Ese día, Harry Potter caminaba por el Londres muggle. Había prometido comprarle una nueva computadora a Draco, quien se había hecho adicto a ellas, al internet y a los fics slash.
Ese mismo día, y a esa misma hora, Eriol Hiragizawa también caminaba por Londres. Buscaba un buen libro y distraerse un rato.
Ambos caminaban por Oxford Street, ambos
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