ayudara a ampliar mi propio vocabulario.

Por lo tanto, nuestra relación lenta pero seguramente se desarrolló, y, finalmente, comenzamos a salir. Pronto me di cuenta de que mis sentimientos por Ohno-kun se estaban volviendo serios y decidí que no estaría con nadie más hasta que supiera que estaba pasando entre nosotros dos. Aun así, pasó un tiempo antes de que confirmáramos el uno con el otro que éramos un artículo exclusivo.

Irónicamente fue Ohno quien lo trajo a colación.

Había pasado la tarde en su taller ese día, leyendo uno de mis libros, y ahora me estaba preparando para ir a casa. Él me siguió a la puerta como solía hacerlo, pero para mi sorpresa comenzó a prepararse para ir conmigo.

“Sabes que solo voy a la parada de autobuses ¿verdad?” verifiqué y él asintió con calma “Pero puedo ir solo, no tienes que venir”

Su sonrisa de entonces la recuerdo claramente. Era más gentil de cualquiera que hubiera visto antes y sus ojos parecían estar llenos de adoración. Se acercó a mi cauteloso y tomo suavemente mi mano, dándole la vuelta.  Entonces, lenta y muy deliberadamente, colocó su mano en la mía, dejándola descansar ahí. Literalmente ofreciéndose a mí.

El significado tras este gesto estaba tan claro como habría estado de habérmelo pedido en voz alta. Estaba seguro de que él estaba expresando mucho más que su deseo de acompañarme al autobús. La sugerencia estaba en sus ojos también y detrás de eso había una pista de su ansiedad usual. Él esperaba mi respuesta.

Yo estaba demasiado feliz para responder, tomando su mano entre las mías y sosteniéndola firmemente mientras una sonrisa se extendía por mis labios. Aun mirándolo, atraje su mano para besar suavemente el dorso. Aceptándolo.

Segundos después me vi siendo empujado contra la puerta, prácticamente siendo devorado por él, su alivio y felicidad eran evidentes en su beso.

(No es necesario decir que perdí el autobús)

Me sentí absolutamente seguro de nuestra relación cuando (finalmente) regresé a casa ese día. Había sido una comprensión absoluta entre nosotros y por eso no me había molestado en preguntarle verbalmente al respecto. Él era mío ahora, y estaba totalmente convencido de que él había entendido mi reacción también. Por eso no estaba sorprendido cuando Ninomiya me mensajeó más tarde esa noche diciéndome que ‘ya casi era hora’.

Incluso después de que comenzáramos a salir, Ohno continuaba introduciéndome a nuevos medios de comunicación. El día en que Ohno habló por primera vez Caderas no lo olvidaré nunca. Él ya había estado hablando Labios (y Lengua) ese día, y entonces empujó sus caderas contra las mías, presionando nuestras entrepiernas entre sí. La fricción nos hizo gemir a ambos, a pesar de que me sentí increíblemente avergonzado de querer que lo hiciera de nuevo. Afortunadamente, Ohno estaba demasiado cachondo como para avergonzarse.

El mismo día, Ohno habló muchas Caderas y muchos Dedos de muchas nuevas maneras.  Habló por primera vez Dedillo, pasando las puntas de sus dedos por mi pecho desnudo, pellizcando mis pezones y frotándolas contra mi entrepierna. Después de eso, sus dedos tuvieron una discusión con mi trasero, y finalmente su erección habló a su manera, llevando a una muy placentera conclusión.

Mientras nos perdíamos en lo que ahora compartíamos, ciertas acciones y situaciones parecían acumular significados que nunca antes habían tenido. Nuestros besos tiernos, los que dábamos con una delicadeza inimaginable, estaban en vías de convertirse en un sinónimo de la frase “No me dejes”. Los besos más apasionados, los que nos dábamos cuando estábamos a punto de hacerlo, estaban teñidos de deseo desvergonzado y solo podían significar “Eres mío”. Durante los momentos en que nos volvíamos uno y él se movía dentro de mí, todo eso significaba demasiado como para describirlo con palabras.

Después de eso siempre nos acurrucábamos juntos, explorando tiernamente el cuerpo del otro casi con una curiosidad infantil, nuestra fascinación con el otro nunca cesaba. Esos momentos de suaves caricias y risas silenciosas significaban todo para mí. Si tuviera que poner en palabras el sentimiento que compartíamos en esos momentos especiales, entonces la expresión que usaría sería algo como “No sé qué haría sin ti”

Fue por esa época en que me di cuenta de que había algo que no sabía cómo decirle a Ohno. Todo ese tiempo había estado intentando comprender el sentimiento algo burbujeante que compartíamos mientras estábamos juntos, y finalmente había descubierto exactamente lo irremplazable que se había vuelto su presencia en mi vida. Él estaba bien consciente de eso, y sabía lo mucho que me preocupaba por él, pero nunca le había dicho de verdad que lo amaba. No había usado esa frase especial.

Finalmente estaba seguro de eso, sentía que entendía esa frase. Sin embargo, a pesar de que había conseguido llegar tan lejos, no sabía cómo decirlo. Aun le hablaba mientras estábamos juntos, pero las cosas más importantes que quería decirle las expresaba a través de sus idiomas. Eso no me había fallado hasta ahora pero de pronto me parecía difícil pensar en qué hacer para que lo que sentía ahora lo alcanzara.

Así que tal vez no debería haberme sorprendido cuando él se me adelantó.

Cuando lo hizo era un viernes ordinario. Había ido a su casa a cenar y estábamos lavando los platos juntos. Estaba hablando de cómo había estado el día y como había conseguido llegar a la tienda justo antes de que cerrara. De camino a ahí me las había arreglado para ir por el camino equivocado varias veces porque estaba demasiado cansado.

“No es gracioso” lo regañe en broma mientras él fallaba completamente en contener la risa “Yo iba en una dirección y luego regresaba, y las personas me estaban mirando, y algunos niños me señalaban…”

Él sacudió la cabeza, sonriéndome con cariño, sin embargo su ceja enarcada me recordó que yo había sido el que había estado actuando extraño

“Tal vez tengas razón” suspiré, rindiéndome “Oh, y te traje algo”

Dejé la cocina por un momento, regresando a entregarle a Ohno un paquete de dulces. Eran, por supuesto, peces de gomita.

“Te acabaste la última” dije mientras se lo entregaba, sonriéndole “Realmente debes amarlos”

No sé qué le hizo detenerse y pensar en ese momento. Después de todo, era una cosa muy normal el que yo le llevara peces de gomita. Lo había hecho incontables veces y él siempre las había aceptado con una sonrisa. Esta vez, sin embargo, él parecía asustado y miraba el paquete extrañamente. Debió haber sido debido a mi manera de usar la palabra “amar”

Él reflexionó algo por un largo rato y me encontré a mí mismo simplemente mirándolo, recordándome que debía respirar mientras él pensaba. Entonces me miró, y a pesar de que estaba sonriendo, negó con la cabeza.

Por una vez, no lo entendí en absoluto.

“¿No te gustan?” pregunté sorprendido, porque había seguido comprándole peces de gomita desde que nos conocíamos.

Él negó con la cabeza de nuevo, su expresión divertida y un poco tranquilizadora. Sostuvo firmemente el paquete como para decirme que de verdad lo quería. Entonces respiró profundamente, fijando su mirada en mí. Por un momento, él solo me miró muy serio, y me vi esperando que él de alguna manera me transmitiera sus pensamientos. Sin embargo, su siguiente acción me sorprendió mucho más que cualquier cosa que él hubiera hecho antes.

“Gracias”

Si sus labios no se hubieran movido a la par con la palabra nunca lo hubiera creído. Aunque lo había visto decirlo, me encontré a mí mismo mirándolo incrédulo, mi boca ligeramente abierta. Su voz había sido clara, más fuerte de lo que hubiera imaginado, pero también había sido tierna. Él me devolvió la mirada y me pareció que de pronto parecía asustado. Sus ojos recorrían mi cara, el pánico era evidente en ellos mientras intentaba leer mi reacción. Sus manos ahora se aferraban el paquete de caramelos con fuerza, casi con desesperación.

Conseguí respirar hondo, acercándome con cuidado a él, tomando con cuidado su mano. La acaricie suavemente, mis dedos apenas tocándolo, y una sonrisa se extendía por mi rostro mientras lo miraba. Él pareció por fin relajarse un poco, y ahora no parecía estar asustado sino exhausto. Era como si hubiese corrido un maratón, cuando en realidad solo había pronunciado una simple palabra. Le había tomado una gran cantidad de esfuerzo.

Mientras su expresión lentamente se volvía más calmada, pero aun vulnerable, comencé a darme cuenta de que no había estado hablando únicamente de las gomitas. Cuando me miró pude ver una escala completamente diferente de agradecimiento. Era como si no pudiera creer él mismo lo mucho que tenía para agradecer, y me sentía bastante sorprendido del hecho de que yo había sido la inspiración de esos sentimientos.

Fue entonces cuando me di cuenta del verdadero significado tras la palabra que había pronunciado.  Mientras Ohno dejaba caer descuidadamente el paquete de gomitas al piso y sostenía mi mano en su lugar, las abrumadoras emociones en sus ojos eran un vivo retrato de las que yo finalmente había descubierto que albergaba por él. Él no me estaba agradeciendo por algo tan trivial como los dulces, estaba dándome las gracias por mí. Por estar junto a él, por dejar que sostuviera mi mano, por mirarlo como lo estaba haciendo ahora, y por quererlo como era.

Creo que debí haber esperado que Ohno, mi maestro de la comunicación, fuera capaz de decirme que me amaba sin usar esa frase, pero no había esperado que usara ninguna otra palabra para decírmelo. Y aun así, funcionó. Entendí completamente, y aunque me hizo sentir un poco consciente de mí mismo, también me hizo sentir cálido por dentro.

“Yo también te amo” fue mi sincera respuesta.

No pareció sorprendido por el hecho de que no respondí “de nada”. Eso no hubiera encajado en el contexto en absoluto. En lugar de eso me sonrió, parecía ligeramente aliviado. Di un paso adelante para abrazarlo torpemente, sintiéndome de pronto extrañamente incómodo con él. Pasó sus brazos por mi cuello con entusiasmo y besó mi hombro suavemente. Mientras lo sostenía cerca pude sentir su corazón latiendo rápido. Él no se había relajado de nuevo después de hablar.

“Hablaste” dije en voz baja, sintiendo que no podía ignorar ese hecho.

Sentí como asentía. Aún estaba tenso.

“Realmente me sorprendiste” continué, acariciando su espalda gentilmente.

Él no respondió. No estaba seguro de como reconfortarlo apropiadamente, no sabía las razones por las que reaccionaba así. Ninomiya había dicho que probablemente él tampoco lo sabía, así que hacía mucho había decidido no preguntar.

“Escogiste una buena palabra” continué, acariciando su cuello juguetonamente.

Entonces pareció reír levemente, relajándose un poco.

“Si hubieras dicho algo como ‘cable de extensión’ hubiera sido un desperdicio” continué, haciéndole reír en voz baja.

Me hice un poco hacia atrás, mi expresión volviéndose más seria mientras lo veía a los ojos.

“No me molesta que no hables” le dije, sintiendo que era necesario decirlo “Pero me gustó oír tu voz”

Él asintió, parecía que había entendido.

El resto de la noche transcurrió sin novedades, pero decidí hablar de nuevo con Ninomiya. Sin embargo, él me llamó al día siguiente antes de que yo pudiera contactarlo.

“Veámonos ahora” me saludó, su voz sonaba muy emocionada “¡¿Oh-chan dijo que habló?!”

Me encontré con Ninomiya más tarde ese día. Parecía estar de un inusual buen humor de nuevo.

“Entonces, ¿qué es lo que Oh-chan dijo?” preguntó ansioso “Se rehúsa a decirme”

“Es privado” le informé a Ninomiya inmediatamente, pensando que definitivamente Ninomiya no necesitaba saberlo

Ninomiya puso mala cara por un momento, pero no parecía muy molesto.

“Aunque es genial, sea lo que sea” dijo “¿Y qué hiciste entonces?”

“Respondí, creo” le dije brevemente, aun sin dar detalles “Y le dije que creía era genial que hubiese hablado”

“Bien, esos psicólogos con los que fuimos estarían de acuerdo” dijo Ninomiya con admiración.

“Él estaba muy tenso” le expliqué a Ninomiya “Le tomó un poco poder calmarse y pareció exhausto el resto de la noche”

“Aun así es un gran avance” me dijo Ninomiya con entusiasmo “Solo sigue así”

“Realmente no estoy haciendo nada” señalé, incomodo.

“Entonces sigue haciendo nada” suspiró Ninomiya, poniendo los ojos en blanco.

Hubiera respondido, pero el teléfono de Ninomiya comenzó a zumbar. Él revisó la pantalla rápidamente antes de mirarme en señal de disculpa.

“Tengo que irme” me dijo

“¿Una cita con Jun-kun?” intenté adivinar, sabiendo que habían estado en contacto todo este tiempo, aunque no regularmente ni exclusivamente como Ohno y yo.

“Voy a ver a Aiba, aunque solo va a comprarme el almuerzo porque resulta que me debe una” explicó Ninomiya, aunque estaba sonriendo avergonzado “De hecho, me acostaré con Jun-chan mañana”

“Bien, es más de lo que necesitaba saber” suspiré.

Pasó el tiempo, pero Ohno y yo permanecimos juntos. Poco a poco, él comenzó a verdaderamente relajarse junto a mí. De vez en cuando parecía que estaba a punto de decir algo, pero la mayoría de las veces se arrepentía, pareciendo un poco perdido. Hice una promesa de nunca quejarme ni mostrar alguna señal de decepción en esas ocasiones, solo continuaba con mi parte de la conversación hasta que él parecía estar bien de nuevo.

Eventualmente me hablaba de nuevo, pero aún era muy raro. Nunca decía más de una palabra de una vez y se volvía inseguro al momento en que la decía. Hice mi mejor esfuerzo para estar con él y algo en mi expresión asombrada cuando hablaba parecía inspirarlo a seguir intentando.

La primera vez que habló frente a Ninomiya, a Nino se le llenaron los ojos de lágrimas.

No fue sino hasta que me gradué de la universidad y nos mudamos juntos que comencé a darme cuenta porqué mi Satoshi nunca me escribió. Cuando alguien más le hablaba no parecían entender todo lo que  él les estaba expresando sin palabras. Yo había estado tan atento a él desde el principio y ahora era capaz de entenderlo bastante bien, pero con otras personas sus significativas miradas apenas eran suficientes. Nino era capaz de interpretar un poco más que los demás, pero incluso él necesitaba mensajes escritos para entender por completo. Cuando descubrí esto finalmente entendí que Ohno no había estado excluyéndome al no escribirme. En conjunto, yo había sido especial para él.

Aunque en nuestra relación nunca había recaído en mi la comunicación, fui yo el que le pidió que se casara conmigo, y nunca he estado más orgulloso de él que cuando tuvo lugar la ceremonia y él mismo claramente dijo “Acepto”

yama pair, sakurai sho, ohno satoshi, arashi

Previous post Next post
Up