Piketty, Thomas - Le capital au XXIème siècle

Dec 17, 2016 19:49




Piketty, Thomas - Le capital au XXIème siècle, Éditions du Seuil, Paris, 2013
No acostumbro a comentar libros que no he leído enteros, pero esta vez haré una excepción por una razón de peso. Confrontado a la lectura de este enorme volumen de más de mil páginas, decidí buscar una solución salomónica que resolviera la disyuntiva entre dedicarle unos cuantos meses de mi vida en exclusiva, tiempo del que no dispongo, o renunciar a sumergirme en él, y de esa forma quedarme al margen de la que quizá es una de las obras de investigación y síntesis más relevantes de los últimos años. El camino escogido fue leerme detenidamente la introducción y la conclusión, que en unas 80 páginas resumen relativamente bien el contenido global, y limitarme a hojear el resto, que a pesar de ser sumamente interesante, como pude comprobar, si lo leyera a fondo me restaría el tiempo necesario para dedicarlo a otros libros durante un periodo excesivamente largo. Este auténtico ladrillazo ha encendido pasiones durante los últimos años (la llamada “Pikettymanía”), y también se ha granjeado toda una serie de detractores que señalando determinados errores más o menos fundados en el tratamiento de los datos intentan socavar la solidez de sus postulados. Conviene pues hacerse una idea, por sencilla que sea, del tema de la obra y sus planteamientos concretos, si uno quiere estar al tanto de las frecuentes referencias que a ella se han hecho y hacen en la prensa política actual, y ése fue justo el propósito de un servidor.

La introducción comienza explicando la economía política desde sus orígenes, con Malthus, Young y la revolución francesa, para pasar al principio de escasez de Ricardo, el de acumulación infinita de Marx y la curva de Kuznets. En este último autor se basa Piketty para estudiar la evolución de las desigualdades durante los últimos cien años, a través de fuentes digitalizadas y amplias bases de datos en línea que superan cualquier recopilación de información sobre economía política efectuada hasta la fecha, para concluir que el nivel de concentración de riqueza en la década de 2000-2010 ha vuelto, tras un largo descenso y un nuevo crecimiento, hasta índices similares a los de la década de 1910-1920. Esto sirve al economista francés para destacar la influencia de la política en la economía, distinguiendo entre factores de divergencia y convergencia de la desigualdad. Entre los primeros se sitúan la formación y la educación de los ciudadanos, mientras que la evolución del capital y la acumulación constituyen fuentes de divergencia, que terminan por pesar más a largo plazo, poniendo en peligro la democracia e incluso el propio sistema económico por su carácter insostenible. La divergencia fundamental se expresa mediante la ecuación r (rendimiento del capital) > g (crecimiento), según la cual cuando el rendimiento del capital es superior al crecimiento de la propia economía, se produce un aumento de la desigualdad. Precisamente ése es el fenómeno que ha tenido lugar en Europa y EE.UU. durante las cuatro últimas décadas, que sale a relucir cuando se contraponen las ganancias del capital con los ingresos del trabajo, estos últimos cada vez menos rentables en términos relativos. Desde los años 70, con el principio del declive político e ideológico del comunismo, se dejó de hablar de clases y de reparto, cosa que hasta entonces se había hecho casi exclusivamente de forma ideologizada y dogmática. Es importante recuperar esos términos y ese debate, teniendo en cuenta que actualmente vivimos en el que tal vez sea el mundo más desigual que la humanidad haya conocido.

Le capital au XXIème siècle es fruto de un amplio estudio realizado en muchos países en un lapso temporal más prolongado que todos los que lo precedieron. Aunque su título mencione el presente siglo, en realidad se trata más bien de una historia del capital hasta el día de hoy. A pesar de su metodología y origen académicos, su propósito principal es tratar de ser accesible para todo el mundo y que el público en general pueda entender nociones que no sólo son de vital importancia en el mundo de hoy, sino que, en el fondo, no son tan difíciles de comprender como podría parecer. Piketty también subraya la necesidad de vincular la economía con el resto de ciencias sociales, tratándose de un campo que no pertenece exclusivamente a la esfera de las matemáticas ni las ciencias exactas, en opinión del autor, y que no deja de estar vinculada a todas ellas, que la complementan y enriquecen, empezando por la historia. El tono es didáctico, ameno, y nada complicado, y se desmarca del formato académico clásico por su uso pintoresco de fuentes diversas y heterodoxas, como las novelas de Balzac y Jane Austen para ilustrar las relaciones socioeconómicas en el siglo XIX. Jalonando una prosa sencilla y accesible, los escasos gráficos empleados aclaran más de lo que complican, cosa que los legos o cuasilegos en la materia hemos de agradecer.

La obra está estructurada en cuatro partes, que ahondan en el reparto de los ingresos y el capital partiendo de una perspectiva conceptual, histórica y estructural para buscar el origen y la evolución de los mismos en distintos países y su proyección en las décadas a venir, tratando de sacar lecciones para el futuro, al contrario de lo que algunos han criticado, principalmente desde la esfera anglosajona, más proclive al neoliberalismo, lo que por otra parte no es de extrañar. Hacia el final del libro su autor esboza cómo podría ser un estado social en el siglo XXI, abordando la idea del impuesto progresivo, de impuestos sobre el capital y otras formas de gravamen, analizando distintas variantes y experiencias e introduciendo la cuestión de la deuda pública y la idea de la desigualdad inherente del sistema, un verdadero tabú para muchos de los que se denominan economistas. Hay que agradecer a Thomas Piketty que haya puesto en manos del gran público un instrumento tan sintético y coherente, que permite a una persona de a pie asomarse al funcionamiento de las economías nacionales sin arriesgarse a acabar con dolor de cabeza. Uno de los últimos párrafos del volumen expresa a la perfección la enorme relevancia de este objetivo: Tous les citoyens devraient s'intéresser sérieusement à l'argent, à sa mesure, aux faits et aux évolutions qui l'entourent. Ceux qui en détiennent beaucoup n'oublient jamais de défendre leurs intérêts. Le refus de compter fait rarement le jeu des plus pauvres. (“Todos los ciudadanos deberían interesarse seriamente por el dinero, por su cuantificación y por los hechos y las evoluciones que lo rodean. Aquellos que poseen mucho nunca se olvidan de defender sus intereses. Cuando los pobres renuncian a tomar parte, rara vez actúan a su favor”.)

literatura, mundo

Previous post Next post
Up