Fandom: Kuroko no Basket.
Claim: Kise/Kuroko. (Aunque es más gen que nada).
Advertencias: AU ubicado en un universo estilo cyberpunk. (Usé un universo de mis originales para esto, pero no hay OCs ni nada acá).
Notas: Hace... meses pensé en hace distintos AUs de KnB, y este fue el primero que escribí. Lo subo ahora para... idk el cumpleaños de mi muso?? No tiene título porque soy floja. Algún día probablemente escriba más de este AU porque qué es escribir un fic AU sin pensar 100000 headcanons para ese 'verse.
Al nacer, todos, incluso los más pobres, recibían un implante gratis del chip que, cuando tuvieran la edad adecuada, les permitiría acceder a un mundo completamente distinto conocido como realidad virtual.
Existían historias acerca de que a aquellos a los que se les quitaba ese chip dejaban de "existir" oficialmente y se los consideraba muertos. Más leyendas urbanas, extremadamente disparatas, decían que aquellas personas desaparecidas eran usadas para experimentos propiciados por distintos centros de investigación y clonación, que eran la mayor fuente de avances científicos en la actualidad.
Kuroko había escuchado aquellas historias, desde luego. Suponía que debían haber personas relacionadas con el bajo mundo que se deshacían de sus chips para asegurarse de ser más difíciles de encontrar, pero era difícil decir si eso tenía algo que ver con experimentos y ese tipo de teorías conspirativas.
La realidad era que él sí había vivido la mayor parte de su vida sin ese chip. El motivo de esto no era muy claro, pero cuando Kuroko cumplió 12 años y sus padres fueron a exigir que le hicieran el debido implante, dijeron que los doctores se habían olvidado de hacerlo cuando su hijo apenas había nacido. Considerando que no era precisamente difícil pasarlo por alto a él, la historia no sonaba tan disparatada.
A él no le importaba particularmente. No le gustaba su falta de presencia, pero no estaba muy interesado en la realidad virtual tampoco, a menos que fuera para comprar libros más fácilmente. Tal vez por el mismo hecho de que había vivido la mayor parte de su vida sin ese tipo de acceso a internet era que no sentía tanto interés en eso como otros. (Por supuesto que, como cualquier niño normal, había tenido su SCG, una especie de teléfono celular que podía tomar -literalmente- la forma de una computadora portátil, pero eso era muy distinto a entrar a la realidad virtual).
Sin embargo, uno de sus amigos, Ogiwara, lo había convencido de que se hiciera un perfil virtual para que pudieran hablar luego de que él tuviera que mudarse. Kuroko sabía que, de otra manera, extrañaría a su amigo cuando éste se fuera, por lo que aceptó.
Y de alguna forma había terminado conociendo a muchas más personas por ese medio. ¿Cómo había terminado hablando con un grupo tan curioso de gente cuando al crear ese perfil sólo había tenido intenciones de comunicarse con uno? Era algo más allá de su entendimiento.
Había poca diferencia entre hablar en la realidad y hablar a través de internet con alguien, pues en ambos casos las personas involucradas podían verse y oírse, y por cuestiones de seguridad los nombres falsos habían sido prohibidos hacía tiempo. Claro que en la realidad virtual uno podía escoger una imagen, voz y escenario a gusto, y ahí radicaba la mayor diferencia con la realidad, pero de otra manera, los chat virtuales habían sido modelados de la forma más similar posible al mundo material.
Lo que, en pocas palabras, significaba que si alguien lo abrazaba en ese mundo virtual, se sentía como si fuera real.
-Kise-kun, por favor suéltame.
-Vamos, Kurokocchi, es sólo un abrazo virtual, no hace falta que te lo tomes tan en serio.
-¿O sea que en la realidad no haces este tipo de cosas?
Kise lo soltó sin dejar de sonreír, pero no respondió la pregunta. En cambio, desvió el tema de manera muy (no) sutil.
-Hablando de eso, ¿te has encontrado con alguno de los demás fuera de la realidad virtual?
Kuroko negó con la cabeza.
-No lo he hecho. ¿Qué hay de ti, Kise-kun?
-Hmm... Conozco a Aominecchi de un club de deportes en el que estábamos antes, y Momocchi siempre estaba con él. A Senpai lo conozco de la escuela... Pero no me he encontrado a nadie que hubiera conocido primero en internet -explicó Kise. Kuroko no pudo evitar pensar que debía ser de una buena familia, porque acceder a cualquier tipo de centro recreativo como uno de deportes no era sencillo para la mayoría-. Midorimacchi vive cerca de donde estoy yo, ¡pero cuando le dije de encontrarnos sólo me respondió "muérete" y se desconectó!
-Suena a algo que él diría.
-¡Es cruel!
-¿No era poco probable desde el inicio que Midorima-kun aceptara?
-¿Tú aceptarías, Kurokocchi? -preguntó Kise, sonriendo de repente y volviendo a cambiar el tema.
-¿Eh?
-A encontrarnos fuera de la realidad virtual. ¿Aceptarías?
Kuroko lo miró sorprendido. Hasta ese momento, de todo el montón de personas que había conocido virtualmente, nadie le había hecho esa propuesta. En general, a la gente no le importaban demasiado los encuentros offline; primero, porque eran difíciles de lograr, y segundo porque la realidad virtual era lo suficientemente cercana a la realidad para no necesitar nada más.
-Kise-kun... ni siquiera sabes si vivimos cerca.
-Pero hablamos el mismo idioma, así que eres de la Quinta Ciudad como yo, ¿cierto?
-La Quinta Ciudad es muy grande. -Kuroko sabía que antiguamente el mundo se dividía en países y continentes, pero con la llegada del Nuevo Orden eso había cambiado. Ahora, en lugar de eso, existían enormes ciudades, cada una de ellas abarcando varios de los antiguos "países".
En pocas palabras, vivir en la misma ciudad no significaba que estuvieran cerca.
Kise dejó su sonrisa, y en cambio adoptó una expresión más bien triste.
-¿No quieres que nos encontremos?
-No es eso -se apresuró a explicar Kuroko-. Me gustaría que pudiéramos encontrarnos, pero no es tan sencillo como lo haces sonar.
-¡No tiene que ser ahora! -Kise volvió a sonreír-. Puede ser... ¿una promesa para más adelante? O algo así. ¿Qué te parece, Kurokocchi? ¿Me prometes que si alguna vez podemos vamos a vernos fuera de la realidad virtual?
No era que Kise hubiese dicho esas palabras con un tono serio, mas tampoco sonaba exactamente como una de sus ocurrencias o bromas habituales. Kuroko se dio cuenta de que el otro realmente, realmente quería que se encontraran alguna vez. Y él también lo quería, a decir verdad.
-...Claro.
Kise sonrió con extrema alegría antes de volver a abrazarlo, feliz de que esta vez no le hubieran respondido con un "muérete". Kuroko sólo suspiró y le dio unas leves palmaditas en la cabeza, como si estuviera tratando con un cachorrito hiperactivo más que con una persona.
-Me gustaría poder encontrarme con los demás también, algún día.
-¡Deberíamos hacerlo! ¡Juntarnos todos! -respondió Kise, manteniendo la alegría.
-¿No seríamos demasiadas personas?
-¡Pero sería divertido!
Kuroko sonrió. Nuevamente no pudo evitar preguntarse cómo había terminado conociendo a tantas personas por ese medio cuando sólo había tenido intenciones de hablar con una... Pero no se arrepentía, realmente.
-Sí... lo sería.