02.1 {Remember December ; Ordinaria}

Mar 01, 2010 20:27


Título/Fandom: “Remember December”

Comunidad: menteoriginal

Capitulo: Me enamoré de...

Claim: General; leve Thomas/Jaymes y María/Lucas.

Géneros: Amistad | Humor | Drama | Angustia | Romance.

Nota: Debo decir que esta historia es mi más secreto place culposo placer culposo.


« La suerte da la vuelta como un amante infiel »

.

-       ¡Qué se vayan a la mierda! - exclamó Josefina con el ceño fruncido.

Como era costumbre o un ritual, estábamos dentro de la cafetería de la estación de servicio ubicada en la esquina derecha de calle Córdoba y Boulevard Oroño. Era nuestro escape después de rendir los espantosos exámenes trimestrales, dejando de lado la preocupación y los nervios por una o dos horas. Agradecía que fuera viernes y eso significaba una sola cosa. Ya habíamos rendido nuestras últimas evaluaciones.

-       Los tipos nunca van a cambiar Jose - le advirtió Agostina comiendo un dorito del paquete que había en el medio de la mesa.

-       Agos tiene razón, Jo - apoyó Camila acomodándose el pelo como de costumbre.

-       ¡Chicas, son profesores! ¡Son unos hijos de puta que están frustrados sexualmente y nos joden la vida a nosotros! - y como siempre, salía yo con mi dulce vocabulario. - ¡Es la puta ley de la secundaria! ¡Es la misma jodida historia de siempre!

Las tres rieron ante lo que dije y yo, debía estar avergonzándome pero ¡joder! ¡Lo que decía era verdad, nadie podía discutírmelo!

-       Pero, ¡que bronca Pérez y su materia de mierda! - se quejó Jose con un tono chistoso. Tomo un poco de gaseosa de su vaso.

Sonreí mientras desatendía un rato la conversación para ver a Guido y Agustina mirando con mucha curiosidad la Cosmopolitan que había comprado atrasada porque me había gastado el dinero que tenía destinado a ella a principio de mes para ir a comer a McDonald con mis amigas.

-       ¡Hey! ¿Qué están leyendo? - les pregunté.

-       «50 nuevas formas de tener el mejor sexo de tu vida» - me contestó Agus levantando la cabeza y sonrió.

Yo conocía esa sonrisa. Era la estúpida sonrisa de «¡Estoy leyendo sobre sexo!». No podía poner esa expresión, es decir, tenía 17 jodidos años y ese tema debía serle común; y no producir algo como pudor o vergüenza o esa típica risita tonta cuando escuchas por primera vez la palabra tabú. ¡Mierda, tenía que madurar!

Wow, wait a minute Mar! ¡Estás hablando de Agus!, me dije mentalmente.

Sin embargo me era imposible porque puede que yo sea virgen y que mi religión considere al sexo como pecado,  pero no me reía como un estúpido adolescente hormonal de trece años.

-       Una Rosa interesadísima en las nuevas posiciones - se burló Guido haciéndome reír.

¡Adoraba a este chico! Podía ser un varón, ósea sexo opuesto, pero podía confiar en él… mucho. Nos sabíamos cubrir muy bien aunque a veces fuera un poco cotilla. Era un buen amigo. Tal vez un poco afeminado pero bueno después de todo.

-       ¡Ay Guido, deja de hablar boludeces! - exclamó sonrojada Agus y empujándolo por el hombro.

-       ¡Cállate Rosa, sí sabemos que querés tener sexo con Moschen! - bromeó Jose.

-       Porque lo va a hacer - traté de no reír más fuerte ante el sarcasmo en la voz de Agos.

-       Moschen, ¡viejísimo eso! - rió Cami.

Agus se mordió el labio sin palabras. La teníamos, ¡tuche!

No aguante más y reí con fuerza arrastrando a los demás conmigo. Estuvimos una media hora más y luego nos despedimos.

Me fui de nuevo al colegio porque quería hablar un rato con los preceptores y despedirme de ellos; y, obviamente, de Matías, el chico de la entrada por Alvear. Era un gran amigo. Así que caminé con Agos y Jose un corto tramo hasta llegar a mi destino mientras ellas seguían hasta la parada del autobús ya que vivían cerca la una de la otra.

Entré a la escuela y saludé a Matías mientras seguía hacia la Preceptoria. Estaba sacando mi celular con los auriculares cuando llegué al patio principal y vi a Gastón, uno de los preceptores y muy querido por mí. Pero lo que me dejó un poco incomoda fue ver quienes estaban allí con él. ¡Oh joder, Lucas y Martín!

No dejé de sonreír y me acerqué a ellos.

-       ¿Qué cuenta Martuki? - me sonrió Gastón. Odiaba que usaran ese diminutivo de mi segundo nombre. ¡Carajo, es María mi nombre nombre! ¡No Marta!

-       Nada, venía a ver qué onda por acá y después irme a casa - le contesté mientras saluda a los tres con un beso en la mejilla.

Traté de no prestar demasiada atención ante la incomodidad que sentí al besar a Lucas en la mejilla. Él era algo así como un ex novio, no había sido un noviazgo como debe ser sino fue una cita, unos poco besos y varias charlas sentimentales entre nosotros pero hasta ahí llegó. Creó que fue por el hecho de que él conto cosas que no debía a gente que no debía. Aun así muy en el fondo, creo que fue de mi parte el hecho de estar enamorada de otra persona aunque Lucas me gustase un poco.

-       Ya extrañas el colegio - dijo Gastón cruzándose de brazos.

-       Obvio, es como mi casa y me da pena terminar la secundaria - admití.

-       Yo estaría feliz de terminar - opinó Lucas haciendo que lo mirase.

-       No sabes lo que decís. Te quiero ver el año que viene - contradije sin dejar de sonreír.

-       Tal vez tengas razón pero yo quiero estar cursándolo ya - habló Martín por primera vez.

-       ¡Eso es obvio, quinto es lo más! - reí dándole la razón.

Gastón se excusó que tenía que ir a terminar de preparar algunas pruebas para entregar a un profesor y nos dejó a nosotros tres charlando un buen rato. Martín fue a buscar su mochila a la biblioteca para después irse con Lucas.

-       ¿Cómo se siente ser casi una egresada? - me preguntó Lucas una vez que estuvimos solos.

-       Un poco triste - le contesté sin mirarlo. - Odio la escuela pero me da cosa saber que ya termino y que tengo que ir a la Universidad. ¡Es una mierda!

-       Sos rara - rió.

Rodé los ojos y lo miré.

-       Decime algo que no sepa - le dije con sarcasmo.

Él solo se limitó a sonreír y me acarició el brazo. Yo sólo pude devolverle la sonrisa y comencé a moverme para acomodar los auriculares alrededor de mi cuello y conectarlo al celular; sin embargo, muy en el fondo, era para escapar a su toque.

:-.-:

Era la tarde y estaba sentada frente a la computadora, debatiéndome entre entrar a google y buscar de él o no. Sabía que había hecho una promesa, la cual era no saber nada de él ni buscar intencionalmente pero no debía sorprenderme en romper mi promesa como tantas veces antes. A veces las noticias eran buenas aunque otras veces no lo eran.

Era masoquista sin lugar a duda o simplemente una estúpida. Pero al fin y al cabo, enamorada. ¿Cómo una persona que ni siquiera conoces en persona pueda tener ese efecto en uno? ¿Cómo podías sentir que estas predestinada a ese inalcanzable y saber que lo tuyo no es solo un enamoramiento platónico sino uno verdadero? ¡Mi vida apestaba!

Las únicas veces que había llorado en el año habían sido acerca del supuesto romance entre él y su coestrella, compañera de reparto, como sea. Habían saltado noticias en que habían confirmado su noviazgo, que era mentira su supuesta relación y no sé que otras porquerías. ¡Me daba tanta bronca! Si estaban saliendo que lo dijesen de una vez ante todo el mundo y punto, yo lloraría como una magdalena y pasaría el resto de mi vida sola. Pero si era mentira, que lo desmintiesen de una puta vez.

Suspiré aún debatiéndome hasta que tipié su nombre en el buscador.

«Thomas Patt» y cliqué sobre «buscar».

Cerré los ojos automáticamente, pidiéndole a Dios que todo estuviese bien. Que no hubiera noticias que alimentasen su supuesto noviazgo.

Pero no tuve suerte. Apenas barí los ojos encontré con el único link de noticias que había hoy.

«Thomas Patt y Jaymes Hills en una cena romántica».

El corazón se me encogió en mi pecho y dejé de respirar por unos segundos. Traté de no llorar aunque por dentro lo hiciese. Me mordí el labio mientras mi lado masoquista hacía que abriese la noticia para leerla en mi patética penuria.

«Tomándose un descanso de las cámaras y del set de filmación, la noche de ayer el galán londinense Thomas Patt y su compañera de reparto Jaymes Hills, salieron a cenar a un bar cerca del hotel donde se hospedan.

Según testigos, ambos compartieron una velada tranquila en la cual conversaron y rieron, disfrutando la compañía del otro. Luego de una media hora, los dos salieron dirigiéndose nuevamente hacia el hotel, ya que como todos sabemos aún siguen la filmación de la película.

Es estas fotos podemos observar a ambos entrando al hotel donde se hospeda el cast de la película. »

No cliqué las fotos para verlas más grandes, simplemente con verlas chiquitas sabía que eran los dos. Ambos sonreían en las fotos y yo, me sentía jodidamente rota.

¡Thomas “bastardo” Patt, siempre la puta historia!

Cerré la ventana de la noticia y abrí una nueva para ingresar a mi cuenta de Twitter.

«I still love to the fucking bastard», escribí y posteé. Luego escribí: «Gym time, maybe I come back later. Bye bye Twitterland ;)»

Cerré la ventana y apagué la maquina. Tomé mi celular y vi que eran las seis de la tarde, así que comencé a vestirme con ropa cómoda para hacer ejercicio durante media hora y asistir a mi clase de spinning de las siete. Necesitaba descargar la bronca y la tristeza en el gimnasio.

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