← AnteriorLa espontaneidad lleva a Sehun de vuelta hacia la banca al otro lado de la calle. Llega a pie, con las manos en los bolsillos, pateando grava invisible. Quiere ver a Luhan. Es un deseo trivial revoloteando entre el aburrimiento y el afán. Pero Luhan no está allí, no un domingo. Sehun observa a las motocicletas pasar por entre camiones de
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