Capítulo 7
“¡Lo sé, ya lo sé!” Jongin cierra los ojos y exhala. “Estabas tan cansado después de anoche que probablemente todavía sigues desmayado en tu cama.”
Luhan jadeó y dejó salir una risita. “¿Y cómo sabes eso?”
“Porque luego de terminar de trabajar, te llevé personalmente a tu casa y me quedé a cuidarte. Pero no dormí en tu departamento.”
Recitó orgullosamente las líneas que tendría que usar esa noche, si Mino se ponía suspicaz sobre el paradero de Luhan.
“Bien. Entonces creo que ya lo tenemos cubierto.” Luhan concedió, aunque su expresión mostrara en realidad lo asustado que estaba.
"Confía en mí." Jongin recorre una mano tranquilizadora por la nuca contraria. "Mino no lo descubrirá, siempre puedo engañarlo."
"Sí, pero esta vez estás mintiendo por mí." Luhan suspiró. "Es la primera vez que salgo así, a sus espaldas...aunque es mi noche libre, no puedo imaginar lo que me haría si lo descubre-"
"Sabemos demasiado bien lo que va a pasar si descubre lo de Minseok." decirle la verdad a su amigo no lo hacía sentir bien.
De cualquier forma, el otro se veía tan triste oyendo su comentario que deseó retractarse inmediatamente. "Pero no tenemos que pensar en eso hoy."
"Voy a terminar con él."
Jongin resopló. "Sí, seguro lo harás. Es por eso que meterás tu trasero en esa chatarra vieja y pasarás tres horas sentado sólo para conocer a su familia, ¿cierto?" Esperaba animarlo con esa broma, y funcionó.
"¡Oh, no me hagas empezar!" Luhan rio sinceramente. "Traté de convencerlo de tomar el tren, pero insistió en llevar su auto nuevo para que sus familiares lo apreciaran."
"¿Auto nuevo?"
"Auto recién comprado."
"Exacto, así está mejor dicho." Se burló. "Qué mal que tengan que llevarme con ustedes, ¿huh?"
"No me puedes culpar por eso." El mayor negó la cabeza, fingiendo estar ofendido. "¿Cómo podría imaginar que la escuela de Jongdae estaba de camino a su pueblo natal? Mencioné el nombre y lo reconoció de inmediato. Y estaba tan contento de que tuviéramos compañía, que no tuve corazón de decirle que preferirías ir en tren."
"Es bueno saber que mi opinión no significa nada en nuestra relación." Continuaba mofándose de su amigo. "Pero, oye, al menos me ahorraré el dinero del pasaje del tren."
"Y disfrutarás del placer de nuestra compañía."
"Siendo su violinista por dos horas."
Luhan rió de nuevo. "Eres un amargado. Quizás necesites enamorarte también."
Asintió y sonrió para su amigo, aunque en realidad, no podría estar más en desacuerdo. Alguien como él no se supone que deba enamorarse, nunca.
"¿Tienes todas tus cosas?" el mayor preguntó, cerca a la puerta. "Minseok ya está abajo."
Recogió su mochila. “Todo listo.”
El otro lo observó curioso. "¿Irás directamente a Exodus cuando vuelvas esta noche?"
“Sí. Me encontraré con Sora allí."
"Lo que significa que tu mamacita te estará dando de comer a la boquita." Su amigo lo ridiculizó un poco.
"Sí, sí claro." Le fingió otra sonrisa, cuando comenzaban a bajar las escaleras del edificio. Normalmente, una cita programada con Sora significaría una noche para relajarse y ser tratado como un rey. Más esta vez, no estaba anticipándolo particularmente.
Casi dos semanas después del incidente en el resort, una vez más, Jongin estaba brindado sus servicios a la señorita Sora, aunque no estaba seguro sobre qué debía esperar. El domingo anterior, cuando tomaron caminos separados, la mujer estaba completamente devastada, luego de serterriblemente avergonzada en frente de su jefe y compañeros de trabajo; por alguna razón; imaginó que ella no querría volver a verlo en su vida. Bueno, no le tomó mucho tiempo buscarlo otra vez.
Así que, cuando Mino le hizo saber la identidad de su cliente asignada para el sábado en la noche, la noticia fue recibida con sentimientos encontrados. Por supuesto, no había resentimiento de parte suyohacia la pobre mujer, quien había sido la mayor víctima de todo lo sucedido. Aunque verla de nuevo significaba revivir ciertos recuerdos que preferiría con muchas ansias dejar en el pasado.
Era cierto, su lado menos prudente estaba muy interesado en el desenlace de tan terrible evento. Tal vez las cosas no salieron tan mal para ella como pensó que saldrían, lo que sería un alivio. ¿No había dicho Kyungsoo que no perdería su trabajo?
Aunque nada que proviniera de Kyungsoo era digno de confianza.
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Dos horas atrapado dentro de un viejo auto con la más desagradablemente amorosapareja de tortolitos resultó ser algo divertido, en su honesta opinión. Escucharon música, jugaron juegos, se rieron de cosas tontas e incluso tuvo tiempo para una breve siesta. Ahora que se acercaban a su destino, deseaba que pasar tiempo de calidad como éste con sus amigos no sucediera en tan raras ocasiones.
"La próxima vez que visitemos a mis padres, es un hecho que tenemos que traerte Jonginnie." Anunció Minseok de inmediato.
“Si sigues llamándolo así, me voy a poner celoso." Luhan se quejó, medio en broma, ganándose un jadeo de sorpresa de su novio y un golpe juguetón en la cabeza de parte de su amigo.
“Yo... Yo no quise decir eso..." Minseok inmediatamente trató de explicarse, obviamente sin haber entendido la broma.
“Estoy jugando contigo, tonto," Luhan acarició los muslos de su novio cariñosamente y el otro dejó salir un suspiro de alivio.
"No te fijes en el patético sentido del humor de este idiota, Minseok." Desde el asiento de atrás, Jongin remarcó antes de golpear a su amigo en el hombro. "Deberías darle gracias a Dios de que al menos eres bonito."
"Sí que me asustaste por un minuto." Confesó con una modesta sonrisa.
"¡Oh no bebé, por favor, me retracto!" Luhan exclamó, ahora visiblemente arrepentido por su intento de broma. "Quiero que ustedes dos sean los mejores amigos. Jonginnie es como nuestro molesto hermano menor."
El mencionado frunció el ceño. "Cielos, gracias."
Minseok rió. "Ustedes son más como un par de gemelos quisquillosos, a pesar de la diferencia de edades."
"Porque claramente Luhan es demasiado infantil-"
"¡No lo soy!" protestó asombrado por la acusación de Jongin. "Es sólo que tengo un espíritu joven."
"Hey, hey, niños, no peleen." Minseok interfirió como un padre cariñoso lleno de energía. "Pueden pelear por ese título, pero el único hermano menor real que tenemos es Jongdae."
Esas palabras lo tocaron en lo más hondo. Pensó que era realmente entrañable la forma en que hablaba tan afectuosamente de Jongdae, a pesar de nunca haberlo conocido. El chico era tan amable como para incluir a los dos en su familia soñada, y eso sólo mostraba lo mucho que le importaba Luhan, quien no tenía ninguna familia para presentar. Quizás podía imaginar lo realmente jodido que estaba pasado que compartían.
"En este punto, Jongdae te elegiría a ti en vez de a mí y a Luhan en menos de un minuto, ¡antes de conocerse siquiera!" Jongin declaró feliz. "Ya amó la figura de acción de Wolverine. Se va a volver loco cuando le entregue tus viejos libros de comics."
"Te lo digo, es un regalo genial." Luhan asintió en aprobación.
“Oh, me hace feliz saber que se divertirá leyéndolos, y que la colección estará en buenas manos." Minseok respondió, tímidamente.
Jongin sonrió alegremente de nuevo. "No te preocupes, me aseguraré de que cuide muy bien de ellos. ¡Y haré que te llame para agradecerte!"
"Ni pensarlo, Jonginnie." Replicó instantáneamente. “La próxima vez, trataremos de que Luhannie y yo podamos llevarlos a ambos a mi pueblo natal. Y entonces él y yo podremos ponernos frikis todo el día."
Jongin esperaba que algún día realmente eso sucediera. Ser capaz de trasladar a Jongdae a cualquier lugar diferente de donde estaba, era una hazaña muy difícil.
Por ahora, estaban ya aproximándose a los alrededores de la extensa propiedad que ocupaba la escuela. Minseok lamentaba no serle posible parar y llegar a conocer a Jongdae, pero él y Luhan iban terriblemente tarde para el almuerzo en casa de su familia - como resultado de haber sobreestimado la velocidad de su propio auto.
Jongin los despidió, cargado con su mochila y una caja de comics en la mano, deseándole a un nervioso Luhan la mejor de las suertes en la reunión con los padres de su novio. Ya que Luhan pasaría la noche allí, y volvería exactamente la noche del domingo para su turno en Exodus, hasta ese día no se enteraría de cómo salieron las cosas para su amigo.
Los jardines frontales de la escuela se veían particularmente hermosos en ese soleado día de primavera con el césped perfectamente podado luciendo más verde que nunca y las flores coloridas floreciendo a todo lo largo. Había algunos estudiantes circulando al exterior, ya que era sábado, y casi todo el mundo se había ido a casa por el fin de semana. Caminó directo a la terraza, donde sabía que Jongdae estaría esperándolo.
“¡Hey, pequeño!” llamó desde lejos, dejando la caja cuidadosamente en el suelo tan pronto como vio a un niño con pinta de nerd caminando cerca a la fuente.
Inmediatamente, una gran sonrisa apareció en el rostro de Jongdae cuando vio a Jongin, y corrió en su dirección, dándole un cálido y estrecho abrazo.
“¡Hey, grandote!” el chico le devolvió el cariñoso apodo. “¡Llegas tarde!”
“Lo se, lo se, no tome el tren hoy.” explicó mientras acariciaba el cabello de su hermano. “Tus tíos Minseok y Luhan me trajeron.”
Jongdae parecía gratamente sorprendido. “Oh, ¿ellos también están aquí?”
“No, Dae, no hoy.” sintió su corazón contraerse en su pecho. “Pero prometieron venir de visita pronto. Quien sabe, tal vez entonces incluso nos lleven con de paseo ellos a algún lugar.”
“¿De verdad?” el niño se veía todavía más emocionado que antes. “¡Eso sería tan genial!”
“¿Sabes que es incluso más genial? Adivina lo que hay dentro.”
Únicamente cuando Kai señaló a la gran caja ubicada a sus pies, Jongdae pareció notarla, frunciendo el ceño en confusión.
“Que… No…no tengo idea …¿libros?”
Jongin resoplo ante la suposición de su hermano. Libros eran sus regalos usuales en cada ocasión.
“Casi.” levantó una ceja con suficiencia “Vamos a tu cuarto y te mostraré.”
Y así los hermanos se apresuraron hacia la habitación del menor, compartida con otro estudiante, quien también estaba ausente este fin de semana. Lo ordenado y limpio que siempre parecía el cuarto lo impresionaba; como resultado de las estrictas reglas impuestas por el internado (siempre se preguntaba qué pensaría Jongdae del constantemente desordenado apartamento en el que su hermano mayor vivía)
“Ahora, escúchame con cuidado.” Dijo Jongin mientras depositaba la caja encima de la cama de Jongdae. “Este es un regalo muy especial, el tío Minseok quería dártelo personalmente, pero ya que no pudo, aquí esta.”
El niño no podía esconder su emoción mientras removía la tapa de la caja. Y cuando finalmente tuvo un vistazo de su contenido, sus ojos se hicieron enormes con la impresión. "¡Wow!" expresó y sonrió ampliamente, mirando a Jongin. "¿Puedo...puedo?"
Jongin asintió fervientemente, y se deleitó de ver la cara del niño iluminarse con emoción mientras hojeaba los primeros números.
"Esta es la vieja colección de Minseok de comics de X-Men. Debe deben haber cientos de ellos ahí." Aunque Jongin no pudiera guiarlo a través del contenido, estaba seguro de que el pequeño podría irlo descubriendo por sí mismo. "Y si cuidas bien de ellos, tiene un montón de otras colecciones que le gustaría regalarte también."
"¿En serio? ¡Eso es grandioso!" la alegría de Jongdae era contagiosa. "¿Cuáles tiene?"
"Uh,Uh...." esa pregunta lo atrapó con la guardia baja. Súper héroes no era algo que estuviera en su radar, de verdad. "No lo se, ¿Spider-Man?"
"¡Wow! ¡El tío Minseok es tan increíble!"
"Sí, sí lo es." Estuvo absoluta y completamente de acuerdo. No podía estar más agradecido por la generosidad de Minseok, especialmente viendo a su hermano ser tan feliz como ahora.
Un golpe en la puerta los interrumpió, antes de que fuera abierta para revelar a una mujer de mediana edad, vestida muy formal, quien le hizo una reverencia completa a Jongin; Jongdae se levantó de inmediato y devolvió el solemne saludo, aunque el hermano mayor necesitó un momento antes de captar la situación y hacer lo mismo. Reconoció instantáneamente a la mujer como la directora del colegio, la señoraLee.
“Buenas tardes, señor Kim.” La directora inició. “¿Le importaría si tuviéramos unas palabras?”
"Buenas tardes, señora..." estaba sorprendido por su severo tono."¿Hay algún problema?"
"Prefería conversar con usted en privado, señor. ¿Pasaría a mi oficina, por favor?"
"Seguro." La preocupación llenó el corazón de Jongin "Dae, voy a hablar con la señora Lee por un momento. Esperame aquí. ¿Okay? Cuando regrese, saldremos a almorzar, ¿es un trato?"
"Es un trato." Jongdae estaba tan enfocado en los comics ya dispuestos en su cama, que difícilmente percibió el intercambio de palabras entre los adultos.
Con eso, Jongin siguió silenciosamente a la directora a su oficina, nervioso por lo que tuviera que decirle. Esto no podía ser acerca de dinero: había estado cumpliendo los depósitos mensuales de la colegiatura de esa escuela ridículamente cara religiosamente, bajo mucha coacción. Por lo que sabía las calificaciones de Jongdae eran bastante altas, y su conducta como estudiante siempre había sido ejemplar.
El único problema posible que se le venia a la cabeza era también su mayor miedo: que su poco ortodoxo modo de vida haya sido descubierto.
"Señor Kim, he estado intentando hablar con usted desde hace un tiempo, acerca de un tema algo problemático."
Se preparó para lo peor, pero no dejo entrever nada. "Soy todo oídos, señora Lee."
"Es acerca de Jongdae." La mujer se quitó los anteojos y miro directo en los ojos de Jongin. "He estado notando algunos problemas de conducta que creo de deberían ser tratados."
"¿Problemas de conducta?" estaba ciertamente sorprendido por lo que oía. "Pero Jongdae es un niño tan bueno. ¿Ha hecho algo de lo que no me haya enterado?"
“No, señor Kim, no tengo quejas acerca de las acciones de Jongdae hacia los profesores, el staff o los demás estudiantes. En estos cuatro años que lleva con nosotros, siempre ha mostrado muy buenos modales."
“Lo siento, entonces, creo que no comprendo su punto --"
“Mi preocupación está relacionada al estado mental de su hermano, señor Kim." la directora permanecía calmada pero él hizo una mueca de angustia.
"¿Estado mental? ¿A qué se refiere con estado mental?"
"Jongdae se ha vuelto extremadamente callado últimamente, señor Kim. Sé que siempre ha sido muy discreto, pero en los pasados meses, ha estado mostrando signos de aislamiento voluntario." En vista de la expresión confundida de Jongin, la señora Lee intentó explicarse mejor. "Difícilmente se comunica con algún otro estudiante, dentro o fuera de clases. Pasa la mayor parte de su tiempo solo, ya sea en la biblioteca, o en los jardines, o en su habitación. No creo que tenga a nadie a quien considere un amigo en esta escuela"
Tragó con miedo. Sabía que podía lidiar con cualquier dolor en este mundo, mientras Jongdae estuviera bien. Pero no podía con esto.
“Y su compañero nos ha reportado que sufre de pesadillas recurrentes, lo que no es una buena señal.”
Era como si una flecha se incrustara en su corazón. Había estado rezando, todos estos años, para que cualquier cosa que hubiera sucedido se hubiese borrado completamente de la mente de su pequeño hermano.
“Como mencioné, su desempeño académico no se ha visto afectado por nada de esto, ni tampoco su buena conducta. Pero un niño de nueve años aislándose a si mismo de esa forma, y experimentando problemas para dormir debido a constantes pesadillas … además del hecho que no tiene ningún otro familiar que usted, señor Kim, y usted sólo viene esporádicamente- “
“Yo trabajo-“sintió su garganta obstruirse. “Trabajo en la ciudad. Si tuviera más tiempo para visitarlo, lo haría todos los días.”
“No tengo dudas sobre eso, señor Kim.” La directora habló honestamente. “Sin embargo, no cambia el hecho de que Jongdae pudiera verse afectado por la falta de estructura familiar en su vida. Creo que necesita un estudio más profundo sobre este tema. Le recomendaría una visita a nuestro psicólogo para una evaluación, pero necesito su consentimiento, como su tutor legal.”
Jongin se quedó sin palabras. La culpa llenaba su corazón y tuvo que reprimir sus lágrimas. Asintió, mostrándose de acuerdo, confiando en el buen juicio de la directora sobre el asunto.
“Esto es solamente una precaución, señor Kim.” El tono de la mujer era casi maternal, a pesar de que no lo eran sus palabras. “No es el primer niño en atravesar problemas, y tenemos que tomar en consideración que se está acercando a la pubertad. Mientras más pronto hallemos si hay algo mal con él, será mejor.”
Unos cuantos minutos y un par de documentos firmados después, estaba de vuelta en la habitación de Jongdae, cargando un peso aún más grande que aquel con el que llegó. Aconsejado por la señora Lee, no le mencionó el tema de su conversación a su hermano; a lo largo su salida a almorzar en el pueblo, hizo su mejor esfuerzo para comportarse lo más natural posible, escuchando atentamente la detallada explicación del pequeño sobre la saga de X-Men. Luego de eso, fueron directo al único cine del pequeño pueblo, que mostraba en cartelera la última película de Los Vengadores. Pero no mucho de la trama fue captada por su preocupada mente.
Estaba ya oscuro para el momento en que los dos hermanos se encaminaron de vuelta a la escuela; Jongin insistió en cenar apropiadamente en algún lugar, aunque Jongdae seguía diciendo que estaba completamente saciado por todas las palomitas de maíz. El niño se veía tan flacucho, como si tuviera una terrible necesidad de ser alimentado adecuadamente.
“¡No creo que pueda dormir esta noche después de tanta comida!” Jongdae se quejó mientras frotaba su estómago, mientras caminaban relajadamente por las tranquilas calles del pueblo.
“Bueno, ¡así deberías comer todas las noches!” replicó, pero no pudo contener su sonrisa. “¿Crees que todos los superhéroes por los que estás loco obtienen su energía del simple aire? ¡Deben comer muchísimo!”
“¡Duh, los superhéroes ni siquiera son reales!” el más joven le contestó en tono burlón.
“¿De veras, sabelotodo?” Jongin estaba en parte molesto, en parte orgulloso de la respuesta de su hermano menor. “Pero tú si eres real y tienes que comer si quieres crecer tan alto como yo.”
Jongdae finalmente se rindió. “Bien, comeré dos tazones de sopa cada noche, ¿okay?”
"Mucho mejor." El hermano mayor le dio un codazo al muchacho para que se apure, ya que se detuvo cuando cruzaron los terrenos de la escuela.
"¿Era para eso que la directora te llamó a su oficina?"
La pregunta lo sorprendió, porque su hermano no era normalmente un niño preguntón.
"No. Sólo estaba chequeando el depósito que hice para la escuela." mintió, más decidió aprovechar la oportunidad y prosiguió. "¿Porqué lo preguntas?"
"Me dio curiosidad."
Notó como su hermano parecía evadirlo "No hemos hablado sobre la escuela últimamente. ¿Cómo va todo?"
"Normal, supongo." Jongdae se encogió de hombros, mirando hacia abajo y sellando sus labios. Ahora que lo había oído de alguien más, era evidente que el niño se sentía incómodo hablando sobre el día a día en el colegio. Y le dolía profundamente haber permanecido tan inconsciente a las señales antes.
“¿Sabes que puedes hablar conmigo, cierto?" trato de hacerle entender el mensaje al niño, sin dejar nada en evidencia. “Si te sientes triste, asustado o molesto, habla conmigo. Pídele a la escuela permiso para llamarme, en cualquier momento."
Jongdae levantó los ojos para encontrar los del mayor, dándole un pequeño pero significante asentimiento. El otro tomó sus hombros cuidadosamente antes de hablarle honestamente otra vez.
"Lo sé, sé que no he venido tan seguidamente como debería... Y cuando lo hago, nunca salimos ni nos divertimos-"
"¡Pero hoy me he divertido mucho!" El pequeño lo interrumpió de repente.
Rió ante esa sencilla respuesta. "Yo también. Sin embargo, lo intentaré mejor de ahora en adelante."
"Eres el mejor hermano mayor del mundo, Jonginnie." declaró en silencio con toda sinceridad. "Soy feliz cada vez que vienes a visitarme. Y tú también puedes hablar conmigo, ¿lo sabes? ¡Ya soy grande!"
"¡Claro que sí!" lo estrechó en un fuerte abrazo. "Sólo tu corazón es más grande que el de cualquiera."
Permanecieron uno en los brazos del otro por unos momentos más, en medio de los jardines vacíos de la escuela. Una vez más, Jongin tuvo que contener sus inmensas ganas de llorar.
Tenía que ser fuerte. Tenía que se valiente. Por él.
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Eran las 10 pm en punto y, como de milagro, luego de un viaje en tren y maquillaje en los vestidores, Jongin estaba sexy, listo y esperando para encontrarse con Sora en Exodus. Esa noche, se sentía con ganas de emborracharse. La mujer lo había reservado por la noche entera y el día siguiente, y ya que no tendría otro turno en la noche del domingo, podría también tener un poco de diversión, a fin de afrontar su agotadora agenda.
Su cliente no demoró mucho en venir, y tampoco se reprimió demasiado: bebiendo, bailando, riendo, Sora no se parecía en nada a la mujer había llevado entre lágrimas a su casa, la última vez. Eventualmente, una vez se sentaron en uno de los reservados junto a la pista de baile, no desperdicio tiempo en gatear sobre él y acurrucarse a su alrededor.
"Hmm, extrañé ese perfume." ronroneó con el rostro enterrado en el cuello sudoroso de Kai. "¿Cómo es que te has puesto aun más sexy en solamente dos semanas, huh?"
"Tú también te ves muy sexy en ese vestido." halagó a su cliente, recorriendo una mano lánguida sobre su muslo completamente expuesto. "Desapareciste del mapa. Estaba preocupado por ti."
"¿Lo estabas realmente?" la mujer sonrió contra la piel del prostituto. "Tú sigues diciéndome esas cosas, y se me hace más y más difícil no enamorarme de ti."
E inmediatamente se arrepintió de sus propias palabras luego de oír las de ella. Lo último que quería era ilusionarla y romper su corazón después.
"Ah, no digas eso..." trató de tomárselo tan despreocupadamente como le fue posible. "Es sólo que estabas tan triste es noche luego de lo que sucedió-"
"¡Era un jodido desastre!" de pronto retrocedió sobre sus propias palabras y tomó su coctél para darle un sorbo. "Pero estoy mucho mejor ahora."
"Oh." Kai noto un extraño acento oculto en su voz, más optó por no insistir en el asunto. "Eso es bueno, entonces."
Entonces Sora comenzó a soltar la sopa por sí misma. "Luego de que mi jefe decidiera degradarme de mi posición en el banco, alegando 'desconfiar en mi ética profesional' y 'reprobar mi conducta personal', me sentí como si hubiera matado a alguien..."
La amargura evidente de la mujer mantuvo a Kai a la expectativa.
"Luego de unos cuantos días de reflexión, decidí dejar superar mi enojo y ser más lista que ellos.” Continuó su orgulloso discurso improvisado. "¿Creo que recuerdas al querido hijo político, Do Kyungsoo?"
Kai se congeló en el sitio al oír el familiar nombre.
"¿Quién podría olvidar a ese despreciable, repulsivo y jodido gilipollas, verdad?" cepilló el cabello de su acompañante hacia atrás, a pesar de que por la expresión seria que mostraba en la cara, era evidente que su mente no estaba realmente enfocada en sus acciones. "Bueno, tengo suficientes razones para crecer que ese cabrón esta detrás de toda la mierda que nos sucedió ese día en el resort."
Era algo bueno que su vista no estuviera fijada en el prostituto, de otra forma hubiera notado los ojos del hombre casi salirse de sus cuencas por la impresión.
"Fue él. No tengo idea de cómo, pero ese hijo de puta lo descubrió y nos delató." Sora finalmente lo miró al rostro. "Pero obtendré mi venganza sexy. Y tú también la conseguirás."
Se tensó mientras intentaba entender lo que la mujer decía. "¿Venganza? Yo - Yo no --"
"Mañana, tú y yo haremos un pequeño trabajo detectivesco por nuestra cuenta." Ella lo interrumpió nuevamente. "Tiempo de usar el as que tengo bajo la manga."
"¡Buenas noches, señorita Sora!"
La voz de Mino proviniendo detrás suyo hizo saltar a Kai en su sitio.
"¡Buenas noches, Mino, querido!" Sora alzó la mano para que el otro hombre la besara, ofreciéndole una gran sonrisa. Siempre había odiado como Mino se mostraba como el más encantador, inofensivo hombre en frente de cualquier cliente, cuando en realidad, era exactamente lo contrario.
"¿Cómo está siendo tratada hoy, mi lady?" Mino le preguntó, posando una escalofriante mano en el hombro del más joven. "¿Está Kai aquí presente siendo amable con usted?"
"Oh, es delicioso, como siempre." La mano libre de Sora aterrizó en pecho del prostituto, posesivamente. "De hecho, demando que le proporcione un aumento, como recompensa por sus fantásticos servicios.”
Aunque Kai debería haberlo tomado como un cumplido, le sirvió mucho más como un recordatorio.
"Por supuesto, cuidaré muy bien de él." Declaró Mino con un sonrisa, y Kai se sintió resoplar. Como si eso fuera a suceder.
Pero Mino lo tomó desprevenido. "Ahora, si me permite, señorita Sora, ¿puedo robárselo por un minuto?"
"No puedo creer que me vayas a dejar sola y desprotegida, Mino." Sora bromeó.
"Le juro que no tomará mucho." Éste habló en su tono más amable y persuasivo. "Estoy seguro que Kai le recompensará agradablemente por su ausencia, ¿cierto?"
El prostituto simplemente sonrió, tratando de ocultar su disgusto. Como desearía golpearle cara de ese bastardo hasta hacerla puré.
Mino lo guió hacia una esquina no muy lejos de la barra donde su cliente se quedaba esperándolo, poniéndose frente suyo para que nadie pudiera observar su conversación
"Así que, Jonginnie, déjame preguntarte algo." el falso tono amigable se había ido. "¿Tienes alguna idea de dónde demonios está Luhan?"
Estaba más que preparado para esa pregunta. "No lo se, la última vez que lo vi estaba desmayado de cansancio en su cama. Ayer la noche fue salvaje para él, Mino. ¿Hoy no es su día libre?"
"Sí, esa sería una buena, muy creíble historia." El hombre replicó en un tono mucho más agrio que el anterior, “si no hubiera ido a chequearlo por mí mismo en su apartamento. Fui más temprano, para obligarlo a mover el trasero y que se prepare para un cliente muy importante que lo había solicitado hoy. ¿Y adivina qué? No estaba allí. Llame a su jodido celular, y está apagado. Tu pequeño amigo desapareció de mi vista sin previo aviso, y sabes malditamente bien lo mucho que eso me irrita."
Mientras escuchaba la rabieta de Mino, intentaba inventar alguna excusa rápida, convincente, que pudiera usar a continuación.
“Tal vez ha salido con algún cliente."
De alguna forma, el otro parecíaaún más molesto luego de considerar esa posibilidad. “¿Y por qué carajos acepta trabajos sin mi consentimiento o mi conocimiento, huh?
"Relájate, no es como si no te fuera a dar tu parte. " Realmente quería lucir calmado, aunque la rabia del el otro hombre no fuera para nada una buena señal.
"¿Ves? Ese es el problema con ustedes." Mino se le acercó más, atrapándolo efectivamente contra la esquina. "Piensan demasiado. Ustedes son putas asquerosas, su único propósito en la vida es follar por dinero. ¿Quién se cree que es, escabulléndose así, a mis espaldas?”
Las crudas palabras ya no tenían efecto de Jongin, aunque no estuviera en verdad cómodo con la reacción de Mino. Tampoco es que tuviera nada útil que decir, para ayudar a su amigo.
"Le voy a dar a Luhannie una muy buena lección. Necesita aprender algunos modales.” susurró en el oído de Jongin antes de retroceder y alejarse.
Escalofríos recorrieron su espalda, y el miedo se instaló en su corazón. ¿Qué era lo que el hombre planeaba para Luhan? ¿Golpearlo, venderlo, matarlo? No sería la primera vez que veía una de esas cosas sucederle a uno de los 'empleados' que hacían enojar a Mino.
Se preguntó si debería haber dicho algo más, si debería haber tratado de dar más explicaciones. En cualquier caso, no podía decir mucho y alejarse de su respuesta inicial, porque para cualquiera que preguntara, él no sabía dónde estaba su amigo. Llamar a Luhan ahora mismo no parecía tampoco una buena idea. Mino sospecharía si de pronto recibiera una llamada suya, en medio de la noche, justo después de su siniestra, indirecta amenaza.
Lo que Luhan necesitaba era una coartada. Y una muy buena. Con eso en mente, se le ocurrió una valiente y peligrosa idea. Aunque fuera la última cosa que quería hacer, situaciones desesperadas necesitaban medidas desesperadas. Esto no era por él. Era por Luhan.
Ahora sólo tenía que idear una forma de hacer funcionar su plan.
La oportunidad no tardó mucho en presentarse. Sora indicó que necesitaba ir al baño, y Kai hábilmente le pidió dejarle su celular, así podría tomarse una linda selca para que ella la conservará. La mujer ni se lo pensó dos veces, confiando su aparato desbloqueado en las manos ajenas, antes de irse. Y Jongin rogó que su loca apuesta funcionara.
De hecho, lo hizo. Encontró el número en su lista de contactos y lo marco con su propio teléfono, luego revisó el tiempo: 11:23 pm. ¿Quién sabe si contestaría una llamada desconocida? Tal vez este estaría durmiendo, o tomando una ducha. Tal vez estaría follándose a alguien en este mismo momento Jongin gruñó y maldijo su propia estupidez. Esto no es por ti, es por Luhan. Unos cuantos segundos de preparación y una profunda inhalación después, se encontró presionando el botón de ‘llamar’.
Uno, dos, tres tonos sonaron en el teléfono. Jongin rogaba a los cielos que le respondiera. Al cuarto tono, lo hizo.
"¿Hola?"
"Hola, ¿es el número de Do Kyungsoo?" Kai entrecerró los ojos en reproche a sí mismo, sin razón aparente.
"Está hablando con él. ¿Quién es?" Kyungsoo usaba su usual tono reservado.
"Soy Jon-" se detuvo por el shock de casi traicionarse a sí mismo. "Soy Kai. Necesito hablar contigo."
Pasaron cinco largos segundos de suspenso antes de que escuchar la voz de Kyungsoo otravez. "Espera un minuto."
Su corazón latía tan rápido, no pudo evitar sonreír ante su propia actitud infantil. En el otro lado de la línea, podía escuchar la música de una gran orquesta sonando al fondo; claramente el hombre estaba en otra de esas estiradas fiestas de la crema y nata de la sociedad, posiblemente en presencia de su prometida y demás compañía. De pronto, en su mente le pareció una terrible, terrible idea, y firmemente consideró finalizar la llamada antes de que fuera demasiado tarde.
"Hola." La simple palabra lo sorprendió en medio de su debate interno. "Te escucho. ¿Está todo bien?"
"Sí... de hecho no, no realmente, yo..." se sintió como un idiota balbuceando. "Necesito tu ayuda."
"Dime. ¿Estás bien?" Otro comentario que tampoco se esperaba.
"No -- no se trata de mí.... Es Luhan." decidió soltar todo lo que tenía que decir de una vez. “Luhan está en problemas. Mino le consiguió un trabajo de último minuto, pero él no está en la ciudad. Se fue temprano hoy y no volverá hasta mañana. Y Mino está furioso con su desaparición, ha amenazando con hacerle algo...le dije que seguramente estaría con algún cliente, pero me parece que no me ha creído..."
"¿Te está amenazando también?"
"No,...quiero decir, no directamente. Pero está bastante molesto. Estoy asustado por lo que pueda hacer." Odiaba el hecho de estar hablando tanto, y mostrando un lado tan vulnerable. “Así que pensé, quizás si tu pudieras… no tengo a nadie más a quien pedírselo, por eso te he llamado…quizás si tú pudieras intervenir y decir que Luhan está contigo, no tendrías que pagar por -“
"Le diré a Mino que Luhan estuvo conmigo."
Kai sintió un súbito alivio luego de oír la respuesta natural de Kyungsoo, sin ningún esfuerzo.
"¿Están Mino y tú en Exodus?" Preguntó súbitamente y lo sorprendió la extraña pregunta.
"Si...aquí estamos." Tomó otra inhalación profunda antes de murmurar las palabras finales que necesitaba decir. "Gracias...por ayudarnos...por ayudar a Luhan."
"No hay problema." Kyungsoo tambiénse tomó unos cuantos segundos hasta que volvió a hablar. "Si necesitas alguna ayuda, sólo --"
La atención de Kai fue desviada por la visión de Sora aproximándose rápidamente hacia la barra.
“Debo irme...alguien viene." Le advirtió rápidamente antes de colgar la llamada.
"¡Hey, precioso!" La mujer gritó en su dirección, para colapsar en el asiento junto a él. "¿Me extrañaste?"
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Casi una hora y una docena de intentos de selcas después (el prostituto inventó una excusa sobre no saber cómo usar el teléfono de Sora), Kai salió con intención de intentar encontrar un taxi, de forma que pudieran ir de regreso al apartamento de ella, mientras su clienta permanecía en uno de los ambientes reservados de Exodus, terminándose los últimos ¾ de lo que quedaba de su cóctel, esperando la llamada de su sexy acompañante.
La situación fuera de Exodus era caótica: la noche aún era joven y mucha gente quería ingresar al night club de moda o a alguno de los que estaban próximos; aunque también habían muchos otros clientes dando por finalizada la noche; como el propio Jongin, peleando arduamente para conseguir un taxi vacío. Había encontrado un buen lugar en la acera justo en frente del club y estiraba su cuello para adelantarse a sus competidores, cuando sintió su brazo siendo bruscamente tomado y halado hacia atrás. Instintivamente, intentó liberarse de su captor, antes de percibir quien era. Y cuando lo hizo, no lo intentó más.
"¿Dónde carajos crees que estás yendo?" Un evidentemente borracho Mino le gritó directo a la cara, luego de empujarlo bruscamente contra la pared frontal del club, alarmando y alejando a un montón de transeúntes (a pesar de que muchos todavía permanecían ahí, siendo testigos del altercado en atento silencio).
"¡Estoy buscando un maldito taxi!" Jongin le espetó de vuelta. "¿Qué otra cosa estaría haciendo?"
"¿Por qué dejaste a tu cliente sola adentro, huh?" Mino no parecía convencido por la explicación del prostituto. "¡¿Estás planeando escaper como tu buen amigo Luhan, chupapollas!?"
"¡No tengo idea de lo que estás hablando! ¡Ella me preguntó si podía conseguir primero un taxi, luego iríamos a su apartamento!" Estaba sorprendido de ver al otro hombre exponiéndose así, tan abiertamente, en plena entrada. "¡Y Luhan está con un cliente, ya te lo dije, joder!"
Mino lo empujó contra la pared otra vez, pero ahora, atrapándolo efectivamente por el cuello. El hombre estaba lanzándose dagas con los ojos cuando abrió la boca de nuevo. "¿Y cómo demonios sabes eso Jonginnie? ¿Luhan te dijo que lo cubrieras y me mintieron descaradamente, huh?"
"Luhan está conmigo, Mino."
Ambos fueron sorprendidos con la guardia baja por la distintiva voz profunda proviniendo de un costado, y volvieron la mirada por reflejo. Kai no podía creer lo que presenciaban sus ojos cuando vio a Kyungsoo caminando en su dirección, destilando su usual aura fría e insensible. El hombre se veía absolutamente radiante usando un elegante smokin con una corbata de moño, a pesar de no llevar encima la chaqueta y tenerla entre las manos.
Mino se quedó sin palabras por un pequeño momento, y cuando abrió la boca, experimentó algunas dificultades. "No -no pensé que--"
"Mino, puedes soltar su cuello." La respuesta helada de Kyungsoo hizo que todo el mundo se congelara de anticipación. "Ya te lo dije, Luhan está conmigo. Déjalo ir."
Era fascinante ver al maldito de Mino obedecer al hombre apenas lo dijo, especialmente considerando como Kyungsoo parecía elevarse sobre él, a pesar de ser mucho más bajito en estructura física.
"He estado tratando de llamarte todo el día, tu teléfono no funciona." Se acercó para hablar con Mino, en modo negocios, sin ofrecerle a Kai ni un vistazo. "Me encontré con Luhan más temprano y lo llevé a casa conmigo. Lo deje ahí descansando, porque tenía una fiesta a la que acudir. Asumo que no hay ningún problema."
Cuando los dos parecieron haber resuelto el problema usando sólo palabras, la multitud, decepcionada por la falta de acción real, empezó a dispersarse.
"No, no señor, sólo- yo pensé... No sabía donde estaba. Así que pensé-"
"Bueno, ahora que sabes dónde está, no hay necesidad de mayor conmoción, ¿cierto?" Kyungsoo le dio a ambos tranquilizadoras palmadas en la espalda. "Aclararé cuentas conmigo mañana, si te parece."
"¡Por supuesto!, no hay problema, señor, por favor, no creo que yo -"
"Ahora," interrumpió a Mino nuevamente, "He venido aquí a conseguir algo más. En realidad, a alguien más." Soltó mirando a Kai.
Una vez más, fue tomado por sorpresa, viendo a la cabeza de Kyungsoo moverse ligeramente en su dirección. ¿Había dejado su fiesta y recorrido todo el camino hasta Exodus sólo para estar con él?
Mino aclaró su garganta antes de hablar. "Lo-lo siento señor Do, pero Kai está en mitad de otro trabajo."
¡Qué gran oportunidad para declinar la oferta de Kyungsoo educadamente!
"Tengo otro cliente." Kai levantó las cejas, petulante, observando al hombre finalmente volverse en su dirección con una mirada escéptica de regreso.
"Estoy seguro de que algo puede hacerse respecto a eso." Kyungsoo puso una sonrisa cínica y una cara extremadamente astuta, enfocado solamente en el prostituto.
"Pero, señor, el otro cliente está esperando adentro-"
"Ella me reservó primero, qué lástima." Kai interrumpió a Mino esta vez, asegurándose de mostrarse despreocupado, con una sonrisa arrogante. "Lo siento."
"¡Kai!"
Por cuarta vez aquella noche, Kai se alarmó por una llegada inesperada. Era capaz de oír la voz de Sora desde la entrada del club, aunque realmente no podía ver a su elegante clienta entre la multitud de gente.
Y la realidad lo golpeó.
E inmediatamente salió huyendo a encontrar a la mujer antes de que ella pudiera encontrarlo a él, porque sería inevitable que viera a Kyungsoo, vestido de esa forma, tan distinto de todos los demás allí. No sabía porque sentía la necesidad de evitar que sucediera el encuentro. Ver a Kyungsoo expuesto, humillado por sus turbias acciones, después de todo lo que había hecho por él, aunque para Sora... ¿no sería esa su mejor manera de obtener venganza? Pero de algún modo, no quería formar parte de esa venganza.
Por eso, cuando pudo ver a Sora viniendo directamente en su dirección, la decisión fue instantánea.
"Hey, sexy. ¡Ahí estas!" La mujer se movió rápidamente hacia él; y en un segundo, notó los ojos de ella advirtiendo ver algo detrás suyo, un vistazo de haber captado a alguien más y sus expresión vibrante cambio hacia una de confusión. "¿Qué dem-"
No había tiempo para más. Kai aterrizó sobre ella y unió sus labios, dándole el más cinematográfico, desconcertante, y profundo beso con la boca abierta; lo suficientemente bueno para hacerle cerrar los ojos y hacerle olvidar hasta su nombre, mucho más de cualquier persona a quien hubiese visto.
Puso en práctica sus mejores habilidades, a pesar que era imposible decir que sentía realmente algo con ese beso; podía sentir a la gente alrededor haciéndose lugar para ver la escena; y oía a algunos silbando, jadeando y hasta aplaudiéndoles.
Aún besándola ardientemente, logró girarlos a ambos de manera que ella estuviera de espaldas hacia Kyungsoo. Luego abrió los ojos para mirar brevemente a su audiencia.
Como lo esperaba, Kyungsoo permanecía allí, pegado al piso, la boca abierta y su mirada fija en él, totalmente indescifrable. Kai estaba parcialmente divertido con su reacción, y algo enojado con el otro por ser tan lento; asegurándose de mover sus ojos para darle una pista de que debía irse cuanto antes. El prostituto no esperó mucho antes de poner fin al absurdo espectáculo.
Rompiendo el beso tan abruptamente como lo inició, puso un brazo sobre los hombros de Sora y llevó a la mujer embelesada y sin aliento lejos de allí tan pronto como pudo, sin levantar sospechas. Se permitió dar un último vistazo hacia atrás, sólo por si acaso.
Y Kyungsoo no estaba por ninguna parte.
Capítulo 8 →
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