Título: Las alas de un esclavo.
Autor:
yukojudithzzSpoilers: Hasta la 6 temporada, principalmente por los personajes pero no creo que se desvele ningún detalle importante.
Rating:NC-17
Warnings: AU/AR, contenido sexual.
Fandom: SPN (Supernatural)
Pairing: Dean/Castiel (Destiel)
Summary: Dean se prepara para recuperar el Colt.
Disclaimer: No son míos y no gano nada con ellos.
Notas: Supongo que no había subido estos capítulos porque no tuve tiempo, porque hace ya unos meses que los subí en fanfiction pero quizás es porque mi lj lo tengo un poco olvidado.
Capítulo 12. Capítulo 13.
Dean revisaba libro tras libro intentando encontrar una forma de poder matar a un demonio sin usar las armas, era algo mucho más difícil de lo que parecía y eso era ya decir mucho. Llevaba encerrado en casa de Bobby una semana y cada día que pasaba Dean se desesperaba un poco más, quería buscar a su hermano no perder el tiempo con la nariz metida entre libros. Castiel pasaba casi todo el tiempo con ellos pero hacía escapadas esporádicas para traer ropa limpia a Dean o hablar con los demás implicados en aquella historia. Chuck se pasó un par de veces, trayéndoles comida y cervezas, Dean agradecía aquellos gestos sobretodo cuando añadía tarta de manzana a la mezcla, aparte ver una cara que no fuese la del ángel o Bobby era de agradecer. En la noche del octavo día Dean se dejó caer sobre el sofá de la sala de estar, tenía un dolor de cabeza horrible y sus ojos apenas podían mantenerse abiertos, casi no había dormido en los últimos días y las letras en idiomas extraños se le agolpaban en la cabeza, embotando sus sentidos. Castiel se acercó a él de forma imperceptible y el humano apartó el brazo que tenía sobre el rostro para bloquear la luz de la bombilla que le dañaba los ojos.
-Deberías ir a dormir.- susurró Castiel, sentándose a su lado y acariciando su brazo con demasiada delicadeza. Dean se incorporó y miró al ángel mientras se pasaba la mano por la cara intentando apartar el cansancio de su ser.
-Estoy bien, sólo media horita de descanso, un par de analgésicos y estaré como nuevo.- Castiel tomó la mano del hombre y la apartó de su rostro cambiándola por la suya. El ángel negó con la cabeza mientras hacía que la cefalea de Dean desapareciese con el simple roce de sus dedos.
-No era una sugerencia, era una orden.- el humano hubiese jurado ver una sonrisa en los labios de Cas mientras pronunciaba esas palabras.
-Está bien.- Quizá fuese el cansancio pero Dean rodeó el cuello de su amo con los brazos y lo atrajo hasta sí.- ¿Vienes conmigo?- Susurró contra los labios del ángel, besándole afectuosamente.
-Yo no tengo sueño, seguiré ayudando a Bobby mientras tú descansas.- Dean gruñó ante la candidez del ángel.
-Cas, no estoy hablando de dormir.- Dean pasó sus manos por el pelo ya alborotado de Castiel mientras besaba su mandíbula.- Quiero sexo.- susurró poniéndose en pie y tomando las manos del ángel.- ¿Porqué no vamos arriba y nos divertimos un poco?- el ángel no era capaz de mirarle a la cara mientras aún permanecía sentado en el sofá.
-No creo que sea el momento adecuado. Bobby está…-
-Bobby está ocupado y podemos usar la habitación de invitados, he estado durmiendo ahí toda la semana, bueno, lo poco que he dormido, no creo que le importe que liberemos un poco de tensión.- Dean tiró de las extremidades del ángel pero este siguió sin moverse a lo que el humano contestó frunciendo el ceño.- ¿Qué te pasa Cas? Pensaba que entre tú y yo había algo…- el humano no se atrevía a hablar de sentimientos pero al menos estaba seguro de que había atracción física entre los dos y Dean se moría por darle rienda suelta de una vez por todas.- ¿Es por lo de la última vez, por dejarte encerrado en el coche? Te aseguro que esta vez voy a comportarme y te lo compensaré.- Castiel seguía sin mirarle y el humano comenzaba a impacientarse.- Vale, me haré un trabajito rápido en el baño.- dijo resignado, intentando soltarse de las manos del ángel que ahora le tenían preso.- Suéltame Cas.- dijo algo molesto, pero el ángel no le prestó atención.
-No es que no quiera Dean pero…-
-No tienes porqué darme excusas Cas, ya lo he captado.- Castiel se levantó y besó al humano en los labios brevemente.
-Duerme, hablaremos cuando despiertes.- lo que menos quería Dean era hablar, eso era todo lo que hacían, hablar, leer, investigar pero nunca había acción, se encogió de hombros resignado y las manos del ángel le soltaron.
-Despiértame en unas cuatro horas y si hay novedades no esperes, ¿de acuerdo?-
-De acuerdo.- Castiel vio como Dean subía las escaleras con la cabeza gacha y los hombros abatidos. Decidió que era una pésima idea malgastar el tiempo encerrado en el baño, ya ni siquiera estaba de humor para eso, así que se encerró en su habitación y tan pronto como se quitó los zapatos y su cabeza se posó sobre la almohada el sueño cayó implacable sobre él sin darle oportunidad de combatir.
Probablemente no habían pasado más de diez minutos cuando la voz áspera y profunda del ángel le trajo de nuevo a la realidad. Dean abrió los ojos con dificultad, el sueño aún pegado a ellos, y se incorporó en la cama. Miró el reloj que Bobby tenía sobre la mesita, habían pasado seis horas.
-Dean, hemos encontrado algo.-
Cinco minutos después Dean estaba sentado en la sala de estar memorizando una especie de exorcismo.
-¿Estáis seguros de que esto va a funcionar? Me parece una estupidez.- Dean releyó un par de veces el cántico que Bobby había encontrado en uno de sus libros y se dejó caer en el respaldo del sofá.
-Créeme, funciona, lo he usado un par de veces, hace muchos años de eso, lo había olvidado por completo, menos mal que estos nunca me fallan.- dijo Bobby golpeando uno de los tomos que descansaba sobre la mesita que había frente al sofá.- Será mejor que prepare café, esta noche tienes mucho que estudiar.- se levantó con lentitud y se encaminó a la cocina a preparar la cafetera. El humano que quedaba en la sala se quedó mirando a Castiel con una ceja levantada y un gesto dubitativo en el rostro.
-Funcionará Dean, no debes preocuparte por eso, lo difícil será encontrar una manera de que no escape o te ataque mientras estás realizando el exorcismo. Alastair es un demonio poderoso, no será fácil.- Castiel tenía una taza de té entre las manos y la apretaba con demasiada fuerza, Dean podía ver los nudillos del ángel volverse aún más blancos de lo normal con la presión que estaba ejerciendo sobre el recipiente.
-Tranquilo Cas, sé cuidarme sólo.- el humano le sonrió y frotó su mano contra el hombro del ángel.-No tienes porqué preocuparte por mí.-
-Sí tengo porqué Dean, no es que no confíe en tus capacidades es sólo que Alastair es peligroso y tú estarás a su merced.- Dean no admitiría nunca en voz alta que la forma en que el ángel se preocupaba por él le resultaba tremendamente adorable. Sentir que le importaba tanto a alguien le llenaba de una extraña sensación de calidez y a la vez le daba miedo, tenía miedo de perder aquella sensación, de defraudar a esa persona. Dean se inclinó sobre Cas y rozó los labios de aquel ser, apoyando después su frente contra la del ángel.
-Volveré sano y salvo.- susurró intentando sonreír.- Además, tú estarás cerca.-
-Pero no podré entrar Dean, Alastair tiene la casa llena de sellos, no puedo traspasarlos.- Dean suspiró y acalló las palabras de Castiel con otro beso.
-Ruby y Meg estarán contigo, ellas sí pueden entrar si fuera necesario. Pero no lo será.- la entrada de Bobby en la sala hizo que Dean se separase abruptamente del ángel, sintiendo como el rubor poblaba su rostro.
-Por mí no os cortéis.- murmuró el hombre entregándole a Dean una taza de cafe humeante, sentándose frente a ambos hombres y sonriendo con algo de malicia.
-No voy a volver a recitarlo Cas, ya me lo sé de memoria.- eran las dos de la mañana y Dean sentía que tanto su vejiga como su cerebro iban a explotar, no era capaz de retener más información y por lo que parecía tampoco más café. Se levantó con intención de ir al baño pero el ángel le tomó del brazo e hizo que volviese a sentarse en el sofá. Bobby hacía un par de horas que estaba durmiendo pero les había prometido levantarse temprano para seguir ayudándoles a la mañana siguiente.
-Una vez más por favor.- suplicó Castiel con voz cansada. Dean puso los ojos en blanco y dejó escapar un bufido.
-Si no me dejas ir al baño voy a mearme aquí.- dijo algo malhumorado, había oído que aquello no era bueno para la capacidad sexual y no quería comprobarlo.
-De acuerdo pero cuando vuelvas seguiremos.- Dean se levantó y le miró con una mueca de incredulidad.
-No Cas, cuando vuelva me iré a dormir. Ya está todo listo para mañana por la noche, has hablado con Meg y Ruby, ellas lo han arreglado todo para mi 'cita' con Alastair, Gabe y Chuck están informados, Bobby también. Todo está listo. Ahora sí necesito descansar o mañana será imposible que recuerde nada.- Castiel desvió la mirada algo avergonzado.
-Lo siento Dean, sólo quiero que estés preparado y seguro.- se levantó y carraspeó, aflojándose el nudo de la corbata.- Te espero en la habitación.- dijo desapareciendo frente a los ojos del humano, quien corrió al cuarto de baño sin más pensamiento que aliviarse.
Cuando entró en su habitación se sorprendió al ver al ángel de pie en medio de la sala, con la gabardina puesta y la cobrada desabrochada colgando del cuello de su chaqueta, a veces le incomodaba que Castiel vistiese ropas que eran totalmente invariables con respecto a la temperatura de la sala, era imposible que un humano llevase la cantidad de ropa que llevaba él dentro de una casa como aquella. Dean cerró la puerta tras de sí, Castiel había pasado la mayor parte de las noches en casa de Bobby despierto o dormitando en el sofá, encontrárselo dentro de su habitación, cuando parecía que el ángel se sentía fuera de lugar allí, le extrañaba.
-¿Quieres que yo vaya al sofá?- preguntó no muy seguro de qué hacer.
-No Dean.- Castiel se quitó la gabardina y la dejó con delicadeza sobre una silla, haciendo lo mismo con su chaqueta y antes de que la corbata y la camisa se les uniesen por fin el cerebro del humano ató cabos.
-Oh, ya veo ¿Ahora sí quieres acostarte conmigo? Eres un poco veleta Castiel.- Dean sonrió pícaramente y se quitó la camiseta tirándola sin cuidado sobre la silla, apagó la luz y caminó hasta el ángel, tomándole del brazo y obligándole a ir hacia la cama.- ¿O puede que me haya equivocado?- Castiel negó con lentitud mientras se sentaba en el mullido colchón, empezando a deshacer los nudos de sus zapatos. Vestirse y desvestirse no era algo que el ángel soliese hacer, sólo tenía que pensarlo para que su ropa estuviese en su cuerpo o desapareciese totalmente, pero ahora mismo parecía lo correcto. Dean dejó escapar una suave carcajada y acarició el rostro de Castiel, había aprendido a amar aquellos ojos tristes y aquellos labios ásperos y torturados.- ¿Necesitas ayuda?- preguntó mientras se quitaba sus zapatos torpemente sin usar las manos, desabrochándose los pantalones y dejándolos caer en el suelo.
-No Dean, puedo hacerlo solo.- el humano hizo caso omiso a las palabras del ángel y una vez se hubo desprendido con rapidez de sus calcetines empezó a quitar la camiseta interior que el ángel llevaba puesta. Este levantó los brazos sumiso y dejó que el hombre de ojos verdes hiciese a su antojo. La camiseta quedó descartada en el suelo mientras las manos de Dean trabajaban raudas para deshacerse de los pantalones del ángel. Después de bajar la cremallera, acarició el estómago bien formado de su amo a lo que éste respondió con un escalofrío y un leve gemido que escapó furtivo de sus labios.
-Tienes las manos heladas.- murmuro apoyando sus brazos en la cama y levantando las caderas para que Dean pudiera deshacerse de la ropa que aún cubría sus piernas. Dean se arrodilló frente a él y tiró de la tela, apartó los zapatos del ángel y cuando los pantalones estuvieron en sus manos los dejó caer junto al resto de la ropa.
-Pensaba que la temperatura no era un problema para ti.- El humano acarició las piernas de Castiel con lentitud, sintiéndose extraño al tocar aquellos músculos angulosos y firmes. Bajó hasta sus pies y le quitó los calcetines casi con devoción y después siguió acariciando hasta llegar a los muslos del ángel. Nunca se había fijado en lo hermoso que era Castiel. -No tienes que hacer esto por mí. Quiero decir, acostarte conmigo...- Dean se puso en pie y tomó la cara del ángel entre sus manos, mirándole fijamente. Castiel le agarró por los antebrazos delicadamente y negó sutilmente.
-Lo hago por ambos.- musitó cerrando los ojos y disfrutando de las frías manos del humano sobre su rostro. Dean le besó en la frente y empujó su cuerpo con suavidad hasta que ambos estuvieron totalmente tendidos sobre el colchón.
-Tienes miedo, ¿verdad?- Dean le tomó entre sus brazos intentando hacer que se sintiera seguro, sintiéndose algo estúpido por intentar proteger a un guerrero del Señor que había vivido más eras que la propia humanidad. Pero el ángel asintió y apoyó su cabeza sobre el hombro del humano, abrazando su cintura con dedos temblorosos. Dean no quería admitir que estaba algo asustado por la actitud de Cas, pero era así, el hombre de ojos verdes tenía miedo por él y por Castiel.
-¿Es estúpido que tenga miedo de perderte?- preguntó el ángel con voz queda mientras Dean tapaba a ambos con la manta.- Aunque seas mi esclavo no me perteneces por lo tanto no debería tener miedo de perder algo que no es mío.- Dean rió en voz baja y le besó en los labios.
-Somos amigos Cas, hemos pasado por bastantes cosas juntos, es normal que te sientas así. ¿Acaso no echarías de menos a Chuck si no le volvieras a ver?- el ángel le miró con ojos cristalinos, negando con vehemencia.
-No Dean, claro que me sentiría… triste si le pasara algo a Chuck pero no es la misma sensación. Si pienso en perderte a ti es como si de repente me sintiese vacío, como si se abriese un inmenso agujero en mi pecho y devorase toda mi energía y mi alegría y me encerrase en él sin poder salir.- Dean se hubiese burlado de las palabras de Castiel si no hubiese sido porque la ocasión no era la adecuada y porque cada uno de aquellos vocablos removían algo en su interior que prefería ignorar.
-¿Intentas decirme que te has enamorado de mí?- Dean sonrió y acarició con su pierna los muslos desnudos del ángel, quien le miró con algo extraño en la mirada, quizás esperanza, puede que fuese ilusión.
-Los ángeles no se enamoran Dean.- dijo con apenas un hilo de voz. Dean estuvo a punto de replicar que técnicamente Cas era un arcángel pero sabía que carecía totalmente de sentido y que sólo diría eso para desviar el tema aunque sólo fuese momentáneamente.
-Bien, porque Dean Winchester tampoco se enamora.- al dejar escapar aquellas palabras de su boca se dio cuenta de que eran mentira. Las manos del ángel acariciaron su pecho y Dean cerró los ojos intentando olvidarse de todo lo que iba a pasar la noche siguiente, no serían las manos de Castiel las que le tocasen y aquel simple pensamiento le producía arcadas.- Todo saldrá bien Cas.- murmuró antes de sellar los labios del ángel con un beso largo y algo desesperado. Las manos del hombre de ojos azules se clavaron en sus costillas, haciendo que a Dean se le cortase la respiración por un momento. Las piernas del humano se enlazaron alrededor de las de Castiel mientras sus cuerpos se juntaban más hasta estar prácticamente fundidos el uno con el otro. Dean se sentía algo inquieto mientras sus manos traspasaban la barrera de tela que separaba la piel de Castiel de la punta de sus dedos. Acarició rudamente las nalgas del ángel y éste gimió mientras movía sus caderas hacia delante. El calor de aquel cuerpo entre sus piernas se propago por su organismo. Su boca succionó la lengua de Castiel, arrancando suspiros hambrientos con cada roce. El ángel le arañó la espalda a lo que Dean contestó mordiendo el cuello de su amo y lamiéndolo después.
Había miles de cosas que Dean quería decir en aquel momento, cosas sucias sacadas de antiguas películas porno que supuestamente él no debía haber visto jamás, pero sobretodo cosas sensibleras que se arrepentiría al día siguiente si dejaba que saliesen de su boca, por suerte los labios de Cas le ahorraron la vergüenza al ocupar su boca con un beso. El humano se sorprendió al sentir las manos del otro hombre descender hasta llegar al borde de sus calzoncillos, aferrándose a estos y bajándolos sin titubeos. No podía negar que aquella seguridad le excitaba, una vez su miembro estuvo libre, fuera de su ropa interior, Dean presionó todo su cuerpo contra el de Castiel, sintiendo la erección del ángel rozar contra la suya.
-Cas…- musitó el humano intentando no gemir.- ¿Porqué no haces un poco de magia y haces desaparecer nuestra ropa interior?- sugirió mientras su cuerpo seguía con aquel sutil vaivén. Castiel le besó como única respuesta y Dean aferró con fuerza el firme culo del ángel, ahora liberado de la restricción de la tela, sus penes rozando juntos, carne contra carne, el ojiverde llevó una de sus manos hasta el cabello del otro hombre, dejando que sus dedos se perdiesen entre los mechones de color negro azabache.
-Dean.- el nombre del humano salió de los labios de Castiel sin apenas fuerza. Sus apenados ojos azules cerrándose lentamente entretanto su cuerpo se estremecía bajo las caricias de Dean. Los dedos del esclavo bajaron lentamente por el cuello Cas, arañando aquella piel ebúrnea, marcándola con un rojo sugerente, siguiendo hasta su pecho, rozando un pezón a su paso, llegando a la cintura y parando allí durante unos segundos, pensando en sí debía dar por fin el siguiente paso, aquel que ya no tendría vuelta atrás. Respiró con profundidad y besó a Castiel mientras las manos del ángel acariciaban su muslo, aferrándose a él y atrayéndolo más hacia su cuerpo, a Dean no le cabía duda de que Cas quería lo mismo que él así que sin más dilación decidió dejar los titubeos de lado y llevó su mano hasta su boca, recubriendo sus dedos con saliva, llevándolos hasta las nalgas del ángel y buscando su entrada lo más delicadamente posible.
-Puede que esto te duela un poco.- dijo presionando su dígito con lentitud, sintiendo todos los músculos del cuerpo del ángel tensarse, haciéndolo más difícil.
-Soy un ángel del Señor, creo que podré soportar un poco de dolor.- la voz de Castiel parecía la de siempre pero para Dean era fácil entrever el nerviosismo mientras su dedo se introducía lentamente.
-Si no te relajas un poco me va a ser imposible seguir con esto Cas.- Dean besó a su ángel y movió sus caderas para crear más fricción entre sus miembros, sintiendo como el otro hombre se relajaba un poco.
Castiel asintió y murmuró algo contra los labios del humano que a éste le fue imposible de comprender, pero Dean sonrió de todas formas porque el cuerpo del ángel le estaba diciendo todo lo que necesitaba saber en aquel momento y su corazón se saltó un latido cuando su amo le besó vertiendo su alma en aquella acción y en todas las que le siguieron aquella noche y que marcaron un antes y un después entre aquellas dos criaturas pertenecientes a mundos distintos.
Cuando apenas el sol rozaba la linea del horizonte y el silencio poblaba el interior de aquella casa, Dean abrió los ojos y sonrió al sentir la respiración isócrona del ángel rozándole la cara. De nuevo, cerró los ojos y se volvió a dormir con una sensación de calidez desconocida en su pecho.
CONTINUARÁ...
Capítulo 14.