EXO [Reminiscencia, Parte 1: Luz (de mi vida) (12/17) {Parte 2/2}]

Apr 13, 2015 22:04

Título: Reminiscencia
Parte: Primera, Luz (de mi vida)
AU: Reminiscencia!AU
Fandom: EXO
Pairing: Chanyeol/Baekhyun, Kai/D.O, Suho/Chen
Rating: R
Palabras: 9.365
Summary: Baekhyun soñó. Soñó con las sirenas de las ambulancias, con el calor asfixiante sobre la piel. Soñó con un chico hecho de fuego, con un grito sobre el silencio; con otro hombre, de rostro muy joven y ojos muy cansados, leyendo la etiqueta que alguien le había colocado en el pie.
Y de repente, todo seguía pareciendo un sueño, pero él había abierto los ojos y estaba quieto, de pie, en el lugar en el que había empezado todo.
[Reminiscencia (del latín: reminiscentia)
-Acción de representarse u ofrecerse a la memoria el recuerdo de algo que pasó.
-Recuerdo vago e impreciso]


[Parte 1]

Como era de esperar, Suho regañó a Chanyeol tan pronto como dieron parte de lo que había ocurrido allí.

Los dos habían ido a informar a su líder de todo lo ocurrido - omitiendo, por fin, cualquier referencia a revistas eróticas soviéticas - pero, al finalizar, Suho le había pedido a Chanyeol que se quedase. Desde fuera del salón, Baekhyun había podido oírlos discutir; algo que sonaba peligrosamente parecido a Suho acusando a Chanyeol de entrar imprudentemente en lugares peligrosos, y al otro chico respondiendo en voz baja, arrepentida.

Baekhyun suponía que habría podido oír más a través de la puerta, pero sabía que no habría estado del todo bien meterse en los asuntos del resto, así que decidió resignarse y salir de aquel lugar.

Estaba demasiado agitado aún como para encerrarse en su cuarto a no hacer nada, y tenía demasiadas preguntas en la cabeza como para intentar desahogarse hablando con Luhan, que no iba a poder resolverlas, así que en lugar de eso se dedicó a buscar a Kyungsoo, que estaba leyendo el periódico en la habitación que tenían designada para ello en la primera planta, y que lo observó con una expresión entre incrédula y malhumorada cuando Baekhyun le pidió lo que quería que hiciera por él.

-Hay una biblioteca en este hotel, ¿verdad? ¿Podrías llevarme allí?

Kyungsoo había parecido reacio, pero finalmente había cedido, guiándolo a través de los pasillos del área de servicio calcinada, casi como si lo llevara a ver a Luhan, pero deteniéndose en su lugar delante del enorme boquete quemado en el suelo, observando el agujero oscuro con una mueca de claro desagrado en la cara.

-Hay túneles antiguos allá abajo -le indicó-. La biblioteca está cerca de la entrada, según llegas al primer nivel del sótano. ¿Ves esa escalera de cuerda, la que está colgada ahí? Una vez llegues al fondo, verás un pasillo. Si sigues hacia delante por él e ignoras las puertas cerradas, acabarás llegando a la antigua biblioteca. No tiene pérdida, con tal de que no husmees.

Baekhyun observó la escalera de cuerda que se perdía en las profundidades oscuras del pozo; se preguntó cómo alguien podía haber colocado una biblioteca allá abajo.

-¿No vas a acompañarme? -preguntó, tragando saliva-. Es la primera vez que voy.

-Yo no bajo ahí -respondió Kyungsoo sin más-. No me gusta meterme bajo tierra.

Visto aquello, a Baekhyun no le quedó más remedio que acercarse a aquel pozo horrible él solo y, tras despedirse de Kyungsoo, comenzar a bajar, rogando por no caerse. Gracias a dios, su poder le resultó útil por una vez, porque le permitió no tener que descender a oscuras durante un camino que le pareció interminable.

Finalmente, consiguió posar los pies en el fondo de piedra del pozo y miró a su alrededor, sin entender del todo dónde había ido a parar exactamente. Se encontraba en una especie de túnel, un camino subterráneo con paredes y suelo de tierra y piedra, iluminado por una rudimentaria luz eléctrica en forma de bombillas desnudas que colgaban en cables de las paredes. Todo allí parecía polvoriento, antiguo, mucho más que el propio hotel que había dejado atrás, y el chico no pudo evitar preguntarse qué sería aquello, cuánto tiempo llevaba allí; por qué estaban los dos lugares comunicados.

Había varias puertas de metal cerradas en el fondo del pozo, pero un único camino que seguía, serpenteando, hacia delante, y Baekhyun decidió ser prudente y seguirlo, ignorando también las dos puertas cerradas que encontró a lo largo de éste. Finalmente, el túnel desembocó en una habitación de techo bajo y sin ventanas, con una instalación eléctrica decente y el suelo formado por grandes losas de piedra: la biblioteca.

Todo, hasta donde alcanzaba la vista, estaba cubierto de estanterías. Había libros por todas partes - algunos de ellos nuevos, la mayoría antiguos - tomos de todos los tamaños y colores, clasificados en cada sección por temática, y posteriormente por título. Los había sobre la historia de la Rueda, sobre las clases de monstruos que habían poblado o todavía vivían en aquel mundo, sobre los diferentes tipos de poderes… y, durante un tiempo, Baekhyun no supo ni por dónde empezar a buscar.

No tardó mucho, sin embargo, en decidirse por una sección y comenzar a acarrear tomos, la mayoría de ellos cubiertos de una película de polvo gris, hasta una de las mesas de madera que había descubierto en la parte central de la habitación. Y allí fue donde lo encontró Chanyeol, un período indefinido de tiempo después, con la espalda encorvada hacia delante, los ojos entornados y la nariz prácticamente pegada a las páginas de un viejo libro encuadernado en cuero verde raído.

-¿Qué es lo que estás haciendo aquí? -le preguntó de pronto, y Baekhyun había estado tan ensimismado tratando de descifrar lo que ponía ahí que ni siquiera lo había oído llegar, así que al escuchar su voz dio un brinco sobre su silla de madera.

-¿Yeol?

-Hola. Kyungsoo me ha dicho que habías bajado aquí -sin esperar respuesta, y sonriendo como si el mero hecho de encontrárselo allí fuera muy divertido, Chanyeol se dejó caer en el asiento a su lado y le quitó el libro a Baekhyun para poder observar el título en su cubierta-. ¿”Reminiscentes de Vida: tratado explicativo”? ¿Qué haces leyendo esto? Si la letra es tan pequeña que casi ni se ve.

-Estaba… investigando -sintiéndose un tanto cohibido, Baekhyun recuperó su libro y lo cerró-. Quiero decir… Mira todo lo que ha pasado hoy. Tengo preguntas. Y pensé que, no sé, que tal vez sepa menos que el resto porque tampoco me informo tanto por mi cuenta. Que quizás habría algo útil, ya sabes, aquí.

-¿Y por eso te estás leyendo un tomo sobre Reminiscentes de Vida? Creí que estabas preocupado por Sehun. ¿Qué tiene eso que ver con nada?

-No lo sé -Baekhyun suspiró-. Yixing nos dijo antes que él no tenía nada que ver con el hecho de que Sehun pudiera vernos a pesar de estar vivo, pero creí… No sé, si lo está curando y todo eso… Pensé que tal vez él sí que hubiera hecho algo; que nos haya dicho que no, pero que sea mentira.

-Nah, Yixing no miente -replicó Chanyeol con una sonrisa, y Baekhyun se sintió, al mismo tiempo, más tranquilo y más nervioso-. Es decir, puede que omita información, pero no nos daría datos falsos. Si dice que no ha sido él es que no ha sido él.

-¿Entonces? ¿Qué pasa? Crees que esto que estoy haciendo es una tontería, ¿no?

-Bueno -Chanyeol se rió, y Baekhyun se fijó en que tenía el pelo húmedo y que ya no iba vestido de calle, sino con unos vaqueros gastados y una de aquellas sudaderas viejas que siempre se ponía en casa-. No voy a ser yo quien diga que en esta biblioteca no haya nada sobre lo que nos interesa saber, pero el problema es que es demasiado grande. Puede haber algo, sí, pero, ¿en qué página, de qué libro, de qué sección? Podrías estar buscando durante lo que te queda de vida.

-Así que crees que esto es una tontería -lo acusó Baekhyun haciendo un puchero.

La carcajada que soltó Chanyeol resonó por todo el espacio de la biblioteca desierta.

-Bueno, puede que la misión se nos quede un poco grande, pero podemos intentarlo.

-¿”Podemos”?

-¿Qué quieres que haga con mi tiempo, además de ayudarte?

-Podías, no lo sé, dormir.

-Bah, no lo necesito -tras darle una especie de palmadita amistosa en el hombro, Chanyeol se levantó de donde se había sentado antes y se internó entre las estanterías, tarareando una canción que Baekhyun no logró llegar a identificar. Cuando volvió, no solamente traía un par de pesados tomos, sino también dos bolsas de tela negra-. Toma.

-¿Qué es eso?

-Las guardamos aquí por si alguna vez queremos sacar algún libro de la biblioteca -explicó Chanyeol, que después de entregarle una de las bolsas metió los dos libros que había traído consigo en la otra-. No podemos llevárnoslos en la mano; ya has visto que la escalera es un tanto… digamos que poco práctica.

-¿Y para qué quiero yo eso? ¿Vamos a alguna parte?

Chanyeol se tomó su tiempo en sonreír mucho y hacer una pausa dramática antes de señalar el espacio sobre sus cabezas con un dedo.

-Arriba -declaró-. Había pensado que podemos subir a la azotea, ya sabes. ¿Cuánto tiempo llevas aquí? Puedes seguir leyendo al aire libre.

Baekhyun dudaba mucho que la iluminación de la azotea fuera la más adecuada para leer, pero Chanyeol lo estaba mirando como si hubiese tenido la mejor idea del mundo, y había ido hasta allí para ayudarlo, así que el chico se encontró asintiendo, y bajando los ojos cuando Chanyeol le sonrió todavía más.

--

Hacía tiempo que la noche había caído en la azotea cuando Baekhyun levantó los ojos del libro que había estado leyendo - un viejo tratado sobre los diferentes poderes conocidos en los Reminiscentes a lo largo de los años - y los clavó en la Rueda sobre sus cabezas, que giraba a un ritmo perezoso, constante.

-¿Quién escribe estos libros? -preguntó, rompiendo un silencio que se había prolongado ya durante horas.

Chanyeol dejó de leer, sobresaltado. Había estado iluminando las páginas con fuego - igual que Baekhyun lo había hecho con luz - desde que la oscuridad había caído, y las llamas, tenues y rojas, chisporrotearon sobre sus dedos antes de apagarse.

-Quien los escribía, más bien -concretó-. Antiguos Reminiscentes, de generaciones anteriores, cuando la Rueda no estaba tan inestable y existían más al mismo tiempo. Supongo que no todos luchaban; otros inventaban, o leían, o escribían. Ya sabes, cosas así.

El tomo en las manos de Baekhyun era pesado; estaba lleno de información útil, pero no de la que él necesitaba, o de lo que quería saber.

-Luhan dice que la Rueda está más dañada que nunca, y que eso implica que pueden suceder cosas que no prevemos, que no habían ocurrido nunca -dijo. Chanyeol lo observó en silencio, sentado con la espalda apoyada contra la pared, con el hombro, esperando a que él continuara de hablar, y el chico tomó aire-. Él piensa… que tal vez las cosas anormales que están pasando se deban al desequilibrio. ¿Tú crees… que tal vez por eso ni sepamos ni encontremos nada? ¿Qué quizás todo este asunto con Sehun sea tan raro porque tenga que ver con esto?

Chanyeol cerró los ojos, apoyó la cabeza contra el muro tras él.

-¿Todavía te gusta? -preguntó en un susurró, y Baekhyun no respondió. Había hablado de lo mismo con Luhan antes, pero se sentía incapaz de ponerles voz a sus pensamientos delante de Chanyeol; ni siquiera podía mirarlo a la cara-. ¿Te sigue gustando o lo odias, ahora, por las cosas que ha hecho?

-Yo…

-No lo odies -Chanyeol volvía a tener los ojos abiertos, pero su vista estaba clavada en lo alto, en la Rueda y las estrellas, y Baekhyun no sabía cómo sentirse al respecto-. No ha sido bueno contigo, pero ya has oído a Yixing. Todo lo que le quedaba a ese chico era morir, incluso antes de ser marcado por la Rueda. No me gusta que te haya vendido así, pero puedo entender que tenga miedo.

-¿Miedo?

-A desaparecer. A convertirse en un recuerdo que la gente olvide con el tiempo.

-Pensé que a ti no te caía demasiado bien Sehun -murmuró Baekhyun.

-Y no me gusta -Chanyeol lo miró por fin, con medio rostro iluminado por la luz blanca y plata, tenue, de las estrellas y la Rueda en el cielo-. Pero a ti sí, ¿no? Qué le vamos a hacer.

-A mí no… -todo dentro de la mente de Baekhyun era un caos, y los pensamientos se le evaporaban de entre los dedos. Lo único que sabía con certeza era que estaba volviendo a sentir aquella especie de… ola de irrefrenable ternura hacia Chanyeol, y que el otro chico parecía estar esperando a que él dijera algo para lo que no podía encontrar las palabras-. Voy a… creo que voy a tomarme un descanso un momento -murmuró finalmente, levantándose mientras se sentía como un cobarde-. Necesito despejarme un poco. Estos libros me han dejado la cabeza fundida.

-Suele pasar -replicó Chanyeol con una sonrisa divertida-. Aquí te espero, pues.

Baekhyun había creído que el alejarse de allí - caminar por la azotea, apoyarse sobre el muro exterior para contemplar la ciudad y el cielo, tomar aire durante un momento en una parte de la enorme terraza en la que Chanyeol, desde donde estaba, no pudiera verlo - lo tranquilizaría, pero seguía sintiéndose confuso y raro: por Yixing y su santuario en el hospital, por Sehun y su enfermedad, por Chanyeol sonriéndole en la biblioteca, sentándose en el sofá del apartamento de Sehun aquella mañana y diciendo que ni siquiera recordaba la sensación de besar a nadie.

No supo cuánto tiempo permaneció en aquel rincón, con los brazos apoyados en el muro exterior de cemento frío y los ojos clavados en los rastros de almas que, como polvo de estrellas, subían desde la ciudad a la Rueda. Tal vez hubieran sido meros minutos, u horas enteras, pero cuando recuperó la consciencia de dónde estaba, la vida de la ciudad se apagaba a sus pies, preparándose para un nuevo día, y las luces y el ruido se convertían en quietud y silencio.

Era tarde ya, más de medianoche, y sentía el cansancio asentado en los huesos, en la cabeza. Necesitaba dormir, aunque solamente fuera durante unas horas así que, suspirando, se separó del borde externo de la azotea y regresó al punto junto a la puerta de bajada donde había dejado a Chanyeol.

Una parte de Baekhyun pensaba que el otro chico tal vez se hubiera ido, que se habría cansado de seguir leyendo medio a oscuras y, al ver que estaba distraído, lo habría dejado allí, pero Chanyeol estaba en el mismo punto en donde él lo había visto por última vez, con la espalda contra el muro, un grueso tomo abierto en el regazo y el flequillo oscuro sobre los ojos.

Baekhyun no necesitó un segundo vistazo para darse cuenta de que estaba demasiado quieto como para estar despierto y, al arrodillarse a su lado comprobó que, en efecto, tenía los ojos cerrados.

“¿Qué manía tiene con quedarse siempre dormido en este sitio?” se preguntó, inclinándose hacia delante con una sonrisa para quitarle el libro del regazo. Lo cerró, con cuidado de no dañar las páginas, y posteriormente volvió a centrarse en Chanyeol, alargando una mano con la intención de despertarlo y decirle que, si estaba tan cansado como para dormirse allí, lo mejor que podía hacer era marcharse a la cama.

Había algo hipnótico, sin embargo, en ver a Chanyeol dormir, en observarlo, totalmente tranquilo, sin que el otro chico se diera cuenta de que estaba allí, así que su mano cayó, laxa, antes de que pudiera llegar a despertarlo.

-No odio a Sehun, ¿sabes? Todavía quiero saber, todavía me gustaría poder salvarlo… aunque después de lo de hoy no sé muy bien cómo se puede -susurró, aprovechando que sabía que nadie podía escucharlo-. Lo que ocurre con todo esto es que nada está resultando ser como yo quería que fuese; lo que pasa es que yo…

Como era de esperar, Chanyeol no contestó. En lugar de eso, el otro chico estaba haciendo algo parecido a fruncir la nariz en sueños, y Baekhyun suponía que aquel era su momento para, o bien despertarlo, o bien levantarse y largarse de allí, pero en lugar de eso volvió a quedarse quieto, con una sonrisa tenue en los labios y el pulso martilleándole en los oídos.

Sentía los retazos de agotamiento nublándole el cerebro, la luz de luna cayendo sobre su espalda y tiñendo el rostro de Chanyeol de plata; y el pensamiento ya había acudido a él aquella mañana, sólo durante una centésima de segundo, pero volvió a preguntarse otra vez cómo sería…

“Nadie tiene por qué saberlo, ¿verdad?” dijo una vocecita en su cabeza. No había nadie más en la azotea, Chanyeol no se despertaría, y sólo sería una vez.

Pero aun así dudó. Tomó aire. Titubeó, planteándose seriamente el levantarse y marcharse de allí. Pero finalmente cerró los ojos y lo hizo.

Fue ridículamente sencillo - echarse hacia delante, entreabrir los labios, robarle un beso a Chanyeol mientras estaba dormido.

Y en sí no fue nada, una tontería, apenas un roce durante un segundo, pero separarse fue difícil; mirar al otro chico a la cara luego, también.

-¿No te quejabas de que nadie te había besado en tres años? -murmuró, casi contra sus labios, sabiendo que, de todas formas, el otro chico no podía oírlo-. Bueno, pues ahí está eso. Lástima que no piense contártelo nunca.

Chanyeol seguía muy quieto, y Baekhyun se levantó. Sabía que tenía que haberlo hecho, pero después de lo que había pasado allí, ni siquiera tuvo el valor para despertarlo.
.
[Capítulo 12, parte 1]   [Capítulo 13]

!multi-chaptered, pairing: chanyeol/baekhyun, rating: r, pairing: suho/chen, au: reminiscencia, pairing: kai/kyungsoo, fandom: exo, fic: reminiscencia

Previous post Next post
Up