Capítulo 15 (parte 2)
Dos horas y media de un maratón de Bob Esponja después, y Jongin no podía maldecir más su suerte. Después de ser propiamente alimentado, medicado y cuidado en exceso por su fiel amigo, Luhan había tomado más de lo que había predicho para dormirse. Cuando por fin sucedió, Jongin articuló sus agradecimientos al cielo, saliendo de la cama, apagando la televisión y dejando el cuarto de huéspedes tan silencioso como le fue posible. Solamente afuera, dejó salir un pesado suspiro, de alivio y anticipación.
No permitió que ningún pensamiento negativo se colara en su mente. Todas las implicaciones de él voluntariamente yendo a ver a Kyungsoo por sexo habían llenado su mente; era peligroso, lo sabía. Kyungsoo se había autoproclamado como un egoísta ser vivo, incluso aunque sus acciones recientes sugerían lo contrario. Toda esta situación era como una trampa, excepto que el ratón estaba plenamente consciente de todos los riesgos involucrados. Si tan sólo el queso no fuera tan malditamente sabroso.
“Es sólo sexo.” Ese era el mantra repetido en la cabeza de Jongin para la duración de toda esta caricatura extravagante, ahora de camino a la habitación principal. Si sólo tenían sexo esta vez, podría apostar que podría superar esta obsesión sin esperanzas que tenía con ese hombre para luego seguir con su vida. La luz viniendo de la puerta cerrada fue suficiente para tener a su corazón palpitando rápidamente. Era el momento. No más obstáculos e interrupciones deteniendo su camino.
Jongin se preguntó si debía tocar primero, pero decidió no hacerlo. En su lugar, abrió la puerta y la empujó lentamente, haciendo frente a su interior. Sin embargo, la imagen que lo recibió no era la esperada.
Kyungsoo estaba en el lado derecho de la cama, con su espalda contra la cabecera y una esponjosa almohada entre sus largas piernas, las cuales estaban cruzadas por los tobillos. En su regazo, un libro que se veía muy pesado yacía abierto, ambas manos lo mantenían en su lugar; en su rostro, un par de lentes; el espectáculo era completamente diferente de la genial imagen con la que había hecho su aparición antes. No hizo mucho, sólo se removió cuando Kai entró a la habitación y continuó durmiendo como un bebé.
Una sonrisa creció en la cara de Jongin, mientras se quedó allí, mirando al otro hombre en su linda vulnerabilidad. Do Kyungsoo era un hermoso e irresistible enigma: alguien que era capaz de lastimar a otros con discreción, pero aun así dispuesto a ofrecer su ayuda que nadie más podría. Un adulto que podía verse como adolescente a veces, y aun así inspirar los más fuertes deseos sexuales que Jongin había sentido en su vida. Alguien que había pensado simplemente en su beneficio, pero, con toda su riqueza y éxito profesional, no estaba exento de haber crecido en un ambiente traumático hace un par de años.
Casi se sentía como un pecado el molestar al hombre de su sueño. Pero Jongin podía ser egoísta también: quería a Kyungsoo para él, y no esperaría ni un minuto más.
Apagó todas las luces antes de ir hacia la cama tamaño King, las cortinas que había abierto en la mañana; aún seguían de la misma manera, así que la luz de la luna llenaba el espacio oscuro. Jongin pensó que Kyungsoo se despertaría una vez que él se sentó con cuidado justo a su lado, en el borde de la cama; pero aún, el otro no mostraba ninguna reacción. De esta manera, con la tenue luz, Jongin tenía la oportunidad de admirar algunas de las características del hombre desde una vista más privilegiada, sin ninguna vergüenza que ocultar ahora: sus labios en forma de un puchero, con una línea entreabierta; cejas perfectas y largas pestañas detrás de sus gafas; la prominente línea de su mandíbula hasta sus músculos del cuello, recorriendo todo hasta su clavícula, media escondida entre su playera.
Después, se las arregló para quitarle los lentes y el libro de sus manos y su débil agarre sin despertarlo. Con cuidado, posó una mano en el colchón como apoyo, y lentamente se movió más cerca, hasta que sus labios apenas tocaban los de Kyungsoo. Una vez más, no había respuesta por esta ligera caricia; Jongin no pudo evitar esbozar una sonrisa por lo irresistible que se veía el hombre en su sueño.
El segundo beso fue un poco más largo, y logró caer en la trampa de una vez por todas. Kyungsoo se movió y abrió los ojos, encontrándose con los de Kai, con una pizca de desconcierto; el más joven no esperó para robar un tercer asertivo beso, después un cuarto, cambiando su posición para continuar con el momento. Sin una razón en particular, quería tener al otro bajo su control, incluso si sólo era por sólo un breve momento; terminó por subir y colocarse encima del regazo del hombre, con sus manos sosteniendo su rostro.
Y entonces, ahí estaban, cara a cara con la mirada fija y respiración mezclada, nada más que los detenga de por fin satisfacer su deseo que tanto había durado. Kai se apoderó del momento y lo tentó un poco, llevando sus labios hacia adelante, sólo encima de los de Kyungsoo, pero sin tocarlos. Mientras tanto, el mayor finalmente comenzó a concentrarse, posando sus dos manos sobre la ropa del menor en sus muslos y las deslizó con voluntad.
De repente, Kai se congeló en su lugar, atrapado por una vieja sensación de deja-vú. Pero su confusión no duró mucho; mientras las ambulantes manos se posaban en su trasero con un firme agarre, y Kyungsoo ahora acercó su propia cara y presionó sus labios juntos, la extraña sensación pronto fue olvidada. Esta vez, el beso no era para tentarlo: Kyungsoo capturó su boca ávidamente, deslizando su lengua dentro y reclamándolo como su posesión; mientras tanto, sólo imitaban esa urgencia, apretando el trasero de Kai y separándolo, mandando un claro mensaje de los eventos que tomarían lugar pronto.
Antes de que se diera cuenta, Kai estaba sin aliento, en un receso de su hambriento y desesperado beso; era un alivio saber que al menos, Kyungsoo se veía tan afectuoso, tratando de controlar su propio jadeo. Su excitación creciendo en sus pantalones deportivos era también una buena señal de que las cosas estaban progresando rápidamente, lo que era perfectamente entendible después de tanto tiempo de espera. Kai realmente no se podía quejar. Hubo tantos intentos y retrasos antes, todo lo que quería era ser cogido. Realmente, cogido fuertemente por este hombre.
Por la manera en que Kyungsoo estaba tomando el control y moviéndose, parecía que Kai obtendría su deseo pronto, mientras el último se acostaba sobre su espalda, paralelo al borde de la cama, y el contrario se arrastró sobre él, voraz como un lobo cerniéndose sobre su presa, Kai tensándose por el ataque. Vino en forma de otro beso que le detuvo el corazón, con choque de dientes, abusando de sus labios, bloqueando y salpicando con sus lenguas. Las manos de Kai rápidamente estaban buscando su camino dentro de la playera de Kyungsoo, recorriendo su espalda baja primero, después encontrando refugio dentro de sus pantalones (como esperaba, no había ropa interior ahí). Con lujuria escaló a nuevas alturas, Kai continuó presionando las caderas del mayor para encontrarse con su ansiosa entrepierna, un delicioso y excitante empuje tras otro, llevándolo más cerca de la locura a cada minuto.
Cuando finalmente dejaron la boca del otro, Kyungsoo no perdió tiempo en arrebatarse con el cuerpo del otro: primero mordisqueando, lamiendo y besando su barbilla y mandíbula, luego haciendo su camino abajo hacia su cuello y clavícula, hasta su hinchado pecho, dejando un rastro de saliva y marcas. Una vez que llegó a los pezones de Kai, procedió a morderlos suavemente antes de lamerlos y succionarlos como un experto, mientras frotaba el otro usando sus dedos. Era tan electrizante, Kai simplemente se rindió, agarrándose de las sábanas a cada lado de la cama, casi reverenciando las divinas sensaciones, mientras el mayor continuó su constante expedición en descenso. Realmente se deleitaba en los abdominales del menor, tenso, besándolo completamente, al mismo tiempo su mano derecha continuaba abusando frenéticamente de sus pezones.
Con sólo su mano libre y sin mucha ayuda visual, se las arregló para desabotonar el pantalón de Kai, tirándolos hacia abajo sólo lo suficiente para exponer el bóxer blanco que le había prestado antes. Por alguna razón, la idea de ser vestido y desvestido por el mismo hombre era especialmente excitante para Kai. Ahora más con sus dedos viajando alrededor y acariciando su erección implacable; Kai no pudo contener un gemido escapando de sus labios que captó la atención de Kyungsoo. Sus ojos se encontraron, y la vista de una sonrisa satisfecha en el rostro del mayor fue suficiente para que el menor lanzara su cabeza hacia atrás a la cama, riéndose fuertemente por su maldita suerte. El otro lo tenía como quería.
“Estás de buen humor.” Kyungsoo notó, arrodillándose entre las piernas de Kai, y poniéndolas hacia arriba para quitar sus pantalones y su bóxer de un solo movimiento. “Mucho mejor que anoche en el club.”
Embriagado de deseo mientras su duro miembro era envuelto por el frío aire, Kai apenas podía pensar en el momento presente, recordando los detalles de su último encuentro en Exodus, tan raramente distantes después de tantos eventos que había ocurrido.
“Entonces no lo arruines…” Kai apenas respiró, tratando de continuar con la broma, pero sin lograrlo. “Esperé mucho tiempo.”
Ahora era el turno de Kyungsoo de soltar una leve risa, rodeando con sus dedos firmemente el miembro del contrario. “Yo también esperé mucho,” dijo, inclinándose hacia abajo y dándole un agradable y fuerte beso en la punta de su polla, “cada día,” lamiendo el pre-semen como si fuera un helado, “cada noche.” El hombre comenzó a mover su agarre de arriba abajo por todo lo largo, y se ganó otro fuerte gemido. “¿Tienes idea de cuántas veces vine aquí, justo a esta cama, nada más que pensando en ti?” Pero no le dio tiempo en responder ya que se zambulló y envolvió su erección hasta abajo con su boca, lo que hizo que Kai inadvertidamente gimiera y empujara hacia arriba en reflejo; sin arcadas, Kyungsoo usó sus manos para colocar las caderas del menor en posición, y continuar engullendo su miembro como si fuera la última comida. Succionando, lamiendo, mordiendo, tragando, toda tan malditamente bien hecho que Kai no podía recordar haber tenido una mamada así de perfecta por ninguno de sus otros clientes. A ese paso, el más joven sabía que no aguantaría mucho; y aunque la idea de venirse en la boca de Kyungsoo era una muy lujuriosa, había algo que anhelaba aún más.
Era como si el otro hombre pudiera escuchar los callados deseos de Kai, porque, sin ninguna advertencia, dejó que la erección escapara de su boca con un sonido; Después, se enderezó de su posición arrodillada para deslizar sus manos debajo de los muslos de Kai y los elevó. Continuó hasta que la espalda baja y las piernas de Kai estaban completamente alzadas y sus tobillos terminaron a cada lado de su propia cabeza. El más joven obedeció y mantuvo la difícil posición como un profesional. Sabía demasiado bien lo que pasaría después, habiendo echo ese acto en particular muchas veces en el pasado. Sólo que nunca en la posición para recibir.
“Imaginé que serías flexible.” Kyungsoo susurró sobre el trasero completamente expuesto, usando sus manos para separar sus nalgas. Por un par de segundos de suspenso, el único sonido que Kai podía escuchar en la habitación era el de su propia respiración superficial. Pero al primer contacto de la lengua del mayor contra la sensible piel entre sus testículos y su entrada, maldijo al aire lo suficientemente fuerte para llenar el silencio de la noche. La curiosa lengua continuó dibujando círculos, tentando y torturando al que recibía en esa extremadamente vulnerable situación en la que se encontraba; pronto estaba cerca del borde, mojado y caliente contra el área sensible. Cuando el hombre comenzó a probar dentro de su trasero, Kai intentó no sacudirse en reacción, sobrecogido por la exquisita excitación; podía sentir los abultados labios de Kyungsoo succionando alrededor de su entrada, insistente, y su hábil lengua trabajando doble tiempo, lamiendo y jodiendo divinamente.
Pronto, el hombre separó su boca y en su lugar usó sus dedos para imitar sus acciones, frotando saliva de una manera experta alrededor de su entrada, y cuidadosamente insertando uno, dos, tres humedecidos dígitos para comenzar a estirar la estrecha entrada. Aunque no podía negar que punzaba un poco, la verdad era que Kai estaba lloriqueando por la necesidad más que por el dolor, incapaz de empujarse contra los intrusos dígitos más rápido, como a él le hubiera gustado. En ese punto, contra toda la razón, no le importaba mucho el ser preparado o no, estaba deseoso de ser jodido, perfecto y rápido, y supuso que Kyungsoo también estaría igual de deseoso.
“Por favor… por favor, vamos a… lo necesito.” Murmuró media petición y esperó que de alguna manera tuviera sentido para el otro hombre. Pero no había ninguna respuesta verbal a su petición. En su lugar, lo que escuchó fue el sonido de una botella siendo destapada, y lo que sintió fueron dos dedos recubiertos con lubricante presionándose contra los músculos de su entrada y se estremeció mientras éstos se hundían más en su caliente y estrecho conducto, hasta el último nudillo. El hombre siguió bombeando arriba y abajo, rozando el manojo de nervios escondidos ahí, hasta que el más joven se acostumbró a la intrusión. Para el momento que el tercer dedo fue añadido a su apertura, Kai estaba sudando y dejando salir débiles gemidos en protesta.
“Maldición… por favor, sólo cógeme…” Rogar por sexo no era su estilo, pero en ese punto, Kai ya había lanzado todo su orgullo por la ventana.
“Espero que estés listo para esto.” Kyungsoo declaró, deteniendo de repente sus dedos. “Estoy tan jodidamente duro que no sé cuánto podré aguantar.” Entonces el mayor ayudó al otro a bajar su espalda baja de regreso a la cama, y bajó de él para finalmente desvestirse. Kai, cuya espalda ahora dolía y sus piernas estaban entumecidas, se aseguró de girar hacia un lado para disfrutar del espectáculo de striptease en todo su esplendor: la camiseta siendo descartada en el suelo sin ninguna ceremonia, seguido de sus pantalones siendo empujados hacia abajo para rebelar una sustanciosa y gruesa erección.
Por supuesto, Kai no desaprovechó la oportunidad de acercarse al tentador eje por una rica probada, tomándolo todo desde la base y jalándolo hacia su boca; efectivamente estaba duro como una piedra, grueso, aterciopelado y jaspeado con venas, su hinchada punta ya estaba goteando pre-semen. Las bolas de Kyungsoo fueron atendidas por Kai usando su mano libre para darles un tirón despiadado, estaban tan hinchadas y sensibles. Incluso meneando su cabeza en esa incómoda posición de lado, el más joven sabía que podía comer esa deliciosa polla hasta el amanecer y no cansarse de ello, especialmente si su dueño pasaba una mano por su nuca y dejaba salir unos gemidos en aprobación.
“Me vendré aún más rápido si sigues mamándomela de esa manera…” Kyungsoo confesó con una entrecortada y alterada voz, aunque sus movimientos pélvicos contradijeran el mensaje que estaba intentando convencer.
Pero Kai complació los deseos del otro, dejando ir el suplicante miembro con algo de pesar, solamente por un mayor bien. Inmediatamente se arrodilló en la cama para buscar el empaque del preservativo que abrió rasgando con sus dientes, y lo desenvolvió hasta debajo de la longitud de Kyungsoo como un experto. Después, era momento de verter algo de lubricante en su palma y recubrir frotando todo su miembro; entonces los dos hombres se vieron cara a cara, Kyungsoo parado junto a la cama y Kai arrodillado enfrente de él.
El primero tomó las riendas de la situación, moviéndose y regresando a ambos a la cama, recostando al joven como hace instantes. Kai yacía de espaldas una vez más, y Kyungsoo tomó su lugar justo encima de él. Sus profundos besos eran tan intensos, urgentes y espectaculares; habían manos recorriendo todas sus líneas, huecos y ranuras de sus cuerpos; la piel ardiendo en deseo mientras sus torsos se deslizaban una contra el otro con una capa de sudor, a pesar de la fría temperatura.
Una vez que Kyungsoo jaló la pierna derecha de Kai hacia arriba una vez más, dejándola descansar en su hombro, el más joven cerró sus ojos y sujetó las sábanas, anticipándose para lo que vendría a continuación. Su trasero estaba de nuevo desnudo para que el mayor hiciera lo que le plazca, y así lo hizo: su resbaladizo miembro siendo presionado contra su resistente entrada, lento pero sin piedad, enterrándose en el calor envolvente hasta su base.
Ambos hombres jadeaban entrecortadamente, Kai por su creciente dolor y Kyungsoo por aguantar su urgencia; después de lo que pareció una eternidad, ahí estaban de nuevo, su grueso miembro hundido en su caliente trasero. Kyungsoo continuaba acariciando los muslos del menor, tratando de calmarlo de alguna manera; pero una vez que agarró con sus manos el erecto miembro de Kai y comenzó a sacudirlo, usando su pulgar para jugar con la sensible punta, cada vez que lo observaba, el dolor disminuía lentamente siendo remplazado por un mayor deseo. Kai no se contuvo más, presionando sus caderas hacia adelante (con cierta dificultad en esa posición) como una señal al contrario para continuar.
Y entonces Kyungsoo comenzó a moverse de verdad, una mano agarrando el muslo elevado del menor y la otra en la cama como soporte; su cuerpo se mecía adelante y atrás en busca de un tiempo estable al principio, su miembro saliendo y entrando del trasero de Kai cada vez más fácil, mientras los dos encontraban su ritmo. Dos pares de ojos oscuros estaban fijados en los contrarios, encontrándose gracias a la generosa luz de la luna, el mayor viéndolo mientras el menor revelaba progresivamente los sentimientos de ser estirado, guiado y tomado de esa forma.
“Tócate.” Kyungsoo susurró en su usual tono mandón, siempre reforzado cuando tenía que ver con sexo. No solamente su voz era jodidamente excitante, el surco de concentración entre sus dos gruesas cejas y la varonil tensión en su mandíbula, discernibles incluso con la tenue luz, ofrecían un show por sí mismos. De inmediato, el menor hizo lo que se le dijo, empuñando su propia excitación y acariciándose rápidamente, usando su propio pre-semen como lubricante.
En poco tiempo, Kyungsoo estaba incrementando su ritmo y Kai lo miraba perfectamente, apretando sus muslos chocando con las apretadas nalgas del otro. El silencio de la noche ahora era llenado con melodiosos gemidos, así como de los ruidos de su sudorosa piel encontrándose en cada empuje. Pero Kai quería más. Más de la voz de Kyungsoo, más de su toque y su olor. Quería estar más cerca, al menos por esos restantes minutos de sexo.
“Bésame.” Habló con necesidad, el aumento del lívido alejó cualquier posible inhibición. “Háblame.”
Al escuchar esas palaras, el mayor inmediatamente sacó su miembro de la entrada del más joven, y después deteniéndose por un pequeño momento, prontamente obligado y jadeando duro. Ajustando sus posiciones, Kai terminó abriendo sus piernas para que Kyungsoo y su miembro se acomodaran entre ellas; una vez que el hombre empujó su pulsante miembro dentro de la abierta entrada del otro, instantáneamente se hizo claro que el cambio había sido para bien.
En la tercera embestida, Kyungsoo tocó la próstata de Kai, mientras éste último de repente subió su tono maldiciendo como evidencia. Kai instantáneamente se agarró fuertemente de las nalgas del otro, animándolo sin palabra alguna; y el hombre de encima tomó la oportunidad de estirarse sobre él, sus dedos de una mano viajando hasta el hombro del otro para buscar balance, la otra mano sosteniendo su rostro.
“¿Qué quieres escuchar, hm?” Preguntó Kyungsoo con voz vacilante, su caliente aliento chocando en el cuello del otro. “¿Quieres saber la verdad?”
Kai, quien ahora estaba retorciéndose de placer y dolor, agradecido por los constantes golpes en su bulto de nervios, simplemente asintió, sin siquiera realmente considerar el peso de lo que el otro le estaba ofreciendo.
“La verdad, Jongin,” continuó, dejando escapar un gemido a mitad de la oración, “es que eres hermoso. Eres la cosa más hermosa que vi.”
Kyungsoo se veía realmente afectado por el fuego proveniente de sus entrepiernas que los consumía. “Nadie… nadie me hizo sentir… tan vivo.”
Ese era el momento más perfecto y más terrible para que Kyungsoo confesara sentimientos tan significativos. Porque Kai amaba escucharlos, amaba reconocer la verdad en ellos; pero ni siquiera se atrevía a decir algo en respuesta, ahora que su mente estaba llena de deseo, su intoxicado cuerpo tenía vida por sí solo, y muy adentro, su custodiado corazón aún se resistía a ceder.
Así que inclinó su cabeza hacia adelante para encontrarse con la boca de Kyungsoo una vez más, en lo que no podía ser descrito propiamente como un beso. Ya que sus labios a duras penas se tocaban y se desconectaban tan rápido, mientras Kyungsoo comenzó moverse más rápido adentro y afuera, con más fuerza, golpeando ese preciso dulce lugar una y otra vez. Los dos hombres estaban intentando mantener la cordura en medio de ese poderoso caos, Kyungsoo gimiendo muy fuerte y más sudoroso a cada minuto, y Kai sintiéndose como si pudiera alcanzar el cielo o prenderse fuego en cualquier momento de tanta euforia y lujuria inducida.
En una sacudida de puro instinto animal, el menor arrojó su pierna derecha sobre la cadera del mayor, agarrándose de sus hombros y rodando en la cama, para ahora encontrarse a sí mismo arriba de Kyungsoo, su miembro mágicamente aún envainado dentro de sus calurosas paredes. El nuevo arreglo le permitió tener el control por ahora, poderosamente deslizándose arriba y abajo sobre el poste de acero del contrario, reclinándose hacia atrás para agarrarse de sus rodillas y apalancarse. Jongin pronto estaba rebotando más rápido, gimiendo más fuerte con cada golpe en su escondido y dulce lugar; su propio miembro grueso y duro cayendo por todos lados por el movimiento, mientras Kyungsoo yacía totalmente embelesado en la cama viendo al menor, respirando irregularmente y su labio inferior siendo completamente abusado en el proceso.
Sin embargo, la fantasía de cowboy de Kai no duró mucho: en sólo un corto minuto, el mayor estaba enderezándose sobre la cama y posando sus dos manos en las caderas del otro de forma posesiva, sosteniéndolo justo ahí. “Jodidamente hermoso.” Kyungsoo susurró antes de mezclar ambas bocas juntas en un verdaderamente salvaje beso, Kai dándole lo mejor que tenía, delineando, mordiendo, succionando la lengua del contrario con todas sus fuerzas.
En un abrupto pero eficiente movimiento, Kyungsoo tomó la oportunidad de inclinarse una vez más, regresando a su posición inicial, sólo que ahora en la parte alta de la cama. Su erección salió de la entrada por un momento, pero el mayor no perdió tiempo en colocarla de nuevo en su lugar, llenándolo completamente en un movimiento, haciendo jadear con fuerza al menor.
Entonces comenzó a embestir su trasero con rapidez, rudeza y lascivamente, señalando que estaba llegando a su fin. Las piernas de Kai estaban cruzadas alrededor de las furiosas e implacables caderas del hombre, mientras sus manos se mantuvieron agarradas a los hombros del otro para salvar su vida. Como si ser cogido una y otra vez de la manera correcta, y ser perfectamente estirado por ese miembro hinchado no fuera suficiente.
Kyungsoo se encontró a sí mismo, en medio de su frenesí, agachó su cabeza en medio de una embestida, para darle un descuidado beso. El aire era caliente y húmedo, lleno del sonido de muslos y testículos contra nalgas, la cama temblando como sus cuerpos calientes, y sus gemidos ahora siendo callados por la boca del contrario.
Una y otra vez, el trasero de Kai ardía mientras Kyungsoo lo martillaba sin piedad, golpeando ese preciso lugar una y otra vez, y su propio rígido miembro siendo deliciosamente apretado entre el par de estómagos. El miembro del mayor explotó primero en su trasero, con su cuerpo y su alma descargando ferocidad, el hombre tiró la cabeza hacia atrás y gimió como una bestia salvaje, enterrando todo miembro dentro de la abertura de Kai tan profundo como físicamente era posible, como si nunca quisiera salir de ahí.
Mientras tanto el menor, sintiendo la presión familiar creciendo en su ingle, reanudó la masturbación, meramente dándole un par de jaladas rápidas antes de alcanzar su propio abrazador orgasmo, que hizo que valiera la pena toda la espera. Se retorció violentamente en ese dichoso desorden, expulsando su caliente semen encima de sus torsos, viendo nada y escuchando nada durante la duración de ese aplastante momento.
Momentos después, el primer sonido que escuchó fue Kyungsoo riéndose. El hombre ya había salido de Kai y diligentemente se estaba haciendo cargo de los efectos secundarios, desechando el condón usado y limpiándolos a ambos de su desastre, con la ayuda de lo que parecía ser una sábana.
El más joven observó toda la rutina en silencio, su cuerpo y mente aún chisporroteaban con la felicidad pos-orgásmica; pero como podía notar que el otro hombre aún dejaba salir débiles risas y bocanadas de aire por una misteriosa diversión, Kai tenía que matar su curiosidad.
“¿Le importaría decirme qué es tan gracioso, Sr. Do?” Preguntó juguetonamente, cambiando posiciones de nuevo para que pudiera enderezarse en la cama, recibiendo al otro hombre en un abrazo.
“No es nada. Sólo estoy feliz.” El hombre declaró de manera casual, mientras los dos encontraban una posición cómoda para relajarse: cuerpos desnudos pegados uno con el otro, el brazo de Kai sobre la cintura de Kyungsoo, y sus manos descansando en la cama, lado a lado. Hubo un inquietante silencio después, el cual Kai no sabía cómo llenar apropiadamente; pero después de unos cortos minutos, imaginó que el otro hombre ya se habría quedado dormido.
“¿Alguna vez te sentiste feliz?”
Las inesperadas palabras de Kyungsoo fueron prácticamente un balbuceo, salido de algún lugar entre los sueños y la realidad.
Kai también estaba feliz, por supuesto. Pero no lo admitiría en voz alta.
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