Ayer me robaron los guantes que tenía en un bolsillo del abrigo. Los había comprado en una tienda de segunda mano hace más de cinco años en Turku, Finlandia; eran unos guantes de piel de color negro un poco viejos pero todavía en buen estado. No fue un hurto por la calle o en algún lugar público, sino en los vestuarios del gimnasio que suelo
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