4. Regreso
Kyungsoo despertó en su cama con la cálida luz del sol filtrándose desde las ventanas de su recámara.
“Kai…” Recordó que Kai fue quien había estado con él antes de que se quedara dormido. Alguien le había dado pastillas para dormir para ayudarlo con su fiebre. En su mente, era el rostro de Jongin. Pero aun así no tenía la más mínima idea de quién había sido - Kai o Jongin.
“¿Kai? ¿Dónde estás?” Kyungsoo murmuró adormilado, saliendo de su cama. Se detuvo abruptamente cuando vio una rosa fresca en el vaso encima de la mesa a un lado de su cama. Parpadeó confundido, entonces se inclinó para olerla. La esencia fresca llenó sus pulmones y se preguntó quién pudo haberla puesto allí. ¿Habría sido Kai?
“No, imposible.” Rió en voz baja, sus dedos acariciaban gentilmente los pétalos. Debió haber sido Jongin, Kai nunca me compraría una rosa. Kai no. Razonó con sí mismo y salió de su recámara para ir al comedor. Dejó de caminar cuando vio un tazón frío de sopa en la mesa.
“Pffft… ¡No sabe a nada!” Contuvo una carcajada, sabía que eso también era de Jongin. Jongin debió ir para asegurarse de que estaba bien e hizo todas esas lindas cosas por él. “Tsk, ese mocoso romántico no tiene arreglo…” Sonrió cuando vio un par de piernas cruzadas en el sofá de su sala. Kyungsoo caminó tan silenciosamente como pudo, echando un vistazo detrás del sofá para ver un poquito al chico que dormía roncando.
No pudo evitar sonreír al ver el pacífico rostro de Jongin mientras dormía.
“Hmmm… ¿uh? ¿Dónde estoy…? Oh, Kyungsoo hyung…” Jongin pestañeó al ver a Kyungsoo frente a él. “¿Ehhh? ¿Kyungsoo hyung? ¿Qué haces en mi casa?” Los ojos de Jongin estaban abiertos como platos mientras observaba al sonriente chico quien había caído al piso de tanta risa.
“¡Hyuung!” Jongin se quejó.
“Haha, lo siento Jongin. No puedo evitarlo, ¡eres muy lindo!” Kyungsoo dejó de reír y pellizcó las mejillas del otro. “¡Qué lindo!”
“¡No te burles de mí! Responde, ¿por qué viniste a mi casa?”
“Pero esta es mi casa.” Kyungsoo parpadeó inocentemente. “Te quedaste dormido en el sofá de mi sala.” Kyungsoo palmeó la cabeza de Jongin. “Y gracias a ti, ahora me siento mejor.” Kyungsoo sonrió tan lindo para el más joven quien le frunció el ceño.
“¿Mejor? ¿Estás enfermo?” Jongin tomó el mentón del otro, examinando sus labios cortados y miró el chupetón en su cuello, estaba seguro de que había más daños escondidos tras su ropa. “¿Ese bastardo te lastimó otra vez? Kyungsoo hyung, cuántas veces te he dicho-”
“¡No! ¡Estoy bien!” Kyungsoo lo interrumpió y apretó sus hombros. “¡Estoy bien, Jongin! ¿Qué no ves? Estoy muy bien y es gracias a ti. Por eso te recompensaré. ¿Qué quieres que haga?” Ladeó su cabeza como un lindo cachorro. “¿Quieres que te cocine algo?” Tomó su propia barbilla, pensando en algo que complaciera a Jongin. “¿O prefieres ir a un restaurante? Está bien, yo te invito. ¿Jongin?” Kyungsoo miró al más joven, quien miraba vacíamente sus propias manos.
“Estas heridas…” Jongin susurró. Volteó hacia arriba con un ceño fruncido, mirando a Kyungsoo a la cara. “No las tenía antes- qué es… ¡Ouch, duele! ¿¡Qué les pasó a mis manos!?”
Kyungsoo mordió nerviosamente su labio inferior, ¿qué se suponía que le dijera? Era Kai quien había roto el espejo en el cuarto de Kyungsoo con sus manos. Pero Kyungsoo no pudo decir nada de eso. No cuando sabía que Kai haría algo peor si se entera de que Kyungsoo le estaba contando todo a Jongin.
“¿Hyung? ¿Estás bien? Luces pálido” Jongin señaló.
Kyungsoo, de vuelta en sus sentidos, negó con su cabeza mientras se giraba, no podía ver a Jongin a los ojos. “No, Creo… Creo que no me he recuperado del todo, estaré en mi cuarto, si me necesitas.” Kyungsoo caminó rápidamente a su cuarto y cerró la puerta antes de que Jongin pudiera decir algo siquiera. Se recargó sobre la puerta y exhaló. Kai… ¿En dónde está? Kyungsoo se preguntó. Quería saber por qué siempre desaparecía y aparecía como un fantasma para follarse a Kyungsoo tan duro como pudiera, dejándole tantas marcas en su piel pálida y que siempre lo hacía estremecer al ver su reflejo en el espejo.
Espejo…
Volteó a ver el espejo que Kai había roto el día anterior. Seguía donde mismo. El marco del espejo roto seguía colgado, Kyungsoo necesitaba deshacerse de él lo más rápido posible antes de que Jongin lo viera.
“¿Kyungsoo hyung?”
¡Mierda!
“¿Jongin?” Kyungsoo se giró para verlo abriendo la puerta de su cuarto y quedándose inmóvil cuando vio el espejo roto.
“Hyung… ¿Qué le pasó a tu espejo? ¿Por qué está roto? Estaba perfecto la última vez que vine a cambiar el agua de la flor en el vaso” Jongin frunció el ceño, viendo al Kyungsoo confundido quien estaba de pie frente al espejo.
“Ehh… Es-eso es por…. Porque… Ugh, ¿entonces tú cambiaste la flor del vaso por mí? Ahora es una rosa, ¡gracias! ¡Es hermosa, Jongin!” Kyungsoo intentó cambiar el tema y sostuvo el vaso con la rosa. Jongin observó la rosa con el ceño fruncido.
“…” Jongin murmuró algo.
“¿Qué dices?” Kyungsoo miró su rostro confundido.
“Nunca te traje una rosa. Siempre era un crisantemo amarillo” Jongin dijo, sus ojos fijos en los de Kyungsoo.
Kyungsoo estaba temblando. “¿No fuiste tú?”
Jongin negó. “Estoy seguro de eso. Siempre te traje crisantemos amarillos. Lo recuerdas, ¿no?”
Kyungsoo recordaba la segunda vez que Jongin visitó su departamento, Jongin le llevó una canasta llena de hermosas flores amarillas. Cuando Kyungsoo le preguntó qué tipo de flores eran, Jongin respondió de inmediato “Son crisantemos. Bueno, hay bastantes colores, bronce significa emoción, blanco honestidad, y rojo generosidad.”
Recordaba riéndose de la manera que Jongin describió el significado de las flores. “¿Y qué hay de las amarillas?”
Kyungsoo lo recordaba claramente, recordaba lo rojas que se pusieron las mejillas de Jongin y lo lindo que era al decir “Amarillo significa admirador secreto.” Lo recordaba porque su corazón iba a explotar de emoción. Ese fue el día que pensó que tal vez, sólo tal vez, Jongin tenía los mismos sentimientos hacia él. Ese fue el día en que tuvo esperanzas con Jongin y estaba tan emocionado esa noche que miraba fijamente a la hermosa flor en el vaso al lado de su cama. Jongin siempre era dulce y gentil. Eso hacía que Kyungsoo se derritiera y se enamorara del chico, pero seguía inseguro de los sentimientos del joven hasta ahora. Ya que Jongin siempre lo trataba como un mejor amigo, Kyungsoo creyó que eso era suficiente. No podía pedir más.
“Amor apasionado.” Jongin dijo, lo que hizo espabilar a Kyungsoo.
“¿Huh?” Kyungsoo alzó su cabeza hacia Jongin, quien miraba el espejo con una expresión ilegible.
“Las rosas rojas significan amor apasionado. Debió ser tu novio. Parece que se ha vuelto más bueno contigo. Deberías estar orgulloso de eso.” Jongin tenía ese tono sarcástico en su voz, y a Kyungsoo no le agradó. Jongin sonaba como Kai.
“¿Kai?”
Jongin lo miró con ojos llenos de ira que hacían saber a Kyungsoo de quién se trataba.
“Sí, por supuesto. Él es tu novio, ¿verdad? Pero hyung… ¿Puedes no mencionar su nombre frente a mí? Se siente extraño cada que lo oigo, hyung.” Suspiró de alivio al saber que seguía siendo Jongin. Que la persona frente a él seguía siendo Jongin, Kim Jongin, su querido mejor amigo. “Ya me voy, debo ir a trabajar.” Jongin dijo.
“G… Gracias por venir, Jongin…” Gracias por quedarte.
“No hay problema. Sigo sin entender por qué desperté en tu sofá, pero creo que de nuevo ando de sonámbulo. Me voy, ten cuidado, hyung.” Y así, Jongin se retiró.
Kyungsoo miró al amor de su vida irse silenciosamente.
Jongin se quedó. Kai se ha ido, al menos por ahora.
Kyungsoo no sabía por qué se sentía un poco lastimado al pensar en eso, pero dejó de lado sus sentimientos para limpiar su desordenado departamento.
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Jongin no fue a trabajar como le había dicho. En vez de eso fue al hospital a recibir un tratamiento adecuado para sus heridas. Caminaba hacia el baño cuando vio su reflejo en un espejo y se detuvo a verlo.
“¿Qué pasa con mi cabello?” Se dio cuenta de que raramente se peinaba, no lo hallaba necesario ya que siempre optaba por una imagen casual. Pero recordó que esa no era la primera vez que encontraba su cabello en una condición extraña y a veces hasta llevaba maquillaje, se vería a sí mismo con delineador desgastado en sus parpados y eso lo asustaba. No sabe ni siquiera como ponerse maquillaje.
“Debo estar poseído o algo…” Jongin sacudió su cabeza, se echó agua en la cara y frotó su frente. “Creo que me estoy volviendo loco… Tal vez estoy alucinando cosas…”
Jongin no recordaba haber visitado nunca antes un club pero su cerebro seguía repitiendo la escena donde estaba a punto de entrar a uno, un montón de extraños que lucían familiares lo saludaban. Jongin abrió sus ojos, para ver su propio reflejo, y pensaba que ese ya no lucía como su rostro.
A veces se sentía así al verse al espejo. Sentía como si viera a alguien más, alguien que le regresaba la mirada a través del espejo. No era él mismo, era alguien más. Un desconocido familiar. Pero siempre alejaría ese pensamiento, pensando que era simplemente su imaginación.
“Tal vez es el estrés del trabajo. Ya no reconozco mi rostro, hyung.” Eso fue lo que Jongin dijo cuando fue al departamento de Kyungsoo en la noche. Ya se había cambiado y tomado una ducha, usaba su playera favorita con un par de shorts. Esas sí eran sus prendas. Él las recordaba. Pero ahora se sentían como la ropa de alguien más. Se sentía tan extraño.
“¿Qué? ¡Ugh!” Kyungsoo tosió, estaba a punto de tomar un sorbo de su té cuando escuchó al más joven hablar.
“¿Hyung? ¿Estás bien?” Jongin se acercó y palmeó a Kyungsoo en la espalda. “Con cuidado, hyung.” Sacudió el brazo del chico juguetonamente y algo llegó de golpe a su cabeza.
“¿Te gusta cuando te golpeo?”
Jongin parpadeó, tuvo un flashback de sus manos tomando el mentón de alguien. No de alguien desconocido, sentía que conocía al dueño de ese mentón. “Ugh…” Él vio algo, estaba seguro de que podía ver algo dentro de su mente, pero todo estaba oscuro.
“¿Jongin? ¿Jongin? ¿Qué pasa?” Kyungsoo se acercó, tomando sus brazos.
“Detente… Detente por favor…” Sonaban súplicas y alguien llorando en la mente de Jongin, repentinamente se sintió mareado. Jongin tropezó y cayó al piso, sus manos jalaban de su cabello. Había lágrimas cayendo de sus ojos.
“¿¡Jongin-ah!? ¿Qué rayos te pasa? ¿Te duele algo?” Kyungsoo se hincó frente a él, acariciando gentilmente sus mejillas con las cálidas palmas de sus manos. Los ojos de Jongin se fijaron en los labios de Kyungsoo, esos besables labios.
“Toma… Te dejaré probar lo bien que sabe Kai.”
Los ojos de Kai se abrieron de par en par, se vio a si mismo ahogando a Kyungsoo con su pene erecto y follando su boca. “¡Noo!” Jongin gritó fuertemente y empujó a Kyungsoo.
“No… No… ¿Qué fue eso? ¿Qué me pasa?” Jongin pasó sus dedos por su cabello. ¿Estaba soñando despierto? No era como si nunca antes hubiera soñado algo erótico con Kyungsoo, pero estaba seguro de que eso no era un sueño. Estaba sobrio y bien despierto. ¿Por qué vio algo así?
Y como se llamaba a sí mismo…
“Hyung… Kyungsoo hyung…” Jongin llamó, extendió sus manos para ayudarle a Kyungsoo a levantarse pero se detuvo al ver las heridas de sus manos.
“Sus manos están heridas por el espejo, aquí, aún hay pedazos de espejo en su piel. Es un alivio que no se hayan infectado ya que fueron limpiadas antes. Debería agradecerle a quien le ayudó, Señor Kim.” Jongin recordó lo que el doctor le había dicho cuando fue a curar sus heridas al hospital.
“Hyung… ¿Kyungsoo hyung?” Jongin lo tomó por los hombros, haciendo que lo mirara a los ojos.
“¿Sí, Jongin? ¿Qué pasa?” Preguntó con preocupación en su mirada.
“Tú… ¿Tú curaste mis heridas?” Preguntó. “¿Fuiste tú, verdad?”
Kyungsoo no estaba seguro de que debería decir, así que simplemente permaneció en silencio e intentó cambiar el tema. “¿Ya te sientes mejor? Deberías ir a descansar en mi cama si no te sientes bien, Jongin. Sólo deja que-”
Jongin interrumpió a Kyungsoo uniendo sus labios con los de él.
“¿Crees que no sé la forma en que lo miras? ¿La forma en que deseas su cuerpo?”
Jongin podía ver lo asustado que Kyungsoo lucía cuando lo volteó a ver.
“Eres tan sucio… Tan repugnante… ¿Lo sabes, Kyungsoo?”
Jongin podía ver lo mucho que Kyungsoo lloraba con semen cubriendo su estómago.
“¿Es porque no soy como el débil bastardo de Jongin? ¿Por eso no me sonríes? ¿Por eso no eres feliz?”
Jongin podía ver lo triste que se veía el rostro de Kyungsoo con sus labios heridos e hinchados y lo mojado que estaba por las lágrimas que rodaban por sus suaves mejillas.
“Así que… Mientras no deje cicatrices… Rompa ningún hueso… O te noquee… Está bien, ¿verdad?”
Jongin podía ver la manera en que Kyungsoo encorvaba su espalda con cada penetración y cada nalgada que recibía.
Los gritos, las quejas… Las lágrimas…
Jongin lo vio todo.
“Haré que me mires.”
El espejo roto, las heridas en sus manos le dijeron todo.
Jongin entendió por qué Kyungsoo lo miraba asustado y las manos le temblaban cuando fue a su departamento el día que cancelaron su cita.
“Jo… ¿Jongin? De verdad eres… ¿Jongin?”
Jongin entendió de donde venían las heridas la primera vez que las vio; “¿Quién? ¿Quién te hizo esto?”
“Tú…” ¿Cómo pudo Jongin haber sido tan ingenuo cuando Kyungsoo ya le había respondido todo? “¿Tú no recuerdas nada?”
Jongin lo entendió todo, él era Kai, él era quien había lastimado a Kyungsoo desde el principio.
Kai era él. Kai estaba dentro de Jongin. Él era quien lastimaba a Kyungsoo todo este tiempo. Siempre había sido él.
“¿Jongin? ¿Jongin? Por… ¿Por qué me besaste?” Jongin espabiló; los ojos de ciervo de Kyungsoo reflejaban lo patético que era. Qué tonto había sido…
“Porque desde que te conozco siempre quise hacerlo, hyung.” Podía sentir las lágrimas en sus ojos. “¡Siempre he estado enamorado de ti!” Jongin se estremeció.
La cara de Kyungsoo enrojeció al escuchar la confesión de Jongin. ¿Era eso verdad? ¿O sólo era su imaginación? ¿Eso significaba que Jongin también lo amaba?”
“Pero ya no tengo derecho a tocarte, ni a estar cerca de ti, Kyungsoo hyung…” Retrocedió. Kyungsoo podía ver el horror en su rostro, ¿por qué Jongin lucía así? ¿Qué le pasaba? ¿Y qué era eso que dijo? ¿Vio cosas? ¿Qué significaba eso?
“Jongin… Estás actuando extraño… ¿Por qué te alejas de mí? Ven, quiero asegurarme de que estás bien. Estás raro hoy” Kyungsoo se acercó pero Jongin le gritó para que se detuviera.
“No te acerques más, hyung… No… Tengo miedo de hacerte daño… No te acerques, hyung…” Jongin tropezó, ahogado en lágrimas.
“Jongin-ah, tú nunca me hiciste daño. Por favor, déjame curar tus heridas primero, ¡están sangrando!” Kyungsoo alzó la voz
Jongin negó, las lágrimas creaban rastros en su cara.
“Yo… Yo te he lastimado todo este tiempo… Soy tan cruel… No merezco estar contigo hyung, ni siquiera como tu amigo. No puedo… ¡Perdón, hyung!” Jongin corrió saliendo del departamento, dejando a Kyungsoo gritando su nombre.
“¡Jongin! ¡¡Jongin!!”
Pero el nombrado ni siquiera volteó para ver lo desesperado que Kyungsoo lo llamaba,
“Jongin … No me has escuchado… También te amo… Te amo Jongin…” Kyungsoo cubrió su rostro con su mano y sollozó, su amor acababa de confesársele, ¿pero por qué se sentía deshecho y herido?
¿Por qué?
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Ya había pasado una semana desde que Jongin desapareció de la vida de Kyungsoo. Una semana sin ver su rostro era un infierno y eso lo frustraba porque no importaba cuántas veces lo llamara, no respondería. Las veces que fue a visitar su departamento, Jongin no abrió la puerta. Kyungsoo casi había perdido la paciencia y pensó en llamar a la policía porque pensaba que algo le había pasado al chico. Recordando como Kai trataba a Kyungsoo, no le sorprendería si Kai arruinara la vida de otras personas.
Kai era un bastardo; quería odiar a Kai quien siempre lo lastimaba. Pero debido a Jongin, no podía siquiera odiarlo. Kyungsoo dejaría que ese cruel hombre desgarrara e hiriera su corazón las veces que fueran y no se quejaría ni siquiera una vez.
“¡Jongin! ¡¡Abre la puerta!!” Golpeó la puerta ya que el timbre del departamento de Jongin estaba roto. “¡¡Jongin!! ¡¡Abre la jodida puerta o voy a tira-oh!!” Simplemente giró la perilla y la puerta se abrió. Parecía que Jongin olvidó echar llave. “Jongin, voy a entrar…” Kyungsoo dijo al entrar al departamento.
“¿Jongin?” Kyungsoo caminó hacia el comedor, el cual estaba vacío, las habitaciones lucían inalteradas y frías, Jongin debió olvidar encender el calentador, Kyungsoo pensó. Kyungsoo fue a la cocina, sala, y seguía sin encontrarlo. ¡Su cuarto! Kyungsoo se dirigió al cuarto de Jongin, el cual estaba extrañamente abierto y cuando entró, Kyungsoo quedó impactado por la condición de la recamara.
Estaba toda desordenada, la ropa estaba tirada por todo el piso y el armario estaba roto. Las sábanas estaban deshechas y había una especie de diario en la cama.
Kyungsoo vaciló al principio, pero de todas formas tomó el diario. La portada estaba hecha de piel negra sin ningún nombre. “¿Es el diario de Jongin?” Kyungsoo frunció el ceño, juntando el coraje para abrir el diario y se asustó al ver la primera línea de la página principal.
Diario del hombre invisible.
Un escalofrío recorrió a Kyungsoo al ver la escritura brusca en la hoja. No tenía nombre, pero como si Kyungsoo supiera a quién le pertenecía, continuó a la siguiente página.
Mi existencia es como un cigarrillo. No durará para siempre, pero una vez que es encendido, necesitas aplastarme para apagarme.
Kyungsoo apretó el diario, estaba en lo correcto. Era de Kai.
Jongin es alérgico a los camarones. Recuerda esto y por su bien no le cocines esto.
Kyungsoo se sorprendió. Kai se preocupaba por Jongin. Había una lista de lo que le gustaba y lo que no. Cosas que debía hacer para que su existencia siguiera inadvertida por Jongin. “¿Qué es esto? ¿Realmente es Kai?” Dio vuelta a la página y se detuvo donde vio un dibujo. Kai dibujó un retoño de una rosa, lucía asombrosamente hermosa.
Así que Kai sabe dibujar… Kyungsoo pensó.
Hoy conocí a un chico lindo en el club, un estúpido estaba seduciéndolo y yo lo salvé como un héroe de película. Lo más genial que jamás había hecho. Aunque me siento mal por haberlo dejado dormido frente al departamento de Jongin. Pero no puedo hacer nada que hiciera a Jongin sospechar de mí. Lo siento, lindura.
El corazón de Kyungsoo se estremeció. Fue la noche en que casi fue violado por un extraño en ese club. ¿No fue Jongin quien lo salvó desde el principio? Por qué Kai mencionó que él era…
Se conocieron, el chico se llama do Kyungsoo. Jongin está siendo amigable con él. Sé que a Jongin le gusta, Jongin escribió su nombre en su libreta del trabajo incontables veces. De alguna manera, me hace sentir mal.
Kyungsoo no paró de leer.
No puedo detenerme.
Todo de Kyungsoo me está volviendo adicto.
Lo quiero.
Lo deseo aún más.
Sigo sin tener suficiente.
Kyungsoo está llorando silenciosamente mientras duerme, sus hermosos labios dijeron mi nombre mientras las lágrimas rodaban por su rostro.
¿Tanto te duele soñar conmigo, Kyungsoo?
Odio esto. Solía disfrutar sus lágrimas y llantos, porque eso me pertenecía.
Su sonrisa y sus carcajadas serían para Jongin.
Lo que me queda es su enojo y su tristeza.
Kyungsoo está enamorado de Jongin.
Lo sabía.
Lo descubrí por la manera en que mira su rostro cada que nos encontramos.
Kyungsoo se queda porque es el cuerpo de Jongin… ¿Por qué este corazón duele tanto cuando ya lo sabía desde el inicio?
No soy la mejor opción, ni siquiera soy la opción correcta. Pero aún así, espero que me escojas a mí.
¿Por qué no simplemente podemos estar juntos hoy, mañana, la próxima semana, el próximo mes, el próximo año, por siempre y para siempre?
Quiero estar siempre contigo. Quiero ser capaz de abrazarte y besarte cuando yo quiera. Te amo más de lo que podría prometerte.
Kyungsoo dio vuelta a la última página donde había pétalos marchitos de rosas rojas. Kyungsoo no pudo evitar llorar cuando leyó lo que estaba escrito ahí.
Es como un retoño de rosas al principio, pero ahora han florecido. Creo que ya es hora de que las rosas comiencen a morir. Yo no era necesario en tu vida.
Ni siquiera una vez.
¿Kai estaba enamorado de él? ¿Por todo este tiempo? ¿Kai había escondido todos estos sentimientos de Kyungsoo? ¿Pero por qué? ¿Por qué no le dijo antes? Por qué….
“¡Ughh!” Había una voz viniendo desde la puerta de atrás. Era el baño de Jongin, Kyungsoo lo reconoció. Se acercó a la puerta, sus manos sosteniendo firmemente el diario. Su corazón estaba a punto de detenerse cuando vio la imagen del baño.
“¡¡Jongin!!” Kyungsoo gritó, estaba en shock al verlo completamente pálido y mojado en la bañera, usaba una camisa blanca, pero el agua en la bañera era roja.
Sangre.
“¡Jongin! ¿Qué rayos haces? ¡¡Jongin!! ¡¡Responde!! ¿¡Qué pasa!?” Jongin lucía como si tuviera problemas para respirar, Kyungsoo lo sacó de la bañera y lo sentó en el piso, la sangre venía de las heridas en sus manos. Desabrochó su camisa, y sangraba de todos lados. Jongin lucía muy pálido, y al lado había una botella de… ¿pastillas?
“Jongin, ¿qué te tomaste? ¿Qué hiciste?”
Jongin lloró, estaba sollozando en el pecho de Kyungsoo, sus manos aferrándose a la camisa mojada del mayor.
“Kyung… ugh… Soo… Hyung… Yo… Le di su merecido… No te preocupes…” Jongin intentó hablar pero se ahogaba, Kyungsoo palmeó su espalda, intentando ayudarle a respirar pero aún así el chico lucía como un pez que había sido sacado del agua por demasiado tiempo.
“¿De qué hablas?”
“Lo siento hyung… Lo siento, soy tus espinas y tus medicinas… Lo siento…” Jongin sollozó. Kyungsoo negó con su cabeza, diciéndole a Jongin que dejara de hablar porque sería difícil para él.
“No Jongin, tú no hiciste nada malo. ¡No me digas eso! ¡Despierta! ¡¡Por favor quédate conmigo, abre tus ojos!!” Kyungsoo entró en pánico al ver que el chico empezaba a cerrar sus ojos.
“Estás bien… Respira… Sólo respira. Abre tus ojos…” Kyungsoo presionó las costillas de Jongin mientras intentaba hacer que el joven abriera sus ojos de nuevo. Jongin sonrió, secando las imparables lágrimas de Kyungsoo.
“Sssh… No llores, hyung, lo atrapé- Le di su merecido, así ya no te hará daño. Ssh… No llores… Está bien-” Jongin tosió. Kyungsoo lloró aún más fuerte. Estaba rompiendo en pedazos el corazón de Jongin, porque no quería herir a quien amaba y mucho menos hacerlo llorar de esa manera.
“¿Por quién estás llorando? No llores… Por favor- Detesto verte llorar… Por favor… Detente…” La voz de Jongin era parecida a susurros en ese momento.
Kyungsoo enterró su rostro en el cuello de Jongin. “Te amo. Jongin… No me hagas esto. Te amo. No me importa quien sea, Kai o Jongin… Simplemente te amo, amo ambos lados de ti… No me importa… Pero no me dejes…”
Jongin quería decir que él también amaba a Kyungsoo. Que estaba mal amar a Kai porque él era quien lo había lastimado. ¿Por qué Kyungsoo también lo amaba? Pero su voz estaba atrapada en el fuego de su garganta que lo mataba desde el interior, así que… Estos son los efectos de tomarse las pastillas con otra medicina. Jongin pensó. Nunca pensó que esto dolería tanto. Así que, ¿todo este tiempo tú soportaste ese dolor por mí, Kyungsoo hyung?
Jongin volvió a toser, respiraba más despacio pero su pulso aceleraba.
“No llores, estoy bien…” Kyungsoo estaba asustado a morir cuando vio esa sonrisa en Jongin.
“P… Perdón…” Kyungsoo podía oír los susurros saliendo de los labios de Jongin antes de que sus ojos se cerraran por completo.
Kyungsoo entró en pánico, podía sentir su cuerpo poniéndose frío por el miedo de perder a su mejor amigo.
Kim Jongin…
Kai…
Eran la misma persona. Eran la única razón porque el corazón de Kyungsoo latía, porque sus pulmones respiraban, porque el mundo era un lugar donde valía la pena vivir.
“Abre los ojos… ¡Regresa!” Kyungsoo sacudió el cuerpo frío de Jongin. “Está bien… Ya se terminó… Ahora estás bien… Despierta… Por favor… No me hagas esto… Te amo como no tienes idea… Regresa…”
Kyungsoo lloró y rogó para que Jongin o Kai se quedara. Rezó para un milagro por Jongin y Kai, que tal vez los tres de alguna manera obtuvieran otra oportunidad para hacer lo correcto. Rezó a Dios para que le diera esa oportunidad de arreglarlo todo.
“¿Por quién estás llorando? No llores… Por favor- Detesto verte llorar… Por favor… Detente…”
Kyungsoo se asustó, ¿por quién estoy llorando? ¿Jongin? ¿Kai? ¿Quién?
Kyungsoo no sabía la respuesta a esa pregunta. Todo se veía confuso para Kyungsoo, mientras veía lo débil y helado que estaba Jongin en sus brazos.
“Despierta… Por favor… Jongin … Kai… Despierta.”
La sirena de la ambulancia sonaba como una canción de esperanza para los oídos de Kyungsoo. Se levantó y corrió hacia la puerta y gritó auxilio para que lo salvaran, sólo sálvenlo por mí, por favor ayuda, ¡ayuda! Kyungsoo repitió y repitió, aún cuando el cuerpo de Jongin ya había sido subido a la ambulancia. Se sentó detrás del cuerpo inmóvil de Jongin que recibía ayuda de la gente del hospital. Kyungsoo jamás soltó sus manos frías.
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Jongin tiene múltiples desórdenes de personalidad debido a un enorme trauma de su vida.
Cuando él era un niño, solía vivir en una familia ideal y feliz. Hasta que todo le fue arrebatado en un horrible accidente. Sus padres se fueron, y alguien muy importante para él también lo dejó.
Su hermano gemelo.
El gemelo de Jongin se llamaba Kai, y desafortunadamente no sobrevivió al accidente automovilístico. Jongin fue el único sobreviviente. Y todo gracias a Kai, quien lo cubrió de los vidrios rotos de las ventanas con su propio cuerpo.
Pero después del accidente Jongin olvidó la mayor parte de su pasado, no recordaba mucho de él ya que eso le causó un gran trauma. Eso fue lo que el doctor le dijo a su único pariente, su único tío.
Cuando estaba completamente sólo y frágil; su única familia; su tío, cuidó de él. Solía ser un buen tío que se quedó a cargo de Jongin como si fuera su propio hijo.
“Jongin, eres muy lindo, igual que tu madre, ven, duerme con el tío Kim.” Pero su tío tenía una actitud extraña, a su tío le gustaba tocarlo sexualmente y lo violó cuando Jongin era apenas un frágil niño de 12 años.
“Separa tus piernas Jongin … Sí, justo así, buen chico…”
“Tío… ¡Duele! Me duele…”
“¡Cállate! ¡Yo sé que te gusta cuando te lastimo, siéntelo! Jaja, ¿te gusta que te golpee?”
“No tío… Duele… duele…”
Jongin era demasiado débil para poner resistencia, pensó que si sólo su hermano siguiera con vida, si sólo Kai siguiera vivo para protegerlo… Tal vez tendría una mejor vida.
Era una tranquila y pacífica mañana cuando el tío Kim comía su desayuno en el comedor con un café caliente y pan, tenía sus ojos fijos en el periódico y no se percató de la presencia de Jongin, quien estaba parado justo detrás de él, con ojos perforándolo tanto que podían hacerle un hoyo.
El tío Kim no tenía idea de lo que el niño sostenía en sus pequeñas manos; un cuchillo.
Sin decir palabra alguna, Jongin apuñaló a su único tío con un cuchillo justo en el corazón, matándolo con una gran pérdida de sangre.
Tanto la policía como el doctor ayudaron e intentaron lo mejor que pudieron resolver el caso, ¿cómo pudo un chico tan pequeño matar a un hombre de 34 años? Pero no encontraron nada ya que Jongin siempre se mantenía callado e insistía que no había sido él. Que él era inocente y no sabía nada de eso. El psiquiatra pensó que era un efecto del trauma debido a las agresiones sexuales de su tío. Lo que no sabían era que había sido realmente otra persona. No había sido Jongin, sino Kai.
Pero nadie se dio cuenta de eso. El mismo Kai no sabía cómo es que había despertado con enojo y odio hacia el extraño que comía el desayuno en el comedor ese día. Sólo tenía la urgencia de deshacerse de aquel tipo justo en el momento que lo vio.
Y mientras el tiempo pasaba, Kai comprendió su situación, él no vivía su propia vida, con su propio cuerpo, comprendió que era de Jongin. Sabía lo patético que Jongin era, y había un sentimiento dentro de él que lo hacía querer protegerlo no importa qué.
Kai se prometió a sí mismo que debía pagarle a Jongin por dejarlo vivir en su propio mundo protegiéndolo, asegurarse de que Jongin estaba en las manos adecuadas.
Y entonces un ángel llamado Do Kyungsoo apareció en sus miserables vidas. El chico trajo luz y los hizo a ambos revivir en el interior, debido a sus sentimientos por Kyungsoo.
Kai no era más que un hombre invisible, ni siquiera sabía cómo luciría si tuviera su propio cuerpo.
Jongin era un chico inocente y amable que intentaba sobrevivir en este injusto y cruel mundo, su corazón tan frágil incluso con un leve toque se destrozaría en pedazos.
Kyungsoo era un chico ordinario, quien tenía la más linda sonrisa y las risas más melodiosas que Jongin y Kai hubieran visto antes.
Kyungsoo era un chico ordinario quien Jongin y Kai deseaban a morir.
Kyungsoo era…
La razón por la cual Jongin y Kai colgaban de un delgado hilo.
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“¿Es usted el pariente del señor Kim?” El doctor lucía serio, mirando los ojos cansados de Kyungsoo por quedarse despierto toda la noche, esperando el progreso de Jongin.
“Sí, Jongin no tiene ningún pariente del todo, soy su único amigo… Ah no, soy su novio… ¿Cómo está él, doctor?” Kyungsoo intentó lucir tan calmado como podía, pero el doctor aún podía ver la preocupación en sus grandes ojos.
“Las pastillas que el señor Kim ingirió son Intermezzo; una sobredosis de Intermezzo puede ser fatal si es tomada junto con otras medicinas que pueden causar somnolencia. Los síntomas de la sobredosis incluyen somnolencia extrema, confusión, respiración superficial, delirios, desmayos, o coma.” El doctor explicó pero la cabeza de Kyungsoo estaba llena de preocupación, tanto que no entendió al doctor. “El señor Kim está inconsciente y dentro de un coma. No podemos hacer nada más que esperar hasta que despierte de él. Recemos para lo mejor.”
Sus piernas se sintieron débiles y cayó al suelo. ¿Jongin estaba en coma? No podía creerlo. ¿Cómo es que estaba en coma?
“En… ¿En dónde está ahora?”
Un chico con un ramo de flores abrió la puerta del cuarto suavemente mientras se dirigía hacia la silla a un lado de la cama donde una persona inconsciente estaba recostada. La máquina en el cuarto hacía un Beep constante, causándole escalofríos al chico que entraba. Siempre detestó esos ruidos fríos, pero era mejor que no oír nada.
“Jongin … Estoy aquí, Kyungsoo hyung está aquí.” El chico sonrió, colocando las flores en un florero encima de una mesa cerca a él.
“Te traje tulipanes amarillos para pagar por todos los crisantemos amarillos que me compraste…” Kyungsoo sonrió, se inclinó para ver más de cerca el rostro del chico inconsciente, el nebulizador en su nariz seguía ahí, ayudándole a respirar.
“Si sólo pudieras olerlos, huelen muy lindo. Justo como su significado…” Kyungsoo sonrió mientras tomaba la mano de Jongin en las suyas.
“¿Sabes lo que significan los tulipanes amarillos, Jongin?” Kyungsoo frotó sus manos juntas, intentando calentarlas.
“No te diré hasta que despiertas y me digas tú mismo.” Kyungsoo llevó las manos de Jongin a sus mejillas; besó el dorso de esas manos frías. No se dio cuenta de que lágrimas ya amenazaban con caer de sus ojos.
“Jongin, ¿Cuándo despertarás y me verás con tus hermosos ojos?” La voz de Kyungsoo sonaba temblorosa y áspera, apenas eran las 7 de la mañana, pero ya estaba junto a Jongin en el hospital.
“¿Qué tal si olvido el color de tus ojos porque ya ha pasado un año desde la última vez que los vi?” Sollozó.
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No era su intención llorar cada vez que venía a ver a Jongin, nunca quería hacerlo. ¿Pero qué podía hacer? Le dolía tanto, esperar por tanto tiempo a alguien a quien amas. Seguía hiriendo a Kyungsoo, cambiando su rutina diaria para ir a ver al inconsciente Jongin al hospital todos los días. Dolía, porque en la noche encontraría difícil poder dormir y en la mañana era difícil despertar. Kyungsoo siempre visitaba a la florería más cercana para comprarle flores, cambiando las del día anterior.
Siempre tenía que dejarlo porque aún tenía que ir a la universidad, pero iba justo después de clases para revisarlo. El simple pensamiento de que tal vez… Tal vez… Jongin despertara con sus ojos bien abiertos, recibiendo a Kyungsoo con su sonrisa serena y diciendo un fuerte “¡Kyungsoo hyung!”
Era solitario sin Jongin o Kai a su lado. Se había dado cuenta. Su cuerpo dolía tanto, era mejor cuando Kai estaba junto a él y lo lastimaba con sus propias manos. El cuerpo de Kyungsoo dolía aunque no había nadie golpeándolo dejándole moretones. Pero aún así, lloraba silenciosamente al dormir. Duele, porque su cuerpo y corazón anhelaban por alguien que no estaba ahí para él.
“Regresa por favor… Te lo ruego.” Kyungsoo lloró, siempre le decía a Jongin que regresara, que regresara por él. “Sólo regresa y todo estará bien.”
“Estoy aquí, te amo. No me importa si tengo que llorar toda la noche porque estaré aquí para ti. No hay nada que puedas hacer para perder mi amor. Te protegeré hasta que mueras, y después de eso te seguiré protegiendo. Soy más fuerte que las depresiones y más valiente que la soledad que me has dado.” Kyungsoo alejó el cabello que cubría la cara dormida de Jongin.
“Y nada me cansará. Ni siquiera tu complicada personalidad.” Añadió mientras ponía el cabello detrás de la oreja de Jongin.
“Estaré aquí cuando regreses, me iré sólo por ahora… Te veo luego.” Kyungsoo siempre susurraba esas palabras antes de dejarlo con un beso en la frente de Jongin para despedirse, por un rato, porque necesitaba regresar a clases.
Salió por la puerta; saludando a la enfermera que pasaba por ahí. Las enfermeras y los doctores lo conocían ya que siempre estaba en el hospital por Jongin, todos los días.
“¿Visitando al señor Kim de nuevo, Kyungsoo-ssi?” La enfermera le sonrió.
“Sí, gracias por cuidar de Jongin. Volveré al rato.”
“Eres un buen novio, tiene tanta suerte de tenerte a su lado. Si fuera otra persona, lo hubiera abandonado un año después de que el doctor te dijera que sería difícil que despertara. Eres un chico fuerte y resistente. Kyungsoo.” La enfermera palmeó su hombro cuando notó algo. “Ah… ¿Ahora no recogiste las flores viejas? Siempre las llevas a casa, ¿verdad? Está bien, yo las limpiaré por ti si quieres que lo haga.” La enfermera dijo con una sonrisa en su cara.
“Oh, que tonto. Ya debo estar viejo, mi memoria es mala. No es necesario, enfermera Jung, yo me encargo de eso. Gracias.” Kyungsoo se inclinó antes de regresar por las viejas flores en el cuarto de Jongin. Siempre las llevaba a casa, se encogía de hombros al ver que las flores que dejó estaban marchitas en el florero y las tiraba en la basura por la noche. Pero dejaría nuevas flores al día siguiente en el cuarto de Jongin.
“Tendré éxito algún día.” Siempre tenía la esperanza de que las flores muertas sobrevivieran y crecieran en el florero, floreciendo hermosamente. Como Jongin, siempre tenía la esperanza de que Jongin sobreviviera y abriera sus ojos, volviera a su lado y viviera junto a Kyungsoo. Se prometió que si eso pasaba no dejaría ir esa oportunidad, el se aferraría al corazón de Jongin y lo mantendría por siempre.
“Jongin, volví porque se me olvidó recoger estas flores. Ya me estoy haciendo olvidadizo, ¿verdad? jajaja…” Kyungsoo le habló al chico inconsciente. “Y también me estoy volviendo tonto porque le hablo a alguien que no me va a responder. ¿Verdad?”
Acarició las manos de Jongin; estaban más cálidas que de costumbre. “¿Jongin?” Miró su rostro. Sus ojos seguían cerrados. “Ah, por un momento creí que volverías… Qué tonto.” Rió amargamente y estaba a punto de soltar la mano de Jongin cuando sintió que sus dedos se movieron aferrándose a los suyos.
¿Estoy alucinando otra vez? ¿Por qué sentí que Jongin sostenía mi mano?
“¡Jo-Jongin!” Se sorprendió al ver que parpadeaba para abrir sus ojos. Jongin intentó levantarse pero todas las articulaciones en su cuerpo debían sentirse débiles porque no pudo levantarse el mismo. Se deshizo del nebulizador en su nariz y miró a Kyungsoo.
Kyungsoo estaba paralizado y no dijo ninguna palabra aún cuando lo vio mover sus manos, sus ojos lo miraban directamente a él.
Kyungsoo siempre rezó porque…
Esas flores muertas sobrevivieran, podían sobrevivir y crecer hasta florecer de nuevo.
Kyungsoo se prometió que no haría nada para ver esas flores vivir de nuevo y florecer.
Kyungsoo ni siquiera se dio cuenta que había caído al piso. Casi se olvida de cómo respirar cuando Jongin se inclinó para alcanzar su rostro y secar sus lágrimas. Kyungsoo vio al chico abrir su boca y hablar por primera vez en mucho tiempo.
“Volví, Kyungsoo …”
Fin.
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