Título: Deseo de Libertad
Serie(s): Clover/XXXHOLiC
Palabras: 1363 (con la canción)
Prompt: Suu desea libertad. (pre-canon para Clover, obviamente)
Para:
laurus_nobilisNotas: Segundo fic para el Ficathon 07, espero sea de su agrado ^^... y espero que ningun personaje me haya salido OOC TTU
Una pequeña de cabello corto y blanco se encontraba sentada en la rama de un árbol, sus ojos cerrados y entre sus manos un pequeño pájaro con alas de metal, de él se podía escuchar una suave pero triste melodía, que ella misma cantaba en voz baja.
Quiero encontrar la felicidad...
Quiero encontrar la felicidad...
quiero encontrar la felicidad a tu lado,
quiero convertirme en tu felicidad.
Por eso... llévame... llévame lejos de aquí.
Quiero estar en un lugar distinto,
Tómame y llévame lejos de aquí.
Ya había pasado unos cuantos meses desde que sucedió la muerte de la única amiga que había logrado, de la única persona que le había demostrado que no estaba sola.
-“Pero... estoy sola nuevamente... completamente sola...”
Algo en el interior de la pequeña dolía... no podía comprender completamente esa sensación, pero sabía que tenía relación con que Oruha se hubiera ido para siempre.
Un lugar donde jamás se termine la magia.
Donde los besos duren una eternidad.
Un sueño del cual jamás despertaremos.
Donde la felicidad siempre esté presente.
Llévame,
a esa gran felicidad.
La voz de la pequeña estaba cargada de una infinita tristeza que ella no comprendía. Aquella canción era lo único que le quedaba de su amiga, la única prueba de que, tan solo por unos días, había existido alguien que le quería y le apreciaba.
-“Pero ya nunca más...”
Cerró sus ojos con fuerza llevándose las manos al pecho, abrazando al ave entre las mismas. Solo con un pensamiento, solo con un deseo.
-“Quiero ser libre”
Sus ojos se abrieron, observando hacía arriba, a la parte más alta de aquella jaula en donde vivía.
-“Deseo ser libre...” -Un pequeño suspiro escapo de sus labios, dejando en libertad a la pequeña ave, quien voló a su alrededor y se poso en una rama enfrente de ella.
-“Puedo cumplir eso que deseas” -Se escucho una voz suave, tranquila, claramente de una mujer madura.
Suu miró al ave confundida, ¿esa voz había sido su imaginación?.
-“Puedo cumplirte tu deseo” -Volvió a decir aquella voz que provenía de la avecilla.
La pequeña se extraño, pero no pudo evitar la curiosidad, no pudo evitar volver a interesarte por algo.
-“¿Quién eres?” -Preguntó suavemente, sin saber porque aquella voz le recordaba a Oruha.
-“Una amiga”
-“¿Amiga?”
-“Si, y puedo cumplir eso que deseas, cumplirte el deseo que expresas en esa canción”
La niña se llevo una mano a la garganta... ¿aquello sería verdad o solo un hermoso sueño?
-“¿Podré ser libre?” -Una suave risa de dejó escuchar.
-“Si… aunque tendrías que pagar un precio” -La voz cambio, ahora podía tonarse una leve tristeza, aunque fue solo un segundo- “¿Estas dispuesta a pagar el precio por tu deseo?”
Suu se quedo callada un momento, tal vez dudando, tal vez pensando.
Las aves cantan,
en un lenguaje desconocido
y aunque posean alas,
jamás alcanzarán el cielo.
-“¿Podré ser libre?” -Preguntó, alzando su vista hacia el cielo de la jaula.
-“Sí”
-“¿Ya no estaré sola?”
-“…” -Suu miró al ave con una sonrisa triste... sabía que su deseo era demasiado para poder realizarse- “Ya no lo estarás… dejarás de estar sola, pero eso solo aumentara el precio de tu deseo, incluso... incluso puede que entiendas el sentimiento del cual te hablaba tu amiga”
Una sensación extraña se apodero del interior de la chica... estaba... ¿emocionada?. ¿esperanzada?. No lo sabía, pero era una sensación agradable.
-“Pero... ¿Cómo se que puedo confiar en ti?”
-“Mi trabajo es cumplir los deseos de los demás... tu deseo es muy fuerte, tanto que pudo llegar a mis oídos de un lugar tan lejano, créeme, nunca fallo”
Y Suu le creyó, no supo por que, pero sentía que esa mujer no estaba mintiendo.
-“¿Cómo lo harás?”
-“¿No preguntas antes el precio?”
-“No importa cual sea” -Dijo con voz determinada.
Llévame a un lugar donde jamás estaré sola.
Por eso llévame,
a un lugar lejano y distinto..
La mujer guardo silencio unos segundos, donde claramente pudo escucharse un leve suspiro.
-“Tu poder”
La pequeña parpadeo confundida.
-“¿Mi poder?”
-“A si es... un trébol de cuatro hojas es un ser muy poderoso, tu existencia en si es sorprendente... te concederé tu deseo si me das tu poder”
-“¿Y cómo te lo daré?” -Preguntó mientras veía las paredes de fierros que le rodeaban.
-“En tu mundo tendrás que morir, así tu existencia viajara a otro mundo donde podrás ser libre y una persona común, tu poder vendrá a mi cuando eso suceda... ¿aún así quieres que te conceda tu deseo?”
Suu sonrió ante aquellas palabras.
-“Sí”
-“Entonces es un trato”
Y el ave guardo silencio, tomando vuelo y desapareciendo en las copas de los árboles.
Donde las alas se mojan,
donde los dedos se entrelazan,
donde nuestros cuerpos se derritan
fusionando nuestras mentes.
A los pocos días la pequeña Suu pudo hablar con los Magos, después de mucho dialogar estos le otorgaron permiso de ir al Parque de las Hadas a cambio de que muriera en ese lugar.
La pequeña sonrió ante esas palabras, sabiendo que su amiga había cumplido.
Espero día y noche junto a la puerta, ansiosa de conocer a quien le llevaría a aquel lugar que tanto ansiaba.
Un día, la puerta se abrió y un apuesto hombre entro al lugar y Suu sintió conocerlo de antes.
-“Usted es... ¿La persona que me llevara?”
El hombre solamente asintio, extendiendo su mano para que la chica la tomara entre las suyas, sorprendió al ver la identidad del objeto que tenía que transportar.
-“Si, mi nombre es Kazuhiko Faye Ryu, ¿Y el tuyo?”
-“Soy Suu”
Y sonrió con ternura.
Así que, llévame.
Quiero ser feliz.
No busco tu pasado,
lo que me interesa es saber tu presente.
Lejos, muy lejos de aquel lugar, en otro mundo muy distinto, una mujer de larga cabellera negra y melancólica sonrisa tenía entre sus manos una pequeña ave, con extrañas alas de metal. Se encontraba sentada en la entrada de una bella mansión antigua, a su lado, un pequeño ser semejante a un conejo negro le miraba extrañado.
-“¿Por qué lo hiciste?”
La mujer dejó el ave en un cojín que tenía a un lado para mirar a su amiguito.
-“¿El cumplirle su deseo?” - El pequeño frunció el ceño, al parecer por primera vez no estaba muy contento con la forma enigmática de ser de la mujer.
-“Sabes a lo que me refiero”
Ella solamente se encogió de hombros, alzando la vista al cielo.
-“Eso era parte de su deseo”
-“¿No quería ser libre y ya no estar sola?” -Preguntó extrañado, logrando que ella regresara su mirada y la posara sobre el.
-“Sí, pero inconcientemente también quería conocer ese sentimiento... técnicamente se mataron 3 pájaros de un solo tiro y el precio equivale las tres cosas”
Mokona movió las orejas curioso, para después sonreír grandemente.
-“¡¡Yuuko es genial!!”
-“¡A que sí!. ¡¡Por eso hay que celebrarlo con un banquete!!” -El pequeño ser negro micro animadamente.
-“¡¡Claro!!, le diré a Watanuki que nos prepare mucha comida y saque el Sake!!”
-“¡¡Qué sea del mejor!!”
Rio jocosamente la mujer, observando como Mokona se iba brincando y gritando, siendo acompañado en algún punto por las pequeñas Maru y Moro. Cuando quedo completamente sola su vista regreso a la pequeña ave que dormía placidamente a su lado y su expresión se torno seria.
-“El destino de los mundos últimamente esta recayendo en jóvenes muy valientes” -Su mano se poso en el ave, el cual parecía en aquel momento no tener vida alguna, acariciándolo con suavidad.
Sabía que aquello había sido un deseo muy grande y por lo tanto el precio lo era... pero no era coincidencia que hubiera escuchado el deseo de esa pequeña, no importando lo lejos que esta se encontraba... todo tenía un porque y una razón, sabía que ocupaba el poder de esa niña, o más bien, que su pequeño ayudante lo ocupaba.
Su vista se poso en el corredor que daba a la cocina, donde se podía escuchar como Watanuki alegaba su suerte, la mujer sonrió de medio lado. El momento estaba llegando y al parecer, las cosas se estaban dando bien para ellos.
Tejiendo juntos aquel futuro frágil.
Llévame...
A una eterna felicidad.