02.1 {Remember December ; Especial}

[fellinggood]

Título: “Remember December”

Comunidad: menteoriginal

Capitulo: Ya se acerca la fecha en que...

Claim: General; leve María/Lucas.

Géneros: Amistad | Humor | Drama.

Nota: Bueno, salió con música, como siempre… Pero, ¿qué puedo decir? Me gusta el capítulo y muchísimo más la historia.


« The rest still unwritten. »

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-       ¡No jodas! - me quejé una vez más mientras entraba al auto. Cerré la puerta y miré a mi mamá.

-       ¿Cómo que “¡No joda!”? - me reprochó arrancando el auto para ir hacia la peluquería a la que íbamos siempre. Bueno… ella y mi estimada abuela, que tenía sentada en el asiento de adelante. - ¡Un día de estos voy a tirar esa computadora de mierda a la calle y vas a dejar de joder con ella!

-       Ok… tranquilízate un poco Pilar, no es para tanto. ¡Hay tiempo de sobra!

-       ¡Para vos siempre hay tiempo! ¿No entendes que hay un montón de cosas por hacer para hoy a la noche y vos, jodiendo con la puta computadora? - continuó retándome y yo miré por el vidrio a los autos pasar con la calle, hacia la misma dirección que nosotros. El este.

-       Esa computadora… - dijo mi abuela haciendo que la escasa paciencia que me quedaba se estuviera yendo para la puta mierda. - No se la tendría que dejar usar por unos cuantos días. No sé para que se la compraste…

-       No te metas abuela - siseé más que molesta. ¡Siempre decía lo mismo!

-       ¿Cómo que no me meta? ¡A mí no me hables así! - me retó.

Rodé los ojos, conteniendo las ganas de matarla allí mismo.

-       Entonces no te metas donde no te llaman.

-       Bueno Maru - me volvió a regañar mi mamá.

Hice una mueca. Siempre era la misma puta cosa. Discutíamos yo y mi mamá, la abuela se mete haciendo que yo la trate mal; y mi mamá me retaba a mí porque no le gustaba que peleara con ella. ¡Esto, ya me estaba dando por los huevos!

El silencio se hizo presente por el resto del viaje y yo me la pase observando el techo gris del auto nuevo que mi madre había sacado por un sorteo en la concesionaria de autos. Era el mismo modelo que el anterior (el cual vendió rápidamente, hace uno o dos meses), salvo que este tenía doble puerta trasera y aire-acondicionado que nos salvaría durante las vacaciones de verano que dentro de muy pocos días iban a comenzar. Y escuchando música de la radio.

Seguramente pasé mucho tiempo en mi mundo pensando e imaginándome lo que podría llegar a pasar esta noche. Este día, era muy especial. Hoy sería el día en que le diría adiós a los monos con los que conviví durante doce años de mi vida. Ya me estaba poniendo triste, nerviosa e inquieta.

-       Maru, baja que ya llegamos - me llamó la voz de mi madre mientras notaba que ya habíamos llegado a destino.

Suspiré y bajé del auto cerrando la puerta.

Caminamos unos poco pasos y mi madre llamó a primera puerta del edificio de nuestra derecha. No paso ni más de cuatro segundos que una chica rubia y un poco regordeta nos abrió la puerta con una sonrisa plasmada en sus labios.

-         ¡Hola, las estábamos esperando! - exclamó saludándonos a medida que pasábamos una por una por la puerta.

La peluquería era pequeña pero acogedora. Había venido un par de veces aquí, y nada había cambiado. Me sentí normal en cierta forma, como si verdaderamente el jodido tiempo no hubiese pasado.

-       Hola, hola, hola. - ¡Oh, había olvidado mencionar que el local pertenecía a dos tipos que eran pareja! ¡No me quejaba de que fueran gays porque de verdad eran muy buenas personas y me agradaban! - ¿Cómo anda nuestra pre-graduada? ¿Lista para estar fashion hoy?

Mierda, gracias por el recordatorio de mí graduación, pensé y solo pude reírme nerviosamente.

-       Cesar, simplemente quiero algo sencillo pero con un aire rockero y tienes que ser femenino - le pido suplicantemente. No quería que se volviese a repetir lo de mi fiesta de quince, quería un peinado sencillo y no algo completamente armado como pasó.

-       Ay Maru, no me das muchas opciones - se queja riendo.

-       Por favor, no quiero tener que irme más temprano de lo que voy a irme de la graduación y solo para lavarme el pelo - me quejo y miré a mi mamá en busca de ayuda.

Ella simplemente niega con la cabeza y se da vuelta para hablar con la manicura sobre lo que me voy a hacer en las uñas.

Bufé quedito, tratando de no explotar y mandar a todos a la mierda misma.

:-.-:

¡Oh mierda, la hora ya había llegado!

Estaba en el baño del salón de fiesta, mirándome en el espejo sin poder creerme que este vistiendo el vestido más perfecto y que ni en mis sueños hubiese imaginado con unos zapatos fabulosos a juego, luciendo un peinado natural pero con una aire rockero y sensual a la vez; y perfectamente maquillada al igual que mis uñas con una manicure perfecta y pintadas de negro. ¡Esto era más que un jodido sueño!

Acerqué mi rostro al espejo y observé mi nariz recta y linda. No podía quejarme de ella, ya la amaba y a mi madre por haberme permitido la cirugía. Luego observe mi rostro, sin ninguna imperfección, sin granitos gracias a los anticonceptivos que me había recetado la doctora. Y por último, mis ojos marrones que denotaban lo jodidamente nerviosa y excitada que me encontraba.

-       Jo-de-me… - susurré a mi reflejo, sin poder creer que lo fuese. Por primera vez en mucho tiempo, me sentía hermosa. Jodidamente hermosa.

-       ¡Mar, por fin te encuentro! - exclamó la voz de Cami y ella apareció tras la puerta del baño, entrando.

-       Perdón… necesitaba un minuto para mí - le contesté mientras inhalaba profundamente aire. - Juro que me cuesta creer que sea la graduación. La imaginé tantas veces y ya la tengo encima.

-       ¿Estás bien? - me preguntó con una sonrisa. - Estas un poco pálida.

-       Mierda Cami, estoy bien. Simplemente estoy nerviosa, la puta que la re mil pario.

La muy zorra, se rió. Juro que si no la quisiera tanto, le hubiera destrozado su lindo vestido de una vez.

-        Tranquila, todas estamos así. No sos la única.

Eso me hizo sentir mejor.

-        Eso es bueno. Ahora vamos antes de que me agarre una combustión espontanea.

Salimos del baño cuando ya nos estaban acomodando en dos filas para poder entrar al salón lleno de nuestros invitados.

-       Boluda, te estábamos buscando - me dijo Josefina a penas nos vio.

Agostina y Agustina estaban a su lado.

-       Solo necesitaba unos minutos para mí - le contesté.

-       Che Mar, mañana todos los del curso nos juntamos a comer un asado. ¿Vas? - dice Agus, mirándome.

Carajo.

-       No puedo, no voy a estar mañana.

-       ¿Por? - me preguntaron las cuatro al unisonó.

No pude evitar reírme.

-       Tengo un vuelo a Londres a las ocho y media de la mañana - les contestó y lo próximo que supe fue que mis amigas gritaron, sorprendiéndome con su reacción.

-       ¡Sos una hija de puta! ¡Tenes una suerte! - exclamó Agostina

-       Yo pensé que al final no ibas, como no comentaste nada - dijo Camila.

Yo reí y negué con la cabeza antes de irme a mi lugar.

Entonces en ese momento, parecía entrar en transe dónde solamente podía hacer lo que ya habíamos ensayado tantas veces. Del brazo de uno de mis compañeros no pude ni maravillarme correctamente sobre la decoración del salón ni de la ceremonia y nada más. Sentía estar en vértigo rodeada de mis compañeras y compañeros. Simplemente no pude asimilar nada hasta que estuve en brazos de mi madre quién lloraba feliz.

La abracé a ella, a mi jodido padre que sorprendentemente estaba presente, a mi abuela que en este momento no la odiaba sino que la amaba, a mi hermano mayor Juan con su nueva novia con quién había empezado la relación hacia un mes y se les veía muy felices juntos (ya había apostado internamente que ella sería la indicada para mi estimado hermano con más de treinta años, era todo lo que le había pedido a Dios mucho tiempo). Y a mis mejores amigas, Angeles, Victoria y María Belén.

-       ¡Estas graduada puta! - exclamó Belén en m oído y yo simplemente me reí mientras la abrazaba.

-       Cállate abierta, que todavía falta la tuya - le dije mientras me secaba las lágrimas de mis ojos. Agradecía que el rímel fuera a prueba de agua.

Odiaba lo putamente sensible que me había vuelto este año, pero no podía evitarlo.

-       ¡Ahora a celebrar! - reí.

La cena fue transcurrida con risas y unos espectáculos muy divertidos. Ni hablar de ese video dónde aparecimos todos con fotos de distintos años, fue lo más vergonzoso de mi vida entera. Aun así, no podía quejarme de lo que estaba viviendo. Era todo lo que siempre quise y en ese preciso instante, en el que me di cuenta que estaba viviendo lo que había soñado por dos años, alcé mi vista al techo y mi mente pronunció esa oración que quise decir desde hacia tiempo: «Gracias Dios por esto, simplemente gracias.»

:-.-:

La fiesta estaba siendo genial. Todos felices, bailando la música de moda, disfrutando con sus familias y amigos y, por supuesto, tomando alcohol. Y si no fuera porque yo estaba con un poco tomada, pero no lo suficiente como para no saber qué hacía o para que mi madre me retase, no estaría afuera con Lucas, quien estaba un poco borracho.

Hablábamos de cualquier cosa, en especial de lo que estaba pasando de la graduación. Estaba todo bien hasta que el muy puto, lo cagó.

-       Esta hermosa - susurró mirándome.

Miré para un lado, deseando poder escapar pero había otro lado que… ¡Por dios, el alcohol me estaba afectando!

-       Gracias - reí nerviosamente mirándolo un segundo y después volver a ver el piso. - Creo… creo que me tengo que ir. Mañana tengo que irme al aeropuerto y…

Y la puta que lo pario, él me estaba besando.

Y si yo no tuviera alcohol en mi cuerpo, no le estaría correspondiendo como lo estaba haciendo en este momento.

Pero, ¡vamos! Simplemente era transar, nada más. Dejarse llevar por un rato.

Sin embargo, sabía que mañana me iba a arrepentir.

Aun así, lleve mis manos hacia su cuello y lo acerque un poco más. Quería probar su sabor amargo y con gusto a alcohol. Sentir como sus manos se deslizaban por mi cintura y me abrazaban.

Y sí, estaba siendo una mierda por jugar con él.