[TRAD|VIXXfic] Varias parejas { Monsters} (2/5)

Nov 01, 2015 22:03



Caminaron en silencio, manzana tras manzana. Taekwoon no solía ser muy hablador, pero Hakyeon tuvo la impresión de que estaba escuchando en busca de algo.

―¿Puedes oír...?

―No ―respondió Taekwoon―. Pero puedo oler sangre, cerca ―el estómago de Hakyeon se revolvió por ello y caminó algo más rápido.

Taekwoon se detuvo en la boca de un callejón varios bloques antes de HQ, miró su interior en alerta, y Hakyeon tardó unos segundos en darse cuenta. Cuando lo hizo, caminó hacia atrás y se paró a su lado. Respiró profundamente y después dirigió la mirada al callejón, los ojos de búho cosquilleando al volver a la vida.

Había un cuerpo tirado en el suelo, retorcido, copiosas cantidades de sangre le manchaban la ropa, aún roja, todavía húmeda. Hakyeon sintió arcadas y se tapó la boca con la mano mientras apartaba la mirada. No era su primer cuerpo ni de lejos, pero eso…

―¿Ha sido Wonshik? ―preguntó, el sonido acolchado por la mano en la boca. Se tropezó hacia el lado del edificio para apoyarse en él.

Sintió que Taekwoon se adentraba.

―Wonshik estuvo aquí ―dijo con un tono de disculpa en la voz, y Hakyeon volvió a sentir arcadas―. Pero no creo que él hiciera esto.

―¿Hongbin? ―gimió Hakyeon.

―No sé cómo huele Hongbin, pero hay un gran rastro de un segundo vampiro aquí, y... ―Taekwoon se detuvo y Hakyeon lo oyó inhalar―. Y hubo un tercero ―había una frialdad en su voz que Hakyeon no había oído nunca antes.

―¿Taekwoon? ―preguntó, la mano cayó de su boca al incorporarse. Taekwoon apareció a su lado, tirándole del antebrazo para alejarlo del callejón― ¿Qué ha sido eso?

―Reconozco el tercer rastro, tan débil como es ―respondió más secamente de lo normal―. Sé quién ha convertido a Wonshik.

―¿Qué? ¿Quién? ―preguntó, pero Taekwoon no respondió, tan solo siguió andando―. No vamos por el camino correcto.

Taekwoon se detuvo, parecía inquieto.

―El Perdido ha hecho que me gire. Tendrás que seguir el resto tú solo.

―¿Quién convirtió a Wonshik? ―preguntó Hakyeon agarrando el frente de su camisa― ¿Cómo los conoces?

―Preferiría explicarlo después ―respondió Taekwoon, y Hakyeon emitió un sonido indignado―. No te estoy escondiendo nada, lo prometo, es solo que… hay cosas que deben explicarse por completo, y no tenemos tiempo. Sanghyuk te necesita.

Sanghyuk. Sí. Hakyeon asintió aunque no estaba conforme.

―Escúchame ―habló Taekwoon agarrándolo por los hombros. Estaba algo nervioso por su intensidad―. Creo que sé dónde está Wonshik. No podré llegar esta noche, el amanecer está demasiado cerca. Pero intentaré seguirles el rastro mañana por la noche. No debes… no debes mostrar que sabes algo. Sé que quieres decírselo a Sanghyuk, pero no lo hagas en HQ, y no dejes saber a tus superiores que sabes que fue Wonshik. No dejes que sepan tampoco sobre el… el cuerpo. Alguien lo encontrará durante el día. Una vez hayas encontrado a Sanghyuk, debéis volver al campo, actuar como si nunca os fuerais, y volver al amanecer y fingir desconocimiento.

―No soy idiota, Taekwoon ―murmuró Hakyeon. No estaba acostumbrado a que hablara tanto. Entrecerró los ojos― ¿De qué va esto?

―Me preocupa que la reacción del escape de Hongbin te haga daño. No puedo ayudarte durante el día ―dijo Taekwoon, la pura sinceridad en su voz hizo que Hakyeon se sonrojara―. Te veré mañana por la noche después de que… después. Encontraré a Wonshik y a Hongbin por ti, te lo prometo.

―Gracias ―respondió suavemente, sincero hasta los huesos. Se dejó acercarse a él, abrazándolo con fuerza. Se alegraba de tenerlo, incluso después de todo, estaba contento―. Ten cuidado.

Taekwoon se separó, le tomó el rostro entre las manos y le depositó un beso en la boca, reteniéndolo un segundo. Y después había desaparecido.

Hakyeon se tambaleó por el repentino espacio vacío frente a él antes de conseguir recuperar el equilibrio. Aún se sentía algo exaltado, temblando ligeramente, pero se obligó a caminar y después a correr. Mientras corría, su cerebro comenzó a pensar en Wonshik, por lo que debía haber pasado esas semanas mientras Hakyeon se tapaba los oídos y fingía que todo iba bien.

Acalló esa línea de pensamiento por el momento, así como la parte de su cerebro que pensaba en los vampiros Wonshik y Hongbin sueltos. En ese momento, debía preocuparse por Sanghyuk y de HQ. Taekwoon tendría respuestas a la noche siguiente. Partirían de ahí.

HQ estaba en silencio, y todo lo que Hakyeon sabía era que un vampiro acababa de colarse. Sus encantamientos estaban tranquilos mientras pasaba la puerta delantera, las escaleras, la puerta de metal y entraba en HQ.

El pasillo estaba vacío, el edificio en silencio. La respiración de Hakyeon era ruidosa en la tranquilidad. Sacó el teléfono del bolsillo y comprobó la hora. Eran casi las cuatro de la mañana. Los cazadores de patrulla no comenzarían a pasar por ahí para completar los informes nocturnos en otra hora o así. Y, con suerte, con suerte, nadie se daría cuenta de que faltaba Hongbin hasta la noche siguiente temprano, cuando bajaran a darle la bolsa de sangre de cerdo diaria.

Hakyeon llamó a Sanghyuk, quien lo cogió al primer tono.

―Estoy aquí, ¿dónde estás tú?

―Segunda planta, armario del conserje ―susurró Sanghyuk, apenas audible. Su voz sonaba rasposa, débil.

Hakyeon colgó y se marchó, pasó la entrada y se dirigió a las escaleras principales. Entonces se detuvo, escuchó, pero tan solo había silencio también y, por supuesto, Hongbin y Wonshik ya no estaban ahí. La evidencia estaba tirada fuera, muerta y ensangrentada en un callejón. Pero Hakyeon no podía evitar que el vello en su nuca se erizara al bajar las escaleras. No se había sentido tan triste en mucho tiempo.

En el rellano de la segunda planta, pasó por la puerta. Esa era la planta con todos los escritorios, que actualmente estaban vacíos. Hakyeon supuso que debería haber alguien en las distintas oficinas, pero no había nadie en los pasillos para verlo, por lo que estaba agradecido. El suelo bajo aquel era donde estaban las oficinas de los altos mandos, ni siquiera estaban ahí esa noche.

El armario del conserje tenía una puerta delgada, y cuando Hakyeon cogió el picaporte, descubrió que no estaba cerrado. La abrió hacia fuera y durante un instante, parpadeó a estanterías de lejía, lisol y Ajax antes de mirar al suelo y encontrar a Sanghyuk sentado en la alfombra manchada, abrazándose las rodillas contra el pecho mientras lo contemplaba con ojos grandes y vidriosos.

Hakyeon dejó escapar un ligero sonido y se arrodilló para poder tomar a Sanghyuk por los hombros, tambaleándolo levemente.

―Sanghyuk ―lo llamó, los ojos recorrieron su rostro. Sanghyuk estaba tan pálido como el papel, sus ojos y la punta de la nariz rojas y con húmedos manchurrones de lágrimas por las mejillas―. Está bien, Sanghyuk, estoy aquí. Lo siento.

―Wonshik está muerto ―dijo Sanghyuk, las palabras casi tropezadas. No había emoción ni en su voz ni en su rostro. Aún miraba a Hakyeon perplejo.

―Lo sé ―respondió, puso mala cara al sentir que la parte trasera de los ojos comenzaba a picarle―. Pero, Sanghyuk… puede que no lo hayamos perdido aún.

Sanghyuk lo miró parpadeando, lentamente, algo de consciencia volvió a su mirada. Hakyeon le sonrió débilmente, le tocó un lado del rostro y los labios de Sanghyuk se separaron al respirar temblorosamente.

―Es un vampiro ―dijo con voz vacilante, como si creyera que Hakyeon no lo había entendido.

―Sí, lo es, créeme, te creo. Pero también es Wonshik, cabezota e idiota Wonshik. Y podemos superarlo, Sanghyuk, no estás solo, estoy aquí. Puedo… arreglarlo. Vamos ―Hakyeon lo tomó por el antebrazo y tiró ligeramente, alzándolo.

Sanghyuk se apoyó en él con pesadez mientras trastabillaban por HQ, y aún parecía muy indispuesto. Hakyeon se preguntó vagamente si estaba en shock. Probablemente. Al menos ya no tenía ataques de pánico. Agarró el brazo de Sanghyuk con una mano y puso la otra en su otro hombro, acercándolo a su lado.

―Está bien ―susurraba una y otra vez mientras subían las escaleras hacia el primer piso―. Estoy aquí, vamos a estar bien.

Sanghyuk respiraba ruidosamente por la boca y Hakyeon pensó que podría haber vuelto a empezar a llorar, pero no se paró para comprobarlo. Algo parecido a la ira se asentó en su estómago, por encima de la culpa. Wonshik podía estar muerto, pero Hakyeon iba a matarlo la próxima vez que lo viera. Sanghyuk no se merecía eso.

Para Hakyeon fue más fácil respirar una vez estuvieron fuera. El cielo aún estaba oscuro, pero no tanto como antes. Su caminata al apartamento de Hakyeon fue más lenta de lo que hubiera querido. Pero Sanghyuk no podía apresurarse ya que seguía tropezándose.

Al fin, el edificio apareció en su campo de visión y se encontró a sí mismo medio llevando a cuestas a Sanghyuk en sus prisas por llegar. Empujó a Sanghyuk por las escaleras hasta la puerta principal y tiró gentilmente de él al entrar.

Sanghyuk colapsó en el sofá y Hakyeon se lo permitió; fue a la cocina a por un vaso y a por la botella de vodka que guardaba en un  armario. Llenó el vaso hasta arriba, después fue al salón y tiró de Sanghyuk hasta sentarlo.

―¿Qué vamos a hacer, Hakyeon? ―susurró. Su voz aún tenía esa monotonía muerta y horrible y Hakyeon tragó el nudo en su garganta.

―Vas a beberte esto y después a dormir ―dijo con firmeza mientras presionaba el vaso de claro líquido en su mano.

―Demasiado joven para beber ―murmuró, pero, con rigidez, alzó el vaso hasta sus labios y bebió. Rápidamente tosió y puso mala cara.

Hakyeon no pudo evitar sonreír.

―Tan solo por esta vez, está bien.

Sanghyuk dio otro trago y consiguió evitar ahogarse, pero aún puso mala cara.

―Lo dejé entrar, Hakyeon. Lo dejé entrar y no… no hice nada. Dejé que un vampiro entrara en HQ para liberar a otro ―se le quebró la voz y volvió a beber con más pesadez. Cuando alejó el vaso de su cara, continuó―. Me pidió disculpas.

―¿Wonshik? ―Hakyeon inclinó el rostro hacia un lado.

Sanghyuk asintió y después se tambaleó por el movimiento.

―Sí. Dijo que lo sentía y me dijo que me escondiera. Intentaba protegerme, creo ―su voz sonaba suave. Sus ojos se encontraron con los de Hakyeon y este los descubrió rebosantes de nuevas lágrimas―. No di la alarma porque aún lo quiero… No quería que lo mataran. Aunque sea un vampiro, no quiero que le hagan daño ―sollozó y las lágrimas cayeron― ¿Qué he hecho?

―Dejaste a Wonshik entrar y lo dejaste salir ―respondió Hakyeon suavemente―. Tú… ambos queremos a Wonshik. Algunas veces, Sanghyuk, las cosas no son blancas o negras, algunas veces no pueden serlo ―se detuvo―. Estaría mucho más decepcionado si hubieras atacado a Wonshik, si lo hubieras entregado sin pensarlo. No creo… no creo que hubiera algo correcto en esta situación, Sanghyuk, pero estoy muy seguro de que no has hecho algo equivocado.

Sanghyuk lo miró con sorpresa y Hakyeon pellizcó la mano que tenía el vaso de vodka. Obedientemente, Sanghyuk dio otro trago y ya no puso mala cara.

―Cuando Hongbin fue convertido… Wonshik lo aviso. Ambos… encerrasteis a Hongbin ―ahora arrastraba las palabras, salían más lentas.

―Sí ―susurró Hakyeon―. Y me he preguntado últimamente si eso no nos hacía a nosotros también monstruos.

Sanghyuk parpadeó y sus párpados fueron más lentos al alzarse. Hakyeon tomó el vaso de su mano y lo puso en la mesita del café ya que parecía que su agarre se aflojaba.

―Tal vez todos somos monstruos ―murmuró Sanghyuk.

―Tal vez ―accedió Hakyeon recorriéndole el cabello con una mano―. Duerme, estaré aquí cuando despiertes.

Sanghyuk murmuró algo que sonaba a concordancia y Hakyeon lo empujó hasta tumbarlo en el sofá. Sanghyuk se encogió de lado y Hakyeon lo tapó con la manta que cubría la espalda del sofá.

―Gracias, Hakyeon ―farfulló silenciosamente, abrazándose a los cojines―. Me alegro de tenerte.

Le temblaron las manos mientras se peleaba con la manta, pero los ojos de Sanghyuk ya estaban cerrados y no pareció darse cuenta. Una vez la manta cubría con seguridad los pies del menor y su respiración parecía haberse ralentizado, Hakyeon susurró.

―Lo siento, Sanghyuk ―le acarició el cabello una vez más antes de alejarse, los pies caían  ligeramente en el suelo.

Hakyeon salió de su apartamento y cerró la puerta tras él con cuidado. Se pasó una temblorosa mano por el rostro y se forzó a respirar profundamente. Después cuadró los hombros y salió bajo la luz del cielo, volviendo a HQ.

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El apartamento de Jaehwan estaba extrañamente silencioso, las capas de tierra por encima parecían presionar. No ayudaba que los tres se movieran silenciosamente, los pies con calcetines no hacían sonido al caminar por el suelo de mármol. Tras el caos de la noche, el silencio dejaba a Wonshik con una sensación de malestar.

Tomó la mano de Hongbin y lo guió por el salón y el pasillo. Jaehwan los observó marcharse, parecía casi divertido, pero no dijo nada. Se había asombrado de que Wonshik hubiera conseguido sacar a Hongbin de verdad. Wonshik no le dio ningún detalle. Tan solo había sido capaz de hacerlo porque conocía HQ muy bien y porque había traicionado a alguien que confiaba en él. No quería pensar en ello ahora.

Cerró la puerta de la habitación, el pestillo sonó suavemente y eso pareció poner a Hongbin algo nervioso, así que la abrió de nuevo, tan solo una rendija. Tomó el rostro de Hongbin entre las manos con gentileza. Estaba sangriento, manchado con rojez y generalmente mugriento por las calles.

―Necesitas una ducha ―susurró sin querer molestar el opresivo silencio.

Hongbin parpadeó mirándolo sin comprender. Wonshik se preguntó si podía sentir el cercano amanecer. Había sido sorprendentemente complaciente mientras lo guiaban bajo el suelo, especialmente considerando lo estático que había estado por volver a estar fuera. Jaehwan había dicho que podría ser la sangre.

Wonshik soltó a Hongbin y entró al baño. Hongbin era libre de recorrer el apartamento si quería, Wonshik no iba a negarle esa poca libertad. Si abría la puerta principal que daba al exterior, tanto él como Jaehwan lo oirían. Pero Wonshik no pensaba que lo fuera a hacer.

Cuando encendió la ducha pareció casi ensordecedora durante un momento, pero después suspiró de alivio porque el agua golpeando la tina al fin rompía el silencio, liberándolo. Asomó la mirada a la habitación, Hongbin observa alrededor tentativamente, inclinándose hacia delante como si olfateara. Parecía un niño perdido.

―Ven aquí ―dijo Wonshik, y los ojos vidriosos de Hongbin se fijaron en él. Wonshik lo llamó con un gesto y Hongbin se movió hacia él obedientemente. Sus sucias ropas no tenían solución, aunque Wonshik no tenía ningún interés en particular en guardarlas. Pero se daba cuenta de que no tenía ninguna prenda de Hongbin ahí.

Wonshik no había sido capaz de pagar el alquiler de su apartamento, así que había tenido que empaquetar las cosas y llevarlas al suyo propio, donde aún estaban en cajas. En algún momento de la siguiente semana iría a su antiguo apartamento y cogería ropas para él. Por ahora podía llevar las suyas.

―Vamos a quitarte esto ―habló y alargó la mano para tirar de la camisa. Hongbin soltó una risa cuando se la pasó por la cabeza, se le pilló en la nariz y le despeinó el cabello. Wonshik no pudo evitar reírse también. Estaba feliz por tener a Hongbin de nuevo. Incluso si era un Hongbin cambiado de muchas formas.

Wonshik dejó caer al suelo la prenda y se dio cuenta de lo pálido que se había vuelto Hongbin, su piel había cambiado a esa extraña textura que solo la de los vampiros podía tener. La ausencia de tatuajes era sorprendente, aunque Wonshik sabía que había pasado. Los suyos propios habían desaparecido cuando despertó como vampiro. Jaehwan dijo que era una cosa vampírica. Era extraño, ver a Hongbin sin toda la tinta normal, su piel suave y sin marcas.

Hongbin se movió nervioso y Wonshik meneó la cabeza, tiró de los pantalones de Hongbin eficientemente y lo guió hacia delante para que pudiera sacárselos. Metió a Hongbin en la bañera, bajo el chorro de agua, adecuadamente cálido, y Hongbin dejó escapar un sonidito de sorpresa. Después volvió a reír.

―Estás sucio ―comentó Wonshik mientras el agua caía enrojecida―. Siéntate, sienta ―empujó a Hongbin hasta que estuvo sentado, las rodillas arriba para que las desgarbadas piernas pudieran caber.

Wonshik tomó la alcachofa de la ducha y comenzó a frotar a Hongbin. Este lo dejó, parecía disfrutar la sensación de agua caliente. Cuando Wonshik le lavó el pelo, echó la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados. Parecía gustarle tanto la sensación que Wonshik le lavó el pelo dos veces.

―Ha crecido mucho ―murmuró mientras le limpiaba el champú del pelo la segunda vez―. Creo que pronto tendremos que cortarlo. Pero no esta noche ―Wonshik sentía el salir del sol, así que después de enjuagar todo el jabón del cuerpo de Hongbin, cerró el grifo.

Hongbin hizo un sonido de descontento por ello, pero aún así se levantó cuando Wonshik lo guió. Lo secó con una toalla suave, lo que hizo que Hongbin riera un poco más, aunque esta vez fue algo débil. Mientras Wonshik le frotaba el pelo con la toalla, dejó escapar un gran bostezo y después murmuró algo poco claro.

―Yo también estoy cansado ―respondió Wonshik. Por impulso se inclinó y besó la nariz de Hongbin. Este pareció pensar que era algo estúpido.

Wonshik encontró un par de pantalones de deporte y una camiseta para Hongbin, ambos negros para que no se mancharan con futura sangre. Le quedaban bien, las perneras un poco demasiado largas, los hombros un poco justos, pero le valdría.

Hongbin bostezó de nuevo mientras Wonshik lo peinaba con rapidez, los húmedos mechones comenzaban a rizarse al secarse.

―Vale ―dijo riéndose mientras tiraba de Hongbin hacia la cama. Tiró de las sábanas y dejó que Hongbin se subiera antes de volver a colocarlas, arropándolo. Hongbin suspiró contento, se acurrucó y después se quedó quieto.

Wonshik suspiró y le quitó el pelo de la frente. Sabía que estaba sonriendo como un tonto, pero no le importaba. Volvía a tener a Hongbin. Incluso si aún no era él, estaba… feliz, mejor de lo que había estado en esa fría celda. Y eso era suficiente. Que Hongbin volviera a ser feliz era suficiente.

―Voy a llorar ―comentó una voz detrás de él y se giró para encontrar a Jaehwan apoyándose en el marco de la puerta con una bolsa de sangre.

―Chitón ―susurró Wonshik alejándose de la cama para poder acercarse a Jaehwan y amablemente sacarlo de la habitación. Podían hablar en la entrada, donde, con suerte, no despertarían a Hongbin.

Una vez ahí, la puerta de la habitación casi cerrada, Jaehwan le dedicó una mirada que claramente decía que pensaba que era un completo idiota.

―He subestimado tus sentimientos por Loco ―dijo dándole un trago a su bolsa de sangre.

―Morí por él ―le recordó―. Y no lo llames así.

―Loco está loco, y ha matado a dos personas esta noche ―dijo Jaehwan con simpleza. Terminó su bolsa―. Es como un bebé. Un bebé vampiro. Supongo que, de cierta forma, es adorable. Pero, ¿cómo va a ir exactamente el sexo? ―preguntó, tenía rojo entre los dientes al sonreír.

―No va a haber sexo, no con él así ―Wonshik lo miró fijamente.

―Oh ―respondió con simpleza―. Eso es deprimente. Aunque supongo que es mejor para mí. Las paredes son finas y Loco es ruidoso ―si Wonshik aún fuera humano, se hubiera sonrojado; como estaba, fue capaz de mantener una expresión arisca―. Bueno, a pesar de eso, los dos estáis juntos de nuevo, presumiblemente hasta la eternidad. Yupi. Años sin fin de achuchones platónicos.

Wonshik comenzaba a preocuparse profundamente por él, pero a veces se frustraba por lo poco que Jaehwan parecía comprender.

―Espero que te enamores un día ―dijo con suavidad―. Espero que te enamores y te rompan el corazón.

Jaehwan se rió con eso y Wonshik pensó que creía haber escuchado a Hongbin moverse.

―Nunca, no soy de esos. Tú mismo has dicho antes que ni siquiera tengo corazón.

―Mal por ti ―murmuró Wonshik y Jaehwan suspiró.

―No eres divertido ―se quejó. Extendió la mano―. Devuélveme mi amuleto, por favor. Ya no lo necesitas.

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trans, taekwoon/hakyeon, hongbin/wonshik, vampire!au, vixx

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