(no subject)
Hace mucho que no dejo entradas. Y no lo hacia porque no sabia que poner.... Pero luego me acorde que tenia una historia por ahi. La escribi hacer unos meses y de nuevo es KuroganexFay. El titulo original no me gusto. Pienso cambiarselo, pero no se que ponerle...
-Hazme caso- Kurogane alzó la voz ante el abandono del callado mago -No te vayas!!- se apresuró a alcanzarlo.
Fay se detuvo y dándole aun la espalda al ya enfurecido samurai le advirtió - La bruja Dimensional lo advirtió, no?? Dependía de mi si quería tomar de tu sangre y seguir viviendo, si no quiero no lo haré- y prosiguió su camino.
Kurogane envuelto en rabia ante las palabras que acababa de escuchar lo tomo de la muñeca para detenerlo.
-Suéltame- Kurogane lo jalo para que le diera la cara -Porque tanta insistencia, Kurogane…-
De nuevo le había dicho por su nombre completo. Perplejo ante lo que acababa de oir dejo de poner fuerza en la muñeca de Fay y con ventaja salió de la habitación sin decir nada.
Pasando de rabia a desconsuelo en un segundo. Fue en ese momento cuando el samurai se dio cuenta que nada volvería a ser como antes.
Solo habían transcurrido escasos días desde aquel accidente y ya extrañaba a aquel hombre risueño y fastidioso, aquel que se aliaba con Mokona para enfadarlo, aquel que cada día salía con un nuevo apodo.
Lo extrañaba tanto como extrañaba a sus fallecidos padres, quería que regresara, que todo fuera como era, pero sabia que eso no pasaría jamás.
-Hazme caso- Kurogane alzó la voz ante el abandono del callado mago -No te vayas!!- se apresuró a alcanzarlo.
Fay se detuvo y dándole aun la espalda al ya enfurecido samurai le advirtió - La bruja Dimensional lo advirtió, no?? Dependía de mi si quería tomar de tu sangre y seguir viviendo, si no quiero no lo haré- y prosiguió su camino.
Kurogane envuelto en rabia ante las palabras que acababa de escuchar lo tomo de la muñeca para detenerlo.
-Suéltame- Kurogane lo jalo para que le diera la cara -Porque tanta insistencia, Kurogane…-
De nuevo le había dicho por su nombre completo. Perplejo ante lo que acababa de oir dejo de poner fuerza en la muñeca de Fay y con ventaja salió de la habitación sin decir nada.
Pasando de rabia a desconsuelo en un segundo. Fue en ese momento cuando el samurai se dio cuenta que nada volvería a ser como antes.
Solo habían transcurrido escasos días desde aquel accidente y ya extrañaba a aquel hombre risueño y fastidioso, aquel que se aliaba con Mokona para enfadarlo, aquel que cada día salía con un nuevo apodo.
Lo extrañaba tanto como extrañaba a sus fallecidos padres, quería que regresara, que todo fuera como era, pero sabia que eso no pasaría jamás.