Todo era paz antes de que el teléfono sonara.
-¡Doitsu, Doitsu, quise probar un hot dog y cómo sabía mal América me secuestró!-
Aquella situación se repetía constantemente. Colgó y se dedicó a seguir con su trabajo. Ya lo regresarían. Porque nadie podía soportar al Italiano. Sólo él tenía los nervios para quererlo tal cual era.
Tocaron a
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